¡Viernes!

¡Viernes!

¡Por fin!

Por fin el bendito viernes ha llegado.

El humor de Kuon, perdón, el humor de Ren había mejorado considerablemente. La semana había sido larga, no, más bien... ¡Interminable!

Ya estaban en un taxi para el aeropuerto de Seúl, solo eran dos horas y veinte minutos de vuelo, pero ya no podían esperar por aterrizar en su hogar, dulce hogar... No, no era el lugar, era por ser donde se encontraba ella.

"Kyoko..."

Él estaba demasiado feliz.

Y vaya que tenía sus motivos.

Rememoraba cada palabra de ella, en esa llamada, la noche del martes.

Al principio esa charla no fue muy agradable.

¿Por qué?

Kyoko, lo hizo, le contó todo, absolutamente todo sobre la descabellada "travesura" del presidente.

¡Tenía que estar loco!

¡Meter a Fuwa a LME!

A Kuon ya le enfermaba tener que respirar su mismo aire en el estudio de Demonds Heaven.

Le dejaba un amargo sabor en la boca saber que ella y él compartían el mismo ambiente.

Si aun cuando él estaba ahí para controlar la distancia entre ellos dos ya estaba irritado... ¡¿Cómo se supone que debería de estar cuando su "querido" jefe, a quien creyó alguna vez una especie de "aliado", acababa de meter a ese sujeto en la compañía?!

¡Y no!

¡No!

¡No solo eso!

¡¿Cómo se le ocurría hacer tal estratagema para que el oxigenado y Kyoko trabajen juntos?!

¡Y mientras él no estaba!

¡Y para colmo le prohibió a ella contárselo!

Kuon tenía ganas de tener de inmediato una "seria charla" con Lory, pero antes de meditarlo más escuchó un nervioso silencio, y lo sabía.

¡Lo sabía!

La asustó con su oscuridad, otra vez lo hizo.

Intentó relajarla, al mismo tiempo que él intentaba hacerlo. En verdad intentaba controlarse; después de todo, ella se estaba abriendo... ¡Se estaba abriendo!

«Kuon, sé que esto es muy fácil de decir y muy difícil de hacer pero... Confía... Confía en ella... ¡Mírate! Ni si quiera están saliendo y ya estás así solo por una aparición en televisión... Kuon, ¿Sabes cuantas veces he tenido que aguantar que tu madre trabaje con sus exparejas, pretendientes y amigos que quieren ser más que amigos?»

Mientras iba diciendo parecía que iba recordando pues su expresión se tensaba cada vez más.

«¡Incluso hizo escenas de cama cuando apareció en una de las películas de James Bond!»

Le dio un golpe a la mesa con ambos puños.

«¡Y el actor protagonista era su novio de la secundaria!»

Le dio otro golpe a la mesa, pero miró a su hijo que estaba inexpresivo, tal vez un poco sorprendido y asustado, por lo cual suspiró y volvió a concentrarse y a relajarse para así seguir aconsejando a su Kuon.

«Pero... Pero, confío en sus decisiones, confío en sus principios, en su fortaleza, en lo cuanto que la conozco, confío en ella y en su amor...»

Kuu miraba con anhelo al paisaje, seguro pensando en la mujer de su vida, su esposa, Kuon se imaginó lo maravilloso que sería que lograse tener con Kyoko la suerte de sus padres, entonces Kuu regresó a lo que iba.

«Ahora, sé que no puedes tener esa confianza porque no tienen nada y es que esa chica evade el amor, pero confía en lo que has logrado hasta ahora. Algo así como una evaluación de lo que has ganado hasta ahora, tómalo como eso. Además, uno en el amor puede hacer de todo... Uno puede hacer todo lo posible, pero sin importar eso hay cosas que ya no dependen de lo que uno haga»

Su padre soltó un largo suspiro y lo miró con seriedad.

