¡No me Niegues! | Drarry
N / A : ¡Buenas! Esto es un pequeño reto que vi en un grupo de Facebook! Una chica compartió dos capturas de Twitter y Frigus Glacies comentó que le gustaría leer un fic con una situación similar y agregó un par de detalle que realmente me gustaron y dije "¿por qué no?" así que acepté ese pequeño reto.
Espero les guste, la idea me gustó mucho e inmediatamente comenzó a maquinar como lo haría y los detalles que irían acompañados de la idea principal.
Le dedico este fic a Frigus glacies (en Facebook), ya Mandragora Sly (Hannaban6 en twitter) la verdadera creadora del diálogo principal en el que se centra este OS, ambas, sean quienes sean tengan o no tengan cuenta en esta plataforma yo solo me inspiré en eso para crear esto. Chicas si llegáis a leerlo espero que a ambas les guste.
¡No me Niegues!
O cómo un chocolate puede generar un momento tan incómodo por una buena causa.
Era una mañana tranquila para la aurora Lily Potter, todo marchaba con calma para ella. Estaban en esa época del año donde los magos y brujas querían ser buenos samaritanos.
Lo único malo de aquella época era que generaba el tiempo perfecto para hacer el papeleo, ¡oh! El maldito papeleo, Lily detestaba la parte administrativa de su trabajo. Si su padre le había dicho que ser auror traía consigo interminables montañas de papeles sobre su escritorio se había dedicado a ser jugadora profesional de Quidditch como su madre. Arrugó su expresión ante aquél pensamiento, aquél tampoco era su trabajo soñado, demasiada gente a su alrededor pendiente de su vida privada (como si el ser hija del salvador del mundo mágico no le trajese ya eso), poco tiempo para estar en casa con su familia (ser aurora tampoco le daba mucho tiempo)…
Liberó un suspiro agotado, compare las profesiones de sus padres no la estaba ayudando a concentrarse. Terminó aquel largo informe sobre su misión secreta del mes pasado y sonrió complacida al percatarse de que le faltaba poco para estar al día con su papeleo.
—Mirarte trabajar es tan gratificante —comentó uno de sus compañeros mientras sonreía burlón.
—Glissando, cállate oferta Lily sin dedicarle siquiera una mirada.
El mencionado tocó su pecho como si hubiera sido herido.
—¡Me hieres! ¡¿Por qué eres tan fría conmigo ?! —Preguntó Glissando con exagerado dramatismo.
Lily lo miró con el ceño fruncido.
—Perturbas mi paz, solo cierra el pico y concéntrate en tus papeles, de nosotros eres el más atrasado aquí.
Bufó fastidiado tomando un par de pergaminos y su pluma.
—Solo quería divertirme un rato —murmuró por lo bajo al recordar que, efectivamente, era el más atrasado de todos.
—Si sigues divirtiéndote a costillas de Potter terminarás nuevamente con un ojo morado, como la última vez —señaló Athens Longbottom en el escritorio junto al de Lily—. Y créeme que eso sí será divertido de ver.
Lily sonrió de manera torcida a Glissando recordando ese episodio en particular. El pelirrojo le enseñó el dedo medio, sintiéndose disgustado. La chica miró a Atenas, en definitiva su compañero favorito y le sonrió agradecida; él le guiñó un ojo de regreso.
Escucharon un poco de ajetreo fuera de la oficina del escuadrón y Lily se preguntó qué sucedería. Todos se sobresaltaron un poco cuando la puerta se abrió de manera estrepitosa mostrando un preocupado Alexander Hughegs.
—¿Ha sucedido algo grave? —Preguntó Atenas adelantándose a Lily.
No lo sé, pero hemos recibido un llamado de emergencia de la casa de tus padre, roja —explicó atropelladamente Alexander sin apartar la mirada de Lily.
