Naboo.
Ben estaba en uno de los jardines del palacio con Leia cuando vieron llegar una nave desconocida y aunque no sintío peligro alguno se puso en alerta hasta que vio a quienes bajaron de ella.
Eran el viejo Lando y Chewie que al ver a Leia fueron directo hasta donde estaba.
Chewie la abrazó feliz de verla de nuevo y Lando también saludó, pero de pronto pusieron atención al hombre que estaba cerca.
- ¡Pero mira nadamás a quien tenemos aquí! - Ben se vio envuelto en un fuerte abrazo que le sacó el aire de los pulmones - ¡Hijo, estás hecho todo un hombre ya!
- Señor...
- ¿Cuál señor? Soy tu tío Lando, eso no ha cambiado.
- Lo siento tío, yo...
- Lo se, no tienes que decirlo, eso ya quedó en el pasado, ahora lo que quiero es conocer a esa valiente mujer que se casó contigo y a tu hijo.
- En un momento viene, Chewie yo quiero pedirte...
El wookiee tampoco lo dejo hablar, lo levantó en el aire en un abrazo lleno de pelos y de mucho cariño y con un gruñido también le dijo que seguía siendo su tío, Ben sentía que no era merecedor de tanto cariño pero correspondió de igual manera.
- Yo también te quiero mucho bestia peluda.
Se quedaron charlando unos minutos hasta que llegó Rey con el bebé, Lando y Chewie se acercaron a conocerlo y a bromear con ella acerca del parecido que tenía con Ben.
- ¿No es un clon? - preguntó Lando con el ceño fruncido.
- ¡Claro que no! - exclamó Rey
- ¿Y las orejitas?
- ¡Lando!
- ¡Tío!
Dos gritos y un gruñido se escucharon y Lando sonrió sin sentir culpa alguna.
- ¡Solo preguntaba! - se puso serio y tocó la cabecita del bebé - me alegro mucho por ustedes.
- Gracias señor.
- Dime Lando o tío si quieres.
Después de eso la plática fue por otro rumbo y Ben se fue a un lado con Lando a discutir temas sobre algunos planetas que necesitaban ayuda y también le pidió ayuda para empezar a construir el nuevo castillo de Maz, ya era tiempo de pagar esa deuda, Lando y Chewie aceptaron ayudar pero se quedaron una semana con ellos y después se fueron a poner en marcha el proyecto y a recorrer la galaxia en busca de aventuras.
Dos meses despues del nacimiento del bebé Rey había empezado a entrenar con Ben tres veces por semana y aunque las primeras veces había sido un poco difícil avanzaba rápido.
En ocasiones Ben la reprendía porque se desesperaba pero en general era un buen maestro.
- No te precipites Rey, piensa antes de atacar - le dijo un día que ella estaba visiblemente alterada pues ya la había derribado un par de veces.
- Antes no era tan torpe.
- No eres torpe, solo te falta un poco de práctica, estuviste varios meses inactiva.
- Valieron la pena.
- Entonces deja las quejas a un lado y levántate.
Rey se levantó al instante y se puso en guardia, observó la postura de Ben, sus gestos, la mirada y el leve movimiento que hacía con el pie izquierdo antes de atacar.
- Relájate, estás muy tensa ¿Recuerdas cuando nos enfrentamos la primera vez?
- Si.
- Te acorralé junto al precipicio porque solo atacabas a lo loco, hasta que te conectaste con la fuerza.
Tenía razón, Rey recordó ese día, había estado asustada hasta que había confiado en si misma. Cerró los ojos y respiró tranquila.
Ben aprovechó para atracar pero ella lo sintío y detuvo el golpe, empezaron a atacarse uno al otro haciendo que los sables chocaran y lanzaran chispas, Leia, las doncellas que cuidaban al bebé, los caballeros y otras personas que observaban de lejos estaban sorprendidos por la sincronía de los movimientos de ambos.
- Parece que están danzando - observó Maz que se iba uniendo al publico.
- Si, es verdad - Leia no perdía de vista a la pareja.
