El anime/manga Kimetsu no Yaiba le pertenece a Goutage y al estudio Ufotable. El k-drama "What's wrong with Secretary Kim?" le pertenece a la cadena de televisión TvN.

P.D. Estoy pensando si darles nombres a los padres de Sanemi y Genya, aun no decido. ¿Debería darles nombres? Si es así, ¿Cuáles les gustaría? ¿Utilizo el nombre de un personaje de Kimetsu?

.

Genya le revela a su madre el nombre de la mujer que lo está ayudando a recuperar sus recuerdos, confesando que es la misma niña que estuvo con el cuándo lo secuestraron. Tranquilizando su alma al saber que no fue el único que estuvo en la oscuridad.

Su nombre, Kamado Nezuko.

La señora Shinazugawa tiene una reunión con la secretaria de su hijo menor donde le pide que le cuente como fue esa noche que paso junto con su hijo, sin saber que revelara pequeños detalles que hacen dudar aún más a Nezuko.

.

What's Wrong with Secretary Nezuko? 30

-Estos son los planes y el calendario para la apertura de los nuevos grandes almacenes de Unqui a las afueras de Tokio. Estos son los documentos relacionados con el vento de apertura del centro de arte de mañana.

Sanemi tomo cada una de las carpetas que la Gerente general le estaba entregando, revisando cuidadosamente cada documento, enfocando su atención en los papeles que tenían toda la información del gran evento de mañana.

Kikyo tomo el poster que sostenía entre su costado derecho y su brazo, e inmediatamente se lo extendió a su jefe. -Además, estos son los horarios del festival de verano en Yumyung Land, creado por el equipo de promoción.

El asintió mientras abría el pequeño poster enrollado, leyó el título "Romantic Night" en letras blanca, contrastando con el negro de la noche, fuegos artificiales brillaban en el cielo y el carrusel estaba completamente iluminado. Sus ojos se abrieron cuando observo a la pareja besarse en la esquina derecha del poster, disfrutando del ambiente romántico.

Los músculos de su espalda se tensaron y sintió la imagen como un duro golpe contra su orgullo masculino.

-¡Noche romántica!- exclamo la pelinegra con emoción. -Hemos elegido la imagen de dos amantes besándose en un parque de diversiones como tema.

Sanemi comenzó a temblar en una combinación de ira, vergüenza y su orgullo completamente lastimado. Miro fijamente a la pareja besándose y su mirada se llenó de ira. Su cerebro, parte de la burla, rememoro la noche anterior en la que estaba a punto de besar a Nezuko hasta que se alejó como un niño pequeño. Sin poder contralar sus manos, termino arrugando el poster con tanta fuerza que escucho como el papel se rompía.

Kikyo abrió los ojos y tembló de miedo cuando observo como el Vicepresidente arrugaba el poster con fuerza, dejando más que claro que el trabajo no le gustaba. -Lo siento mucho. Hare uno nuevo de inmediato.

Al darse cuenta de lo que había hecho, rápidamente desarrugo el papel, alisando contra su escritorio. Sonrió nervioso y miro a la gerente, quien tragaba saliva nerviosamente. Negó con la cabeza y hablo lo más suave que pudo. -No, por favor vayan con este concepto.

Ella rápidamente negó con la cabeza. -¡No, no! Volveré con un concepto actualizado. Adiós- realizo una reverencia y camino rápidamente hacia la salida, temblando ligeramente. Intento abrir la puerta, pero lo hizo incorrectamente, inhalo profundamente e ignoro la penetrante mirada purpura para tranquilizarse. Con una pequeña sonrisa, abrió las puertas y se despidió con una última reverencia.

El suspiro volviendo a observar la imagen que se burlaba de él, miro a Nezuko por el ventanal, notándola decaída y pensativa mientras jugaba con la joya del collar que le había regalado. -Si, esto no tiene ningún sentido desde la perspectiva de Nezuko- junto sus manos y obligo a su cerebro a pensar en otra cosa que no fuera el desastre de anoche. -¿Cómo debería explicar esto?

