Buenas, lectores, aquí un nuevo capítulo de esta historia UwU

Sí, deberia publicar dos capítulos por mes, pero... cosa xD

Enjoy :D


Entrada 27.- VS Uxie, Azelf y Mesprit Parte III

19 de Junio, Lago Valor

Con sus compañeros evolucionados, y con la ayuda de Pearl, Azelf y los pokémon del bosque, la victoria contra Deoxys parecía ser mucho más factible. El pokémon espacial usaba la mayor parte de sus energías en atacar a Infernape y Azelf, dejándole en desventaja contra los ataques de los demás.

—¡Beedrill, usa Puya Nociva! —ordenó Titan.

El pokémon obedeció la orden, atacando el brazo derecho de Deoxys con sus aguijones cubiertos de un aura morada. Deoxys se giró para intentar golpear al pokémon, pero este fue frenado en seco por un Lanzallamas de Infernape.

—Ataquemos de manera coordinada —dijo Níquel—. ¡Shu…, digo, Banette, Bola Sombra!

—¡Bunny, usa Rapidez! —ordenó Rose.

Banette creó varias esferas de energía oscura, esferas que sirvieron como cubierta para para las numerosas estrellas que Lopunny creó. Con el ataque cargado, las esferas fueron lanzadas contra Deoxys, el cual las recibió en modo ataque, provocándole un gran daño.

Rose sonrió con gran determinación. No solo sus ataques ya surtían efecto, si no que el poder combinado de los pokémon del bosque, de Azelf y del Infernape de su padre apenas y le daban oportunidad al legendario de poder hacer algo.

Luego de recibir otro ataque de Azelf, el pokémon legendario emitió un fuerte gritó de enojo y empezó a lanzar grandes esferas de energía psíquica a todos lados. Las primeras esferas lograban debilitar a algunos pokémon, pero las siguientes apenas y lograban causar algún daño, momento que fue aprovechado por Beedrill y Lopunny para golpearlo de cerca y lanzarlo contra la cueva de Azelf.

Saturn no corría con mejor suerte. A pesar de usar su nuevo robot, el Cofragrigus de Gaudimia podía escapar fácilmente y atacarle de vuelta, mientras que la mayoría de reclutas del Equipo Galaxia estaban siendo derrotados por los miembros del Team Age.

—Maldita sea —maldijo Saturn, intentando aplastar a Gaudimia.

El brazo mecánico con el cual intentó acabar con la lideresa se vio detenido por Mamoswine. Luego de eso, Cofragrigus le atacó con una poderosa Bola Sombra, haciéndole retroceder.

—Depender tanto de la tecnología te está costando la victoria —dijo la mujer, con un tono calmado.

Saturn solo se mordió el labio con rabia y volvió a embestir contra Gaudimia. Mientras ellos continuaban peleando, Pearl se llevó las manos a la barbilla y comenzó a analizar la situación.

Aunque tuviesen superioridad, el hombre sabía que aquello no sería suficiente para acabar con el poderoso pokémon. Recordaba la anécdota que uno de sus amigos de Kanto le había contado sobre un anterior enfrentamiento contra Deoxys, sin embargo, no podía recordar cuál era su punto débil, el lugar donde podrían derrotar a Deoxys de manera definitiva.

Mientras pensaba, el hombre pudo percatarse de algo. Luego de recibir otro impacto por parte de Banette y Lopunny, el estómago de Deoxys comenzó a cambiar de color en la zona del impacto. El color rojo se transformó a un color amarillo más fuerte, un color que parecía comenzar a expandirse de manera lenta alrededor de su núcleo.

—¿Por qué está cambiando de color? —se preguntó—. ¿Acaso solo fue porque lo golpearon cerca de... ¡El núcleo!?

Chasqueó los dedos al recordar aquel detalle. Debía golpear al núcleo del pokémon para poder debilitarlo completamente. Aquello provocó que Azelf se girara para verlo directamente a los ojos y asentir con la cabeza, entendiendo el plan que empezaba a formular.

—¡Níquel, Titan! —gritó Pearl—. ¿Pueden inmovilizar a Deoxys?

—¿Inmovilizarlo? No sé si podremos acércanos —respondió Níquel—. ¿Qué piensa hacer?

—Su punto débil es su núcleo, hay que atacarlo con fuerza y se debilitara de golpe. Solo necesito que lo inmovilicen.

—Podemos intentarlo, está demasiado ocupado lidiando con los demás pokémon —dijo Titan, mirando a Níquel.

—De acuerdo, esperemos que funcione —Níquel suspiró—. Le daremos la oportunidad, señor Pearl.

—Yo también ayudare —dijo Rose.

—No, tú me ayudaras a golpear a Deoxys —Pearl sonrió y se acercó a su hija—. Usaras Puño Mareo junto a Infernape y Azelf, ¿de acuerdo?

Rose se sorprendió bastante de que su padre le propusiera realizar aquella acción, lo cual provocó una pequeña emoción dentro de ella. Con una gran sonrisa asintió y se acercó a su padre, lista para atacar cuando él le diera la señal.

Deoxys terminaba de atacar a otro grupo de pokémon, pero un Golduck con una gran herida en el ojo detuvo un poderoso ataque de energía con una gran Hidrobomba. Deoxys enfureció y arremetió contra el pokémon en forma ataque, enrollándole y empezando a asfixiarle. Sin embargo, el pokémon recibió un ataque eléctrico por parte de un pequeño grupo de Toxel.

Aunque el ataque no pareció afectarle, le dio la oportunidad a Golduck para atacar con un Rayo Hielo directo a su cabeza, inmovilizándole por unos instantes. Aquel momento fue aprovechado por Banette y Beedrill para poder sostenerle ambos brazos con fuerza, utilizando ataques de veneno y fuego para intentar debilitarlo. Con las pocas fuerzas que le quedaban, Golduck de igual manera se abalanzó contra la pierna derecha de Deoxys y congelando la otra pata del pokémon.

—¡Ahora! —gritó Pearl—. ¡Infernape, Puño Fuego al núcleo!

—¡Lopunny, usa Puño Mareo! —gritó Rose.

Ambos pokémon antropomórficos atacaron al mismo tiempo, con Azelf siguiéndoles por detrás usando Puño Hielo. Deoxys apenas pudo descongelar su cabeza cuando el poderoso ataque golpeó su núcleo. Aquel ataque lo hizo retroceder hasta la superficie del lago, lanzando a los pokémon que lo sujetaban hacia el bosque.

Acto seguido, el pokémon emitió un fuerte aullido de dolor que provocó que todos los presentes tuvieran que taparse los oídos. El cuerpo de Deoxys comenzó a mutar en sus diferentes formas, mientras sus colores rojo y azul del cuerpo se convertían en verde y amarillo.

—¡Atáquenlo con todo lo que tienen! —gritó Pearl.

Y así lo hicieron. Todos los pokémon del bosque, incluidos los de los holders, atacaron con sus ataques más fuertes. La colisión de toda esa energía en el cuerpo de Deoxys provocó una gran explosión que cegó momentáneamente a todos los presentes, además de fuertes ondas de agua que salpicaban por todos lados.

