Nota del autor:

Hola y bienvenidos nuevamente mis queridos lectores. Espero que este capítulo sea de su agrado.

Advertencia: Todos los personajes de esta historia pertenecen a sus correspondientes creadores. My little pony y sus personajes son propiedad de Hasbro. La presente historia fue hecha sin fines de lucro y con el único propósito de entretener.

Advertencia: Este capítulo puede contener violencia o escenas sexuales explicitas, por lo que se recomienda discreción por parte del lector.

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Moonbeam

Capítulo 65 – Rise of the Four Stars

Cuando la yegua recuperó la conciencia todo se encontraba en calma a su alrededor. Tras abrir los ojos, la hechicera se encontró recostada en el centro del pasillo principal, la alfombra que adornaba la superficie del suelo se hallaba completamente calcinada.

Aparentemente, su escudo había logrado contener la mayor parte del impacto, aun así, el rebote provocado por la colisión causó que su propio escudo explotara recibiendo el resto de la descarga eléctrica en su cuerpo.

Por fortuna, la capa que su maestro StarSwirl le había heredado poseía la capacidad de repeler conjuros mágicos, una propiedad que le había sido de gran utilidad en el pasado durante sus prácticas con hechizos complejos, los cuales no siempre resultaban bien. Aquel artefacto evitó que la descarga eléctrica pudiese atravesarla por completo protegiendo la mayor parte de su cuerpo de la energía eléctrica que Merak uso en su contra.

Desgraciadamente, aunque la capa logró prevenir que la descarga la atravesara por completo, el efecto de conducción eléctrica del relámpago provocó que la electricidad se canalizara al pelaje que recubría las patas de la hechicera, las cuales, al estar en contacto directo con el suelo, terminaron por funcionar como una especie de pararrayos, recibiendo así el resto de la descarga y provocándole graves quemaduras en sus cuatro cascos. Los gemidos de dolor provenientes de la cercanía llamaron su atención.

A tan solo unos metros de ella se encontraba el más joven de los guardias nocturnos. Su cuerpo estaba lleno de quemaduras las cuales formaban líneas similares a las de los relámpagos que, momentos antes, Merak había invocado usando su conjuro arcano. La luz había quemado sus retinas por lo que sus ojos se encontraban firmemente cerrados y derramaban incesantemente lagrimas combinadas con sangre, aquellas lagrimas eran un inútil intento del órgano ocular de Merak para refrescar la membrana interna que había sido gravemente dañada por la intensidad de la luz que su propio hechizo había producido.

La pata del guardia, que Clover congeló con anterioridad, se encontraba hecha pedazos dejando un muñón cubierto de hielo, el cual impedía que el corcel se desangrase hasta la muerte.

Por otro lado, el intenso calor generado por la descarga, al igual que la explosión, terminaron por fundir las piezas de metal de su armadura con la piel de las patas frontales de Merak. Las piezas de metal que protegían las patas del guardia lucían un tono rojizo antes de adquirir el color del carbón una clara señal de la temperatura a las que las placas de metal se vieron expuestas.

Clover intentó levantarse, pero el dolor en sus cuatro patas se lo impidió, provocando que la hechicera cayera nuevamente al suelo.

GRRR

Merak dejó escapar otro gruñido de dolor mientras usaba sus codos, alas y la pata trasera que aún conservaba para arrastrase por la alfombra, dejando a su paso un camino de sangre y trozos de piel quemada.

-Merak-, dijo la hechicera con débil voz.

El guardia, por su parte, decidió ignorar la voz a sus espaldas y prosiguió con su avance, arrastrándose por el suelo un par de centímetros a la vez. El daño recibido era extremadamente grave, la sangre que emanaba de la boca y nariz del guardia nocturno indicaban que la mayor parte de sus órganos también habían sufrido quemaduras provocadas por los efectos secundarios del hechizo arcano; Mientras que las quemaduras exteriores habían provocado que su piel comenzara a desprenderse con cada roce que producía su cuerpo contra el suelo del pasillo.

La hechicera no pudo evitar sentirse mal por el joven corcel, a pesar de que Clover no era tan cercana a los integrantes de la guardia nocturna, todos ellos habían pasado varios años conviviendo juntos, por lo que ver al soldado en tal estado le partía el corazón.

Aun cuando la hechicera conservaba gran parte de su magia completamente intacta, la explosión había causado que su cuerno recibiera parte del rebote del hechizo. Lo que a su vez le producía un terrible dolor de cabeza, impidiéndole concentrarse para poder canalizar su magia correctamente. Este hecho provocaba que la unicornio se sintiera completamente impotente ante el inminente final que el joven guardia enfrentaba.

Sabía que lo único que motivaba al corcel era su propia fuerza de voluntad y su convicción por proteger a la princesa de la noche, dos cualidades que la hechicera podía apreciar de cada uno de los integrantes de la guardia nocturna.

