Muy buenas queridos lectores, ¿como la están pasando?
Espero que muy bien, pues les he traído esta historia para el disfrute de todos ustedes
Sin mas preámbulos, les digo que no soy dueño de ningún personaje y todo corresponde a su respectivo creador.
AVANZAR EN EL CAMINO
El calor era totalmente abrazador…
Las brasas consumían la madera, la cual se caía a pedazos conforme el fuego se extendía por todo el lugar, cubriendo cada rincón, llenando cada espacio y consumiendo cada cosa a su paso.
Las personas se movían rápidamente, esquivando las llamas y cubriendo sus caras del humo y hollín, abandonando diligentemente la edificación de manera despavorida.
Abrazo el maltrecho y sangrante cuerpo contra él, escuchando la respiración jadeante y lastimera provenir de ella.
Sabía que era el fin.
—P-por favor, May… Por favor no te vayas, n-no me dejes, tu no por favor… Quien sea, menos tu.—sollozante, suplico el arácnido con voz quebrada.
—…Esta bien… Todo estará bien, mi querido sobrino… Tranquilo, Peter.—entre respiraciones forzosas y tos esporádica, la moribunda aventajada mujer hablo con dificultad.
El castaño sobre abrió los ojos con sorpresa, la cual paso luego a una mirada de profunda tristeza, sostuvo la mano de su tía y de su único ojo visible a través de su deteriorada mascara empezó a caer una lagrima la cual cayó sobre la mano sostenida de su figura materna.
—¿Y-ya lo sabias?—pregunto con sorpresa y confusión el vigilante arácnido.
—…Por s-supuesto que s-si… …Lo he sabido desde hace un tiempo atrás…—tosiendo varias veces, la esposa del difunto Ben Parker revelo para luego empezar a toser con gran ahínco.
—¡M-may!—exclamo con preocupación el castaño, atrayendo más a la mujer moribunda hacia él.
—…Peter…—llevando su otra mano a la cara enmascarada de su sobrino, la aventajada mujer susurro su nombre.
Entendiendo el tácito mensaje, el hombre se sacó la máscara y permitió que la mujer mayor posara su mano en la mejilla del contrario, acariciando una ligera magulladura.
—Estoy tan… Orgullosa del hombre en que te has convertido. Ben también lo está.—derramando lagrimas debido al dolor, May Parker parlo con voz rota.
—May, por favor…—colocando su mano sobre la que estaba en su mejilla perteneciente a la mujer, el castaño suplico.
—T-todo lo que has logrado, tanto Spider-Man… Como también, Peter Parker… Siempre fuiste un héroe y tus padres estarían muy orgullosos…—dijo May con una sonrisa pequeña.
—…May.—susurro el ex fotógrafo.
—…Levántate. No permitas que esto sea un bache en tu camino, no permitas que esto sea un impedimento para seguir adelante. Te Amo, Peter. Te Amo, hijo…—cerrando lentamente sus ojos, la mujer mayor hablo dejando que su mano se deslizara de entre la de su sobrino y cayera aun lado.
—¿May…? Tía May abre los ojos por favor, no me hagas esto. ¿No ves que me rompes el corazón? No me dejes solo, no quiero estar solo. ¡Te lo suplico, por favor!—derramando gruesa lágrimas, el Parker clamo ahuecando la cabeza de su tía contra la suya, juntando ambas mejillas.
Peter abrazo el cuerpo de su tía, quien había sido más bien una madre para el e ignoro todo a su alrededor, desde el calor abrazador hasta las llamas que lentamente se estaban acercando con intención clara de consumirlo junto a toda la edificación y todo lo que había en el lugar.
No le importaba nada.
Ya no había nada porque luchar.
Ya lo había perdido absolutamente todo.
Ahora todo estaba perdido y solo quedaba esperar el inminente final…
—Lo Siento, Tío Ben…
Despertó con la respiración agitada, todo su cuerpo empapado de sudor con el cabello enmarañado y una expresión más que horrorizada debido aquella pesadilla.
La luz solar de la mañana se filtraba por entre las cortinas de la ventana y el sonido chirriante del ventilador en mal estado era ensordecedor, la televisión estaba encendida abajo volumen en el canal de caricaturas y la cama era todo un revoltijo de sabanas con una almohada tirada en el suelo.
