Autor Original: XxFuyukaina-BakaxX

ID: 1994863

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Oikawa empuja sus gafas por el puente de su nariz, entrecerrando los ojos ante su dibujo. Está sentado en la cama, una montaña de almohadas tras su espalda. Tiene las piernas estiradas, apoyándose en la dura superficie que está usando para sostener el papel en su lugar. La lámpara a su lado en la mesita de noche brilla sobre él y su trabajo.

El grifo del baño adjunto se cierra un momento después. Oikawa no se molesta en alzar la mirada, dibujando una fresa encima de su confección. Iwaizumi entra en la habitación, vestido solo con un par de bóxers junto con una toalla alrededor de sus hombros. La alza para secar su pelo húmedo "Se acabo" ordena.

Oikawa se niega a alzar la mirada, su garabatear se acelera a medida que un quejido se acumula en su garganta. Iwaizumi gruñe, colgando la toalla antes de meterse en la cama "Es tarde" informa.

"Ya casi termino, Iwa-chan" murmura Oikawa, el lápiz sin dejar de pasearse por el papel "Duerme tú"

"La última vez que dijiste eso, no te fuiste a dormir. En absoluto" recuerda Iwaizumi "Necesito una almohada" añade, dándose cuenta de que su esposo le había quitado todos los cojines de su lado de la cama.

Oikawa frunce los labios, sentándose para que Iwaizumi pueda recuperar una de las almohadas tras él "No puedes apresurar la perfección"

"No estoy haciendo eso. Te estoy dando prisa a ti" replica Iwaizumi, golpeando con la almohada el rostro de Oikawa. Oikawa deja escapar un chillido, moviendo las piernas para dejarlas rectas.

"¡Iwa-chan!" grita, empujando la almohada lejos de él "¡No cuando estoy usando las gafas!"

"Lo siento" murmura Iwaizumi, inclinándose hacia adelante para besarlo en la mejilla. Oikawa sigue haciendo pucheros, obligando a Iwaizumi a coger su rostro y girarlo para poder besarlo en los labios. Oikawa no puede evitar ceder entonces, inclinando su cabeza. Iwaizumi se retira "Ven a la cama, Tooru" susurra, en su tono ronco e irresistible.

El gemido en la garganta de Oikawa es fuerte y molesto, eso, junto con el brillante sonrojo que se extiende en su rostro pinta una imagen hilarante. Suelta un resoplido y coloca el apoyo y el papel sobre su mesita de noche. Recoloca la almohada para desmantelar la montaña y se desliza hacia abajo "¿Feliz?" suspira, cruzando los brazos.

"Eres un crío" dice Iwaizumi, inclinándose sobre él para apagar la lámpara que había olvidado tocar. Oikawa se estira para dejar que sus dedos tracen los bíceps de Iwaizumi hasta su hombro y cuello hasta que puede descansar su mano sobre su mejilla. Iwaizumi lo mira con una ceja alzada "¿Sí?"

"Nada" respira Oikawa, frotando la mejilla de Iwaizumi con su pulgar.

"Eso es raro" replica Iwaizumi, tumbándose a su lado "Que no tengas nada que decir"

Oikawa saca la lengua, pero se acerca a Iwaizumi y se pone de lado "Qué malo" suspira.

Iwaizumi se pone de lado también, mirándose el uno al otro "Hey. ¿Puedo decirte un secreto?" Oikawa alza una ceja, por lo que Iwaizumi continúa "Al parecer, Kyoutani y Yahaba salieron a una cita el pasado fin de semana. Al menos, según Maki"

Oikawa parpadea antes de soltar una pequeña carcajada "Iwa-chan, ¿te acabas de dar cuenta de eso?"

Iwaizumi frunce el ceño, arrugando las cejas "¿Qué quieres decir?"

"Han estado saliendo durante un mes"

"Qué"

"Los vi besándose una semana antes de nuestro aniversario"

"¿En serio?"

"Incluso antes de eso era obvio. ¿Por qué crees que les seguía asignando turnos parejos?"

Iwaizumi permanece en silencio durante un momento "Eres un idiota"

"Prefiero el término casamentero" corrige Oikawa con una sonrisa maníaca "Y todo salió bien. Hacen unos hermosos pasteles juntos"

Iwaizumi gruñe una respuesta, girándose para quedar recostado boca arriba. Mira hacia el techo, reflexionando sobre esta nueva información. Sobre la naturaleza de las relaciones. Sobre la naturaleza de su propia relación. Sobre el papel de Oikawa en todo, y eso lo hace pensar. Dándole vueltas al mismo pensamiento que le había estado atormentando durante semanas, meses.

"Oikawa" comienza, con cuidado.

Oikawa suspira, acurrucándose contra el hombro a su lado.

Iwaizumi traga "He estado mirando los procesos de adopción"

Su frase necesita de un momento para asentarse en la cabeza adormilada de Oikawa, pero el efecto es instantáneo una vez que lo hace. Se sienta, con los ojos muy abiertos y mirándole "¿Qué has hecho qué?"

"Diez dólares a que es culpa de Oikawa" dice Hanamaki, golpeando la mesa con su mano.

"Joder, eso significa que tengo que echarle la culpa a Iwaizumi" suspira Matsukawa, con el ceño fruncido. Hanamaki le dedica una sonrisa y un guiño.

"No es correcto apostar contra tus empleadores" comenta Yahaba, empujando los brazos de los empleados mayores lejos del mostrador, para que parezca que estaba haciendo su trabajo correctamente frente a sus jefes.

Iwaizumi y Oikawa acababan de entrar en el edificio, Oikawa yendo inmediatamente a la parte trasera con aspecto malhumorado. Iwaizumi no estaba mucho mejor, y miró con un ceño fruncido al trío en el mostrador debido a sus comentarios.

Yahaba agacha rápidamente la cabeza y comienza a limpiar el mostrador, donde al pie de Matsukawa y Hanamaki había estado descansando, disculpándose. Dicho par no se ve afectado por la mirada de Iwaizumi, caminando hacia él. Matsukawa coloca un brazo sobre él, y Hanamaki le dedica una mirada triste "¿Problemas en el paraíso?"

"¿Por qué os pagamos? Recordádmelo" murmura Iwaizumi, sin molestarse en retirar el brazo de su hombro. Ha estado en esta situación muchas, muchas veces antes y la enfrenta con resignación.

"Relaciones públicas, reposteros, limpieza, ya sabes, los trabajos" enumera Matsukawa.

"Y apoyo emocional" agrega Hanamaki "Sinceramente, merecemos un aumento" Matsukawa asiente con seriedad.