-Princesa-, la voz quebrada de Merak renovó el deseó de Clover por ayudar al corcel, quizá, sería incapaz de sanar todas las heridas del caballero de la guardia nocturna; y seguramente el dolor de cabeza le complicaría aún más el trabajo de sanación, pero deseaba hacer lo posible por disminuir el sufrimiento del joven e intentar salvarle la vida.

-Merak… espera-, dijo la hechicera haciendo un esfuerzo por arrastrase hasta el corcel. En ese momento, el brillo de la luz de la luna llamó su atención, permitiéndole a la hechicera apreciar lo que había ocurrido a su alrededor.

Las estatuas y adornos del pasillo principal habían sufrido múltiples daños, pero lo más sorprendente era el enorme hueco que se hallaba sobre ellos. La mayor parte del techo había desaparecido dejando una vista perfecta del cielo nocturno.

Aquel cielo nocturno, sin embargo, no lucia tan aterrador y oscuro como lo recordaba momentos antes. Fue entonces cuando notó la enorme Luna plateada que se hallaba en lo alto del firmamento. Aquella resplandeciente esfera lucía muy similar al astro estelar que recordaba, sin embargo, la hechicera no tardó en notar la silueta de una yegua de color negro que se encontraba cubriendo parte de la blanca superficie de la Luna.

"¿Qué en Equestria ha ocurrido?", pensó la hechicera para sí.

-Princesa…-, dijo Merak, su voz cada vez más débil.

-La princesa ha sido condenada a una eternidad encerrada en la Luna-, dijo una voz que inmediatamente captó la atención tanto de la hechicera, como del moribundo soldado.

Clover dirigió la mirada en la dirección en la que se encontraba el guardia nocturno, frente al joven y desventurado corcel se encontraba la silueta de una criatura cubierta por llamas negras con destellos ambarinos. Su cuerpo parecía arder envuelto en aquellas llamas creando un efecto sombrío en la criatura, de su hocico emanaba una luz espectral tan inquietante como la que se podía observar en sus hambrientos ojos.

-Épsilon-, dijo Merak incrédulo al escuchar la voz de su hermana, se trataba de una voz que no podía confundir; y aunque no entendía cómo era posible que la moribunda hermana que habían dejado en la bahía de Luna hubiese llegado hasta ellos, podía sentir una enorme dicha al saber que su hermana seguía con vida. -La princesa, debemos… Debemos ayudar a la princesa- dijo el corcel con urgencia.

-No tienes nada de qué preocuparte, aún existe un modo de salvarla-, dijo la criatura imitando la voz de la capitana con precisión. -Pero si aceptas, tu alma será expuesta a un indescriptible tormento-, añadió la criatura.

-Merak… No la escuches, ¡Ella no es tu hermana!-, exclamó la hechicera con inquietud. Podía sentir una extraña aura que emanaba del cuerpo de la criatura, un aura oscura similar a la que había sentido atada al interior del libro que ahora se encontraba resguardado en la bóveda del castillo de las dos hermanas.

-Merak, la princesa Celestia aprisionó a Luna con el poder de los elementos, no tenemos mucho tiempo, necesito una respuesta-, habló la criatura, Clover entonces notó que las llamas que envolvían el cuerpo de la criatura parecían estar extinguiéndose con lentitud.

Merak levantó el mentón. Tenía que hacer algo, si la princesa Celestia realmente había condenado a su propia hermana al encierro, era su deber como caballero de la guardia nocturna liberar a su princesa de las cadenas que la aprisionaban ahí.

-¡Merak, no la escuches! Esa criatura es una impostora. Tan solo quiere usarte para su propio beneficio-, dijo la hechicera haciendo lo posible por comenzar a cargar su cuerno con su magia.

-Solamente nosotros podemos salvar a nuestra princesa… Luna no es más que una criminal para todos ellos, pero nosotros conocemos la verdad detrás de sus intenciones y juramos que la protegeríamos sin importar qué-, añadió la criatura extendiéndole uno de sus cascos al joven guardia nocturno.

-Merak, ¡No!-, dijo la hechicera. Su cuerno comenzaba a emitir una brillante luz, a pesar del intenso dolor que recorría cada centímetro de su cráneo. -Ella es una de las sombras que buscan lastimar a las princesas. Tan solo está imitando la voz de tu hermana para confundirte. ¡Escúchame Merak! ¡Ella no es Épsilon!-, le advirtió la hechicera intentando aproximarse al moribundo corcel.

