209
LA INTRUSIÓN DE LOS MAGMAGOLEMS
La mayor parte de la ciudad molekin había quedado diezmada, la batalla que se libro entre Spyro y Cynder dejo varios destrozos, edificios que tenían los pisos abiertos, calles maltrechas, establecimientos arrasados. Era como si tres siglos de paz y armonia hubiesen sido diezmados en tan solo unos minutos.
Los golems se ocuparon de ayudar a los pueblerinos molekins, algúnos quedaron malheridos a causa de los destrozos, tenían magulladuras por todas partes. Todos estaban entristecidos ya que nunca antes habían pasado por una situación así.
Rocamauro examino la escena, no le gustaba para nada lo que veía, desde siempre había jurado proteger la ciudad volcanica para evitar desastres de este tiempo, pero hoy se tuvo que enfrentar a una criatura a la que nunca antes se había enfrentado y eso provoco que no pudiese evitar que hubiesen demasiados daños colaterales en esta batalla.
Se juro que encontraría a esa dragona y le haría pagar por el caos que montó.
-Señor -se le presento uno de los golems de mayor confianza.
-¿Han encontrado ya a esa dragona? -le pregunto reprochadamente, estaba tan ensimismado con ese tema que quería que cualquiera le diese la mas minima respuesta.
-Me temo que no señor, me parece que se ha largado con los amigos que trajo -confirmo dandole la respuesta más honesta que pudo darle.
Rocamauro suspiro agobiado.
-Ya me parecía a mi que no era buena idea haber traído a esos dragones aqui. Tendrían que haberse ido en cuanto llegaron -comento demostrando que desde el primer momento desconfio plenamente de los dos reptiles magicos.
El otro golem se compadeció de él.
-Tenemos otra mala noticia que anunciarle señor -agrego.
Eso capto su atención.
-¿De que se trata?
-Venga conmigo -le pidio dandose la vuelta.
Le llevo hasta una de las instalaciones de mineria que habían al otro lado de la ciudad, ahí se encontro con toda una guardia de golems que estaban custodiando una obertura en una pared. Ambos marcharon dentro y fueron recorriendo todo un camino estrecho que conducía hacía una cornisa de piedra, abajo había una fuente de lava hirviendo que desprendía un vapor tan espumoso que hacía burbujas que levitaban.
Rocamauro quedo sorprendido al ver eso.
-¿Que es esto? -se cuestiono ensombrecido.
-No lo sabemos señor, pero me parece que esto ha sido provocado por la dragona.
-¿La dragona ha creado este rio de lava?
-No, el rio de lava ya estaba creado, la dragona lo que ha hecho ha sido crear una obertura hacía una superficie inestable que lo ocultaba.
-¿Y de donde proviene toda esta lava?
Le miro con seria honestidad, acto seguido le respondió:
-Del territorio de los magmagolems -declaro.
Abrió forzosamente los ojos de su rocosa cara.
-¿Del mismiso territorio de nuestro enemigo? -recalcó severamente.
-Así es, señor -confirmo nuevamente.
-Por los ancestros -pateo un trozo de roca que había sobre la cornisa provocando que cayera hacía la lava. Se fundió en segundos-. Como se enteren los magmagolems de que este camino esta despejado, se pondran a destruirlo todo.
-¿Que quiere que hagamos señor?
-Quiero que mantengan esto vigilado hasta que venga la Madre Superiora y ambos juntamos decidamos lo que hay que hacer. No podamos dejar que nada que venga de aqui salga al exterior. ¿Lo ha entendido? -le especifico estrictamente, quería que esto se tomase de la forma mas precavida posible.
-Si señor.
-Bien, ahora quedese aqui, me necesitan. ¿Puede encargarse de vigilarlo por ahora?
-Puedo hacer lo que usted me pida que haga.
-De acuerdo -se convenció dandole una palmada de confianza en el hombro-. No deje que ningún magmagolem salga a la superficie.
-No lo permitire señor -acoto confiadamente.
Le echo un ultimo gesto de confianza y se marcho para el otro lado.
El joven golem de piedra se quedo ahí contemplando aquella piscina de lava incandescente que no dejaba de echar vapor. Al verlo no podía evitar imaginarse lo que supondría estar ahí metido. Soportando el calor como si en realidad no doliese para nada, como si formase parte de ellos.
Pero de pronto le llego una corazonada, la lava era tan espesa que no se podía ver nada de lo que había abajo de todo. Eso le hizo pensar que a lo mejor los magmagolems estarían ahí metidos, ocultos en la lava observando todo lo que pasaba.
Asomo la cabeza para ver si podía ser cierto, no veía nada sospechoso, solamente el montón de lava removiendose como si fuese caldo de una sopa.
No veía nada, estaba todo demasíado tranquilo.
Pero de pronto oyo algo raro.
Acerco un poco más la cabeza y entonces...
Un enorme tentaculo hecho de lava solida le agarro de la cabeza provocando que cayera al interior de la piscina de lava.
Se formo una erupción en él.
Unos minutos después una cosa amorfa empezo a emergir de la lava.
Unas manos se agarraron a la cornisa de roca seguido de todo un cuerpo que se fue levantando hasta ponerse de pie sobre la estructura de piedra. Se enderezo provocando que le cayese lava liquida de su propio cuerpo.
Se giro mostrandose delante de la piscina de lava quien era.
Era un magmagolem.
Y abajo tenía delante a todo un ejercito de magmagolems asomando la cabeza del interior de la propia piscina que se extendía desde muy lejos.
El magmagolem sonrió contento.
..