.

-Hola a todos- saludo Shinobu mientras entraba a la oficina, caminaba lentamente y su rostro reflejaba lo cansada que se encontraba. Las ganas de irse a casa y pasar el resto del día en su cama sonaban demasiado tentador.

.¡Shinobu-chan!- saludaron todas con una amplia sonrisa, sin dejar de teclear ni un solo segundo. Ellas lucían igual de cansadas que ella y eso marchito su corazón. Las veinticuatro horas antes de un evento eran las más agotadoras del mundo.

Camino hasta su escritorio y dando un largo bostezo dejo su celular, carpeta y bolso. -Desearía que mañana ya llegara- gimoteo mientras se dejaba caer en la silla giratoria, con los ojos cerrados comenzó a estirar sus extremidades. -Hay tantos detalles que debo verificar cuando se trata de la apertura del centro de arte. Necesitamos abrir ese lugar para poder respirar un poco. Al abrir los ojos, noto frente a su computadora tres pastelitos perfectamente acomodados. -¿Qué es esto?- tomo uno de ellos y lo coloco debajo de su nariz, disfrutando del delicioso aroma dulce.

-¿Qué?- pregunto Sumi mientras alzaba la mirada. Al reconocer el pastelito, sonrió. -¡Oh! Alguien a quien le gustas los dejo aquí.

El corazón de Shinobu se aceleró y el cansancio se esfumo de su cuerpo. Abrió los ojos y miro fijamente a su compañera. -¿A alguien que le gusto?

-Si.

Sumi regreso a su trabajo y Shinobu giro su rostro, observando como Tomioka salía de la pequeña cocina al fondo de la oficina, sosteniendo una taza de té. Sus mejillas se sonrojaron mientras se derretía en su asiento, sonrió enamorada mirando sus pasos seguros, su ancha espalda y sus poderosos brazos.

Se estremeció cuando el paso de largo, su mente recordó como él fue su salvador, utilizando su propio saco sin importar que se ensuciara. Suspiro y rápidamente comenzó a comerse el cupcake, disfrutando del delicioso sabor que era mucho más rico porque él se los había regalado. Tomo su teléfono y mientras masticaba, comenzó a escribirle un mensaje a Tomioka.

Pero fue rápidamente interrumpida cuando Naho toco su brazo. -Shinobu-chan, aquí tienes los documentos que pediste- ella le entrego la carpeta color azul, observando como pasaba la porción que tenía en su boca. -¿Te comiste los cupcakes?

Ella asintió, sonrojada de las mejillas. -Me los comí ya que los dejo aquí, pero es un poco extraño, ¿Cierto? Quiero decir, debió habérmelo dicho- dijo mientras se retorcía en su asiento. Naho, Sumi y Kikyo miraron raro a su compañera. -Los gestos públicos como este son más complicados- mordió nuevamente su parquecito y sonrió.

Naho rio confundida. -¿Es complicado para una amiga darle un regalo a otra?

La sonrisa de Shinobu se borró. -¿Amiga?

Sumi asintió. -Si, Mitsuri-chan los dejo para ti.

-¿Qué?

Kikyo negó con la cabeza. -Cariño- coloco su mandíbula sobre sus manos, sonriendo pícaramente. -¿Pensaste que era de un hombre al que le gustas, Shinobu-chan?

Ella negó rápidamente con la cabeza, entendiendo las intenciones de la pelinegra. -¡Nunca!- exclamo más alto de lo que esperaba. Kikyo rio mientras Naho y Sumi solo miraban confundidas entre ella y la Gerente general.

Shinobu salió rápidamente de la oficina y camino hacia una de las terrazas, tratando de no demostrar la vergüenza que sentía. Estaba por girar por la esquina, cuando se encontró de frente con Tomioka.

