Notas iniciales:

Yo: "Ya tengo el capítulo, sólo es cuestión de corregirlo." La vida: "Pues se me hace que no tendrás tiempo ni para acordarte de alimentar al gato." (ಥ﹏ಥ)

En fin, ¡todo el mundo está llegando!

Me di cuenta que en el anterior cometí muchos errores, lo lamento. Y este me quedó tan largo… Uh… lo lamento x2. No quería dividirlo, sean pacientes conmigo (; ̄Д ̄)


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Actualidad:

Wei Wuxian y Lan Wangji aprovechaban los momentos a solas para seguir hablando de los sucesos, completar las piezas entre ambos. La información recolectada por Lan Wangji y los secretos guardados por Wei Wuxian.

A veces Wei Wuxian tanteaba terreno, hablaba un poco de la niñez de los dos príncipes, cómo se dedicó a entrenarlos con Jiang Cheng y Jin Guangyao. También mencionó al pequeño huérfano que acogió y educó como su propio hijo. Un ligero cambio en el brillo de los ojos ámbar, un suave tic en los labios o un movimiento en sus dedos le indicaban el estado de ánimo de Lan Wangji.

Las familias en la realeza eran disfuncionales, no había heredero que no estuviera acostumbrado a algo de drama en su entorno. Incluso la familia Wei era objeto de innumerables críticas debido al origen humilde de su rey y su inusual forma de recolectar problemas. Ni que decir de la misma familia Imperial, todos preferían ignorar sus problemas internos. Claro, eso no disminuía la culpa de lo que había pasado, pero ayudaba a mantenerlos firmes.

Wei Wuxian tomó un gran sorbo de su taza, la sensación de ardor bajó por su garganta y con un ligero mareo se asentó en su mente para darle valor de seguir hablando —¿Desde cuándo te hiciste a la idea de que nosotros estábamos limpiando las calles? —dio un leve vistazo a los documentos en la mesa.

Lan Wangji mantuvo sus claros en el hombre frente a él —Dos ataques después de que empezaran.

—¿Demasiado estilo de Yiling Wei? Intenté inculcarles algo Lan, pero vamos, los Lan son demasiado moderados para lo que necesitábamos hacer. A-Yi me dijo que asimilaron rápidamente las técnicas Lan gracias a ti.

Lan Wangji asintió. Los rastros que dejaban eran en su mayoría Wei, a veces con un toque Jiang, muchas mañas que Wei Wuxian había adquirido en la guerra y durante su compromiso con Jiang Cheng. Y aunque intentara descartar eso, era más difícil de creer que fuera Wei Xuanyu, el Rey Wei había dejado claro que no tomaría partido en la situación, se limitaría a cumplir con sus obligaciones. Wei Xuanyu dejó de lado el tema de su hermano y se concentró en su reino, seguía siendo un rey bastante joven.

—¿Y aún con eso no nos pudiste encontrar?

Esta vez negó. Por más que quisiera anticipar sus ataques la información era insuficiente y seguramente estaba comprometida. Optó por usarlos a su favor, se ahorraba el trabajo de tener que buscar y encargarse de esos asuntos; lo único que quedaba por hacer era limpiar el desastre e imponer orden nuevamente. Y teniendo en cuenta que ellos seguían en territorio del Imperio no sentía la necesidad de engendrar otro heredero.

Wei Wuxian era un contenedor con bastante fuerza, tan especial como para dar dos príncipes sumamente impresionantes. Lleno de ambición ¿por qué se conformaría con un tercer príncipe promedio? No era su ambición, obviamente, pero ese era el plan.

—¿Sabes por qué Vian me seguía buscando? Llevarme a su lado…

Lan Wangji respondió sin dudar —Un arma —. Todavía sentía algo de culpa por, de cierta forma, manipular a Wei Wuxian para que aceptara su matrimonio. Él lo deseaba a su lado, deseaba formar un vínculo y sentir el amor que tanto había visto con su hermano… y otra parte, profunda, deseaba tenerlo a su lado para usarlo.

Wei Wuxian suavizó su mirada, Lan Wangji parecía ir aceptado la idea de que sus acciones no fueron completamente suyas —Lan Huan y yo lo descubrimos muy tarde. La primera señal de que Vian se había corrompido fue el intento de mi ascensión. Nunca antes hubiera permitido eso, hubiese sido más fácil ascender a Lan Huan y hacer que se olvidara de mí, pero decidió arriesgarse.