- ¿Quien crees que gane?
- No hay vencedor aquí Maz.
- ¿Cómo lo...?
Maz se quedó callada al ver que el enfrentamiento había terminado en empate pues el sable de Rey estaba cerca de la cintura de Ben y el de él estaba cerca del cuello de ella.
- ¡Vaya!
Sin poner atención al inesperado publico Ben veía a una agotada Rey con una sonrisa.
- ¿Y bien? - le preguntó después de apagar el sable.
- Tienes razón, me hace falta práctica.
- Muy poca en realidad.
- ¿Tu crees?
- Si, ahora vamos a meditar un poco, necesito ayuda en eso, tú eres mejor que yo.
- Hay algo que quiero hacer aparte de seguir entrenando Ben.
- ¿Que cosa?
- Mi sable, ya lo pospuse mucho, además esto de ser la Padawan de mi esposo es un poco ridículo.
Ben no pudo reprimirse y rio a carcajadas antes de abrazarla.
- Está bien, vamos a dejar el entrenamiento por unos días para que puedas hacer tu sable.
Al otro día por la mañana Rey estaba en un salón alejado del palacio, necesitaba tranquilidad y ahí no había nadie .
- ¿Estás lista? - preguntó Ben que tenía al bebé en brazos.
- Si señor, cómo dije ayer ya es tiempo de hacerlo.
- Entonces Nahiel y yo te vamos a hacer compañía de lejos por si haces explotar algo.
- Gracias por la confianza.
- Se que lo harás bien Rey, no te presiones, hazlo con calma.
Rey fue dejando en la mesa las partes de su báculo que había decidido usar más otras que Ben le había dado, así fue como empezó la construcción de su sable, todos los días durante una semana dedicó unas horas a eso, mientras Ben se hacía cargo de su hijo.
No fue fácil pero mantuvo la calma y día con día fué avanzando poco a poco, solo se detenía cuando era el momento de darle su alimento al nene pues eso era muy importante.
Cierta noche cuando ya estaba lista para dormir Ben le preguntó cómo iba.
- Creo que en un par de días estará listo.
- Me alegro, Nahiel te ha extrañado.
- Y yo a él, sobre todo cuando ya se va llegando la hora de su alimento, los pechos me empiezan a doler.
- Lo siento - Ben la abrazó por la espalda, la tocó con suavidad y los pezones se le pusieron duros al instante.
- ¿Ben?
- ¿Que mi cielo?
- ¿Por qué ya no me tocas ni me besas los pechos cuando hacemos el amor? - se dió la vuelta para mirarlo de frente y él se apoyó en el brazo
- Porque por el momento son del bebé, mientras lo estés alimentando es terreno prohibido para mí pero creeme es muy difícil reprimir el deseo de...
Se acercó lentamente y los besó con suavidad sin tocar los pezones.
- Gracias.
- Ya habrá oportunidad para disfrutar más a fondo.
Rey asíntio y se acomodó en sus brazos para dormir un poco antes de que el bebé despertara.
Lana estaba terminando de preparar la cena con las porciones que Danien había conseguido ese día cuando su mirada se posó en la muñeca, dejó todo por un momento y se acercó a tomarla.
- Mi niña, cuánto siento todo lo que sufriste, perdóname.
Una lágrima que escapó de sus ojos fue a dar a la muñeca y su lamento llegó hasta un planeta lejano.
Rey se sentó de repente en la cama despertando a Ben que al momento se puso en alerta.
- ¿Que pasa mi amor?
- Yo... - sentía que el corazón se le salía del pecho y no podía casi hablar - tengo que...
Ben la abrazó hasta que estuvo más tranquila y solo entonces le preguntó de nuevo.
- ¿Rey que pasa?
- Tengo que ir a Jakku Ben.
- ¿A Jakku? - la sorpresa en el rostro de Ben era genuina pues Rey había mencionado Jakku solo un par de veces desde que estaba con él.
- ¡Por favor! Tengo que ir, yo... - sin poder evitarlo empezó a llorar.
