Ochako

Tengo frío.

Una vez más, la castaña se aferró a su mochila apachurrada en su pecho, ocultó su rostro en esta y suspiró. El clima de la fría noche de ese invierno comenzaba a hacer efecto con su imprudente vestimenta, llevando solo unos shorts hasta sus rodillas, una camiseta sin mangas y zapatos deportivos, con una chaqueta que no ayudaba mucho puesto que aún podía sentir como sus brazos se congelaban.

Bakugou, idiota ¿Cómo pudo hacer esto? ¿Por qué?

Sentada en aquella parada de autobuses, escuchaba el sonido de los autos pasar en frente de ella, derrapando con la nieve de la calle, los pasos de las personas, el sonido de las voces de todos hablando. Pensó, la mitad de las personas que estaban conduciendo y caminando tenían a donde ir en esa fría noche, un lugar cálido al cual descansar, quizá con alguien que les haría chocolate caliente mientras le hablaba sobre su día, tal vez un día terrible o feliz, o normal, pero eventualmente esa persona los escucharía y les dedicaría una sonrisa que los haría sentir por esa noche, que todo está bien, todo estará bien.

Ochako quiso llorar ¿No era acaso eso lo que ella quería en ese mismo momento?

No tenía a donde ir, y hasta hace unas horas, estaba en el apartamento que compartía con su novio pensando que el mañana sería el mismo de siempre, bueno, era así hasta que él mismo vino a decirle que estaba rompiendo con ella.

Ochako recordaba verse recogiendo todas sus cosas de forma apresurada ignorando cualquier cosa que le estaba tratando de decir Bakugou, pero podía recordar que trataba de decirle que se quedara unos días hasta que él le encontrara otro lugar. Solo recordar le hizo apretar los puños ¿Cómo podía pensar que se quedaría después de que él rompiera con ella? ¡Prefería dormir en la calle antes que estar con él de nuevo en el mismo techo!

Bueno, aunque en este mismo momento la idea ya no parecía tan mala, podía sentir sus manos congelándose, pero ya no había vuelta atrás. Sería lo más patético regresar.

Pero en realidad no tenía donde más ir.

Su teléfono vibró, rodó los ojos pensando de nuevo que podía ser Bakugou llamando otra vez o reprochándole por mensaje que regresara, al mirar la pantalla vio en realidad algo peor.

Batería baja. 5% restante.

— ¡Ay, no puede ser lo que me faltaba! — Exclamó con una expresión de cansancio.

Inmediatamente después se arrepintió de su mal manejo de emociones, las personas a su alrededor la miraron raro, sonrió como una tonta ante esto.

Genial. Han de pensar que me dejaron plantada o algo.

Las personas siguieron su camino.

Miró mejor sus notificaciones, la mayoría eran más textos y llamadas perdidas de Bakugou, las borró de inmediato, se detuvo justo en un mensaje de Tsuyu.

De: Tsuyu bff

Tema: No lo olvides

¡Reunión en casa de Mina-chan esta semana no lo olvides!

Iré por ti para que no llegues tarde dormilona.

De: Tsuyu bff

Tema: ¡Que frío hace!

Hoy salí tarde del trabajo y hacia mucho frío, creo que me resfriaré.

Dile a Bakugou-chan que sea un buen novio y te mantenga cálida esta noche, tal vez con un chocolate caliente ;)

Sonrió, hoy no había tenido la idea de llamar a Tsuyu para decirle lo que pasó, quiso llamarle en ese momento, pero decidió que no quería molestar el único momento de paz que tenía su amiga durante el día.

¿Tal vez debería ir a casa de Tsuyu? ¿O de alguna de sus amigas?

Pensó un poco más en ello, llego a la conclusión de que era imposible. Tsuyu estaba a una ciudad lejos y no tenía dinero, también estaba el hecho de que vivía con su familia, Mina estaba cerca, pero vivía con Kirishima y si iba allí Bakugou lo sabría por alguno de los dos, Jirou y Hagakure estaban todavía más lejos y tampoco vivían solas, Jirou tenía a Kaminari y Hagakure se había mudado con su novio hace poco.