—Eres fuerte.

—Soy el poder que nunca pensó podría poner a Gusu de cabeza. Vian ansiaba tener ese poder. Comenzó a codiciar. Y el Santuario está formado por hombres, mortales con más codicia.

Lan Wangji volvió a llenar las tazas, licor para Wei Wuxian, té para él. No habían regresado a la relación que tenían antes de la destrucción del Amuleto del Tigre Estigio, la madurez de los años y los golpes de las decisiones no se pasaban por alto, pero al menos su relación se extendía más allá de una simple amistad.

El jade lo comprendía gracias a los fugaces momentos en los que Wei Wuxian volteaba hacia cualquier lado para esconder el sonrojo en sus mejillas, cuando intentaba acercarse a él durante las noches y en cada milisegundo extra en su beso de buenos días. No iba a forzarlo ni a manipularlo como antes, ya no tenía esos oscuros pensamientos, aunque tampoco desaprovecharía el esfuerzo.

—Lan Zhan.

—¿Mn?

—¿Por qué no has preguntado?

Lan Wangji no ha querido tocar el tema. El último secreto que Wei Wuxian protege. Es lo que necesita para terminar de conocer todo tras su sufrimiento, tras la razón de que Jiang Yanli se notara inquieta al punto de preferir quedarse en el Palacio y visitar ocasionalmente su propio reino. Por eso algo en ello le causa terror, ahora que entiende de lo que es capaz Vian, sabe que ese secreto hará que ambos retrocedan en su relación —No estoy listo.

—Oh —Los labios de Wei Wuxian se cierran. Se prometió a sí mismo respetar las decisiones de Lan Wangji. Agradece y maldice internamente.

...


...

Lan Qiren había pedido a Lan Sizhui que llevara algunos pergaminos de regreso a la biblioteca. El joven conoce cada estantería y cada clasificación como si siempre hubiera vivido ahí. Antes de llegar a su destino fue interceptado por una persona que había llegado a conocer durante sus primeros meses en el palacio.

Se inclinó lo posible, como cortesía —Rey Su.

El hombre de finos rasgos devolvió el gesto, sonrió —Segundo príncipe ¿por qué hace el trabajo de un sirviente?

Cuando expresó la última palabra, un sirviente de su escolta asistió al príncipe y tomó los pergaminos, siempre con la cabeza baja.

La Sizhui puso su mejor expresión. Desde que se conocieron, el Rey Su intentaba favorecerlo —Gracias, alteza. ¿Cómo ha sido su viaje?

El rey intentó no sonar molesto, su cara lo delató —Tranquilo. Me decepcioné al saber que el Reino de Baling Ouyang había llegado dos meses antes. Supongo que los reinos de aquí siguen sin darme su respeto.

El Reino de Baling Ouyang ingresaría al Imperio por decisión unánime de los reinos de Gusu, pero el Reino de Moling Su no tuvo la misma suerte, el Reino de Yunmeng Jiang no aceptaba su unión. Sin embargo, el Santuario deseaba más que nada su integración así que decidieron que si no se daba por el voto entonces sería por unión con el Emperador.

Lan Sizhui prefirió disipar ese malentendido —De hecho, fue el Heredero Ouyang quien llegó antes de lo previsto. Al parecer su padre le dio permiso de viajar solo.

—Ah, ¿es así? Gracias por informarme. Por cierto, ¿ha pensado en lo que le dije la última vez?

La sonrisa del príncipe flaqueó. ¿Cómo no pensarlo? ¡Le había propuesto ser su principal apoyo para que ascendiera al trono en vez de su hermano mayor! ¡Qué ridiculez! Él no perseguía el trono… y para desgracia de los demás, tampoco su hermano. Acomodó su voz —Hasta que no se mencione el tema no me gustaría hacer movimientos premeditados. Madre se está adaptando al palacio y con ello tenemos suficiente.

—Ya sabía, la dichosa Emperatriz siempre quiere llevarse el protagonismo.

Por consejo de su padre debía seguirle la corriente, hacerlo sentir confiado. Sizhui respiró y contó hasta tres —Sí. Aprendemos a soportarlo.

El rey palmeó el hombro del príncipe antes de seguir su camino —Descuide, tanto él como el primer príncipe no serán un problema. Mi sirviente lo acompañará por el tiempo que guste, es más, tómelo como un regalo.

