Sara sintió una paz interna que hace mucho tiempo no sentía. Lo que Ava acababa de hacer por ella significó el mundo entero. De un momento para otro había conseguido apagar todas las inseguridades que tenía acumuladas por sus traumas. Su corazón saltó de alegría en su pecho ante el hecho de que alguien pudiera hacerla sentir bien.
Ava le sonrió y ella le devolvió la sonrisa. La otra chica la estaba mirando con una intensidad que no podía comprender del todo, pero la apreció. Era hermosa. Y en ese momento, se dio cuenta que Ava no solamente le gustaba, sino que se estaba enamorando de ella.
La otra chica interrumpió su revelación mental, cuando comenzó a acercarse a ella. Sara pensó que iba a besarla, así que cerró los ojos ante la anticipación.
Sin embargo, el beso nunca llegó. Charlie, Mona y Zari interrumpieron el momento, demandando que fueran a jugar con ellas al voley.
Sara ignoró sus sentimientos por el resto del día y el día siguiente. El domingo, después de la merienda, las chicas y ellas volvieron a Starling.
A la noche, cuando se acostó, no podía dejar de ver la foto que Ava le había sacado y pensar en todo lo que le hacía sentir. Ella no quería enamorarse, no cuando la otra chica no gustaba de ella y cuando la amistad que tenían era muy linda como para perderla. Sara ignoró sus sentimientos y decidió subir la foto a instagram.
saralance Dibujaste estrellas sobre mis cicatrices, y entonces el mundo pareció un lugar menos terrible.
El único like que le importó recibir fue el de Ava. Y cuando lo recibió sintió que su corazón explotaba de amor.
Al otro día, cuando estaba haciendo unas compras en el supermercado, se le ocurrió una idea: cambiar su color de cabello. Agarró una tintura color fucsia y luego de comprarla se dirigió a lo de Zari.
— Hola. — La saludó Zari cuando abrió la puerta. — ¿Qué haces acá? — Preguntó con curiosidad porque no habían quedado en verse ese día.
— Estoy para que cumplas tu promesa. — Respondió ella, sacando la tintura de la bolsa de compras. — Quiero cambiar mi color de cabello. — Agregó a modo de explicación.
— Bien. — Aceptó Zari, dejándola pasar a su casa. — Pero, será mejor que llamemos a alguien que entienda de estas cosas. — Sugirió.
Zari llamó a Charlie, ya que ella entendía de moda y looks. La madre de Charlie tenía una peluquería, así que ella había aprendido a teñir el cabello, hacer peinados y cortes, y hacer manicuría. Al rato, Charlie llegó dispuesta a ayudar.
Mientras Charlie se encargaba de arreglar su cabello, Zari se encargó de musicalizar el momento. Charlie no sólo le tiñó el cabello, sino que se lo lavó, le hizo un baño de crema y se lo secó.
— Listo. — Dijo Charlie cuando finalizó todo el proceso. — Te queda hermoso. — Apreció.
— Me encanta. — Coincidió Zari con Charlie.
Sara se miró al espejo y se encontró maravillada con la imagen que pudo ver. El color fucsia se veía genial en su cabello. Sonrió ante eso, porque había hecho una buena elección.
— Gracias. — Agradeció ella a sus amigas. — Me gusta, es lo que quería. — Les dejo saber con una sonrisa.
Aprovechando que ya estaban juntas fueron a cenar a una pizzería cercana. Lo más lindo de las vacaciones de verano era que podían hacer ese tipo de salidas, sin preocuparse por los horarios. Sara ocupaba sus días trabajando, e intercalando sesiones de skate y salidas con sus amigos, y entrenamientos con Jennifer y Nico en el gimnasio de Maze.
Después de la cena, cada una se fue para su casa.
— Sara. — Dijo su madre al encontrarse ambas en el pasillo. — ¿Qué le hiciste a tu cabello? — Preguntó, observándola con curiosidad.
— Me cambié el color. — Respondió ella.
— Fucsia no es un color que me guste, pero te queda bien. — Dijo Dinah y se dirigió a la cocina.
Sara soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo en sus pulmones. No estaba acostumbrada a recibir comentarios de ese estilo de su madre, pero escuchar eso de parte de ella era lo más parecido a un halago.
Al otro día se encontró con Jennifer y Nico en el gimnasio para entrenar juntas. Ambas chicas halagaron su nuevo color de cabello. Luego, se dedicaron a boxear.
— La semana que viene tenemos día de competencia. — Les recordó Jennifer.
— Si, todas sabemos eso. — Afirmó ella.