Ambos se sonrojaron y ella bajo la mirada, pegando su celular a su pecho. Nerviosa comenzó a caminar, estrellándose con el torso de Tomioka. Ella subió su mirada, encontrándose de frente con dos ojos azules como el mar, sus rodillas temblaron y avergonzada se separó para caminar por la izquierda, estrellándose de nuevo con el pecho musculoso de su compañero.

Apretó los labios con las mejillas ardiendo y susurrando una disculpa logro esquivar el cuerpo de Tomioka, con su brazo rozando el brazo masculino. -¿Koucho-san?

Escuchar de nuevo su voz provocó que su cuerpo inmediatamente se detuviera, se giró y miro al estúpidamente alto hombre. -¿Si?- pregunto en un susurro, sintiendo su corazón saltar contra su pecho.

-Espero que su junta haya salido bien. Estuvo toda la mañana sin poder desayunar bien…

Shinobu sintió que su corazón latía fuertemente contra su pecho, su cuerpo tembló y su estómago dio un vuelco. -Gracias… Espero que usted también haya tenido una buena mañana- sin saber que más decir sin que terminara diciendo una estupidez, realizo una pequeña reverencia. -Ten un buen día- salió corriendo y terminó escondiéndose detrás de la esquina, recargando su cuerpo para impedir resbalarse. Coloco una mano sobre su pecho, cerrando los ojos. -¿Por qué me ayudaste? ¿Por qué arrojaste una piedra al tranquilo lago que era mi corazón?

"Me gustan las mujeres tiernas".

Arqueo una ceja y sonrió mientras tocaba sus labios con su dedo índice. -Mujeres tiernas, ¿Dijiste? - sonriendo corrió hacia el baño.

.

Sanemi visualizo por decima vez el segundo intento de lograr un beso con Nezuko. Estaba sentado en los bancos que daban una espectacular vista de la cuidad, alejado de la mujer que no dejaba de pensar y de todas las personas que trabajan bajo su mando.

"¿En qué dirección me vas a empujar esta vez? Para estar preparada"

La pregunta ligeramente burlona que ella le había dicho después de que se alejara mientras trataba de regularizar su respiración, después de dar un grito de terror que provoco que ella saltara en su lugar.

Era sumamente vergonzoso.

Maldiciendo su suerte, tomo su teléfono. Y decidido comenzó a escribirle a la pelinegra. -Nezuko, espero un dulce beso la próxima vez- dejo de escribir y subió su mirada, observando como la palabra "dulce beso" aparecía frente a él. Negó con la cabeza y borro el mensaje. Suspirado volvió a escribir. -Nezuko, en realidad tengo un trauma…

En burla la palabra "tengo un trauma" apareció frente a él, riéndose de lo miserable que se sentía en ese momento. Se levanto rápidamente y agito sus brazos alejando las palabras invisibles, mientras gritaba. -¡No! ¡No!

.

Nezuko sonreía mientras cargaba dos cajas negras, se sentó en su silla, llamando la atención de su compañera. -Aoi. Este es el premio para el equipo que encontró más cintas primero. Fueron Hashibira y tú, ¿Verdad?- pregunto entregándola las cajas a la ojiazul.

Ella sonrió ampliamente, acariciando la caja superior. -¡Vaya, realmente ganamos un premio!

-Por supuesto. ¿Podrías entregárselo a Hashibira-san?

La sonrisa de Aoi se borró. -¿Yo?

-Si- respondió Nezuko riendo ligeramente antes de girarse y comenzar a trabajar.

Aoi asintió incomoda. -Seguro. Regresare- susurro luciendo una sonrisa incomoda. Su superiora sonrió mientras asentía con la cabeza.

Cuando escucho los pasos de la ojiazul desaparecer por el pasillo la sonrisa de Nezuko se borró mientras escuchaba su estómago gruñir de hambre. Realizo una mueca mientras sobaba su estómago, miro en el escritorio buscando algo que comer hasta que su mente recordó algo.

