LXXXIX.

—¡KAGOME!

Todo pasó en un segundo.

En un momento, Kagome estaba detrás de él, cubriéndole las espaldas con sus flechas, y al siguiente un maldito tentáculo de los demonios a los que se estaban enfrentando le había apresado la cintura y la estaba haciendo volar por los aires.

Sintiendo el corazón en la garganta, juró por lo bajo e impulsó a sus piernas a moverse, , aunque no pudo llegar muy lejos porque nuevos demonios con esos asquerosos tentáculos se habían interpuesto en su camino. Maldita sea, la manada era numerosa y además parecían ser muy escurridizos.

Estaba desesperado en su intento por deshacerse de ellos cuando, de pronto, por entre los árboles vio un destello de luz violeta e InuYasha pudo reconocer el poder de Kagome. Un feroz orgullo se asentó en su estómago que lo ayudó a mitigar un poco la preocupación que estaba sintiendo, aunque no acabó con ella por completo.

No desaparecería hasta que la tuviera delante de sus ojos y viera que estaba sana y a salvo.

—¡Estoy libre! ¡Voy a buscar a Kagome! — Sango pegó un salto y se montó encima de Kirara, que ya estaba echando a volar.

InuYasha las vio perderse entre la espesura del bosque y, apretando los dientes, se enfrentó a sus enemigos.

—Me habéis cabreado, que lo sepáis…

·

InuYasha vio rojo cuando, siguiendo el aroma inconfundible de Kagome con Miroku y Shippo a su espalda, llegó al claro dónde debía estar Kagome y…

—¡APARTA TUS SUCIAS MANOS DE ELLA! — rugió volviendo a sacar su espada y echó a correr hacia donde estaba ese maldito demonio que podía considerarse ya comida para los bichos.

—¡InuYasha, espe-

De pronto, Kagome sintió un tirón en el brazo y en menos de lo que se tarda en parpadear, se vio refugiada tras una pared escarlata mientras unas carcajadas resonaban en el lugar.

—Te avisé— murmuró Sango que observaba entretenida la escena.

—¡Hombre, bestia, creía que nos habías hecho un favor a todo y habías muerto! — la jocosa voz del jefe del Clan de los Lobos penetró en el medio demonio, quién en respuesta gruñó, poniéndose en guardia.

—No sin antes arrancarte esos fragmentos que tienes en las piernas— espetó con voz contenida—, y quitarte del medio, lobo sarnoso.

Él quiere a tu hembra, le susurró su bestia interior, caldeando aún más la viva llama que ardía en su interior. Quiere robártela.

Por encima de mi cadáver, juró el medio demonio para sí.

Koga, subido a una de las ramas de los árboles que colindaba el claro, arqueó una ceja y chasqueó la lengua con una sonrisa pagada de sí mismo.

—Ya te gustaría a ti, chucho.

—InuYasha— murmuró Kagome en advertencia, cogiéndolo de la parte de atrás de su traje, aunque sabía que en el momento de la verdad no lo detendría— Detente, él solo me estaba ayudando.

—Sí, perro, mientras tú estabas jugando a las peleas, yo estaba salvando a mi mujer— se burló Koga.

¿Su qué?, jadeó su bestia. ¿Qué. Mierda. Ha. Dicho?

—¡Koga, cállate y no eches más leña al fuego! — le espetó Kagome enfadada y rápidamente fue a colocarse delante del medio demonio, quien observaba al lobo con las manos temblando, sus ojos ardiendo y el pecho vibrándole por los gruñidos que profería— Eh, escúchame, no le eches cuenta, ¿vale? Solo está diciendo tonterías. Recuerdas lo que hablamos, ¿verdad? ¿La conversación en el Goshinboku?

Él no lo miraba y Kagome apostaría lo que fuera a que tampoco la escuchaba.

Maldición, a este ritmo alguien acabaría herido. Tenía que hacer algo.

Pero qué…

Hizo lo único que se ocurrió en ese momento. Acunándole las mejillas con fuerzas, lo obligó a moverla para que inclinase la cabeza hacia abajo. Todavía no la miraba cuando unió sus labios en un beso que hizo que el lugar se quedase en completo silencio, pero Kagome, tozuda como ella sola, no se dejó amilanar e insistió.

Estaba cogiéndole el gusto a darle besos para tranquilizarlo, oye, y parece que funcionaban bien por la forma en la que InuYasha se aferraba a ella y le correspondía.

Kagome sonrió en medio del beso.

Sí, le gustaba y mucho…

—¡Maldito chucho, no cantes victoria tan fácilmente! — escucharon la iracunda voz del demonio lobo cuando tuvieron que separarse en busca de aire— ¡Disfrútala mientras puedas porque pronto será mía!

Kagome supo sin necesidad de mirarle los ojos -que, por cierto, nuevamente se habían oscurecido- que todo lo que había conseguido acaba de esfumarse en un santiamén.

—InuYasha, no— le espetó, cogiéndolo otra vez del rostro.

Pero él gritando una retahíla de improperios se había zafado de su agarre temblando de ira y corría para golpear a Koga con todo pensamiento racional apagado en su cabeza. Kagome gimió por lo bajo, llevándose las manos a su cabello.

No sabía por qué, pero algo le decía que esta no sería la última vez que ocurrirían estas cosas… y que sería ella la que, de una manera u otra, tuviera que detenerlos antes de que ocurriera alguna desgracia real.

Había intentado hacerlo lo más suave posible, de verdad, pero se estaba dando cuenta de que con Koga por medio, eso no podría funcionar.

—InuYasha… abajo.

¡PLAF!

Bien, nuevo consejo para sí misma: Si no aprendía por las buenas, tendría que hacerlo por las malas.

A lo mejor si le doy con una de mis flechas en el ojo, Koga entiende mi negativa y deja de decir tantas tonterías, pensó para sí misma cuando lo veía poco después huir entre risas y promesas de reencuentro con un InuYasha despotricando enterrado en el suelo.

¿Cuándo dejarían de venirle los problemas?

Palabras: 935.


¿Alguien echaba de menos a este trío? Pobre Kagome, ni portándose bien y siendo buena le hacen caso... Ella lo intentó, que no le digan eh?

Bueno, aquí han quedado los capítulos tranquilos. A partir de ahora, aviso, se viene la recta final (con muchos km no os preocupéis) donde dejo claro que puede pasar de todo y cuando digo todo es TODO. Habrá un poco de historia canon, de capítulos del anime en los que me baso, pero la situación de los personajes... será... ¿diferente? Yo solo digo que he dejado unas buenas pistas en los últimos capítulos publicados, jeje, a ver quién se atreve a lanzar una teoría. Daré una vista para que sepáis donde nos situaremos al principio: Koharu. ¿Alguien se acuerda de ella?

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!

Pd: No sé si es la historia en sí que se está volviendo muy pesada en contenido, en capítulos o qué, pero de un tiempo para acá siento... no sé... como que no está gustando tanto. Hay gente maravillosa que me sigue y apoya en todo momento y que tienen mi corazón con ellos, pero en general, siento como si los ánimos y el hype hubieran decaído. O al menos esa mi impresión. No pienso dejarla, voy a llegar al final porque no quiero dejar tirada a los que están ahí conmigo siempre ni las cientos de horas que he invertido en el fic, pero bueno, solo quería comentaros la impresión que tengo :/