Pasó un rato, se vieron cuatro chicas salir apenas del bosque estando bastante sucias, en la entrada esperaban dos jóvenes.

- Bienvenidas.

- ¡Eso fue una pesadilla! – Yuzu sujetó de la camisa de Kouki. – No más… por favor, nunca más…

- ¿Están felices? Hicimos lo que dijeron. – Comentó Lin, ambos chicos se vieron para luego asentir.

- Claro, ya todo terminó, ahora podrán descansar.

- Menos mal… - Y en cuestión de tiempo, las cuatro cayeron desmayadas por el sobreesfuerzo que hicieron, ambos chicos fueron para llevarlas de regreso.

- Kouki ¿Cómo crees que ha ido este campamento? – Preguntó Makoto, el pelinaranja se puso a pensar.

- Bueno… creo que ha cumplido con su objetivo, todas han estado esforzándose a su propia manera, así que veremos los resultados en su siguiente partido.

- Es verdad… que ahora podríamos darles un buen regalo ¿Qué dices? Ya sabes que ocurre. – Kouki sonrió en ese momento.

- Ciertamente, seguro un buen baño las despertará e iremos todos.

Pasó un rato, Yuzu comenzó a abrir los ojos mientras su rostro fue salpicado con agua, levantándose al instante.

- ¿Qué pasó?

- Ya despertaste. – Las otras tres igual estaban despiertas, notando que estaban en el baño, Runa igual estaba ahí.

- Será mejor que se bañen, ellos dos tienen algo preparado y pónganse lo que está en sus habitaciones. – Fue todo lo que dijo la peligris, no sabían que podían tener en mente, por ahora aliviaron sus dolores con el agua termal y un rato después de salir, fueron a cambiarse, lo que vieron fue algo que las sorprendió y se pusieron.

- ¿Cómo me veo? – Chiyo mostró la yukata que tenía.

- Te ves bien. – Yuzu levantó el pulgar. – No pensé que nos darían yukatas.

- Parece que iremos a algún lado, pero no sé dónde sería. – Expresó Sora, en ese momento entraron los chicos.

- Parece que están listas, así que podemos irnos.

- ¿Dónde iremos? – Preguntó Lin.

- Obvio, al pueblo debajo de la montaña, se está celebrando un festival así que por ahora vamos a divertirnos un poco.

- ¿Un festival? ¡Yay! – Yuzu y Sora estaban felices, eso igual era un alivio para Chiyo y Lin, al menos después de tal entrenamiento infernal, podrían tener algo de diversión. Así entonces es que salieron del hotel para bajar por las montañas aunque en esta ocasión iban en una cabina de teleférico.

- Si había una cabina de estas, pudimos haber subido así. – Expresó Sora.

- Pero de ser así no hubiera empezado el entrenamiento. – Respondió Makoto. – Por ahora iremos al pueblo, esta noche será divertida.

- Es verdad ¿Qué pueblo es? – Preguntó Yuzu.

- Es un lugar rural llamado Hinamizawa, parece que durante estas épocas celebran un festival dedicado a su dios llamado Watanagashi.

- ¿Banquete de demonios? Eso suena como algo aterrador… - Expresó Chiyo por debajo, Kouki soltó una pequeña risa.

- No es nada como creen, en realidad se volvió un festival normal donde lo que hacen es dejar ir bolas de algodón de un edredón viejo al rio, como una forma de demostración de almas que descansan en paz.

- Oh, entiendo.

- Ha contado con un gran apoyo del gobierno local por lo que muchas familias de la ciudad cercana también van, así que por ahora vamos a disfrutar.

Bajaron para comenzar a avanzar por el camino que los llevó al pueblo, ya escuchaban a la gente y se encontraban varios puestos ahí de distintas cosas, comida e incluso regalos.

- ¡Comida! – Yuzu fue la primera en ir, Lin buscó detenerla, ya las demás también comenzaron a disfrutar.

- Parece que somos sus niñeras. – Bromeó Makoto a lo que Kouki empezó a reír.

- Por ahora podemos darnos el lujo, disfrutemos de todo lo que hay. – Así es que empezaron a recorrer los puestos, la rubia no pudo resistirse y compró todo lo que pudo, taiyaki, okonomiyaki, algodón de azúcar entre más mientras Lin solo podía verla, Chiyo revisaba puestos y compró hielo raspado mientras Sora compró una máscara de esas de super héroes y se la puso a un costado.

- Jamás pensé que tendríamos esta oportunidad. – Expresó Yuzu con alegría.

- Realmente ha sido muy divertido. – Sonrió Chiyo, en eso vio algo de salsa en su costado. – Tienes restos Yuzu-chan. – Pasó su dedo para quitárselo.

- Jeje, gracias Chiyo-chan.

- Después de todo el infierno que hemos pasado, esto se siente como la recompensa después de una dura prueba. – Comentó Sora.

- Como haber superado la mazmorra de un jefe final para obtener la recompensa. – Complementó Runa a modo de su conocimiento.

