Le temblaban las piernas, le temblaban las rodillas, sentía el corazón acelerado como hacía años no le pasaba.

Aunque esa sensación de estar a punto de ahogarse con sus propias emociones tampoco le era del todo ajena, la recordaba de su primer concierto, la primera vez que había salido a un escenario estaba hecha un manojo de nervios, pero Luka y Erik habían estado a su lado, sosteniéndola por los hombros, amenazando con empujarla si llegaba a acobardarse.

Ahora Oliver y Erik estaban a sus lados mientras Marinette terminaba de poner los estoperoles en la chaqueta de Luka.

Cerró los ojos y respiró profundo, haciendo una recapitulación de los sucesos de esa semana.

Todavía recordaba los mensajes de reclamos, los inbox de odio, las preguntas, los cuestionamientos, los mil seguidores que había conseguido en su Instagram cuando anunció quiénes más participarían en el concierto con ellos.

Lo que más le había hecho gracia era que la venta de boletos de verdad había aumentado, los mensajes de sus seguidores más acérrimos eran de apoyo, uno que otro seguidor nuevo le había quitado el follow en redes sociales, pero de verdad había logrado vender unos cuantos más por la incorporación de algún artista pop.

Ahora sólo quedaba esperar.


82.-El orgullo de Andree

Sonrais777: Pronto, prometí a mis hermanas que Louis tendría un muy buen final feliz y pretendo cumplir, será un final de temporada que dejará a todos conformes, espero.

RubyMoon Li: Cuando mencionaste a Denisse como una mujer delicada, no pude evitar pensar en un caballero de la mesa redonda protegiendo a su princesa, aunque sé que es una metáfora que ya usé para Luka y Marinette entregándole la piel del dragón, creo que lo de Denisse y Andree valdrá la pena, será divertido escribirlo. Poco a poco estoy recuperando la salud y la calma, y con ello espero que también la habilidad de escribir. Tengo trabajando este concierto desde que publiqué el capítulo anterior, literalmente le dediqué tiempo de mi día todos los días hasta este momento, ha sido complicado y sólo espero poder reflejar lo que quería, estoy cansada, pero vale la pena. Respecto a lo de Mariana y yo, muchas gracias por el apoyo, aun en la distancia es bonito saber que contamos con apoyo de otros. Espero mantener la calidad, que se viene el final del torneo, y de verdad quiero que les guste mucho.

Mu Bug Moon: Me encantó leer lo de llevar a las amigas al lado oscuro, creo que a mis hermanas las induje yo, ya no me acuerdo, inculta, no por favor. Acá sólo es que tengo mucho tiempo escribiendo, son muchísimos años de práctica y muchos libros leídos. No soy quién para decidir si el Lukanette debería ser canon o no, pero es cierto que el romance entre ellos dos sería más maduro, en alguna historia escribí que Marinette actuaba como una fan con Adrien, pero con Luka todo siempre es más natural, espero puedan seguir disfrutando la historia, y perdón, no me he podido pasar por tu historia, pero pronto.

TheBlacKat: servida, un capítulo dedicado a los lectores recurrentes y los reviews constante, de verdad mil gracias por el apoyo a la historia. Con las cosas volviendo a su sitio, espero poder publicar el siguiente capítulo pronto. Prefiero mantener la calidad que el ritmo, pero de verdad espero poder actualizar rápido.

Saya: el capítulo de los hermanos me inspiró a ponerme las pilas con este discurso, un día me aventuraré a escribir algo como lo que tú lograste con el capítulo, todavía sigo procesando ese éxtasis visual y auditivo, gracias por eso.

Asami: mil gracias por tanto, desde Bleach, hasta los gruñidos, el Lukamei que todavía tengo que terminar jajajaj perdón por eso. Y por el apoyo y compañía en tantos momentos de todo tipo.

Mariana: se te van a acumular jajjaja sólo espero que cuando leas esto, sepas que me costó escribir esto, porque se trata del inicio del final de esta saga. Seis capítulos para una saga, Colette, Denisse, Luka, Marinette, ahora Andree y sólo nos faltaría un nombre para cerrar, aunque tal vez un par de capítulos más. Disfruta el final del torneo.


Luka había conseguido a un grupo para que les hicieran la apertura del concierto; rock de garaje, se había dicho Colette cuando les vio llegar, pero sonrió divertida cuando se percató de que, de verdad, aquel grupito tenía talento y potencial.

—Me gustan —murmuró Colette cuando Luka se paró a su lado, con la guitarra echada al hombro y sonriéndole a los músicos.

—Scarlette es mi estudiante más dedicada. Es buena en la teoría, pero al momento de tocar nadie le gana.

—Puedo imaginar que es tu favorita.

—Sí, lo es. ¿Preparada?

—¿Para la despedida? —espetó Colette escandalizada, mirando a Luka como si le hubiese dicho una incoherencia. —Por supuesto que no, jamás lo estoy.

—Tampoco estás sola —murmuró el muchacho al final, tomando la mano de su amiga y sonriéndole de medio lado antes de dar un asentimiento y encaminarse hacia el escenario.

Colette observó la espalda de Luka mientras las luces parpadeaban con velocidad, dándole la impresión al guitarrista de ser un stop motion. Sonrió divertida pensando en lo mucho que Luka se parecía a Viperion con el look de esa noche. Todos los artistas invitados tenían vestimentas que, de una u otra manera, les hacía parecer reptiles. Claro, Colette se había tomado a personal lo de la selfie, pero no dejaba de ser una reptil, así que no reparó en gastos cuando decidió que quería que todo el elenco vistiera motivos viperinos. Y Marinette estuvo feliz de complacerla.

Pantalón azul oscuro, camiseta de escamas, chaqueta de cuero aqua por encima de la sudadera de capucha, los ojos maquillados en tonalidades más claras, los colmillos pintados en sus mejillas.

Sí, se habían esmerado en hacerle parecerse a Viperion, pero el portador de la serpiente estaba cerca, custodiando el concierto por si Hawk Moth hacía por aparecer.

¿Cómo explicarle a Colette, al mundo en general, que los portadores a los que veían esa noche caminar en los tejados alrededor del estadio no eran otra cosa más que una ilusión de Rena Rouge?

(Up in flames – Icon for hire)

La gente gritó embravecida cuando Luka arrancó aquel primer sonido a la guitarra, haciendo la nota temblar para darle la bienvenida al resto de los instrumentos.

Colette dejó pasar unos segundos antes de salir corriendo con su vestido rojo sangre, con las escamas, con los holanes verdes y negros haciéndole parecer una muñeca, con sus dos coletas altas pintadas de rosa en las puntas, haciendo gritar su guitarra mientras la batería arremetía con todo.

—¡Buenas noches París! —Gritó la chica con locura, arrancando un grito que se convirtió rápidamente en un bramido embravecido. —¡Mierda, voy a extrañar esto! —admitió divertida mientras Luka le daba entrada.

I don't wanna say what I got on my mind
'Cause nothing tonight wants to come out on time
The truth is I'd rather sit out and unwind
Let somebody else tell their story this time
I wonder what happened to give me the right
To step on a platform and pick up a mic
And tell you the way to be living your life
'Cause all my credentials were lies

Se sentía como el recuerdo de otra vida, una conversación en una habitación de hospital, Marinette diciendo que ella había compuesto esa canción y, obviamente, Colette no le había creído. Pero esa mañana Luka y Marinette habían vuelto a relatar aquella historia, confesándole a Colette cómo habían llegado a trenzar el coro sin saber cómo iría el resto de la pieza.

Marinette tras bambalinas con su vestuario rosa pálido, también temático de serpientes, Luka desde la guitarra pegándose al micrófono de su amiga, Colette al centro del escenario, abriendo espacio para su ex mientras se dejaban la garganta en aquel coro.

Aquel momento fue épico, al menos para ellos tres lo fue, puesto que sabían perfectamente cuánto significaba aquella canción.

Cantaron juntos el coro, sabiendo que el mundo se vendría abajo después.

I'll probably end up in flames
Before the end of the night
Watch me burn in the fire
Watch me bid you goodbye
Your words fall right off the page like they fall on deaf ears
You know that it's over
Nothing left for you here
(Nothing left for you here)

La canción llegó a su final y Colette soltó un jadeo contra el micrófono mientras se echaba la guitarra a la espalda, tras bambalinas, Marinette y Denisse hacían un conteo rápido de los reportes de entradas, percatándose de que todavía faltaba gente para llegar a los cinco mil asistentes esa noche. Todavía no era suficiente, todavía no lo lograban.

—Ni se imaginan mi sorpresa —gritó Colette con muecas exageradas, haciendo reír a la gente por la anécdota —cuando me enteré de que la actual esposa de mi exnovio, el que yo decía que era el amor de mi vida, ayudó a componer esta canción. ¡Quiero un fuerte aplauso para Marinette Dupain-Cheng De Couffaine que está tras bambalinas, y que, además de esta canción, también nos hizo los vestuarios esta noche! ¡Mátenme por favor! —exclamó al final, cubriendo su rostro con una mano, como si ocultara una mueca de vergüenza —Estoy usando un Dupain-Bourgeois.

Nuevas carcajadas por parte de la audiencia.

Se habían vendido más de cinco mil boletos, de hecho, se habían logrado entregar muchísimos más, pero luego de revelar algunos de los artistas invitados esa noche, de los colaboradores del concierto, vestuario y demás, algunas personas habían expresado que ganar, comprar o robar los boletos había sido una pérdida de tiempo y de recursos.

—Hemos logrado tres mil doscientos treinta y seis ingresos —comentó Denisse angustiada, alternando miradas con su tableta y con sus amigos, sin embargo, la sonrisa tranquila de Marinette le ayudó a recuperar un poco la calma.

—Es un concierto sin cierre de accesos, ya llegaremos a la meta.

—Pero, ¿y si no?

—Nunca hicimos público el itinerario de esta noche, mucha gente espera que echemos por delante a las estrellas pop, créeme, he estado en este tipo de conciertos de nuestros reptiles muchas veces, ya llegarán.

Ambas chicas volvieron la vista al escenario, a la interacción de Colette con su público, y Denisse lo notó, pero no diría nada, o al menos no de momento, pero Marinette había llamado a los reptiles como algo propio, no sólo de Luka.

Y aunque su outfit era muy pinky para Andree y sus dominios, ambas sabían que ella pertenecía ahí.

Marinette era fuerte, por supuesto era digna de ser llamada Perséfone... ¿Sería ella así de fuerte?

Denisse apartó rápidamente ese pensamiento sabiendo que le conduciría en dirección al rey de los reptiles, y volvió la atención al frente mientras Juleka se posicionaba junto a ellas, asiéndose a su bajo mientras pasaba saliva.

—Perdí la práctica —se quejó la chica cuando la mano de Marinette le acarició el hombro. —Estoy nerviosa.

—Lo harás genial, tú y tu hermano lo tienen natural —prometió Marinette antes de acomodar la capucha de Juleka y limpiar un poco el delineador de la chica. —Toca como si estuviéramos en el Liberty, como cuando ensayábamos los domingos en la tarde mientras les diseñaba los vestuarios.

—Esto es un domingo por la tarde —repitió Juleka al escuchar a su hermano haciendo rechinar las cuerdas de la guitarra para acompañar el discurso de Colette.

(Can't sleep, can't breathe – Digital Daggers)

—Porque esta noche no tenemos uno, sino dos Couffaine, así que París, dale la bienvenida a la única mujer en este país que puede hacer llorar un bajo hasta hacernos estremecer con su belleza ¡Juleka Couffaine!

—Un domingo por la tarde —repitió Juleka antes de descargar su furia contra las cuerdas de su bajo y hacerle segunda a su hermano, realzando la pieza mientras Marinette encendía su micrófono y le empujaba levemente, dándole entrada al escenario.

Sus pasos fueron poderosos, no estaba segura de si los escuchaba retumbar por todo el estadio o si era el eco de la batería, pero Juleka caminó con seguridad hasta pararse a un lado de Colette y pegarse espalda con espalda con ella, sonriendo mientras sus cuerpos se bamboleaban al ritmo de la música y la gente gritaba embravecida.

Y, aunque Colette cantó todo el primer verso, ambas chicas se pusieron frente a frente, con las bocas muy cerca del micrófono, hablando al unísono, entonando un susurro que consiguió sumir al estadio en silencio mientras las manos se levantaban para marcar el ritmo.

I'm taking you down with me
I'm taking you down with me
Til you

Can't sleep, Can't breathe
You met your enemy
Can't sleep. Can't breathe
Won't get no peace with me

Juleka y Colette se movían por todo el espacio. La cantante no había presentado a Luka hasta ese momento, pero sí a Juleka, muchos de los asistentes al concierto estaban ahí para verla a ella, a la bajista de Kitty Section, así que la chica no tuvo ningún reparo en caminar por todo el espacio mientras arrancaba sonidos a su bajo, mientras marcaba el ritmo de la música con su propio cuerpo, aprovechando sus intervalos de silencio para levantar la mano e incitar a la gente a gritar embravecida, cantando los coros a todo volumen y a imitar aquel gesto.

