Autor Original: helloimnad

ID: 13889830

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Si Sawada Tsunayoshi describiera su situación actual, se había vuelto mucho peor ahora que Reborn, el asesino a sueldo más fuerte del mundo, que había dejado este mundo. Reborn, su tutor, quien había estado a su lado durante más de diez años, había muerto. Ese Reborn, junto con sus compañeros Arcobaleno. Los siete bebés más fuertes del mundo habían sido derrotados, más bien, en batallas unilaterales. Tsunayoshi estaba furioso, muy desesperado. Sin embargo, apenas tuvo tiempo para llorar; no cuando el mundo en el que vivían actualmente, junto con todos los mundos paralelos que existían, estaban a punto de ser conquistados y destruidos por una persona muy malvada. Tsunayoshi no podía dejar que sucediera. Tenían que hacer algo para evitarlo.

Irie Shoichi debió haber sentido una aura depresiva masiva emitida por el Vongola Decimo, porque el rojo le lanzó a Tsunayoshi una mirada muy preocupada "Tsunayoshi-kun, debe ser muy difícil para ti. Yo… lamento mucho tu pérdida" dijo Shoichi con una mirada de disculpa. Pérdidas, Tsunayoshi corrigió internamente a Shoichi. Ambos hombres estaban actualmente sentados uno frente al otro en una de las muchas salas de conferencias dentro de la sede Vongola.

Tsunayoshi levantó lentamente la cabeza para mirar a Shoichi a la cara. El moreno negó con la cabeza débilmente y le ofreció a Shoichi una pequeña sonrisa "No te preocupes demasiado por mí, Shoichi-kun. Yo… no tenemos mucho tiempo para llorar. Después de esta reunión con Byakuran, estoy seguro de que las cosas serán mucho más difíciles para ti y Hibari-san. Sólo… ya sabes, concéntrate en lograr el primer paso de nuestro plan"

Shoichi estaba a punto de responder cuando, de repente, Hibari Kyoya, el guardián de la nube de la décima generación de la familia Vongola, abrió la puerta. El ex prefecto cruzó silenciosamente la habitación y se sentó en un asiento vacío al lado de Tsunayoshi. Una mirada al moreno fue todo lo que Hibari necesitó para darse cuenta de que su amante se sentía tan deprimido y abatido. Hibari tomó la mano de Tsunayoshi con la suya y le dio un apretón tranquilizador. Tsunayoshi giró su cabeza hacia la dirección de Hibari y le dio a este último una pequeña sonrisa. Luego, el Don Vongola procedió a cerrar los ojos y respirar hondo y profundo para relajarse, antes de exhalar lentamente.

Tsunayoshi abrió los ojos y en esos orbes caramelo, todos en la habitación pudieron ver una mirada completamente determinada "Ahora, Hibari-san, Shoichi-kun, comencemos nuestra discusión final" los tres procedieron a pasar la noche para finalizar su plan secreto para derrotar a Byakuran.

En un momento como este, Tsunayoshi odiaba más su hiper intuición. Ya estaba tan preparado para enfrentar el resultado de esta llamada charla de paz, pero eso no significaba que su hiper intuición dejase de resonar. Lentamente, abrió los ojos cuando sintió una tela suave que se deslizaba suavemente por el lado izquierdo de su rostro. Volvió la cabeza hacia la persona que acababa de limpiarle el sudor de la cara.

"Estás sudando mucho" dijo secamente Hibari, cuya mano ahora se había movido para limpiar el sudor del otro lado de la cara de Tsunayoshi con el mismo pañuelo. Tsunayoshi echó un vistazo afuera, y solo entonces se dio cuenta de que el coche en el que estaban se había detenido en algún lado del camino. Debió verse tan inquieto mientras dormía, que Hibari decidió detener el coche. Podía sentir que su camisa de vestir goteaba con sudor.

Tsunayoshi giró su cabeza hacia Hibari y le dio a este último una sonrisa débil "Gracias, Hibari-san. Yo… estoy haciendo todo lo posible por mantener la calma, pero esta hiper intuición es realmente molesta. Me pone… nervioso"

"Como deberías estarlo. Ese día se acerca, después de todo" fue la breve respuesta de Hibari.

Tsunayoshi sonrió para sí mismo. El moreno entonces procedió a sacar algo del bolsillo del pecho de su traje; su propio pañuelo. Luego extendió su brazo y le ofreció el pañuelo a Hibari "Quiero que te quedes con esto, Hibari-san. He ensuciado el tuyo. Tu pañuelo debe estar goteando con mi sudor ahora"

Hibari arqueó una ceja, confundido. Tsunayoshi continuó hablando "Hagamos nuestro mejor esfuerzo" con una cálida sonrisa plasmada en su rostro.

Hibari cogió el pañuelo de su amante y lo puso en el bolsillo del pecho de su propio traje "Me quedo con este, Tsunayoshi. Después de que hayas hecho tu parte, déjame el resto a mí. Sabes muy bien que nunca fallaré" le dijo Hibari al castaño, una sonrisa se formó en su rostro "Te devolveré esto cuando se acabe. Así que tienes que volver"

La sonrisa de Tsunayoshi se hizo más amplia cuando escuchó la confiada respuesta de Hibari. Adoraba tanto la confianza inquebrantable de su amante que deseaba tener algo para él "Muchas gracias, Hibari-san. Gracias" Tsunayoshi acercó su rostro al de Hibari, y le dio a su guardián de la nube un beso cortó en los labios "Te amo" susurró mientras acariciaba la nariz de Hibari con la suya, antes de echar la cabeza hacia atrás.

"Lo sé" respondió brevemente Hibari. El hombre más alto procedió a colocar su mano en el lateral de la mandíbula de Tsunayoshi, frotándola lentamente con el pulgar, y acercó su rostro al de Tsunayoshi, mientras se besaban de nuevo, un poco más esta vez, mientras los dos vertían tanto amor y cariño en este "Yo también te amo"