Cuando la luz se disipó, el agua se agitó violentamente en un paisaje completamente desolado. No había rastro alguno de Deoxys, ni siquiera fragmentos o alguna señal de que siguiera por ahí, solo el agua enturbiada del lago.

No hubo momento de celebrar, pues otra gran explosión se escuchó por encima de sus cabezas. La gran nave que debía transportar a Azelf había recibido un impacto directo del Hiperrayo de Steelix, dejándole con un gran hueco envuelto en llamas. Lentamente la nave comenzó a caer hacia el bosque.

—¡Maldita sea, esa explosión provocara un incendió! —dijo Pearl, molestó.

—Eso ya no es relevante, se ha logrado el cometido de salvaguardar al dios del valor —dijo Gaudimia, sobre el robot de Saturn—. Solo queda un último detalle.

El robot de Saturn se encontraba sin brazos, indefenso ante un poderoso bastón de hielo que rompió el vidrio que lo mantenía a salvo en su cabina. Con aquello destruido, Gaudimia no tuvo problemas para tomar del cuello a Saturn y sacarlo del robot.

—¡Aléjate de mi padre! —gritó Titan, enojado.

Aunque Cofragrigus intentó volver a capturar al chico, esta vez su Beedrill se interpuso y le atacó directamente. Los demás pokémon de Gaudimia intentaron detenerle, pero los demás holders le ayudaron con aquellas molestias.

—No te recomiendo que te acerques mucho —Gaudimia sacó una pequeña daga y la acercó al cuello de Saturn—. Aún me quedan algunos trucos.

Titan se paró en seco, asustado y frustrado de que la líder del Team Age volviese a tener a su padre en esa posición. Sus ojos rodaron al cuerpo maltrecho de su padre, mirando múltiples heridas en su cuerpo. Pero, para su sorpresa, el hombre parecía estar sonriendo.

—Yo también tengo algunos trucos —dijo de manera burlona.

Gaudimia se quedó confusa ante aquello, hasta que un Gallade apareció justo detrás de ella y tocó su hombro. Antes de que pudiese reaccionar, la mujer y Saturn desaparecieron en un instante, sin dejar un solo rastro. A ellos les siguieron los demás reclutas el equipo galaxia, los cuales fueron desapareciendo gracias a la ayuda de varios Gallade.

—¡¿Qué demonios fue eso?! —preguntó Níquel, confundida.

—Gallade, son capaces de teletransportarse —dijo Pearl, aturdido por lo que acababa de ver—. La pregunta es a donde se la han llevado.

Ante la ausencia de su entrenador, los pokémon de Gaudimia comenzaron a dispersarse por diferentes puntos cardinales, intentando buscarle. Los reclutas del Team Age intentaron huir también, pero frente a ellos aparecieron un Lucario, un Torkoal y un Mismagius que les detuvieron el pasó.

Aquellos pokémon pertenecían a los tres entrenadores que flotaban junto a un gran Drifblim; Fantina, Maylene y Buck. Además, junto a ellos venían varios vehículos de la policía internacional.

Pearl no pudo evitar sonreír al ver a su esposa. Sin embargo, aquella sonrisa no le duro mucho cuando escucho algo salir del agua. Deoxys, en su forma base, emergió del lago y lanzó un fuerte rugido. Luego de eso, las cadenas que rodearon su cuerpo se desvanecieron, dejándole aturdido por unos instantes hasta que decidió volar lejos de ahí, escapando. Varios helicópteros comenzaron a perseguirlo, mientras que ellos se unieron para ir a apagar el incendio que había provocado la nave.

[…]

19 de Junio, Lago Veraz

—¡Destrúyelo todo! —gritó Mars.

Spectrier obedeció la orden, generando alrededor de él varias Bola Sombra que lanzó hacia todos lados. Aquellos ataques lograban generar grandes explosiones al colisionar con los árboles, el agua y el piso, comenzando una gran devastación.

—¿Qué demonios te sucede? —gritó Diamond, enojado.

—Nosotros somos tus enemigos, no el bosque —reclamó Lionel.

—Oh, parece que ustedes no logran entenderlo —Mars sonrió de manera cínica—. Ustedes nunca han sido el objetivo de esta gloriosa operación.

Los tres no podían entender cuál era el sentido de aquella destrucción. Mars directamente los ignoraba y se centraba en destruir el ambiente, mandando árboles y pokémon a volar.

Diamond intentó pensar el por qué lo hacía y entonces logró recordar lo que había pasado hace años, uniendo los hilos. De inmediato se giró alarmado hacia Silver y Lionel.

—¡Quiere despertar a Mesprit, lo está provocando! —gritó—. Debemos distraerlo.

Los dos hombres asintieron y se prepararon para el combate, lanzándole a Spectrier los mejores ataques de sus pokémon. Fueron necesarios un Lluevehojas, Pulso Umbrío y Lanzallamas para que el legendario volteara a ver con enojo a los rivales.

—Oh no, no los dejare intervenir —dijo Mars, para luego hablar por su brazalete—. Traigan la caballería.

Mientras Spectrier se acercaba a una enorme velocidad, Diamond pudo percatarse de como varios reclutas avanzaban hacia ellos junto a sus pokémon. Sabiendo que aquellos hombres representarían una molestia, Diamond les dejó el trabajo a Lionel y Silver.

Poniéndose enfrente del pequeño ejército, Diamond mandó a su Torterra y su Mamoswine.

—Esto lo leí del libro de Pearl —admitió Diamond—. ¡Roo, usa Avalancha, Moo, Ventisca!

Los pokémon del holder obedecieron y lanzaron sus poderosos ataques contra todos los reclutas, intentando dañar a la mayor cantidad de pokémon que había en el lugar. Los enemigos se vieron envueltos en densos y fríos vientos que cargaban consigo cientos de piedras que los golpearon sin piedad, provocando grandes pérdidas.

Sin embargo, de la densa neblina creada aparecieron varios otros pokémon que sobrevivieron perfectamente en aquel ambiente y comenzaron a atacar ferozmente a Mamoswine y Torterra, causándoles un gran dolor. Diamond se dio cuenta que librarse de aquellos no sería tan fácil.

Lionel y Silver continuaron su combate contra Spectrier. Sus pokémon eran bastante fuertes y hábiles, pero los movimientos del legendario estaban llenos de energía y dañaban ferozmente al mínimo contacto.

—¡Honchkrow, Pulso Umbrío de nuevo! —gritó Silver.

El pájaro se alzó en los cielos y generó un rayo desde su pico para intentar golpear al pokémon fantasma, el cual se movió con gran agilidad para evadir el golpe. Sin embargo, él no pudo prever que Charizard aparecería y lo atacaría con Pulso Dragón, provocando que también el Pulso Umbrío le impactara.

—Parece que son un gran equipo, pero no será suficiente —Mars rio—. ¡Spectrier, Bola Sombra!

El pokémon volvió a generar varias bolas de energía que lanzó hacia todos lados. Honchkrow recibió un impacto directo que le provocó bajar levemente al suelo, mientras que Charizard se cubrió con sus alas, recibiendo un impacto en su ala dañada y provocándole aún más daño.

—Lionel, Charizard está recibiendo mucho daño, debes enviar a otro pokémon —dijo Silver.

Lionel volteó a ver a su pokémon con preocupación, pero Charizard le devolvió la mirada con un rostro llenó de determinación, no pensaba darse por vencido.