¿Regalar a una persona? ¡Despreciable!

—Mn. Gracias, Rey Su. Lo veré en el banquete —Y así esperaba, no soportaría verlo con frecuencia. Se obligó a respirar profundamente, debía controlar la ira que se generaba en su interior.

...


...

Lan JingYi se abalanzó contra la espalda del joven parado frente a las puertas de la cocina —¡Heredero Ouyang!

El heredero volteó para intentar ver al joven, pero con ello también volteó al príncipe, tal como un perro persiguiendo su cola —¿P-primer príncipe? ¿Qué no debía estar en su práctica matutina?

Lan JingYi fingió sorberse los mocos —Padre se llevó a A-Yuan a entrenar, A-Yang me envió al diablo y A-Qing está ayudando a que madre no se meta en problemas. Eres el único compañero de juegos que me queda.

—Yo… sólo quería mantenerme alejado de ustedes, de ti específicamente. Padre insiste en que debo ser neutral, pero, en verdad, presiento que nos traerán más problemas que beneficios. Especialmente tú.

—Ugh, odio tu sinceridad. ¿No tenías la habilidad de rechazarme más bonito? ¿No su reino es bueno con las palabras?

—Puedo. Pero eso no funciona en ti. Debo ser directo.

JingYi lo pensó, tenía razón —Cierto. ¿Y sirve?

El heredero suspiró —No. Me temo que estás a otro nivel. ¿Cómo es que el Emperador aceptó acogerte? Yo te hubiera mandado fuera de la capital. Lejos.

"Bueno, es que soy su hijo, no tiene opción" —¡Hey! ¡Estás jugando con mis pobres sentimientos!

El heredero ofreció una sonrisa cómplice y se encogió de hombros —No lo lamento.

De atrás de una columna, el mayor sintió una presencia inconfundible. Sin perder tiempo se dirigió hacia el lugar y cuando estuvo lejos de algunas miradas fue jalado detrás de unos arbustos.

Lan JingYi se maravilló con lo apuesto que Jin Ling había florecido con los años, sin regular su voz se abalanzó hacia él en un abrazo y lo tiró contra el pasto —¡Mi joven amante! ¡Tan hermoso, incluso más desde la última vez que lo vi!

Jin Ling le tapó la boca e intentó zafarse —Shhh —habló tan alto como un susurro se lo permitió —¿Quieres que madre te mate? ¡Ella no sabe que nos conocemos! ¡Idiota! ¡Quítate de encima!

El heredero Ouyang se asomó tras los arbustos que poco disimulaban el ruido. Contario a su instinto de aprovechar y huir del primer príncipe, lo siguió —¿Hola?

Jin Ling se sobresaltó y Lan JingYi se apresuró en hablar —¡Heredero Ouyang! ¿No que no quería mi compañía?

Jin Ling pareció enfurecer —¿Compañía de quién? ¿Quién es este?

El heredero saltó hacia el lado de los arbustos de ellos, se puso de cuclillas para estar a su altura —Heredero Ouyang Zizhen del Reino Baling Ouyang. Ferviente creyente que Lan JingYi debe respetar el espacio personal de las personas, en especial el mío.

—¡¿Qué tu qué?!

Lan JingYi se apretó más contra el Jin —No lo escuches. ¡Sólo tengo ojos para ti!

El heredero analizó la escena, era interesante —¿Ustedes son… amantes?

Lan JingYi —Si.

Jin Ling —No.

—Un amor prohibido. Adorable —pensó —. Espera, primer príncipe ¿acaso no usted se la pasa coqueteando con medio mundo?

Un golpe por debajo de la barbilla hizo que el príncipe cayera hacia atrás. Jin Ling se puso de pie y limpió sus ropas —Ah, es bueno saberlo. Imagino que al menos A-Yuan ha sido más leal —. Un disgustado "hump" salió de sus labios antes de empezar a correr hacia el palacio.

Lan JingYi tardó en hacer que el golpe dejara de doler, un poco más y tendría que ajustarse la quijada —Oye, ¿qué rayos con eso?

El heredero sonrió —¿No quería jugar un poco? —Al fin pudo cobrarse una de las tantas travesuras por las que tuvo que pasar. ¡Una victoria se sentía tan bien! A su padre no le importaría si él también jugaba. Él mismo llegó días antes que su comitiva, teletransportado por la fuerza, y su padre pensó que entonces podían ellos posponer su llegada y atender otros negocios.