Iwaizumi pone los ojos en blanco "Id a molestar a Oikawa"

"Oh, lo haremos" concuerda Hanamaki "Pero ahora te tenemos–"

"En nuestras garras" interrumpe Matsukawa, apretando el hombro que tiene atrapado.

"-Y no podemos dejar que la oportunidad se nos escape de las manos"

Iwaizumi deja escapar un largo suspiro, muy largo, antes de permitir que el par lo siente en una de las sillas que tienen cerca, frente a la panadería. Iwaizumi se percata del pequeño ceño fruncido de Yahaba ante eso, sin duda porque a no está al alcance de la conversación. Bastardo.

Hanamaki se sienta frente a él y Matsukawa arrastra una silla, haciéndola chirriar, para unirse a su lado. Es en este punto que Iwaizumi se da cuenta de que Kyoutani ha estado en la habitación todo el tiempo, agarrando su escoba con fuerza y observando toda la escena como si hubiera interrumpido su mañana. Iwaizumi lo siente por él. Principalmente porque siente lo mismo.

"De acuerdo, escúpelo"

Iwaizumi sabe que estará ahí atrapado hasta que suelte la información a los sabuesos que, desafortunadamente, contrató. Deja escapar un suspiro, seguido de su declaración "Solo estuvo intentando que Oikawa se hiciese a la idea de tener hijos"

Tanto Matsukawa como Hanamaki parpadearon antes de mostrar sonrisas idénticas "Siendo serios al fin, ¿eh?"

Iwaizumi mantiene su expresión neutral, casi aburrido. No quiere ponérselo fácil. No le gusta soltárselo todo a los empleados de su negocio así, incluso si son amigos desde hace mucho tiempo. Especialmente cuando se trata de discusiones serias entre él y Oikawa. Lo resolverían ellos mismos, sin ninguna intromisión.

"Entonces nuestro Rey no está interesado en un heredero, ¿verdad?" pregunta Matsukawa.

Iwaizumi no responde "Solo necesitamos hablar más sobre eso" si Oikawa en serio nunca quisiera tener hijos, Iwaizumi lo respetaría. Pero apenas había podido decir una palabra en la noche antes de que Oikawa empezara a quejarse de lo groseros y diabólicos que son los niños. Iwaizumi solo quería hablar, pero Oikawa estaba en su versión mezquina y mimada. Necesitaba esperar a que se relajase.

"Lo que tienes que hacer" empieza Hanamaki "es poner la paternidad como algo súper interesante, ¿sabes?"

"No menciones que los bebés son seres de pesadilla" dice Matsukawa "No menciones el hecho de que nunca volverás a dormir, que tu casa siempre será un caos, que nunca tendrías dinero para usar de nuevo –"

"Sois simplemente geniales, ¿no es así?" interrumpe Iwaizumi bruscamente, no queriendo escuchar como acaba.

"Para eso están los amigos" agrega alegremente con una amplia sonrisa.

"Sí, bueno, agradecería que no le dijeras nada de esto a Oikawa" Iwaizumi frunce el ceño y sus ojos de repente recaen de Yahaba y Kyoutani. El cajero se había acercado lentamente a la conversación para estar junto al que barría, que había dejado de hacerlo "Eso también va para vosotros dos" espeta.

Kyoutani se estremece, frunciendo el ceño mientras comienza a barrer de nuevo. Yahaba se rasca la mejilla con culpabilidad. Con eso, Iwaizumi lleva a los empleados mayores a la parte trasera de la panadería.

Kyoutani se relaja un poco, sus pasadas al barrer se hacen menos bruscas. Yahaba lo mira atentamente. Kyoutani enfoca su mirada en el suelo, ya sin fruncir el ceño, pero en sus labios se dibuja una delgada línea. Está increíblemente concentrado. Está pensando en algo.

Yahaba sonríe, alzando una mano para arreglar la gorra de repostero de Kyoutani, que se había torcido. Kyoutani lo mira sorprendido y Yahaba le sonríe. Kyoutani entrecierra sus oscuros ojos "Qué"

"¿En qué estás pensando?" pregunta Yahaba, perceptivo como siempre.

Kyoutani frunce el ceño, sus orejas arden por verse descubierto tan fácilmente por su compañero de trabajo "Nada" miente.

"Oh, vamos" sonríe Yahaba "Tuviste una idea para el problema de Iwaizumi-san, ¿no?"

Kyoutani frunce los labios, apretando la escoba en sus manos "¿Por qué no conseguir un perro?" resopla, mirando a un lado.

Yahaba frunce el ceño "¿Eh?"

Kyoutani l mira, sus rasgos ya no están endurecidos, sino más bien expuestos. Su cejas no arrugan su frente "Las mascotas son niños para practicar" explica "Así que, por qué no conseguir un perro y ver si pueden lidiar con ello"

Yahaba parpadea un momento "Guau" respira "Nunca pensé que tendrías una buena idea"

Kyoutani lo fulmina con la mirada, pero Yahaba lo besa en los labios "Vale, vale, has tenido dos buenas ideas" Kyoutani mira hacia otro lado, un poco rojo, frunciendo ligeramente el ceño. Per Yahaba no tiene tiempo para eso, cogiendo su manga y tirando de él hacia la puerta de atrás.

"¿Eh?"

"Venga, ¡vamos a compartir tu idea con Iwaizumi-san!" insiste Yahaba, arrastrando al otro hombre y su escoba con él.

"No quiero un perro, Iwa-chan" espeta Oikawa, cruzando los brazos mientras aparcan el coche frente al refugio.

Todos habían acordado que intentar conseguir una mascota era una gran idea y dijeron que Iwaizumi debería sorprender a Oikawa con un lindo e irresistible cachorro. Lo que mostraba claramente lo poco que sus empleados realmente conocían a Oikawa.

Oikawa odiaba las sorpresas más que nada.

Oikawa era un planificador. Tenía que tener todo calculado y pensar tres pasos por delante para sentirse cómodo. Tenía tres planificadores diferentes en casa, uno para la panadería, otro para el hogar y otro para las cosas personales. Esto ni siquiera incluía su calendario de Google y programas en línea. Era absolutamente aterrador verlo en acción. Todos los domingos por la noche, Oikawa tenía todo extendido sobre su escritorio, colores coordinados y era increíblemente abrumador a ojos de Iwaizumi.

A Oikawa le gustaba emitir un aura de indiferencia, pero cuando se trataba el asunto, Oikawa necesitaba saber todo sobre cualquier cosa.