Sentándose en el borde de la cama, paso una mano por su rostro restregándose y miro la habitación más o menos desordenada.
—Tal vez deba ordenarla aunque sea un poco. Aunque sé que vendrá alguien hacerlo por mi cuando me haya ido.—pensó el ahora retirado héroe levantándose de la cama.
Caminando por la habitación, se dirigió a una puerta ubicada al fondo y la abrió, entrando al baño. Se colocó frente al lavabo y se observó en el espejo, mirando con detenimiento sus propias facciones: cabello castaño alborotado, ojos caramelos y un ligero rastrojo de barba.
Para nada impresionante, un tipo de lo más común, alguien más del montón.
Soltando un pesado suspiro, el castaño se alejó del espejo y se metió a la regadera, abriendo el grifo y dejando que el agua corriera, cayendo sobre todo su cuerpo para empezar a limpiarlo.
Varios minutos después, cerro el grifo cuando al fin sintió que su cuerpo estaba lo suficientemente limpio y salió del baño.
Se vistió con un pantalón de mezclilla negro, una camiseta gris debajo de una chaqueta negra y unas botas marrón oscuro.
Tomando su cartera, una carpeta y unas llaves de encima de la mesita de noche. El castaño se dirigió a la puerta y salió al exterior.
Afuera lo recibió la típica vista de un motel con el cartel de neón encendido incluso en el día a un lado. Puertas rojas, todas con el mismo diseño, altura y material, pintura blanca derruida junto a unas escaleras que amenazaban con ceder en cualquier momento.
Caminando por el segundo piso, bajo con mucho cuidado por las escaleras y se dirigió al otro lado de la calle donde entro a una cafetería y saludo a todo el mundo, luego fue hasta el fondo del lugar, donde tomo asiento tranquilamente.
Estuvo unos segundos viendo por la ventana al exterior hasta que escucho unas tos a su lado, desviando la mirada del paisaje externo lo poso sobre una jovencita muy linda. Tenía el cabello rubio claro y corto echado a un lado, ojos negros junto a una piel blanca, un piercing en la nariz y varias perforaciones en la oreja izquierda, poseía también una blanquecina sonrisa y lucia muy amable.
Lucia bastante joven, no debía tener más de dieciocho, es más… No debía ni de tener dieciocho.
—Eh? Señor, ¿Va a ordenar o está esperando alguien?—cuestiono con dudas la joven.
—Chloe… Eres muy linda.—ignorando la pregunta de la chica y mirando el gafete con el nombre de la chica, Peter comento con una ligera sonrisa que le saco un sonrojo a la blonda.
—Y-yo, esto… No sé qué decir. Lo siento.—hablando nerviosamente al principio, la joven coloco un mechón de cabello tras su oreja y contesto al final con una disculpa.
—Gracias. Con eso basta.—dijo el castaño amablemente, dándole otra sonrisa a la joven.
—…Gracias.—dijo suavemente la joven blonda con una sonrisa y un sonrojo cubriendo sus mejillas.
—Se podría decir que si estoy esperando a alguien, pero ese alguien no me está esperando a mi.—rascando la parte posterior de su cabeza, el ex fotógrafo parlo con una media sonrisa nerviosa.
—¿Oh? ¿Es una hermosa mujer acaso? ¡Digo! Si puede decirme claro está.—inclinándose con curiosidad para preguntar, la chica blonda se alejó rápidamente mientras aclaraba.
—¿Hermosa mujer? No, no es ni siquiera una chica. No tengo tanta suerte en ese departamento.—soltando un suspiro, el castaño parlo mientras se reclinaba hacia atrás.
—¿Mm? Bueno, usted es… Un hombre muy guapo y atractivo y lindo y bello y… Ay mejor me callo.—dijo Chloe observando al hombre castaño, antes de tapar inútilmente su rostro rojo con su libreta.
—¿De verdad piensas eso?—pregunto con una media sonrisa el de hebras castañas.
La joven rubia no dijo nada, solo se quitó la libreta de su rostro y asintió. Peter asintió con una sonrisa y miro por el rabillo del ojo hacia afuera, pero rápidamente volvió a mirar otra vez a la joven frente a él.
—Un café muy caliente, solo eso por ahora. Y gracias por tus palabras.—parlo el castaño y le agradeció a la joven blonda, la cual asintió y anoto algo en la libreta.