- ¿Pasamos por los puestos de juegos? Quizás haya algo que podamos ganar. – Sugirió Yuzu, las chicas empezaron a moverse y se encontraban varios juegos pero vieron uno en particular.

- ¿Pueden derribar estos blancos? Si les dan, podrían llevarse uno de estos grandiosos premios. – Un dueño de puesto mostraba varios premios, mayormente eran peluches y muy bonitos.

- Se ven hermosos. – Señaló Chiyo.

- Y justamente es un juego de lanzamiento de pelota… - Yuzu sonrió mirando a Runa. - ¿Puedes hacerlo?

- No hay nada que pueda. – Se acercó al puesto, el dueño la vio.

- Ey señorita ¿Qué dices? Tres intentos por cien yenes, ni más ni menos.

- Claro. – Pagó la cantidad y le dieron tres pelotas, Runa observó los premios y debía derribar los blancos debajo de estos para llevárselos.

- ¿Cual quieres? – Preguntó a Chiyo, la pelirrosa se sorprendió, entonces empezó a ver cada uno, posando su vista sobre un delfín gigante.

- Ese se ve lindo. – En ese momento ella asintió y se concentró, quería obtenerlo al primer lanzamiento así que se preparó y extendiendo el brazo, lanzó la pelota, logrando dar al blanco con una fuerza que lo sacó del estante y cayó al suelo.

- ¡Lo hiciste! – Celebró Yuzu, el dueño del puesto se vio asombrado por la fuerza puesta en la chica, es entonces que no tuvo de otra que darle el peluche, Chiyo lo recibió con abrazo.

- Gracias Kusakari-san.

- ¿Alguien quiere otro? – preguntó.

- E-Espera ¿usarás tus otros dos lanzamientos? – Preguntó el dueño con asombro.

- ¡Yo! – Sora levantó su mano, entonces señaló a un mono gigante. – Ese seguro le gustará a Shinonome-senpai, quiero regalárselo.

- Entendido. – Runa volvió a prepararse y lanzó la pelota, dando al blanco y derribándolo, el pobre dueño lo estaba sintiendo, con dolor y pena, le dio el peluche y Sora lo agarró.

- Gracias, seguro a ella le gustará cuando se lo de.

- Y el tercero. – En eso miró a Yuzu y Lin.

- Yo no soy muy afecta a los peluches, puedes tenerlo Yuzu. – Cedió la pelinegra, ella asintió y comenzó a ver, ahora señaló un tigre gigante, Runa nuevamente se preparó y lanzó la pelota, obteniendo el mismo resultado, el dueño del puesto se tragó sus palabras y entregó el premio, la rubia lo abrazó.

- Esto irá perfecto a mi colección.

- No más… ¿Qué son ustedes? – Preguntó el pobre dueño.

- Jeje, somos parte del club de beisbol femenino de nuestra escuela y ella será una de nuestras pitchers estrellas. – Presentó Sora con orgullo. Sin decir nada más, se fueron de ahí, cada quien, sujetando sus peluches, al poco tiempo vieron a Kouki y Makoto.

- Ahí están, pronto comenzará la presentación.

- ¿Cuál presentación? – Preguntó Yuzu.

- El baile ceremonial del Watanagashi, lo verán cuando vayamos a verlo. – El grupo se movió al escenario donde muchas personas comenzaron a reunirse. Así empezó el baile el cual una niña pequeña de largo cabello azulado y con traje de sacerdotisa movía un azadón gigante a modo de un baile y araba algodón, al finalizar todos aplaudieron y recibieron una bola de este, ahora yendo al río para dejarlo fluir por la corriente, el grupo lo hizo.

- Esto simboliza buena suerte para todo el año, así que será bueno para todas. – Comentó Makoto.

- Fue muy divertido la verdad. – Señaló Yuzu. – Me ha hecho olvidar todo el infierno que pasamos los días anteriores.

- Nos alegra que hayan disfrutado, ya mañana será el último día del campamento. – Señaló Kouki, a decir verdad, eso trajo un vacío a las chicas, después de todo lo que han pasado.

- ¿Acaso están tristes? – Sonrió Makoto de forma burlesca.

- N-No realmente, por lo menos ya nos iremos de esta pesadilla. – Comentó Lin.

- Pero… a pesar de todo, realmente me divertí en este viaje. – Sonrió Chiyo por debajo.

- Creo que todo lo aprendido realmente nos ayudará. – Expresó Sora. – A pesar de que parecía que nos torturaban, al final resultó ser útil.

- ¿En serio dudaron de nuestras habilidades? Nos lastiman. – Kouki fingió dolor.

- E-Eso no es verdad, fue bastante bueno el entrenamiento. – Señaló la pelirrosa.

- Volvamos entonces al hotel, volveremos mañana en la tarde. – Comentó Makoto. Así se movieron para volver al hotel para descansar, ya en la mañana siguiente serían sus últimos momentos antes de regresar a sus vidas normales.