Recordó a Momo y sonrió con nostalgia, ella ya no era una opción hace mucho. Al igual que sus padres.

Comenzó a escribir en su teléfono.

Para: Tsuyu bff

Tema: ¡Ya entendí!

Si, si ya entiendo. No lo olvidaré no me trates como una niña:/

Ten buena noche y toma té caliente por si te resfrías3

Su teléfono se apagó y resopló, sintiendo sus labios helados.

Tomando su maleta y ajustando su mochila a su espalda, solo caminó fuera de aquella fría parada, sin rumbo alguno, pensando en lo helado que estaba todo. Sus brazos, labios, manos, piernas, el viento, todo se sentía tan frio.

Aquella mañana también.

Caminó hasta una multitud reunida en una plaza, aparentemente era una exhibición de navidad con algunos idols y figuras reconocidas brindando regalos. Caminando creyó visualizar algunas siluetas conocidas cerca del árbol navideño, aunque por alguna razón en ese momento no podía recordar quienes eran.

Siguió caminando entre la multitud, con una mirada perdida. El vaho salía de sus respiraciones continuas, por lo que notó que el frío estaba empezando a hacerse más intenso, sin embargo, a pesar de lo helado que sentía el alrededor, Ochako sentía sus mejillas y orejas calientes, su vista también estaba comenzando a nublarse.

Izuku

Llevó sus manos a su boca y exhaló, buscando darles un poco de calor a sus dedos helados, seguido de eso las frotó una con la otra y las llevó a los bolsillos de su abrigo.

Cielos.

Debí traer un par de guantes.

Trató de buscar a sus amigos desde donde estaba, solo pudo ver a Iida comprando junto a Aoyama unos recuerdos en el puesto de quien reconoció como Keigo Takami, o Hawks, el actor de esa película que tanto le gustaba a Tokoyami.

- Volví. Te traje un helado.

Miró a Shigaraki quien se había instalado a su lado, expectante, casi queriendo arrugar su entrecejo.

- ¿Con todo este frío, nieve y más frío? – suspiró y tomó el envase de helado con un rostro cansado – gracias, eres el mejor.

- De nada, pecas.

- A veces pienso que lo haces por maldad.

- Perdón, la idea era traer algo más caliente, pero todas las tiendas de café están abarrotadas de gente – él tenía su propio helado – además ¿Qué más caliente que yo?

- Y por supuesto que las de helado estaban vacías, de todos modos – le dio un bocado al helado - ¿Quién vende helados en navidad?

- Vi que tenían de limón, así que lo compré en cuanto lo vi, sé que te gusta – Shigaraki comió de su propio helado de vainilla.

- Me gusta el helado en verano tanto como me gusta el chocolate caliente en invierno.

- ¡Deja de quejarte y come tonto!

- Sí, sí. No me grites – Izuku fingió afligirse y le dio otro bocado - ¿Dónde está Todoroki-kun?

- Su padre lo vio y lo secuestró. También estaba Dabi con él.

- ¿Touya? a este paso no veremos a Todoroki-kun hasta que termine el evento.

Había venido aquí con Todoroki, Iida, Aoyama y Tenko, a quien suelen llamar Shigaraki por mero capricho y costumbre. Todoroki les dijo que la agencia de su padre traería varios de sus actores a esta ciudad en estas fechas, para un evento de caridad. Al principio Izuku se mostró un poco escéptico ante la propuesta de su amigo de ir todos juntos, tenía trabajo y cosas que hacer, pero al final cedió por pasar un rato con ellos después de días encerrado en su apartamento, y también influyó un poco que su actor favorito, Toshinori Yagi, podría venir.

Había llegado allí a las cinco, Shigaraki fue el último en llegar, Aoyama y Todoroki vinieron en el auto de Iida. Tenían planeado pasar hasta las ocho en el evento y luego ir a un restaurante de comida rápida a cenar, compró algunos recuerdos de sus películas favoritas y se tomó varias fotos con sus amigos, perdieron casi una hora cuando Aoyama no se sentía bien por algo que había ingerido tratando de volverlo en sí, al final parecía como si nada le hubiera tocado un pelo. Todoroki se les perdió dos veces en la multitud, Iida lo encontró las dos veces, incluso Tenko e Izuku ayudaron a algunos empleados del lugar a adornar.