—No, confió demasiado en él —admitió Lionel—. Podremos encargarnos de esto, la prioridad es vencerlo y enviarlo a Galar de inmediato.

—No me hagas reír —dijo Mars—. Nadie fuera del Equipo Galaxia puede crear portales, tal vez el único que pueda sea…

Mars se quedó pensando un momento hasta que una sonrisa se formó en su rostro y volteó a ver a Silver.

—¡Oye! —gritó, atrayendo la atención del Holder— Dijiste que vienes por parte de la profesora Moon, ¿no?

Silver pareció confundido ante aquella pregunta. Sin embargo, el chico volvió a su rostro serió.

—Eso no te incumbe ahora.

—Claro que lo hace, esa loca ha manipulado la mente de mi hijo —cerró los ojos y después puso una expresión de burla—, a tu sobrino, Silver.

Aquella declaración dejó comisionado a Silver. El chico se quedó de ojos abiertos y miró directamente a Mars con una expresión de incredulidad en su rostro. Aquello le dejo vulnerable para que Glastrier le atacase directamente con un Pulso Umbrío. Honchkrow se interpuso en el ataque, recibiéndolo de llenó y debilitándolo en el proceso, cosa que le devolvió a Silver al combate.

Mars rió ante aquello, provocando un gran enojo en Lionel el cual se dispuso a atacarle. Sin embargo, antes de comandar a su pokémon, un pequeño resplandor se hizo presente en la cueva llamando la atención de todos.

Aquel resplandor solo fue la antesala de la aparición de Mesprit. El pokémon salió de su cueva al sentir la perturbación de sus otros hermanos y se dispuso a empezar un combate.

Sin embargo, para sorpresa de todos, Mesprit centró primero su atención en los reclutas que estaban a punto de vencer a Diamond, derrotando a todos los pokémon usando sus poderes psíquicos.

Mesprit se acercó a Diamond y lo miró directamente a los ojos. Diamond estaba impresionado y confuso al ver a Mesprit mirándolo tan de cerca, pero luego de unos instantes pudo sentir un pequeño calor dentro de él, un calor que le hacía sentir los sentimientos del legendario.

—Lo comprendo —dijo con una sonrisa—. Hagamos nuestro mejor esfuerzo, Mesprit.

Con determinación, ambos voltearon a ver a Spectrier, listos para él combate.

—Es la primera vez que veo a un legendario unirse a un humano de forma tan sencilla —admitió Mars—. Sin embargo, no importa, aun así serás nuestro —Mars volvió a hablar por el comunicador—. ¡Ahora!

De entre los cielos apareció una gran nave que cubrió parte del sol. Diamond comprendió de inmediato que era aquella nave y rápidamente le ordenó a Mamoswine y Torterra que la atacasen, en especial al enorme brazo robótico que comenzaba a salir.

—No te lo dejare tan fácil tampoco —Lionel lanzó una pokébola.

De la pokébola salió Aegislash, el cual recibió la orden de atacar al brazo mecánico. De inmediato el pokémon metal flotó hasta la nave para comenzar a atacar al brazo con Foco Resplandor y Bola Sombra.

—¡Dejen de fastidiar! —gritó Mars.

Spectrier intentó atacar con Pulso Umbrío a Charizard, pero Mesprit se le adelantó con Psíquico, deteniendo el ataque y dándole tiempo a Charizard para atacar con Pulso Dragón.

Al combate pronto se uniría Silver, el cual lanzó a su Gyarados para acabar con aquello lo más pronto posible. En ese momento el hombre solo tenía el objetivo de interrogar a Mars.

Spectrier se vió en complicaciones para combatir adecuadamente. Charizard, a pesar de estar dañado, se movía con agilidad y atacaba constantemente, mientras que Gyarados lograba dañarlo con Hidrobomba. Mesprit era el principal problema, pues sus ataques eran bastante más fuertes y provocaban daños serios en el pokémon.

—¡Mesprit, Psíquico! —gritó Diamond— ¡Lionel, Silver, ataquemos coordinadamente, causemos el mayor daño posible!

Ambos aceptaron y atacaron a la par. Los ataques golpeaban con fuerza a Spectrier, mandándolo contra los árboles. Sin embargo, el pokémon lograba levantarse sin importar que ocurriera.

—Maldición —dijo, mordiéndose a lengua—. Dejen de estar molestando, ¿acaso no entienden que hacemos esto por su bien?

—¿Qué clase de bien conlleva encerrar a Mesprit? —reclamó Diamond.

—Destruir a aquellos que quieren destruirlo, el Team Right y Age —reclamó Mars, enojada—. Sin ellos, no podremos derrotarlos.

Diamond se quedó confundido, aquello chocaba totalmente con lo que comprendía de los ideales del Equipo Galaxia. Cyrus nunca se preocuparía por la región, nunca lo haría. ¿Por qué le importarían los otros grupos criminales? No tenía ninguna lógica.

—No importa cuál sea el precio, conseguiremos nuestros objetivos —afirmó Mars—. ¡Spectrier, Bola Sombra!

El pokémon creó tres poderosas esferas de energía que disparó contra sus rivales. Ellos respondieron usando Hidrobomba, Lanzallamas y Psíquico. Los ataques colisionaron entre sí, empezando una pequeña luchar para empujar un ataque. La fuerza que a Spectrier le quedaba era lo suficientemente fuerte como para ganarles terreno a los tres ataques combinados.

Lo que el pokémon no esperaba era que recibiera por la espalda otros tres ataques. Una Avalancha, Energibola y Lanzallamas le impactaron de manera directa a su espalda, provocándole el daño suficiente para que sus ataques de los cuales se defendía terminaran de impactar contra él.

Una gran nube de polvo se levantó, la cual dejo como resultado a Spectrier completamente debilitado, cayendo al suelo. Mars no podía creer aquello, por lo que rápidamente volteó a ver quiénes la habían atacado, encontrándose con un Cradily, Armaldo y un Rapidash.

—Ríndete, te hemos derrotado —dijo Roark, acercándose a su Armaldo.

—No se saldrán con la suya esta vez —apareció también Gardenia, junto a su Cradily.

Silver y Lionel se alegraron de ver a los líderes de gimnasio llegando justo a tiempo. Sin embargo, Diamond no pudo evitar preocuparse al ver aquel Rapidash sin su entrenadora.

Mars se asustó por completo al ver a su principal ventaja debilitada por completo. Más su sorpresa aumentó cuando escucho el sonido de algo grande cayendo al lago. La mujer volteó y pudo percatarse de que Aegislash había logrado cortar el brazo, por lo que la maquina había quedado inutilizable.

—Se acabó, Mars —Silver se acercó a ella—. Ahora quiero que me expliques lo que dijiste atrás.

Silver parecía bastante molesto y serio, listo para capturar a Mars. La mujer tenía una expresión completamente asustada al verse acorralada de aquella forma. Sin embargo, cerrando los ojos, Mars alzó los hombros y movió la cabeza.

—Son todos ustedes unos estúpidos si creen que esto termino —riendo—. No importa que no lo haya capturado, no es necesario.