El equipo regreso al hotel para recoger sus cosas, tenían que llevarse todo lo indispensable ya que en cualquier momento la muchedumbre enfurecida se percatarían de que ellos estaban hospedandose ahí y vendrían con ganas de asesinar a Cynder creyendo que era un monstruo sediento de sangre. Lo cual era razonable teniendo en cuenta que todos los testigos la describían como una dragona cubierta de magia negra y que se ponía a destruir cosa que se pusiera por delante suya.
Pero ahora Cynder se recupero, consiguieron liberar a Malefor y ahora volvía a ser normal, pero no iba a haber forma de que eso permitiera disculparse con los pueblerinos molekin, por eso mismo era vital que se marchasen a toda prisa.
-Sparx, ¿lo tienes todo? -le pregunto Spyro a su hermano.
-Lo tengo todo, ¿pero que se llevo para beber? ¿Zumo, o agua?
-Da igual, llevate cualquier cosa que podamos digerir e hidratarnos -replicó insistentemente, estaba tan apurado que apenas le podía hacer caso a sus exigencias.
Spyro cargo en una bolsa todas las cosas que les pudiesen servir una vez regresasen al mundo exterior. Metió de todo con tal de protegerse de cualquier tipo de situación en la que necesitase defenderse él o los demás. Se llevaba comida, medicamentos, futones para dormir y algo de ropa para Ermit y Vickam por si tenían que acabar en un lugar helado. Una vez hizo todo eso regreso con Cynder para asegurarse de que estaba estable, la dejo reposar sobre la cama de la habitación.
La preocupaba de solo verla así de insconciente.
Justo en ese momento oyos unos golpecitos por fuera.
Volteo la cabeza observando que se trataba de Mollar.
-¿Puedo ayudaros en algo? -pregunto con tono compasivo.
-No, ya tenemos todo lo que necesitamos. Gracias por tu ayuda Mollar -le agradeció con amabilidad, se ato la bolsa alrededor de su largo y escamoso cuello.
-No he venido a despedirme -agrego.
-¿Ah no? -se extraño.
-No, he venido porque aqui hay unos amigos que quieren veros.
-¿Que amigos?
Se giro y entonces apareció el grupo de molekins con los que se topo antes, los mismos con los que hablo Cynder antes de que se infectara.
-Vosotros -exclamó sorprendido.
Ambos pasaron al interior mostrando unas caras de soslayo.
-Ey chicos, ¿estaís bien? -les pregunto angustiado al ver sus tristes caras.
-Estamos bien -confirmo Risko.
Por su cara se notaba que estaban tristes por otra cosa.
-¿Se encuentra bien Cynder? -pregunto Catter.
Asintio recalcando que se trataba de ella.
-¿Porque ha atacado a la gente? -musitó disgustada Yora.
No supo encontrar las palabras necesarias para describir lo que ocurrió.
-Ha sido culpa nuestra -objetó Rodan.
-No, claro que no -cogió a los niños por la espalda y los acerco hacía Cynder-. Vosotros no hicisteis nada malo, lo que ha ocurrido con Cynder ha sido algo espontaneo.
-¿Y porque? -se cuestiono Handi.
-De la misma forma que vosotros vivis alegremente en este maravilloso lugar, ella desgraciadamente proviene de un lugar donde no tuvo la misma suerte. Aprendió desde muy joven que lo que único que importa es ser fuerte y preocuparse de uno mismo, ya que si te confias demasíado con los demas te volveras y debil y vulnerable -argumentó describiendo todo el proceso por el que paso Cynder durante su infancia.
-Pero eso no es cierto -indico Risko.
-No, eso no es cierto, y por culpa de eso Cynder tiene en su interior un poder tan oscuro que al final después de todo este tiempo se ha corrompido. Por eso ha actuado como ha hecho antes, porque no era ella misma, no la que habeís conocido.
-¿Y ahora es ella misma?
-Supongo que si, pero no podremos saberlo hasta que despierte.
Ambos asintieron preocupados al comprenderlo.
-¿Ella es buena nó? -pregunto Flag.
-Ella es buena, pero tiene mucho por aprender, igual que vosotros.
Eso lo pudieron reconsiderar.
-Si quereís podeís decirle algo, luego yo se lo volvere a decir -le propuso en señal de querer darle algo de afecto.
Ambos se miraron aceptando esa propuesta.
Uno por uno les fueron agradeciendo a Cynder por la historia que les conto, le confesaron que no le guardaban ningún rencor porque la historia hubiese terminado con la salamandra de fuego siendo cazada por los pueblerinos. Admitieron también que tenían ganas de que les volviese a contar otra historia así igual de parecida.
Luego Pili se acerco y le susurro al oído:
-Dragona buena.
Le acarició su escamosa cabecita y luego regreso con su hermano.
Le echo un fuerte abrazo de lo disgustada que estaba.
-¿Algún dia regresareís? -le pregunto honestamente Rodan.
-No lo se, si descubrimos algo importante y requerimos de la ayuda de los molekins, entonces quizamos podamos volver, aunque claro. Quizas no seamos bien recibidos -indico haciendoles ver que ahora tenían un severo inconveniente.
Ambos molekins reconocieron ese infortuito hecho.
De pronto oyeron un estrambotico sonido que se elevaba.
-¿Que es eso? -se cuestiono Yora.
Spyro se dirigió hacía la ventana que había al fondo de la habitación, ahí pudo contemplar como una tundra de molekins armados con antorchas y palas y picos se estaban acercando al hotel dando unos pasos que retumbaban por toda la zona.
Justo en ese momento apareció Vickam entrando en la habitación de golpe.
-Chicos, no os vais a ver lo que esta pasando ahí afuera -dijo esporadicamente.
-Hay una muchedumbre enfurecida que quiere capturar a Cynder -comento Ermit.
