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Disclaimer: Personajes de Masashi Kishimoto-sama y la trama es de Hang Yu-rang unni –sazonada a mi manera–. (-u-)

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SÓLO CONFÍA EN MÍ Y YA


/Distrito Tamana/Instituto/

Tobi entro al salón con una sonrisa dulce que siempre hacía suspirar a las chicas ignorantes de todo. Sus ojos buscaron rápidamente el pupitre de Hiro al cruzar el marco y lo encontró con la cabeza sobre la mesa. Ese cabello azul cubría su rostro completamente. Tobi tomó asiento a su lado. — ¡Buenos días, Hiro-chan~! ¿Cómo te sientes? —Hiro se mantuvo en silencio, totalmente inmóvil. La sonrisa en Tobi decayó y un atisbo de tristeza afloró en sus ojos sin que nadie pudiera verlo.

—No me ignores. —Hiro continuó sin responder. Tobi suspiró y se acomodó en el pupitre con el ceño levemente fruncido. —Ya sólo te quedan seis días.

Hiro se levantó para sacar sus libros de la mochila antes de que llegue el maestro.

—Lo sé. También sé contar. —contestó con frialdad, sin mirarlo, pero fue suficiente para que Tobi sonriera con satisfacción.


/Distrito Tamana/Instituto/Terraza/

Llegó a la terraza con un toque de dicha, confusión y cansancio porque si el antiguo líder lo había mandado a llamar debía ser muy especial para haber sido elegido de entre tantos ex-miembros. Al estar delante de Sasuke hizo una pequeña reverencia.

—Necesito que encuentres a las cinco bandas más fuertes de Japón. —Suigetsu levantó ambas cejas. —Los derrotaremos.

— ¿Es el renacimiento de Tsuki no Hebi?

Sasuke dejó de contemplar el horizonte libre de nubes y enfocó esa mirada fría en los ojos del muchacho.

—Sí.

Suigetsu dio un pequeño salto y golpeó los puños con emoción.

—Debemos volvernos la banda numero uno de Japón en menos de cinco días.

La alegría de Suigetsu se congeló.


/Distrito Tamana/Instituto/Receso/

Para la hora de receso el rumor de un posible renacimiento de la famosa banda que lideraba Sasuke no tardó en llegar a sus oídos. No quería salir del salón porque no deseaba encontrarlo por los pasillos. La idea de que la banda volviera a estar activa le recordó el pasado y el rostro de Neji emergió entre viejas memorias de su niñez. ¿Por qué Sasuke haría algo así? ¿Cuándo tendría el valor de ir al hospital? ¿Desde cuando el pasado regresaba a ella como si fuera un impacto conta concreto?

— ¡Ja! Sasuke es rápido para actuar. —Esa frase sacó a Hiro de sus pensamientos y miró a Tobi sentado en el pupitre de junto con un burrito a medio terminar. Tobi le regresó la mirada con un toque de sadismo y entonces la primera de sus preguntas fue respondida. Hiro no mordió su sánduche y endureció el rostro.

—Entonces es culpa tuya. —expresó con ese tono dulce pero apático.

Tobi le sonrió luego de darle otra mordida a su burrito. Tragó con un poco de fuerza y sonrió aún más que antes.

—Resulta más efectivo fastidiarlo de frente que usando a la estúpida de Sakura.

Un golpe de adrenalina lo levantó de la silla. Sin poder contenerse al haber escuchado que no sólo continuó torturando a Sasuke, sino que insultó a Sakura, lanzó una patada directo al pecho de Tobi enviándolo hacia atrás con una horrible mueca de dolor que había estado conteniendo por el corte de anoche. La camiseta no tardó en mancharse levemente de sangre. El escándalo no tardó en llamar la atención, pero Hiro sólo miraba a Tobi con frialdad.

—Bue-na esa, lo admito. Me... Me tomaste desprevenido. —dijo con una sonrisa para no prestarle atención al dolor en el pecho— Pero golpearme no ha... hará que cambie nada. —Tobi tomó asiento con un poco de dificultad. —Sasuke seguirá sufriendo hasta que aceptes ir...