Sonriendo, abrió el cajón del mueble a un costado de escritorio, encontrando un caramelo envuelto en papel dorado. Emocionada comenzó a desenvolver el papelito hasta que escuchó unos pasos. Se levanto rápidamente cuando reconoció a un Sanemi decaído, sobando su cuello mientras caminaba lentamente.

-Vicepresidente, ¿Necesitas algo?

El la miro fijamente y dejo caer su brazo. Ella ladeo ligeramente la cabeza y guardo silencio esperando a que el hiciera o dijera algo, ya que sus ojos le gritaban que él quería decirle muchas cosas.

-Sobre eso…- comenzó, antes de mirar a su alrededor hasta que sus ojos terminaron sobre el dulce que sostenía entre sus dedos. Asintiendo ligeramente tomo rápidamente el caramelo, arrebatándoselo a Nezuko, quien abrió los ojos sorprendida. El desenvolvió rápidamente el dulce y lo llevo a su boca, masticándolo. -Voy a comer esto porque siento que mi nivel de azúcar en la sangre es bajo.

Nezuko lo miro dolida, realizando un pequeño puchero con sus labios. -Ese fue el último.

Él se tragó el dulce y ella abrió los ojos. Se encogió de hombros y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón. -¿Y?

Ella parpadeo confundida. -¿Perdón?- la miro de arriba a abajo y se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Nezuko sonrió incomoda mientras negaba con la cabeza. -No, nada.

Sanemi se despido con una mano y ella bajo la cabeza, mirando sus manos vacías. Camino hacia su oficina, pero se detuvo unos pasos de las grandes puertas de madera, se giró y la miro fijamente, hablando con seriedad. -Lo superare. No hay nada que yo, Shinazugawa Sanemi, no pueda superar.

.

Aoi apretaba sus labios mientras le entrega su premio a Inosuke, quien movía su cuerpo de un lado a otro observando con adoración las cajas negras. Extendió una de las cajas y la soltó apenas sintió que el la sostenía. -Aquí tiene. Este es el premio para el equipo que gano el concurso.

Inosuke sonrió ampliamente pasando sus dedos encima de la caja. Giro su cabeza y sonrió burlonamente. -Kanzaki-san. Debes estar muy agradecida conmigo.

Ella frunció el ceño mientras apretaba la caja contra su pecho. -¿Perdón? ¿Por qué?

-¿Qué quieres decir? Llegamos al primer lugar de la competencia porque encontramos 3 de las 5 cintas primero.

-Lo sé.

-Y de las 3, yo encontré dos y tú una, ¿Verdad?

Ella parpadeo varias veces, sin entender a qué punto quería llegar. -¿Y eso que?

Su sonrisa burlona creció. -Entonces, ¿Crees que es justo que ambos tengamos la misma Tablet, a pesar de que yo encontré dos y tú solo encontraste una?

-¡¿Perdón?!

-Investigue, y esta Tablet se vende en internet por 3000 yenes. Entonces serian 6000 de las dos. Sería justo distribuir esta cantidad a una proporción de 2:1, pero debe estar realmente agradecida que no le diga a nadie sobre esta injusticia.

Aoi cerro los ojos con fuerza. -¿Qué?

Inosuke rio y alzo una de sus manos. -De todas formas, permitiste que tuviera que estar colgado de un árbol por diez minutos antes de que pudiera bajar- elevo la Tablet mientras sus ojos se llenaron de ira. -Y también tengo esta Tablet, así que tienes que guardar mi secreto, incluso en el infierno, ¿Esta bien?

Ella resoplo y lo miro de arriba a abajo con el ceño fruncido. -Está bien, ¿Pero por qué iría al infierno? Voy a ir al cielo.

El rio sarcásticamente. -Ve a donde quieras. Regresare al trabajo ahora.

Al verlo caminar, realizo una mueca de asco mientras realizaba una reverencia. -Bueno, adiós- Aoi estaba por regresar a su espacio de trabajo, cuando escucho la voz de Inosuke.