Luego apareció Sparx volando por encima de ellos.
-Spyro, esto es un problema -espeto alarmado.
-Lo se -reafirmo haciendose a la idea.
-¿Que sucede? -esbozo Frag asustado.
-Los molekins vienen a por Cynder, a castigarla por lo que ha hecho -declaro Mollar.
Los niños se asustaron al oír eso.
-¿La mataran igual que la salamandra? -se cuestiono nervioso Catter.
Al oír eso Spyro supo lo que tenía que hacer.
-No, hare algo mejor -reconvino, tenía una idea.
Sonrieron entusiasmados de ver que estaba decidido a protegerla.
-Quedaos aqui y cuidadla, vale -les pidio explicitamente.
-Si -acepto Risko.
Afirmo convencido con la mirada y se marcho de la habitación.
Bajo al piso inferior y de ahí salió por la puerta delantera. Se encontro con toda una multitud aglutinada delante del palacio siendo apelotonada a un lado mientras un grupo de guardias molekin y de golems les impedían forzosamente el paso.
Se alegro de ver que por lo menos no dejaron que la gente se metiera a destruir el lugar por las malas, pero eso no aliviaba que no se produjese un desastre.
Se dirigió hacía la gente y de pronto alguien del público se fijo en él.
-Ese es el dragon que la protege -le señalo acusadoramente.
Eso produjo que la gente estallase euforicamente y marchase directamente a atacarle como si él fuese el culpable de haber iniciado el ataque de Cynder, Spyro se hizo a un lado para alejarse de la multitud, los golems le protegieron apartando a la gente hacía atrás manteniendo la misma posicion que hasta ahora.
Justo en ese momento Sparx y los otros vinieron detrás suyo.
-Spyro, ¿que haces? -le pregunto nerviosamente a su hermano.
-Voy a terminar con esto -dijo, dispuesto a cometer una acción imprudente.
Volvió a dirigirse hacía la multitud pero esta vez sin tenerles miedo algúno.
-¡Silencio todos! -protesto malhumoradamente.
La multitud inmediatamente se calló.
-Entiendo bien lo que quieren hacer, y no os lo permitire -acoto estrictamente.
-Esa dragona casi destruye nuestra ciudad -dijo un molekin.
Los demas molekins se pusieron de acuerdo en él.
-Eso es cierto, pero teneís que entender que aqui hay unas normas, unas normas impuestas por vuestro superior que es la Madre Superiora, así que si teneís algún problema, primero debeís lidiar con ella -argumentó, echandoles en cara que se estaban olvidando de que eran una sociedad civilizada.
Todos bajaron la cabeza reconsiderando ese hecho.
-Eso es cierto, ¿pero de que nos sirve si esa dragona no pagara los daños que nos ha causado? -criticó otro molekin alzandose como si supiera de lo que hablaba.
La multitud volvió a ponerse de acuerdo de nuevo.
-Lo comprendo perfectamente, se que no ha sido algo bueno que mi compañera haya cometido esos actos tan destructivos. Pero primero debeís entender primero porque lo ha hecho, ella no es como los magmagolems a los que todos odiaís y temeís. Así que si quereís odiarla, primero razonad conmigo y luego juzgadla si no os gusta lo que digo, ¿os parece bien eso? -les propuso como alternativa para no involucrar a Cynder en un asunto que le resultaría demasíado conflictivo.
Cada uno se echo una mirada de intriga.
-¿Hay algo que queraís decir? -les pregunto, les dio la oportunidad de preguntar lo que fuese a cambio de poner razonar con la situación de una forma pacificia.
-Yo tengo una -alzo la mano un viejo molekin-. ¿De donde viene?
-Del exterior.
-No, quiero decir, de donde proviene ella, una dragona de piel oscura -agrego.
Se quedo dubitativo al no saber que responderle.
-Eso no lo puede decir, es privado -comento Sparx.
La gente se quejo, se esperaban otra respuesta.
-Gracias -le agradecio Spyro.
Le guiño el ojo en señal de gratitud.
-Escuchadme bien todos -insistió Spyro de nuevo provocando que todos se callasen otra vez-. Se que tienen ganas de obtener una respuesta para todo este asunto. Pero mi compañera viene de un lugar muy conflictivo, uno muy distinto a vuestro hogar, así que por eso mismo es mejor que respeteís la confidencialidad de Cynder. Tengo entendido que este pueblo se vive del respeto, así que respetadla y quizas logremos que no vuelva a pasar lo que ha ocurrido aqui.
La gente reconsidero esa objección provocando que todos dejasen de quejarse, pero seguian disgustados porque tenían ganas de tomar una acción radical ante este asunto.
Spyro se paso la mano por la cabeza, tratar con ellos lo dejo agotado de los nervios que tenía por pensar que le iba a salir mal.
-Haz hecho bien hermano -le confortó por haberla defendido.
-Lo se, pero eso no cambiara lo que ha ocurrido aqui -dijo Spyro mosqueado.
-Lo que importa es que esto no ha acabado con más violencia. En cuanto nos vayamos todos se olvidaran de lo que paso y empezaran de nuevo -indico considerablemente Ermit sabiendo bien que era mejor que se marcharan antes de que empeorase todo mucho más de lo que ya se había provocado.
Asintio dudando de esta opción.
-Me hubiese gustado quedarme más aqui, y averiguar un poco más sobre lo que me conto la Madre Superiora -les comento honestamente.
-¿Pero te dijo algo importante, nó?
-Pues si, pero ahora lo sabe Malefor, y quizas lo utilice en mi contra.
-Entonces por eso mismo hay que regresar con los Skylanders, ellos sabrán como detener esto antes de que sea demasíado tarde -ideó seriamente Sparx.