Lo habían dejado sólo en el palacio, con escasos hombres, apenas unos guardias y sin poder más allá que su boca. Gracias a los cielos el Emperador era una persona diferente a lo que se rumoraba y le brindó algo de autoridad. Ah, pero tratar con el primer príncipe era una dura tarea, ¿no podían teletransportarlo de nuevo?

Si le dieran a escoger, escogería interactuar más con el segundo príncipe. Cosa bastante difícil. El segundo príncipe era constantemente interceptado por los que están de lado del actual Emperador. La gente busca ganarse su favor porque creen que será quien ascienda. Además… su "amigo" es su sombra en cada momento libre que tiene. Xue Yang, recuerda el nombre, desprende un aura tan pesada cada que intenta acercarse.

¡¿Qué tipo de familia era esta?! ¿Cómo su padre pensó que era buena idea integrarse al Imperio? Gusu Lan no invade, no es bélico ¿por qué temer a un futuro que nunca llegará?

—Entonces —el heredero se dirigió al primer príncipe —¿seguimos jugando?

...


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Wei Wuxian apenas inclinó la cabeza —Un placer conocerlo, formalmente, Rey Su.

El Rey Su evitó torcer los labios. Odiaba cuan pedante se veía la Emperatriz. Un magnífico atuendo a juego con el Emperador. No era delicado ni afeminado, contrario a las costumbres, aquellas elegantes túnicas negras y rojas lo hacían ver como el rey que alguna vez fue. Y esa maldita sonrisa tranquila, que leía como "tengo a todos en la palma de mi mano", lo irritaba —Sí, nuestra primera presentación fue durante su juicio. Es bueno ver que ha cambiado —A comparación de la penosa imagen que antes era.

Las palabras no dichas volaban en el aire.

Wei Wuxian se llevó una mano a los labios para ocultar una suave sonrisa —Claro que sí, mi esposo ha sido tan bueno en enseñarme el camino de regreso a casa. Me ha cuidado con tanto amorPúdrete.

—Después de mi integración, espero tener algo de esa atención —Perra.

—Oh, es un hombre ocupado, seguramente podrá hacerle algún espacio —esta vez su mano viajó a su mejilla, un movimiento suave con un toque de falsa preocupación —. No sabe cuánto me cuesta hacer que duerma como es debido —En nuestra cama.

Nie Huaisang se acercó al Emperador, habló tras su abanico —Uhm ¿No deberíamos detener esto?

Lan Wangji no sonreiría, no. Pero mentiría si dijera que no disfrutaba ver a Wei Wuxian peleando por él —Deberíamos.

El Rey Su volteó hacia el Emperador —¿Emperador?

Wei Wuxian arqueó una ceja —Esposo.

Lan Wangji se mantuvo quieto, no porque no le interesara sino porque… mierda, Wei Wuxian lo había atrapado. Viéndolo mejor, ¿Wei Wuxian decidía avanzar por su voluntad cuando le tocaban las narices? Era algo propio de él no darse cuenta de sus propios sentimientos si no lo empujaban antes.

Jiang Yanli se tragó una risilla. Definitivamente sería un banquete interesante. Y faltaban tantos invitados por llegar ¿cómo habría resultado la rehabilitación de su hermano y su cuñado?

...


...

La voz del Emperador interrumpió el silencio tras el desayuno —Lan Sizhui.

El segundo príncipe respondió de inmediato —Padre.

—Han solicitado una audiencia contigo.

Wei Wuxian se congeló con el cubierto del postre en la mano. Volteó hacia Lan Wangji con los ojos muy abiertos, se mantuvo expectante.

Lan Wangji continuó —El Rey Nie llegará en dos días.

Lan Sizhui sintió que se le caían los brazos, eso significaba… Volteó hacia su madre, con preocupación. Su tío Nie no era una buena noticia para él.

Wei Wuxian fingió algo de calma llevándose una servilleta a la boca para limpiar restos invisibles de comida —Estarás bien, son deberes que no puedes evitar —todo dicho tras un verdadero "Estaré bien".

Lan Wangji asintió. Esas palabras también estaban dirigidas para él, había secretos que no podía seguir esquivando. Era hora de preguntar por ellos adecuadamente.

—Lan JingYi.

Esta vez el primer príncipe fue quien giró hacia su padre, un poco curioso por su mención —¿Padre?