-¡Ah! ¡Y además...!- se colocó de nuevo frente a la chica, sonriendo malvadamente. -¿Cuándo te vas a mudar?

-En unos días. ¿Por qué?

Inosuke asintió con la cabeza, complacido. -Es asombroso- la ojiazul lo miro confundida. -Cuando pides comida para llevar, a menudo sucede que hay sobras, y es una verdadera molestia.

Ella frunció el ceño, con evidente ira. -¿Estas sugiriendo que deberíamos de repartir el gasto?

El negó rápidamente con la cabeza. -De ninguna manera. Cuando ordenes comida, podrías dividirla por la mitad y traer una porción para mí, eso es todo lo que digo- sonrió ampliamente y se despido con la mano. -Ya estando claros, me voy.

Aoi abrió la boca sorprendía mientras la ira calentaba su cuerpo. Escuchar las risas de Hashibira mientras se iba, solo hizo que su sangra hirviera. -¿Cómo puede ser tan sin vergüenza?- se preguntó antes de resoplar. Pataleo el piso mientras se daba aire con su mano libre. -Supongo que no me mudare.

.

Kikyo y Sumi revisaban los documentos que acababan de terminar, observando cada pequeño detalle para que no existiera ni un solo error, ya sea en la información o en la ortografía. La Gerente general comenzó a masajear su hombro hasta que abrió la boca sorprendida cuando noto a la persona que ingresaba a la oficina.

Sumi alzo su cabeza y dio un pequeño grito al ver lo mismo que dejo tan impresiona da a Kikyo. Shinobu caminaba hacia su escritorio luciendo dos trenzas que llegaban a la altura de sus hombros, tenía las mejillas infladas y jugaba con la punta de sus cabellos.

Kikyo parpadeó. -Cariño, disculpa, ¿Qué es todo esto de repente? - pregunto señalando su cabello. Tomioka giro su rostro y miro incrédulo a la mujer de ojos morados.

Shinobu realizo un puchero y tomo las puntas de su cabello, juntándolas. -Bueno, pensé que el estilo que tenía esta mañana no me convenia- por el rabillo del ojo observo al pelinegro, quien parpadeó. -Así que decidí cambiar mi imagen para que coincidiera con mi ternura.

Sumi rio. -¿Tierna?- Shinobu jugo con sus trenzas mientras sonreía tratando de ser tierna. -¿No es terrorífica?

Shinobu borro su sonrisa, inclinó su cuerpo y frunció el ceño. -¡¿Qué demo…?!- exclamo pero se detuvo cuando noto a Tomioka. Volvió a sonreír dulcemente. -¿Qué? Si sigues burlándote de mí, me enojare- siseo con voz dulce, tanto que era venenosa.

-Pero tu estilo de cabello luce realmente familiar- intervino Kikyo con una sonrisa. -¡Ya se! ¡Mi mama! Ella tiene exactamente el mismo peinado en su foto del anuario.

Shinobu apretó los puños, frunciendo el ceño. Sumi asintió. -¡Es cierto! O en la película de terror de los 70's que está ambientada en una escuela secundaria…

-¿No estás hablando del espíritu?- pregunto Kikyo antes de reír. -¿Ahora vas a aterrorizar al chicos de secundaria, Shinobu-chan? ¡Eres realmente cruel! - ambas rieron mientras ella apretaba los puños. Tomioka abrió la boca para decir algo, pero Kikyo lo confundió con una risa. -¿Vez? Hasta Tomioka, quien suele ser callado, se rio- Shinobu miro al pelinegro sintiendo su corazón romperse. El negó con la cabeza, pero ella ya no lo miraba porque la Gerente siguió hablando. -¡Esto es muy divertido! ¿Cierto Tomioka-san?

-¿Por qué debes ser realmente cruel?- susurró Shinobu mientras bajaba la cabeza. Las dos mujeres dejaron de reír, sintiéndose mal por sus burlas. Ella realizo un puchero con sus labios antes de comenzar a caminar rápidamente hacia el baño.