-Si -afirmo Spyro estando de acuerdo.
-¿Estas seguro de que es bueno llevarla a ella con ese Maestro del Portal? -objetó dudosamente Vickam.
Volvió a caer en ese hecho de nuevo.
-No lo se, pero si esto vuelve a pasar quizas Eon pueda encontrar una manera de detener su conexión con Malefor -opino deductivamente.
-¿Crees que podra hacerlo? -objetó Sparx.
-Hay algúna cosa que no pueda hacer -indico guiñandole el ojo.
-¿Seguro que tenemos que irnos? Yo no me quería deshacer de esa bañera -critico angustiado Vickam, se había encaríñado con esa bañera termal.
-No te preocupes Vickam, recibiras un buen año en cuanto nos encontremos con nuestro grupo -le consolo animadamente Spyro, le dio una palmada en el hombro.
Vickam trago saliva en señal de estar ocultando algo.
-¿Sucede algo? -noto su repetina reacción agridulce.
Le dirigió una mirada de angustia.
-Hay algo de lo que tengo que hablarte -dijo dispuesto a confesarle aquello que se había propuesto hacer antes.
Spyro supo por su mirada que estaba apunto de contarle algo que no le iba a gustar.
-La verdad es que yo he estado pensando que...
Su comentario fue cortado por una repentina explosión que sorprendió todos. Se arrodillaron contra el suelo cubriendose al pensar que algo les atacaba. Pero rapídamente pudieron comprobar que las explosiones provenían del otro lado de la ciudad, se podían vislumbrar unas bolas de fuego chocando en lo alto de los edificios.
Los molekins observaron aterrados como de nuevo estaban siendo atacados.
Spyro y el resto del grupo se quedaron sorprendidos al ver que otra vez tenían otro problema relacionado con la ciudad de los molekins.
-Eso no ha podido ser Cynder, ¿verdad? -objetó escepticamente Vickam.
-Imposible, ella sigue ahí arriba inconsciente -confirmo Ermit.
-¿Entonces quien mas nos puede estar atacando ahora? -critico Sparx.
Ambos se miraron dubitativos.
Una tundra de gente apareció y marcho corriendo dispersandose por ambas direcciones, unos cuantos molekin se fueron chocando contra el grupo que se encontraba apelotonado en la zona, un viejo molekin se levanto y se puso a gritar:
-¡Magmagolems!
La gente se inmudeció al oír ese nombre.
-¡Hay magmagolems en la ciudad, nos estan atacando -añadio euforicamente.
-¿Pero de donde han salido? Todas las entradas estan fuertemente vigiladas -opino reprochadamente una obesa mujer molekin.
-Han salido de un agujero que hay en la pared -confirmo el viejo molekin.
-Ha tenido que ser la dragona -berreó otro molekin, se giro señalando acusadoramente hacía Spyro y el grupo como si tuviesen la culpa.
La gente marcho enfurecida hacía el grupo pero fue detenida por la barrera de golems que les impedían el paso adelante.
Spyro se harto de esta situación.
-¡Basta! -grito euforicamente.
Todos se detuvieron y le miraron fijamente.
-Entiendo vuestro odio y resentimiento, pero poneros a culpar a mi compañera de esto no os salvara de los magmagolems. Puede que hayan encontrado la manera de meterse aqui, pero también se podrían haber metido aqui en cualquier momento, así que no vale la pena buscar un culpable -argumentó razonando con ellos de una forma conflictiva para que vieran que era irracional este odio hacía Cynder.
Todos bajaron la cabeza reconsiderando esa objección.
-¿Y quien se ocupara ahora de acabar con esos magmagolems? -protesto otro molekin señalando hacía el fondo donde se estaba produciendo el ataque.
Puso una cara firme y acto seguido dijo:
-Yo lo hare.
-¿Usted se encargara de sacar a los magmagolems? -se cuestiono una mujer.
-Lo hare, pero antes necesito que todo el mundo se vaya a un lugar seguro, a partir de ahora esto es una zona guerra -acoto autoritariamente.
Todos se miraron dudosas ante la idea de dejar que luchase contra ellos sabiendo que se provocaría otro desastre que el provocado por la dragona.
-Ya habeís oído al dragon, marchaos todos a un lugar -ordeno reprochadamente uno de los golems incitandoles a que obedecieran.
Todos hicieron e inmediatamente se marcharon corriendo dispersandose por ambas direcciones dejando toda la zona despejada.
Solamente quedaron los magmagolems.
-¿De veras podra acabar con los magmagolems? -le pregunto el golem.
-Puedo hacerlo, pero necesito algo de tiempo para pensar en un plan.
-Se lo daremos -acepto convencido otro golem.
Los golems se juntaron y marcharon a pelear contra los magmagolems.
-Increible Spyro, cada vez estas mas hecho un lider -exclamó sorprendido Sparx al ver como consiguio tratar pacificamente con la gente.
-He tenido que tomar medidas para que la gente lo entienda -espeto expresamente.
-¿Y ahora qué? Recordemos que esos monstruos son casi indestructibles, como lo vas a hacer para enfrentarte a ellos tu solo -critico honestamente Ermit dejando constancia de que se encontraban ante un enemigo infalible.
-Yo no he dicho que vaya a hacerlo solo -confeso.
Se extrañaron al oír eso.
Justo en ese momento apareció Mollar saliendo apuradamente del palacio.
-Muchachos -les llamo-. La dragona se esta despertando.
-¿Se esta despertando ahora? -inquirio Spyro.
-Esta algo somnolienta, pero si, se esta despertando lentamente.
-Bien -dijo con alivio.
