128. Francotirador
Duo estaba de pie en medio de la habitación oscura, reteniendo de forma inconsciente su propia respiración. El hombre al que acechaba tampoco hizo algún movimiento. Un minuto se extendió como miles mientras pensaba en qué hacer.
Un francotirador desconocido lo había salvado, dándole una apertura que no dudó en usar para salir de esa base, la que después redujo a polvo por completo con su Deathscythe.
Pero desde ese momento no se pudo sacar la idea de la cabeza. Heero era el único que sabía que estaba allí. La posibilidad de que hubiera ido a apoyarlo lo ofendía y excitaba en partes iguales. Era como si no confiara en sus capacidades y, a la vez, cubrirlo así demostraba, a lo menos, la voluntad de no verlo morir.
¿Se preocupaba por él hasta ese punto? Sus latidos se aceleraron más, tal como ese momento en que encontró esas cosas sobre su cama y, otra vez, debió aplastar esa idea para no emocionarse demasiado.
Se frotó la todavía nuca sin saber qué hacer, nunca había tenido tantos deseos contradictorios sobre una misma persona. Por un lado, quería frotarse contra su cuerpo hasta la extenuación para agradecerle el estar vivo y, por el otro, quería ahorcarlo por no confiar en él.