Naho negó con la cabeza, mirando con el ceño fruncido a Sumi y Kikyo. -¡Deberían aprender a cuando parar!- exclamo antes de seguir a Shinobu.

Tomioka apretó los puños mientras sentía enojo contra sus dos compañeras, él debió detenerlas rápidamente, impedir que siguieran con sus comentarios. Apretó los puños recordándose lo que por años le enseño su hermana. "A las mujeres no se des debe agredir".

Shinobu entro al baño y se paró frente al espejo. Inhalo profundamente mientras sentía las lágrimas de vergüenza acumulándose en sus ojos. Era ridículo, simplemente ridículo. Nadie en su vida la había afectado tanto como su compañero pelinegro. -Lo sabía- susurro impidiendo que una lagrima cayera. -¿Por qué me sigue importando ese hombre? ¿Qué tiene de especial que me ayudara? - se deshizo rápidamente de las trenzas y agito su pelo. -Eso es todo. De ahora en adelante dejare de pensar en él. ¡De todas formas no es mi tipo!

.

Genya leía nuevamente el diario de la infancia de Nezuko, y por más que lo intentara no podía dejar de sonreír, notando la misma calidez que aún conservaba siendo adulta. Suspirando dejo la libreta y camino hasta el comedor, donde su madre estaba leyendo un libro de su exclusiva colección.

Se sentó frente a su madre, la cual inmediatamente bajo su libro para mirarlo con una sonrisa. -Hijo, todos sabemos que eres un escritor. ¿En serio pasaras todo el día en el estudio? ¿En qué clase de libro trabajas tanto?

Genya negó con la cabeza mientras sonreía. -No era un libro, estoy revisando un diario.

-¿Un diario?

-Si. El diario de la niña con la que fui secuestrado.

La sonrisa de la señora Shinazugawa se borró. -¿Qué?

El pelinegro asintió con la cabeza, claramente emocionado. -No fui el único secuestrado. Ella también estaba allí. Y escapamos juntos de ese horrible lugar.

Con cada palabra que salía de la boca de su hija, la señora Shinazugawa sentía que el mundo se le venía encima. El color se fue de su rostro y se sintió ligeramente mareada. -¿Qué?- negó con la cabeza mientras su cabeza comenzaba a doler. -¿De que estás hablando?

-No fui el único secuestrado. Esa niña también fue una víctima de esa señora.

La esposa del Presidente negó con la cabeza. -Eso es imposible. Estabas solo cuando te encontramos esa mañana.

-Ella me dijo que la lleve a su casa y que posteriormente volví a la mía- él suspiro mientras su sonrisa se volvía más grande. -No sabe lo aliviado que me hace saber que no estuve solo en ese lugar oscuro y tenebroso.

Su madre negó con la cabeza, nuevamente, antes de fruncir el ceño. -No puedo creer eso. Me perturba un poco. Incluso aunque no sepa de quien hablas, no la escuches- tomo su libro, y trato de ignorar la mirada de su hijo.

-No quiere saber quién es- pico Genya, utilizando un tono de voz que sabía no se resistiría su madre. -Usted también la conoce.

La señora Shinazugawa dejo el libro con fuerza. -¿Qué?

-Es Nezuko. Kamado Nezuko.

.

Nezuko escribía el informe de una de las tantas juntas del Vicepresidente, cuando se sentía lo suficientemente cansada, inhalo profundamente y estiro sus extremidades esperando que el cansancio se desvaneciera un poco de su cuerpo.

La situación de tener cuidado que Sanemi no la viera con Genya ni que Genya le metiera ideas erróneas sobre el Vicepresidente, la tenía sumamente agotada.

Al abrir nuevamente sus ojos, observo a Sanemi trabajar arduamente en sus documentos mientras hablaba en ingles con diferentes ejecutivos, tenía un ritmo agotador y ella se preguntaba como ese hombre podía leer y hablar tanto en tan poco tiempo sin lograr cansarse.

