Preparen sus plumas y teclados Semana IchiRuki 2021
La Semana IchiRuki 2021 de Seireitei Discord Server será del 16 al 22 de mayo. #irweek2021
Día 6: ¿Por qué no te quedas?
Sinopsis: Rukia fue a ver a su amante y tiene que irse antes de levantar sospechas, nunca puede quedarse a pasar la noche con él.
— ¿Por qué no te quedas?— Preguntó Ichigo que veía a la pelinegra vestirse apurada a pesar de ser las 3 a.m.
— Sensei, sabe perfectamente que no puedo— Dijo la mujer mientras se acomodaba el sostén y corría las medias de seda por las piernas y las amarraba al ligero.
— Pero ya es tarde— La abrazó por la cadera para que no se pusiera el vestido y se olvidara de la tontería de irse.
— ¿Y si Renji va a verme en la mañana?— Preguntó refiriéndose a su prometido, que seguramente querría desayunar con ella en el solario, o tal vez le gustaría desayunarla a ella.
Hacía tiempo que había empezado a arrepentirse de haber aceptado los avances románticos del que era su 'novio'... desde que dio el primer paso en la clase de Kurosaki Ichigo.
— Que se joda el babuino, de todos modos no te quieres casar con él— Comenzó a besarle la espalda baja y a subir por ella hasta los broches del sostén, tentandola a regresar a la cama.
— Sí, pero... ah...— Gimió al sentir a Ichigo meter su mano por debajo de su sostén y a besarle la base del cuello— Sensei, ah... tengo clase.
— Te paso las notas— Al cabo que él las tenía todas, la clase era con él.
— Mañana tiene que ir al juzgado, Sensei...— La volvió a recostar en la cama y comenzó a besarla desde el cuello.
— Es hasta las 3— Pasó sus manos por los cubiertos pechos, disfrutando de la sensación del encaje.
— Pero Orihime-san...— Gimió y le recordó lo conflictiva que era la señora Kurosaki. Como le hacía berrinches y escenas de celos por la más mínima cosa... estuvo a punto de no aceptar el café que dio inicio a su relación con su profesor.
— No menciones a mi ex esposa— Su boca ya iba por su ombligo y le separó las piernas para acomodarlas mejor sobre sus hombros.
— Todavía... ah...no lo es...— Ichigo estaba besándola por encima de las pantaletas— Sensei, ah... no es justo...
— No es justo que me dejes...— Le dolía la entrepierna de tan dura que se estaba volviendo su erección, pero ella deliciosa, maravillosa y el acabose de la porquería que era su matrimonio.
— Pero no quiero, lo quiero a usted...— Le comenzó a masajear la cabellera y a estirar los pies por el placer.
— ¿Qué hay de Renji?
— Yo no lo escogí— Byakuya, el hermano mayor de Rukia, la comprometió al ver lo bien que se llevaban y para acallar el rumor de que se acostaban. Aunque el rumor era cierto, Rukia nunca tuvo en sus planes casarse con él—, no realmente.
— Yo tampoco la escogí a ella— Recordó Ichigo en voz alta. La familia de su madre insistió en que se casara con Orihime, hija de una sirvienta de la familia Ishida que había mostrado potencial para extender el legado familiar—, pero te puedo escoger a ti.
— ¡Sí, sí, sí...!— Gimió cuando Ichigo hizo a un lado la pantaleta y comenzó a estimular directamente su coño.
— ¿Rukia?— Ichigo despertó al ya no sentir el calor de su amante, palmeo sin abrir los ojos por si ella se hubiera hecho más a la orilla... nada.
Abrió los ojos.
El lado de la cama de Rukia estaba vacío, ella se fue durante la madrugada, tal vez antes de las siete.
Vio el reloj, apenas pasaban de las ocho.
— ¡Maldición!— Se cubrió los ojos— Lo volviste a hacer Rukia— Ella nunca pasaba la noche con él. No sabía si lo hacía por él o por ella misma.
Lo que había entre ellos no estaba bien, no éticamente. Él seguía casado, aunque sólo sería por unas horas más; era mayor que ella, treinta contra los veintidos de ella; y peor aún, era su profesor, o lo sería hasta al término de la clase de ese día.