No pudo ver a Toshinori Yagi, pero se divirtió mucho con sus amigos. Era algo que le contaría a su madre y a Melissa en cuanto regresara.

- Ya terminamos de comprar nuestros recuerdos – Iida regresó con Aoyama - ¿Y Todoroki?

- Se perdió otra vez, no me digas – Aoyama suspiró cansado haciendo un mechón de su cabello a un lado.

- Peor, su padre lo tiene secuestrado – Respondió Tenko mirando su teléfono.

- Muy bien, vayamos a buscarlo, tenemos que cenar para las ocho sin falta alguna – Con firmeza Iida los empezó a mover a todos.

- Dame tu envase Tenko, lo llevaré a la basura.

Tenko hizo lo que le pidió y le dijo que no se tardara, Izuku buscó el recipiente de basura más cercano, se dirigió allí y arrojó los envases de helado. Cuando giró para regresar con los demás, notó un poco de basura fuera del recipiente.

Bufó, realmente existen personas descuidadas.

Se agachó y recogió los envoltorios del piso que comenzaban a hundirse en la nieve, notó que alguien pasó cerca de él, justo a su lado, con los cordones de un zapato desatados.

Se incorporó botando la basura en el recipiente, y volteó a mirar a la persona. Desde atrás pudo notar a una figura femenina con un característico cabello castaño cortado de una forma muy peculiar, que se le hizo conocida, caminaba arrastrando una maleta y llevaba una tierna mochila rosa de perrito.

- Eh, disculpe – Dijo en voz alta, pero la chica siguió su indefinido curso - ¡Oiga!

Sin obtener respuesta todavía, se acercó a la chica y le tocó el hombro.

- Disculpe, sus cordones están...

¿Qué?

En cuando la chica giró su rostro, vio algo, o más bien a alguien que no esperaba ver, al menos, no en mucho tiempo. No en ese mismo momento, en ningún lugar.

Ochako Uraraka estaba junto a él, su mano tocó su hombro unos segundos para luego despegarse de forma brusca ante la sorpresa de reconocerla. Aún mirándola, y ella todavía mirándolo, Izuku tuvo cientos de pensamientos en su cabeza en cuestión de segundos ¿Qué hacía ella aquí? ¿Estaba con Kacchan? ¿Por qué tenía que verla? ¿Por qué justo tuvo que encontrarla él?

Carraspeó y tomó algo de distancia.

- Tu cordón está desatado – señaló su zapato izquierdo.

- Ah – ella miró el zapato señalado, con su entrecejo arrugado, con lentitud se agachó y lo ató. Izuku notó que sus mejillas estaban rojas.

- ¡Oye, Midoriya-kun! ¡Apresurate!

Iida lo llamó desde lejos, Izuku comenzó a caminar hacia ellos haciendo a un lado los pensamientos que estaban golpeando en su mente, y también a su conocida que tenía al lado.

- Gracias, Deku.

Se detuvo en seco, entonces una de sus dudas se resolvió, si lo recordaba, y eventualmente... lo reconoció. miró hacia donde ella estaba y la observó sonriéndole, observándola mejor, su cabello estaba algo desordenado, pero del mismo largo que recordaba, sus ojos se veían algo cansados, pero no tenía ojeras, sus mejillas, en vez del habitual rosado que recordaba, estaban rojas, y su sonrisa estaba tan forzada, no como la última vez que la vio.

Algo no andaba bien con ella. Pudo notarlo.

- Uraraka-san...

- ¡Midoriyaaaa! ¡Se hace tarde!

Volteó a ver a sus amigos, y luego a Uraraka, ella comenzó a moverse en otra dirección.

Suspiró, tal vez era mejor no preguntar, no la veía desde hace años.

Volvió con sus amigos, aun preocupado.


- Midoriya.

- ¿Eh?

Todoroki lo miraba con una expresión indagadora.