De ninguna manera se plantearía Iwaizumi sorprenderle con algo que cambiaba tanto la vida como una mascota. Esa era la clave para el desastre.

Eso y también que a Oikawa tampoco le gustaban mucho los animales.

"Mira, están ofreciendo adopciones especiales y necesitan un hogar. Kyoutani nos pidió que lo ayudáramos" resopla Iwaizumi. En parte era cierto. El centro de rescate estaba teniendo hoy un día de adopciones y Kyoutani era voluntario aquí los fines de semana.

Oikawa pone mala cara, pero había pasado una semana desde su verdadera pelea, por lo que ha sido más permisivo. Iwaizumi le da un golpecito, y Oikawa no puede evitar que una pequeña sonrisa aparezca en su rostro. Iwaizumi le dedica una sonrisa "Vamos, ¿me das el capricho?"

Los dientes de Oikawa aparecen a través de sus labios, deslumbrantes ya que no puede evitar una burla juguetona "Es un trabajo difícil, ¡pero lo haré por mi Iwa-chan!"

Iwaizumi puso los ojos en blanco, manteniendo la puerta abierta para que Oikawa pueda entrar. Dentro fueron recibidos por una cacofonía de ladridos y maullidos, además de algún chirrido ocasional. El viciado aire hace que sus narices se arruguen, pero siguen avanzando. Oikawa es cuidadoso cuando pisa, su elegante atuendo para el domingo de repente parece una mala elección. La sala está abarrotada de potenciales adoptantes y se abren camino lo mejor que pueden.

Son guiados a donde están los animales por una mujer que los deja al lado de una jaula llena de emocionados cachorros. Los ojos de Iwaizumi se iluminan. Habían pasado décadas desde que había estado tan cerca de un cachorro. De repente, no puede evitar recordar una infancia corriendo junto a su shiba inu Oka. Dios, amaba a ese perro más que a nada.

Antes de darse cuenta, se está subiendo las mangas y se lanza a ello, recogiendo uno de los perros dorados. Deja escapar un suave jadeo, sonriendo mientras el cachorro comienza a lamer su rostro, golpeándole el brazo con la cola. Deja escapar una pequeña risa ante la sensación de cosquillas que le produce antes de mirar a Oikawa que está parado a su lado.

Nunca ha visto al hombre verse tan en conflicto consigo mismo. Iwaizumi se pregunta si él también se está enamorando del perro pero no quiere elevar demasiado sus esperanzas, por lo que le ofrece al animal.

Oikawa lo coge con el ceño fruncido, sosteniendo al perro con los brazos extendidos mientras este se retuerce en su agarre. La expresión conflictiva ha desaparecido, reemplazada solo por el asco. Iwaizumi no puede decir que no está decepcionado. Intenta contenerse lo mejor que puede.

Retira al perro y lo vuelve a bajar a donde estaba después de dudar un momento. Le da al cachorro una caricia más, por buenas razones. Se da cuenta de que se ha estado mordiendo el labio y lo libera, dejando escapar un suspiro.

Oikawa frunce el ceño a su lado nuevamente, sus ojos muestran disculpa "Lo siento, Iwa-chan" murmura e Iwaizumi se da cuenta de que Oikawa solo parece estar en conflicto por el amor instantáneo de Iwaizumi por el perro. Iwaizumi aprecia el sentimiento, dejándolo pasar.

"Está bien. No necesitamos un perro"

Oikawa abraza un poco sus costados, pareciendo totalmente fuera de su elemento aquí.

"Puedes acariciarlos" aparece Kyoutani ante ellos.

"Ya lo hizo" Iwaizumi asiente con la cabeza "Simplemente los perros no son para nosotros" añade, para que Oikawa no tenga que hacerlo. Está inusualmente callado, e Iwaizumi no quiere presionarlo más. De repente se siente increíblemente manipulador y deshonesto acerca de todo esto. Se siente sucio.

"Entonces, ¿quieres ver a los gatos?" continúa Kyoutani "Yahaba está con los gatitos en este momento" añade, encogiéndose de hombros, pasando junto a ellos para llenar los cuencos de la jaula del cachorro.

Antes de que Iwaizumi pueda negarse, Oikawa responde "Claro, ¿por qué no?"

Iwaizumi parpadea, lanzándole una mirada interrogante. Pero Oikawa no le mira. Kyoutani les señala el pasillo y hacia la derecha.

Encuentran a Yahaba agachado junto a la caja de gatitos, fascinado por las criaturas que maullaban. Les sonríe y saluda. Oikawa parece estar recuperándose mientras se pavonea con confianza "Yahaba-chan, ¿qué estás haciendo aquí?"

"Kyoutani es voluntario aquí todos los domingos y yo vengo algunas veces para ayudar antes de que vayamos a cenar" explica Yahaba fácilmente "Además, ¡puedo coger a estos pequeñines! ¡Míralos!" le ofrece un pequeño gatito en su mano extendida. Iwaizumi capta un leve estremecimiento antes de que Oikawa lo coja. No parece tan disgustado, pero todavía parece increíblemente incómodo, sosteniendo al delicado bebé en sus manos.

Iwaizumi se acerca y le quita al gatito con facilidad. Nunca había tenido gatos, pero había estado cerca de muchos de ellos en casa de su tía. Por suerte, Yahaba no había estado prestando demasiada atención al intercambio, demasiado concentrado en los otros cuatro adorables gatitos que reclamaban su atención.

El gatito en manos de Iwaizumi maúlla ruidosamente, llamando su atención, y no puede evitar sonreír a la pobre cosita. Lo siente tan pequeño en sus grandes manos, y sienta como su corazón se derrite. Acaricia la pequeña cabeza y, muy pronto, el gatito se recuesta en su palma, dejando escapar un ronroneo complacido.

Debido a eso, le lleva un momento a Iwaizumi darse cuenta de que Oikawa ya no está a su lado. Parpadea, dejándole el gatito a otro potencial adoptante y busca a su esposo alrededor de la abarrotada área. Finalmente lo ve junto a una de las jaulas a lo largo de la pared, lejos de la concurrida sección de gatos.

Iwaizumi se acerca a él con curiosidad. Oikawa mira fijamente dentro de la jaula. Dentro de esta, está sentado un gato mucho más viejo. Un rápido vistazo a la etiqueta pegada a las barras de la jaula revela que tiene 8 años. Tiene el pelo negro oscuro de longitud media, con ocasionales manchas marrones. Se sienta y mira directamente a Oikawa con los ojos verdes entrecerrados. Algo sobre la forma en que cuelga su cara hace que parezca que está frunciendo el ceño permanentemente.