-Un momento -recalcó Sparx-. Quieres que Cynder luche contigo.
-Un dragon no puede con ellos, pero dos dragones si -convino seriamente.
-¿Sabes que puede estar aún debil por haber sido poseida por Malefor nó? -objetó Vickam criticandole al ver que parecía haber olvidado ese suceso.
-Lo se, se que quizas este mal esto, pero miralo bien -les dirigió la mirada hacía las llamaradas que cubrían la vista de la zona-. Esta gente necesita nuestra ayuda, y aunque parezca mentira, voy a usar todo lo que este en mi mano para parar esto.
Ambos asintieron recapacitando esa decisión, no les gustaba, pero si Spyro se sentía lo suficientemente confiado como para creer que ella le ayudaría a combatirlos, entonces debían aceptarla como él había aceptado de su ayuda anteriormente.
De pronto se produjo otra explosión, una más fuerte y cercana.
-Se estan acercando -indico Mollar.
-Id a ayudar a la gente a protegerse, yo me encargare de despertar a Cynder -acoto especificandole a cada uno su cometido.
-De acuerdo -aceptaron Sparx, se marcharon corriendo para el otro lado.
-Sparx, espera -detuvo a su hermano.
-¿Que pasa? -se cuestiono enrarecido el joven libélula.
Spyro queria pedirle que se quedara con él con tal de protegerlo, pero sabía de antemano que no lo aceptaría, él quería ayudar y no se lo iba a negar de ningún modo.
-Ve con cuidado -le pidio pasivamente.
Afirmo meneando con la cabeza.
-Lo hare -acepto esbozando una sonrisa de confianza.
Lo dejo y se marcho corriendo siguiendo a los otros.
Solto un suspiro de alivio al creer que estaba cometiendo un error.
-Ha hecho bien. Se nota que es un buen hermano -espeto cordialmente Mollar.
-Lo se -reafirmo poniendo una cara de resignación.
De pronto volvió a producirse otra explosión, esta era de mucho mas cerca.
-¿Quiere que despierte a la dragona? -le propuso.
-No, lo hare mismo -acoto decididamente.
Ambos regresaron al interior del palacio con paso apurado, Spyro salto volando hacía el piso superior, al instante se encontro con los niños molekin.
-Señor Spyro -vociferó Risko.
Una fuerte explosión hizo retumbar el palacio.
-¿Que es lo que ocurre? -protesto Catter.
-Hay magmagolems en la ciudad -les confeso abiertamente.
-¿Magmagolems aqui? -contesto exhaltado Rudan-. Entonces un problema.
-Lo se, por eso mismo necesito a Cynder. ¿Esta ella despierta?
-Se estaba despertando, pero apenas puede levantarse -contesto Yora.
Aquello hizo temerse lo peor.
Se metió en la habitación y se encontro con la joven dragona acostada en el sillón, intentaba de enderezarse pero apenas podía, se notaba algo dolorida.
-Cynder -dijo, temoroso de como se pudiese encontrar.
Giro lentamente la cabeza hacía él.
-Spyro -murmuro, luego se cayo estrepitosamente al suelo.
Salto volando a ayudarla.
-¿Te encuentras bien? -le pregunto, preocupado.
-Estoy bien, pero...
La ayudo a sentarse de vuelta en el sillón.
-¿Recuerdas lo que ha sucedido?
Se puso a pensar detenidamente todo lo ultimo que recordaba.
-Recuerdo, haber hablado con unos niños, les conte una historia.
-Si, eso paso -dijo aliviado al ver que empezaba a recordar con claridad.
-Después, me fui y... -se quedo trabada-. Senti algo... malo.
-¿Malo? -se intrigo al oír eso.
-Recuerdo, haber hecho cosas malas -le miro fijamente-. ¿Las hice?
Ahí en ese momento Spyro se dio cuenta de que no podía decirle la verdad a Cynder porque sino se pondría tan mal que quizas se lamentaría de lo sucedido y posiblemente no le ayudaría a detener a los magmagolems. Esta vez tendría que tomar una de las peores decisiones que hubiese tomado en su vida. Mentirle sobre lo sucedido.
-Si, paso algo malo.
-¿El qué? -vocifero con tono alarmado.
Se produjo una explosión que hizo temblar la habitación entera.
-¿Que ha sido eso?
-Son magmagolems.
-¿Magmagolems? Los enemigos de los golems.
-Así es, son esos mismos, han conseguido entrar en la ciudad. Me parece que uno de ellos te ataco y te dejo inconsciente -le confeso, mintiendole sobre lo que paso.
Se lo penso detenidamente, no lo podía recordar, pero se hizo una idea.
-Creo que recuerdo algo así -confirmo, se hizo una falsa idea en la cabeza.
-Bien -dijo aliviado al ver que le funciono.
En el fondo se sentía culpable, pero sintio que hizo lo correcto.
-¿Me puedes ayudar a salvar esta ciudad? -le pidio con tono suplicante.
-¿Salvar esta ciudad? -se cuestiono Cynder esa petición suya.
-Cynder, esta gente nos ha tratado bien, debemos devolverles el favor. Ademas. Recuerda lo que nos dijo antes la Madre Superiora, la luz y la oscuridad deben trabajar juntos para formar un equilibrio -argumentó haciendole entender de una forma razonable que debían trabajar unidos sin importar la enemistad que tuviesen.
Cynder lo reconsidero, no le gustaba la idea de proteger a unos seres tan debiles como los molekins, pero después de todo lo que paso, sentía que ahora tenía una responsabilidad con ellos y debía cumplirla.
-Si -acepto convencida.
-Bien, venga vamos, no tenemos tiempo -le exigió apuradamente.