Merak sonrió, quizá no era capaz de mirarla y el olor de su propia carne carbonizada le impedía percibir el olor de su hermana, pero podía reconocer el tono de voz de Épsilon. Lo que era aún más importante, si lo que Clover decía era cierto, eso significaba que la única forma en la que Épsilon pudo lograr volver para ayudar a la princesa de la noche debió ser a través de un pacto con aquellas criaturas de sombra. Después de todo, Merak, al igual que el resto de sus hermanos, era consciente de que Épsilon sería capaz de condenar su existencia, con tal de salvar a Luna. Sabía lo que tenía que hacer. Conocía la respuesta y aunque su camino no lo llevaría a encontrarse con su amada Megres en la otra vida, aquello era lo menos que podía hacer por el resto de sus hermanos, era lo menos que podía hacer por Épsilon, lo menos que podía hacer por la princesa que les había brindado su amor y confianza; y no sería él quien les fallaría.

-Sé lo que significa la princesa para ti, y lo mucho que has sacrificado por el bien de Luna, Y si así puedo redimir mis errores para contigo, aceptaré con gusto-, dijo el moribundo corcel extendiendo su casco mientras sonreía gustoso.

La criatura tomó el casco del joven caballero de la guardia nocturna, lentamente el fuego de su cuerpo comenzó a transferirse al interior de Merak, consumiendo lo que quedaba del maltrecho cuerpo del corcel. El intenso dolor al sentir su cuerpo ser quemado vivo, causó que el corcel emitiera un alarido tan intenso que logró congelar a la hechicera en su posición. Comprendiendo la situación Clover ejecutó el hechizo al instante. De su cuerno emergió un rayo de luz que atravesó el cráneo del guardia matándolo al instante.

El cuerpo de Merak cayó inerte en el suelo, las llamas negras con destellos ambarinos continuaban consumiendo la carne del corcel mientras la figura de la otra criatura desaparecía. Durante varios minutos todo lo que Clover podía escuchar era el sonido de las llamas consumiendo la carne del guardia nocturno.

-Lo… Lo lamento Merak-, dijo entre sollozos la hechicera antes de caer al suelo exhausta. El dolor de cabeza había comenzado a volverse insoportable y era consciente de que no tardaría en quedar totalmente inconsciente en cualquier momento.

JEJEJEJE

Clover escuchó la voz del joven guardia emanar de los labios del cadáver. La visión de la hechicera se volvía cada vez más borrosa, más sin embargo, Clover hizo un enorme esfuerzo para mantenerse consiente mientras observaba con asombro y horror el momento en el que el cadáver de Merak comenzaba a levantarse sobre sus cuatro patas una vez más. La criatura permanecía con sus ojos cerrados, de los cuales aún brotaban lagrimas combinadas con sangre, del agujero de su cráneo se podía observar con claridad aquellas llamas consumiendo su cerebro. El muñón de su pata destrozada fue sustituido por una extremidad formada por lo que parecía ser una pata hecha con un material viscoso, misma que ardía cubierta por aquellas llamas negras con destellos ambarinos.

Merak giró su cuello en la dirección en la que se encontraba tendida la hechicera. En su rostro se podía reflejar una mueca de dolor. -Puedes decirle a Celestia que liberaremos a nuestra princesa de su prisión-, se jactó la criatura que ahora imitaba a la perfección la voz del más joven de los caballeros nocturnos. Momentos después, la hechicera cayo en la inconciencia una vez más.


El corcel comenzó a recobrar el conocimiento con lentitud, a su alrededor solo podía ver grandes bloques de piedra y las llamas que lo rodeaban. Desde su posición solo podía apreciar su pata frontal derecha, la cual lucia varias quemaduras y golpes, mientras en el fondo podía observar la cortina de fuego que ardía incesante.

Extrañado por la falta de sensibilidad en el resto de su cuerpo, el corcel giró el cuello a su izquierda donde un enorme bloque de piedra había aprisionado su otra pata frontal, los escombros también bloqueaban la vista de su cintura hacia abajo, el hecho de que no pudiera sentir la parte inferior de su cuerpo tampoco resultaba una buena señal.

Las columnas y bloques de piedra que habían caído sobre él, parecían haber aplastado su cuerpo y al juzgar por las manchas de sangre que se podían apreciar en la superficie de roca, estaba seguro de que la única razón por la que no se había desangrado hasta la muerte, era porque aquellas piedras funcionaban como una especie de torniquete.

Alcor dirigió su mirada hacia arriba, el enorme boquete causado por la explosión le permitía apreciar parcialmente el cielo nocturno que se alzaba inalcanzable en el firmamento. Sin embargo, no pudo evitar notar la figura de la yegua oscura que se encontraba dibujada en la superficie de la Luna.

SIGHT

El corcel suspiro resignado. El daño en su cuerpo era extremadamente grave, por lo que no tenía duda alguna de que moriría esa misma noche. En su corazón, sin embargo, podía sentir el dolor causado por su impotencia al no ser capaz de salvar a la princesa Luna, al igual que la enorme preocupación que sentía por su hermano menor. Más a juzgar por el hecho de que el único sonido que podía percibir provenía de las llamas que consumían los alrededores, era bastante ovio que la batalla debería haber terminado.