—También han solicitado una audiencia… formal —hizo hincapié —, contigo.

—¿Hah? —JingYi era, por bastantes razones, un problema para la nobleza. Su identidad seguía siendo la del hijo del antiguo Emperador. Todavía debía hechizar sus ojos para que fueran acaramelados, como los de Lan Xichen. ¿Quién querría algo formal con él? Sí, los nobles conservadores y los nobles que confiaban en el linaje de Lan Xichen lo protegían, pero todavía era pronto como para empezar a meter las manos.

Lan Wangji completó —Jin Guangyao.

Wei Wuxian se sobresaltó y se levantó de la mesa —¿Cómo?

Lan Wangji volteó hacia Wei Wuxian y luego hacia la silla que había sido tirada en el acto —Compórtate.

Una sirvienta enderezó la silla y Wei Wuxian se limitó a sentarse nuevamente. Lo de Nie Mingjue lo esperaba, pero ¿Jin Guangyao? Ni siquiera había respondido a sus cartas, Jiang Cheng se limitaba a insultarlo, como de costumbre, pero tampoco soltaba información sobre Jin Guangyao.

Lan JingYi intentó sonreír —¿Puedo negarme?

Lan Wangji no tuvo que mover mucho su rostro para darle a entender que, si podía, más no debía. JingYi se derritió en su silla, su corazón no había dejado de llorar desde que Jin Ling lo golpeó y ahora esto. Su tío Jin lo soportaba, sólo eso, y se lo había dejado en claro muchas veces.

Entre más se acercaba el banquete, más difícil se volvía todo.

...


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Wei Wuxian se mantenía de pie frente a un elegante joyero con incrustaciones de jade. Jugaba entre sus dedos con lo que había su interior: La cinta de Lan Xichen.

Lan Wangji se permitió abrazar al hombre por detrás, habló con calma —¿Cuándo?

Wei Wuxian suspiró con nostalgia, alzó un poco más la pulcra cinta y la observó con ternura. ¿Cuándo fue que se la dio? —Antes de A-Yuan. Fue raro ¿no?, nuestro amor parecía fuerte, pero a él nunca se le había ocurrido dármela. Con nuestro vínculo, con nuestros problemas, con todo… esto quedó en segundo plano.

—Mn —Lan Wangji entendía eso, en su momento él tampoco se acordaba de esa tradición de los Lan, era como si no valiera la pena entregar ese tipo de "amor" y "confianza". ¿Por qué hacerlo si su corazón y alma no eran enteramente suyos?

—Lan Zhan. El Rey Nie tiene una misión que Lan Huan le impuso, como una de sus últimas voluntades… —Se acurrucó en los brazos del jade y llevó la cinta hacia su pecho —¿Quieres saber?

Lan Wangji asintió y apoyó el mentón contra su hombro. Wei Wuxian parecía no poder alejarse del afecto hacía su hermano, no importa que tanto Jiang Yanli intentara encontrar la razón. Se amaban, cierto, desmedidamente, también era cierto. Pero seguía siendo anormal. El jade había decidido ignorarlo, las expresiones de Wei Wuxian le decían que no lo hacía conscientemente, que ese cariño salía sin que él mismo se diera cuenta. Agobiarse con eso era algo que no necesitaba.

—Si yo llegara a perder el control… —dijo —. Él tiene la obligación de unirme a Lan Huan.

Los brazos de Lan Wangji se tensaron en el abrazo.

Lan Xichen… ¿estaba dispuesto a matar a Wei Wuxian?

Ese no era su hermano, tampoco era Vian… ¿quién era? ¿Quién colocó un talismán en sus propios hermanos jurados? ¿Quién se arriesgó a destruir un lugar sagrado como la Primavera Fría? ¿Quién había elegido un verdugo para su amado esposo? Todo lo seguía llevando al secreto que seguía sellado en los labios del de ojos plateados.

—Estoy listo para saber.

La mano de Wei Wuxian tembló unos momentos, intentó sonreír —Oculté el Hanshi para hacerlo mi estudio personal ¿recuerdas? Vamos, podremos pasar la noche ahí.

Lan Wangji no se sentía cómodo con la idea, pero eso significaba que había algo ahí, algo importante. Soltó al hombre y dejó que lo guiara.

En el camino, Wei Wuxian comenzó a recordar su primer encuentro con Nie Mingjue años después de escapar del palacio.