La ayudo a enderezarse con las cuatro patas.
Se marcharon pero al salir de la habitación se encontraron con el grupo de niños que estaban esperando aterrados en una esquina del pasillo, se quedaron mirando absortos a la dragona, consciente y en perfectado estado.
-Señorita Cynder -dijo sorprendido Handi.
-Ey chicos -exclamó Cynder halagada al verles.
Spyro empezo a sentir una sensación de pavor por verles ahí, no se había acordado de que ellos seguian ahí y podían contarles lo que paso.
-¿Os encontraís bien? -les pregunto compasivamente.
Los niños les miraron con caras tristes.
-Nos habían dicho que le ocurrió algo malo -comento Risko.
Cynder se rio avergonzada.
-Lo se, uno de esos magmagolems me ataco y me dejo inconsciente, pero ahora estoy bien, y voy a ayudar a vuestra ciudad a salvarla de ellos -les confeso describiendo lo que ella creía que había sucedido.
Quedaron perplejos al no entender lo que decía.
Spyro pudo ver por sus caras que se lo iban a contar, no podía dejar que lo hicieran.
-Esta un poco agotada, es mejor dejarla estar, ¿de acuerdo? -les pidio explicitamente con tal de que ningúno soltase algúna cosa que le hiciera dudar.
Ambos lo comprendieron aunque no llegaron a asimilarlo.
-Señorita Cynder, ¿acabara con esos monstruos? -le pregunto Risko.
Solo por oírle decir eso ya no pudo evitar pensar que lo debía hacer impunemente.
-Lo hare, os salvare a todos -acepto orgullosamente.
-¡Bien! -exclamaron todos dando saltitos de alegria.
Pili se acerco y le dijo:
-Chica rara.
-No, chica rara no. Chica buena -le corrigió honestamente.
-Chica buena -lo repitió esbozando una sonrisa de entusiasmo.
Se rio al ver que por lo menos eso hizo que dijese algo distinto.
Miro a Spyro observando que él también estaba entusiasmado, pero no porque hubiese conseguido ayudar a una niña, sino porque su amistad con ellos había demostrado que podía tener algo de simpatia por los más debiles.
Pero en el fondo sentía que había algo malo, sentía que a pesar de toda esta positividad había algo negativo que no le cuadraba.
De pronto se produjo otra explosión.
Los niños se asustaron tanto que se pusieron a temblar.
-Vamos a morir todos -farfulló nerviosamente Frag.
-No vais a morir -protesto Spyro, no quería que tuviesen esa idea en la cabeza.
Justo en ese momento apareció Mollar corriendo apuradamente hacía ellos.
-Los magmagolems se estan acercando, pero los golems les estan reteniendo, se esta formando una cruenta batalla ahí fuera -les notifico euforicamente.
Ambos se miraron al saber muy bien que por muy inmortales que fuesen los golems, no sería suficiente para detenerles del todo. Necesitaban de su ayuda.
-Niños, necesito que os quedeís aqui el tiempo que haga falta -les ordeno Cynder.
Los niños afirmaron levantando las cabezas.
-Yo les protegere -dijo Mollar en señal de estar decidido a hacerlo.
-Gracias -le agradeció firmemente Spyro.
Ambos se echaron una ultima mirada seria y se marcharon volando por encima de los niños hasta desaparecer al final del pasillo.
Los niños se preocupados por lo que pudiera pasar, no quería que los magmagolems les hiciesen daño. Pero sobretodo más por Cynder que no querían que sufriese más de lo que ya había sufrido antes tras su extraño arrebato de ira.
..
Los magmagolems estaban lanzando bolas de fuego contra toda estructura solida que se encontrase en su camino, le tenían tanto odio a los molekins que no les importaban para nada destruir todo aquello que habían construido con el paso del tiempo, para ellos esto era solamente un divertimento que no habían podido tener en años debido a su exilio al otro lado del volcan donde nunca pudieron hacer nada provechoso.
Un ejercito de golems llego y se pusieron a combatirlos lanzandoles rocas de diferentes tamaños con tal de ralentizar su paso. Pero no les provocaba efecto algúno, solamente conseguian mosquearlos aún más, les lanzaron mas bolas de magma provocando que los golems se desarmasen y cayesen mas estructuras a los lados.
Rocamauro se encontraba dirigiendo a las tropas de los golems que les estaban conteniendo, desde lejos observaba la batalla, podía ver a sus hermanos golems luchando codo con codo, pero por muy fuertes que fuesen, no conseguian parar a aquellos monstruos de magma que no se rendían ante nada.
-Señor -se presento un joven cadete golem.
-¿Digame cadete? -le exigió que le respondiese.
-Estamos haciendo lo que podamos para contenerles, pero son demasíado fuertes, mucho mas fuertes que antes -le comento euforicamente.
-Normal, llevamos siglos sin verles, era evidente que iban a fortalecerse pasado ya un tiempo -indico reconsiderando que ahora estaban en desventaja.
-Nuestras rocas no les hacen efecto algúno, hay demasíados golems muriendo -añadio esbozando un tono de pura preocupación.
Se produjo otra explosión que provoco que tuviesen que cubrirse.
-Ya me tienen harto -se quejo agobiado Rocamauro, era la primera vez que se encontraba en una situación donde no podía dar mucho de si.
Viendo las circunstancias en las que se encontraban no le quedo otra que tomar una nueva iniciativa que no hubiese tomado nunca.
-¿Que hacemos señor? -le pregunto nuevamente el golem-. ¿Pido mas refuerzos?
-¡No! -le freno. Se le ocurrió una idea-. Que vengan los molekins con el armamento de agua, eso podra detener a estos estupidos magmagolems.
