El trabajo de Me-Log y Glicah había sido mucho más fácil de lo esperado, con todo eso de que todos los piratas de la zona se fueran a luchar contra He-Ro y el resto para una muerte rápida, había dejado varías zonas de celdas sin vigilancia, cosa que aprovecharon para rescatar a todos los prisioneros de dichas zonas, quienes rápidamente provocaron un motín para liberar al resto.

— Ahora solo falta ir a las zonas sudoeste y sur para terminar el trabajo —Revelaba Glicah.

— ¡Perfecto, entre más liberamos más destrucción causan, no puedo esperar a ver la cara del Game-Master cuando vea todo esto! —Decía Me-Log a lomos de un Battle-Cat igualmente emocionado por matar.

— Apuesto a que le da algo —Dijo Glicah riendo.

— ¡Ya quiero clavarle mis garras a ese infeliz! —Exclamo Battle-Cat.

En otro lado de la nave, He-Man y Skele-Gar se abrían paso por la zona con más probabilidades de que esté la Caja Madre. Ahí Skele-Gar hizo gala de su habilidad con la espada cuando fue capaz de manejar con eficiencia un arma tan larga como la Espada de los Antiguos en un sitio tan estrecho y aún así acabar con cualquiera que se le pusiera en frente. Incluso He-Man debía reconocer su habilidad.

— ¡Guau, eres bastante bueno con eso! —Afirmo He-Man.

— ¡Tus cumplidos se sienten vacíos para mí! —Dijo de forma cortante Skele-Gar.

— Solo cumplamos nuestra misión —Dijo He-Man.

— En eso sí estamos de acuerdo —Dijo Skele-Gar usando el Bastón de Estragos para lanzar un rayo mágico y volver cenizas a un pirata a lo lejos—. ¿Seguro que la Caja Madre esta por aquí?

— Eso es lo que decía el esquema de la nave —Dijo He-Man derribando una puerta con su puño de trueno para revisar si no estaba ahí—. Deben andar por algún lado de esta zona.

— Si no la hallamos, te estoy culpando a ti —Dijo Skele-Gar.

— Como si no hicieras eso por cada desgracia que le ocurre a tu familia —Dijo He-Man.

Skele-Gar estuvo a punto de explotar, pero se contuvo al final e incluso dijo algo que no esperaba decir nunca.

— ¿Como se que dices la verdad sobre que no mataste a mis padres, que prueba me puedes mostrar para hacer tal afirmación? —Quiso saber Skele-Gar.

— ¿Conoces algún tipo de magia de memoria? —Pregunto He-Man—, si ese es el caso tan solo revisa mis recuerdos de aquel día, tan solo te aviso que no te va a gustar lo que veas ahí.

— Yo… ah, bueno, cuando finalizemos esta misión lo haré, y solo si se me da la gana —Expreso Skele-Gar.

«Al menos ya es un comienzó», penso He-Man rompiendo otra puerta con su puño de trueno para mirar adentro.

— ¡Matennos! —Suplicaban Styrax y Screeech sin poder ser entendidos para dejar de oír la discusión.


En otro extremo de la nave, Game-Master se había escondido en un pasaje secreto en donde estaba maldiciendo su suerte.

— ¡Maldita sea! ¿¡Como pudo pasar esto!? —Se preguntaba al recibir cada vez más noticias sobre el motín—. ¡No hay forma en que esto pueda ponerse peor!

Y como respuesta del universo por haber osado decir semejante frase tan cliche, el mismo lo castigó con un fuerte sacudido a la nave, la cual recibió varios daños debido al impacto de algo. Y ese algo no fue otra cosa que toda una flota espacial Eterniana que lo había interceptado.

— ¡Capitana Glenn, hemos acertado uno de los misiles en la nave enemiga! —Informaba un operador en el puente de mando de una de estas naves.

La nave en cuestión era la E.S.S Javelon, la cual estaba siendo capitaneada por la Reina Madre Marlena, quien volvia tras tantos años a hacer uso de su experiencia militar.

— Perfecto, ahora apunten a los motores de la nave para que no puedan huir —Ordeno Marlena vistiendo un uniforme militar verde.

— ¡Si, Capitana! —Acato la orden el encargado de disparar las armas.

El misil lanzado logro acertar a los motores de la nave de Game-Master, inutilizandolos en el acto.

— Ponganme en contacto con Man-At-Arms —Ordeno Marlena.

Dicho y hecho, pues no tardaron en establecer comunicación con la nave capitaneada por Man-At-Arms.

— Duncan, espero que estén listos los equipos de abordaje —Decía Marlena.

— Desde hace ya un buen rato, Marlena —Le informaba Man-At-Arms.

— Perfecto, ¡Que comience el asalto! —Exclamo Marlena.

— ¡Con gusto! —Expreso Man-At-Arms.