...


...

Fuertes vientos azotaban los muros del Reino Inmundo. Aun así, gozaba de silencio y tranquilidad, quizá por los guardias que habían sido noqueados en las puertas y las barreras laberinto que impedían que los demás notaran algo fuera de lugar.

El silencio dentro del salón principal acabó con un golpe seco. Wei Wuxian se limpió el hilo de sangre que caía de sus labios —Aiyo… Rey Nie, tratar así a su Emperatriz no es un poco… ¿agresivo?

Nie Mingjue no respondió, se levantó del suelo apoyándose de Baxia, la mirada fija en su oponente.

¿Acaso no somos familia?

Tal barbaridad lo hizo explotar en gritos —¡No somos nada! ¡Engañaste a mi hermano! Jin Guangshan me lo contó todo antes de que ustedes lo asesinaran. Fue el bastardo de Jin Guangyao ¿no? Esa rata traidora…

Wei Wuxian soltó una estruendosa carcajada, el perfecto consejero Jin no era tan perfecto como creía —No puede ser, pensé que Jin Guangyao cubriría mejor sus huellas. El último asedio fue la excusa perfecta para su muerte y ¿se le pasó un detalle? ¡Me reiré en su cara por esto!

Nie Mingjue apretó los dientes y tragó la sangre acumulada. Jin Guangshan le contó acerca de una vieja creencia en la que aquellos allegados a la familia podrían suponer las tendencias de los herederos primogénitos, siempre inclinadas al padre. Muy tonto de creer, pero tenía que admitir que él sentía un fuerte espíritu de batalla del primer príncipe y eso no concordaba con su hermano jurado.

Bueno, bueno. No puedo seguir desperdiciando su tiempo. Es una persona ocupada, lo interrumpí a mitad de una jarra de licor, que maleducado de mi parte eh.

Nie Mingjue había sido lastimado más allá de lo que aceptaría, las habilidades de Wei Wuxian estaban tan frescas como el último día que dejó el campo de batalla. ¿Esta sería su tumba? ¡Bien! ¡Moriría en su propio reino! Pero morir siendo insultado era otra cosa, definitivamente se llevaría un trozo del cultivador demoníaco. Antes de empuñar adecuadamente a Baxia, Wei Wuxian cambió su semblante por uno más sereno.

A-Yuan… —El pequeño niño de mejillas sonrosadas y mirada temerosa se asomó de su escondite, una estatua. Ojos plateados grandes y brillantes temían hacer contacto visual con el rey.

¡¿Qué mierda?! ¡¿Vienes a traerme otro niño de Lan Wangji?! —Nie Mingjue deseó tener las fuerzas suficientes como para matar al niño, ¿qué honor podía salvar de él mismo? Al menos podría buscar venganza con el segundo hijo de Lan Wangji.

El pequeño quiso retroceder, pero su madre ya lo había alcanzado. Lo colocó frente al rey que acababa de ser inmovilizado por energía resentida —Rey Nie. ¿Qué dijo Jin Guangyao de él?

¡¿A qué juegas?! ¡Hijo de perra!

Wei Wuxian chasqueó la lengua, cargó al niño y con una patada estrelló la cara del rey contra el piso. Lo miró con desdén —Es mi madre muerta a la que estás insultando —sus siguientes palabras salieron con todo el aborrecimiento que pudo acumular —¿Se ha ahogado tanto en licor que ya no puede recordar algo tan básico? Menuda mierda de hombre está hecho. No pudo proteger a su Emperador, ¡mi esposo! ¡No pudo protegerlo en ninguna de las dos ocasiones en las que lo necesitó! ¡Débil!

Nie Mingjue se mantuvo con la cara sangrando contra el piso. Era cierto, no pudo protegerlo, todo ese poder y entrenamiento, todas esas promesas para nada. El alcohol no aliviaba su culpa ni mejoraba su estado de ánimo. El hombre que alguna vez fue quedó enterrado junto con su hermano jurado.

Levante la cabeza y dime, ¿qué dijo Jin Guangyao de él?

El rey levantó la vista y los ojos carmines de Wei Wuxian lo intimidaron. Tuvo que esforzarse en recordar. Habló mordiendo cada palabra —Que él sería tranquilo.