-Pero señor, nunca hemos usado ese equipo en campo abierto.
-Pues ya es hora de usarlo -indico echandole una mirada cinica.
El golem obedeció y se marcho dispuesto a avisar al cuerpo de lo que debían hacer.
Rocamauro suspiro aliviado de ver que por lo menos tenían una estrategia que les podría funcionar, pero eso no quitaba el hecho de que ahora mismo se encontraban peleando infernalmente con los magmagolems. Cada vez que intentaban de atacarles con todo, los magmagolems avanzaban cada vez más y los golems caían sin parar. Podían pasarse todo el dia peleando pero supondría mas desastrosos para toda la ciudad. Y lo peor de todo, pasarían por todas las secciones del volcan destruyendo todas las infraestructuras que soportaban la mayor parte de la maquinaria que habían construido para desplazarse por el volcan, y de ahí al territorio de los golems donde se encontraba su hogar y el de toda su especie viviendo protegida de ellos.
No podía soportar que eso ocurriera después de tanta paz establecida.
Necesitaba hacer esto por su propia cuenta.
Paso por delante de sus camaradas golems y marcho hacía los magmagolems sin tenerles miedo algúno, choco contra ellos y se puso a golpearlos con la ayuda de sus forzudas manos convertidas en bolas de demolición hechas de roca.
Uno por uno fueron dirigiendose hacía él lanzandole magma por encima, sentía como la lava liquida le quemaba el cuerpo entero, pero eso le daba igual, sentía un enorme deseo por pelear, por defender su hogar.
Los golems siguieron su tecnica y se pusieron a golpearles usando su cuerpo como una maza para aplastarles sin piedad. Los magmagolems fueron derritiendose con los golpes como si fuesen cubitos de hielo. Era tan divertido verlos cayendose en pedazos que los golems no pudieron evitar reirse del entusiasmo.
Al final todos los magmagolems que se encontraban en el area cayeron.
-¡Si! -grito Rocamauro alzando el brazo en señal de que estaban ganando.
Los golems se pusieron a vitorear celebrando el mismo suceso.
Pero de pronto apareció otro grupo de magmagolems saliendo por una esquina concurrida, los golems les arrinconaron poniendose en fila para frenarles el paso.
-Largo de aqui, monstruos de lava -les replicó amenazadoramente.
-Jamas lo haremos -dijo uno de los magmagolems.
Todos los demas se rieron siguiendole la corriente.
Rocamauro frunció el ceño malhumorado por esa burla.
-Os hemos traído algo preparado para esta ocasión -dijo otro magmagolem.
-¿El qué?
Todos soltaron unas pequeñas risas falsas.
De pronto el suelo empezo a temblar de tal manera que los golems tuvieron que aguantar el equilibrio para evitar caerse de donde estaban situados. Los magmagolems se apartaron y entonces de una de las esquinas acabo surgiendo una enorme mole de lava parecida a un magmagolem, pero era gigantesco.
Los golems asomaron la cabeza aterrados al ver aquella criatura. Nunca antes habían visto un magmagolem de ese tamaño y de esa fuerza.
Tenía todo el cuerpo lleno de pinchos, tenía cuatro brazos y cada muñon tenía un aspecto cuadrado como si fuese la punta de un martillo y su cara era redondeada como si fuese una pelota, tenía unos ojos triangulados y una boca con la que esbozaba una sonrisa en la que se podían ver sus puntiagudos y deformes dientes de roca.
-¿Que es esa cosa? -se cuestiono Rocamauro.
-Es cosa nuestra, hemos encontrado la manera de unir a varios de los nuestros para crear un monstruo mucho mas fuerte que todos nosotros juntos -declaro el magmagolem que estaba mas adelante del grupo-. Lo llamamos el Magmacoloso.
-Imposible -exclamó otro golem.
-¿Te parece esto imposible?
Le hizo señales al magmacoloso, este hizo caso y alzo sus dos brazos izquierdos dispuesto a dar un tremendo golpe.
Rocamauro vio lo que iba a hacer y no le gustaba.
-¡Atras! ¡Retirada! -ordeno euforicamente.
Todos corrieron hacía el otro lado del camino dispuestos a alejarse de aquella cosa.
El magmacoloso se fijo en ellos y bajo los brazos impactando en el suelo.
El golpe fue tan devastador que produjo una onda expansiva que lanzo volando a la mayor parte de los golems. Uno por uno fueron impactando contra las casas mientras que otros se desarmaron o fueron tocados por la lava que solto el magmacoloso de sus monstruosos brazos al tocar el suelo.
Los magmagolems celebraron vitoreando que la idea del magmacoloso funciono.
Rocamauro volvió a armarse, se enderezo y se puso a observar como todos sus compañeros golem estaban intentando de integrarse con severas desventajas, unos se encontraban estables pero otros tenían lava esparcida por sus cuerpos, eso provocaba que sus extremidades de roca se rompiesen a causa del calor del magma.
Todos gemían de dolor sin poder hacer nada por su cuenta.
-Señor -escucho una voz familiar.
Miro de un lado para otro intentando de ubicar ese sonido, apenas lo oía con tanto gemido, se puso a andar y entonces piso algo que le llamo la atención.
Bajo la cabeza percatandose de que debajo suyo se encontraba el cadete con el que había hablado antes, le faltaba media parte del cuerpo debido a que el resto estaba calcinado por una mancha de lava que estaba derritiendo sus extremidades de roca.
-¿Te encuentras bien cadete? -le pregunto nervioso al ver como se encontraba.
-No me siento bien, señor -le dijo murmuradamente.
Rocamauro asintio apesadumbrado al ver esto.