- Ssshhh, ya mi amor, no llores, claro que iremos.
- ¿Si? - Ben limpió sus mejillas húmedas .
- Si, el día que termines de hacer tu sable nos vamos a Jakku, te lo prometo.
Más tranquila Rey se volvió a acostar pero no sé durmió y Ben que podía sentír su inquietud se dedicó a abrazarla.
Dos días después Rey terminó de ensamblar todas las piezas de su sable láser y una enorme sonrisa apareció en su rostro, llamó a Ben con sus pensamientos y él apareció un par de minutos después.
- ¡Mira! ¡Lo terminé!
Ben observó el diseño del mango y le pareció que era muy del estilo de Rey, perfecto para ella.
- Bien, ahora debes activarlo, ten cuidado.
- Si.
Con un poco de temor Rey encendió su sable por primera vez y volvió a sonreír feliz cuando la hoja color amarillo se desplegó frente a ellos.
- Lo hiciste muy bien Rey y creo que ya es el momento - dijo Ben con un suspiro de resignación.
- ¿El momento para qué?
- Para eso...
Los fantasmas de la fuerza se hicieron presentes y Obi-Wan miró a Ben con los brazos cruzados.
- Tengo la impresión de que no te caemos bien muchacho.
- ¿No me diga?
Yoda ignoró el intercambio y avanzó hasta donde estaba Rey.
- El ciclo completo está, una Jedi eres.
- Maestro.
- La paciencia es una virtud joven Rey y tú recompensa llegó, un último viaje te espera.
Yoda se desvaneció antes de que Rey pudiera preguntar algo pero Obi-Wan no pudo escapar a tiempo y Ben aprovechó para incordiarlo.
- ¿Por qué siempre habla en clave?
- Así es él Ben Solo, pero con el tiempo te acostumbras.
Cuando Obi-Wan se desvaneció, Ben se acercó a adónde estaba Rey contemplando su sable.
- ¿Estás bien?
- Si, estaba pensando.
- ¿En qué?
- Lo que dijo el maestro Yoda del último viaje.
- Tal vez se refería al viaje a Jakku.
- ¡Es verdad! ¿Cuando nos vamos?
- Ahora mismo si tú quieres.
- ¡Si! - Rey se colgó del cuello de Ben que la levantó en el aire y dió vueltas con ella - gracias mi amor.
- Ya sabes que puedes pedirme lo que quieras Rey.
- Entonces busquemos a nuestro hijo y vámonos.
- Vamos.
Un par de horas después tenían todo listo para el viaje y se estaban despidiendo de Leia y Maz cuando alguien de quien no habían tenido noticias en meses llegó de improviso sorprendiendo a todos.
- ¡Luke!
- Leia - el recién llegado veía a Ben y a Rey que estaban a unos pasos.
- ¿Que haces aquí? ¿Por qué te fuiste sin despedirte?
- Yo...estaba avergonzado por lo que estuve a punto de hacer y preferí alejarme hermana. Fui a tratar de formar una alianza con la Reina o ex Reina de Naboo para separar a Ben de Rey.
- ¿Qué? - tres pares de ojos lo veían como si de repente le hubieran salido cuernos y tal vez así era pues se sentía como el peor villano de la historia.
- Lamento haberme comportado de esa manera, fui muy necio. Necesité que alguien me dijera un par de verdades para entrar en razón
- Maestro no...
- Es necesario Rey, les debo una disculpa a ambos, no entendí las señales que la fuerza me daba y casi lo arruino.
- ¿Por qué Luke? - Ben al fin hizo la pregunta que llevaba tanto tiempo guardada dentro de sí.
- Por miedo y cobardía, siento mucho no haber sido el maestro que necesitabas Ben, estoy consiente de mi error y de mi culpa, espero que algún día puedas perdonar a este viejo arrogante.
- Tal vez algún día Luke, no lo sé, la herida va cerrando poco a poco.
- Lo entiendo, solo quería pedirles disculpas y desearles que sean felices - se acercó a Rey y le tomó la manita al bebé y le sonrió - hasta la vista pequeñín.
