El Nuevo Lord Protector:
Capítulo 68: Confianza
—Creo que es la mejor opción para que esté a mi lado en el resto del embarazo y de futura esposa para nuestro hijo —dijo atropelladamente para ofrecerle una sonrisa automáticamente después.
La cara de Sesshomaru, sorprendido como pocas veces en su vida, no daba crédito a lo que oía. Tenía que hablar con su esposa. Seguro que tanto veneno o tanto té le había afectado a la cabeza.
Enseguida, Sesshomaru, sin siquiera planteárselo dos veces, tomó a Rin en brazos, y en un instante se transformó en una bola de luz, no sin antes decirle a Fumiko que hiciera lo que quería. Fue un solo instante, en el que ya estaban ambos, Sesshomaru y Rin, en los aposentos privados de ambos. Apenas llegaron Sesshomaru simplemente dejó a Rin para que pudiera estar de pie y comenzó a quitarse la armadura dejándola tirada por el camino junto con sus espadas mientras se adentraba en las habitaciones.
Rin no sabía qué hacer. Seguramente había metido la pata, pero no pensaba disculparse sin que él le dijera exactamente qué pasaba. Ya tenían que haber superado la etapa de que le había hecho saber a Sesshomaru que de verdad necesitaba que le hablara para saber que pasaba. Fue tras él siguiendo el rastro de cosas, incluso recogiendo con cuidado sus espadas, las cuales estaban conectadas a él. Las abrazó con cuidado, sabiendo que su poder y su corazón de demonio estaban ligados a ellas y llegó hasta su esposo.
—Has sido puntual como siempre, Sesshomaru —dijo con mucho cuidado, sentándose delicadamente delante de él. Sólo sabía que contaba con su atención porque por un leve momento él la miró de reojo antes de seguir mirando uno de los paneles bellamente decorados con representaciones de perros celestiales chinos, por el cual entraba algo de luz del exterior, dándole un aspecto mágico, si es que no lo tenía ya. Rin procuró tranquilizarse antes de decir nada más, y acariciando las espadas que tenía ahora en su regazo continuó: —Pero tengo la sensación de que ha habido alguna razón para que volvieras tan apresuradamente. A pesar de que esperé cada día por tu regreso en la terraza superior, normalmente sé con antelación que vas a volver. ¿Qué ha pasado esta vez?
—Esa niña ahí afuera ha venido hasta aquí con intenciones de matarte. —La miró a los ojos, ya tranquilo de saber que ella estaba bien.
—Lo sé.
—Y ahora dices que quieres que te acompañe en el embarazo y que se case con nuestro hijo. —hizo una pausa y pudo comprobar que Rin no se rectificaba en lo absoluto —Quieres que alguien que ha intentado atentar contra tu vida esté a tu lado en tan frágil estado, por no hablar de que a pesar de lo a favor que estás del libre albedrío ya le has asignado esposa a nuestro hijo no nato.
Rin se revolvió un poco incómoda acerca de la última afirmación, y procuró que no se le notara, pero no escapó a los agudos sentidos del yokai.
—Sé que puedo confiar en ella. Siempre sé en qué youkais puedo confiar, lo he sabido siempre de niña, y heme aquí —terminó con una sonrisa —Y como sé que eso no te sirve para convencerte del todo, tengo que añadir que ella tiene un poder por el que la ha elegido tu madre: tiene una vista genial. Hasta me ha dicho lo bien que va el bebé, y ella, al contrario de mi educación humana, la han educado para saber tener cachorros de perro-demonio, así que… pensé que podría ayudarme.
—No me has contestado a lo segundo —La agradable sonrisa de Rin se tornó nerviosa de nuevo —Rin no tienes que tomar decisiones aún para con nuestro hijo, hay tiempo de sobra. Además de que no creo que le haga gracia que lo comprometan desde el día en que nació a otra mujer.
—Oh, es verdad…. ¿Cuarenta años son demasiados años de diferencia entre demonios?
—Rin, estás desviando el tema —La observó entrecerrando los ojos. A pesar de que había heredado los poderes casi psíquicos de su madre que le hacían poder entender qué pasaba por la mente de cualquier criatura, con un ser tan emocional como Rin le resultaba casi imposible. Así que sus suposiciones se basaban como cualquier mortal en lo que veía y en la experiencia junto a ella.
—¡Tampoco has contestado a la mía!
—Cuarenta años es una diferencia de edad ridícula entre demonios. Ahora te toca.