Cayó la noche, Kouki salió a tomar agua y fue a la cocina, en ese momento vio afuera una figura, Runa estaba ahí, practicando lanzamientos contra la pared, con curiosidad, abrió la puerta de madera y esta le vio.

- Eres tú…

- No pensé que entrenarías hasta tan tarde cuando todos duermen.

- Solamente lo hago para no molestar a nadie… - Fue todo lo que dijo mientras continuó, el pelinaranja no tenía nada más que hacer por lo que se quedó sentado en la entrada.

- ¿Qué opinas del campamento? Me gustaría saber tus pensamientos al respecto. – Empezó a hablar, ella se detuvo en ese momento para comenzar a pensarlo.

- Fue ciertamente bastante duro, incluso era algo que se vería en la antigua roma, pero creo que realmente nos ayudó a fortalecernos, un entrenamiento normal no es algo que nos hubiera puesto al mismo nivel que las demás que ya llevaban más tiempo que nosotras, eso mayormente benefició a las novatas que no sabían nada hasta hace poco.

- Eso mismo, cuando le hablamos a su entrenador la primera vez acerca de este campamento, estuvo en contra, supongo que ya saben por qué, del hecho que seamos chicos y chicas bajo el mismo techo pero al mostrarle nuestras habilidades, supo que era lo mejor para ustedes.

- Si por algo confió en ustedes, entonces tuvo razón.

- Después de toso sabe la fuerza de equipos como Kaio y Kogetsu, así que necesita que todo el equipo sin excepción esté en un nivel optimo y detener el progreso de las demás por ustedes que apenas empiezan iba a atrasarlos para cuando llegue el momento de enfrentar a uno de estos.

- Eso es verdad… sobre todo si quiero derrotar a Onee-chan… - Apretó su puño. – No tengo otra cosa que decir… más que gracias…

- Me alegra escuchar una buena opinión. – Sonrió Kouki. – Entonces, tengamos una pequeña sesión de entrenamiento hasta donde puedas ¿Qué dices? – Runa sonrió suavemente en ese momento.

- Entendido. – Así continuaron un rato más entrenando. Llegó la mañana y entonces era el momento de partir.

- Extrañaré este lugar. – Expresó Yuzu. – Tuvo de todo, habitaciones cómodas, aguas termales, buenas comidas.

- Es cierto. – Expresó Sora. – Espero algún día pueda volver… mejor si es con Shinonome-senpai. – Empezó a abrazarse a sí misma.

- Me gustaría venir la próxima vez con todas del club. – Expresó Chiyo.

- Es verdad, es algo que deben de disfrutar. – Asintió Yuzu. Ya en ese momento se encontraba la limosina afuera esperando.

- Ya es momento de irnos. – Avisó Kouki. Así es que ya comenzaron a abordar y regresar, viendo por última vez el hotel, el vehículo comenzó a moverse lejos de ahí.

- Ya volveremos a nuestros hogares. – Sonrió Yuzu. – Y realmente siento que he mejorado desde entonces, ahora podría jugar mejor.

- Todas deberíamos. – Sonrió Sora. – Así que el siguiente partido nos irá mejor, eso es seguro.

- Si, eso haremos. – Asintieron las demás, ya finalmente volverían a sus hogares y entonces estarían a la par con el resto, ya se vería el fruto de sus esfuerzos.


- Un nuevo día. – Tsubasa se levantó en ese momento, ya deseaba ir a la practica y de tal manera se vistió y salió para irse, despidiéndose de sus hermanas, empezó su camino hacia Satogahama y así iba en camino. – Espero que sea otro gran día como siempre.

Al momento de salir, vio algo de reojo, reconoció la figura que era no otro más que Fudo.

- ¿Saionji-kun? Quizás deba saludarlo ¡Saion…! – Justo al acercarse vio algo que la sorprendió, una chica estaba junto a él y no solo eso, sino que era muy cercana a él, tanto que le abrazaba. – (¿Quién es ella?) – Se preguntó pero al verlos tan juntos, empezó a sentir presión en su pecho. – (¿Qué es esto? Me duele el pecho…)

Los vio irse y ella era bastante amigable con él, tanto que no quería seguir viendo más, en ese momento comenzó a correr lejos de ahí, no sabía que le estaba sucediendo, ese dolor en su pecho era bastante fuerte como para ignorar, pronto ya sabría que algo desencadenaría aquello que la cambiaría…


Ninja Britten 11: Bueno, digamos que no les fue tan bonito como ellas pensaban y si que lo sufrieron, al menos pudieron relajarse un poco al final de todo ese campamento.

El Redentor 777: Runa al menos pudo hablar al respecto, si que Kouki es alguien que puede escucharla, ya tiene algo de confianza hacia él.

Con este cap terminamos este pequeño arco del campamento, ya volverán a la ciudad y eso significa que volveremos con los demás personajes, por ahora algo sucederá con Tsubasa y Fudo, no le gustó lo que ella vio y eso lo estaremos desarrollando, ya lo sabrán en los siguientes caps. Saludos.