"¿Oikawa?"

"Me encanta" susurra Oikawa, alargando una mano e intentando colar los dedos a través de las rejas, moviéndolos. El gato mira fijamente al intruso, moviendo su larga cola despeinada (y ligeramente enredada).

"¿Qué?" Iwaizumi parpadea, mirando al gato que, sinceramente, es menos que atractivo en su jaula "¿De verdad?"

Oikawa asiente, totalmente en serio, por fin rompiendo su intenso contacto visual con el gato para mirar a Iwaizumi "¿Puedo cogerlo?"

"Eh, vamos a preguntar antes" dice Iwaizumi lentamente, sorprendido y confundido. Da un paso atrás, viendo a Kyoutani cerca de Yahaba y le llama. Kyoutani abre fácilmente la jaula para que Oikawa coja al gato. Oikawa nunca antes ha tenido un gato, así que lo coge malamente antes de finalmente hacerlo bien (con la ayuda de Iwaizumi). El gato lo deja hacer, sin cambiar su expresión sombría, ni siquiera le araña, sorprendentemente.

Los ojos de Oikawa están brillando. Iwaizumi traga saliva.

"Este tiene bastante trabajo" menciona Kyoutani bruscamente, e Iwaizumi piensa que está haciendo una broma por la forma en la que está el gato antes de que comience a enumerar "Tiene problemas oculares crónicos, hay que ponerle una gota al día en cada ojo. Una de sus patas traseras se rompió cuando vino aquí y nunca se le curó bien, por lo que tiene una especie de cojera. En sus días más difíciles, hay que darle medicinas para el dolor"

Iwaizumi mira al gato en brazos de Oikawa con incredulidad. Es tan grande que sobresale de los brazos de Oikawa, como una pelota gigante, negra y peluda. Otro adopante potencial le pide ayuda a Kyoutani y este los deja a su aire.

"¿Escuchaste eso?" pregunta Iwaizumi, frunciendo el ceño.

Oikawa asiente, manteniendo los ojos en el gato "Lo amo"

"Acabas de verlo" recuerda Iwaizumi, aunque sabe lo que es amar a un animal al instante. Y prefería alentar eso con Oikawa que disuadirle, pero… ¿este gato? ¿De verdad?

"Hablo en serio, Iwa-chan" continúa Oikawa.

"¿No quieres mejor un lindo gatito?" prueba Iwaizumi, volviendo a mirar a la multitud que está alrededor de la caja de donde proceden los maullidos. Oikawa pone los ojos en blanco.

"Solo porque son jóvenes reciben toda esa atención. Opacando la presencia de los mayores igualmente talentosos que también son perfectamente adoptables" frunce el ceño con empatía, e Iwaizumi no puede discutir eso.

Iwaizumi respira hondo "¿Estás seguro?"

Oikawa asiente "Míralo, Iwa-chan. ¿Cómo puedes decirle que no a esa cara?"

Pero Iwaizumi no está mirando al gato. Está mirando el rostro suplicante de Oikawa, sus brillantes ojos marrones, su hermosa sonrisa natural. Y está de acuerdo. No puede decir que no "Está bien"

Oikawa sonríe, inclinándose para darle un beso rápido antes de volver corriendo hacia Kyoutani para preparar los papeles.

Iwaizumi niega con la cabeza pero no puede evitar su propia sonrisa al verlo.

Oikawa nunca ha hecho nada a medias en toda su vida, por lo que Iwaizumi no está seguro de por qué está sorprendido por el giro de los acontecimientos después de la adopción de Donyatsu. (Oikawa había insistido con el nombre y no había nada que Iwaizumi pudiese hacer para impedirlo) Oikawa había observado atentamente mientras Kyoutani les mostraba las formas exactas de darle al gato su medicación. Investigó en su móvil de camino a casa las mejores formas de presentarle al gato un nuevo hogar (manteniéndole en una habitación). Se quedó con el gato toda la primera noche, mostrándole todos los lugares en el dormitorio principal que podía explorar mientras Iwaizumi hacía una caja de arena temporal y llenaba unos cuencos con comida y agua.

Al día siguiente, después del trabajo, Oikawa le pidió que compraran los cuencos más bonitos de color aguamarina (tenían unos pequeños peces dibujados) y una caja de arena de verdad. A cada instante, durante la siguiente semana, iría en busca de Iwaizumi para preguntarle si estaba bien darle al gato cierto juguete, si podían conseguirle una pequeña casa la siguiente semana, si estaba haciendo las cosas correctamente.

Sinceramente, era increíblemente entrañable.

Así que Iwaizumi no debería sorprenderse cuando Oikawa insiste en pasar por Dateko Books de camino a casa el viernes, pero lo hace.

"¿Internet ya no es suficiente?" pregunta, con una ceja alzada. Oikawa resopla cuando sale del coche.

"No puedes creer todo lo que lees en internet, Iwa-chan" espeta Oikawa, abriendo la puerta para que su marido entre.

"Y esto viene del hombre que acepta cada avistamiento de ovnis que encuentra por internet" responde Iwaizumi con aire de suficiencia.

Oikawa hace un puchero "Iwa-chan, ambos sabemos que el gobierno nunca permitirá que se publiquen esos secretos. Internet es el único sitio seguro para compartirlo. Duh"

Dateko Books es una librería local que está a poca distancia de Karasuno Kafe, administrada de manera independiente y famosa por la cantidad de libros que puede almacenar en su espacio relativamente pequeño. La clave: altos muros de libros y pasillos que se extienden en lo alto. Iwaizumi siempre se siente un enano aquí pero, ¿quién no? No es porque sea más bajo de lo promedio.

Sin embargo, últimamente se había acostumbrado más al edificio, pasando tiempo en la sección de ayuda para padres en su tiempo libre. Seguramente es posible que haya hojeado al menos toda la sección de adopción para entonces, aunque no es que lo admitiese.

Por costumbre, sus pies lo conducen hacia el pasillo antes de darse cuenta. Oikawa agarra su manga, tirando de él hacia atrás "Iwa-chan, te pasaste el pasillo"

Iwaizumi parpadea, girándose "Ah, claro. Fallo mío"

"Observador como siempre" suspira Oikawa con su provocación normal, pero hay menos toque de humor. Está frunciendo los labios, pensando, e Iwaizumi tiene la ligera idea de preguntarle si pasa algo malo. Pero Oikawa ya se había girado para mirar los libros de mascotas, e Iwaizumi lo deja estar, mirando los títulos sin hacer nada.