The lower you go the less that you'll know
You're sinking to the bottom now
You're losing control
The lower you go
You're sinking to the bottom now

¡Dios, de verdad extrañaba los escenarios! Y extrañaba hacer aquello con su familia, así que agradeció cuando Luka corrió hasta su lado y se pararon espalda con espalda como solían hacer en los conciertos, doblando las rodillas para sostenerse el uno al otro, mirándose de reojo mientras compartían sonrisas cómplices y miradas de orgullo.

—Pronto —prometió Luka en voz baja, un susurro que pudo haber resonado contra las bocinas, pero sólo logró hacer aún más escalofriante el coro que Juleka y Colette cantaban de nuevo, junto con el resto de los presentes.

I'm taking you down with me
I'm taking you down with me
Til you

Can't sleep, Can't breathe
You met your enemy
Can't sleep. Can't breathe
Won't get no peace with me

Pronto, había dicho Luka Couffaine, y Juleka sabía perfectamente que su hermano hablaba del regreso de Kitty Section a los escenarios.

La pieza terminó, Juleka levantó el bajo por encima de su cabeza con ambas manos matando el tono mientras las luces estallaban antes de sumir el lugar en la oscuridad y dejar el paso para el grito de la audiencia.

Juleka soltó una carcajada por la adrenalina, sonido que retumbó contra las bocinas y consiguió que la multitud se fuera calmando.

Le zumbaban los oídos, el corazón latía con tanta violencia contra su pecho que le dolía hasta respirar, sentía que saltaba en su sitio con cada palpitación, y cuando levantó la mirada en dirección a Luka, se percató de que las emociones eran compartidas, ambos sonreían con orgullo, disfrutando de aquel escenario como hacía años no podían.

No sólo lo querían, necesitaban que Kitty Section volviese a tocar, y por un momento, Luka consideró cancelar Bad, pero luego pensó en que su hermana lo mataría si lo consideraba siquiera, Bad era un sueño hecho realidad, así que esperaría un poco más.

Ambos hermanos saltaron en sus sitios, asustados, cuando la guitarra de Colette aterrizó entre ellos y rebotó varias veces hasta golpear la tarima de la batería.

Habían estado tan ocupados en su propia conversación silente que no se percataron de que Colette estaba también eufórica por aquel concierto. Porque estar en un escenario era adictivo, sí, los nervios estaban a flor de piel todo el tiempo, los nervios nunca paraban, aunque una vez que comenzaban se sentían como pez en el agua, como si hubiesen nacido para hacer aquello, iniciar era lo complicado. Luka una vez había confesado que nunca dejaba de sentir nervios al iniciar un concierto, y honestamente esperaba nunca dejar de sentir aquella adrenalina.

Colette la sentía.

Y se había quitado la guitarra, lanzándola en un arrebato infantil para poder caminar con libertad hasta el borde del escenario y gritar alguna interacción con el público, consiguiendo que su voz aguda hiciera chirriar las bocinas, obligándolos a todos a componer una mueca y taparse los oídos.

No Colette, ella soltó una carcajada y una mueca de disculpa fue suficiente antes de que ella retirara un poco el micrófono de su boca para continuar con su discurso.

—Esta noche no puede continuar con nosotros haciendo lo que nos plazca con la música, así que quiero pedirles un fuerte aplauso para despedir a Daniel —la mano de Colette apuntó hacia la batería y el muchacho que había estado ahí se puso de pie para hacer una reverencia y agitar las manos en el aire, despidiéndose de la audiencia y saliendo triunfal como aquel que se va de la guerra para volver con vida a casa.

Un staff aprovechó aquello para ponerle a Colette el micrófono de diadema y hacer un último cáliz antes de dejarle volver al escenario y continuar con el show.

—Jeanette siempre decía muchas cosas —inició Colette con un nudo en la garganta, mirando a las personas que habían asistido mientras Denisse le pasaba una nueva cifra a Marinette, cuatro mil doce personas. —Esta noche es el Concierto Despedida para una diva del punk, porque, tienen que admitirlo, Jenny era una diva para esta parte del mundo de la música. Y entre todas las cosas que ella decía, la que más me gustó siempre fue que, mientras nuestra música viviera, el mundo podría matar nuestros cuerpos, nuestros sueños, y nuestro por venir, pero jamás podrían matarnos.

(You can't kill us – Icon For hire)

—No voy a hacer esto —sentenció levantando una mano, apuntando a la audiencia con un dedo con si les acusara de algo mientras las primeras notas del teclado se iban haciendo acompañar por la guitarra de Luka —, si no es Iván Bruel quien me marca el ritmo.

I swear to God at night when I close my eyes
I can still see this little lost girl inside
And I don't know how to help her, I don't know what to do
Supposed to have this figured out but I'm so confused

Colette comenzó a cantar mientras el aludido caminaba hacia su puesto, arrancando nuevos gritos a la audiencia, las manos de la cantante se encontraron en lo alto, ella aplaudía para marcar el ritmo mientras Iván hacía girar una de las baquetas en su mano y se sentaba tras la batería.

For years I cried myself to sleep every night
Lived one day at a time, trying to just stay alive
And I knew people had it worse, but that didn't make me better
Took all I had inside just to hold myself together

Primero marcó el ritmo como si se tratase del tambor de una marcha de guerra, Colette aprovechó para acercarse a la tarima y arrancar la manta que cubría el bombo, revelando el ícono de Kitty Section, revelando que la batería que se tocaba esa noche no era otra sino la del mismo Iván.

But I knew I couldn't stop, kept hoping one day
Maybe I'd make it to a stage and tell you 'it's all okay.'
And that 'I love you. Even if I haven't met you yet
Hold on, stay strong and never forget.'

Juleka y Luka se pararon a los bordes de la tarima mientras Colette se subía para pararse al lado de Iván, poniéndole una mano en el hombro mientras la otra la movía al ritmo, haciendo que la multitud aplaudiera también.

We've been lost, been to the bottom
Beaten up, torn and forgotten
Still we fight, we will survive
Can't kill the fire we feel inside
We've been burned, chained and depleted
Left alone, we're not defeated
Still we fight, we will survive
Can't kill the fire we feel inside

Iván arremetió ahora sí contra la batería, arrancando los sonidos con brutalidad mientras Colette saltaba en su sitio al ritmo de cada percusión, tan acostumbrada a ese ritual durante los conciertos que su voz ni siquiera titubeó un momento. Las lágrimas salían a borbotones por sus ojos, bañando sus mejillas mientras ella entonaba aquel himno que había compuesto para su Jeanny tanto tiempo atrás.

Recordaba perfectamente esa madrugada en la que Jeanny se había sentado a la batería, repitiendo los ritmos una y otra vez mientras Colette escribía y reescribía las partituras, haciendo bolas los papeles antes de lanzarlos lejos de ella y hacer berrinche, reclamando su incapacidad musical, los bloqueos y la música.

Recordaba perfectamente la sonrisa dulce de Jeanny, que le recordaba una y otra vez que el proceso creativo era diferente para cada persona y que debía ser paciente consigo misma.

Recordaba perfectamente la forma dulce en que Jeanny se había sentado a su lado en el piso, golpeando la mesa baja con las baquetas, marcando de nuevo el ritmo mientras Colette se terminaba su tercera cerveza antes de recuperar partituras y pluma, creyendo que tenía al menos una parte de la canción que se convertiría en un himno.

One day we're gonna wake up, we're gonna be alright
We'll look back and be happy that we kept ourselves alive
We'll honor where we came from, see what the hurt was for
But we don't let our past hold us hostage anymore

Colette cerró los ojos y levantó el rostro hacia el cielo, sintiendo que Jeanny estaba de pie a su lado, arremetiendo contra la batería mientras ellas cantaban a dueto aquella parte de la canción, la única que se sentía como una promesa que podían cumplir, la única promesa que podrían cumplir después de todo.

Cause we got more to give, more to live, more to be
More to who we are than our broken history
Like an army we all know it's not all better yet
But we hold on, stay strong, and never forget

Aquella canción lo había sido todo para ellas, así que Colette se permitió sentir esa última caricia en la mejilla por parte de su Jeanny mientras sentía que ella comenzaba a seguir adelante, elevándose hacia otro plano ahora que por fin la dejaba ir.

El silencio se alzó en todo el estadio, las luces se apagaron, la música frenó de golpe, y aunque la canción tenía aquella pausa, la extendieron un poco más.

No se necesitó decir nada, no se necesitó explicar, fue como si todo el mundo lo supiera por descontado. Un minuto de absoluto silencio en el que no llegaba ni el bullicio del mundo exterior.

Público, artistas, staff, organizadores, todos guardaron un minuto de silencio hasta que Colette bajó el rostro y retomó, primero cantando el verso, luego gritando aquella acusación a todo pulmón, como si desafiara a Lila a acercarse y tratar de arruinar esa noche.

You can't, you can't kill us
You can't, you can't kill us!

We've been lost, been to the bottom
Beaten up, torn and forgotten
Still we fight, we will survive
Can't kill the fire we feel inside
We've been burned, chained and depleted
Left alone, we're not defeated
Still we fight, we will survive
Can't kill the fire we feel inside

Y no era sólo Colette, ahora todos los presentes cantaban aquella canción a los gritos, los parisinos que jamás en la vida habían escuchado una canción de aquella chica, pero que habían ido por alguno de los artistas invitados, se dieron a la tarea de buscar las canciones más famosas y las más comerciales de Panic and Chaos, aquella era de las más famosas.

Así que las voces de todos se unieron a ese grito de guerra mientras la notificación llegaba hasta ellos, cinco mil personas en el estadio, cinco mil personas cantando aquel coro con todas sus fuerzas, muchos de ellos llorando mares junto con Colette porque también habían amado a Jeanette, cinco mil personas viendo las lágrimas de aquella guitarrista de hierro correr libremente por sus mejillas porque ella estaba harta de ser fuerte frente al mundo.

You can't, you can't kill us
You can't, you can't kill us
You can't, you can't kill us
You can't, you can't kill us

No, Colette no era de las que se derrumbaban, sí, lloraría un mar de ser necesario, el océano entero, hasta sentir que se había hartado de llorar, y luego seguiría llorando hasta sentirse sana, lloraría hasta poder recordar a Jenny y sonreír como una idiota en lugar de llorar otra vez. Porque por ella, por su muñequita, por su niña de ojos grandes, ella saldría adelante. Se lo había prometido, volvería a ser feliz, volvería a la música, volvería a vivir, pero primero lloraría un mar.

El silencio se alzó a su alrededor. Esta vez no hubo gritos, no hubo aplausos, no hubo un mundo embravecido. Esta vez fueron cinco mil personas compartiendo el luto de Colette por última vez, sin saber que aquella catarsis había ayudado para crear una despedida que les serviría a todos para entender que Jeanette no había muerto en vano, sino que se había sacrificado por un bien mayor, sin saberlo, ni vivir para verlo ella misma.

Colette sollozó con ganas, fue su llanto el que logró quebrantar aquel silencio ensordecedor. Iván se levantó de su lugar y abrazó a la guitarrista, ofreciéndole un lugar seguro dónde llorar, la chica apagó su micrófono antes de abrazarse a la cintura de aquel monstruo que, en el fondo de su corazón, era un oso de peluche. Juleka habría querido subirse también a la tarima, pero Luka levantó una mano hacia ella y le abrazó por los hombros, negando con la cabeza, dejándole un espacio a su ex para terminar de sanar aquella despedida.

Lo necesitaba, necesitaba la calma, necesitaba el llanto, necesitaba la tormenta, necesitaba deshacerse de todo aquello que le había estado persiguiendo y mantenido despierta en las madrugadas, y necesitaba hacerlo sola.

Porque a pesar de que Iván le quería y habían llegado a considerarse amigos, no era lo suficientemente cercano como para sentir dolor por la muerte de Jeanny, a diferencia de ellos, que las habían amado a ambas.

No, Colette no necesitaba a nadie que hubiese amado a Jeanny junto a ella en ese momento, necesitaba llorar sola.

Y nadie en el staff supo bien qué hacer, ¿apagaban las luces, las dejaban? ¿Alguien tenía pañuelos desechables?

Pero no, Colette se separó de Iván con una sonrisa antes de encender su micrófono de nuevo y murmurar, como si quisiera que aquello de verdad fuera un secreto.

—¿Mi maquillaje es un desastre?

Risas. El estadio se llenó de risas en un momento mientras Denisse le mostraba a Marinette la tableta, seis mil quinientas personas.

Colette suspiró encarando a la audiencia, se quedó mirándoles un momento, con el entrecejo fruncido, antes de exclamar: —¿Qué? ¿Se me corrió el maquillaje o qué me ven?