-¡Maldición!-, gruñó Alcor cubriendo su rostro haciendo uso de la única extremidad que le quedaba. De sus ojos comenzó a derramar lágrimas alimentadas por su frustración. ¿Acaso era posible que Siegfried y Merak hubiesen logrado sobrevivir a los combates… y de ser así, cuál sería el estado de sus hermanos menores?

-Alcor-, La voz de otro corcel llamó la atención del caballero nocturno, quien rápidamente giró su cuello para presenciar el instante en el que el cuerpo de su hermano menor emergía de entre las calcinantes llamas que lo rodeaban.

-Merak…-, murmuró el corcel al observar a su hermano aproximarse hasta él.

A pesar de encontrarse a contraluz, Alcor pudo notar que el cuerpo de su hermano tenía varias magulladuras, pero principalmente notó que de sus ojos escurrían lágrimas combinadas con sangre, las cuales recorrían incesantemente sus mejillas.

-Merak… ¿Qué…?-

-Lo lamento hermano, pero mis ojos se dañaron durante mi enfrentamiento con Clover, tendrás que darme una descripción de tu situación-, comentó Merak aproximándose a su hermano mayor para frotar la punta de su nariz con el suave pelaje de Alcor.

-Lo lamento hermano, soy incapaz de moverme, la parte inferior de mi cuerpo, al igual que mi casco frontal izquierdo se encuentran aplastados debajo de los escombros del castillo; Puedo ver que tú tampoco saliste bien librado de tu combate con Clover pero, por lo menos, me alegra que aún puedas moverte-, dijo Alcor mirando a su hermano con mayor detalle, de algún modo notando que una de sus patas traseras había sido sustituida por una extremidad viscosa envuelta en llamas negras con destellos de color ámbar. Así mismo pudo notar que de uno de los costados de la cabeza de su hermano escurría sangre, aunque los mechones de su crin le impedían observar la herida con mayor detalle. -Todo parece indicar que hemos fallado. Puedo ver la silueta de una yegua oscura adornando la Luna. Es muy probable que se trate de la princesa Luna, es probable que la princesa Celestia o alguno de los hechiceros que se infiltraron en el castillo, la halla encerrado en la Luna-, añadió el corcel.

-Lo sé, la princesa ha sido encarcelada por un fuerte conjuro, pero aún tenemos una forma de liberarla-, explicó Merak.

-No, hermano. En mi estado actual no tardaré en morir, nuestra única opción es que encuentres a Siegfried y se marchen ahora-, explicó Alcor. -No tenemos forma de liberar a Luna en este momento, y… de cualquier modo yo ya estoy condenado-, añadió el corcel.

-El camino que te ofrezco es el mismo que Épsilon me ofreció a mí-, respondió Merak apartando su crin de su frente para mostrarle a su hermano el agujero que Clover había hecho en su cráneo. -Lo que te ofrezco es posponer el día del juicio. Nuestras almas a cambio del poder para liberar a nuestra princesa de su prisión-, explicó el joven poni.

Alcor observó a Merak con detenimiento, no cabía duda de que su hermano parecía haber hecho un trato con otra de aquellas sombras. Más aún, el hecho de que Merak mencionara a Épsilon, era un claro indicio de que su hermana también debió haber hecho un pacto con aquellas criaturas para posponer lo inevitable y tratar de hacer algo por la princesa de la noche.

-¿Qué pasará si me niego?- preguntó Alcor dirigiendo la mirada nuevamente al firmamento.

-Bueno, tú mismo lo has dicho hermano. Si tus heridas son tan graves como me lo explicaste, es probable que no sobrevivas por mucho tiempo-.

"Morir ahora o posponer el juicio por más tiempo" meditó Alcor.

-Esta maldición no vendrá sin un costo Merak-, dijo el mayor de los hermanos.

-Soy consciente de eso y, aun así, acepté-, respondió Merak.

-Supongo que no puedo dejarlos hacer esto solos- comentó Alcor con resignación. -De acuerdo Merak. Permaneceré a tu lado y recorreré contigo el senderó que tú y Épsilon han elegido seguir- añadió el corcel.


Siegfried avanzó por el pasillo guiado por el llanto y los gimoteos de la monarca. Por la forma en la que Celestia maldecía no tenía duda alguna de que la princesa del Sol se encontraba devastada. Siendo sincero, el teniente esperaba que Celestia lograra enmendar las cosas con Luna. En un principio, Siegfried esperaba que las dos alicornios se calmaran después de su combate y finalmente estuvieran dispuestas a escuchar razones.

Aun cuando Nightmare había lanzado ese hechizo a Snowdrop; Tras haber notado que el padre de la pequeña no había sido realmente lastimado por aquel ataque, el teniente comprendió que la verdadera Luna aún se encontraba en el interior de aquella yegua oscura, por lo que aún era posible hacer algo para recuperar a la princesa de la noche. Ahora, sin embargo, ese rayo de esperanza se había esfumado por completo.