Chloe se fue atender a otros clientes que había en el lugar, el castaño en cambio volvió su mirada hacia afuera, miro seriamente a dos sujetos que venían charlando de manera amena entre ellos, cruzar la calle y caminar hasta entrar a la cafetería.
Los sujetos: un pelirrubio y un pelinegro saludaron a todos y tomaron asiento.
El Parker en ningún momento les quito la mirada de encima.
—H-hola y bienvenidos, ¿Qué van a o-ordenar?—acercándose hasta los sujetos recién llegados, la joven rubia les pregunto.
—…¿Tu estas en el menú de hoy? Porque quisiera comerte.—observando detenidamente a la joven, el hombre pelinegro hablo con una sonrisa lasciva.
El compañero rubio sentado a su lado rio por lo bajo, inclinándose hacia su amigo y susurrándole al oído provocando la risa de este también. La blonda viro los ojos molesta, mientras observaba a ambos hombres hablarse entre ellos en voz baja a la vez que la observaban.
—Podrían ordenar, por favor.—manteniendo una actitud pasiva, Chloe blonda pidió.
—Yo quiero ordenar, una cita contigo preciosa. ¿A qué hora sales?—dándole una sonrisa ladina, el sujeto pelinegro hablo otra vez.
—No salgo con los clientes. Ya os lo he dicho.—alzando su libreta, la rubia hablo con irritación esperando que ambos hombres ordenaran.
—Oh vamos, ¿Por qué te haces la dura? Sal conmigo y veras que no te arrepentirás.—deslizando su mano por la mesa, el hombre azabache dijo.
La blonda soltó un suspiro pesado, harta de la negativa de estos hombres a dejarla en paz pero lamentablemente debía de obtener la orden de estos sujetos primero. Ella sintió un ligero tirón en su falda así que bajo su mirada para encontrar la mano del pelinegro sujetándola de dicha prenda.
—Suéltame…—sujetando la muñeca del hombre, la rubia ordeno con voz enojada.
—Vamos preciosa. Solo será un beso.—levantándose ligeramente, el hombre dijo tratando de besarla.
Una sensación en extremo caliente recorrió la mano del sujeto, obligándole a soltar la falda de la chica mientras sentía como su mano se quemaba a la vez que soltaba un gran alarido de dolor.
La blonda retrocedió asustada y confusa, mirando al hombre castaño que había atendido minutos atrás derramar su café intencionadamente sobre la mano del sujeto de cabello negro quemándosela y provocando los gritos de dolor de este.
—Trevor, Josh. Ya se habían tardado en venir.—colocando la taza sobre la mesa, el Parker nombro a ambos sujetos mientras les miraba seriamente respectivamente.
—¿Qué? ¿Quién diablos eres tú y como conoces nuestros nombres?—mirando al castaño de arriba hacia abajo unos segundos, el pelirrubio Josh hablo confuso.
—Eso no importa. Lo que sí importa es lo que han hecho.—ignorando las preguntas, el ex fotógrafo y científico parlo con voz seria.
—¿De qué mierda hablas, hombre? Nosotros no hemos hecho nada, eres tu quien ha derramado café sobre mi mano, ¡hijo de puta!—exclamo enojado Trevor, levantándose con claras intenciones de soltar un golpe.
Previniendo previamente la acción del pelinegro, el Parker le dio un golpe con el proximal de su mano siniestra justo en su laringe, provocando que el sujeto se sujetara el lugar mientras comenzaba a toser.
Peter coloco su mano sobre el hombro del peli azabache y le obligo a sentarse, mando una mirada de muerte al rubio que rápidamente tomo asiento silenciosamente en su lugar intimidado.
Todos en la cafetería estaban entre intrigados y confusos mirando la situación.
—¿Qué es lo que quieres, viejo? No te hemos hecho nada.—inquirió confuso el blondo.
—A mí no me han hecho nada. Pero lo que le hicieron a esta chica, merece que les rompa todos los huesos ahora mismo.—con su cara demostrando una ira interna bien controlada, el Parker gruño con voz furibunda.
—Amigo, solo estábamos hablando con la chica. No le hicimos absolutamente nada, ¡ella está bien!—señalando a la chica rubia detrás del castaño, el blondo exclamo.
—No me refiero a ella… Me refiero a ella.—abriendo la carpeta que traía consigo, Peter saco una foto y la coloco sobre la mesa entre ambos hombres.