- ¿No vas a comer? Casi ni has tocado tu pizza.

- Oh... Claro

Izuku miró la rebanada de pizza en su plato mientras sorbía el jugo con la pajilla, apenas había mordisqueado un poco su primera rebanada de pizza. Le dio un bocado, mirando a lo que parecía ser la entrada del restaurante, aunque él no estaba consciente de que estaba mirando.

- ¿Estás bien, Midoriya? – Todoroki indagó

- Es que no tengo tanta hambre.

- ¿Y eso explica por qué no estás en ti desde que salimos del evento?

- Estoy en mi ¿De qué hablas?

- Ni siquiera hablabas cuando salimos, y tienes una mirada en blanco desde entonces ¿Si quiera sabes de que hablábamos hace un rato?

- Algo de... Shigaraki y su mascota – intentó sonreír

- Eso fue esta mañana. Midoriya, tu cabeza está en otra parte.

- Tal vez solo estoy cansado... Estaré bien.

Todoroki guardó silencio, no convencido.

Izuku sabía que no estaba del todo bien, y también sabía la razón exacta, aún estaba preocupado por lo que había visto anteriormente y sus pensamientos no dejaban de divagar en ello. Si la hubiera visto con una mejor apariencia, o tal vez con alguien más, como Kacchan. No estaría tan preocupado, habría ido con sus amigos y dejaría a un lado su encuentro.

Pero no la vio con nadie, y tampoco tenía una excelente apariencia, además de llevar un curioso equipaje estando lejos de la estación ¿Exactamente a donde iría?

¿Tendría al menos un lugar a donde ir?

Algo se revolvió en su estómago, le estaba dando muchas vueltas al asunto. Quizá y ni era tan grave como pensaba, era Uraraka después de todo, ella siempre estaba rodeada de gente, bueno, la que mantenía en su memoria. Alguien la estaba esperando, seguramente. Con una chimenea encendida y un chocolate caliente.

Trató de llevar su concentración a la conversación de sus amigos, algo de la universidad y sus familiares, su pizza se estaba poniendo fría.

- Tenko, ven conmigo, estas justo en mi ciudad así que te llevare – Iida sugirió, casi como una orden.

- Bueno, no quería dejar a Midoriya ir solo...

Todos vieron a Izuku, quien estaba detrás del grupo caminando a paso flojo, el apenas se percató de las miradas sonrió y llegó a ellos con prisa.

- No parece el mismo desde hace rato – Completó Tenko.

- Ciertamente – Iida se acercó a Izuku – Midoriya-kun ¿Pasó algo antes?

- No pasa nada.

- Sinceridad, por favor – Aoyama pidió.

- Midoriya, suéltalo... - Todoroki, después de un rato, volvió a hablar.

Se preguntó si debía decirle, todos a excepción de Shigaraki conocieron a Ochako, especialmente Iida. Pero, esto fue cuando anteriormente la miraban como una amiga cercana, ahora no estaba seguro de lo que pensaban de ella, después de todo lo que ocurrió.

No es buena idea.

- Es que, creo que olvidé algo en el evento.

- Te ayudaremos a buscarlo ¿Qué es? – Todoroki preguntó acercándose.

- No, iré yo solo, ya es muy tarde, por eso vayan ustedes primero.

- Pero... - Trató de decir Iida.

- Los llamaré más tarde.

Sabiendo que seguirían insistiendo, Izuku tomó distancia mientras se despedía de sus amigos confundidos y preocupados, se sintió mal porque no pudo decirles lo que realmente estaba mal, pero los llamaría después, cuando aliviara su preocupación de ese momento.

Corrió, reprochándose a sí mismo ¿Qué estaba haciendo? ¿La iba a buscar? Lo más probable es que ya no la encontraría, y si la encontraba tal vez esta vez no sería tan amable, Todoroki tenía razón, su cabeza no estaba donde debía estar. Pero quería encontrarla, saber si estaba bien. Era un pensamiento muy estúpido considerando todo lo que pasó en el pasado.