¡Ah! ¡Su cerebro todavía sirve para algo! Como recompensa le ayudaré a resolver lo que estoy intentando decir —Colocó al pequeño, nuevamente, frente al rey y él se puso de cuclillas. Sonrió —¿Por qué Jin Guangyao presintió cómo sería A-Yuan? ¿Por qué Jin Guangyao eligió ser el primero en cargar a este pequeño tras su nacimiento?

Cierto, lo había leído de una carta de Huaisang. Antes de que Wei Wuxian se pusiera mal, Jin Guangyao "arrancó" a Lan Yuan de los brazos de la doctora Wen. Lan Wangji estuvo a nada de desenvainar a Bichen, pero Jin Guangyao se excusó diciendo que, así como con el parto de Lan Yun, él, como esposo, debía consolar el dolor de Wei Wuxian primero.

Nie Mingjue se había impresionado por eso, el honor de ser el primero en cargar al recién nacido era para el padre. Y Jin Guangyao debería saberlo… también debería saber que JingYi era hijo de Lan Wangji y que él fue el primero que lo cargó. Ese maldito ex consejero no era tonto y tampoco actuaba premeditadamente. Mucho menos se preocuparía por la condición de Wei Wuxian, no era secreto que no se agradaban.

Entonces… ¿por qué Jin Guangyao había pedido estar en el momento del parto? ¿Por qué se arriesgó en cargar al niño?

Nie Mingjue inspeccionó con más detenimiento al niño frente a él, negó —Imposible.

Wei Wuxian ensanchó su sonrisa —¡Muy posible si el tiempo de gestación de una Emperatriz varón es de once meses! ¡Muy maldita y dolorosamente posible!

¡El verdadero hijo de mi Emperador!

A-Yuan —Wei Wuxian señaló al hombre tirado —, ese es tu tonto y borracho tío Nie. Él fue elegido por tu padre para dos cosas especiales. La más importante es protegerte.

El rey asintió con todo el impulso que pudo —Sí, lo haré.

Cielos… Rey Nie, al menos deje que termine.

¡No me importa! ¡Lo protegeré! ¡Lo juro! —Estaba desesperado por tener otra oportunidad, ese niño lo era.

Wei Wuxian liberó la energía resentida en el rey. Acarició el suave cabello de su hijo al ponerse de pie —No será fácil. Resulta que este pequeño es "especial". Muy especial. Fue concebido por la bendición de Vian, pero inicialmente fue un experimento.

¿Experimento?

Combinar el poder que tiene con el que desea. Un dios puede ser tan descuidado.

El rey no entendía y Wei Wuxian vio eso. Suspiró —Hora de demostrarlo. Song Lan.

El cadáver apareció tras el rey —Majestad.

Esta es una orden de tu amo. Acaba con la vida del Rey Nie.

Lan Yuan estaba asustado, nunca antes había estado en una situación así. Se aferró a su madre llorando mientras intentaba hablar —¡N-No! Si es mi tío no quiero que muera.

El cadáver habló sin demostrar ninguna opinión del asunto —Entendido.

Lan Yuan terminó de ocultar su rostro en las túnicas de su madre y Nie Mingjue no sabía qué expresión colocar. Al final, Wei Wuxian era un traidor.

Pero su muerte nunca llegó.

Dudó en hablar —¿Wei Wuxian?

Wei Wuxian palmeó a su pequeño hijo para calmarlo y sacó un talismán de entre sus mangas, lo mostró al rey —Antes de explicarle. A-Huan me pidió que le colocara uno de estos. ¿Será un problema? Hay cosas que tiene que saber, pero no dejará que nadie más las sepa.

El rey dudó, vio la caligrafía en el talismán de silencio, era de su hermano jurado. Tuvo que reunir mucho valor para aceptar algo como eso —Hazlo.

Lo primero que hizo Wei Wuxian fue dormir a su pequeño, basta de atormentarlo, lo que debía hacer fue hecho y no lo haría pasar por más. Lo segundo fue insertar el talismán.

El proceso para el rey fue agonizante, sus entrañas sentían quemarse y casi perdía el conocimiento. Wei Wuxian volvió a hablar —Todo lo que diga a partir de ahora y hasta que lo indique no podrá repetirlo. Morirá antes de intentarlo. ¿Entiende?

Nie Mingjue se sentó tan recto como sus heridas lo permitieron —Entiendo —Su pecho sintió una punzada.