Y entonces sí que rompieron en risas, todos, hasta Luka y Marinette, que todavía querían echarse a llorar.

Colette suspiró para serenarse y dedicó una sonrisa sincera a la audiencia mientras se limpiaba las mejillas y volvía a mirar a Iván.

—Ya dime la verdad, ¿parezco personaje de relleno del Cadáver de la novia?

—Te ves como Victoria.

—¡Hey! Hay cultura general por aquí —aduló divertida antes de dar una palmada al brazo del baterista y volver a bajar, mientras Iván reía a carcajadas. —Ya me tienen nerviosa todos ustedes —acusó la guitarrista apuntando a la audiencia con el dedo antes de darles la espalda y cruzar los brazos —, y supongo que ya están cansados de escuchar sólo mi voz.

Aunque recibió un grito generalizado, uno que otro abucheo, un "no" coreado a voces que la hizo sonreír de nuevo antes de encararlos componiendo una mueca de picardía.

—Pues de todos modos ya no les voy a cantar —canturreó la chica con un puchero y voz zalamera —, ya me dolió la garganta de puro llorar, pero, para no dejarles esperando hasta que me sienta mejor...

Sí, la gente se encogió ante la pausa que hizo la cantante, a la expectativa de lo que venía a continuación.

—Sí —dijo Colette para sí misma, moviéndose hacia el costado para meterse tras bambalinas —, sí, mejor, mejor me voy.

Y cuando Colette desapareció en el backstage, todo el mundo guardó silencio, mientras un aire de confusión se cerraba sobre ellos.

—¡Mejor den un aplauso cálido y una bienvenida como se merece a la voz más bella que escucharán esta noche! —exclamó la chica cuando las luces parpadearon como explosiones y una compuerta se abría en el piso. —¡París, esta noche, Rose Lavillant!

(Still here – Digital Daggers [Rose])

Musing through memories
Losing my grip in the grey

La gente estalló en gritos al reconocer a la joven rubia que emergía entre el humo y las luces, cantando dulcemente mientras la música comenzaba a tomar fuerza.

Numbing the senses
I feel you slipping away

Uno, dos, tres pasos, Rose se encaminó hacia el borde del escenario acompañando su canto con los movimientos de las manos mientras la gente guardaba silencio ara escuchar aquella canción.

Fighting to hold on
Clinging to just one more day
Love turns to ashes
With all that I wish I could say

Tenía que admitirlo también ella, extrañaba tanto estar en escena rodeada de sus amigos, de su familia, de las personas que le habían visto triunfar cuando era apenas una niña, y que le habían acompañado hasta la cima pese a todos los altibajos, a las críticas, a los momentos malos y a las crisis.

I'd die to be where you are
I tried to be where you are

Juleka caminó hasta su lado, tomando su mano y sonriéndole para infundirle valor al momento de verla ahí de pie, repitiendo sólo con la mirada aquella promesa que Luka acababa de hacerle: Pronto.

Every night I dream you're still here
The ghost by my side, so perfectly clear
When I awake, you'll disappear
Back to the shadows
With all I hold, dear
With all I hold, dear
I dream you're still here (I dream you're still here)
I dream you're still here

Fue en un segundo, en el mismo instante en que la música estalló, las luces se volvieron colores parpadeantes llenando el lugar mientas algunas parejas atravesaban el escenario lado a lado, bailando un vals vienés hecho de colores y escamas, de vestidos y holanes, de gracia y violencia. Porque a pesar de ir vestidos de gala, todavía conservaban toda la rabia y el porte que los reptiles solían mostrar en las calles.

No, Juleka y Rose no pudieron separar la vista de la audiencia, conmovidas por el recibimiento de la gente, que no paraba de cantar a coro con ellas, de gritar las letras de aquella canción que, si bien no era de sus composiciones más famosas, ahora parecía ser la más bella de todas.

Juleka levantó sus manos entrelazadas, cantando a dueto con su Rosita, arrancando un nuevo grito a la audiencia mientras ambas chicas daban pasos de espaldas para situarse en medio de aquella coreografía que hacía lucir el escenario como algo irreal y mágico al mismo tiempo.

I dream you're still here (I dream you're still here)
I dream you're still here (every night I dream you're still)
(Every night I dream you're still here)
I dream you're still here (every night I dream you're still)
(Every night i dream you're still here)
Ever slightly out of reach (I dream you're still here)
(Every night I dream you're still)
(Every night I dream you're still here)
But it breaks so easily

Y, por supuesto, mientras ambas chicas se dejaban la vida en aquella interpretación, mientras ambas disfrutaban el compartir de nuevo un escenario luego de meses de haberse alejado de todo aquello, tras bambalinas el caos se había desatado.

Marinette y Denisse terminaban de ajustar el corsette verde serpiente de Colette mientras la chica se cardaba el cabello para darle a sus coletas más altura. Al mismo tiempo, alguien terminaba de atar las botas altas de Marinette mientras Luka se calzaba un vestuario más parecido al de Cobra que al de Viperion.

Denisse dejó el resto del trabajo a Marinette antes de salir corriendo en busca de su tableta y comprobar los números de nuevo. Soltó un chillido agudo antes de encarar a Marinette y soltar una carcajada, mostrando las cifras.

Ocho mil seiscientos asistentes...

Un maquillista abordó a Luka, retocando las escamas pintadas a los lados de sus ojos mientras Marinette se acomodaba los moños altos a los costados de la cabeza y sonreía mirando a Colette.

—Te ves igual que ese día, tiny mouse —se burló la cantante mientras alguien ajustaba los micrófonos a toda prisa, con los últimos acordes de la canción.

—Hagamos que luzca igual que ese día.

No, no hubo presentación, nadie anunció lo que venía a continuación.

Porque Juleka besó la frente de Rose y luego la rubia salió del escenario corriendo mientras Juleka recuperaba su bajo y tomaba posiciones junto a la batería.

Luka salió corriendo hacia la tarima de Iván, dio un salto para impulsarse el borde y saltar más alto, y en cuanto sus pies tocaron el suelo de nuevo, sus manos azotaron las cuerdas de la guitarra con violencia, dándole a Iván la señal para arremeter contra la batería y marcar los ritmos.

(Ignorance – Paramore)

La gente soltó un bramido embravecido, saltando al ritmo de la música mientras la batería marcaba el ritmo y Luka se encaminaba hacia el centro del escenario, cerca del borde. Sonrió con sorna cuando se percató de que, de nuevo en escena, tenía al público sometido bajo sus deseos, si él quería, podía enervar y calmar aquella multitud sólo con el rasgueo en su guitarra, así que se permitió disfrutar de ese momento en el que diez mil personas se sometían a su voluntad.

Pero toda esa burla se desvaneció en el momento en el que Colette entró al escenario por el costado izquierdo, mientras Marinette hacía entrada por el derecho, ambas avanzando con tal fiereza que Luka temió fuesen a trenzarse a golpes.

No, el guitarrista le dio la espalda a Colette cuando la chica estuvo a punto de alcanzarlo y fue ella quien le empujó un hombro antes de hablar por encima de Luka, llevándose el micrófono a la boca y forcejeando mientras el guitarrista se empeñaba en rebasar al guitarrista con Marinette dedicándole sonrisas de burla al ver a Colette forcejeando, pero incapaz de alcanzarla.

If I'm a bad person, you don't like me
Well, I guess I'll make my own way
It's a circle, a mean cycle
I can't excite you anymore

Colette cantó aquel primer verso, pero Marinette se movió con sorna, burlándose de las palabras de aquella chica, fingiendo bostezos mientras Luka la contenía cada vez con más dificultad.

Fue cuando Colette se abrazó al pecho de Luka con la mano libre y que cantó el último verso, acariciándole de manera seductora (deslizando sus dedos hacia el abdomen del guitarrista y haciéndole abrir los ojos y retorcerse para zafarse de su agarre), que Marinette respondió.

Where's your gavel? Your jury?
What's my offense this time?
You're not a judge, but if you're gonna judge me
Well, sentence me to another life

Luka cambió de lado en un segundo, esta vez dándole la espalda a Marinette mientras la chica se aferraba a su antebrazo, asomándose por encima del brazo de la guitarra y cantando a los gritos aquel reclamo de regreso. Luka miró a su esposa de reojo, sabiendo que era la única barrera que contenía el berrinche de aquella fiera en ese momento en el que respondía a las palabras de Colette.

Don't wanna hear your sad songs
I don't wanna feel your pain
When you swear it's all my fault
'Cause you know we're not the same
We're not the same
Oh, we're not the same

Colette le dio la espalda a Marinette mientras cantaba aquellas palabras, como si de verdad despreciara aquel berrinche y buscara algo mejor que hacer, incitando al público a gritar.

Yeah, the friends who stuck together
We wrote our names in blood
But I guess you can't accept that the change is good
It's good, it's good

Marinette hizo lo mismo, consiguiendo que Luka soltara el aire, agradecido de saber que ya no estaba en medio de aquel pleito que parecía no haber terminado.

Dios, ¿hacía cuánto tiempo habían cambiado esa misma canción en el Chat Lunatique para poner todo en claro?

Well, you treat me just like another stranger
Well, it's nice to meet you, sir
I guess I'll go
I'd best be on my way out
You treat me just like another stranger
Well, it's nice to meet you, sir
I guess I'll go
I'd best be on my way out

Ignorance is your new best friend
Ignorance is your new best friend

Marinette y Colette se encontraban en los dos bordes del escenario, encarando cada una a su lado del estadio, cantando con rabia mientras alzaban los gritos, llamando a la multitud a cantar también. Colette estaba hecha un mar de saltos, agitando la mano en el aire mientras la gente aplaudía y saltaba al ritmo de la pieza. Marinette cantaba algún verso y luego apuntaba su micrófono hacia la audiencia para que ellos cantaran el resto.

Y sí, el mundo entero se había olvidado de la presencia de Luka en el centro del escenario, que miraba a una y otra cantante con curiosidad y confusión.

This is the best thing that could have happened
Any longer and I wouldn't have made it
It's not a war, no, it's not a rapture
I'm just a person, but you can't take it

Marinette y Colette se movieron con tanta sincronía que Luka no pudo evitar retroceder un paso, pasmado ante aquel desplante de histrionismo mientras ambas chicas comenzaban a caminar al encuentro de la otra, con Marinette encabezando aquel primer verso mientras Colette le sonreía, enredando la mano libre en su coleta y tirando de sus cabellos, sin embargo, Marinette bajó el micrófono y Colette extendió la mano libre hacia ella antes de llevar su micrófono a la boca.

The same tricks that, that once fooled me
They won't get you anywhere
I'm not the same kid from your memory
Well, now I can fend for myself

Sí, la voz armoniosa de Colette se alzó poderosa en las bocinas, consiguiendo que la gente se uniera a ella, pero para la cantante no había estadio, no había cerca de once mil personas cantando con ella, no había nada más que aquella amistad extraña con la esposa de su ex, que ahora llegaba a su encuentro, ofreciéndole una mano con una sonrisa radiante y divertida.

Don't wanna hear your sad songs
I don't wanna feel your pain
When you swear it's all my fault
'Cause you know we're not the same
We're not the same
Oh, we're not the same
Yeah, the friends who stuck together
We wrote our names in blood
But I guess you can't accept that the change is good
It's good, it's good

Por supuesto, las chicas entrelazaron los dedos y avanzaron hacia el borde del escenario, cantando a dueto, a todo pulmón, con los brazos extendidos en toda su longitud, manteniéndose todo lo lejos posible la una de la otra.

Aquel contacto les hacía sentir escalofríos, el corazón les latía con tanta violencia que casi podían sentir las palpitaciones de la otra a través de la palma, sus miradas paseaban por todo el lugar mientras la gente gritaba embravecida, pero no importaba el escenario. Lo único importante en ese momento era la sensación de respaldo que tenían ambas, de saber perfectamente que no importaba contra que se enfrentaran, se sostenían la una a la otra como había ocurrido luego de cantar aquel dueto por primera vez.

Andree llegó en ese momento.

Sí, Andree, el rey caimán estaba tras bambalinas, de pie al lado de una pasmada Denisse, observando a su serpiente más rebelde tocar al lado de su elegido, no pudo evitar evocar aquella noche, la primera interacción de Colette con Marinette, un momento épico.

Se movió hasta ocultarse en las sombras, un sitio en el que pudiera ver el escenario y disfrutar el concierto sin estorbarle a nadie, aunque no tenía por qué esconderse, después de todo era invitado de Luka y su equipo del olimpo, como habían comenzado a llamarles.

Well, you treat me just like another stranger
Well, it's nice to meet you, sir
I guess I'll go
I'd best be on my way out
You treat me just like another stranger
Well, it's nice to meet you, sir
I guess I'll go
I'd best be on my way out

Luka se posicionó al lado de Juleka, encogiéndose de hombros y negando con la cabeza, cuestionando en qué momento se habían olvidado de él y adueñado de la canción.