La chica apoyó con algo de fuerza las manos sobre el escritorio consiguiendo un sobresalto de Glissando al ver que la chica había entrado en su fase peligrosa. Se levantó de su asiento sin despegar la vista del auror que había ingresado a la oficina y con la mirada de una leona que asecha a su presa habló.
—¿Estás seguro, Hughes? —Preguntó entre dientes, el chico asintió incapaz de decir algo por la terrible presión que hacia la magia de la chica sobre él—. No me importa lo que digan los altos mandos o el protocolo pero iré yo.
—Por eso he venido por ti —habló chiquito el pelo rizado.
La chica tomó su túnica de aurora sobre el perchero y la enganchó sobre sí a antes de salir dejando a Alexander atrás, el chico corrió tras ella para ir con su escuadrón quienes acudirían al llamado.
—Sé que no quieres escuchar esto, pero esa chica es una fiera con estilo ofrecido Glissando una vez solo con Athens, a duras penas pudo esquivar el pisa papeles que el castaño tiró en su dirección.
Lily y el escuadrón de Alexander aparecieron fuera de la mansión de sus padres. Todo estaba aparentemente tranquilo. La pelirroja no sintió que las barreras hubiesen sido alteradas o burladas. Al tener acceso a los terrenos no fue necesario abrir una brecha a las protecciones.
Miriam, la líder de aquél escuadrón guió a los dos aurores que la acompañaban por los terrenos. Lily ignoró todo el protocolo del que se guiaba el escuadrón y caminó a la entrada principal. Sin esperar que algún elfo saliese a atenderla entró a la mansión con la varita en alto.
Escuchó algo romperse en algún lugar de la casa, la ira y la preocupación se arremolinaron en su pecho. Escuchó pasos apresurados y cuando Draco apareció frente a ella tiró de él y lo colocó contra la pared. Le indicó que guardase silencio y prestó atención a su alrededor. Los tres aurores que llegaron con ella se acercaron a ellos e inspeccionaron al rubio.
—¿Estás bien? —Preguntó la pelirroja al rubio quien la miraba asustado, el asintió de manera nerviosa pero no pronunció sonido alguno.
Lily se preocupó al ver el estado de Draco.
—¿Está seguro de que todo está bien, señor Malfoy? —Preguntó Mirian asegurando una de las entradas al vestíbulo.
—¿Papá Draco, qué sucede? —Preguntó nuevamente la pelirroja sujetando el rostro de uno de los hombres más importantes en su vida.
—Hay un extraño en la casa —murmuró el rubio.
Lily apretó los labios en una línea, debía ser alguien realmente peligroso para reducir a su padre, un duelista excepcional, a ese mago tembloroso; cuando su padre se enterase el mundo iba a arder.
Escuchó movimiento en las escaleras, miró a Alexander y le hizo señas. Se apartó de Draco y con la varita en alto caminó con cautela al interior de la sala principal. Sin apartar la mirada del pasillo apuntó justo a la entrada, lista para atacar en cualquier momento…
- Expulso —atacó nada más al percibir movimiento.
Se apresuró a llegar al sitio al que el intruso había sido arrojado y su expresión cayó al ver de quién se trataba. Entre quejidos la persona se reincorporó mientras sujetaba su cabeza.
—A veces olvido que tus hechizos son igual de fuertes que los de tu madre —murmuró una vez de pie mientras miraba entre orgulloso y dolorido a Lily.
-¡¿Papá?! —Exclamó la pelirroja confundida.
—¡Él es el intruso! —Señaló Draco desde la entrada sin apartarse de Mirian que sujetaba uno de sus brazos dándole consuelo.
—¿El jefe? —Preguntó Alexander mirando entre Harry y Draco sin entender el contexto de la situación.
Lily caminó hasta su padre para asegurar de que estuviese bien pero el grito de Draco la paró en seco.
—¡Lily, hija! ¡Ten cuidado ese hombre es peligroso! —Exclamó el rubio con verdadera preocupación.
