—Rápido querido debes apresurarte—Una mujer de pelo blanco lo estaba llamando desde la puerta de servicio.

—Tenía que hacer algo antes de partir—tomando una maleta salió junto con la mujer que lo llamaba. Al salir la tomó de la mano, mientras comenzaban a caminar lo más rápido que sus fatigadas piernas les permitían.

—Que cansado es esto—Caminar por los senderos de los bosques ya no era una tarea tan fácil para ella, pero hacía su mejor esfuerzo por mantener el paso de su esposo —¿Hasta dónde dejaste el automovil? —

—Lo suficientemente lejos para que no lo escuchen cuando nos vayamos— Sabía que si los llegaban a escuchar su plan quedaría frustrado, debido a lo cual había planeado con antelación todo, para que ese día nada pudiera salir mal.

—¿cuánto tiempo tenemos? Estoy segura de que pronto se darán cuenta de nuestra ausencia—

—Tenemos el suficiente tiempo para partir, cuando noten que no estamos será muy tarde. Además ya hemos llegado— Se detuvieron frente a un automovil cubierto por una manta que se camuflajeaba con el entorno—Mira, ha estado guardado muchos años— Bajo la manta se encontraba un vehículo negro, era un modelo clásico que habían adquirido de jóvenes.

—No puedo creer que siga intacto, llevaba años sin verlo, incluso pensé que lo habías vendido—Su emoción era notoria.

—Jamás pude hacerlo, ni quise hacerlo—declaró mientras le abría la puerta a su esposa, para después entrar en el automovil—Pero necesitaba algunos arreglos, así que lo deje con un buen amigo durante un buen tiempo—En el momento que subió, arranco el motor y tomó un camino directo hacia la carretera, justo como dos fugitivos.

¿El motivo de su escape? Eran dos adultos mayores que debido a su avanzada edad y sus múltiples problemas de salud, debían de estar bajo cuidado todo el día. Su hija les había prohibido salir solos como lo solían hacer años atrás cuando aún podían vivir sin tener que ir cada quince días al medico.

Pese a que estaban profundamente agradecidos con su querida hija, ellos tenían planes diferentes a los de ella y estos no se lograrían en una casa que ahora pasaría a ser su antiguo hogar. Por lo que organizaron secretamente un viaje a un lugar muy bien conocido por la pareja.

—Será un viaje largo, así que supongo que un poco de música no estaría mal—Sasuke le entregó una caja con un CD en su interior, no tenía nombre ni algo que lo identificará. Sakura quien amaba escuchar música, no dudó en ingresar el CD en el compartimento adecuado para que comenzará su reproducción.

Al escuchar la primera canción sus ojos se humedecieron

—Sasuke tu...—Sakura volteó a ver a Sasuke quien tenía una sonrisa en su rostro. Era su canción, la habían escuchado y cantado miles de veces cuando eran jóvenes.

—You are my sunshine, my only sunshine—Sasuke comenzó a cantar, manteniendo la mirada en el camino—You make me happy when skies are gray—Las emociones invadieron a Sakura quien esta vez no pudo reprimir las lágrimas que escurrían por su ahora arrugada piel. —You'll never know dear, how much I love you, please don't take my sunshine away— Tomó su mano y besó el dorso.

—Gracias por acompañarme una vez más—Sasuke estaba realmente agradecido porque ella siempre estuvo para el, como el para ella. En sus mejores días como en los peores, era su compañera de vida, la mujer de la que se había enamorado a primera vista y la madre de su hija. Lo había colmado de amor que el nunca creyó merecer. Y como agradecimiento siempre intentaba nuevas formas de hacerla sonreir.

—Es algo que teníamos que hacer juntos, después de todo parece que este será nuestro última aventura —Una cálida sonrisa se mantuvo en su rostro lo que restó del camino. ¿Quien habría pensado que a su avanzada edad pudieran tener una nueva última aventura?