Ante la mirada confundida de todos, Mars dio un salto hacia atrás, metiéndose entre el bosque. Silver se acercó a ella para no dejarla escapar, pero se detuvo al ver una extraña figura por detrás de ella.

—Respóndeme, ¿Cómo es que Titan es mi sobrino? —preguntó Silver.

—Hay algunas cosas que no sabes, y que deberías preguntárselas a Giovanni —Mars rio levemente—. Solo te diré que no fuiste el único al que secuestraron. Y ahora si me disculpas…

Antes de terminar su frase, Platinum salió de entre los árboles y agarró a Mars de los brazos, inmovilizándola en el proceso. Mars intentó liberarse del agarre, pero Platinum empleó toda su fuerza para no liberarla.

—No iras a ninguna lado —declaró Platinum.

—¡Platinum! —gritó Diamond, asustado.

—¡Gracias por dejarme de lado! —reclamó, enojada.

Aquello provocó un poco de culpa en Diamond. No le había avisado a Platinum para evitar que se entrometiera en aquel conflicto, pero la expresión de enojo de su esposa le daba a entender que aquello era una pésima idea.

—La Interpol viene en camino, no escaparas esta vez —Platinum apretaba con fuerza los brazos de Mars.

—Ahí es donde te equivocas, Platinum —Mars dejo de resistirse—. Tú eres la que no lo hará.

Aquello confundió bastante a los demás, mientras que Mars soltaba una pequeña risa.

Repentinamente apareció un Gallade al lado de ellas, poniendo su mano en Mars y Platinum. Aquello parecía demasiado repentino para procesarlo, pero Diamond lo entendió de inmediato al tornar su cara en horror absoluto.

—¡Platinum, suéltala! —gritó.

Sus gritos apenas pudieron ser escuchados cuando Gallade desapareció junto a Mars y Platinum, sin dejar un solo rastro. Las pupilas de Diamond se contrajeron al ver como su esposa había desaparecido, dejándose caer en sus rodillas y mirando al lugar donde su amada esposa, Platinum, se encontraba.

[…]

19 de junio, algún punto del mar del este de Sinnoh.

Luego de sujetarse a Alakazam, Cynthia empezó el procesó de teletransporte hacia el Lago Agudeza, adentrándose en aquella pequeña dimensión blanca por la cual se lograba aquel movimiento. Sin embargo, a solo instantes de empezar, los ojos de Cynthia y Alakazam se cegaron por un fuerte resplandor morado. Un resplandor tan fuerte cuyo fulgor logró golpearles directamente.

Ambos aparecieron a escasos metros de una gran plataforma de hielo, cayendo sobre esta. La cabeza de Cynthia comenzó a dar vueltas mientras sus ojos comenzaban a deslumbrar donde se encontraba. Se levantó del suelo y observó con extraña confusión como se encontraba en medio del océano.

—¿Qué pasó? —se preguntó, adolorida.

—Lamento eso, pero no había mejor formar de frenarle —dijo una voz por detrás.

Al voltear, Cynthia se encontró con Troupy y su Gothitelle. El chico le arrojó una tétrica sonrisa peligrosa mientras agitaba sus dedos con entusiasmo.

—¿Tú aquí? —preguntó, molesta— ¿No se supone que eras de los buenos?

—Bondad, malvad, que conceptos tan básicos —dijo Troupy, girando su cuerpo—. Mi promesa sigue en pie, y es por ello que no debe acudir a la misión del renegado.

—¿De qué demonios me hablas, Troupy? Sí no ayudo ellos podrían capturar a Uxie.

—Esa es la idea —rio de manera sarcástica.

Cuando ya pudo recuperar su estabilidad, Cynthia miró con enojo a un retorcido Troupy que parecía estarse divirtiendo. Aunque había creído que Troupy era un aliado, era claro que aquello solo había sido una mentira.

—No permitiré que me detengas —la campeona tomó una pokébola—. ¡Garchomp, Triturar!

El enorme pokémon salió de su pokébola, directo para atacarle. Sin embargo, solo fue necesario que Gothitelle alzara sus manos para detener a Garchomp por completó en el aire. Teniéndole a su merced, el pokémon le atacó con un fuerte Pulso Umbrío, lanzándole lejos.

—El arlequín cuenta con alguna serie de trucos, no será fácilmente neutralizado —Troupy comenzó a reír y a saltar—. ¡Vamos, que empiece el juego!

Cynthia no esperaba que el pokémon de Troupy fuese tan poderoso, mucho menos que fuese capaz de lanzarle directamente una Energibola directamente a ella. Para su fortuna, Garchomp se interpuso para recibir el golpe, terminando dañado en el proceso.

—¿Por qué haces esto? —preguntó, enojada— ¿Acaso quieres que la región esté en riesgo de nuevo?

—¡Siempre ha estado en riesgo, desde el principio! —gritó con un tono burlón—. Soy la marioneta que logró ver más allá, más allá de todos ustedes.

Garchomp intentó volver a atacar, pero Gothitelle siempre lograba paralizarlo y atacarle sin mayor esfuerzo, dañando progresivamente más al dragón. Cynthia apretó los dientes con rabia, jamás en su vida se había enfrentado a un pokémon que tuviese tal habilidad.

—Si lo psíquico es lo tuyo, entonces —la campeona retiró a su Garchomp—. ¡Spiritomb, Golpe Bajo!

La horrible criatura se materializó y de inmediato atacó a Gothitelle. Sin embargo, antes de poder dañarle, un Zweilous emergió del hielo y recibió el golpe, neutralizándolo. Cynthia no pudo evitar sorprenderse de aquel repentino encuentro.

—Seré honesto con usted —apoyándose, Troupy dio un gigantesco salto y terminó frente a Cynthia—. Usted no va a ganar este combate, no puede ganarlo.

Los ojos de Cynthia se contrajeron de inmediato al ver a Troupy tan espantosamente cerca, más cuando notó como parecía que sus pies se despegaban de su cuerpo. El verlo de cerca le permitió darse cuenta de su boca torcida, sus ojos rojos y su cara llena de yagas. La mujer pensaba que estaba en una pesadilla al verle tan cerca.

Por puro acto reflejo, la mujer intentó golpearle la cara, pero el cuerpo de Troupy se inclinó hacia atrás para evadir el golpe, revelando una especie de resortes en sus tobillos. Fue después de eso que el chico se enderezó con fuerza, dándole un cabezazo a la campeona.

Cynthia sintió como si una bola de boliche le golpease el cráneo, provocándole una gran herida que le hizo caer al suelo helado. Se llevó las manos a la herida, mientras un fuerte dolor de cabeza comenzó a manifestarse.

—Escuche con atención, si usted lo que quiere es salvar más vidas, entonces debe perder en esta oportunidad —advirtió Troupy, con una sonrisa burlona—. Si usted gana, el fuego se apoderada de la región.

—N-no lo entiendo —reclamó Cynthia, adolorida—. ¿Cuál es el sentido de eso?

—No necesita entenderlo, solo acatarlo —el chico volvió a dar un salto hacia donde se encontraban sus pokémon, los cuales habían logrado debilitar a Spiritomb—. Sin embargo, cuando el cielo oscuro comience a desquebrajarse, usted me agradecerá esta decisión.