Hiro lanzó otra patada para desaparecer esa sonrisa, pero Tobi lo esquivó y pateó la pierna libre haciendo que cayera de espalda. Tobi se sentó sobre él agarrándolo del cuello con fuerza. El salón se vació rápidamente porque Hiro jamás iniciaba una lucha y debía ser realmente serio el asunto como para golpear a Tobi dentro del salón de clases.

Tobi se acercó un poco con aquella bruma en la mirada.

—Si quieres que todo termine sólo debes aceptar irte conmigo.

Ja... Jamás. —expresó Hiro con aquella mirada firme y brillante que le provocaba en el pecho un horrible estrujón. La sonrisa se transformó en una fea mueca y el agarre en el cuello rápidamente empezó a cerrarse. Hiro intentó darle un golpe en las costillas pero sus brazos eran más cortos y al tenerlo sentado sobre su estómago no podía moverse. La falta de aire empezó a notarse en su rostro enrojecido y la mirada sin brillo de Tobi continuó inmóvil.

—Vamos. Dilo y me detendré.

Hiro agarró el brazo de Tobi intentando soltar el agarre, pero era imposible por el tamaño y fuerza que podría ser el doble o triple al suyo. Casi sin aire, lo miró a los ojos y sólo movió los labios para responder.

"Nu-n-ca"

Tobi apretó la mandíbula y el puño de su mano libre.

Un tosco y sonoro golpe de madera no sólo liberó el cuello de Hiro, sino que lanzó a Tobi contra uno de los pupitres. Sakura soltó la silla y se acercó a Hiro con rapidez.

— ¿Estás bien? —exclamó angustiada. Hiro levantó la mirada y le regaló una sutil sonrisa para que no se preocupe. Era un gesto que no veía hace mucho tiempo y realmente la tranquilizó. Lo ayudó aponerse de pie y miró a Tobi con el ceño muy fruncido. —Jamás dejaré que te lleves a Hiro.

Un par de estúpidos valientes entraron al salón luego de ver que Sakura golpeara a Tobi en la cabeza, le dijeron a Obito que lo ayudarían a llegar a la enfermería, pero Obito las rechazó con molestia indicando que podría llegar por sí mismo. Tobi dio un par de pasos en dirección a Sakura, pero Hiro se soltó de ella y se puso delante con aquella fría y apática mirada que le revolvía el estómago y le hervía la sangre.

La próxima vez que intentes algo como eso, asegúrate de matarme porque no tendré misericordia. —murmuró tanto para Hiro como para Sakura.

La campana de fin de receso sonó y Tobi dejó el salón con una pequeña mueca de dolor. Hiro tocó un poco su cuello, pero había tenido peores encuentros. No debía fiarse ni un solo segundo si empezaba otra pelea con Tobi o sería su posible fin.

— ¿Te encuentras bi... bien, Sakura-san? —preguntó luego de ocultar el ligero dolor en el cuello.

— ¿Bien? ¡Claro que no, Hiro! —exclamó ligeramente alterada— ¡Me entero que iniciaste una pelea con Tobi y al llegar te veo todo rojo y debajo de ese cretino! ¡Qué susto! ¡Te pudo haber matado! —Hiro respiró con lentitud.

—Si vuelve a suceder, no intervenga. —limitó a decir mientras levantaba la silla que Sakura utilizó— Si te sucede algo por culpa mía no podría vivir tranquilo nunca más. —El cariño que había en ese tono y palabras la golpeó con suavidad. Si tan solo Sasuke la tratara así...


/Distrito Tamana/Instituto/Salida/

Las preguntas sobre si estaba bien luego de la paliza que le dio Hiro (un rumor tergiversado producto de la sangre que algunos vieron en la camisa del instituto) lo asediaron a la hora de salida. Una sonrisa falsa y coquetería infantil era suficiente para alejar a las chicas ignorantes de su lado porque sus ojos buscaban encontrarse con los de Hiro después de regresar de la enfermería.