«Lamento decírtelo, hijo, pero si es que con solo esa pequeña cercanía algo vuelve a nacer entre ellos, entonces eso ya no depende de ti... Kuon, no siempre tienes que ser tú el que lo dé todo, porque el amor es de dos, hijo, y aunque no esté enamorada de ti, con esto veremos si al menos te has ganado un espacio en su corazón. Y la verdad, por lo que me cuentas y por otras cosas, estoy seguro que está ahí y es grande. Ahora solo haz lo que tengas que hacer, todo lo que puedas hacer para entrar a su corazón, y por lo demás no tienes que preocuparte. Tan solo confía, Kuon. Ella te contará todo. Estoy seguro de que lo hará, y cuando suceda verás que es porque tengo razón.

Kuu sonrió pero ante la sonrisa demasiado ilusionada de su hijo lo miró con seriedad y le advirtió.

«Sin embargo, no te prometo que eso quiera decir que se esté enamorando de ti. Es decir solo demostraría que sí que eres importante para ella, lo suficiente como para querer darte explicaciones y no quejarse cuando las pides... ¿Al menos por el momento eso es suficiente para ti, no?»

Mientras ella hablaba, las palabras de su padre resonaban en su mente y corazón. Sentía una alegría que iba creciendo mientras la vela de la esperanza se encendía. Eso considerando que le prohibieron hacerlo, le prohibieron contárselo, y ella era muy responsable y obediente... ¡Pero le estaba contando!

Y se emocionaba más con cada palabra de ella, con cada frase de la narración de su día de trabajo con Fuwa; eso cada vez más alentado por los comentarios como:

«... Ya soy libre de toda atadura que me unía a él... Simplemente ya no tengo sentimiento alguno por él, ni positivo ni negativo... Nada. Ya no tiene ninguna influencia en mí, ya ni me importa si reconoce o no mi éxito, su opinión ya no tiene ningún significado para mí... Trabajar con él, ahora, es como trabajar con cualquier extraño...»

Kuon estaba en la misma gloria, le estaba dando explicaciones sin que él le pida, como si lo considerase a él como alguien con derecho a pedirlas... Como si... ¡A ella le importara!

Y no solo eso. No. Justo ahora le estaba diciendo que ya no le importaba nada Fuwa.

De pronto la sombra que lo atormentaba había desaparecido.

Se quería reír por la ternura de ella, parecía algo nerviosa y temerosa por su reacción. Ella se estaba abriendo a él, por lo que cuando terminó de hablar, con un profundo amor desbordándose en su tono le agradeció por contarle, por su sinceridad. Entonces, de repente sucedió, se quedó en silencio, un silencio de mala espina, le preguntó si había algo más que comentar y ella dio la última estocada.

«... Lo besé...»

Kuon apretó los puños y casi revienta el vaso con agua que tenía en la mano.

Ella al instante comenzó a explicarle las cosas algo desesperada.

Exclamó que era solo por trabajo, que no rompió la regla del corazón del actor y que solo se dejó llevar por el personaje. Repitió una y otra vez que solo fue un asunto sumamente profesional y de obligación.

Poco a poco su humor se fue calmando porque lo sabía, ella era sincera y le estaba explicando aunque él no le pedía explicación.

Le estaba dejando en claro que Sho no era nada para ella, le importaba dejárselo en claro... Y era casi... ¡Era casi como una novia dándole cuentas a su novio para que no se ponga celoso!

Y la esperanza no se hizo esperar, se relajó y sonrió como nunca antes.

«Te creo, Kyoko, te creo... Confío en ti...»

Ella del otro lado de la línea suspiró de alivio, pero al escuchar su nombre y lo que siguió se quedó helada, sin aire, sin palabras, sin pensamientos, nada, no podía reaccionar de ninguna forma. Kuon entonces se quedó esperando respuesta, y cuando notó que tal vez había tentado mucho a su suerte, decidió hablar, y justamente antes de hacerlo ella reaccionó al fin y muy apurada se despidió.

Al día siguiente, Miércoles, no hubo más comunicación que un:

«Buenos días, Tsuruga-san, hoy voy a filmar Demonds Heaven todo el día... Aunque en realidad serán más que nada escenas de Kijima-san y Chiori... Debo decir que es divertido como se enfrentan... Maria-chan te extraña, me invitó a ver un recital de su escuela, ella será la protagonista Dice que quisiera que tú también vayas... Le prometí que la filmaría y te enviaría el vídeo... Espero que desayune bien... Y que tenga un lindo día...»