Con un chasqueó de dedos, Gothitelle alzó las manos y levantó a Cynthia en el aire. La campeona intentó moverse de manera desesperada, pero aquellos esfuerzos resultaban fútiles.

—N-no lo hagas, Troupy —suplicó, adolorida.

—Su vida no está destinada a acabar a hora, guardiana, no por ahora —Troupy sonrió—. Solo recuerde algo importante. El puño, el arco y la espada serán la única forma de detenerle, tanto a usted como al mismo rey.

Y sin darle tiempo de réplica, el cuerpo de Cynthia golpeó con fuerza el hielo y se hundió a gran velocidad en el profundo y frio mar ártico. Troupy comenzó a reír de manera sádica mientras miraba el gran hueco que había dejado el cuerpo de la campeona.

—Eso le impedirá interferir —dijo Troupy, acercándose a su Gothitelle—. Pronto el rey cumplirá su misión, y si no me presentó las cosas se complicaran. Así que, vámonos.

Y apoyándose en su Gothitelle, ambos desaparecieron del lugar me manera instantánea, dejando tras de sí un mar completamente callado y solitario, con apenas rastro de una figura que parecía precipitarse hacia la superficie.

[…]

19 de Junio, Lago Valor

Las llamas comenzaron a extenderse cuando la gigantesca nave se estrelló, creando una gran nube de humo que se extendía por el horizonte. Sin embargo, la ayuda no tardó en llegar por parte de los entrenadores que se encontraban en la zona.

El fuego logró controlarse a los pocos minutos, dando tiempo a la policía internacional y local para inspeccionar los ardientes escombros del vehículo no tripulado, ayudados por Buck y Fantina. También la agente AquaCute había llegado al lugar.

Rose se encontraba con sus padres, siendo revisada por una de las ambulancia que recién habían llegado. Níquel y Titan se mantuvieron apartados de los médicos, después de todo ellos no había recibido ninguna lección y decidieron sentarse un momento para procesar lo que había ocurrido.

Titan era el que se encontraba más confuso, intentando darle una explicación a la repentina aparición del Equipo Galaxia. Cyrus había muerto y sus padres no tenían la más mínima intención de volverse líderes del grupo. Pluto también había muerto y Sird no se le había vuelto a ver desde lo ocurrido en el Monte Corona.

Quedándose en sus pensamientos, Titan ignoró por completo como Níquel lo observaba. La chica esperaba ver nerviosismo o algo parecido, pero la expresión de su cara no reflejaba nada de eso. Tal vez sus palabras eran honestas, él no tenía nada que ver con ello.

—Te dije que no era buena idea tener tres organizaciones malvadas —dijo Níquel.

La respuesta de Titan fue lanzar un sonido seco de entre sus labios y después sacudir la cabeza. Níquel bajó los hombros y acarició a Banette. Sin duda Titan no era el responsable de aquellos actos.

—No tienen ningún sentido —murmuró Titan.

Aquello hizo que Níquel volviera a verlo.

—¿Debería tenerlo? —preguntó, arqueando la ceja.

—Cyrus murió, sin él no podía haber Equipo Galaxia —replicó—. Soy el único que deseaba revivirlo, pero no de este modo.

—Entonces alguien te ganó el juego —suspirando y lanzándole una mirada calmada—. Y no creo que tenga buenas intenciones.

La escena fue interrumpida cuando escucharon movimientos por detrás de ellos. Al girarse se toparon con Zangoose, Metang y Breelom, los cuales cargaban consigo los pokémon de sus respectivos entrenadores. Breelom corrió hacia Rose, mientras que Metang le entregó sus cosas sin mayor interés a Titan.

Al ver a sus pokémon, Níquel no pudo evitar alegrarse y abrazarles, en especial al pequeño Dreepy que parecía feliz de encontrarse de nuevo con su entrenadora y subir a su cabeza.

Titan, al tener sus cosas, se apresuró a sacar su radar, pero la mano de Níquel se interpuso rápidamente, asustándole.

—Si no quieres terminar en la cárcel, guarda eso —explicó con seriedad—. Estas rodeado de policías.

Era cierto, debía guardar las distancias. Cuando bajó su mochila, el holder pudo sentir algo que tocaba su pierna. Sus ojos rodaron hasta un pequeño Toxel que se le había acercado y jugaba con él.

Con curiosidad (y algo de miedo por parte de Níquel), Titan tomó al pequeño pokémon eléctrico y lo alzó, el cual reaccionó moviendo sus extremidades con un poco de alegría. Aquel pokémon no era nativo de Sinnoh y debía ser capturado, pero a Titan le parecía extraño que se acerca a él de forma tan repentina. Aquello le recordó a otro pokémon que debía estar por las inmediaciones, un Golduck que le hizo el favor de acercársele.

—¿Ese no es el pokémon que nos ayudó? —preguntó Níquel, alzando la ceja.

—Sí, lo conozco muy bien —el chico se levantó y le hizo una pequeña reverencia, dejando a Toxel en el suelo—. ¡Muchas gracias!

Aquel pokémon acuático simplemente cerró los ojos y movió la cabeza con mucha calma, lanzándole una gran sonrisa llena de determinación. Níquel no entendió muy bien que ocurría, pero Titan rápidamente le explicó.

—Este Golduck ha estado aquí desde el primer ataque, desde entonces defiende el lago —explicó el chico.

—Pues su labor no fue muy eficiente si llegó hasta el último.

Aunque Titan le dirigió una mirada llena de molestia, Golduck solo respondió con una mirada serena y tranquila, como si de un viejo sabio se tratara. Fue entonces que Toxel se acercó al pokémon para que acariciara su cabeza.

—Creo que su expresión dice más que cualquier otra cosa —admitió Níquel, rascándose la nuca y mirando hacia los policías.

—Este pokémon ha sido muy valiente y fuerte, lo conozco desde que era niño y me ha ayudado muchas veces —un ligero toque de nostalgia podía leerse entre sus palabras—. Supongo que ambos nos consideramos colegas.

Aquellas palabras le hicieron recordar algo a Níquel. Sacudió su cabeza un poco y volvió a centrarse en el tiempo presente, mirando como Rose parecía acercárseles, al igual que el pequeño Toxel caminaba hacia Titan.

—¿Te encuentras mejor? —preguntó Níquel.

—Sí, los médicos me examinaron y dijeron que la baya que me diste ayudó mucho —con una gran sonrisa, la chica le hizo una pequeña reverencia—. Gracias.

—De-de nada —admitió con vergüenza—. Solo ten cuidado la próxima vez.

Luego de otro cruce de miradas, Rose decidió sentarse junto a ellos, acariciando el pelaje de su Lopunny, al cual decidió renombrar como Lopu. Sin embargo, había algo que inquietaba un poco a la holder, algo relacionado con el chico a su derecha.

—Tú no estás detrás de esto, ¿verdad? —preguntó Rose a Titan.

—No, estoy igual de confundido que ustedes —admitió, suspirando.

—Sí no estas con ellos, entonces es una increíble coincidencia —replicó Níquel, acariciando a su Dreepy—. Hasta yo pensé que eras parte de todo eso.

—Eso es por qué están en contra de Titan —dijo Rose.

—Estoy en contra de su idea, y lo sigo estando.

—Es casi lo mismo.