La aurora Potter miró a Draco preocupado, él era un increíble pocionista que en ocasiones gustaba de trabajar en sus propias pociones, tal vez todo lo que se tratase del resultado de una.
—¡Por el amor de Dios, Draco! —Exclamó Harry del otro lado de la habitación realmente frustrado.
Los cuatro aurores; Lily, Alexander, Mirian y Jack; miraban a los hombres mayores en busca de una respuesta.
—¿Papá Draco, estabas trabajando en una de tus pociones esta mañana? —Preguntó Lily acercándose al rubio con cautela.
—¡Él no ha trabajado en ninguna poción! —Respondió Harry por él.
—No eres quien para decir qué he estado haciendo —acusó el rubio con furia.
—Señores, creo que si nos calmamos podremos entender qué sucede aquí incluir Jack intentando calmar el ambiente que era cada vez más raro.
—¿¡Calmarme !? ¿Cómo me pides que me calme si mi casa ha sido invadida por este extraño? —Señaló Draco.
Antes de que alguien pudiese agregar algo más Mirian atrajo la atención del rubio para sí misma.
—Señor Malfoy, con todo respeto podría decirme cuál es su estado civil, si no es mucha molestia —expresó con voz amena la aurora mayor.
Todos miraron expectantes a Draco, esperando ansiosos su respuesta. El rubio miró perplejo a la chica por la pregunta, meditó unos instantes al ver que su respuesta era muy importante por la expresión interesada que tenían todos.
—¿Mi estado civil? —Repitió consiguiendo un asentimiento de arte de la rubia—. Mmmm, estoy soltero.
—¡Estás casado! —Exclamó ofendido Harry Potter al otro extremo de la habitación.
—¿De verdad? —Cuestionó el rubio alzando una de sus perfectas cejas—. ¿Con quién? No lo recuerdo —agregó sorprendido.
Harry caminó grandes zancadas hasta estar lo suficientemente cerca de Draco.
—¡Conmigo! —Respondió indignado mientras se señalaba a sí mismo.
El par de aurores masculinos se miraron entre ellos incomodos y avergonzados por el hecho de que tu propio esposo te negase en tus narices, debía dar duro en el ego.
—Ni siquiera sé quién eres ofrecido Draco mirándolo de reojo cruzado de brazos.
—No sigas insistiendo con esto, Draco. ¡Incluso ha llamado a los aurores! Oferta Harry exasperado.
Lily sobó el puente de su nariz comenzando a sospechar que pasaba, y pensar que había dejado su trabajo botado pensando que se trataba de una emergencia.
—Te dije que lo haría y lo he hecho —explicó encogiéndose de hombros.
—¡Vamos Draco, ya te dije que compensaré ese chocolate pero ya deja de negarme! —Harry suplicó desesperado.
—¡Cállate intruso! ¡Lárgate de aquí! Oferta con el ceño fruncido el rubio—. Ustedes… esta vez esta vez refiriéndose a los otros cuatro que estaban en su casa sin saber si irse o seguir allí—. Hagan su trabajo y llévense a este desconocido de mi casa.
—¡¿A dónde quieres que vaya ?! Estamos en nuestra casa ¡Y yo soy el jefe de los aurores!
Draco le dio la espalda a Harry cruzado de brazos.
—Aurores, estoy esperando…
Lily negó, era demasiado amargada para entender la inmadurez que mostraban sus padres en ocasiones.
—¡Suficiente! Padre, andando —señaló Lily a Harry—. Chicos, discúlpenme por esto pueden retirarse, yo me encargo.
Mirian asintió y con una mirada llena de pena se despidió de la pelirroja antes de ordenarle a los otros dos retirarse. Lily en el fondo agradeció que el llamado lo recibiera ella y no Glissando o no escucharía el final de aquello.
—¡No me iré de mi casa! Oferta Harry cruzándose de brazos.
