―Ya te dije que es lo mejor cariño ― expreso de forma comprensiva el Rey Sombra.
―Pero no me gusta esta idea, acaso quieres que pase toda su infancia en el castillo ― le recalco su esposa la Reina Hope un poco molesta.
―Es que en ese lugar será el único diferente y... los potrillos pueden tratarlo diferente ya sabes porque ― menciono el unicornio.
―Y como sabes que no será diferente esta vez ― le recrimino Hope.
―Yo lo viví en carne propia, por favor créeme cariño.
Pocas eran las veces es que discrepaban por asuntos ambos reyes, como este caso el cual el tema a tratar era la educación estudiantil de su hijo.
El Rey Sombra por un lado se ofrecía a traer el mejor y más ilustre profesor de toda Equestria para que le enseñe a su hijo desde temas que ha de llevar en su colegio e incluso las etiquetas de como un príncipe debe comportarse. Por otro lado la Reina Hope quería poner a su hijo en una escuela del reino, esto para que haga amigos y sea más sociable, a Sombra no le gustaba esto porque cuando él iba a la escuela, muchos de los potrillos lo molestaban por ser un unicornio, era el típico caso de molestar al diferente del salón.
―Mira ― le ofreció extendiéndole un folder a su esposa ― me tome la molestia yo mismo de investigar a los mejores profesores y este es el que encontré, tiene 4 doctorados, enseño a los hijos de los políticos más influyentes de Equestria y todos sus estudiantes aprobaron con honores, llegara mañana y vemos como le va a nuestro hijo en el transcurso de la semana, sino le gusta entonces lo pondremos en una escuela con otros potrillos.
Aunque la Reina no estaba del todo convencida, por lo menos le dio el beneficio de la duda a su esposo, era bueno que su hijo tuviera una educación de calidad pero también que se relacionara con otros potrillos de su edad.
Mientras todo esto sucedía, el pequeño Darius se encontraba jugando en el patio del castillo con su pelota, lanzándola contra el muro y recibiéndola, una y otra vez.
―Que aburrido ― dijo el unicornio que lanzo más fuerte la pelota, rebotando con más fuerza en la pared, el potrillo se agacho para esquivarlo pero la pelota choco contra una de las estatua del patio y reboto de nuevo solo que esta vez paso por encima del muro ― oh cielos.
Desesperado comenzó a correr de aquí a allá pensando en cómo recuperar su pelota, aunque era un príncipe y perder una simple pelota no significara mucho para los demás, para él si puesto que sus padres le habían recalcado muy bien que cada juguete era su responsabilidad y si se rompía o perdía por su culpa, no se lo repondrían hasta su cumpleaños, más que nada lo hicieron para que aprenda a valorar las cosas.
Darius ya quería echarse a llorar, pero de pronto vio un agujero debajo del muro, se acerco para comprobar y si, tenía el tamaño exacto para que pasara a las justas un potrillo. Con nuevas esperanzas metió su pata primero pero una extraña sensación en ella lo obligo a sacarla y al ver que era agito rápido su pata liberándose de aquella horrible cosa.
―Asquerosos insectos ― murmuro con rostro pálido.
Lo que más detestaba Darius eran los insectos, no todos los insectos, sino aquellos rastreros y sucios como las lombrices, cucarachas, escarabajos y cualquier otro que puedas encontrar al alzar una piedra en el suelo.
Ahora el pequeño dudaba en si pasar por ahí o no, pero sabía que si no recuperaba su pelota ya no volvería a tener otra hasta su cumpleaños... y faltaba mucho. Por lo que armándose de valor e imaginando que pasaba por limpio túnel, se metió y arrastro por el lugar.
Al salir del otro lado nuestro pequeño amigo ni siquiera abrió los ojos, pues la sensación de miles de patitas sobre su cuerpo lo tenía asustado para abrirlos, solo atino a agitar todo su cuerpo como desquiciado hasta liberarse de aquellos bichos.
A lo lejos pudo ver su pelota cerca a un charco de lodo. Emocionado Darius comenzó a correr para recuperarla, sin embargo, no se percato de la piedra en su camino que lo hizo tropezarse yéndose de cuerpo contra el charco de lodo.
Cuando se levanto todo su cuerpo estaba cubierto de lodo. Asqueado comenzó a quitar el lodo de su pelaje y su crin pero es esta última fue casi imposible, su hermosa y sedosa crin estaba toda desmarañada con lodo que hasta incluso tapaba su pequeño cuerno de unicornio, por más que lo intentaba no podía librarse de esa parte del lodo.