Para variar, Colette se había adueñado de la canción, era su concierto después de todo, y ahora Marinette hacía la segunda voz, aferrándose a su mano con tanta fuerza que dolía, pero ambas estaban en la misma posición, asiéndose a la mano de su amiga sintiendo que el tiempo se les terminaba, sabiendo que cada canción las ponía cada vez más lejos, sabiendo que, terminando el concierto, habría kilómetros y kilómetros de distancia, y tendrían que decir adiós.

Ignorance is your new best friend
Ignorance is your new best friend
Ignorance is your new best friend
Ignorance is your new best friend

Se soltaron. Marinette y Colette se soltaron, avanzando cada una para su lado, moviendo la mano, saltando alto, gritando los versos, incitando a la gente a cantar.

¡Dios! ¡Y la adrenalina!

Marinette levantó la mirada sobre su hombro, observando a detalle a Luka mientras se mordía el labio, sin poder evitar ese gesto inconsciente. El guitarrista arremetía contra las cuerdas de su guitarra, su cabeza se movía al ritmo de la pieza, todo su cuerpo se movía al ritmo de aquella pieza. Gotitas de sudor perlaban su rostro, su cuello, colgaban de las puntas de sus cabellos. Y por la chaqueta era difícil verlo, pero Marinette conocía a su Luka lo suficiente como para saber cómo se marcaban los músculos de sus brazos cada vez que él levantaba el brazo de la guitarra antes de golpear las cuerdas con su plumilla y bajarlo acorde a la canción.

Well, you treat me just like another stranger
Well, it's nice to meet you, sir
I guess I'll go
I'd best be on my way out
You treat me just like another stranger
Well, it's nice to meet you, sir
I guess I'll go
I'd best be on my way out

Marinette se había presentado en alguna ocasión con Luka, en alguna otra con Kitty Section. La pasarela en la que habían hecho público su noviazgo parecía salida de otra vida, de una de sus visiones de vidas anteriores, estar ahí se sentía como un sueño lejano, ella se sentía aletargada, como si todo corriera en cámara lenta, y sabía que era por la adrenalina.

Las bocinas retumbaban con violencia, cada grito de la audiencia hacía que le dolieran los oídos y eso le daba más adrenalina todavía, le zumbaba el oído izquierdo. Cada vez que Luka arremetía de nuevo contra la guitarra e Iván hacía sonar los tambores, sentía el piso retumbando contra sus botas de baqueta, su piel estaba erizada, y sólo había una emoción consumiendo su cordura hasta los cimientos. Rabia.

No la clase de rabia por la que gritas o golpeas, no la clase de rabia que te hace insultar y humillar, sino esa rabia pura e incorrupta que se siente cuando la determinación de lograr algo se apodera de ti, la misma rabia, el coraje, que te motiva a lograr cosas, a obtener resultados hasta las últimas consecuencias.

La rabia propia de los conciertos.

La música frenó, pero no así el rugido de la multitud.

Marinette soltó una carcajada por los nervios mientras Colette asentía para sí misma, mirando a su amiga con orgullo mientras Luka se acercaba a ellos, tomando el micrófono de mano de su musa y mirando a la audiencia confundido todavía.

—Ah, perdón —aunque fue un murmullo, su voz se escuchó alto y claro en las bocinas —, ¿soy el único que no entiende esta parte del concierto?

—¡Sí, sí, sí, quítate, Couffaine! —exclamó Colette poniendo su mano en el rostro de Luka y empujándole lejos de ellas antes de abrazar a Marinette y darle un agradecimiento contra el oído, un murmullo dicho en secreto que hizo a la modista sonreír. —De verdad, gracias por todo, tricky mouse.

—Te sostendré siempre —prometió la chica ante de separarse y despejar el rostro de Colette con una caricia dulce —, no importa qué.

—Shu —soltó Colette divertida, apuntando al fondo con un gesto de la cabeza, consiguiendo arrancar una risa a Marinette antes de que la chica saliera corriendo y dejara a Colette sola en el escenario. —¡Entonces!

—¡De verdad no entendí nada! —exclamó Luka desde el micrófono de Juleka, haciendo reír a su hermana y consiguiendo una mirada de molestia por parte de Colette.

No, el guitarrista se encogió de hombros y volvió a su sitio, levantando las manos en señal de rendición mientras un miembro del equipo de staff caminaba hasta Colette para ponerle de nuevo el micrófono de diadema.

—Pero es que hay hombres que... —se quejó Colette mientras le daban luz verde con el micrófono nuevo. —Pero, en fin —soltó al final, dando un aplauso y mirando al costado. —No estamos acá para quejarnos de Luka Couffaine.

Aunque la luz se había centrado sólo en ella, el sonido sordo y los ruidos secos a su alrededor delataron el movimiento en el escenario, algunos se enfocaron en las sombras, tratando de entender qué era lo que estaba ocurriendo mientras Colette les sonreía divertida, haciendo otra de sus pausas dramáticas.

Sí, la pelinegra solía hacer aquellas pausas durante sus conciertos, se deleitaba en escrutar los rostros impacientes de la gente que la seguía, y no era una cuestión de crueldad ante el sufrimiento ajeno, sino la paz que le daba saber que la gente de verdad prestaba atención a sus conciertos. Cuando se había unido a los reptiles, lo había hecho por su talento en las calles, con los puños. Andree la había tenido por favorita un tiempo, luego de que Luka abandonara la banda. Le había sumado muchísimos puntos haber recuperado a su reptil principal, pero ella misma había hecho sus pripios méritos.

Su iniciación no había sido la misma que para otras chicas, porque cuando Andree la vio en aquel callejón, cubierta de sangre con sus dos agresores en el suelo, supo que aquella niña se convertiría en la reina de las serpientes en un santiamén.

Colette caminó hacia el costado, el reflector siguió sus pasos en silencio mientras la audiencia se preguntaba qué seguiría a continuación.

Gritos estallaron por todo el lugar cuando Adrien avanzó hacia ella, vistiendo a negro y verde, con los ojos maquillados y las puntas del cabello teñidas del mismo tono que adornaba su vestimenta, un reptil en excelencia, pero demasiado parecido al Chat Noir que le miraba desde las graderías, con los brazos cruzados y una sonrisa socarrona.

Otra ilusión de Rena.

Adrien tomó las manos de Colette y le besó ambas mejillas antes de caminar tomados de la mano hacia el piano que habían colocado al costado del escenario.

Colette no le soltó la mano hasta que estuvo sentado en el banquito.

Una sonrisa, un asentimiento y comenzó la melodía.

(The grey – Icon for hire [Adrien])

I am standing on the edge of returning or just running away
I am letting myself look the other way
And the hardest part in all of this is
I don't think I know my way back home
Is it worth the journey
Or do I let my heart settle here?

Habían llegado a un punto en el que el conteo había dejado de importar, ya sólo estaba el concierto de por medio, la despedida. Colette recordaba la primera vez que había escuchado a Marinette cantar aquella canción, en el bar, una noche en la que todavía eran enemigas.

Jeanny estaba por ahí, escuchando a las chicas con los ojos llenos de asombro, preguntándose cómo sería escucharlas cantar a dueto. Su niña de ojos grandes les había mirado a ambas, boquiabierta, mientras esperaba la conclusión de aquella contienda, deseando que Colette ganara, pero sabiendo también que Marinette era muy buena.

Colette se había tomado su tiempo para armar aquella lista, un día completo trabajando con Luka y con las confirmaciones que tenían para poder seleccionar las canciones que hicieran justicia a una buena despedida. Up in flames había sido sencilla, sólo Jeanny había podido leer las partituras y comprenderlas desde el principio, demasiado entusiasmada por comenzar a ensayar con la banda como para pasarla por alto. Ignorance había sido obligatoria, Jeanny se la había pasado adulando la manera magistral en cómo las voces de ambas chicas se habían entrelazado hasta lograr que aquella pieza sonara como si tuvieran toda la vida cantando juntas. You can't kill us no podía faltar, los motivos eran demasiado grandes, demasiado claros.

The grey...

How cold have I become?
I didn't want to
Lose you by what I'd done
Caught in the grey

Colette ni siquiera se dio cuenta en qué momento habían entrado las guitarras, las percusiones, la música había evolucionado de una forma tan bella y tan orgánica que la cantante lo había pasado por alto, demasiado acostumbrada a dejarse ir con la melodía como para notar su evolución, demasiado anestesiada de sus propias emociones, de estar tratando de llorar y dejar atrás el dolor que le suponía pensar en Jeanette.

Y entonces, se percató de un hecho simple, pero contundente que la dejó sin aliento.

In your deepest pain
In your weakest hour
In your darkest night
You are lovely

Sentía un hueco en el pecho, claro, sentía el agujero que Jeanny había dejado tras su partida, sentía la ausencia de su risa, de sus bromas, de los chistes inteligentes y los sarcasmos que le dedicaba cuando hacía berrinche. Sentía que le habían quitado a alguien, y sabía que no volvería, pero el dolor que sentía no era desgarrador como al principio, su ausencia dolía, pero era soportable.

In your deepest pain
In your weakest hour
In your darkest night
You are lovely

Una parte de ella sintió paz al saber que comenzaba a cumplir la promesa de seguir adelante. Y sabía que era muy pronto, sabía que era todavía muy pronto para dejarla ir, pero también sabía que el apoyo moral y emocional que todos sus amigos le habían dado ayudaba.

I am standing on the edge of returning or just running away

Ahora se sentía fuerte, estaba fuerte, y estaba lista para seguir adelante, acompañada por toda la gente que les había amado a ambas, que la amaban a ella.

Nuevos aplausos, nuevos gritos, nuevas lágrimas, nuevas emociones mientras Colette levantaba una mano hacia Adrien y sonreía con orgullo.

—¡Gente de París, Adrien Agreste! Con quien ha sido una maravilla cantar esta noche y con quien es una lástima que no haya trabajado antes. Y ahora, la contraparte.

(For those who wait – Fireflight)

La filarmónica ya se había acomodado, los violines iniciaron su melodía con pasión desbordante mientras una lámpara violeta iluminaba a Kagami, de pie tras su cello con el vestido rojo sangre y las escamas prendidas a su cabello como una corona, rojo, dorado y negro haciendo perfecta armonía mientras aquella mujer (que ahora se parecía un mar a Ryouko)

This is for those who wait!

La voz de la japonesa resonó en las bocinas con vehemencia, la gente levantó su voz al grito mientras las guitarras, la batería, el bajo, el teclado se sumaban a ella.

Colette se acercó por un costado mientras se acomodaba la guitarra y Luka cambiaba por una acústica, tomando Colette el control de la canción a partir de ahí.

Another day another waiting game
A little different but it's still the same
I am here
But where's the one I'm longing for?
I'm having trouble feeling all alone
Will my heart never find a home?
I want to hope but sometimes i just don't know

Todas y cada una de las canciones del último disco tenían ese aire de reclamo, de promesa, como si contuviesen en sí mismas cada sentimiento de aquellos que nunca pudieron alzar la voz para gritar al mundo, como si cada segundo expresara los reclamos, las súplicas, los reproches, las exigencias de un mejor mundo.

I know
I'm not
The only one
So we sing a lullaby
To the lonely hearts tonight
Let it set your heart on fire

Las voces de Colette y Kagami se entrelazaron con maestría, Colette avanzó alrededor de la japonesa mientras aquella chica se balanceaba al ritmo de la música, equilibrando su cello para sostenerlo firme, pero dejándose envolver por la música como no solía hacerlo en sus presentaciones. Incluso Adrien en la distancia (tal vez contagiado por el entusiasmo de su prometida) también se había puesto de pie ante las teclas del piano y azotaba con violencia cada uno de los acordes que pretendían elevar la melodía hasta situarla en el caos.

Si bien, aquel concierto había contenido en sí mismo demasiadas emociones, la que predominaba en ese momento era el asombro de ver cómo aquella serpiente de Les reptiles había logrado enlazar con tal virtud la música clásica con el rock punk que ella proponía al mundo. Las canciones de ese disco se quedarían para marcar a la siguiente generación, no sólo a la propia, porque esa noche no se trataba de cuál estilo musical era el mejor, sino de todos los artistas que se habían unido a ese concierto con el propósito de honrar a una grande a la que habían perdido.

Esa noche, a pesar de la naturaleza de las letras de sus canciones, el reproche no era para los que les tachaban de ser diferentes, el reproche no iba contra el gobierno, contra las autoridades, contra los opresores, esa noche aquel reproche que alzaban era contra las diferencias que les mantenían apartados y juzgando al otro.

So we sing a lullaby
To the lonely hearts tonight
Let it set your heart on fire
Let it set you free!
When you're fighting to believe
In a love that you can't see
Just know there is a purpose
For those who wait

Porque Jeanny nunca había estado en contra de una institución, de un grupo o de un ícono, pero se había pasado la vida entera peleando en contra de aquello que les separaba y pretendía tratarlos como cosas diferentes cuando todos eran iguales.