Lo de ellos surgió en una de las sesiones de estudio que tenía con sus grupos al inicio del invierno de su primer año de universidad. Rukia, una excelente alumna, se volvió en una de sus coordinadoras y asesoras con sus alumnos menos aventajados, lo que requería que ocasionalmente tuviera reuniones privadas con ella. Reuniones en las que conversaban de muchas cosas ya que él no quería regresar a casa, donde lo esperaba Orihime para hacerle algún reclamo... si es que no se encontraba con Ishida Uryu, su primo, en su cama.
— No debí invitarle ese café— Se levantó de la cama y se metió a la regadera para quitarse el aroma a sexo salvaje, no le gustaba compartirlo con nadie que no fuera Rukia—, pero no me arrepiendo de haberlo hecho.
Después de ese café, se volvieron muy cercanos y no se dejaron dominar por su atracción sexual hasta hacía apenas seis meses, aunque si intercambiaban regalos y cartas que parecían inocentes, sus miradas y las conversaciones privadas, aunque no eran sexuales, sí eran extremadamente íntimas.
Fue otro café y una pregunta sencilla la que lo desencadenó todo.
¿Por qué no te quedas a hablar un rato más?
El escritorio de su oficina fue el primer lecho que compartió con ella.
— Rukia...— Renji le besaba el cuello y pasaba las manos por las piernas, en una caricia torpe, por debajo de la falda del vestido.
— Renji, espera... ah...— Ella trataba de detenerlo, no tenía ganas de tener sexo en el solario— me lastimas...
— ¡Vamos, Rukia!— Presionó su erección contra la entrepierna de Rukia— Hace mucho que no lo hacemos.
— Renji, tengo clase...— Gimió Rukia, algo desesperada porque sólo fue a casa por unos libros que tenía que regresar a la biblioteca.
— Es tu última semana— La tomó de la cadera y la sentó sobre la mesa—, ya no te afectará faltar a clase.
— ¡Basta, Renji!— Lo empujó para alejarlo y tiró, sin querer, parte de la vajilla del desayuno.
— ¿Qué es lo que sucede aquí?— Era Byakuya, que entró al escuchar la porcelana estrellarse en pedazos contra el suelo.
— ¿Rukia, qué haces aquí?— Le preguntó Ichigo a Rukia, él venía saliendo del juzgado, acababa de firmar los papeles del divorcio y entregado el importante arreglo económico a Inoue, el nombre que Orihime tenía antes de que se casara con él.
— Quería acompañarte, pero llegue tarde...— Para ninguno de los dos pasó desapercibido el cambio en la forma de hablar de ella— tenía unos asuntos que resolver con Renji y Nii-sama— Rukia miraba el piso y apretaba una carpeta contra su pecho con fuerza—. También tenía una propuesta para ti— Le pasó la carpeta a Ichigo.
Con cuidado, Ichigo abrió. El contenido le sorprendió mucho, él sólo necesitaba poner su sello, el que tenía consigo en ese momento.
— ¿Estás segura?— Preguntó inseguro, era lo que más deseaba en ese momento, pero era un compromiso enorme.
— Nii-sama no está de acuerdo, dice que no sé lo que hago, pero no me importa.
— ¿Y Renji?— Preguntó temeroso.
— ¿Y Orihime-san?— Aunque sonó como pregunta, lo dijo con mucha seguridad, sin miedo a nada— Ichigo, ya no eres mi sensei— Le recordó.
Se hizo el silencio entre los dos. Ambos disfrutaban que ella usara su nombre de pila por primera vez, se escuchaba dulce y le producía una sensación agradable en la boca del estómago. Ichigo sacó su sello y lo presiono en el recuadro correspondiente.
— No pienso dejar que te vayas a la mitad de la noche— Dijo serio y con una sonrisa pícara.
— Claro— Rukia lo tomó de la mano y se fueron a buscar una nueva vida juntos de regreso al tribunal familiar—, no dejaría a mí esposo pasar la noche sin mí.