"Lo superare. No hay nada que yo, Shinazugawa Sanemi, no pueda superar."

Las palabras que le había dicho antes de que se encerrara en su oficina, aun resonaban en su mente. Me pregunto que le paso al Vicepresidente, no era lógico que él le dijera esas palabras solo porque sí.

Sanemi siempre tenía una razón que justificaran cada oración que salía de sus labios, no eran palabras al aire. No concordaba con su personalidad tan lógica.

Brinco cuando su teléfono celular sonó, rápidamente lo tomo y sonrió cuando leyó el nombre en su pantalla. Contesto rápidamente mientras seguía escribiendo. -¿Si, señora? ¿Todo está bien?- la madre del Vicepresidente le contesto preguntado por su hijo. -Oh, Sanemi-san está en ocupado en una reunión en línea en este momento.

-Nezuko, ¿Podríamos reunirnos un momento?

-¿Perdón?- su sonrisa había desaparecido en el momento en que escuchó el tono apagado de la esposa del Presidente.

-Yo me encargare de Sanemi.

-Está bien.

Minutos después se encontraba tomando una taza de té en compañía de la madre de su jefe, ambas se encontraban en la sala de té de la gran mansión. La matriarca de la familia Shinazugawa la observaba con una pequeña sonrisa mientras jugaba nerviosamente con sus manos, sus largos cabellos del mismo color que su hijo caían libremente mientras reflejaban el brillo del sol.

-Secretaria Nezuko, debes estar ocupada. Lamento interrumpirte.

Ella negó con la cabeza mientras sonreía. -No se preocupe, señora.

La cara de la señora Shinazugawa inmediatamente cambio, su sonrisa se borró y su rostro perdió completamente el color. -Genya acaba de decírmelo. ¿Es verdad que estuviste en ese lugar con él cuando eran niños?

La seriedad y la tensión eran evidentes en la mama del Vicepresidente, Nezuko lo comprendía. Asintió con la cabeza mientras su sonrisa dejaba de ser tan amplia para pasar a ser una sonrisa pequeña, de empatía y comprensión. -Si, es verdad- inhalo profundamente y trato de que su tono no se cortara. -Era muy joven, así que no lo recuerdo muy bien, pero lo descubrí por coincidencia cuando leí uno de sus libros. Al leer las palabras del señor escritor lo supe.

-Podrías, tal vez, solo tal vez, ¿Hablarme un poco más a detalle del incidente? - pregunto la señora Shinazugawa con la voz rota.

Su sonrisa se borró al mismo tiempo que los vellos de sus brazos se erizaban, asintió con la cabeza e inhalo profundamente, sumergiéndose en el lago oscuro que era sus recuerdos del secuestro. -Era un cuarto estrecho y frio. Cuando me llevaron allí, un chico mayor parecía secuestrado mucho antes que yo, estaba en una esquina asustado- las palabras se atoraban en su garganta y las lágrimas comenzaban a acumularse, especialmente cuando recordó la imagen de un niño recargado en una pared mientras temblaba de miedo. -No lo recuerdo con exactitud, pero apenas me vio se enojó por lo tonta que era.

-"En verdad eres una tonta"- reclamo el niño después de que su secuestradora se fuera y cerrara la puerta.

-"No soy tonta"-replico Nezuko con un puchero, sus dos colitas se sacudieron de un lado a otro. –"Nezuko tiene cinco años y aun así puedo leer mejor que Nee-san Hanako."

-Debió de sentirse mal de verme atada igual que él. Y me consoló cuando estaba asustada- sus ojos se llenaron de lágrimas al igual que los ojos purpura de la señora Shinazugawa, trato de sonreír, pero no pudo. La mama de su jefe inhalo profundamente antes de dejar salir el aire entrecortadamente al mismo tiempo que una lagrima corría por su mejilla izquierda. Al ver esto Nezuko suspiro antes de tomar el pañuelo de su bolso. -Señora…

Le entrego su pañuelo y la mujer mayor le sonrió en agradecimiento. -Estoy bien, estoy bien. Por favor continua. ¿Qué paso después? ¿Cómo estaba mi Nemi?

