La última vez que hice un Tsubahono fue algo corto y parece que la historia se tendió a repetirse cuando nuevamente me surgió una idea pero no me dio para más. Como siempre corto pero con mucha azúcar para que se deleitan aunque sea un poco pues nuestro planeta está atravesando tiempos difíciles.

Muy bien, espero que disfruten de este corto one shot

Yuzu y fuera

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μ's estaba realizando una gira por Japón, lo que significa que Tsubasa estaría sola durante los próximos días. Trató de invitar a Anju y Erena durante el fin de semana, pero aun así, sentía que faltaba algo. Le hizo darse cuenta de que la brecha dejada por la líder de las musas era enorme, y que no importaba cuánto lo intentaba, nada podía ocupar su lugar.

Mientras la castaña estaba ocupada limpiando la casa, vio algunos discos bluray que contenían los conciertos anuales de μ's. Esas cosas pertenecían a Honoka, ya que siempre recibía muestras de sus vidas y solteros antes de que salga a la venta.

Verlos hizo que Tsubasa recordara la primera vez que vio START: DASH, y la primera vez que puso sus ojos en su deslumbrante líder. Sabiendo que la pelijengibre no estaba en casa, abrió una caja y decidió ver un directo. Corrió a su habitación, donde escondió un lightstick de μ y un Sunny Day Song nesoberi (Uno de esos peluches acostados) en algún lugar de su gabinete. La morena se sentó en el sofá y puso el disco que sostenía. La primera canción que interpretaron fue Sore wa Bokutachi no Kiseki, que, por coincidencia, era su canción favorita.

La castaña amaba su voz cada vez que cantaba "Saa, yume wo .." al principio. Ella pensó que la canción y la coreografía eran realmente lindas, así que le pidió que baile para ella a veces. Anju trató de convencerla de que hiciera ese tipo de baile también, pero la lideresa siempre levantaba una ceja y declinaba, diciendo que arruinaría el aura fría de A-RISE.

Ella notó que desde que el disco comenzó a reproducirse, sus ojos estaban fijos solo en esa chica de cabello naranja. "Ah... te extraño, Honoka." ella suspiró. No podía evitar sentirse triste a veces cuando estaba sola. Pensar en esto hizo que su corazón se sintiera pesado, así que negó con la cabeza para liberarse de estos pensamientos y trató de concentrarse en lo que estaba viendo.

Disfrutaba agitando la barra de luz naranja durante las canciones. Aunque hay partes en las que el descuido característico de la pelijengibre era evidente, cuando eso pasaba siempre se reía de buena manera pues aunque Honoka era en ocasiones una torpe al cien estaba haciendo todo lo posible para darlo todo a sus fans.

Con los ojos verdes todavía pegados a la pantalla del televisor, la cámara se enfocó repentinamente en Honoka e inesperadamente, ella soltó un guiño.

-¡Aaaaahhhhh!- Gritó a todo pulmón, se sentía como una colegiala que se emocionaba al ver a su ídolo ante sus ojos.

Escuchó una risa que venía de su espalda. La castaña pensó que solo estaba escuchando cosas por la ausencia de su novia, así que no le prestó atención. Escuchó un sonido de nuevo, y esta vez, se sorprendió cuando un par de manos cálidas cubrieron sus ojos.

-¿Por qué te conformarías con la Honoka en la pantalla, cuando tienes a la Honoka real detrás de ti?- Las mejillas de Tsubasa se pusieron rojas al escuchar esa voz tan familiar.

Quitó las manos y vio una hermosa chica de cabello jengibre de aspecto cansado.

-¿Q-qué estás haciendo aquí? Q-quiero decir… pensé que vendrías a casa mañana- Ladeó la mirada, su novia había regresado en un momento menos pensado y no le tenía nada preparado- Ay no, no te he preparado la cena- dijo la más pequeña con voz preocupada.

Honoka se sentó en el sofá con su panecillo como le decía de cariño a su compañera.

-Está bien, no te preocupes por mí- sonrió, haciendo que el corazón de Tsubasa latiera como si estuviera a punto de dejar su cuerpo- Parece que alguien está disfrutando de su tiempo a solas, ¿eh? Ji, ji…- bromeó señalando a la barra de luz con el color de su imagen.

Mientras la pelijengibre intentaba envolver a su pequeña en un abrazo, vio al nesoberi acostado junto a Tsubasa.

-Espera, ¿Tuviste uno de esos?- preguntó con curiosidad.

La castaña agarró apresuradamente el nesoberi y enterró su rostro en él. La pelijengibre fue lo suficientemente rápida como para arrebatárselo, exponiendo a la más pequeña, cuyo rostro estaba ardiendo por la vergüenza.

-Yo… tuve esto por un tiempo, incluso antes de que nos encontráramos. ¿Sabes qué? ¡Es tan difícil de encontrar!- Exclamó, pero aún apartando la mirada de la otra

Esa inesperada confesión hizo reír a Honoka. Guardó el nesoberi y abrazó a la castaña frente a ella.

-Te extrañé mucho, Tsubasa-san- susurró.

La aludida le devolvió el abrazo que le había dado su amante.

-Lo sé…- Respondió mientras acariciaba la cabeza de la más alta.

La chica de ojos verdes recordó que su trabajo con A-RISE se reanudaría mañana, lo que significaba que no podrían volverse a ver después de esta noche. Admitía que se acostumbró demasiado a la presencia de Honoka, hasta el punto de que no quería que se fuera de su lado.

-Yo-yo no quiero irme todavía. Solo quiero quedarme así contigo- sabía que lo que deseaba era claramente imposible. Con los horarios de ella y Honoka en conflicto, era inevitable que no pudieran verse tan a menudo.

La pelijengibre se apartó y se secó las lágrimas que empezaron a brotar de los ojos de la castaña

-Tenemos que hacerlo, Tsubasa-san. Por mucho que queramos estar juntas todo el tiempo, no podemos- Dijo en un tono triste.

El agarre de la pequeña castaña sobre la cintura de su osito se hizo más fuerte, mientras la más alta le devolvía una sonrisa tranquilizadora.

-Aunque estamos separadas, una cosa es segura- depositó un suave beso en una de sus mejillas- Estoy en casa cada vez que pienso en ti