Rin se quedó callada, sujetando las espadas como su salvavidas. El hecho de que las tuviera ella le tocaba de algún modo los sentimientos de Rin el corazón de Sesshomaru. Sentimientos de una congoja indescriptible que le hacían sentir incómodo porque no entendía del todo. Con delicadeza le quitó las espadas y se acercó a ella abrazándola con su moko-moko. Le sostuvo el mentón para conseguir verla a los ojos, ahora más cerca que antes y preguntó: —¿Tienes miedo de algo, Rin?
Rin mirándolo empezó a derramar lágrimas mientras se abrazaba su vientre. Basándose en la experiencia de las veces que la vio llorar, la acercó a su pecho abrazándola él mismo, consiguiendo el efecto contrario al que quería: su esposa había comenzado a deshacerse en llanto.
—Sessh-sesshomaru-sama…, mi amado y honorable esposo… —Levantó una de sus mangas para mostrarle morados de que estaba teniendo problemas para luchas contra el veneno de nuevo. —Ni siquiera sé si voy a vivir para conocer a nuestro hijo.
Sesshomaru la apresó más contra su pecho, siempre con cuidado de no hacerle daño, pero se sentía enfurecido. ¿Acaso un hijo tan esperado por ella sería quien se la arrebataría de su lado? ¿Estaba acaso su lado instintivo con la razón de su lado cuando se enfureció al sentir su presencia en el cuerpo de ella?
—Rin, escúchame con cuidado.
—S-si…
—Puedes confiar en este Sesshomaru. Vivirás para conocer a tu hijo, y no me importa qué camino tenga que recorrer para hacerlo realidad si ese es tu deseo.
—Si… ese es mi deseo…
—Entonces pídeselo a este Sesshomaru.
Aún con lágrimas en los ojos, Rin recuperó una de las flores que había recogido con Fumiko anteriormente y se la ofreció a Sesshomaru: —Por favor acepte este humilde regalo, Seeshomaru-sama…
—¿Qué deseas de este Sesshomaru?
—Una larga vida a su lado y a la de nuestro hijo —dijo entre hipidos por el llanto.
Sesshomaru aceptó la pequeña ofrenda de las manos de Rin y le contestó: —Entonces, confía en este Sesshomaru, lo hará realidad para ti.
—S-si… confiaré en mi amado esposo —continuó Rin, mientras, mas tranquila, se dejaba abrazar por Sesshomaru.
Mientras, el yokai al abrazarla, destruía con su veneno, por primera vez un regalo que le había ofrecido su amada. Porque aunque estaba a sus pies y le haría realidad cualquier deseo que ella le pidiera desde aquella primera vez que le regaló su sonrisa… esta vez una larga vida al lado de Rin y su hijo era más bien el deseo del propio Sesshomaru.
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Hola mi gentecilla bonita! Mini capítulo de nuevo! pero he publicado rápido, que quería poder hacer mi mini aporte a la SESSRINWEEK :DDDD (hasta he seguido la temática y todo! :D) en fin, espero que os haya gustado, como siempre. Y abro pregunta: ¿DEBERÍA APARECER DE UNA BUENA VEZ LA SUEGRA YA EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO? Dejadme vuestras opiniones, que realmente detenerme en el embarazo mucho me da pereza porque me parece que cosas más interesantes pasan después, pero yo que sé... XD
respuestas:
marysanty899: Gracias! besis :333
BlackLady630: OMG muchas gracias! me esfuerzo muchísimo en tener calidad escribiendo y pensándome mucho qué es lo que debería pasar, así que comentarios como el tuyo hace que valga mucho la pena :3
arual17: siii Rin es la encantadora/domadora de demonios-perro (?) XDDD pero bueno, dadle tiempo a la chica para que se explique, lo de buscarle novia es que la chica ya se ve muriendo otra vez XD
Bed 127: Gracias! lo de futura esposa ya se verá si si o si no btw, pero sí, la chica está preocupada de que no va a poder estar para ayudar a buscarle novia a su hijo y ya se ha puesto manos a la obra XD y sip, hubo y va a haber algo de drama, que esto es un embarazo de riesgo :_D
Bueno bebes, esto es todo, muchas gracias a todos los que me leéis, especialmente quienes os tomáis el ratito de escribirme, me hace mucha ilu. Espero que os haya gustado, un abrazo de oso panda y hasta la próxima! :3