Al usar los elementos de la armonía en contra de su propia hermana para sellarla en la Luna, Siegfried no tenía forma de salvar a la princesa de su destino.

Anteriormente, Luna les había contado acerca del draconequus que ella y Celestia habían sellado en una prisión de piedra usando el poder de los elementos, por lo que, si el hechizo de Celestia tenía una función similar, era más que probable que la princesa de la noche permanecería sellada en la Luna por toda la eternidad.

El sonido de dos pares de patas aproximándose a él, seguido de la voz de la yegua, le ayudó a volver a la realidad. -¿Por qué no has acabado con su vida Siegfried?- lo cuestionó Épsilon. –En su estado actual la princesa Celestia no se daría cuenta de tu presencia, aún sí decidieras aproximarte a ella sin el debido cuidado-.

-No sería lo correcto, puede que Celestia no haya logrado salvar a Luna, pero si la princesa realmente no tenía más opciones, lo único que nos queda es aceptar nuestro castigo por habernos revelado contra el reino- dijo Siegfried.

-¿De verdad no crees que Celestia tenía más opciones? Ella es incapaz de gobernar este pueblo, los ponis necesitan a un gobernante de casco firme. Necesitan de alguien que no tema hacer lo correcto, a alguien que pueda ensuciarse las manos cuando la situación lo requiera. Este reino necesitaba a una gobernante como Luna, necesitaba de alguien que pudiera hacer lo que era necesario sin importar el costo-, respondió la capitana.

Siegfried se dio la media vuelta para observar a su hermana, El cuerpo de Épsilon lucía como un cadáver andante. Se podía apreciar parte de los intestinos de la poni colgando de su abdomen, sus patas frontales tenían varias heridas y cortes causadas por las numerosas cuchillas que Hurricane le había lanzado; Una de sus mejillas tenía un largo corte que formaba una sonrisa permanente a uno de los costados del rostro de la yegua, de la cual se podían observar los ligamentos, tendones y dientes de la poni.

Siegfried no pudo evitar notar los numerosos y grotescos tentáculos de alquitrán que se movían de un lado a otro, los cuales emergían de muchas de las heridas presentes en el cuerpo de Épsilon. En las entrañas de la yegua se podían observar múltiples llamas de color negro con destellos ambarinos, los cuales parecían alimentarse de la carne, así como de la sangre tóxica de la yegua, impidiendo que el cuerpo de Épsilon sufriera más daño y al mismo tiempo limitando la regeneración de su cuerpo.

-Y qué me dices de ti Épsilon. Estas tan obsesionada con la princesa Luna que has terminado por venderle tu cuerpo y alma a esas criaturas con tal de seguir peleando-, dijo el corcel.

-Yo acepté esta maldición con tal de proteger a Luna-, refunfuño la hembra. -Y sí, soy consciente de que me he dejado cegar por mis propios deseos, y es por ello que no he sido capaz de llegar a tiempo para salvar a la princesa. Pero aún no es tarde…-añadió Épsilon desenfundando una de las dagas de heráldica. -Todavía puedo atravesar el corazón de Celestia-.

-Entiendo tu rabia Épsilon, y comprendo que quieras acabar con la vida de Celestia por lo que le ha hecho a Luna, pero asesinar a la princesa no traerá de vuelta a Luna-, habló Siegfried plantándose firme entre la capitana y la gobernante.

-Y te haces llamar un guardia nocturno…-, dijo la yegua con molestia. -Celestia es la causa del sufrimiento de Luna, ella fue la causante de su decadencia; Así que yo, como capitán y líder de la guardia nocturna, asesinaré a Celestia para prevenir que intente lastimar a Luna en el futuro. Después buscaré la forma de liberar a la princesa Luna de su prisión-, continuó Épsilon.

"Está completamente cegada por su propia rabia", pensó Siegfried.

Quizá su hermana era una tonta al haberse dejado arrastrar por aquellas criaturas. Épsilon era demasiado impulsiva y Siegfried sabía que su hermana no dudaría en perforar el corazón de la alicornio de color perla si con eso estaba convencida de que Luna no sufriría más. Sin embargo, el teniente no tenía duda de que su capitana lo sacrificaría todo por el bien de la princesa de la noche, y que todo lo que había hecho hasta ese momento, era el resultado de su enorme deseo por proteger y velar por el bien de su amada princesa. Pero si permitía que su hermana asesinara a la princesa del Sol, Siegfried no tenía duda de que el reino se derrumbaría por completo. La guerra entre las gobernantes debería haber causado un enorme daño a estas alturas, como para permitir que las cosas empeoraran aún más.