— ¿Vas a evitar mirarme el resto de tu vida?

Hiro no le respondió. Tobi lo observó en silencio otros segundos hasta que se levantó de la silla con la mochila colgando de un solo hombro.

—Si así quieres. Supongo que tendré que hablar con Sakura entonces.

—No te atrevas a lastimarla. —contestó mirándolo a los ojos con ese vacío que le estrujaba el estómago, pero se tragó esa falsa emoción y le sonrió con camaradería.

—Olvidaré lo de hoy si dejas de ser un amargado a mi lado. —Le guiñó un ojo y dejó el salón con paso firme. Sakura se acercó a Hiro después para preguntar qué le había dicho, pero Hiro le dijo que sólo se despidió. Sakura no le creyó, pero no quería empeorar más las cosas.

—Sakura-san. —dijo mientras bajaban las escaleras— Hoy tengo que hacer algo. Por favor adelántese en el vehículo. —Sakura lo miró con preocupación. —Descuide. Tan pronto como termine regresaré a casa.

El rumor sobre la banda cruzó los pensamientos de Sakura de manera fugaz. Si Hiro deseaba saber si Sasuke de verdad había vuelto a formar esa banda no iba a intervenir. Ya bastante daño había provocado y no era la indicada para pedir respuestas.

Forzó una sonrisa y asintió. —Sólo no llegues demasiado tarde. —Hiro respondió con su silencio.

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Luego de que el auto se llevó a Sakura tomó el lado contrario de la calle y al pasar por un callejón divisó esa silueta característica rodeada por otros estudiantes. En un grito silencioso tanto la luna como la noche se encontraron y Sasuke le pidió a sus hombres que se adelantaran. Los dos avanzaron la misma cantidad de pasos en el silencio del lugar hasta quedar delante uno del otro.

—Entonces es verdad. —dijo Hiro para romper el silencio— Te costó tanto dejarlo... —Sasuke continuó mirándolo a los ojos con ese toque de rudeza y ternura que Hiro no deseaba mostrar en los suyos. —Si es por algo que dijo Tobi sobre mí entonces déjalo.

—Lo hago por mí.

Hiro apretó el tirante de la mochila sin darse cuenta.

—No me mientas. —Hubo un corto silencio entre ambos sin apartar la mirada del otro— ¿Qué te dijo para que volvieras a esto?

La rudeza en la mirada cambió drásticamente por tristeza.

—No quería perderte. —El corazón dio un par de sobresaltos en su interior— No quiero que te lleve a América.

—Ja... Jamás me iría con él. —respondió casi de inmediato y Sasuke sonrió finamente.

—Si hago esto dejará de estar a tu lado. —contestó con firmeza— Estoy harto de verlo cerca tuyo y no poder hacer lo mismo.

Sasuke dio un paso más y tocó su frente como un gesto de cariño porque darle un abrazo o un beso podría incomodarlo. Pero aquella extraña e inesperada caricia, acompañada de una cálida sonrisa, aceleró el corazón de Hiro y sus mejilla se pintaron de rosa.

—Confía en mí y ya.

Sasuke dio media vuelta para alcanzar a sus hombres y Hiro permaneció en el callejón hasta que le fue imposible distinguir su silueta a la distancia.

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Esa tarde, Sasuke y su banda tuvieron cuatro encuentros en las que salieron victoriosos al igual que apaleados con excepción de él. Porque si llegaba a recibir un solo golpe de esos debiluchos no podría enfrentarse contra Tobi. Ninguna de esas bandas eran realmente fuertes, pero todavía tenía mucho camino por recorrer y poco tiempo. Debía ser un digno oponente. Ostentar el título de El Líder, o Jefe de pandillas como lo fue alguna vez el Líder de la extinta banda Colmillo sobre Colmillo, era la meta para deshacerse del desgraciado de Tobi de una vez por todas.


/Prefectura Fukuoka/Distrito Minami-ku/Estación de tren/Tarde/

Llegar allí le tomó menos de dos horas y fue más sencillo de lo que hubiera pensado, pero llevaba de pie en la estación casi cuarenta y cinco minutos y todavía no sabía si salir o tomar el tren de regreso a Tamana.