—Así no funciona, Rose —reclamó Níquel, molesta.

—Lo importante es que el Equipo Galaxia no logró salirse con la suya —Titan entró en la pequeña pelea de Rose y Níquel—. Azelf está a salvo, por ahora.

El grupo volteó a ver al pokémon legendario, el cual volaba junto a Pearl mientras este hablaba con los líderes de gimnasio. El pokémon miraba con atención a los humanos, aunque su expresión reflejaba que estaba un poco preocupado, como si algo lo estuviese alterando.

—Ay algo que no entiendo —Titan sacudió su cabeza—. ¿Cómo es que Troupy sabía que esto iba a ocurrir?

—Él es un chico muy extraño, y estoy segura que esa Gothitelle suya le ayuda a saber esa clase de cosas —respondió Níquel, mirando con detenimiento a la policía internacional.

—¿Gothitelle? —preguntó Titan, confuso.

Rápidamente el chico sacó su pokédex y buscó la entrada de aquel pokémon. Fue entonces que descubrió de la habilidad del pokémon para ver el futuro de su entrenador.

—Entonces ve el futuro —dijo, guardando su aparato—. Él sabía que esto ocurriría, pero en lugar de llamar a la policía nos llamó a nosotros.

—Tal vez por qué sabe que somos pokédex holders —dijo Rose, con una sonrisa.

—No, es parte de algo más retorcido —admitió Níquel, suspirando—. Cuando lo conocí mencionó algo de que estamos en una obra de teatro, o algo así —la chica metió a sus pokémon a sus pokébolas—. Troupy sabe demasiadas cosas, se está divirtiendo con esto.

—¿Estás diciendo que él podría estar planeando todo? —preguntó Rose, confundida.

—Es una posibilidad, y no pienso quedarme con la duda —Níquel se levantó—. Debemos ir con él.

Titan no pudo evitar sorprenderse por el repentino cambió de Níquel.

—Pensé que no estabas interesada en meterte en esto —dijo Titan, arqueando la ceja.

—No te confundas, solo quiero respuestas de lo que me dijo la primera vez que lo encontré —replicó, frunciendo el ceño—. Además, quiero que nos diga sobre la próxima crisis, entre los tres podremos sacarle información. Después de todo ese idiota me metió en esto.

Una pequeña risa de complicidad salió de los labios de Rose, risa que provocó ligera molestia por parte de Níquel.

—Estás pensando como holder —dijo Rose, riendo.

—No, es muy diferente.

—Suenas como una heroína —una sonrisa genuina se dibujó en su rostro.

—Algunas veces me gustaría no haberme unido a ustedes —dijo Níquel con un tonó de falsa amargura—. Rose, ¿tu Kirlia podría teletransportanos?

Rose pareció confundida ante aquella pregunta.

—Podría, pero a lo mucho unos dos o tres kilómetros ¿por qué?

Su respuesta no fue respondida, pues Níquel solo se llevó su mano sana a los bolsillos y miró como los líderes y la policía internacional se acercaban al grupo, específicamente hacia Titan. Fue AquaCute la que se adelantó y se plantó frente a Titan de manera amenazante.

—Holder Titan, necesitó que nos acompañe —el tono de la agente parecía ocultar cierto placer.

—¿Yo? Pero…

—Titan no tiene nada que ver con esto —reclamó Rose, levantándose.

—Tranquila, hija —Maylene se acercó a su hija—. Solo debemos hacerle algunas preguntas.

—Cómo hijo de Saturn y Mars, debes tener información que nos pueda ser útil —explicó AquaCute.

—No he visto a mis padres en mucho tiempo, desde que fui acogido por la profesora Moon —explicó, ligeramente asustado—. Se lo mismo que ustedes.

—Sin embargo, sigues usando su logo en tu cinturón —increpó Buck, con rostro serio.

El chico comenzó a temblar al recordar el cinturón que tenía consigo, maldiciéndose. Aunque les intentó explicar cuál era el significado, aquello poco ayudaba para que lo dejaran tranquilo, sobre todo la agente que se acercaba y actuaba de manera más violenta.

Sí era capturado encontrarían sus aparatos y sin duda iría a prisión, todo su plan se esfumaría en un segundo al no poder hacerles entender su plan. Rose intentaba protegerlo, pero aquello resultaba inútil ante una Maylene que contra argumentaba cada cosa que decía. Sin embargo, Níquel se quedaba inmutable, sin decir una sola palabra y mirando de tanto en tanto a Golduck, el cual le regresaba la mirada con un gesto confiado.

—Holder Titan, si realmente te sientes digno de portar la pokédex, acate la instrucción o me veré obligada a ejercer la fuerza —amenazó AquaCute, tomando la mano del chico.

Aquello puso más nervioso a Titan, el cual rápidamente intentó zafarse y alejarse, mientras que Toxel lanzó una pequeña descarga hacia la agente para que lo soltara. Aquello provocó que Rose le reclamara a Níquel que hiciera algo, lo cual hizo.

Se acercó por detrás de Titan, tomó su brazo y lo doblo hacia su espalda, inmovilizándolo, sorprendiendo a todos en el lugar, exceptuando al Golduck que estaba detrás de ella.

—Temó aceptar que ellos tienen razón, lo mejor es que vayas con ellos a la buena o a la mala —dijo Níquel con tono amenazante.

—¡Níquel, no! —reclamó Rose, enojada.

—Lo siento, Rose, pero es la ley y se debe cumplir —admitió, suspirando—. El Equipo Galaxia le hizo mucho daño a mis padres antes de que murieran, y no pienso permitir que uno de los suyos se escape con la suya —la chica obligó a Titan a avanzar hacia AquaCute.

—¡Pero, tu dijiste…! —gritó Titan, asustado.

—Yo no dije nada, amigo. Solo hago lo que debe hacerse. —dijo, soltando ligeramente la mano de Titan.

Fue en ese pequeño instante en el que Golduck saltó al frente de ellos tres y usó Surf. Las grandes olas de agua que emergieron de su cuerpo lograron arrastrar con éxito a los líderes y a la agente.

Níquel agradeció que Golduck haya entendido la señal. Fue entonces que miró a Rose con una mirada de complicidad. Rose estaba confundida, pero de inmediato entendió el plan y lanzó a su Kirlia, mientras que todos se reunían alrededor de ella.

Aunque los líderes apenas pudieron moverse luego de Golduck siguieran usando Surf, el traje especial de AquaCute le permitió levantarse y sortear las grandes olas que el pokémon provocaba. Flanqueó el ataque y logró avistar como los holders se tomaban de las manos junto a Kirlia. Aunque intentó detenerlos, sus cuerpos se desvanecieron instantes antes de que si quiera pudiese tocarlos.

El trio fue teletransportado a unos pocos kilómetros del lugar, cayendo en un gran charco de lodo a poca distancia de Ciudad Pradera. Luego de levantarse del lodo, Rose notó como Kirlia se debilitó por completo, quedando sin energías.

—¡Kir! —gritó Rose, sujetándola—. Usaste todas tus energías.

—Tranquila, tengo unos Revivir —admitió Níquel, limpiándose el lodo—. Aunque pudo haber escogido un mejor lugar.