Después de aproximadamente media hora, Oikawa regresa con él, cargando siete libros precariamente en sus brazos "Ya estoy"

Iwaizumi guarda el libro que estaba hojeando "No vas a comprar siete libros para el gato"

"En primer lugar, se llama Donyatsu" comienza Oikawa, fulminándole con la mirada "Y todo estos libros son necesarios para su correcta educación"

"Tiene ocho años, ya está criado" responde Iwaizumi "Vamos. Dos libros como máximo"

Oikawa frunce los labios pero acepta, andando con fuertes pisadas hacia el pasillo de las mascotas. Cuando regresa con su selección, la pareja se dirige a la caja, donde hay un hombre increíblemente alto de pelo corto y blanco con una mirada aterradora. A Oikawa no le inquieta su expresión, dejando los libros sobre el mostrador y pagando.

"Iwa-chan, ¿sabes que es lo que amo de ti?" empieza Oikawa, mientras está sentado en el asiento del pasajero del coche, con los libros colocados en su regazo.

Iwaizumi está ocupado prestando atención al cruce al que está intentando entrar "¿Qué?"

"Tus brazos"

Iwaizumi parpadea, mirándolo "¿De verdad?"

"No" responde al momento Oikawa "Pero me encantará ver esos robustos brazos tuyos cortando madera y haciéndole a Yatsu-chan unas escaleras"

"¿Perdona?"

Oikawa hace un puchero entonces "¿No te has dado cuenta? Nuestro bebé no puede subirse a nuestra cama solo. Creo que es su pierna trasera o algo así. Así que necesitas hacerle unas escaleras para que ayudarle"

"¿Necesito?" Iwaizumi repite con una ceja alzada, haciendo su giro con el volante con practicada facilidad.

"Sí. Ya elegí una bonita alfombra para cubrirlos. Hace juego con nuestra colcha"

Iwaizumi deja escapar un suspiro per no protesta, porque se había dado cuenta de eso en su viejo gato. Se sentaba en el borde de la cama, dejando escapar un ruidoso maullido hasta que Oikawa lo cogía.

Oikawa se inclina y besa la mejilla de Iwaizumi "Me encanta todo de mi Iwa-chan" decide Oikawa, e Iwaizumi rueda los ojos para cubrir que incluso una simple declaración como esa hace que su corazón lata más rápido. Incluso después de tantos años. En su lugar, se centra en el camino.

Oikawa le sonríe, pero vuelve a meter la nariz en los libros, leyendo todo el camino a casa.

"¿Se permiten mascotas aquí?" pregunta Kyoutani, viendo como Oikawa entra a la panadería llevando al gordo gato en sus brazos. Le ha puesto al gato una pajarita que hace juego con el uniforme de la panadería. Iwaizumi entra tras ellos, llevando una bolsa de lona y una expresión avergonzada.

"No es una mascota, es Mad Dog Chan" espera Oikawa, reajustando al gato en sus brazos "Es para de la familia de Dulces Seijoh"

"Lo dejará en su oficina en la parte de atrás" agrega rápidamente Iwaizumi, casi disculpándose. Kyoutani simplemente los mira mientras se retiran de allí, preguntándose si tal vez su perro podría visitarlo. Llegan a la oficina de Oikawa, y este deja a Donyatsu en el suelo. El gato frota la cara contra su muslo antes de deambular lentamente por la oficina.

Hanamaki, que había estado sentado en su escritorio, alza la vista y mira a la nueva criatura cerca de sus pies.

Mira a Oikawa "¿Es este el famoso Donyatsu que se ha apoderado de tu instagram?" pregunta.

Oikawa le sonríe, alzando a su gato de nuevo para mirar más de cerca a Hanamaki "¿No es asombroso? ¡Míralo! ¡Míralo! ¿Alguna vez has visto un gato tan lindo en tu vida?"

Hanamaki parpadea, mirando atentamente la cara del gato. El gato es viejo, sus ojos verdes se ven cansados y su rostro muestra un ceño permanente. Hanamaki alza la vista y ve a Iwaizumi en el rincón, frunciendo el ceño mientras coloca un plato de comida y una caja de arena, con los ojos verdes fijos en lo que hace.

Alza la vista hacia lo brillantes ojos de Oikawa, que esperan una respuesta.

"Joder" dice "Oikawa, tienes un tipo"

Tres días tarda Oikawa en romper su promesa de mantener al gato en la parte de atrás y Donyatsu se instala al frente de la tienda como su dominio permanente en la panadería. Se mantiene en una de las sillas en la pequeña área para sentarse, causando pocos problemas.

De hecho, la gente que se sentaba allí había incrementado diez veces porque Donyatsu no tiene problema en ser acariciado por extraños, incluso algunos niños graciosos. También tiene poco interés en la puerta, lo que significa que no había que preocuparse por que saliese corriendo. Así que, cada mañana, Donyatsu venía a trabajar con sus padres y se iba cuando ellos lo hacían.

En todo caso, hace que Kyoutani disfrute de su tiempo barriendo la tienda. Anteriormente solo disfrutaba si Yahaba estaba allí de cajero para hacerle compañía. Pero ahora podía acariciar a un gato cuando quisiera mientras estaba allí. Casi compensaba las muchas horas que se veía forzado a hacer tareas domésticas en lugar de decorar pasteles.

Está rascando la barbilla de Donyatsu cuando suena la puerta y se endereza. Entrecierra los ojos cuando el hombre entra, y el rostro de Yahaba tras el mostrador palidece. Rápidamente camino hacia atrás, quedándose de pie junto a Yahaba, lo suficientemente cerca como para que sus brazos se rocen.

"Hola, Ushijima-san" saluda Yahaba educadamente, tenso. Kyoutani continúa mirándole con dureza. El hombre no parece notar nada de eso.

"¿Está Oikawa aquí?" pregunta con simpleza.

"Déjeme ver" murmura Yahaba como respuesta, regresando a la otra sala. Kyoutani lo vigila.

Ushijima realmente no reconoce la presencia del humilde empleado, simplemente se mueve para sentarse en la silla que siempre ocupa cuando espera al dueño. Esta vez, sin embargo, un animal regordete está en esta. Parpadea, seguidamente levantando al gato rígidamente y lo deja en el suelo para que pueda sentarse.

El gato no es muy fan de esto, y rápidamente vuelve a subir a la silla, con un poco de dificultad, como si sus piernas tuvieran problemas para cooperar. Ushijima termina ayudándolo, dejándolo en su regazo, y luego se sienta y espera.