—¿Tú casa? —Cuestionó molesto el rubio encarándolo nuevamente—. Te recuerdo que solo eres un intruso desconocido en mi casa.
—No, no, no —siseó Lily a Harry—. No contes, te dije que nos vamos esta vez dando un par de paso hasta él, tomándolo del brazo y apareciéndose lejos de ahí, apreciando en el último instante la mirada llena de orgullo y satisfacción de su otro padre.
Definitivamente sabía a qué se debía su amargura en la vida.
Aparecieron en un claro no muy lejos de la mansión, Lily sabía que Draco sabía que aún estaban en los terrenos de la mansión Malfoy pero la incómoda situación había realmente drenado toda su energía para ir a otro lugar.
Lily tenía 25 años, era la menor de su escuadrón liderado por el inmaduro y pesado Glissando O'Brien, no tenía paciencia y en ocasiones era demasiado amargada para su edad pero sabía que se debía a su armoniosa pero complicada familia ya que su madre era Ginny Weasley y su padre Harry Potter, pero sus padrastros eran Dean Thomas por su madre y Draco Malfoy por su padre; además de que su madrina era Astoria Greengrass las ex esposa de su padrastro Draco. Tenía dos hermanos, James y Albus; y un hermanastro por parte de Draco; Scorpius Malfoy. Sabía que sus hermanos Albus y Scorpius tenía una relación amorosa que no era tan "secreta" como ellos creían y que por alguna extraña razón ella albergaba sentimientos por el ahijado de su padre Teddy Lupin…
En definitiva, su familia era compleja pero a la vez armoniosa, y solo hablaba de su núcleo porque si se iba por las ramas y hablaba de sus primos, primas, tías, tíos, abuelas, abuelos… no mejor no irse por ahí.
Se sentó en la grama y miró en silencio la laguna que había en los terrenos, esperó en silencio y sonrió al adivinar que su padre terminaría sentado junto ella.
—¿Momento difícil? —Preguntó Harry mirando el perfil de su adorada hija.
—Nah, eran más difíciles cuando éramos pequeños y correteábamos por la mansión sacándole canas verdes a papá Draco.
Harry rio recordando aquellos lejanos y hermosos tiempos.
—No te despegabas de su lado, recuerdo que Ginny llegó a estar celosa de él por lo mismo. Decía que querías más a Draco que a ella, tu propia madre. —Lily se encogió de hombros por el comentario de su padre.
—A mis ojos era perfecto, siempre tenía el control de todo, a pesar de vivir rodeado de niños sucios estaba perfecto e impecable. Quería ser como él.
—¿Y ahora? —Preguntó Harry.
—Soy cómo él pero para ser perfecta me falta lo más importe que él tiene y que lo hace feliz.
—¿Y eso es?
—Un Harry Potter en mi vida ofrece aire triste.
—¡Oh, princesa! Sabes que me tienes en tu vida ofrece Harry con el corazón arrugado apresurándose a abrazarla.
—Lo sé, sé que te tengo pero no es a eso a lo que me refiero.
—Sabes que puedes contarme lo que sea ¿Correcto? No te juzgaré, ni siquiera Draco lo hará. Ambos los apoyamos a cada uno de ustedes, sin importar lo que decidan o lo que el mundo comente al respecto.
Lily sacó el rostro del pecho de su padre y lo miró sorprendido.
—¿Lo sabes? ¿Lo de Scorpius y Albus? —Harry asintió.
—De hecho ambos lo sabemos, pero apuesto mi cicatriz que eso no es lo que te ha tenido cabizbaja y tristona todo este tiempo… es más, podría decir que se trata de un chico que vuelve su cabello azul. —Lily lo miró sorprendido—. ¡Vamos niña! No solo soy el jefe de aurores porque una vez fui el niño que vivió.
—¿Él lo sabe? —Preguntó Lily preocupada—.
—Si algo aprendiste bien de Draco es a esconder tus sentimientos, puedes estar tranquila al saber que Teddy ni siquiera sospecha de lo que en realidad sientes por él.