Leia acompañó a su hermano hasta donde estaba su nave para despedirse de él mientras Ben abrazaba Rey contra su costado.
- ¿Estás bien?
- Si Rey, ahora sí, tal vez en un futuro logre olvidar por completo.
- Ya verás que si.
- Eso espero ¿Nos vamos a Jakku? Quiero ver qué es eso que te tiene tan inquieta.
Se despidieron de Leia y fueron a la nave Lanzadera con las doncellas y los caballeros que no se querían separar del bebé y dedicaban el tiempo libre a disputarse el derecho a tenerlo en brazos ante la mirada reprobatoria de Rey.
Al llegar al crucero fueron directo a sus aposentos, hacía meses que Rey no estaba ahí y se sintió feliz pues en ese lugar había vívido los mejores momentos de su matrimonio con Ben antes de que llegara su hijo, ahora estaba segura que construirían nuevos recuerdos.
- ¿Y esa sonrisa?
- Estoy feliz de estar aquí Ben, extrañaba este lugar.
- Ahora que lo pienso, aquí fue donde concebimos a nuestro hijo.
- Es verdad - Rey se sonrojó al recordar esas primeras veces.
- Espero que esto nunca cambie Rey - le acarició la mejilla y la besó.
- ¿A qué te refieres?
- A tus mejillas sonrojadas.
- ¡Ben!
- Te amo, voy a estar en el puente.
Rey se quedó con las doncellas que estaban arreglando la cuna del bebé pues no había querido separarse de él en la nave y Ben la complació en eso, además solo serían unos días, no pensaba estar mucho tiempo en Jakku, solo quería ir a ver qué era eso que la llamaba.
- La cuna está lista mi Lady.
- Gracias Tara, Isa, por estar aquí.
- ¿Dónde más íbamos a estar mi Lady? Si amamos a este principito que por cierto ya le toca un cambio de pañal ¿Puedo?
Rey asíntio e Isa tomó al bebé en brazos para llevarlo al vestidor dónde habían dejado todas las cosas necesarias para el primer viaje que haría con sus padres.
- ¿Mi Lady puedo preguntarle algo?
- Si Tara ¿Pasa algo?
- ¡No, no! Es solo que tengo curiosidad ¿Cómo conoció al señor Ben?
- ¡Ah! Eso, pues verás, él...me secuestró.
- ¿Cómo?
- Si, yo estaba en Takodana con BB-8 que era a quien andaba persiguiendo, también estaban Finn y el padre de él, y de repente llegó todo vestido de negro, con el casco puesto y disparando a diestro y sinestro.
- ¡Que miedo!
- Si, al principio yo también tenía miedo, de hecho le disparé varias veces, pero en ese tiempo yo aún no sabía nada acerca de cómo hacer uso de la fuerza y fué fácil para él dejarme sin sentido.
- ¿La lastimó?
- ¡No! Él solo me dejó dormida y me tomó en brazos.
Isa había vuelto del vestidor y estaba atenta a la charla mientras dejaba al bebé en la cuna.
- Que romántico.
- En ese momento a mi no me lo pareció Isa, desperté atada en una sala de interrogación con este tipo de aspecto amenazante observandome, recuerdo que le dije algo acerca del casco y él se lo quitó.
- ¿Y? - preguntaron las dos chicas.
- Ahora que lo pienso creo que fue en ese momento que me enamoré de él.
- Y él de usted por lo que veo mi Lady.
- Estoy de acuerdo con Tara mi Lady, el señor Ben está muy enamorado de usted y adora a su hijo.
- Lo se chicas.
- ¿Después de eso que más pasó? Preguntó Tara de nuevo mientras llamaba para pedir un té y bocadillos.
- Pues no mucho, me escapé de él y me persiguió por casi toda la galaxia hasta que me encontró, después yo fui a buscarlo y aquí estoy.
- ¡Un momento! ¿Cómo que escapó de él? - Isa la veía asombrada.
- ¿En qué estaba pensando?