El lobo cubrió gran parte de sus pantalones y su yeso, por lo que de inmediato se quitó la suciedad de encima (o al menos lo intentó) y le dio un revivir a Rose. Luego de eso, Titan se quedó en silencio por unos instantes, para después acercarse a Níquel y hacerle una reverencia.

—¡Dejen de hacer eso! —gritó Níquel, molesta y sonrojada— Solo lo hice por qué la policía no nos dejaría llegar con Troupy.

—¿Cómo es eso? —preguntó Rose, mirándole con una cara burlona.

—Pu-pues, si se llevan a Titan, entonces... —la chica tartamudeó, intentando buscando una buena excusa, pero las miradas de ambos chicos le hacían el trabajo más complicado—. Sí siguen mirándome así los llamare.

—Creo que lo hiciste por ayudarle, ¿verdad? —Rose miró con ojos coquetos a Níquel—. ¡Titan te agrada lo suficiente!

La cara de Níquel se puso completamente roja al escuchar aquello, volteando a ver de reojo a un Titan el cual parecía también bastante sorprendido. Sintiendo sus mejillas ligeramente calientes, la chica negó rápidamente con la cabeza y le dio la espalda a Rose.

—So-solo vámonos —dijo con nerviosismo—. Y si vuelves a decir algo como eso los dejare, ¿entendido?

Rose solo rió ante aquella situación. Le parecía bastante gracioso ver a Níquel de aquella manera, nunca le había visto tan roja por algo así, solo podía significar que su plan de que los tres fueran un equipo se haría realidad.

Titan por su parte se quedó en silenció, con un poco de pánico por decir alguna palabra que molestara de más a Níquel. Después de todo ella lo había rescatado y lo mínimo que podía hacer era no hacerla sentir más incómoda. Seguramente tomar esa decisión fue bastante difícil para ella.

Lo qué si notó al momento de intentar irse fue como algo jaló su pierna. A sus pies se encontraba el Toxel que Golduck le había mostrado. Con curiosidad el chico alzó al pokémon, el cual movió sus patas con algo de alegría.

—Estabas conmigo al momento de teletransportanos —infirió Titan.

—Tal vez le agrade tú compañía —dijo Rose, mirando con curiosidad al pokémon.

—Oh tal vez deberías dejarlo aquí, en el fango —el rostro de Níquel se llenó de incomodidad.

—Níquel, es solo un bebé —reclamó Rose.

—Pero es tipo veneno, ellos sobreviven solos.

—Sin embargo, Golduck parecía tener interés en dármelo. Tal vez —pensándolo un poco, el chico dejó al pokémon en el suelo y sacó una Lujo Ball—. ¿Te gustaría unirte a mí?

Toxel solo rugió levemente con un tono alegre, por lo que Titan acercó la pokébola al pokémon y este terminó entrando en ella, completando la captura. Rose y Titan se alegraron bastante, mientras Níquel mantenía las distancias con una clara expresión de miedo por el pokémon venenoso.

Luego de esa pequeña alegría, la confusión volvió a inundar la cabeza de Titan. Sus preguntas no parecían tener una respuesta alguna. Sin embargo, Níquel sabía dónde debían ir a encontrarlas. Si querían saber que era lo que había pasado, debían preguntárselo a aquel que parecía estar orquestando todo; Troupy.

[…]

Lago Agudeza, 19 de Junio

El primero en gritar fue Diamond, un gritó profundo y desconsolado que conmovió al propio Mesprit. Platinum se había ido en un parpadeo, secuestrada por Mars, la misma que hace años amenazaba con matar a su madre.

Su primer instinto fue perseguir la gran nave que había fallado en el intento de atrapar a Mesprit. Fue acompañado por la propia policía internacional que lograron interceptar la nave cerca de la Central Eólica y obligarla a aterrizar.

El hombre intentó entrar a la nave, pero la policía lo persuadió de dejar de intentarlo mientras ellos realizaban la inspección. Tuvo que quedarse Silver junto a él mientras miraban desfilar a varios miembros del Equipo Galaxia, miembros que agradecieron no haber sido derribados de manera violenta.

Sin embargo, luego de unos extenuantes veinte minutos, Handsome salió de la nave y se acercó a Diamond. Su rostro serio y su lento andar no auguraban ninguna buena noticia. Fue entonces que él hombre se enteró de la verdad.

—Ni ella ni Mars se encontraban en la nave —dijo de forma seria Handsome—. Lo siento.

Diamond sintió como su corazón se detuvo al escuchar aquello. La desesperación comenzó a asfixiarle conforme más internalizaba aquellas palabras. El cuerpo le pesaba, y la respiración se entrecortaba. Sin embargo, a pesar de sentir una gran daga en el corazón, sus ojos no parecían salir lágrimas algunas.

Su mente se llenó de preguntas, preguntas intentando resolver por qué había ocurrido eso, qué sentido tenia. El sentimiento de culpa se mezcló con un sentimiento de coraje intensó y odio.

Mesprit pareció responder de manera negativa a ese odio, alejándose de Diamond y volando de nueva cuenta a su cueva. Aquello no le afectó en lo absoluto, su mente solo exploraba ideas del cómo encontrar y salvar a su esposa. Aquello era lo único que le importaba. Dejando que el odio saliera y quemara su piel, el hombre se levantó.

—Voy a buscarlos —dijo con enojo—. Deben estar escondiéndose en Ciudad Vetusta.

Silver se sorprendió bastante de aquella reacción. Aquella forma de hablar chocaba bastante con la idea que tenia del amable hombre. Sin embargo, podía entender ese enojo.

—¿Crees que se encuentren ahí? —preguntó Silver.

—No, es imposible —interrumpió Gardenia—. El edificio ha estado abandonado.

—También lo estaba el de Rocavelo, y mira lo que pasó —reclamó Diamond—. Debó ir a ahí.

—Pero no puedes ir solo, debemos mandar un escuadrón —sugirió Handsome—. Deja esto en nuestras manos, te aseguro que recuperaremos a Platinum.

—No, yo también debo hacerlo —las lágrimas finalmente comenzaron a brotar—. Yo debía protegerla, yo no debí permitir eso. Ahora yo seré el que me encargue de recuperarle, aunque tenga que acabar con el Equipo Galaxia uno por uno.

Silver pudo reconocer los ojos llenos de rabia que Diamond tenía en ese momento. Los reconocía por qué él mismo los llegó a tener cuando empezó su viaje. El odio hacia los Rocket.

—Diamond, entiendo cómo te sientes —Silver se acercó al hombre—. Sin embargo, no puedes dejar que el odio te ciegue, podría costarte muy caro.

—No me ciega, Silver —respondió de manera agresiva—. Lo usare para enfrentarles, para recuperarla.

—Eres el chico de las emociones, ¿no? —preguntó Silver, más serio—. Si es así, sabes que tomar decisiones con la cabeza caliente no es buena idea. Recuerda que debes racionalizarlo. Cómo tú mismo se lo dijiste a todos, incluso a tu hija.

Aquellas últimas palabras le hicieron reflexionar un poco. Sin quererlo estaba cometiendo el mismo error que Níquel. Lentamente cerró los ojos y comenzó a respirar de manera profunda, enfriando aquella capa de odio que quemaba su piel. Al sentir solo el sonido de su respiración, el hombre abrió los ojos y miró de forma determinada a Handsome.