Así que Colette alzó su voz al unísono con Kagami y con Marinette tras bambalinas, que ahora también portaba su diadema y cantaba a los gritos, dejándose el alma en cada verso, haciéndoles sentir el apoyo.

Porque cuando Colette levantó la mirada al costado y sus ojos hicieron coalición con los de Marinette, porque cuando la guitarrista levantó un poco más los ojos y vio a Denisse llorando tímidamente, cuando volvió la vista al escenario y encontró la mirada de Kagami, Adrien y Luka, supo que ese concierto había logrado cumplir varias promesas a su Jeanny en una sola noche.

(Let it set your heart on fire)
This is for those who wait!

Los últimos acordes de la canción fueron poesía, violines y violas, el cello de Kagami, el piano de media cola, las guitarras, los bajos, la batería de Iván retumbando con violencia, todos los instrumentos gritando una última vez mientras la pieza terminaba de morir y las luces estallaban antes de sumirlo todo en la penumbra.

El grito de la audiencia los ensordeció por un momento, Colette observó desde las sombras con una sonrisa radiante, carteles con su nombre, con el nombre de Jeanny, con el nombre de Panic and chaos. Carteles con el nombre de Adrien, con el nombre de Luka, otros cuantos que no supo leer puesto que eran compuestos por kanjis que hicieron reír a la cantante.

Suspiró pensando en que iniciaba la parte del concierto de la que tenía sus dudas, sabía que debía tomar la selfie, segundo a segundo se acercaba la media noche, la hora límite para entregar esa parte de su lista, pero quería mostrarle al mundo un poco más de aquella promesa que estaba por cumplir a Jeanette, honrar sus raíces, quería darle algo de eso al público antes de tomar la mentada fotografía.

(Invincible – Icon for hire)

El sonido sintetizado llenó las bocinas, podría haber pasado por teclado.

Los reflectores se encendieron y alumbraron el centro del escenario todos juntos, pero estaba vacío, así que las luces se pasearon por el lugar en busca de la cantante, y aunque podría haber parecido un buen espectáculo de luz y sonido que el público disfrutó sobremanera, los técnicos de iluminación comenzaban a desesperarse al percatarse de que Colette no se encontraba donde debería y, aparentemente, tampoco se encontaba en el escenario.

I am, I am invincible
I am, I am invincible
You ain't seen nothing yet

Su voz resonaba por todos lados, con el cierre anterior de la canción habían tenido tiempo de sobra para instalar las consolas y demás, así que cuando todas las luces cayeron sobre el fondo, revelando una mesa de mezcla y a Colette encaramada en la tarima, haciendo equilibrio en un pie y aferrándose a las bocinas para no caerse, todo el mundo pareció recuperar la calma.

In the dark, in the mess
All my life, I have been
Folded up, holding back
Don't know how we live like that
From the flame, I emerge
With the strength, I have earned

Colette sonrió divertida mientras la canción tomaba fuerza y la chica miraba al DJ de reojo un par de veces, percatándose de que, de verdad, la multitud estaba enardecida.

—¡Gente de París, antes de que ocurra más, quiero escuchar tu bienvenida para Nino Lahife!

Gritos por todos lados, Nino levantó una mano aclamando al desorden mientras con la otra presionaba contra su audífono y asentía divertido, buscando el siguiente ritmo para seguir haciendo crecer la pieza.

Colette dio un salto para volver al escenario, cantando y saltando al ritmo de los beatings con los que Nino había logrado enervar al público. No pudo evitarlo, soltó una carcajada entre un verso y otro al ver a su público gritar con entusiasmo, saltar y bailar al ritmo de un estilo que, definitivamente, no tenía nada que ver con el suyo.

I don't throw out nice words
To make me feel better about what I've endured
You better believe I'm not that naive
You cut me up yeah, you bet I'll bleed
So invincible, maybe not quite true
I keep saying it 'til it gets through
'Til I start acting like I can do
Whatever the heck I put my mind too

Colette corrió hasta el borde del escenario, haciendo equilibrio a duras penas, amenazando con caer en cualquier momento, su voz se movió a toda velocidad, adaptándose a los ritmos que le había impuesto Nino, divertida al poder volver a rapear en un escenario mientras montones y montones de manos subían y bajaban a la par de la propia.

Escuchó la siguiente mezcla y no pudo evitar soltar un par de gritos cuando escuchó lo que Nino había hecho al grabar sus versos y repetirlos, mezclados con efectos y con ecos. ¿De verdad estaba improvisando aquello?

You live like you're invisible
Don't you wanna be invincible

—¡Quiero escucharte gritar! —exclamó Colette al micrófono, arrancando una marea de vítores por parte del público mientras la mezcla seguía creciendo y creciendo, llevando a la gente a su clímax de emoción.

Don't you wanna be invincible
Don't you wanna be invincible

Corrió hasta pararse al borde de la tarima, apuntando a Nino con una mano mientras que la otra sostenía el micrófono contra su boca.

I am, I am invincible
Uh uh, unkillable
I am, I am invincible
You ain't seen nothing yet
I am, I am invincible (don't you wanna be)
Uh uh, unkillable (don't you wanna be)
I am, I am invincible (don't you wanna be)
You ain't seen nothing yet

Sí, por supuesto que los reflectores apuntaron hacia el DJ mientras las luces del escenario parpadeaban en verde y violeta, por supuesto que Nino daba cierto aire a un portador de la tortuga, con sus escamas verdes pintadas en los bordes de su rostro, con los ojos maquillados en negro profundo, con la capucha subida y la chaqueta de piel oscura mientras seguía bailando en torno a su tornamesa, enlazando los ritmos y los sonidos sintetizados.

Aquello era un triunfo personal y sería un impulso en su carrera, recordaba perfectamente que ese jueves había sido anunciado como invitado especial al Concierto Despedida, recordaba que sus seguidores de redes sociales le habían bombardeado con mil preguntas, recordaba las dudas que le habían asaltado luego de aquello, sabiendo que podía ser un golpe muy duro para su carrera si no lograba impresionar al público; pero ahora todos sus miedos parecían insignificantes, puesto que la gente de aquel lugar había unido su voz a un solo grito que rezaba su nombre, dos sílabas bramadas con violencia mientras él apagaba las consolas, ahogando la música en un solo gesto mientras el público clamaba por más.

Nino levantó la mano, despidiéndose de la audiencia, dejando los audífonos sobre las consolas antes de saltar al escenario y correr al borde, haciendo una pronunciada reverencia mientras la gente gritaba su nombre (¡Ni-no, Ni-no!) al unísono, haciendo que se le pusiera la piel de gallina.

El DJ levantó la mirada mostrando una sonrisa radiante, saludando con ambas manos y logrando que la gente gritara con más ganas ante aquello.

La gente pedía por más, y seguro se los daría, pero después, ahora debía salir corriendo, puesto que la siguiente mezcla ya había comenzado.

(Bad intentions (Remix) – Digital Daggers feat Easy girl)

Al principio parecieron aplausos, pero cuando Nino salió corriendo al costado y las luces volvieron a apuntar las mezcladoras, la gente gritó (sorprendida, principalmente) al ver a Chloe Burgeois de pie con un micrófono de diadema, vestida de amarillo y negro, escamas que le hacían parecer una serpiente venenosa, justo al lado de XY, que miraba todos los botones mientras le daba entrada a la rubia para comenzar.

Come closer, deep down
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Come closer, deep down
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Come closer, deep down
You might like what I found

Come closer, deep down
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La voz de Chloe llenó las bocinas, consiguiendo que la audiencia gritara de nuevo. ¿Cuántas sorpresas más traería esa noche? Porque sí, la diseñadora no sólo había ayudado con los vestuarios de todos los artistas que se presentaban esa noche, también tenía voz que alzar y lo haría con orgullo al lado de la estrella pop.

En la semana, cuando XY confirmó asistencia, anunció también que había invitado a salir a una chica, pero que todavía no tenía respuesta, entonces, si se subía al escenario con alguien esa noche, sería con su novia.

Y Denisse había sonreído socarrona al percatarse de la excelente estrategia de propaganda que Xavier había propuesto al hacer aquello, puesto que en menos de una hora habían volado mil boletos más.

Sí, la pieza que proponía XY era más lenta que la de Nino, pero no por eso era menos la emoción que sentían todos en ese momento. Los juegos de luces eran alucinantes, cambiando al ritmo exacto de los sonidos sintetizados, hipnotizándolos hasta sumergirlos en aquella pieza que, si bien carecía de violencia, abundaba en alegría.

Chloe se metió tras la consola y XY le abrazó sobre los hombros, agachándose sobre su oído para darle indicaciones, la rubia sonrió mirándole de reojo, esperando una confirmación, que llegó con un asentimiento del DJ y nuevas indicaciones.

Los ojos de la rubia se abrieron cuando ella metió mano a las mezclas, presionando botones, moviendo algunas perillas, siguiendo atentamente las indicaciones que XY susurraba tiernamente en su oído mientras la audiencia levantaba todavía más la voz.

Claro, hubo un grito entre la multitud cuando el DJ se quitó los cascos para ponérselos a su novia y darle un beso en la mejilla, mientras juntos ponían una mano sobre la tornamesa para rayar un disco y reiniciar todo lo antes mezclado.

Se habían adueñado del concierto, Chloe había levantado los brazos, bailando en su sitio, mientras XY pasaba sus manos a los costados de su cintura para seguir moviendo los sonidos, tomando por sorpresa a esa parte de la audiencia que se la había pasado la mitad de su vida criticando a las estrellas populares del momento, alegando que la música comercial era de todo, menos buena, tragándose sus palabras mientras saltaban al ritmo de la música.

Tras bambalinas, la adrenalina y la prisa se había apoderado de ellos. Desmaquillante, cambio de vestuario de peinados, de estilo. Colette se había calzado un vestido verde hoja de corsette café, botas altas, sí, pero también el cabello suelto a su alrededor. Trataban de hacerle los caireles, pero no cedían por el cardado, dando un aspecto desordenado y natural que no habrían logrado con el cabello lacio de aquella pelinegra en otro momento. Parecía una princesa celta.

Y el resto también tenía un aire medieval que rompía por completo con la coherencia de aquel concierto.

Sin embargo, la música se había terminado y ellos todavía no estaban listos, el maquillaje de Colette iba por la mitad, le delineaban los ojos a toda prisa, pero ya no había más tiempo.

Lo habían ensayado, se la habían pasado ensayando esos cambios toda la tarde anterior, ¿por qué ahora no habían dado los tiempos?

Colette miró horrorizada hacia el escenario, percatándose de que XY y Chloe estaban de pie, tomados de la mano mientras hacían una reverencia.

La rubia dedicó una mirada en su dirección, un gesto de pánico al verla a medio arreglar que sólo creció cuando la audiencia comenzó a bramar el nombre de su novio en gritos desiguales que luego se unieron en una sola voz.

—¿Qué dicen? —exclamó Colette confundida al ver a Luka tomando la guitarra y avanzando en dirección al escenario, sonriendo socarrón mientras Marinette le acomodaba mejor el cuello y le besaba la mejilla.

Over when it's over —sentenció Luka antes de avanzar a pasos lentos por el escenario.

Las luces parpadearon al ritmo de su caminata, como los relámpagos que preceden al trueno, anunciando la tormenta.

XY sonrió socarrón encarando a Luka mientras ponía a Chloe a sus espaldas, ambos músicos se encararon, alzando el pecho, echando atrás los hombros, respingando la nariz antes de que Luka se dirigiera a dejar su guitarra en la base y XY volviera a la consola, moviéndose con tal sincronía que aquello parecía ser un acto ensayado.

Lo único que podría haber delatado que improvisaban fue la expresión de Chloe.

No, Chloe no supo que hacer, se quedó quieta un momento (pasmada cual cervatillo ante los faros de un camión), hasta que Marinette llegó a su lado y le tomó las manos, sonriendo para infundirle valor y aguantar la tormenta de aquel par, saliendo juntas del escenario mientras la rubia dedicaba una última mirada de reojo al DJ y éste le guiñaba con picardía antes de dedicar una mirada contundente al guitarrista.

—Empezaré lento —anunció el DJ con sorna en el micrófono —, no sé si puedas seguirme el ritmo. Por favor, no lo juzguen si se muerde la lengua —pidió al público, ganándose una marea de abucheos que le hizo sonreír con ganas.

Luka le dedicó una mirada de hartazgo antes de tomar el micrófono más cercano y encararlo.

—No necesito empezar lento con tu música barata, niño bonito. Pon el ritmo y pondré la marca.