-Te prometo que te ayudaré y haré lo que esté a mi alcance para liberar a Luna de su prisión- dijo el Corcel extendiendo uno de sus cascos. –Pero no dejaré que te sigas manchando los cascos con sangre, de la misma forma que lo hiciste con esos potros inocentes-, añadió Siegfried. -Por lo menos déjame cargar a mí con este peso en tu lugar-, le pidió Siegfried sin dejar de mirarla a los ojos.

La capitana miró a su hermano un tanto extrañada. Deseaba ser ella quien terminara con la vida de Celestia, pero los ojos de Siegfried la persuadieron. La forma en la que Siegfried la miraba era extraña, podía sentir un sentimiento de dolor emanar de su hermano, al mismo tiempo sentía el remordimiento y la culpa del corcel.

El hecho de que sus hermanos se hubieran unido a Luna y combatido a su lado para protegerla de los soldados de Celestia, le hizo comprender que de algún modo sus hermanos habían aceptado el mismo camino que ella había decidido tomar meses atrás, ahora todos ellos eran considerados rebeldes y traidores a la Corona de Equestria, y al mismo tiempo eran considerados caballeros leales a la Colonia Lunar. Por lo que la Yegua finalmente aceptó la propuesta de su hermano entregándole una de sus dagas de Heráldica a Siegfreid.

-Te lo agradezco Épsilon-, dijo Siegfried abrazando a su hermana afectuosamente.

-No necesito que me agradezcas. Ahora apártate de mí, antes de que la sangre de mis heridas te lastime-, añadió la Yegua un tanto apenada por la repentina muestra de cariño de su hermano.

GASP

De pronto, la capitana sintió un dolor profundo en su pecho, un dolor punzante y fugaz, en el instante en el que la hoja del mineral le perforase el pecho, pasando por su carne hasta alcanzar su corazón. Debido a que el hechizo de Elly había logrado inhibir el dolor de sus heridas, la yegua no fue capaz de soportar la repentina sensación de dolor que comenzó a asaltarla por cada una de las numerosas heridas que tenia en el cuerpo. En ese instante Épsilon comprendió que su hermano había usado la daga para apuñalarla. Lo cual, a su vez, había causado que el hechizo de Elly para evitar que sintiera el dolor de sus heridas comenzara a desaparecer.

-Ya has hecho suficiente Épsilon-, dijo Siegfried hundiendo aún más la cuchilla en el cuerpo de su hermana. -Ya puedes descansar, deja que nosotros nos encarguemos del resto-, añadió con lágrimas en los ojos.

-Siegfried, yo…-, dijo la yegua con dificultad, mientras escupía sangre de su hocico. -Yo solo, quería protegerla…- dijo la hembra mientras su hermano la guiaba hasta el suelo para evitar que la capitana cayera bruscamente.

-Lo sé- respondió Siegfried sin dejar de abrazarla. Podía escuchar el sonido de la sangre de su hermana quemando el metal de su armadura. -Y lo has hecho bien, ahora deja que nosotros nos encarguemos de cuidarla en tu lugar-.

-Luna- susurro exhalando su último aliento antes de quedar inerte en el suelo del castillo.

Lentamente Siegfried se apartó del cuerpo de Épsilon del cual comenzaron a emerger aquellas llamas de color negro con brillos de color ámbar. Las sombras a su alrededor lo envolvieron mientras la temperatura comenzaba a disminuir drásticamente. De un momento a otro, dos criaturas se materializaron frente a él. La primera estaba envuelta en llamas negras con destellos de color ámbar, similares a las que ardían en el interior del cuerpo de Épsilon; la segunda se encontraba formada por una serie de llamas de color negro con destellos púrpuras.

-¡Dímelo! ¿Cómo puedo liberar a la princesa de su confinamiento?-, dijo Siegfried con tono serio. -Se que le dijiste a Épsilon que había un método-, añadió.

-Usando sus almas- respondieron las criaturas al unísono, sus voces formadas por cientos de voces hablando al mismo tiempo.

-Existe un conjuro arcano que puede usarse para consumir el alma del conjurador, con el objetivo de romper cualquier tipo de sello o protección-, dijo la criatura con destellos púrpuras. -Sin embargo, el poder de los elementos de la armonía es grande, en comparación con el poder de un alma como la de ustedes-, añadió la criatura sonriendo ligeramente. -Pero si los cuatro nos ofrecen su vida, Elly podría ayudarles a romper el conjuro-, continuó la criatura señalando a la sombra que se encontraba formada por aquellas llamas negras con destellos de color ámbar.

-Aún poseo en mi interior el alma de tu hermana-, habló Elly. -Al igual que ella, Alcor y Merak ya han aceptado el trato. Todo lo que necesito es tu alma Siegfried y a cambio salvaré a su princesa de su prisión-.

Siegfried observó a las dos criaturas frente a él antes de responder. -¿Cómo sé que no se trata de una treta? ¿Cómo puedo estar seguro de que cumplirán su palabra?-.