"Si Kakashi se entera que estoy aquí..." Pensó. Pero no debía tener miedo. Porque si era una mentira de Tobi para desconcentrarlo no había problema con decirle a Kakashi su paradero de ese día en caso de que le pregunte. Por lo que respiró profundo y salió de la estación. Caminó por el distrito menos de una hora hasta dar con el Hospital Hara. Algo le decía que no entre, pero agarró la mochila con fuerza y dio un paso en el interior.

— ¿Neji Hyuga? Si me permite un momento, jovencito, podré ayudarle. —Hiro asintió y permaneció de pie junto al puesto de información. Esos diez minutos se hicieron una enternidad. —Disculpe la demora. —La enfermera tecleó uno poco y su mirada decayó rápidamente. El apretó en en el corazón le causó un escalofrío.

—Oh... Pues, verás. Falleció hace unos años por sangrado interno. Su cuerpo fue trasladado al Cementerio Internacional de Sakamoto. No... No hay registro de quien pidió su cuerpo para el... ¿Eh? ¿Niño?

La enfermera se levantó de la silla, pero Hiro no estaba allí.


/Distrito Tamana/Tres días después/

— ¡Hiro-senpai! ¡Sakura-senpai! —Gritó Toneri a la salida del instituto, Sakura se detuvo al igual que Hiro, y el joven les agradeció, pero el joven Hatake no parecía concentrado en la nueva presencia. — ¿Escucharon los rumores? Dicen que Sasuke-senpai reformó la pandilla y busca pelea a diario con varios enemigos a la vez. —Sakura miró a Hiro rápidamente, pero este no mostró emoción alguna. —Aquellos que deciden enfrentarse directamente con Sasuke-senpai terminan en el hospital. —Los ojos de Toneri brillaron con intensidad. — ¡Excepto él! ¡No tiene ni un rasguño! ¡Sasuke-senpai es increíble!

Hiro continuó caminando a paso taciturno, como hacia unos días atrás. Allí, junto a Sakura todo el tiempo sin decir absolutamente nada y ella igual.


/Distrito Kikuchi/Noche/

Sasuke llegó a casa con la ropa sudada. Le dolían los puños y estaba agotado. Tenía tres días sin mayor descanso que las pocas horas de sueño al regresar a casa. Si bien en ese tiempo un treinta porciento de las bandas habían preferido unirse y aceptarlo como líder, las que no lo hacían de verdad daban lucha. Abrió la puerta sin mucho escándalo. Por un segundo pensó en Naruto y lo útil que sería su fuerza y amistad a su lado.

—Joven Sasuke. —dijo la sirvienta cuando él cerró la puerta— Su padre requiere su presencia en el estudio.

Sasuke chasqueó la lengua y dejó la mochila cerca de la escalera. Delante de la puerta le tomó un par de segundos abrir. Él sabía que tarde o temprano debía enfrentarlo, pero Fugaku Uchiha era alguien con quien nunca había conseguido llevarse del todo bien. Especialmente después del accidente. Al cerrar la puerta, Sasuke dio un ligero brinco con el fuerte golpe que hizo Fugaku en el escritorio. Sasuke se acercó unos pasos mirando a su padre directamente a los ojos.

— ¡Ahora te convertiste en un matón! —exclamó.

—No. —contestó.

Fugaku endureció la mirada para que hiciera silencio, pero el adulto detrás del escritorio sabía que la fortaleza de su hijo era su rebeldía luego de lo que sucedió con Itachi; así que suspiró y tomó asiento.

—Rompiste tu promesa, hijo. ¿Acaso ya no te importan esos niños?

—Claro que sí. Esto terminará en unos días.

Fugaku esperó unos minutos en silencio a que le diera, aunque sea, una razón estúpida por su actuar, pero Sasuke se mantuvo firme en el silencio. Fugaku chasqueó la lengua igual como él lo haría, pero ninguno le prestó atención a ello.