- Bueno Tara es que en ese momento yo creía que él era malo.
- ¿Y lo era?
- A veces, pero aún así me di cuenta que no podía estar lejos de él y prácticamente fui y me lancé a sus brazos.
- Eso es obvio mi Lady - Tara señaló con la mirada a la cuna.
- No me arrepiento de haber seguido a mi corazón - Rey se acercó a la cuna y tocó la naricilla de su hijo - él era el único camino para mí.
Después de esa charla tomaron el té y cuando Ben volvió las doncellas se retiraron a sus habitaciones fieles a su promesa de no estorbar.
El viaje fue muy tranquilo a pesar de la impaciencia de Rey y cuatro días después llegaban al planeta del cual hacía ya un tiempo una humilde chatarrera había escapado con un droide y había ido a caer en los brazos del destino.
- Ya estamos aquí.
- Si pero...tengo miedo Ben.
- No estás sola Rey.
Con su hijo en brazos, Ben, las doncellas y los caballeros fue a la nave Lanzadera para descender al planeta que había sido su hogar durante tantos años.
Lana y Danien observaban la puesta del sol sentados en una manta cuando ella tuvo un extraño presentimiento.
- Danien, alguien viene.
- ¿De que hablas?
- Yo...
Se levantaron y observaron el horizonte por unos minutos hasta que una nave extraña para ello apareció.
- Es ella Danien.
- ¿Quién?
- Nuestra niña.
- Lana...
- Estoy segura, es ella.
Lana caminó unos pasos y esperó hasta que la nave se detuvo a unos metros del AT-AT.
Era el momento más decisivo en la vida de tres personas, tres corazones latian apresurados anticipando el encuentro.
- Ben... - Rey le entregó al bebé y lo miró indecisa.
- Ve mi cielo, yo voy detrás tuyo.
Rey bajó por la rampa y el fresco de la tarde la recibió pero no puso atención a nada que no fueran las dos personas que esperaban inmóviles cerca de la entrada de su viejo AT-AT.
La vieron descender con todo una comitiva detrás de ella, como si fuera una Reina pero su aspecto era muy sencillo, vestía un pantalón y blusa blancos y una túnica del mismo color, en el cinto colgaba el sable que la identificaba como Jedi y el cabello...
Por alguna extraña razón Rey había decidido ese día peinar su cabello con sus clásicos tres bollos, observó a la pareja frente a ella, eran muy jóvenes y ambos la veían con si hubieran encontrado un tesoro perdido por mucho tiempo.
Vacilantes se acercaron pues los caballeros detrás de ella se veían amenazantes, dispuestos a atacar en cualquier momento.
Rey caminó otro par de pasos y se detuvo sin saber que hacer. Ben dejó a su hijo en brazos de la doncella y se acercó a ella.
- Volvieron - hablaba en voz baja, con miedo de que desaparecieran de repente - por favor dime qué no es un sueño.
- No estás soñando Rey.
Esa voz llegó al corazón de Rey y sin pensarlo se lanzó a los brazos de la mujer que la apretó fuerte contra su pecho.
- Mi niña.
- ¿Por qué tardaron tanto? - las lágrimas escaparon de los ojos de Rey sin que ella pudiera evitarlo.
Lana tomó el rostro de Rey en sus manos y la miró a los ojos, unos ojos verdes que eran muy parecidos a los de su padre.
- Lo siento, no pudimos volver antes por tí.
- Esperé por muchos años.
- Lo sé.
- ¿Yo también puedo darte un abrazo?
Rey levantó la vista al escuchar la voz del hombre también tan conocida para ella, Lana no esperó a que respondiera y lo tomó de la mano para incluirlo en el abrazo.
- Mamá, papá.
Danien abrazó a ambas con fuerza por unos minutos hasta que Rey dejó de llorar.
Ben decidió no intervenir y le dió órdenes a los caballeros de vigilar mientras estaban ahí.
Cuando las lágrimas remitieron un poco Lana puso atención alto hombre que esperaba paciente a un lado.