-No puedes. No existe forma alguna de que puedas asegurarte de que cumpliremos el trato, solo podemos decirte que, a pesar de ser criaturas nacidas de la oscuridad, jamás romperíamos un trato. Somos justos, aunque muchos de ustedes, ponis, no lo quieran admitir-.

El guardia nocturno meditó por un momento la situación, todo lo que tenia era la palabra de aquellas criaturas por lo que no tenia muchas opciones. Pero al menos las criaturas parecían ser bastante directas y evitaban disfrazar la verdad. Por lo que se decidió a tomar el riesgo.

-¿Cuál es su condición para liberar el alma de mis hermanos y romper el hechizo que tiene a Luna prisionera?- preguntó el teniente.

-De ti y de tus hermanos no tienes de qué preocuparte. Le prometimos a Épsilon que nuestro trato con ella no los afectaría, por lo que después de usarlos, sus almas serán libres de su tormento, sin embargo debo advertirte que el tiempo que sus almas permanezcan bajo nuestro poder, sufrirán un dolor constante… ¿Acaso serás capaz de soportarlo?- Respondió Elly usando una serie de voces mucho más amables.

-¿Qué hay de Épsilon? ¿Acaso ella también será libre?- Elly sonrió de un modo que heló la piel de Siegfried.

-Su alma me pertenece ahora, y mientras yo así lo desee, ella continuará siendo parte de mí-, respondió la criatura con un tono de voz mucho más amenazante.

-¿Qué es lo que desearías a cambio de su libertad?- preguntó Siegfried.

-La única forma en la que ella podría ser libre una vez más, será cuando su alma ya no tenga utilidad para mí-, respondió la criatura. -Pero no puedo obligarla a cumplir con el trato si no soy capaz de liberar a su amada princesa de su prisión, y para eso necesito el poder de los cuatro-, añadió la criatura.

-Así que si me niego a ayudarte… no tendrías más opción que liberarla-, concluyó Siegfried.

-Ciertamente, pero piénsalo detenidamente. Si eso sucediese, significaría que nuestra restricción para con tus otros dos hermanos se anularía y eso me permitiría hacer con ellos lo que me plazca-, explicó Elly mientras La otra sombra se paseaba alrededor.

Resignado, el corcel respondió. -De acuerdo, lo haré-, tras esto Elly le sonrió.

-Dejaré el resto contigo, yo necesito terminar otro asunto- habló la otra criatura antes de desaparecer en el instante en el que todo su cuerpo se transformó en una enorme llamarada negra con destellos púrpuras, dejando solos a Siegfried y Elly. Esta última ofreciéndole una de sus patas frontales al teniente.

-Entonces, es un trato-, anuncio la criatura en el instante en el que Siegfried tomó la pata que Elly le ofrecía.


-Princesa Celestia- dijo Kendall aproximándose a la monarca mientras era ayudado por Shayla para mantenerse en pie.

La princesa lentamente comenzó a calmarse, sus ojos estaban irritados a causa de sus constantes lágrimas. Y su nariz escurría de forma continua.

-Le falle, le he fallado a Luna, lo que hice no tiene perdón- respondió la princesa incapaz de mirar a sus interlocutores a los ojos.

-La princesa Luna bien estará si, si, si, pues en la naturaleza de los elementos no está el lastimar a los demás, no, no, no-, dijo la joven alquimista.

-Eso no significa que no me halla equivocado. Nunca me percaté de la oscuridad que se había sembrado en su corazón. Y lo que es peor en el transcurso de estos últimos años, no hice más que seguir alimentando sus celos y su odio-, dijo la monarca.

-Es posible que la noche sea más oscura antes de que salga el Sol princesa, pero le aseguro que ha hecho lo correcto al decidirse por usar los elementos para sellar a su hermana en lugar de asesinarla-, comentó Kendall.

El repentino destello de cuatro luces escapando del castillo llamó la atención de los presentes. Los tres observaron las cuatro estrellas fugaces elevarse a lo más alto del manto nocturno formando una espiral, mientras el resto de las estrellas del cielo comenzaban a destellar, como si estuviesen invitando a las cuatro estrellas fugaces a unirse a ellas en el cielo.


Por un momento las orejas de Snowdrop se movieron al escuchar el tintineo de cuatro estrellas fugaces que partían del interior del castillo de las dos hermanas.

-Mami- dijo la potra, mientras sus padres y Limejuice observaban asombrados a las cuatro estrellas elevarse en el cielo a toda velocidad. Aquellas estrellas parecían estar cantando una canción que la pequeña pegaso pudo captar con sus entrenadas orejas.