Tras unos instantes, Iwaizumi aparece apresuradamente por la puerta tras escuchar el mensaje de Yahaba. Ve al intruso y está a punto de hablar con él, tan civilizadamente como es posible, antes de que Oikawa salga y provoque una escena, pero se detiene al ver al gato en el regazo de Ushijima.

Su gato.

Algo arde dentro de él al ver a Ushijima acariciar a Donyatsu con demasiada fuerza en la espalda, con una expresión neutral. Se traga todo eso y se acerca. Está siendo ridículo.

"Ushijima"

"Oh" responde Ushijima, sin comprender "¿Oikawa no está aquí?"

"Soy el co-propietario de la panadería" recuerda Iwaizumi, sentándose frente a él. Sigue mirando a Donyatsu en silencio, urgiendo al gato a que se baje del regazo del hombre y se acerque a él.

"Supongo" asiente Ushijima, e Iwaizumi jura que puede escuchar un tono de decepción en su voz "Estoy seguro de que te has dado cuenta de por qué estoy aquí. Me gustaría compraros la panadería"

"No estamos en venta" recita Iwaizumi, dando golpecitos con el dedo en su muslo, intentando llamar la atención de Donyatsu de manera discreta. El gato lo mira pero no se mueve.

"Mi compañía está lista para ofreceros el doble de lo que vale esta tienda. Además, permitiremos que Oikawa mantenga su nombre en sus recetas. De hecho, estamos preparados para convertirlo en la imagen de su propia línea dentro de los productos de Shiratorizawa"

Iwaizumi se tensa, respira hondo y vuelve a decir "No estamos en venta"

"Nunca volverás a ver un trato como este"

"Gracias por la oferta. Pero, de nuevo, no estamos en venta" Iwaizumi se fuerza a sonreír de manera forzada y se pone en pie para indicar que esta decisión es la definitiva.

En ese momento, sin embargo, Oikawa finalmente irrumpe por la puerta, furia llenando sus ojos. Y se congela al ver a su bebé en el regazo de Ushijima. Ushijima se levanta instintivamente cuando se abre la puerta de golpe, mostrando al hombre que ha estado esperando, olvidando momentáneamente al gato encima de él.

Donyatsu deja escapar un aullido, clavando sus garras para agarrarse en los muslos de Ushijima mientras cae. Iwaizumi se lanza sin pensar mientras Oikawa grita "¡Yatsu-chan!"

Iwaizumi es capaz de coger al gato antes de que caiga al suelo, abrazándole contra su pecho. Ushijima se pone de pie, un poco aturdido, palmeando sus muslos y encontrando pequeños rotos en sus costosos pantalones. Oikawa se lanza hacia adelante, cogiendo al gato de brazos de Iwaizumi y abrazándolo.

"¡Yatsu-chan! ¿Estás bien? ¿Ese horrible hombre te hizo daño?" arrulla, abrazando al gato, olvidando por completo el verdadero propósito de ir a la entrada de la panadería.

Iwaizumi se pone en pie con poca ceremonia, limpiándose las manos en el delantal atado a su cintura. Señala hacia la puerta "Lo siento por eso. Pero creo que hemos resuelto el asunto, ¿no?" Ushijima parpadea, demasiado aturdido por el giro de los acontecimientos como para decir algo. Simplemente recoge sus cosas y deja el establecimiento.

"¿Está bien?" pregunta Iwaizumi, caminando hacia Oikawa.

"Está perfectamente. Incluso arañó a Ushijima, es un buen chico" elogia Oikawa, acariciando el cuello del gato "E Iwa-chan es su mayor héroe" se inclina para besar a Iwaizumi brevemente mientras su esposo acaricia a Donyatsu "Pero" agrega, frunciendo el ceño "Ahora apesta a Ushiwaka-chan. Tendremos que bañarle durante horas esta noche"

"No vamos a bañar al gato" dice Iwaizumi con firmeza, siguiendo a Oikawa hacia la parte de atrás con el gato.

Yahaba regresa al frente, volviendo al mostrado donde Kyoutani se encuentra, quieto "Lo siento, Matsukawa-san me pilló. ¿Qué me perdí?"

"Iwaizumi-san es asombroso" dice por lo bajo Kyoutani con admiración y se acalora cuando se da cuenta de que lo ha dicho en voz alta.

Oikawa se frota los cansados ojos mientras sale de su habitación, yendo con tropiezos a la cocina. Se detiene en la perta, apoyándose pesadamente contra el marco de madera.

Bosteza silenciosamente y, al final, hace balance de la habitación. El café está listo, su porción está en la cafetera. Iwaizumi está sentado en la mesa, leyendo un periódico con su taza de café al lado. Está mordisqueando un croissant – un extra por la panadería.

Oikawa se deja llevar por la visión de Iwaizumi, su frente sin arrugas. Su piel bronceada visible con su camiseta blanca y bóxers. Se deleita la vista con una sonrisa suave y ojos soñolientos.

Donyatsu se estira y da golpecitos con la pata a Iwaizumi desde su pequeña cama en la cocina (Oikawa insistió en conseguirle una cama para cada habitación, por lo mayor que está). El gato frota la cabeza contra la pierna de Iwaizumi y este mira hacia abajo y sonríe.

El corazón de Oikawa suspira cuando Iwaizumi rasca la cabeza del viejo gato. Donyatsu ronronea, de manera profunda, y alza su pata delantera en señal de querer ser cogido. Iwaizumi obedece, colocando al gato en su regazo mientras mira el periódico.

Oikawa ignora su café para acercarse a su esposo, pegándose a su espalda y rodeándole el cuello con los brazos. Presiona su barbilla contra el hombro del otro hombre. Iwaizumi gira el rostro para besarle brevemente como saludo.

Oikawa se refriega contra su cuello e Iwaizumi deja salir una leve carcajada "Estás de buen humor"

Oikawa asiente en el cuello de Iwaizumi, apretando los brazos alrededor de él. Iwaizumi deja su periódico "¿Estás bien?"

Oikawa alza ligeramente la cabeza, lo suficiente para que sus palabras no queden amortiguadas "Iwa-chan está jugando sucio" murmura "Sentado aquí dulcemente, viéndose tan guapo y siendo amable con mi bebé. No es justo"

Iwaizumi alza una ceja "¿No es justo?"

"Se supone que yo soy el lindo e irresistible" se queja Oikawa, dejándose caer ligeramente y presionando con su peso la espalda de Iwaizumi.

"¿En serio? Nunca me avisaron de eso" se burla Iwaizumi y Oikawa se queja con más fuerza. Lo suficientemente fuerte como para que Donyatsu suelte su propio maullido con fuerza. Los dos hombres sueltan una carcajada por eso.