—Ya no sé qué hacer con tu actitud, Sasuke. —Dijo en un suspiro cansado acercándose al escritorio. —No me dejas otra opción que enviarte a estudiar al extranjero. En Suiza estarás más controlado.

Cuando Sasuke apretó la mandíbula y los puños, Fugaku supo que no era ira o enojo lo que quería expresar, pero su hijo continuó callado y en esa mirada firme no había más que una muralla que jamás iba a romperse. Apartó la mira del muchacho un momento y tomó el auricular del teléfono. Sasuke sintió que el tiempo se hizo lento y asfixiante en ese segundo que le tomó para armarse de valor y decir algo que hiciera desistir a su padre de esa idea.

Fugaku miró a su hijo a los ojos cuando marcó el primer número.

— ¡Lo estoy haciendo...! ...para proteger a alguien que quiero.

Fugaku pudo ver la fuerza con la que apretaba los puños. Aquella corta frase le costó tanto decirla que hasta unas gotas de sudor rodaron por su frente, colgó el teléfono y se acomodó de nuevo en la silla. Observó a su hijo en silencio por otro par de minutos.

—La violencia empeora las cosas y lo sabes. —contestó lo más sereno que pudo.

Sasuke apretó la mandíbula una vez más sin soltar el agarre en los puños.

—Sé que estás decepcionado por mi actitud, pero esto es algo que debo hacer. Es... Es importante para mí.

Fugaku continuó mirándolo en silencio. Esa mirada era como la de él. Ninguno iba a doblegarse a menos que el otro cediera y el patriarca Uchiha jamás iba a retractarse de nada. Nunca lo había hecho y no iba a empezar con él si sus acciones daban para algo mucho peor que sólo enviarlo a estudiar fuera de Japón.

Además, quien debía ceder no era su padre.

Lentamente Sasuke se arrodilló delante del escritorio en una marcada reverencia con la cabeza sobre el piso alfombrado del lujoso estudio.

—Lamento haber roto mi promesa, padre, pero pido que no me envíes al extranjero. —dijo con los ojos cerrados rogando porque esa muestra de sumisión fuera suficiente para que Fugaku no fuera la causa de alejarlo de Hiro.

Fugaku miró a su hijo. Allí, arrodillado con la cabeza en el suelo rogando para que no lo enviara al extranjero.

Había algo que los dos compartían y que ambos sabían que era su mejor cualidad y su principal razón para estar separados a pesar de sólo tenerse el uno al otro: El orgullo. Ninguno cedía ante el otro por nada del mundo. Era algo que sucedía desde que Sasuke era muy joven y que sólo se arreglaba por la intervención de Itachi o Mikoto. Pero sin ellos en casa para reconciliarlos, él y su hijo no se llevaban bien desde hace años. Sin embargo allí estaba Sasuke, dejando el orgullo a un lado. Fugaku miró la foto familiar que tenía sobre el escritorio. La última foto donde todos estaban juntos... Miró a su difunta esposa y el corazón se le aceleró por un breve segundo.

La persona que Sasuke buscaba proteger y de la cual se negaba a contarle valía más que su propio orgullo.

Fugaku cerró los ojos un momento y Sasuke continuó con los párpados cerrados fuertemente rogando por...

—Levántate, muchacho. —Sasuke abrió los ojos con rapidez y levantó la cabeza con un ligero toque de asombro. —Si te vas a comportar como un hombre, entonces no dejes tu orgullo a un lado.

Sasuke se puso de pie completamente y serenó la mirada en dirección a su padre.

—No lo hice. Sólo mostraba lo serio que es esto para mí.

Ambos Uchiha se miraron a los ojos con fuerza y familiaridad. Fugaku suspiró y la tensión en su cuerpo desapareció.

—Te mantendré vigilado y sólo te daré un par de días para solucionarlo.

—Gracias, padre. —Sasuke realizó una corta reverencia y se retiró.

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Besos y abrazos a un monitor de distancia.

PD: Este fanfic me mata lentamente...