Al escuchar ese nombre Nezuko abrió los ojos, su corazón se detuvo en su pecho y sintió nauseas. La señora Shinazugawa no había mencionado a Genya y el apodo cariño no concordaba con el nombre del escritor, solo concordaba con el nombre de una persona.

Sanemi.

Sus labios temblaron, pero al ver la preocupación en los ojos de la esposa del Presidente, sonrió forzadamente antes de comenzar a hablar. -Hasta donde recuerdo él estaba bien. Cuando salimos el me llevo a mi casa. Y nos prometimos volvernos a ver. En mi memoria, él siempre será alguien audaz y amable, que me protegió como a una hermana.

-¿No sintió frio en ese cuarto?- pregunto la señora Shinazugawa , con amor y culpa. -A él siempre le da frio.

Ella ladeo un poco la cabeza mientras recordaba los pequeños detalles que su cerebro podía recordar. -Hasta donde recuerdo, el utilizaba una camiseta color azul cielo y una chaqueta…

La señora Shinazugaea negó con la cabeza. -No era una chaqueta. Era un cárdigan- una pequeña sonrisa se asomó en sus labios mientras recordaba el aspecto de su hijo con ese pequeño cárdigan. Su voz se volvió dulce y amorosa. -Un cárdigan que fue hecho a la medida por el diseñador Jang Jeong Do, especialmente para él. Él es mi hijo, pero hablando de manera objetiva, verdaderamente le quedaba muy bien- rio ligeramente mientras otra lagrima escapaba de sus ojos. -No tienes idea de lo lindo que se veía ese día cuando salió de la casa con ese cárdigan puesto- pero su felicidad duro poco. Su sonrisa se borró inmediatamente y sus ojos se llenaron de lágrimas. Tuvo que inhalar profundamente para poder hablar de nuevo, aunque su voz estaba rota, llena de culpa. -Si tan solo le hubiera dado un abrigo más caliente… Por lo menos, él no habría sentido frio…. Aquellos pensamientos… Rompieron mi corazón esos 3 días que estuvo desaparecido.

-Señora…- susurró la pelinegra, sintiendo su corazón romperse.

-Después de ese incidente, fue como estar viviendo en un infierno para mi familia. Donde fuese que ambos estuviesen, no importaba la habitación, Genya iba a Sanemi como si quisiera matarlo, y Sanemi no sabía que hacer mientras miraba a su hermano… Era tan duro para mi verlos a ambos.

Nezuko apretó los labios antes de tomar valor y preguntar. -Señora, bueno… Perdóneme por preguntarle esto, pero, escuche que el Vicepresidente perdió algunos de sus recuerdos de la infancia. ¿Cómo ocurrió?

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien, que todo esté en orden en su vida.

¿Perdona que dijo la señora Shinazugawa? ¿Nemi? ¿Sera que...? No voy a decir más, yo solo dejo que ustedes aten cabos, aunque creo que es obvio. Como sea, gracias por todo ya llevamos 30 capítulos, dios, no lo puedo creer. El siguiente capítulo por fin va a suceder muchachos, por fin podremos festejar. ¡Muchas gracias por todo el amor que me dan! ¡Espero les haya gustado el nuevo capítulo!, si es así me encantaría que me dé dejaran un comentario lleno de amor.

Sigo en paro... Bueno en realidad son vacaciones, pero terminan este viernes, ya veremos lo que sucede cuando regrese de vacaciones. Si sigo en paro, seguramente suba un capítulo este fin de semana... Cuídense mucho, por favor, sigan las medidas de seguridad, y sobre todo no bajen la guardia. Los amo con todas mis fuerzas, y espero leernos pronto.

Con amor, la secretaria Fer.