"Eres un influencia horrible para él" suspira Iwaizumi, sin aliento por las risas.

"No lo soy" responde Oikawa, alzando a Donyatsu y sosteniéndolo contra su rostro "Quiere ser como su papá favorito" le hace carantoñas, besando la cara gruñona.

Iwaizumi lo mira y no puede evitar la sonrisa que se le forma. Aun así, se muerde el labio, mira hacia la mesa y remueve el café con una cuchara. Oikawa lo ve por el rabillo del ojo, y su sonrisa se estremece ligeramente. Pone a Donyatsu en el suelo, perdido en sus pensamientos mientras coge su café.

"No, en serio, Yahaba, Kyoutani, tenéis que ver esto" insiste Hanamaki, empujándolos hacia la parte trasera de la panadería.

"Pero la caja –" protesta Yahaba.

"Watari se encarga, no te preocupes. Tienes que ver esto"

El par se detuvo frente a una de las mesas traseras, generalmente reservadas para hacer pasteles, totalmente vacías. Kindaichi y Kunimi estaban sentados juntos, los ojos vendados. Kindaichi está temblando. Kunimi parece aburrido. Kyoutani entrecierra los ojos.

"¿Qué está pasando?" pregunta Yahaba, alarmado.

"Magia" responde Hanamaki sin ser de ayuda alguna, haciendo un gesto con la cabeza en dirección a Matsukawa que coloca dos platos de dulces ante Kunimi y Kindaichi.

"Adelante" dice y ambos van a por sus respectivos dulces. Sosteniéndolos, oliéndolos y mordiéndolos.

"Muy bien, Kindaichi, tu primero"

Kindaichi está sudando "Eh, ¿un croissant?"

Hanamaki presiona un botón en su teléfono, emitiendo un sonido de error. Kyoutani casi salta ante el repentino ruido. Yahaba se pega más a él, por lo que sus costados se tocan. Mueve los dedos, deslizándolos cuidadosamente entre los de Kyoutani y tirando de ellos. Este inmediatamente abre su mano, sin darse cuenta de cómo sus dedos se clavaban en la piel de sus palmas. Mira a Yahaba, pero el chico está mirando los eventos que tienen lugar frente a ellos.

Kyoutani vuelve a mirar, mientras Hanamaki señala hacia su otro cautivo.

"¿Kunimi?"

"Un croissant de chocolate, tercer lote, segunda bandeja" recita con facilidad Kunimi, después de un momento.

"Correcto" Matsukawa sonríe.

Yahaba y Kyoutani se miran el uno al otro.

Después de tres degustaciones más de pasteles, cada una más impresionante que la anterior, Yahaba se gira hacia Hanamaki "¿Es esto lo que hacéis aquí?"

"Esto y aquello" lo deja correr Matsukawa, apretando el hombro de Kunimi, lleno de orgullo.

"¿Me puedo quitar la venda de los ojos?" chilla Kindaichi, después de unos instantes.

Matsukawa se la quita, acariciándole la cabeza casi de manera paternal.

Hanamaki se inclina para susurrarles a Yahaba y Kyoutani "Kindaichi está aquí para demostrar lo bueno que es Kunimi en esto"

Yahaba rueda los ojos, dando gracias de que Oikawa lo haya tomado bajo su protección y no uno de los otros empleados mayores. Aunque reconoce la brillante sonrisa en el rostro de Kindaichi por las palabras de alabanza de Matsukawa, y el movimiento en los labios de Kunimi mientras se quita su propia venda.

"¿Qué estáis haciendo todos aquí?" exige Iwaizumi, de pie delante de ellos, con las manos en las caderas. Hanamaki rodea a Yahaba con un brazo y Matsukawa intenta hacer lo mismo con Kyoutani, aunque lo piensa mejor cuando el susodicho le dedica un gruñido feroz. Yahaba tira ligeramente de la manga blanca de Kyoutani, y este intenta relajarse.

"Nada, jefe. Solo charlando con los subordinados, dándoles consejos. Ya sabes. Del trabajo" sonría Hanamaki.

Iwaizumi lo mira de reojo, pero asiente con la cabeza, mirando a Kyoutani "Estás conmigo hoy"

Kyoutani asiente, deslizándose para seguirle obedientemente, lanzándole una rápida mirada a Yahaba antes de que desaparezca totalmente de su vista. Llegan al fregadero, donde se lavan las manos y luego se dirigen hacia la zona de preparación. Se arremangan e Iwaizumi coge la masa.

Kyoutani siempre disfruta de trabajar con Iwaizumi. Observa sus movimientos e intenta copiarlos lo mejor que puede, aunque tiende a ser mucho más forzado en su técnica para hacer pan. Siempre le sorprendía lo delicado que podía ser Iwaizumi, volteando la masa, alisándola y volviéndola a unir con cuidadosos y suaves movimientos.

También hay tranquilidad, otra cosa que aprecia Kyoutani. Odia hablar, porque nunca puede encontrar las palabras adecuadas. Pero Iwaizumi también prefiere el silencio.

Aun así, hacer pan no es nada como decorar pasteles, el único ejercicio que hace que sus manos sean menos inquietas, le da una sensación de serenidad a su ser volátil que ninguna otra cosa puede.

"Gracias por contarnos sobre ese refugio de animales" dice Iwaizumi de repente, aunque no ha alzado la vista de su trabajo.

Kyoutani lo mira fijamente pero no dice nada. En su lugar, aprieta la mandíbula y vuelve a centrarse en la masa en sus manos. Puede ver a Iwaizumi esbozar una ligera sonrisa por el rabillo del ojo.

"Por cierto, ¿Yahaba se quedó con alguno de esos gatitos?" pregunta con curiosidad, dedicándole una mirada de reojo.

Kyoutani niega levemente con la cabeza. Recuerda a Yahaba riéndose mientras los gatitos trepaban por todo su cuerpo, sonriendo a Kyoutani, con los ojos brillantes. Kyoutani siente que su rostro arde y no puede evitar apretar sus manos, cerrando los puños, su manera de mostrar inquietud, estropeando la forma de la masa en sus manos. Sobresale a través de los huecos de sus dedos y no puede decir que no disfruta de la sensación.

Oikawa deja su cuaderno de boceto en la mesita de noche, sentándose mientras Donyatsu sube sus escalones a medida para caminar hasta su regazo. Oye que el grifo se cierra en el baño adjunto y gira la cabeza para ver a Iwaizumi entrar en la habitación.