Los dos hombres miraron la foto con detenimiento y solo pudieron palidecer al ver quien era la chica mostrada en la foto.
Levantándose rápidamente, ambos sujetos trataron de escapar cada uno por lados diferentes, pero el castaño se movió más rápido y sostuvo a ambos por el cuello de su ropaje, antes de atraerlos ambos con fuerza e impactarlos uno contra el otro.
Los dos cayeron al suelo, mareados mientras se retorcían y gemían de dolor. El Parker le quito el cinturón a cada uno y procedió atarlos fuertemente las manos con ellos.
Las demás personas veían todo confundidas y en silencio.
—Sé que todos están confundidos con lo que acaba de pasar, pero les explico: estos hombres son Trevor Whedon y Josh Meyers. Son unos sujetos que cometieron una violación contra al menos unas cuatro chicas de diferentes lugares, les he estado dando caza y seguido hasta aquí.—mirando a todos en la cafetería, Peter explico.
Todas las personas obtuvieron caras horrorizadas al escuchar el aberrante acto que aquellos hombres habían cometido contra aquellas chicas, que aunque nadie las conocía, el acto no dejaba de ser horrible contra cualquier persona que lo haya sufrido.
Tomando la carpeta, el castaño se acercó a la chica rubia que lo había atendido y se la extendió.
—Estos hombres han lastimado seriamente aquellas chicas, dejándolas con un horrible recuerdo que les tomara años olvidar y querían hacerte lo mismo a ti. Sé que lo que te pediré es difícil, Chloe. Pero yo no puedo hacerlo, en cambio tu sí. En esta carpeta esta todo lo que necesitaras, por favor, llama a la policía.—mirándola a los ojos, Peter explico tácitamente.
La blonda observo un momento la carpeta y luego observo el rostro del castaño quien le sonreía amablemente. Al final, luego de pensarlo un poco la rubia asintió y tomo la carpeta entre sus manos.
—¡L-lo haré!—exclamo con decisión la blonda.
—…Gracias.—asintiendo, el sobrino de May Parker agradeció.
El ex fotógrafo saco su cartera y extrajo dinero de ella, dejándolo encima de la mesa y saliendo de allí en silencio con las miradas de todos sobre él.
Peter entro a la habitación del motel y empezó a recoger todas sus cosas, metiéndolas en una gran bolsa y se colocó una gorra antes de salir de la habitación.
El ex Spider-Man se encamino hacia la recepción del lugar, dejando la llave y agradeciendo el servicio, para luego caminar afuera y ver como una patrulla de policía estaba estacionada frente a la cafetería ubicada al otro lado.
Vio como uno de los policías metía a ambos sujetos atados con sus propios cinturones en la patrulla y el otro policía estaba sosteniendo la carpeta, mientras Chloe estaba parada a su lado.
Chloe levanto la mirada y miro al otro lado de la calle, ella le envió una sonrisa a Peter quien respondió con una propia mientras acomodaba su gorra para luego seguir su camino.
Sentado al fondo de un autobús, dirigiéndose hacia su próximo destino. El ex fotógrafo saco su teléfono y lo encendió desbloqueándolo, busco una aplicación que solo tenía por título H.Y.W y entro a esta.
Inmediatamente aparecieron miles de mensajes, todos y cada uno de cuentas diferentes, miro cada uno detenidamente antes de al fin acceder a uno de ellos.
Poy21K
Mi madre se ha casado con un hombre con el que llevaba saliendo unos tres meses, él le pega muy fuerte y la maltrata, le grita muy duro. Quiero hacer algo, pero tengo mucho miedo y él le sigue pegando, ella no se defiende también le tiene miedo. El hermano de este hombre también viene y nos grita, me mira mucho y de manera extraña.
Tengo miedo pero no sé qué hacer ¿Qué debo hacer?
Peter leyó detenidamente el mensaje, su ceño se frunció y tomo varias respiraciones para calmarse. Tocando en el nombre de usuario, una barra de carga apareció en la pantalla y el ex fotógrafo espero pacientemente a que la barra terminara de cargar.
Usuario rastreado
Asintiendo para sí mismo, el castaño guardo su teléfono y se recostó contra la ventana del autobús, cerrando sus ojos y dejo que todo avanzara lentamente.