Nuevos abucheos se alzaron por todo el lugar, había tanta tensión que Luka consideró seriamente pedir a la gente que no se pelearan entre ellos, después de todo, la multitud estaba compuesta tanto por fanáticos suyos como de los otros artistas, y tenerlos a todos juntos podía representar un desafío si el ambiente se caldeaba, pero la sonrisa cálida que XY le dedicó (sonrisa que fue transmitida en todas las pantallas en ese momento), no sólo le hizo sonreír a él también, sino que relajó el ambiente en el estadio.

—Empecemos por sesenta —anunció el DJ sonriendo, divertido y socarrón.

—Doblaré tu beating —prometió el artista con un aire juguetón que delató su camaradería, no eran amigos, todavía no podían llamarse así, pero ya no eran rivales.

(It's over when it's over – Falling in reverse)

Sí, la música rápidamente inundó las bocinas y los ritmos se apoderaron de la gente, la voz de Luka se alzó poderosa mientras el guitarrista avanzaba hacia la mezcladora y se metía entre las bocinas para situarse al lado del DJ, cantando mientras el rubio bailaba al ritmo de la sintetizadora, ambos disfrutando aquel concierto y aquella tregua. Las pantallas a los lados del escenario mostraban a Luka por izquierda y a XY por derecha, ambos concentrados en su propia música, bailando lado a lado mientras la pieza evolucionaba y ambos artistas se miraban de reojo.

No pudo evitarlo, Luka pasó un brazo por encima de los hombros de XY cuando dobló la velocidad de sus palabras, y el DJ sonrió con ganas, levantando una mano sobre sus cabezas mientras que con la otra agregaba golpes y ritmos a la pieza, acelerándole el pulso a todos los presentes.

Mientras tanto, detrás del escenario Denisse, Colette y Marinette se habían reunido una vez que el maquillaje de la cantante estuvo listo.

—Podemos tomar la foto en el momento que gusten —anunció la organizadora, alternando miradas con ambas chicas antes de mostrarles la tableta —, no sólo duplicamos el número que Andree nos pidió, hemos superado la cantidad de boletos que se vendieron, mucha gente llegó esta noche si invitación y podríamos llenar la mitad del estadio si la gente sigue llegando al mismo ritmo.

—Todavía falta para la media noche —murmuró Colette mirando a Marinette —, podríamos terminar el concierto antes de tomar la foto, quisiera que lo hiciéramos. Poder mostrar la música que Jeanny me exigió trabajar antes de que otra cosa ocurra.

—Te vas a quedar afónica si sigues gritando así —soltó divertida Marinette mientras alguien lanzaba a Nino a las mezcladoras y XY y Luka le hacían espacio en medio de ambos. —Muy bien, terminemos el concierto.

—Además, Erik no ha llegado —prosiguió Colette ante la mirada incrédula que les compuso Denisse ante aquel intercambio —, para la foto sería fabuloso que estuviéramos todos.

—¿Dónde está? —quiso saber Marinette mientras se ajustaba mejor la coleta alta y dejaba que el cabello cayera desorganizado como un halo a su alrededor, luego de haberlo llevado apretado en los moños altos.

—Consiguiendo una multa, o algo así. No recuerdo.

—¿Es parte de la lista? —murmuró Marinette haciendo recuento y percatándose de que, de verdad, no recordaba que aquello fuera alguna de las consignas de su amigo.

—No, está tratando de reivindicarse con Adele por haberle cortado una trenza. Creo. Una parte de mí cree que todavía está enamorado de ella.

—Puede ser.

Oliver encaró el escenario calzándose el antifaz de juglar que le habían confeccionado. Recibió su violín por parte de un staff y sonrió encarando a las mujeres que le sonrieron divertidas.

—¿Qué? —quiso saber el violinista mientras los DJ y su padre abandonaban el escenario, despidiéndose con las manos antes de empujar de regreso a Luka para que volviera a recuperar su guitarra, él todavía no había terminado. —¿Por qué se siente como si hay algo que no supiera?

(Niñas mal – Nikki Clan)

Luka arrancó los primeros rasgueos a la guitarra mientras Colette empujaba a Oliver por los hombros para hacerle entrar en el escenario, el muchacho estaba pasmado, retrocediendo a pasos torpes mientras Colette le sonreía, enroscando un mechón de cabello entre sus dedos con coquetería mientras en su otra mano hacía girar el micrófono.

Metete en mi mundo
Mira donde voy
Tal vez es absurdo
Pero así soy yo
Se ve que no has probado más que Fresa-amor

No pudo evitar pasar saliva con dificultad y seguir retrocediendo cuando las manos de Colette le acariciaron el pecho de manera seductora hasta encontrar un sitio entre sus cabellos y enterrar ahí sus dedos, arrancando escalofríos al muchacho, que pasó saliva al percatarse de que Colette le coqueteaba frente a once mil pares de ojos.

No soy la niña ejemplo
No habrá ternura en mis besos
Vas a pedirme cada vez mas
Y te lo voy a dar.

Colette le dio la espalda a Oliver, marcando el ritmo con cada paso que daba hacia el frente, consiguiendo que Oliver le siguiera como hipnotizado por el hechizo que la guitarrista parecía haber lanzado sobre él.

¿Qué estaba haciendo?

Aquello quedaría grabado. Y sí, la máscara era parte de los encantamientos de Rena, aquel vestuario estaba diseñado para hacerlo irreconocible, pero aquello...

Hoy en mi probarás
Todo lo que te has perdido por juzgar
Ya verás que bien te hará una niña mal.

Colette giró sobre sí misma tan rápido que Oliver se tropezó con sus propios pies al tratar de evadirla, pasando saliva con dificultad mientras dejaba atrás su violín y el arco, retrocediendo lentamente al ver a Colette sonreírle socarrona y agacharse en las rodillas.

Una niña mal

No me tengas miedo
Deja de pensar
Sígueme este juego
o te arrepentirás

¿Que si la escena era sugerente?

Colette avanzaba a gatas, acorralando a Oliver, acercándose cada vez más mientras el violinista pasaba saliva con dificultad, tratando de escapar de aquella chica y fracasando rotundamente en el intento. Para cuando acordó, las rodillas de Colette ya se habían situado a los lados de su cadera y ella se había erguido en toda su estatura, mirándole seductora.

No soy la niña ejemplo
No habrá ternura en mis besos
Vas a pedirme cada vez mas
Y te lo voy a dar.

Sí, Colette miró a la audiencia desde donde estaba sonriendo con ganas al sentir a Oliver desplomarse bajo su cuerpo. Apoyó un pie para poder girar mejor su cuerpo y encarar a la audiencia, que gritaba la canción junto con ella.

Oh hoy en mi probarás
Todo lo que te has perdido por juzgar
Ya verás que bien te hará una niña mal

Una niña mal

Colette se levantó sonriéndole a la audiencia, olvidándose por un momento del coqueteo a Oliver, disfrutando escuchar los coros cantados a los gritos, alejando el micrófono de su boca para permitir que la gente fuera la que evocara la canción. Y esperó un poco más, a que Oliver se pusiera de pie y avanzara lentamente hacia el costado antes de volver su atención a él.

Ella te espera
La niña buena
Solo te aburrirás

Colette lo alcanzó a pasos rápidos, poniendo una mano en su hombro y haciéndole girar con violencia, tomando su solapa para sostenerle cerca, acercando su boca a la de él de manera seductora y peligrosa, antes de empujarlo lejos de sí y caminar hacia el borde del escenario, levantando la mano para invitar al público a cantar.

El muchacho fue a dar al lado de su padre, que atacaba la guitarra con vehemencia.

No pudo evitar componer una sonrisa burlesca cuando Oliver tiró un poco de su antifaz para abanicarse el rostro, tratando de ocultar el sonrojo que se había apoderado de él al ver a Colette pasear la cadera formando ochos en el aire, haciendo que la falda saltara en su sitio, amenazando con revelar más de la cuenta.

—Qué concierto —murmuró Luka divertido.

—Qué concierto —concedió Oliver antes de mirar su violín, abandonado entre las sombras del escenario ahora que habían enfocado sólo a Colette.

Corrió a recuperar su instrumento antes de volver a situarse al lado de Luka, respirando para serenarse y tratar de controlar las emociones que se apoderaban de él.

—Tú le rompes el corazón...

—Y tú me rompes la cara, sí, sí, lo sé —soltó Oliver fastidiado de escuchar ese discurso, habiéndolo recibido antes de Erik y antes de Andree.

Suspiró levantando la mirada en dirección a Colette, preguntándose qué veía todo el mundo en ellos para hacerlos juntos, y preguntándose qué ocurriría una vez que su misión en ese mundo terminara.

Marinette le había insistido mucho para que se quedara a la boda, sabiendo todo lo que aquello podía implicar, sabiendo los riesgos. Y él quería estar ahí cuando sus padres bailaran aquel primer vals, ¿cómo decirles que no cuando su corazón anhelaba participar en ese momento?

Y después Colette le había amenazado: Como regreses a tu tiempo sin acompañarme a la boda, Oliver.

Colette miró sobre su hombro en busca de Oliver, el muchacho apenas se percató de que la música se había terminado, así que sonrió divertido llevando el violín a posición y esperando la confirmación.

—¿Saben? —soltó Colette en el micrófono, con la voz ligeramente afectada, estaba cansada, sí, pero todavía faltaba mucho por dar en aquel concierto, así que debía hacer de tripas corazón y seguir adelante. —Le prometí a Jeanny hacer un disco honrando los orígenes de mi madre, pero nunca tuve el valor de salirme de mi zona de confort. ¿Me acompañarían esta noche a explorar nuevos horizontes musicales?

El bramido de apoyo la hizo apretar el gesto y taparse un oído, incluso las bocinas rechinaron ante aquello, consiguiendo una risa general, nerviosismo y esperanza.

(Tu hechizo – Celtian)

Colette sólo necesitó asentir para Oliver una vez antes de que él comenzara a tocar su violín, avanzando hacia ella con una sonrisa cálida que le llenó el corazón un instante. Luka también avanzó en su sitio, quedándose unos metros por detrás mientras Oliver parecía coquetear con su amiga, una mirada divertida que prometía venganza mientras el resto de los instrumentos se sumaban a la pieza.

Llenas de luz, rincones de mi ser
Con tus ojos, bañas mi pasión
Es tu voz, embriagador hechizo
Que se lleva mi anhelo en su canción

Sí, Colette aceptó el coqueteo antes de dirigirse al público y alzar su voz de una forma armónica, algo que no había hecho en público jamás. Toda la pieza tenía ese aire celta que le llevaba hasta la tierra de su madre. Había considerado seriamente ir a sacarse el color negro para poder lucir el tono natural de su cabello para ese concierto, pero aquello lo guardaría para otra ocasión, para su nueva vida.

Me hundo en el deseo
Ya no hay forma de estar sin ti
Muero por poder enredarme en tu piel

Sus manos se movían de forma histriónica, cambiando el micrófono de una a la otra para poder acompañar sus movimientos con cadencia y sensualidad, Colette estaba de pie al centro del escenario, cantando con los ojos cerrados mientras su cuerpo bailaba al ritmo de aquella melodía, de las flautas, de los violines, de las guitarras y la batería.

De pequeños sueños me alimento
Y te pienso hasta dormir
Temo que el recuerdo desvanezca
Quien fuiste para mí

La chica abrió los ojos y sonrió con ganas, aplaudiendo con fuerza, levantando las manos sobre la cabeza y llamando en aquel gesto a la multitud a imitarle. Pronto fueron las manos del público los que marcaron el ritmo de la canción y ella pudo regresar el micrófono a su boca.

Notas de un embrujo que en el viento
Con el eco del ayer
Acarician mi alma y tu ausencia se fue
Con tu voz me arrullaré

Colette podía verlos, moviéndose todos al mismo tiempo, los brazos de la gente subiendo y bajando mientras daban fuertes aplausos que amenazaban con ahogar el propio sonido de la batería, de los instrumentos y de su misma voz.

Jeanny tenía razón. Habría triunfado con ese disco.

Pero ahora era tarde, ya no habría un siguiente disco de Colette Faure, ni de Panic and Chaos, así que Colette elevó un pensamiento hacia su Jeanny, sonriendo socarrona: Lo logré. ¿Ves? Cumpli mi promesa para ti.

Suelo pensar que siempre estás conmigo
No hay temor que pueda separar
Un amor como el que prometimos
Y el dolor en tus brazos morirá

Donde estés, te siento
Las estrellas me hablan de ti
Muero por beber de tus labios tu miel

Pero la música no era lo único que Colette había prometido, las canciones no eran todo, ella sabía que todavía tenía una última promesa por cumplir antes de poder decir que estaba a mano con Colette, así que, cuando Oliver volvió hasta su lado en el puente musical, la chica sonrió socarrona mirándole, en espera de lo que venía a continuación.

Sí, lo habían ensayado las veces suficientes como para que ella pudiera hacerlo sola, pero saber que Oliver estaba a su lado en ese momento para acompañarle le daba paz.

Dios, estaba segura de que tropezaría con sus propios pies. Pero la sonrisa amable de Oliver a su lado le dio la paz que necesitaba para reunir el coraje.