— Es solo que la última vez te dejaste perder. — Dijo Jennifer, volviéndose hacia Sara. — ¿Eso quiere decir que vas a seguir peleando y no perdiendo a propósito? — Pidió saber.
— Voy a pelear. — Asintió ella.
— ¿Llegaste a un acuerdo con tu madre y Malcolm? — Preguntó Nico.
— Algo así. — Respondió ella y dio un largo suspiro. — Me van a dejar en paz mientras intente ganar todas las peleas. — Informó.
— ¿Y si no ganas todas las peleas? — Cuestionó Jennifer, algo preocupada.
— No lo sé. — Contestó ella con sinceridad.
Después del entrenamiento fueron a tomar un helado e hicieron una sesión de fotografía, porque les parecía que el nuevo look de ella daba para sacar fotos de estética urbana. Sara finalmente se decidió a subir una que le sacaron con una pared llena de graffitis.
saralance Pink, is my new obsession (el rosa es mi nueva obsesión)
A los minutos ya tenía más de sesenta likes y muchos comentarios de sus amigos.
magnusbane sos hermosa
ztomaz todos digan gracias xcharliex por el nuevo look
jaxjackson ztomaz xcharliex me encanta! las amo
avasharpe me muero! Se ve genial!
wallywest El fucsia te sienta TAN BIEN!
xcharliex avasharpe tal vez deberíamos probar un cambio de color vos también ;)
amysharpe Que linda! Yo también quiero el cabello fucsia
avasharpe amysharpe primero tendrías que convencer a mamá pequeña :'D
A la semana siguiente Sara se encontró nuevamente en Amazó, era domingo de lucha libre. Tenía que ganar todas sus peleas, así que se concentró en eso. Su semana había sido rara, porque en ella había estado la fecha de cumpleaños de su padre. Ese día lo había vivido ausente de la realidad. Pero, ahora estaba presente. Y necesitaba concentrarse. Así que descargó todo su dolor en las peleas. Usó la bronca y la impotencia que sentía, y la convirtió en fuerza.
— Eres fuego. — Comentó Jennifer.
— Totalmente, estás encendida hoy. — Apreció Nico.
— Si, necesito ganar. — Argumentó ella.
— Vamos, que te queda solo una pelea. — La animó Nico.
— Dale, fuerzas, vos podés ganar. — Dijo Jennifer con convicción.
Sara entró al ring para tener su última pelea del día. Le tocaba pelear contra Mia, o mejor dicho "estrella verde". La pelea fue pareja, ambas eran muy habilidosas.
En medio de la pelea, vio algo que la hizo distraerse. Ava estaba en la tribuna.
¿Cómo era eso posible?
¿Qué hacía allí? ¿Qué iba a pensar de ella? ¿Iba a mantener su secreto? ¿Se iba a enojar? ¿Iba a querer seguir siendo su amiga cuando le había ocultado algo tan importante? Las preguntas invadieron su mente, haciendo que le fuera difícil respirar.
Esa distracción la hizo perder el hilo de la pelea y recibir un golpe en su cara, que la hizo caer al piso. Le costó unos segundos reaccionar, pero finalmente lo hizo y se levantó.
La pelea no estaba perdida todavía y necesitaba ganar. Concentró todo el pánico que sentía ante el hecho de que Ava había descubierto su secreto y lo usó para pelear. Pensó en su padre, en su hermana, en Damien Darkh, en su madre y los secretos que la hacía tener, en su maltrato; en Ava, en las leyendas, en todos sus amigas y amigos… y peleó.
Descargar sus sentimientos en la pelea resultó ser apropiado, porque de esa manera pudo ganar.
Eso significaba que había ganado sus cinco peleas del día y eso la hizo tranquilizarse un poco. Por lo menos tenía una preocupación menos, ya que no tendría que lidiar con Malcolm y su madre. Pero quedaba Ava… y le daba terror el hecho de no saber qué iba a pasar entre ellas ahora que este secreto estaba al descubierto.
Cuando salió del vestuario, Ava la estaba esperando. Ella se acercó con la intención de que pudieran conversar, pero…
— Sara, vamos. — Indicó su madre.
— Pero… — Comenzó a protestar ella.
— Vamos, no me hagas repetirlo otra vez. — La interrumpió Dinah, con seriedad.
Sara le dedicó una pequeña mirada a Ava donde expresaba sus disculpas, y siguió a su madre. No entendía cuál era el mal humor de Dinah. Ella había ganado todas las peleas, Dinah tendría que estar contenta.