- ¿Quién es él? - le preguntó a Rey que trataba de secar sus mejillas.
- Es mi esposo - respondió apartándose un poco para darle la mano a Ben que no dudó en acercarse a ella.
- ¿Estás bien? - preguntó al abrazarla.
- Si.
- ¿Son tus padres verdad?
- Lo son, no se cómo pero son ellos Ben, volvieron.
- Creo que podemos explicar algunas cosas - respondió Danien y miró a todos lados - pero no podemos seguir hablando aquí, en ocasiones he visto merodeadores.
- Mis hombres están vigilando pero tiene razón, es mejor ir adentro.
- ¿Mi Lady quiere que la esperemos aquí? - Tara se acercó a Rey para darle al bebé.
- Vayan a la nave.
Danien y Lana se sorprendieron al escuchar la manera en que llamaban a Rey pero no dijeron nada, entraron al viejo AT-AT y esperaron.
Rey fue a sentarse al pequeño camastrodónde solia dormir y dejó al bebé en su regazo, Ben se quedó de pie junto a ella.
- ¿Y bien, cómo es que están aquí y con ese aspecto? No parecen haber envejecido.
Danien suspiró antes de responder y Lana fue junto a Rey y se sentó con ella.
- Después de ocultar a nuestra hija nos fuimos de aquí pero los hombres de Palpatine nos encontraron, pensé que moririamos pero nos mantuvieron con vida hasta llegar a Mustafar, después de eso no se que pasó. Estuvimos cómo en un estado de hibernación, no se cual era su intención al mantenernos así.
- ¿Entonces no son clones?
- No.
- ¿Dónde estaban? Mis hombres estuvieron en Mustafar, y solo encontraron el laboratorio.
- Ben no...
- Solo quiero saber mi cielo.
- Está bien, es comprensible que tenga preguntas, estábamos dos niveles más abajo, los hubiéramos buscado antes pero el caballero Jedi nos dijo que debíamos permanecer en el anonimato por nuestra seguridad y la de ella.
- ¿Mi abuelo?
¿Anakin Skywalker es tú abuelo?
- Si.
- Él nos sacó de ahí, pero estábamos muy débiles por el tiempo que pasamos dormidos. Hicieron muchos experimentos con nosotros al parecer, nos dijo todo lo que había pasado y que debíamos permanecer ocultos.
- Palpatine tenía a una obsecion con los experimentos y con obtener la vida eterna.
- Si, había muchos clones en ese lugar, seres de experimentos fallidos, todo era muy... tétrico.
- Había algo similar en Exegol.
- Afortunadamente ya no está.
- No, ya no está, mi mujer y mi hijo están a salvo y ustedes son libres.
Danien observó a Rey con su hijo y a Lana que sonreía felíz.
- ¿Cómo podemos agradecerte?
- Ya lo hicieron señor, mi mayor tesoro son ellos.
- Para nosotros también - le dijo Lana tocando la cabecita del bebé - ¿Puedo pedirte algo?
- Claro, lo que necesiten.
- Nos gustaría que nos visitaran en alguna ocasión, si pueden claro.
- ¡No! - Rey se levantó rápidamente dejando a Ben y a sus padres sorprendidos.
- Bueno...yo... entiendo - respondió Lana pálida y triste.
- ¡No...no, no me entiendes! ¡Ustedes no se van a quedar aquí!
- Rey...
- ¡No me voy a ir de Jakku sin ellos Ben!
- Rey...
- ¡Los esperé por muchos años! - las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos - ¡No voy a seguir esperando para verlos de nuevo!
- Rey...
- ¡Dijiste que podía pedirte lo que yo quisiera!
Ben la tomó por los hombros y la miró a los ojos con seriedad.
- Estás asustando al bebé mi amor, tranquila.
- ¡Por favor Ben!
- Ellos vendrán con nosotros, así tenga que amarrarlos te lo juro.
- Eso no será necesario - Lana sonrió felíz - iremos a dónde nos digas.
- Entonces nos iremos cuando estén listos.