—¿No te molesta?
—Solo me molestaré si él llega a lastimarte no te martiries tanto y solo busca ser feliz y no dejes que tus decisiones se basen en el criterio de los demás. Es tu vida y debes vivirla por ti, no por otros.
Lily abrazó fuertemente a su padre, no sabía que necesitaba aquella conversación.
—¿Crees que a papá se le habrá pasado el berrinche? —Cuestionó la pelirroja a su padre.
—No te preocupes por él, que de eso me encargo yo. Solo debo comprar un montón de cajas de chocolate y un lazo verde y brillante.
Lily arrugó la cara.
—Por mi salud mental espero que el lazo sea para las cajas de chocolate y no para otra cosa.
Harry rió pero no negó ni aceptó nada.
—Será mejor que regreses al trabajo, veré si puedo hablar con Draco ahora. Sino regresaré a la oficina y lo intentaré nuevamente en la noche.
Lily asintió, abrazó una vez más a su padre y se despidió antes de aparecerse.
Harry sonrió y miró el espació vació que había dejado su hija.
—¿Sabes? El secreto de usar con éxito la capa de invisibilidad es disimular el espacio en el que estás de pie —comentó volviendo su mirada a la derecha, observando con una sonrisa divertida el espacio en el césped en el que se veían dos perfectas huellas.
Draco dejó caer la capa de manera dramática.
—Regresemos a la mansión. —Harry ignoró lo dicho por el rubio y palmeó la grama junto a él—. Potter, de verdad no entiendo esa fascinación tuya de perder la clase al sentarte en el suelo.
A pesar de haber dicho aquello, se sentó junto a Harry de manera elegante y aristócrata.
—Draco, tu puedes sentarte en una bolsa de basura y aun así no perderás la clase —le prometió con seguridad, ignoró el golpe que Draco le dio a su hombro.
—Sabía que algo tenía cuando la vi mirar a la amiga de Teddy con ese característico odio con el que miraste a Astoria alguna vez. —Harry colocó los ojos en blanco por aquel comentario.
—Yo nunca la miré con odio.
—Si claro, y yo nunca odie a la comadrejita —bufó el rubio, Harry negó divertido, Draco jamás dejara de decirle a Ginny así.
—Creo que el haber platicado conmigo la alivió un poco.
—Lo sé, ella nunca muestra sus debilidades conmigo —lamentó Draco—. Aunque no lo sea, también la quiero como a mi propia hija.
—Es tu propia hija, pero te idolatra y no quiere que la veas imperfecta.
—Ella siempre será perfecta para mí porque tiene una parte de ti —Harry miró enamorado a Draco—, aunque sea Weasley —agregó con fingido asco.
Harry rio mientras negaba.
—Espero que todo resultó bien para ella, sea que decida ir a por Teddy o busque a alguien más —ignoró Harry el comentario de Draco.
Draco aplaudió sobresaltando a Harry.
—Muy bien, es momento de planear la manera de atraer a Albus ya Scorpius, es momento de apoyar a nuestros hijos en su relación.
Harry rio mientras negaba.
—Estás demente, solo a ti se te ocurre negarme para poder hablar con nuestra hija.
Así era la familia, extravagante, alocada y confusa a ojos del mundo pero para ellos era armoniosa, amorosa y muy divertida. Y los peores momentos los había llevado a aprender que la mejor manera de enfrentar al mundo era estar todos unidos a pesar de lo que alguna vez sucedió en el pasado y la manera en que todos se conocieron.
Aleta
N / A : ¡Espero que les haya gustado! Realmente me encantó escribirlo, no sé si les pasa que tienen sus propios personajes e inevitablemente los termina usando en diversas historias (Hablo de los aurores extras que aparecieron).
Me gustó mucho, mucho hacer este OS.
Cualquier duda o pregunta la responda en los comentarios.
Sin más que decir, me despido.