En el auto, camino a la casa, descubrió cuál era el motivo del mal humor. Al parecer Malcolm se había cruzado con unos compañeros de una pandilla de la que había sido parte en Amazó, y eso no le había causado ninguna gracia a Dinah. Ella no quería que volviera a tener negocios con otras personas, quería que el negocio lo mantuvieran entre ellos nada más. Ambos discutieron todo el camino, pero Sara no les prestó atención.
Cuando llegaron a la casa Sara se fue a su habitación y por fin pudo revisar su celular.. Eran mensajes de whatsapp de Ava.
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Ava:
Por qué no me dijiste que hacías lucha libre?
Por qué no me dijiste que eso era Amazó cuando te pregunte?
Estás bien?
Qué quería tu madre?
Sara contestame por favor
tenemos que hablar
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Sara:
Perdón
Mamá está de mal humor y quería que nos fuéramos
Podemos hablar
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Ava:
Puede ser ahora?
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Sara:
Si, pero personalmente
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Ava:
De acuerdo.
Dónde?
Yo estoy en lo de Astra
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Sara:
Puedo ir a lo de Astra
O podemos encontrarnos en Danver's Dinner
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Ava:
Danver's Dinner
Salgo para allá
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Sara:
Ok, yo también
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Sara cerró la puerta de su habitación con llave, agarró su skate y salió por la ventana. Patinó hacia Danver's Dinner y cuando llegó ocupó una de sus mesas favoritas de afuera. Mientras esperaba a Ava ordenó un par de licuados, ya que sabía los gustos favoritos de la otra.
Ava llegó y se sentó frente a ella. Le agradeció por el licuado y ambas se dedicaron a tomarlos en silencio por unos minutos. La ansiedad y la espera la estaban matando a Sara, pero no sabía cómo empezar la conversación. Así que esperó a que la otra fuera quien tuviera la iniciativa.
— Entonces. — Dijo Ava rompiendo el silencio y aclarándose la garganta. — ¿Me vas a contar de Amazó? — Cuestionó.
— Es un lugar de lucha libre clandestina. — Respondió ella.
— Si, eso ya lo sé. — Asintió Ava.
— ¿Cómo supiste de Amazó? ¿Por qué esperabas encontrarme ahí? — Preguntó ella con curiosidad.
— Por Grace. — Informó Ava. — Lo que quiero y me interesa saber es a cómo llegaste a competir allí. — Volvió la conversación hacia el tema que le interesaba.
— Llegué por Malcolm. — Dijo ella, jugando con el sorbete de su bebida para calmar sus nervios.
— ¿Él es quien te hace pelear? — Preguntó Ava.
— Y mamá. — Respondió ella.
— ¿Te obligan o te lo dieron a elegir? — Pidió saber Ava, poniéndose muy seria.
— El dinero que dejan las peleas es bueno, así que… — Intentó expresar ella que eso era una obligación sin usar esas palabras exactas, porque le daba cierto temor.
— Entonces es una obligación. — Terminó Ava por la otra. — ¿Desde cuándo? — Preguntó.
— Desde que vivo con ellos. — Contestó ella con sinceridad.
— Esto no está bien Sara. — Dijo Ava con preocupación.
— Pero soy buena haciéndolo y el dinero que gano los ayuda. — Retrucó ella, algo defensiva.
— Pero eres menor y puedes salir lastimada. Deberíamos hacer algo. — Expresó Ava su opinión.
— Por favor no, no podemos hacer nada. — Pidió ella en tono suplicante. — Si hacemos algo, sería peor. Dinah y Malcolm no me lo perdonarían. — Argumentó.
— No es justo. — Protestó Ava.
— Nada en esta vida es justo, ya estoy acostumbrada. — Dijo ella, sonando algo fatalista y frustrada.
— Eeyy, yo estoy para vos. — Intentó animarla Ava, y estiró su mano sobre la mesa para poder agarrar la de la otra.
— Es mejor no hacer nada, ya me queda poco tiempo con ellos, menos de un año. Cuando me vaya a la universidad no pienso verlos más. — Dijo ella, de un modo algo suplicante.
— Por ahora voy a respetar tu pedido de no hacer nada, pero tenés que prometerme que si las cosas se ponen peor me vas a avisar y vamos a hacer algo al respecto. — Le pidió Ava.
— De acuerdo, creo que puedo intentarlo. — Aceptó ella, aferrándose a la mano de la otra con fuerzas.
— ¿Y puedo ir a ver alguna de tus peleas? — Preguntó Ava con curiosidad.
Eso la hizo reír. Sara jamás se habría imaginado que si alguno de sus amigos se enteraba de sus competencias de lucha libre, iba a querer verla pelear. Y así, pasaron un largo rato hablando de la lucha libre. Sara le explicó las reglas y le contó sobre algunas de sus peleas.