No es secreto que yo estoy conteniendo la energía resentida de un arma que fue temida. Perder el control y lastimar a los que amo es una posibilidad. También, si algo llegara a "controlarme", mis decisiones se tomarán como lo mismo, perder el control de mi voluntad. A todo esto, A-Huan le pide que… me mate.

El rey tuvo que esforzarse en no abrir la boca con sorpresa. Sus ojos delataban desconfianza —Xichen nunca pediría eso.

Él lo hizo y usted lo hará —acariciando la espalda del pequeño dormido entre el espacio de sus piernas, Wei Wuxian le contó todo acerca de la bendición, de la concepción de Lan Yun y, claro, la de Lan Yuan.

Era demasiado para asimilar, pero todo cuadraba. Cuando llegó a la parte en qué Lan Xichen perdió la bendición, los ojos del rey se ensancharon y la ira fluyó por sus gestos. Apretó con fuerza las túnicas arremolinadas en sus piernas. Tras terminar de oír todo golpeó el suelo con el puño y finalmente pudo llorar.

Wei Wuxian intentó consolarlo —Fui grosero, me desquité con usted. Tampoco tuvo la culpa. Inclusive si hubiera estado ahí, mi A-Huan no iba a vivir mucho más que esto.

Wei Wuxian… —el rey se dirigió al hombre frente a él. Tomando en cuenta los detalles, había algo que no estaba bien. Lo vio como si viera a un fantasma —¿por qué sigues vivo?

Wei Wuxian se mordió los labios antes de hablar —A-Huan tuvo que tomar algunas medidas.

...


...

Wei Wuxian tronó los dedos y la puerta del Hanshi apareció frente a ellos. Al entrar, Lan Wangji vio todo como lo recordaba, incluso las falsas ventanas tenían la vista hacia el lugar correcto, cómo si la habitación no se moviera constantemente dentro del palacio. Volteó hacia el hombre y este sonrió para indicarle que podía ver cuánto quisiera.

Había un hechizo, bastante fuerte, y había algo llamándolo al fondo de la habitación. La barrera para ocultarlo fue fácil de romper.

Lan Wangji observó la pequeña vitrina. Cubierta de talismanes negros y dorados, la caligrafía de Wei Wuxian y de su hermano. Por las aberturas se podía observar dos instrumentos apoyados entre sí: Chenqing y Liebing.

Wei Wuxian llegó a su lado —¿Has oído hablar del método de los Nie para dominar la energía de sus sables cuando ellos mueren? Ellas hacen algo similar. Una contrarresta a la otra, nunca deberán separarse —Tocó una pared y, tal como había pasado con Song Lan, el lugar comenzó a caer en ruinas.

Lan Wangji observaba con horror cómo la energía que se apoderaba del lugar se hacía más y más familiar. Se las arregló para preguntar —¿Qué fue este lugar?

Wei Wuxian esperó a que Lan Wangji volteara a verlo y colocó la cinta de Lan Xichen entre las manos del jade y las suyas —Fue la prisión de un ser sin corazón —Respondió. No deseaba alargar esto, se colocó de puntas para poder besarlo, suave y tiernamente. Estaba en su límite se seguirle ocultando la razón tras la muerte de Lan Xichen.

Un poco de la energía de Wei Wuxian fluyó hacia Lan Wangji y entonces él se apartó bruscamente.

No pudo contener su voz —¡Wei Wuxian!

Wei Wuxian sintió que el corazón se le oprimía al ser llamado de esa forma, pero suponía que algo así iba a pasar. Hizo un rápido movimiento con sus manos y terminó de romper el hechizo en la habitación. La energía que se desbordó fue inconfundible.

Era la misma que sintió cuando Wei Wuxian regresó al Jingshi. La tercera energía que había detectado en su interior, aquella que convergía con la suya y la de Lan Sizhui, y que de cierta forma lo estabilizaba… Esa energía ¡era de su hermano! ¡Lan Xichen se atrevió a introducir una desmedida cantidad de energía en su propio esposo! Tal como habían hecho con él, pero diferente, esto era más caótico y desesperado. Había sido una apuesta.

Pero no… eso no era lo que había asustado y enfurecido a Lan Wangji.

Wei Wuxian volvió a tocar la cinta con cariño —Así perdió su bendición.


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Notas finales:

¡Sigue un flashback que complementa mucho!

Sé que ya se hacen una idea, será emocionante confirmarla para ustedes. Me voy antes de decir más y meter la pata (°ロ°) !