- Ya mismo si así lo quieren, tenemos todo en la nave - Danien miró a Rey y le tocó la mejilla - no volveremos a dejarte hija.
Rey seguía llorando en los brazos de Ben y este asíntio, Lana tomó la muñeca y la guardó un un bolso.
- ¿Cómo se llama mi nieto?
- Nahiel Solo ¿Quieres tomarlo en brazos mamá?
- ¿Puedo?
Rey le pasó al nene y cuando levantó la mirada vio la pared llena de marcas, se acercó y pasó los dedos por la última que había hecho.
- ¿Tú las hiciste? - Ben también se había acercado.
- Si, la última la hice el día que te conocí.
- ¿Valió la pena esperar tanto tiempo?
- Si, por supuesto que valió la pena.
Rey miro al rededor, las paredes que por tantos años la habían cobijado, dónde por tanto tiempo esperó y soñó con una vida mejor.
- ¿Que pasa mi amor?
- Esto soy yo Ben.
- Lo se y por eso es que te amo tanto ¿Nos vamos?
Rey vio a sus padres que le hablaban con cariño al bebé y dió gracias a la fuerza, por fin su familia estaba completa.
- Si, vámonos por favor.
Salieron del AT-AT y caminaron todos a la nave Lanzadera, Ben le pidió a Cardo que el llevará la otra nave al crucero para evitar otro drama y Rey se lo agradeció. Miró su viejo refugio, sintió un poco de pesar y en silencio dió las gracias, tal vez en otro momento volviera pero por el momento era tiempo de irse.
- Siempre seré la chatarrera de Jakku - murmuró con una sonrisa.
Naboo
Dos años después...
Todos habían tomado su camino, Poe y Trudy se habían casado y viajaban por la galaxia, Rose y Hux seguían llevando ayuda a los planetas que más lo necesitaban y apresar de los roces cada día se llevaban mejor, Finn había encontrado a su familia pero seguía viajando con el escuadrón que comandaba Phasma y en ocasiones mandaba un mensaje con saludos.
Los Caballeros de Ren eran otra historia, Ap'lek tenía una relación con Isa y Cardo con Tara, aunque seguían viajando también por la galaxia con sus compañeros vigilando que no hubiera ningún intento de hacer resurgir otra nueva primera orden.
Luke seguía viviendo en Ahch-to como ermitaño esperando el momento en que la fuerza lo reclamara.
Maz alternaba su tiempo entre su recién reconstruido castillo y Naboo pues le gustaba mucho estar con ellos o más bien con Nahiel.
Los padres de Rey se habían instalado en una pequeña villa muy cerca del palacio, Lana estaba casi todo el tiempo con Rey, había hecho una muy buena amistad con Leia y tenían en común muchas cosas y Danien trabajaba como consejero de la Reina ya que se le daba de maravillas la política y tenía muy buena visión del futuro.
Y Ben y Rey...
Bueno, ellos habían logrando poco a poco ese equilibrio que tanta falta había hecho.
En el jardín de su habitación, Rey sentada sobre un diván veía como su hijo corría al rededor de la fuente para que Ben no lo atrapara. Le gustaba mucho estar ahí con su esposo y su hijo, ese era su momento favorito del día, cuando Ben se olvidaba de sus obligaciones y se dedicaba por entero a ellos.
Puso su mano en su barriga, faltaban dos meses para que naciera la nueva integrante de la familia, ya sabían que era una niña y Ben estaba feliz, ambos lo estaban, esos dos años habían sido de altibajos pero había sabido superar las pruebas a las que había estado expuesto su matrimonio, no todo era perfecto pero eso era bueno pues ahora se conocían más y sabían cómo resolver los conflictos, la mayoría de ellos ocasionados por los celos debía admitirlo y cada día se amaban más.
La vocecita de su hijo la sacó de sus pensamientos y sonrió con amor cuando él llegó corriendo hasta ella con una mariposa azul en la manita.
- ¡Mida mami!
- ¿Que es mi amor?
- Madiposa.
- Es una mariposa mensajera - dijo Ben que estaba detrás de su retoño.