Los ojos de Darius se humedecieron, sucio y frustrado quería llorar llamando a su mamá pero una voz le interrumpió.
―¿Estás bien?
Al girar su cabeza pudo ver a una potrilla de su edad, de pelaje color caramelo y crin roja.
―No ― atino a decir Darius secándose las lagrimas ― Estaba buscando mi pelota y cuando la encontré corrí para recogerla, pero me tropecé y caí al lodo, ahora estoy todo sucio.
―¿Lloras porque estas sucio? ― pregunto confundida la potrilla.
―No me gusta estar sucio ― respondió el unicornio cortantemente.
―Pero uno siempre se ensucia cuando juega ― dijo simplemente sin que le afectara el tono del pequeño unicornio.
―Yo no me ensucio cuando juego ― respondió finalmente Darius.
La potrilla se quedo pensando un rato hasta que una gran sonrisa invadió su rostro.
―Ven ― dijo ella tomando el casco de Darius que sin poder decir nada fue arrastrado por la potrilla hasta un lugar donde habían mas potrillos terrestres ― Oigan encontré a uno más, ahora somos pares para poder jugar.
El resto de pequeños gritaron de alegría, la potrilla arrastro a Darius cerca a una portería donde estaba otro potrillo terrestre.
―La reglas son simples, nosotros somos defensa, el de atrás es portero y los de adelante son los atacantes, si vez la pelota viniendo bloquéala y pásasela a los de adelante, gana el equipo que meta la pelota más veces en el arco, espero estés listo ― indico la potrilla guiñándole un ojo.
―¿Espera que? ― fue lo único que atino a decir cuando el partido dio inicio.
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Luego de un intenso partido vemos a 2 potrillos en una cancha de futbol vacía.
―Uff eso si que estuvo bueno, casi nos ganan por un gol pero al menos fue empate ― dijo la potrilla muy animada.
Por otro lado tirado en el suelo y esforzándose por respirar estaba Darius, desde que dio inicio el partido se tiro y lo tiraron muchas veces al piso, recibió varios pelotazos en el rostro, no solo se encontraba más sucio que antes sino que también golpeado y cansado, pero extrañamente se sentía más feliz que nunca.
―Jejeje ya no importa ensuciarte o si ― pregunto burlonamente la pequeña.
―Nunca me había divertido tanto en mi vida ― respondió alegremente mientras se levantaba.
―Por cierto nunca nos presentamos, mi nombre es Ruby Shrine ― se presento la potrilla terrestre extendiendo su casco.
―Mi nombre es Darius ― se presento igual el pequeño tomando igual su casco que fue agitado con fuerza por la potrilla sorprendiendo a Darius.
―Y quieres seguir jugando, aun no es tan tarde ― le dijo amistosamente Ruby.
La mente del pequeño Darius le hizo recordar que había salido del castillo solo, por mucho tiempo y sin avisarle a nadie.
―¡Tengo que volver! ― soltó de improviso comenzando a correr hacia el castillo.
―¿¡Volverás mañana!? ― le pregunto la potrilla.
―¡Si, lo prometo! ― dijo el pequeño ya alejándose.
Una vez llego al muro, se arrastro por el agujero sin tanto asco como la primera vez y salió por el otro lado, sin embargo, un par de guardias con rostros asustados lo vieron.
―¡REINA LO ENCONTRAMOS! ― gritaron alegremente los guardias.
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―¡2 horas, 2 horas te buscamos por todo el castillo, tienes idea de lo preocupado que estábamos tu padre y yo!
El pequeño Darius se encontraba en la sala del trono del Castillo del Imperio de Cristal, con la cabeza agachada y escuchando todo lo que decía su madre que caminaba de un lado a otro con el rostro furioso, por otro lado su padre solo se hallaba sentado en su trono sin decir una palabra, sabía muy bien que no era bueno meterse en el camino de una yegua molesta y menos de su esposa.
―¡Y eso no es todo, también te apareces todo sucio! ¿¡Donde has estado!?
―Jugando con otros potrillos ― dijo con una voz baja el pequeño unicornio.
―¿Qué? ― soltaron ambos padres sorprendidos.
No queriendo mentirle a sus padres les conto todo, desde el cómo jugaba con su pelota, se fue por encima del muro y salió por un agujero para buscarla, como se cayó a un charco de lodo, una potrilla lo encontró y le arrastro a jugar con otros potrillos hasta la tarde.
―Y… ahora me doy cuenta que me olvide de mi pelota ― murmuro apenado el potrillo.