—¿Cuánto tiempo tendrá el escuadrón? —preguntó, con una mezcla de calma y seriedad fría.

—En unos minutos debería estar —admitió, mirando su teléfono—. Le recomendaría que dejara esto en nuestras manos, no sabemos de lo que puedan hacer.

—De acuerdo, solo háganlo rápido, por favor —Diamond se pasó la mano por la cara y se sentó—. Y manténganme informado.

—Esa será nuestra prioridad —prometió el agente, retirándose.

Silver se quedó bastante impresionado del cambio repentino de Diamond. Sin embargo, este le expresó que aún sentía esa ira quemándole la piel. Le costaba mantenerse neutral ante aquella maldita situación, deseaba ir personalmente a acabar con todos y rescatar a su esposa, pero aquello solo podría poner en peligro tanto a ella como a él mismo.

Sintiendo la ira recorriendo su piel, una mano se puso en su hombro. Al voltear se encontró con Lionel, quien le miraba con una expresión seria y algo amenazante.

—Entiendo esa furia, más de lo que crees —dijo Lionel, sacando una pokébola—. ¿Quieres canalizarla de otra forma?

Aquella pregunta sorprendió a Silver y a los líderes de gimnasio que se encontraban cerca del lugar. Sin embargo Diamond entendió a la perfección la idea del campeón. Necesitaba deshacerse de aquel sentimiento antes de que no pudiese controlarla, y un combate rápido parecía ser la solución adecuada.

Tomando la pokébola de su Bastiodon, el hombre se alejó junto a Lionel, listos para tener una "terapéutica" batalla para liberar la ira de Diamond.

[…]

Lago Agudeza, 19 de Junio

La ayuda médica llegó poco después de que Jupiter se marchara, siendo Wake y Cryoneth los primeros en recibir tratamiento médico. El líder de gimnasio se encontraba mejor luego de que estabilizaron su temperatura, mientras que la chica tuvo que recibir ayuda extra para ver si tenía algún hueso roto. Al final ella se encontraba bien, solo necesitaba reposar un poco y tomar algunos medicamentos para el dolor general de sus músculos.

Marley no resultó herida, por lo que le explicó a la policía todo lo que había acontecido, exceptuando lo que pasó con el hijo del líder de gimnasio, no quería meter en problemas al pobre chico después de haber estado en aquella dura posición. Luego de hablar un poco con la ley, la líder se acercó a él, quien se encontraba cerca de la ambulancia donde atendían a Cryoneth.

La mirada de Harold estaba centrada en ella, pero la única emoción que se le podía notar era confusión y tristeza, tristeza que no parecía irse aun cuando sabía que su amiga estaba bien, acostada y recibiendo atención médica. De pronto sintió la tibia mano de Marley tocando su hombro.

—No debes culparte por esto —aseguró la mujer, con una mirada serena.

—No, sí lo es —reconoció, sin mirarle a la cara—. Yo la expuse, yo la lleve a ese lugar. Si no la hubiese llevado ahí, ahora Uxie…

—Eres hijo de Wake, ¿no? —preguntó, arqueando la ceja— Si es así, estoy segura de que tu padre te ha enseñado la poca importancia que tiene el centrarse en casos hipotéticos, ¿no es así?

Aquello provocó que Harold hiciera un gesto y levantara su mirada hacia su padre, el cual se acercaba hacía él usando una manta cálida. Sí, su padre le había dicho eso, pero aquello no era suficiente para aliviar el conflicto de su interior.

Marley solo suspiró y soltó el hombro del chico, ella sabía bien que consecuencias traía el tomar ese tipo de decisiones difíciles. Recordó un momento similar hace años, cerró los ojos y sujetó con fuerza el colguije en forma de estrella que colgaba de su cuello.

Cuando Wake llegó, se sentó al lado de su hijo y le dio un fuerte abrazó que le sacó de su transe. El sentir el calor de los brazos de su padre le hizo abrazarle de vuelta y comenzar a llorar débilmente en sus hombros.

—Pa-papá, lo siento —tartamudeó, aferrándose a su padre.

—Tranquilo, hijo, tranquilo —respondió el hombre con una voz suave—. Hiciste lo que debiste hacer.

—Pe-pero, por mi culpa Uxie esta…

—Salvaste la vida de tu amiga, y eso es lo que importa ahora —Wake se separó ligeramente de su hijo, para verlo a los hombres—. Algunas veces necesitas perder para poder ganar.

—¿Ganar? —preguntó, limpiando sus lágrimas— No lo consideró una victoria, ellos se llevaron a Uxie.

—Pero ella sigue con vida —el hombre sonrió—. Podemos encargarnos de encontrar al equipo galaxia y rescatar a Uxie. Sin embargo, no hubiéramos podido revivirla.

Harold se quedó pensando un momento en ello. Miró de reojo una vez más a Cryoneth y se puso a recordar todo lo que habían pasado desde que la conoció. Cuando su mente intercaló las ideas de una chica alegre queriendo ser entrenadora con su potencial muerte, un hueco enorme apareció en su estómago que le hizo sentirse peor. Además, el solo pensar que ella se había puesto en riesgo solo por qué no la pudo dejar en la cabaña incrementó su sentimiento de culpa.

—No debí exponerla, no debí traerla a este lugar —dijo Harold, acariciándose los codos.

—No debes sentirte tan miserable por las cosas que pasaron, pues no las puedes cambiar —explicó Wake, tomando a su hijo por los hombros—. Es parte de nuestro aprendizaje, y afortunadamente no pasó a mayores. ¿Acaso has estado entrenándola?

Harold respondió positivamente, provocando una gran sonrisa por parte del líder. Su hijo había pasado por un gran cambio desde la última vez que lo había visto en el hospital. Aún seguía conservando un poco de aquel gran ego, pero sus acciones demostraban un cambio que hacían sentir una gran alegría a su padre. Su muchacho estaba creciendo.

El entusiasmo no duró mucho, pues en ese preciso instante apareció un Alakazam en medio de todas las ambulancias. Junto a él se encontraba la campeona. Sin embargo, nada más llegar, la mujer no soportó el enorme pesó de su sacó mojado y cayó al suelo de rodillas, provocando que todos los paramédicos corrieran para brindarle auxilió.

Los líderes de gimnasio también acudieron rápidamente para ver cuál era el estado de la mujer. Aunque consiente, Cynthia se encontraba peor que Wake, preguntando de manera reiterada donde se encontraban los que atacaban el lago. Marley le explicó que todo eso había terminado luego de que los médicos la llevaran a la ambulancia para tratarla.

La mujer seria trasladada al hospital cercano, siendo Marley que la acompañaría para darle los detalles al por mayor de que era lo que había pasado, mientras que Wake y Harold se quedarían con Cryoneth.

Sin embargo, antes de retirarse, padre e hijo se quedaron sorprendidos después de escuchar las últimas palabras de Cynthia. La mujer repitió varias veces el nombre de "Troupy".


Wow, un capítulo bastante intenso, ¿no les parece? XD

¿Troupy se pasó del lado de los malos?

¿Qué hara Diamond para recuperar a su esposa?

Y sobre todo...

¿Ya vieron Godzilla VS Kong? :O