- Lo se, ya la había visto.
- ¿Cuando? Es raro que esté aquí.
- Hace un tiempo, en un sueño.
La mariposa fue de la mano del niño a la barriga de Rey y después se posó en la mano de Ben y fue cuando él pudo ver el sueño que había tenido Rey tiempo atrás.
- Soñaste con esto, con nosotros.
- Si, este siempre fue mi sueño y se cumplió, estamos aquí Ben, juntos.
- Y así estaremos hasta que la fuerza nos reclame - Ben le dió un beso antes de extender la mano.
La mariposa levantó el vuelo y se perdió entre las flores del jardín, Nahiel siguió jugando a huir de su papá y Rey observó un punto cerca del ventanal de la habitación donde alcanzó a ver un par de siluetas difusas, dió las gracias en silencio y sonrió cuando escuchó a Leia y a su madre entrar al jardín.
Nahiel al escuchar a sus abuelas fue corriendo a abrazarlas olvidando su juego con Ben.
- Venimos a llevarnos al niño por un par de horas para que ustedes descansen un poco - Lana se acercó a Rey y le dió un beso en la cabeza.
- ¿A dónde van?
- Vamos a ver los Porgs de Chewie.
- ¿Cómo está mi futura nieta? - preguntó Leia observando la barriga de Rey.
- Por el momento tranquila, pero en ocasiones se mueve más de lo que lo hacía Nahiel.
- ¿Ya decidieron como se va a llamar?
- Si mamá, Ben y yo decidimos juntos el nombre.
- ¿Y...? - preguntó Leia curiosa.
- Se los diremos cuando nazca - respondió Ben con una expresión maliciosa.
Lana y Leia suspiraron resignadas y se fueron llevando a su nieto con ellas que iba feliz de visitar al tío Chewie y sus Porgs.
- ¿Estás segura que ese nombre te gusta para nuestra nena?
- Si Ben, ahora que lo pienso es perfecto.
- Aurora.
- La esperanza de un nuevo día.
- Esa es la esperanza que yo tengo cada noche cuando me acuesto Rey, ver llegar un nuevo día a tu lado.
- Así va a ser por muchos años Ben.
Rey entrelazó su mano con la de Ben y le dió un beso en el dedo dónde tenía la sortija de matrimonio.
- Hasta que la fuerza nos reclame Rey.
- Eres el amor de mi vida, ya sea Kylo Ren el líder supremo, Ben Solo el Jedi gris o simplemente el hombre que se casó conmigo.
- Y tú eres la Jedi que yo amo.
WBW.
Una mujer de cabellos castaños y rizados extendió la mano para que una mariposa azul se posara en ella.
- Gracias pequeña.
- Te saliste con la tuya Padme.
- No critiques Ani, eres el menos indicado.
- ¿Todo salió bien majestad?
- Si Lord Revan - Padme le sonrió al fantasma que estaba junto a ella - quiero agradecerle por traerme.
- No fue nada ¿Si sabe que nos van a reprender por esto verdad?
- Lo se, pero el maestro Yoda es muy comprensivo.
- No siempre y hablando de Yoda yo me voy, los espero del otro lado - Anakin se desvaneció dejando a Padme y a Revan a merced del fantasma de color verde.
- ¡Es un...! - Padme no terminó de hablar pues el mentado fantasma se manifestó junto a ellos.
- El amor no se tiene que comprender, solo se tiene que aceptar.
- ¡Maestro! ¿Desde cuándo está aquí? - Padme vio con reproche al fantasma de Yoda.
- Siempre estuve aquí niña. Ahora tiempo de irnos es, la Diada ya no nos necesita, al fin después de milenos ha triunfado y a ustedes los están esperando.
La mariposa voló y los tres fantasmas la siguieron mientras en el mundo de los vivos Ben Solo y Rey de Jakku vivían juntos esa vida para la cual habían nacido, ese era el designio de la fuerza.
¿Que es la oscuridad?
Es solo la ausencia de la luz...
Fin.
31/03/2021