"¿Ya terminaste?" pregunta Iwaizumi, pasándose la toalla por el cabello húmedo antes de colgársela.

Oikawa niega con la cabeza y rasca a Donyatsu justo debajo de la barbilla "He decidido la cantidad de pisos, pero necesito encontrar la manera de colocar todas las flores que la novia quiere sin hacerlo tan llamativo" suspira, sin parar nunca en sus caricias a la cara enfurruñada de Donyatsu.

"Pero dejaste el cuaderno de bocetos" comenta Iwaizumi, subiéndose a la cama con cuidado.

"Guau, Iwa-chan, tus habilidades de observación nunca dejan de sorprenderme"

Iwaizumi golpea con su dedo la frene de Oikawa con cansancio, acostándose mientras Oikawa suelta un exagerado quejido. Acaricia la cabeza de Donyatsu, poniendo la suya sobre la almohada.

Oikawa hace un pequeño puchero y se acuesta también, acercando antes de Donyatsu a él, como si quisiera hacer la cuchara con él "Nope, has perdido los privilegios con Yatsu-chan"

Iwaizumi alza una ceja "Vale. Entonces te acariciaré a ti" espeta, estirando la mano y revolviendo el precioso pelo de Oikawa. Por suerte, es antes de ir a dormir y Oikawa lo arregla por la mañana, así que no le importa.

Oikawa se ríe "¿Soy tu pequeña mascota, Iwa-chan? ¿Tu gatito?"

Iwaizumi resopla, volviéndose para acostarse de espaldas "No lo hagas raro"

"Como, nya"

"Te pegaré de nuevo" advierte Iwaizumi, pero una ligera risa se le escapa durante la declaración.

"Que abuso, Yatsu-chan" suspira Oikawa, soltando al gato que está entre sus brazos para poder hablar directamente con él "No sé por qué lo aguanto" Donyatsu no responde, girándose para caminar hasta el final de la cama, hacia el lugar donde duerme, a sus pies.

"Mira, incluso él sabe que solo dices tonterías" comenta Iwaizumi, y Oikawa pone mala cara, dejando escapar un pequeño resoplido.

Oikawa apaga la luz y la habitación queda sumida en la oscuridad. Se acuesta de nuevo, girándose hacia Iwaizumi y se acomoda contra la almohada. Espera a que sus ojos se ajusten, viendo el tenue contorno del perfil de Iwaizumi a su lado. Ojos cerrados, cabeza mirando hacia el techo.

Oikawa deja que una sonrisa se deslice en su rostro, extendiendo la mano hacia Iwaizumi, que la sostiene suavemente. La cabeza de Iwaizumi gira hacia el lado para mirarlo, pero su mano aprieta la de Oikawa en respuesta.

Este sonríe, acercándose un poco más "Iwa-chan" Iwaizumi deja escapar un leve ruido para indicar que está escuchando, a pesar de que sus ojos permanecen cerrados. Oikawa continúa "Cuando tengamos hijos, solamente podemos tener hijas" decide, agregando después a la declaración con rapidez "Yatsu-chan es el único hijo en mi corazón"

Iwaizumi resopla, cansado. Y Oikawa observa cómo el adormilado cerebro de Iwaizumi se pone en marcha con lo que ha dicho. Los ojos verdes se abren de golpe e Iwaizumi se incorpora, sobresaltado, sentándose de repente lo suficientemente rápido como para ganarse un molesto maullido de Donyatsu.

Oikawa lo mira con un brillo divertido en los ojos y una sonrisa de complicidad en su rostro. Iwaizumi lo mira fijamente "¿Cuándo tengamos hijos?"

"Ahora no" dice Oikawa rápidamente, rodando para quedar boca arriba, mirando el teco en lugar del rostro de Iwaizumi "Pero cuando lo hagamos, esa es mi única petición"

Oikawa suelte un gruñido cuando Iwaizumi cae sobre él, sonriendo como un tonto. Oikawa hace todo lo posible para no reír, intentando poner cara de estar molesto para regañar a Iwaizumi por molestarlos a él y a Donyatsu mientras intentan dormir. Pero Iwaizumi lo está sujetando con fuerza, con el rostro sonriente presionado contra su cuello, besándolo. Oikawa no puede evitar reírse por las atenciones, estirando el cuello. Porque un Iwa-chan cariñoso es difícil de ver.

Entonces se encuentra rodeando con sus brazos el cuello de Iwaizumi, acercándolo para dejar sus propios besos en el rostro contrario. Sus labios se encuentran, y ahí los besos se vuelven más lentos, más acalorados, y Oikawa no puede evitar jadear mientras los dedos de Iwaizumi se enredan en su cabello y tiran de él.

Abre los ojos y muestra una sonrisa burlona, a pesar de que sus ojos están cerrados "Iwa-chan, no creo que hacer un bebé a la antigua vaya a funcionar para nosotros"

Iwaizumi parpadea antes de soltar una carcajada, inclinando la frente hacia la almohada, junto a la cabeza de Oikawa, con los hombros temblorosos.

Oikawa gira la cabeza para mirarle con la ceja arqueada.

Iwaizumi alza el rostro después de un momento "Ni siquiera fue tan gracioso" jadea "Dios, te odio tanto"

Oikawa sonríe, dándole besitos a la mejilla de su esposo "Me amas"

Iwaizumi deja escapar un suspiro derrotado "Más que a nada"

"¿Más que a Yatsu-chan?" pregunta Oikawa.

"Un poco más que a Donyatsu" asiente Iwaizumi.

"Oh" dice Oikawa "Donyatsu definitivamente es el número uno en mi corazón. Tú eres el tercero"

Iwaizumi se alza "¿Asumo que tu eres el número dos?"

"Por supuesto"

"¿Sabes? Sería tan fácil asfixiarte con mi almohada. Nadie me culparía"

"¡Iwa-chan!"

Iwaizumi se ríe de nuevo, y Oikawa se une a él con sus propias risitas. Después de un momento, Iwaizumi se inclina por última vez, dejando un suave y rápido beso en la sien de Oikawa, antes de deslizarse completamente a su lado en la cama.

"Buenas noches, Tooru" murmura Iwaizumi.

Oikawa deja salir un ruidito, moviéndose lentamente para quedar con su costado pegado contra Iwaizumi y poder poner su brazo sobre su pecho "Buenas noches, Hajime"

Se produce un segundo silencio antes de que Iwaizumi lo rompa una vez más "Buenas noches, Donyatsu"

"¡Que duermas bien, Yatsu-chan!"

Donyatsu simplemente da un golpecito con su cola y deja salir un profundo ronroneo.