De pronto varias cápsulas fueron arrojadas de todas las naves ahí presentes, cada una con mínimo veinte Guardias Reales y Amos del Universo listos para pelear. Al no poder moverse, la nave de Game-Master no pudo esquivar las cápsulas, las cuales se aferraron al blindaje de la misma, pegaron contra el mismo una parte de las cápsulas y procedieron a cortar con un láser un agujero en el blindaje para que de ahí pudieran ingresar los guerreros.


— ¿Que demonios fue eso? —Se pregunto He-Ro al sentir el impacto.

— ¡Sea lo que sea, es mejor terminar nuestro trabajo e irnos antes de que esta nave se despedaze! —Dijo Keltra.

— ¿Y ahora que van a hacer? —Pregunto Huntress.

— Nuestro trabajo está hecho, ahora toca reunirnos con el resto en el punto de encuentro y usar la Caja Madre para salir de aquí —Respondió Keltra.

— Eso es lo que pueden hacer ustedes, yo voy a buscar al infeliz de Game-Master y me aseguraré de que no salga con vida de aquí —Dijo He-Ro dejando el cuerpo inconsciente de Kraggox sobre la espalda de un reticente Panthor—. Si alguien me quiere ayudar yo con gusto acepto.

— Cuenta conmigo, tengo asuntos que atender con esa escoria —Expreso Huntress.

— E igual conmigo, nadie me encierra en una celda y vive para contarlo —Expreso Keltra—. Panthor, tu deja a esa cosa en el punto de reunión y después unetenos.

— Por ti, Keltra, lo haré —Oyo decir He-Ro a Panthor.

Panthor parecía bastante dispuesto a cumplir la orden de Keltra a pesar de haber odiado que He-Ro pusiera a Kraggox encima suyo. El debe de respetar bastante a la hija de su anterior compañero para hacer algo así.


De vuelta con He-Man y Skele-Gar, tras sentir la sacudida por los misiles llegaron hasta una habitación mucho más grande que el resto, la cual tras derribar la puerta con la Puño de Trueno, finalmente encontraron la Caja Madre, una caja negra con luces doradas emanando de ella a través de círculos en sus seis caras, al igual que al Capitán Stickyfingers que la estaba protegiendo.

— ¡Muevete, bola de grasa, o te moveremos nosotros! —Vociféro Skele-Gar.

— Ustedes no me dan miedo —Afirmo tranquilamente el Capitán Stickyfingers.

— Pues deberías, porque estás a punto de entrar a un mundo de dolor si no te mueves —Expreso He-Man haciendo tronar sus nudillos.

— No, en lo más mínimo, quienes deben temer son ustedes —Y para sorpresa de los cuatro el Capitán Stickyfingers empezó a arrojar brea de sus dedos haciendo que todos quedaran atrapados y sellados por la brea—. Veamos quién entra en realidad al mundo de dolor.


En otro sitio de la nave, He-Ro, Keltra y Huntress se estaban abriendo paso entre los piratas cuando se toparon con Me-Log, Battle-Cat y Glicah, quienes acababan de liberar a otro grupo de prisioneros para que se unieran al motín.

— Veo que les ha ido bien —Dijo He-Ro.

— Este fue el último grupo —Revelo Glicah—, ahora solo falta la Caja Madre.

— ¿Quien es la chica? —Pregunto Battle-Cat al ver a Huntress.

— Soy Obara de Silax, pero todos me llaman Huntress —Respondió Huntress—. He-Ro y Keltra me salvaron y les ayudo como forma de pago.

— ¡Por supuesto, olvida al ave que también ayudo! —Se quejo Battle-Bird al haber sido ignorado, cosa que hizo feliz a Battle-Cat.

— Por cierto, ¿Tienen alguna idea de que provocó la sacudida? —Pregunto Keltra.

— Por supuesto, nos hemos encontrado con ellos, de hecho están justo detrás nuestro —Señalo Me-Log atrás suyo.

Ahí fue que los cuatro vieron a varios Amos del Universo junto a un escuadrón de Guardias Reales, y entre los Amos estaban Kay-La, Syrenne y Lyra, así como también estaban Teela, Andra, Illena, Karryll y Stella.

— ¿Cómo es que no los vimos? —Pregunto Keltra.

— Ni idea —Dijo He-Ro.

— ¡He-Ro! —Exclamo Kay-La corriendo a abrazarlo—, ¡Es bueno ver qué estás bien!

— Yo también me alegro de verte —Dijo He-Ro correspondiendo el abrazo.

— Es bueno ver qué todos están bien —Expreso Kay-La.

— ¿No vas a preguntar el por qué estoy aquí? —Pregunto Keltra.

— Ya nos habíamos topado con Glicah, ella se encargó de explicarnos todo —Explico Kay-La.

— Debo de admitir que es extraño que trabajemos juntos y… ¡Por la Diosa! —Exclamo Lyra al instante en que vio a Huntress—. Hola guapa, ¿Se puede saber que hace una belleza como tú en este basurero?