-Lo siento mucho cadete -se disculpo avergonzado por no haberle protegido, por no haber protegido a todos sus compañeros golem.
-No se disculpe señor Rocamauro, ha hecho bien su trabajo, pero ahora esos magmagolem deben pagar por esto -recalcó señalandole hacía el otro lado.
Miro al frente observando al grupo de magmagolems que se encontraban detenidos en el mismo lugar, riendose a gustos como si disfrutasen del horrible espectaculo que era verles morir. Les miraba con rencor, pero a pesar de eso no lograba comprender porque no atacaban, ¿acaso se habían olvidado de lo que tenían que hacer? ¿O simplemente eran tan ingenuos que se creían que no harían nada porque ya se intuían que habían ganado esta batalla y no necesitaban seguir combatiendo?
-Señor -dijo nuevamente el cadete agonizando.
Miro fijamente al cadete con angustia.
-Termine lo que empezo, no deje que ganen -le pidio explicitamente.
Enderezo la cabeza hacía abajo y luego el resto de su cuerpo se rompió en pedazos, empezando por su cara que se deformo.
Rocamauro se enfado tanto por esto que decidio no seguir aguantandolo más, se enderezo junto con el resto de golems que aún seguian en pie.
Los magmagolems pusieron unas miradas de incredulidad al verles.
-Hacednos lo que queraís estupidos magmagolems, pero no dejaremos que sigaís haciendonos mas daño -decreto amenazandoles con autoridad.
-¡Ja! -gritaron los demas golems poniendose en posicion de atacar.
Aquello fue algo que no gusto a los magmagolems, fruncieron indignados el ceño.
El magmagolem que se insinuo antes dirigio la misma mirada al magmacoloso. Este supo reconocer su mirada y rapídamente se dispuso a hacer lo mismo, levanto los dos muñones izquierdos dispuesto a dar otro golpe.
-¡Preparaos! -grito Rocamauro dispuesto a hacer que todos mantuviesen la guardia, no iba a dejar que todos cayesen como antes.
Estaba justo apunto de golpear su puño contra ellos, cuando de pronto una rafaga impacto contra el brazo inferior del magmacoloso provocando que se le saliese del cuerpo y cayese derritiendose como mantequilla al suelo.
Ambos golems quedaron sorprendidos al ver eso, no se lo esperaban.
Alzaron la mirada hacía el confundido magmacoloso dirigiendo la mirada hacía algo que venía directamente hacía él. Eran dos dragones que empezaron a dispararle desde ambos frentes provocando que las rafagas le destruyesen gran parte de todo su cuerpo echando toda la lava de la que estaba formado.
Rocamauro supo reconocer quienes eran esos dos dragones.
-Cynder, a la cabeza -le ordeno Spyro teniendo una idea.
-¡Si! -acepto Cynder.
Sobrevolaron la cabeza del magmacoloso confundiendole hasta que al final le lanzaron varias rafagas sobre su propia cabeza, destruyendosela.
Perdió el equilibrio y provoco que su cuerpo empezase a caer directamente contra el grupo de magmagolems que se encontraba detras de él.
-¡No! -grito el magmagolem alzando los brazos al saber que le iba a aplastar.
El cuerpo se deformo y cayo impactando de lleno contra los magmagolems mientras la lava se los llevaba arrastrando como si estuviesen en un rio de agua y la corriente les llevase tan lejos que no pudiesen sostenerse sobre nada.
-¡Bien! -gritaron euforicos los golems al ver que ganaron.
Los dos dragones aterrizaron cerca del grupo.
Marcharon corriendo a darles las gracias pero rapídamente se percataron de que la dragona que se encontraba con el otro dragon era la misma que hacía un rato casi estuvo apunto de destruir la ciudad.
Doblaron sus puños en señal de atacarla enfurecidamente.
Spyro le interrumpío al ver que ya se creo un problema.
-¿Que hace ella aqui? -le pregunto Rocamauro.
Cynder se quedo confundida al oír ese reproche.
-Ella se encuentra bien, ya no esta como antes -les aviso pasivamente Spyro con tal de que bajasen sus puños y no la atacasen desprevenidamente.
Todos se miraron confundidos ante ese comentario.
-¿En serio? -se lo cuestiono.
-Si, en serio -lo confirmo esbozando una mirada rigida de confianza.
Rocamauro suspiro dudoso, miro hacía sus compañeros golems y les dijo:
-Bajadlos -les ordeno convencido.
Obedecieron y bajaron sus puños.
-Spyro, no lo entiendo, ¿de que habla? -le pregunto al dragon purpura-. ¿Porque todos me miran como si les hubiese hecho algo malo?
Pudo ver por la cara de los golems que ningúno estaba contento, evidentemente ella había hecho algo que les enfurecio y no tenía ni idea de que era.
Dudaba por completo de si decirle la verdad ahora o no.
-Spyro, ¿hay algo que no me estas contando? -se lo volvió a preguntar pero ahora con un tono severo, no le gustaba que le mintiese.
No tuvo mas opción, ya se había pasado de la raya completamente.
-Veras, tu antes...
-Mirad -fue interrumpido por un golem que señalaba hacía arriba.
Ambos dragones voltearon la mirada hacía lo alto de un edificio, ahí se pudo ver a un magmagolem asomandose sobre la cornisa, pero ese era magmagolem era distinto a los otros, tenía unos cuernos sobre su cabeza que le daban un aspecto de corona, y les miraba con una expresión pasiva pero arrogante.
Rocamauro supo reconocer quien era.
-Tu -musitó malhumorado.
-¿Sabes quien es? -le pregunto Spyro.
-Si, es Magmus, el rey magmagolem -declaro con seriedad.
Magmus esbozo una sonrisa de interes al verles.