-La melodía que cantan es "Who Walks in your Dreams" de "Vylet Pony"-

-…(Snowdrop)…-

-Tú alejas las pesadillas-

-y luchas contra los malos sueños cuando nos asaltan…-

-Equestria duerme en paz-

-y todo es gracias a ti-

-…-

-Pero, querida Luna-

-¿Quién camina en tus sueños, cuando finalmente caes dormida?-

-Querida Luna-

-¿Quién te cuidará, cuando te pierdes en tus sueños?-

-Querida Luna-

-¿Quién te protege de las cosas que te cazan desde las sombras?-

-Querida Luna-

-¿Quién calmará tus miedos y te guiará en tus sueños?-

-…-

-Estamos más que agradecidos por cada sueño en el que has andado-

-Tú cuidas de nosotros, pero princesa, alguien debe cuidar de ti también-

-…-

-Así que, querida Luna-

-¿Quién camina en tus sueños, cuando finalmente caes dormida?-

-Querida Luna-

-¿Quién te cuidará, cuando te pierdes en tus sueños?-

-Querida Luna-

-¿Quién te protege de las cosas que te cazan desde las profundidades?-

-Querida Luna-

-¿Quién calmará tus miedos y te guiará en tus sueños?-

-…-

Cantó la joven pegaso, mientras enfocaba sus sentidos en las cuatro estrellas que se elevaban en lo alto.


Los ponis que permanecían resguardados en la Colonia Lunar observaban entristecidos la figura de la yegua en la Luna. Un pequeño grupo de huérfanos liderados por una pequeña unicornio de color canela observaban las cuatro estrellas fugaces que surcaban el cielo en busca de la princesa de la noche.

-…(Cinnamon, Freshmint, Chestnut y Peppermint)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(Vinyl, Cent, Tulip, Sonnet y Whistle)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(Hoity Toyty y Photo Finish)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(SweetCare)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(Los habitantes de la Colonia Lunar)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(Limejuice)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(Snowdrop y Primrose)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…(TODOS)…-

-Nosotros, Nosotros cuidaremos de ti-

-…-

Cantaron los ponis mientras observaban a las cuatro estrellas fugaces posicionarse alrededor de la yegua en la Luna, liberando un destello antes de quedar completamente inmóviles en el cielo.


-Princesa- dijo uno de los pequeños insectoides, mientras seguía a su gobernante a la orilla del boquete que permanecía en la torre de la colmena.

La changeling, volteo su mirada observando al pequeño guerrero con molestia.

-Lo-Lo lamento. Quise decir, Reina-, se corrigió el pequeño changeling antes de añadir. -No debería estar tan expuesta, aún se encuentra débil-, explicó el soldado.

-Está bien, solo déjame sola por ahora, te llamaré si te necesito para algo-, respondió la reina. Por alguna razón aquella figura en la Luna había captado su atención más de lo que hubiese esperado.

-Como ordene, su majestad-, dijo el soldado antes de retirarse.

Tan pronto como se encontró a solas, la reina comenzó a cantar en voz baja, ni siquiera ella misma entendía el porqué, pero sintió una profunda necesidad de pronunciar las palabras que las estrellas cantaban con sus melodías.

-…(Chrysalis)…-

-Por eso… Querida Luna-

-No debes temer a lo que se oculta en la oscuridad-

-Querida Luna-

-Tú no estás sola, estamos contigo, así que por favor sonríe-

-Porque nosotros cuidaremos de ti-

-…-

Cantó la reina, mientras una última lagrima rodaba por su mejilla. Chrysalis solo deseaba olvidarse de aquel sentimiento y dolor que sentía en su interior. Deseaba destruir la causa de aquel extraño dolor.

-Me alimentaré del amor de otros hasta vaciar sus corazones por completo-, sentenció la reina mirando con rabia al horizonte.


Notas del Autor:

De acuerdo, ahora saben de donde salieron esas cuatro estrellas que liberaron a Luna de su prisión en el primer capítulo de la serie.

La verdad es que la canción "Who Walks in your Dreams" es una canción que salió poco antes de que finalmente me decidiera a escribir el primer capítulo de esta historia, pero sin lugar a dudas cuando, vi el video no pude evitar relacionarlo con los sucesos que tenia planeados para los guardias nocturnos. y esa es una de las razones por las que me decidí a traducir la letra original manteniendo en la medida posible su estructura, por lo cual muchas de las estrofas no riman en esta versión de la historia.

Dicho esto, quiero dar las gracias a Sawtooth Waves por haber publicado tan hermoso video, así como también agradezco enormemente a Vylet Pony por su impresionante interpretación. Un agradecimiento a Brony Notion por el arreglo musical y a Jack DC 93 por la creación de semejante video.

Por el momento es todo amigos. Así que… hasta el próximo capítulo… ALLONS-Y.


En memoria de Victor Fidel Amado abuelo y mentor.

Marzo/1938 - Octubre/2018

En memoria de Carolina López Amada tía y ejemplo de vida

Mayo/1947 – Febrero/2020