"Te prometo que lo tendré por tu mensaje."

Pensó en ese momento.

Trató de llamarla pero no respondió, seguro porque su jornada había comenzado y ella era imparable. Así que decidió tentar a su suerte una vez más, escribió su pensamiento anterior y se lo envió.

Él también comenzó con lo suyo, aunque no podía sacarla de su mente en ningún momento.

Pensaba en lo del beso, el que Lory interrumpió y se preguntaba una vez más si ella de verdad no lo hubiese rechazado, si tal vez estaba logrando el entrar a su corazón... Pero no quería arriesgarse aún a sacar conclusiones apresuradas, de todas formas iba a seguir en consejo de su padre, no retroceder más, no mirar a los lados, solo avanzar y avanzar, paso por paso. Y el siguiente paso era acercarse aun más, solo que esta vez ya no como "senpai", ni como "amigo", no se escondería más tras esos títulos. Iba a hacer que ella se abra más con él tanto como él lo hará con ella, y así decirle quien es en realidad.

«Buenos días. Hoy mi día va a ser algo pesado y también lamento no estar ahí. De todas maneras, tener el protagónico es maravilloso, dile a María-chan desde ya que tiene todo mi apoyo y que estoy orgulloso de ella... Apenas llegue a Japón iré a jugar con ella, se lo prometo, y además...Te prometo, Kyoko, que tendré un día mucho más que lindo y el mayor responsable será tu mensaje»

Las modelos, extras y otras actrices coreanas le coqueteaban, le hablaban, incluso le tocaban; pero él las ignoraba y por su indiferencia terminaban alejándose decepcionadas, mientras Yashiro reía disimuladamente.

Sin embargo, ese día Lory de nuevo actuó en su contra, le prohibió a Yashiro adelantarse a Ren en volver a Tokio.

Yashiro le dio la noticia algo nervioso, pero Kuon reaccionó de forma que no esperaba, comprendió y aceptó.

"Confío..."

Aunque, claro, eso no quitaba el hecho de que Lory tendría que prepararse para cuando Kuon volviese.

En la noche, aproximadamente a las siete, recibió un mensaje:

«Buenas noches, Tsuruga-san, espero se haya alimentado tan bien como en el almuerzo... Ya vi el vídeo, tiene que alimentarse, pero no se lo tome tan en serio... ¿Está bien, verdad? Dígale a Yashiro-san que no se pase... Oh, el recital está por comenzar, el enviaré el vídeo... Hasta luego»

Kuon se sintió un poco decepcionado, para variar ella ignoró por completo el mensaje que le envió y lo que decía y lo que esa frase significaba... Y él que pensaba que había sido muy directo. Ya no sabía si lo hacía por naturaleza o era un rechazo indirecto. Pero no, no se iba a rendir, claro que no... Cuando se la encuentre va a hacérselo saber.

«Buenas noches, Kyoko, gracias, muchas gracias por tener compasión de mí, le informaré a Yashiro... Y estaré esperando por el vídeo.»

Le mostró, es decir, le restregó en la cara el mensaje a Yashiro. Ante lo cual a regañadientes su representante prometió no volver a ordenarle un almuerzo familiar. Esa noche también filmaron escenas nocturnas, así que Kuon solo volvió a su habitación a las cuatro de la mañama. Recién entonces vio el vídeo que Kyoko le mandó. Casi se derretió cuando, antes de que empiece el show, vio que Kyoko se filmó a si misma saludándolo. Se veía tan linda que podía ser un crimen. No obstante, también le enfadaba que ella ni cuenta se daba de que los hombres a su alrededor la admiraban.

Lory también saludó nervioso a la cámara, nervioso porque tenía la consciencia sucia, o eso era lo que pensó Kuon cuando lo vio.

Posteriormente vio la actuación de María, tenía talento, mucho talento y sin dudarlo le compraría un regalito a su pequeña admiradora para felicitarla.

Al terminarse de reproducir el video, diviso un mensaje que lo dejó petrificado.

«Eso fue todo, Tsuruga-san, buenas noches y dulces sueños... Como los que tendré yo soñando con usted »