No, la gente se quedó pasmada un segundo cuando Colette comenzó con su zapateo, verla bailar céili en el escenario parecía algo irreal. El equilibrio perfecto y armónico entre la filarmónica y el rock hacía que aquello luciera todavía más irreal, y la sonrisa de aquella guitarrista se volvió socarrona cuando la gente comenzó a corear su nombre a los gritos, alabando la perfección de su danza.

Oliver a su lado trató de seguir algunos de sus pasos, pero desistió casi al instante, al percatarse de que ya había perdido práctica al momento de bailar y tocar.

¿Hacía cuántos años había dejado de hacerlo?

De pequeños sueños me alimento
Y te pienso hasta dormir
Temo que el recuerdo desvanezca
Quien fuiste para mí

Notas de un embrujo que en el viento
Con el eco del ayer
Acarician mi alma y tu ausencia se fue
Con tu voz me arrullaré

Me hundo en el deseo
Ya no hay forma de estar sin ti
Muero por poder enredarme en tu piel

Oliver retrocedió hasta Luka, encarándose el uno al otro mientras tocaban otra vez.

Por un segundo aquello fue como un golpe para el guitarrista, porque ver a Oliver tocando aquel violín se sintió como si estuviese contemplando un espejo, alguna de las visiones de sus vidas anteriores, o incluso de él mismo cuando accedía a las habilidades de sus antecesores.

No, apartó ese pensamiento volviendo la vista hacia Colette en el escenario, percatándose de que la chica daba saltitos de un lado al otro, disfrutándose el concierto como si fuera el primero, a pesar de ser el último.

Todos le habían prometido a Jeanny, de una forma u otra, no dejar que Colette se desmoronara, sostenerla, obligarla a recuperarse y salir adelante de ser necesario, así que aquella noche se sentía como una promesa cumplida.

Sonrieron ampliamente ante la respuesta de la gente, no es como si esperaran abucheos, o si creyeran que todo el mundo saldría decepcionado después de aquello, pero una multitud enardecida, celebrando una pieza inédita en un concierto compuesto por géneros que iban de un extremo al otro...

Colette casi no pudo resistir las ganas de llorar ante aquello.

Pero igual sonrió volviendo la vista hacia atrás, donde Luka y Oliver le sonreían, brindando su apoyo en ese gesto silente.

—Muy bien, muy bien, ya me tardé mucho en presentarlo, a pesar de que ha estado tocando en este concierto de principio a fin, sé que es un tremendo cantante y un artista que ha superado las expectativas de muchos a lo largo de su carrera, pero más importante que eso, es un amigo fiel. Es la clase de persona que llega a tu vida para quedarse, que te cambia, que te toca el corazón. Que se queda... pese a todo. La clase de amigo que te libra de meterte en un crimen federal y que no tiene ningún reparo en decirte las cosas a la cara, sin temor a herir tus sentimientos, pero sin la intensión de hacerlo así. Gente que permanece a tu lado cuando le gritas que se vaya porque sabe que necesitas la compañía, aunque grites lo contrario...

Colette alzó los ojos hacia Luka, quien sonrió de medio lado, abochornado, negando con la cabeza ante aquellas palabras.

—¡Ay, por Dios, que Mari no me mate! —murmuró Colette ocultando su rostro.

Risas por todo el estadio.

(El sueño de Deirdre – Celtian, Rubén Kelsen, Dani Fuentes)

—Gente de París, un guitarrista que no necesita ningún tipo de presentación. Con ustedes el inigualable: Luka Couffaine.

Por supuesto, Luka avanzó haciendo alarde de sus habilidades, paseando los dedos por las cuerdas de su guitarra con maestría, mirando el instrumento para no alzar los ojos hacia Colette porque seguro soltaría alguna lágrima traicionera.

Una noche, en una ensoñación tu imagen vino a mi
tus cabellos y tu piel y tus labios carmesí

La voz de Colette fue como un canto hipnótico que logró sumir a la audiencia en un bamboleo decadente luego de aquel arranque apasionado y febril. No la chica logró calmar los gritos con unos cuantos segundos.

Escapemos que la aflicción, me iba a enloquecer
fui allí donde te hallé y supimos que es amar

Abrió la boca para seguir cantando, pero la voz de Oliver retumbó contra las bocinas, la chica giró sobre sí misma, sorprendida por aquello, admirando al muchacho con los ojos abiertos de par en par mientras él avanzaba hacia ella girando el arco de su violín, acomodando el instrumento en la espalda.

Huyamos juntos al mar
no nos han de encontrar
y la fuerza de este amor
vencerá la tempestad

Coge bien mi mano amor
ya vienen a por mí, no los dejes separar
lo que el destino quiso unir

Colette levantó la mano hacia Oliver, como si le esperara, como si lo invitara a unirse, sonriendo radiante mientras sus voces sonaban con violencia, entrelazados a la perfección en medio del caos musical desatado a su alrededor. Y sí, ambos cantantes entrelazaron los dedos antes de avanzar hacia el borde del escenario, mirándose a los ojos mientras hacían equilibrio con las puntas de los pies lejos del estrado, sonriendo cómplices, pues sabían perfectamente que aquella canción era muchísimo más que sólo una pieza musical, contenía su historia, todo aquello que les dolía todavía.

Maldición que me acompaña
desde antes de nacer

Perseguida por querer
elegir mi libertad

La estridencia de la música no llegaba hasta ellos, parecían haberse sumido en su propia burbuja de ensoñación cuando se encararon, levantando ambos la mano disponible para poder acariciarle la mejilla al otro, sintiendo el peso en las palabras de Colette.

Demasiadas vidas destrocé
al seguir mi corazón
hoy la sangre correrá

Sin embargo, de pronto las palabras de Oliver habían adquirido su peso real, cantar aquel verso era la confesión del asesinato de Jenny, no pudo evitar darle la espalda a Colette, soltándola y amenazando con alejarse.

No me sueltes por favor

Exclamó Colette cerrando sus manos en torno al torso del muchacho, haciéndole frenar mientras ambos luchaban con las ganas de llorar.

Un cuervo vino a picar
sobre la nieva blanca
y la mañana carmesí
que tu rostro el que yo vi

Coge bien mi mano amor
ya vienen a por mí, no los dejes de separar
lo que el destino quiso unir
no apagues hoy tu luz, sin ti no se vivir
no perdonaré jamás, a quien te aparto de mi

Sí, aquella canción representaba mucho más para ellos que sólo el último concierto y la mentada fotografía que Andree pedía, porque cada verso estaba escrito para tratar de transmitir aquello que les carcomía las entrañas, comenzando por el hecho de que pronto terminaría la contienda, pronto y cada quien tendría que seguir con su camino.

Oliver llevó su violín a posición mientras su Luka rasgueaba con vigor los tonos más graves de su guitarra, el violinista sonrió para Colette, coqueteándole con la mirada, como si la invitase a algo. No, la chica se tomó su tiempo para verle, así que el muchacho comenzó con su propio zapateo, moviendo los pies y tocando el violín, poniendo la muestra durante los primeros dos compases, consiguiendo que Colette repitiera aquella danza casi a la perfección, haciéndole alguna variación antes de volver a tomar la mano de Oliver y tirar de ella con todo y arco, acercándole a su lado para abrazarle la cintura mientras sus voces volvían a alzarse con poder.

La diferencia era clara, Oliver era más alto que Colette por poco más que una cabeza, aún con los tacones, eso no impidió que se miraran con sonrisas radiantes mientras cantaban.

Coge bien mi mano amor
ya vienen a por mí, no los dejes de separar
lo que el destino quiso unir
no apagues hoy tu luz, sin ti no se vivir
no perdonaré jamás, a quien te aparto de mi
nuestro sueño vivirá, mientras duerma junto a ti

Terminaron la canción encarándose el uno al otro, mirándose a los ojos, como si hicieran alguna promesa secreta frente a la audiencia, ocultos y a salvo.

La música volvió a evolucionar, y aunque aprovecharon los últimos acordes para seguir danzando el uno frente al otro, demostrando una sincronía que parecía de toda una vida, cuando la música cesó, Oliver volvió a llevar el violín a su espalda antes de besar dulcemente ambas mejillas de Colette y recoger una de sus lágrimas en el pulgar, asintiendo con ganas de besarla, pero sabiendo que no podía hacerlo frente a los ojos de medio país.

—Muy bien —comenzó Colette con una sonrisa melancólica mientras se quedaba sola en el escenario, justo un momento antes de que iniciara la música.

(Hechizos, pócimas y brujería – Mago de oz [Luka y Oliver])

Los ojos de Colette se dirigieron a toda velocidad hacia el piano de media cola, la chica estaba sorprendida mientras Adrien le asentía una vez y sonreía socarrón, como si brindara con ella; de verdad no tenía idea de lo que estaba ocurriendo, así que levantó la mirada hacia el costado en busca de alguna explicación del staff, en su lugar se encontró con que Marinette y Denisse le sonreían con orgullo. Andree también había hecho por fin por salir de su escondite y ahora volvía el rostro al costado, evadiendo la mirada de Colette a toda costa, con un brazo encima de los hombros de la asistente de Luka, haciéndole sonrojarse por aquel gesto de confianza.

—¿Qué demonios ocurre aquí? —exclamó la cantante mirando al público mientras otros músicos se sumaban, Kagami fue la primera, arrastrando consigo un violín para alimentar la melodía de su novio, sonriendo orgullosa mientras la filarmónica les respaldaba —¿Qué está pasando?

Algunos músicos más (flautas, clarines, cuerdas) se acomodaron en el escenario, entretejidos entre los demás.

Juleka, Rose, XY, Nino, hasta Chloe había buscado un espacio al lado de su novio, todos le sonreían a Colette, que parecía cada vez más y más sorprendida.

—¿Cómo? ¿Todos sabían menos yo? —exclamó ofendida, divertida, triste, llorando amargamente mientras una sonrisa radiante cruzaba su rostro y ella contenía la carcajada.

Pero eso no fue lo que terminó de desatar la catarsis, sino la voz de Luka.

Gracias por todo, mi amor
Gracias por tanto calor
No tengas miedo pues todo irá bien
Aunque me veas llorar

El guitarrista se acercó por el lado izquierdo del escenario, avanzando hasta ella antes de tomarle las manos y pegar su frente a la de ella, como si aquellas palabras fueran una promesa implícita, como si de verdad le agradeciera en medio de todo aquel escenario. Ambos cerraron los ojos, la chica sonrió como una niña pequeña, sintiendo que era ella quien debía agradecer por aquello.

Te debo tanto, mi amor
Te quiero pedir perdón
Por no saber cómo hacerte feliz
Por marchitar una flor

La voz de Oliver resonó en las bocinas y Colette giró violentamente al percatarse de que entraba por derecha, sonriéndole ampliamente mientras ella rompía en llanto por fin, el muchacho llegó hasta su lado y le tomó el rostro entre las manos, obligándola a mirarle para poder dedicarle aquellos versos, otro Couffaine que se expresaba mejor con la música que con las palabras.

"Nunca me digas adiós"
Te dije en una canción
Nuestros caminos se separan hoy
Buen viaje, y sé muy feliz

Colette sonrió situándose entre ambos muchachos, abrazándolos por los hombros mientras cantaban a dueto, obligándolos a agacharse un poco, sonriendo con ganas mientras sus voces se entrelazaban en tonos diferentes, alimentándose la una a la otra mientras rodeaban la espalda de aquella pequeña con sus brazos, mirando al público mientras Colette lloraba con los ojos cerrados y una sonrisa radiante.

Colette no pudo ahogar el sollozo cuando Luka se agachó hacia su oído y susurró la última frase de aquel verso: Buen viaje, y sé muy feliz... justo antes de que arrancara la música y ambos Couffaine se alejaran de Colette unos pasos, sonriendo socarrones.

—¡Son un par de odiosos! —gritó Colette mientras veía a todos sus amigos y seres queridos en escena, viendo a Marinette dirigirse a Luka, viendo a Denisse y Andree encaramados en el celular de la asistente, tratando de escuchar la llamada.

Colette soltó una carcajada encarando al público antes de adueñarse de aquella canción, la conocía, por supuesto que la conocía, pero no era justo, ¿por qué todos habían tenido tiempo de ensayar menos ella?

Me marcho a buscar todo lo que he perdido
Me alejo de ti a encontrar al que fui
La suerte me sigue, pero yo acelero
Y no logro cuidar ni de mí

Sí, sonreía, cuando comenzó con aquella amenaza de huida sintió una dicha inmensa en el pecho, sabiendo que estaba lista para poder irse de ahí, dejar atrás el dolor y la pérdida, no porque hubiese olvidado o fuese a dejar a su Jenny, sino porque la llevaría con orgullo en el corazón el resto de su vida.