Huntress quedó confundida y algo avergonzada por lo que estaba pasando mientras el resto contenía la risa.

— No es momento de pensar con la entrepierna, Lyra, tenemos una misión que cumplir —Le recordó Syrenne agarrándola de la cabeza—. Aunque no niego que es guapa.

A lo lejos, John se empezó a sentir celoso mientras Doodon y Theydon trataban de confortarlo, al mismo tiempo se acercó Teela para hablar con su hijo.

— Hey, He-Ro, es bueno verte de una pieza, ¿Pero en dónde está He-Man? —Teela no lo mostraba para mantener la fachada, pero He-Ro bien pudo notar que ella estaba feliz de verlo a salvó y preocupada por el bienestar de su esposo.

— Para este punto debe de estar cerca de la Caja Madre junto a Skelete… —Recordo que dos aliadas de Skele-Gar estaban junto a el y no estarían felices de oír ese insulto hacía el—, quiero decir; Skele-Gar.

— No me gusta nada esa idea, ese tipo arde en furia por matarlo —Dijo Teela.

— No sería el caso si no hubiera matado a sus madres —Expreso Karryll.

— ¡Karryll! —Exclamo Stella.

— ¿Que? es lo que dice todo el mundo fuera de Ciudad Grayskull, ¿Que acaso ninguno de ustedes se ha dado cuenta? —Quiso saber Karryll.

En ese momento tanto Keltra como Glicah miraron a Karryll después de que dijo eso y al verlo detenidamente casi les da algo al ver su rostro, cosa que He-Ro y Me-Log notaron en el acto a pesar de su intento de ocultar su asombro.

— ¿Realmente creen que He-Man es el responsable de la muerte de las madres de Skeleteen y sus hermanas? —Pregunto Teela.

— ¿Quién más sería si no? —Pregunto Keltra saliendo de su estupor.

— Pobre niña engañada, te han hecho creer una mentira enorme toda tu vida —Expreso Teela molestando a Keltra.

— Esto se va a poner bueno —Expreso Andra con una sonrisa.

— Más bien todo lo contrario —Dijo Ileena preocupada.

— Yo mejor no me meto en esto —Dijo Me-Log quitándose de en medio junto a Battle-Cat, Battle-Bird, He-Ro, Glicah, Lyra, Syrenne y Huntress, quienes pensaban igual.

— ¿¡Que dijiste!? —Pregunto molesta Keltra—. ¿¡Si no fue He-Man, quien sería tan poderoso como para matar a tres de las más poderosas magas que han pisado Eternia!?

— Creo que ya sabes la respuesta —Dijo Teela.

Keltra supo en el acto a qué se refería y tuvo una sensación desagradable recorriendole el cuerpo al pensar en ello. Y la peor parte es que era factible, cosa que la inquietaba aún más.

— Me perdí, ¿Que intenta implicar la pelirroja? —Quería saber Huntress.

— Yo… —He-Ro fue interrumpido por la llegada de Slamurai y Rio Blast—. ¡Salvados por el vaquero y el samurái!

— ¿Que hacen aquí parados como estatuas, compadres? debemos apresurarnos y capturar a Game-Master, ese infeliz ha estado evadiendo la ley durante mucho tiempo —Dijo Rio Blast.

— Sin mencionar que a esta nave no le queda mucho —Añadía Slamurai al ver todos los daños que habían provocado.

— Ellos tienen razón, será mejor seguir buscándolos, es hora de que sigamos moviendonos —Expreso He-Ro subiendo en Battle-Bird junto a Kay-La tratando de irse de ahí y huir de la conversación entre Teela y Keltra.

Y no fue el único, de hecho casi todos estuvieron de acuerdo en irse antes de que las cosas se pusieran más incómodas.

— Lo discutiremos más tarde, ahora sigamos moviendonos —Dijo Keltra.

— Me parece bien —Acepto Teela.

Y se fueron, dejando solo a Rio Blast, Slamurai, Syrenne y un puñado de Guardias Reales.

— ¿Que acaba de pasar? —Pregunto Slamurai.

— Ni idea, compadre —Contesto Rio Blast.

— Creo que es mejor no saber —Expreso John antes de dirigirse a su novia—. Oye, Syrenne, ¿De casualidad a ti también te gustan las mujeres?

— ¿Eh? ¡Ah! no, no, no te preocupes por eso, no es el caso, tan solo no tengo problemas en reconocer cuando una chica está guapa, no debes sentirte celoso —Respondió Syrenne—. Creo que deberíamos movernos, que nos están dejando atrás.

— Si, tienes razón —Dijo John siguiéndola.

— ¿Y esa wea a que vino? —Quiso saber Rio Blast.

— Celos, muchos, muchos celos e inseguridad —Contesto Theydon.

— Ya hasta parece yo —Expreso Doodon.

— Será mejor que los sigamos también —Dijo Slamurai—. Esto se está poniendo raro.

Y así los últimos también se fueron de ahí.