Su madre se acerco a Darius quien solo atino a bajar la cabeza pensando que le iba a seguir llamando la atención, pero para su sorpresa ella le dio un fuerte abrazo olvidando completamente que estaba todo sucio.
―Oh mi pequeño, me alegra que hayas encontrando potrillos de tu edad para jugar ― soltó emocionada su madre al ya no tener que preocuparse de que su hijo no sociabilizara con otros potrillos.
―Mamá puedo volver mañana a ese lugar para jugar, se lo prometí a alguien ― dijo añadiendo unos ojos de cachorro los cuales la Reina no pudo rechazar.
―Muy bien, pero primero tienes que darte un baño ― añadió su madre.
Sin esperar más Darius alegre se fue corriendo para darse un largo y bien merecido baño, puede que se haya divertido jugando con otros aun si eso significaba ensuciarse, pero por nada del mundo dejaría ese lado suyo que adoraba estar limpio y perfumado.
―Supongo que eso es un si al profesor privado ― dijo el Rey Sombra al ver a su esposa alegre.
―Puede recibir sus clases en las mañanas en el castillo y yo lo acompañare a jugar con los potrillos en la tarde ― aporto la Reina Hope.
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Comenzaba un nuevo un día, Darius Sombra abrió los ojos, con nuevos ánimos se levanto sin la necesidad de que su madre ingresara a su cuarto, ya no podía esperar más para jugar de nuevo con los potrillos y Ruby. Se peino muy bien la crin para estar presentable y se hecho su colonia para potrillos favorita.
―Hijo, baja para que conozcas a alguien ― fue la voz de su padre.
Darius confundido salió de su cuarto, camino entre los pasadizos hasta llegar a las escaleras, al bajar vio a sus padres y a un unicornio ya de edad de crin blanca y pelaje marrón, su rostro era serio, portaba un monóculo, unas ropas raras pero de alta clase que solo había visto pocas veces en las fiestas que se realizaban en el castillo.
―Hijo, saluda a Helmore Waltrot, tu nuevo maestro privado ― dijo el Rey Sombra.
―Mucho gusto señor ― soltó tímidamente Darius, no era bueno tratando con extraños pero por respeto al ser su mayor tenía que saludarlo.
―Sus majestades, nos dejan unos minutos solos, claro si no es mucha molestia ― hablo secamente Helmore.
Ambos reyes se retiraron claro que Hope no estaba del todo segura pero también lo hizo confiando que fuera lo mejor.
Una vez solos, el unicornio saco una tela con la que limpio su monóculo para luego colocárselo observando atentamente a Darius que lo puso nervioso.
―Tienes buenos modales joven ― dijo el unicornio, calmando a Darius ― para un poni común y corriente ― agrego molesto.
―¿Qué? ― soltó confundido el pequeño.
―Mucho gusto joven príncipe, soy Helmore Waltrot, de la honorable familia de los Waltrot, poseo 4 títulos de los cuales son Literatura Antigua, Matemática Pura, Modales Equestrianos y Filosofía Equina, soy su nuevo profesor privado… ahora usted preséntese joven.
―Yo soy…
―Como un príncipe ― le recalco con el ceño fruncido ― tome como ejemplo lo que yo acabo de decir.
―Es un placer conocerlo señor Helmore Waltrot, me presento soy Darius Shadow eh… hijo del Rey Sombra y la Reina Hope, es… ¿gratificante tenerlo de profesor? ― dijo aquello último sin saber que mas añadir.
El profesor Waltrot lo observo con una ceja alzada para luego hablar.
―Nada impresionable… pero aceptable, de momento ― aquello hizo relajar al potrillo ― tienes un vocabulario limitado pero esto apenas es el comienzo joven príncipe, de aquí en adelante lo educare y al terminar usted se convertirá en un Príncipe hecho y derecho con modales impecables y conocimientos para manejar un reino cuando asuma el trono.
El pequeño Darius tenía la sensación de que su vida se complicaría mas desde ahora, bueno por lo menos saber que jugaría en la tarde lo mantuvo de ánimos, además dejando de lado las tareas escolares, que tan difícil podría ser aprender buenos modales y hablar con propiedad.
The only 95: Que tal amigos… si soy un desgraciado porque después de 2 años actualizo este fic – El escritor siente la mirada de un Humano, un Poni terrestre, un Changeling, un Pegaso de alas metálicas y un Grifo, estos OC's aparte de sentirse molestos también se sienten olvidados – pero bueno esta vez planeo continuar mi fic y terminar esta saga para comenzar con lo épico, se despide su escritor tardado The only 95, nos leemos luego.