¿Quién sabe de hechizos que duerman las penas?
¿Quién sabe de pócimas para olvidar?
Si la brujería es capaz de curarme
¿Dónde la puedo encontrar?

Sí, Colette corría por todo el escenario, cantando los versos y señalando al público, como si hiciera aquellas preguntas a la audiencia, como si quisiera conocer sus respuestas, como si les cuestionara a ellos.

Nunca se percató de que Marinette recibía información en el auricular a toda velocidad.

La modista volvió el rostro a toda velocidad, percatándose de que Denisse manoteaba antes de presionar el intercom de sus micrófonos.

—¡Erik llegó! ¡Están preparándolo!

—¡Que entre, se nos acaba la noche!

Su voz llenó las bocinas, sonando al mismo tiempo que la de Luka, la de Oliver, la propia, y la de todos los demás, Colette sonrió agradecida cuando vio a Erik entrar corriendo al escenario mientras su voz se sumaba a los coros de aquella canción. —Dime en dónde encontrar

En otros besos mi hogar
Pues en tus brazos yo siempre dormí
Y me olvidé de sufrir
Solo dime por dónde estarás
Y si te puedo llamar
Pues tengo miedo si vuelvo a caer
Y no me sé levantar

Las voces de todos entrelazadas fueron sin duda un deleite, pero lo que coronó la noche fue ver a Erik retirar el micrófono de su boca para abrazar a Colette antes de hacer algunas señas a Oliver para que se acercara.

La gente no podría haberlo sabido a simple vista, pero lo que el muchacho le decía a sus amigos mientras se apuntaba los pies y zapateaba sin sentido era que le enseñaran a bailar justo ahora.

Ambos soltaron una carcajada antes de iniciar a saltar en sus sitios, de frente al público, con las manos en la espalda. Y aunque Erik trató de seguirlos, pronto desistió soltando una carcajada y frenando a un costado, admirándoles como si fueran una maravilla ocurriendo frente a sus ojos, un fenómeno natural inexplicable lleno de fervor y frenesí.

Andree sonrió de medio lado al ver ahí a los muchachos. El parecido de Oliver con Luka era impresionante, así que no le costó trabajo evocar una época en la que Erik, Colette y Luka eran la corte de las serpientes, reyes de las calles. Unos adultos que recién salían de la adolescencia pero que ya tenían a la mitad de París sometida bajo sus pies.

Bufó, no pudo evitarlo, bufó divertido al evocar aquellos recuerdos en los que Luka y Colette ponían a todos en su sitio a base de golpes y palabras mientras Erik se aseguraba de que nadie mintiera a los reyes.

Ahí estaba su orgullo, esa tercia de revoltosos que nunca hacían lo que él les pedía, pero que metían en cintura al resto de los reptiles justo como él había soñado al convertirse en el líder más joven que la banda hubiese tenido.

Cuando le salen ojeras al alma
De tanto esperar a que llegue el adiós
Cuando le salen arrugas a un beso
Que muere de viejo sin ti

Dime en dónde encontrar
En otros besos mi hogar
Pues en tus brazos yo siempre dormí
Y me olvidé de sufrir
Solo dime por dónde estarás
Y si te puedo llamar
Pues tengo miedo si vuelvo a caer
Y no me sé levantar

Colette bailaba por todo el escenario, yendo y viniendo por los bordes con una sonrisa radiante, mientras las voces de todos se sumaban a la propia creando un coro impresionante, incluso XY y Nino cantaban en los micrófonos de sus amigos, aportando su granito de arena a la pieza.

—¡Colette! —gritó Denisse agitando los brazos, frenética al ver su reloj, media hora para la media noche. Era inútil, la música era abrumadora, la cantante tenía la adrenalina a todo lo que podía soportar su cuerpo y sus pies y su danza tenían al público cautivado —¡Colette!

Denisse encendió sus comunicadores y gritó el nombre de la cantante en los oídos de Marinette, consiguiendo que la portadora volviera el rostro, pasmada.

Marinette vio a Denisse señalar su reloj y asintió corriendo hacia Colette.

—¡La hora, sí! —exclamó Colette antes de volver la vista al público —Pero antes, quiero pedirles un aplauso caluroso para la filarmónica de París, que esta noche estuvieron increíbles, en la guitarra Luka Couffaine —exclamó levantando una mano hacia el aludido, que se barrió en las rodillas mientras descargaba su frenesí contra las cuerdas de la guitarra, arrancando un grito a la multitud.

—Presumido —dijo la cantante rodando los ojos antes de sonreír —, ¡En el bajo, Juleka Couffaine!

La aludida se adelantó varios pasos haciendo alarde de sus habilidades, sonriendo con ganas cuando Luka le cedió el lugar al centro del escenario

—¡Iván Bruel en la batería!

El solo que protagonizó el aludido fue radical, sus baquetas se movían tan rápido que a Colette se le dificultó seguirlo, arrancándole nuevas carcajadas

—¡Rose Lavillant en la voz y segunda voz!

La rubia corrió hacia Juleka y le tomó el brazo, sonriéndose la una a la otra antes de que la cantante levantara la mano libre para saludar a la audiencia

—¡Contra todo pronóstico, en el mismo escenario que todos ellos, Nino Lahife y XY!

Ambos DJ chocaron palmas en un saludo coordinado antes de correr hacia el borde del escenario, el primero haciendo reverencias pronunciadas hacia cada frente del escenario, el segundo levantando ambas manos sobre la cabeza y saludando con una sonrisa arrogante.

—En el piano y teclado, ¡Adrien Agreste!

El muchacho se puso de pie sin dejar de tocar, mirando las teclas del piano con una sonrisa radiante, preguntándose qué pensaría su padre si le viera metido en aquel escenario, rodeado de músicos y excéntricos.

—¡Kagami Tsurugi como violinista y cello principal de la noche!

La aludida dejó de tocar para hacer una pronunciada reverencia, sonriendo con dulzura, agradecida por la oportunidad de hacer aquella presentación, orgullosa de sus amigos, de Colette, de Luka y Marinette.

—¡Segunda voz y llegas tarde! —exclamó la chica dando un golpe en la nuca de Erik, haciéndole reír a carcajadas por su puchero.

—¡Ya sé, ya sé!

Colette negó con la cabeza antes de volver el rostro hacia Oliver, quien sonrió acercándose a ella, ofreciéndole una mano.

—Gracias por esto, Oli —murmuró la chica alejando el micrófono de su boca antes de besarle la mejilla, la comisura de la boca, ganándose un gesto de regreso, además de la sonrisa radiante del violinista —. Ahora tengo un favor qué pedir —confesó la cantante encarando al público, frenética mientras los músicos seguían con sus armonías, métricas y melodías —, todo el mundo saque su teléfono celular, veamos si podemos llevar esto a otro nivel. Denisse, ¿dónde estás? Trae tu inocente trasero al escenario en este instante.

—Ah, no —murmuró la aludida ajustándose los lentes y respingando la nariz, aferrándose a su tableta mientras volvía el rostro —, a mí ni siquiera me pagaron por estar aquí ni por hacer esto.

—Ah, ¿no? —soltó Andree divertido antes de cargar con Denisse sobre su hombro y avanzar a zancadas largas hacia el centro del escenario, arrancándole gritos y reclamos a la diminuta asistente, haciendo a Luka reírse a carcajadas al ver el puño de Denisse aterrizando sobre la espalda del reptil en repetidas ocasiones.

—¡Todo el mundo con sus teléfonos en la mano! Te voy a pedir que abras redes sociales, la que quieras, insta, face, snap, lo que tengas. ¿Lo intentamos con face? —Colette se alejó el micrófono de la boca cuando Andree le dio la espalda, dejando el rostro de Denisse a su altura —, ¿cuántas publicaciones simultaneas se necesitan para tirar una red social?

—¡Dios, no! Más te vale que logremos el conteo antes de que colapse.

—¡Todos con su face abierto, vamos a publicar una selfie! —Colette sacó su propio teléfono mientras Andree ponía en el piso a la asistente, Denisse se asió de su tableta y abrió su face para monitorear aquello —. Cámara frontal y saca una selfie, no me importa si vienen dos o diez juntos, cada quien su selfie, ¡Luka! —gritó la chica frustrada, buscando al guitarrista.

Luka había ido a buscar a Marinette, renuente a tomarse la foto sin ella y sonriendo cuando la chica se acomodó a su lado, Erik también se amontonó con ellos, sonriendo divertido mientras Colette hacía por tomar la foto.

—Denisse —reclamó en un puchero zalamero mientras la música seguía, la asistente se mostró renuente un momento, pero terminó cediendo y poniéndose para la foto.

Colette se movió con el brazo bien extendido, girando la muñeca para tomar una foto panorámica antes de mirar a Andree.

—¿Tú no sales?

El rey caimán rodó los ojos antes de extender una mano hacia Colette, volviendo el rostro.

—Te tomo otra —murmuró renuente —, para asegurar los cinco mil.

—No seas ridículo —exclamó Luka, divertido.

—¿Cómo vamos a tener nuestra foto sin el rey? —confirmó Marinette sonriendo.

—¡Vamos, viejo! —soltó Erik al final, consiguiendo que Andree se acercara a regañadientes, y aunque al principio se quiso poner en una esquina, Luka, Erik y Colette se movió a toda velocidad, rodeando al rey y obligandolo a agacharse en medio de ellos.

Luka estaba a su derecha, agachado en una rodilla y recargando su peso contra el costado de Andree, Erik a la izquierda, con un brazo sobre sus hombros, haciendo contrapeso. Colette se había acostado sobre su espalda, abrazándole el cuello y sonriendo con la barbilla pegada a la coronilla del rey.

Ellos no lo sabrían hasta que vieran la foto que les tomaba un miembro del equipo de staff, pero Andree sonreía orgulloso de sus tres serpientes, sabiendo que todo caía en su sitio lentamente.

Colette recuperó su teléfono y encaró al público mientras el resto volvía a sus lugares.

—Ahora, todo el mundo, te voy a pedir que pongas la foto con el Hashtag Concierto Despedida. Hashtag Selfie cinco ka, Hashtag Todo por Jeanette. J-E-A-N-E-T-T-E. Por favor, todos con el mismo hashtag. ¿Listo? ¿Ya las publicaron?

—Novecientas publicaciones —informó Denisse a su lado, actualizando la página una y otra vez, mirando el tope para asegurarse de los números —, mil cien... dos mil trece...

—¡Venga! —exclamó colette levantando una mano como un reproche para el público —¡Sólo es una selfie!

—Cuatro mil quinientas —anunció Denisse.

—¡Cinco mil dos! —exclamó Marinette con su teléfono en la mano, consiguiendo que Colette soltara una carcajada antes de recuperar el micrófono, asintiendo para los músicos y para sus compañeros.

Sé que hay un lugar
Donde encontrar
Otro camino, aunque sea sin ti
Que me hechizará
Para olvidar
Que nunca supe cuidar de un amor

Dime en dónde encontrar
En otros besos mi hogar
Pues en tus brazos yo siempre dormí
Y me olvidé de sufrir
Solo dime por dónde estarás
Y si te puedo llamar
Pues tengo miedo si vuelvo a caer
Y no me sé levantar

Luka y Erik se detuvieron a los lados de Colette, abrazándola por la cintura y levantándola un poco en el impulso mientras sus voces se alzaban de nuevo, dando por concluida aquella canción con sus acordes tranquilos y arreglos dulces antes de un siguiente estallido de éxtasis y adrenalina.

La euforia plagaba el estadio cuando los tres reptiles terminaron de cantar para poder abrazarse entre ellos.

El piano fue el único instrumento que quedó suspendido en el aire, Oliver y Marinette retrocedieron, sonriendo el uno para el otro al ver así a los reptiles que dejaban ir la tensión del concierto, a las once cincuenta y ocho.

El sollozo de Colette se escuchó sobre la música, las frentes unidas de los tres reptiles, del equipo del olimpo. La sensación de que se quitaban de encima un peso, que no tendrían por qué cargar nunca más. Sabiendo que estaban cada vez más cerca de ser libres de aquel torneo del infierno que les tenía colmada la paciencia y los nervios deshechos.

También Erik lloró, aunque él no lo hizo con tanta fuerza como Colette. Tal vez la única razón por la que las mejillas de Luka no se llenaron de lágrimas en ese instante fue porque sentía el dolor de la pérdida demasiado cerca, el último concierto al lado de su muñeca antes de que desapareciera y el mundo siguiera con su marcha.

Se miraron a los ojos. El equipo del olimpo se alejó un poco para poder mirar a los ojos a sus compañeros, sonriéndose entre ellos y asintiendo ante una nueva prueba superada.

Encararon al público, hicieron una reverencia antes de salir corriendo y escuchar el grito del público.

Denisse abrazó a Colette mientras Luka chocaba palmas con todos sus amigos, y las voces de todos los asistentes se fueron unificando en una sola palabra que les dejó pasmados.

—¡Otra, otra, otra!