Llegó al lugar del evento y se detuvo a tomar aire, seguido de ello entró con prisa, aun había muchas personas, dudaba que la pudiera encontrar en la multitud, su respiración comenzó a agitarse de nuevo con su corrida de un lado a otro buscando su silueta, corría y buscaba, y no encontraba a alguien con un característico corte de cabello colgando una tierna mochila rosa. Preguntó por ella a varias personas como último recurso, ninguna le dio la respuesta que quería, a punto de rendirse fue hasta las bancas que ya estaban casi vacías para descansar.

La encontró.

Allí, en una banca más alejada estaba ella, junto a la luz que le brindaba un farol, con su rostro oculto entre su mochila, abrazando sus piernas. Izuku corrió hacia ella después de observarla mejor, se sintió mal consigo mismo al caer en cuenta de que sus malas suposiciones resultaron ser ciertas.

Ella no estaba bien, después de todo.

- ¡Uraraka! – La llamó cuando llegó a ella, pero ella no respondió – Uraraka, oye ¿Estas bien? ¿Por qué estás aquí?

Tratando de captar su atención, él la tomó de ambos hombros y la volvió a llamar, ella por fin alzó su vista hacia él, pero siguió sin responder, era como si tratara de asimilar quien la llamaba, sus mejillas estaban tan rojas como cuando la vio antes, fue entonces que se dio cuenta de que sus orejas también lo estaban.

- Demonios, no me digas que... - con sus manos heladas, tocó sus orejas con cuidado y luego tocó sus mejillas – ¡Estas ardiendo!

Se quitó su abrigo, de inmediato pudo sentir el frío helando sus brazos, pero no le prestó atención, con cuidado acobijó a Ochako con este, cubriéndola lo más que podía su abrigo, afortunadamente ella era pequeña por lo que su abrigo la cubrió en mayor parte. Se dio cuenta de que su ropa no era nada indicada para este clima, ella debía estar helándose.

- ¿Estás con alguien?

- No – ella por fin respondió. Con una voz débil.

- Está bien ¿Hay alguien a quien pueda llamar? Creo que tengo el contacto de Ka...

- No lo hay... nadie...

Izuku la miró, de repente ella puso una expresión de tristeza, no sabía que pasaba, pero al parecer llamar a alguien no era una opción.

- Uraraka ¿Hay un lugar al que puedas ir? – Se puso de cuclillas en frente de ella -. Puedo llevarte

Lo siguiente que ocurrió lo dejó fuera de sí, mucho más que antes, una lagrima tras otra comenzó a correr de los ojos de Uraraka, quien lo miraba como si fuera una clase de ilusión frente a ella, rompió en llanto y con prisa intentó limpiar sus propias lagrimas con los puños cerrados. Tragó saliva, esta no era la misma Ochako Uraraka que vio hace años, esa Uraraka no parecía como si se fuera a romper cuando alguien la tocara, pero la que tenía ahora junto a él, no solo parecía que estuviera rompiéndose.

Ella estaba vulnerable.

- ¿Eres... real? – la castaña hablaba entre lágrimas.

- ¿Qué?

- ¿De verdad eres tú? ¿Eres Deku?

La pregunta lo confundió unos segundos ¿Ella pensaba que él no estaba allí? ¿Lo pensó también cuando la encontró más temprano?

- Por supuesto que soy yo – Sonrió sin dejar de mirarla.

- Pensé que estaba... alucinando – enunciaba entre sollozos y lágrimas – No tengo a donde ir, nadie... espera por mi... tengo... tanto frío.

Su llanto se hizo un poco más fuerte, Izuku se incorporó y sin dejar de mirarla su mente viajó al pasado, antes, solo recordaba a una Uraraka feliz y llena de optimismo, casi ni imaginaba que esta chica podría llorar. Como si fuera algo común entre ellos, él la abrazó, la dejó llorar en su hombro, pudo sentir su cabello haciéndole cosquillas y su rostro caliente haciendo contacto con su pecho que iniciaba a humedecerse con sus lágrimas.

No quiso preguntar más por su situación y solo la dejó afligirse en su pecho, se preguntó por sus padres, o si en verdad no había un lugar al que ella pudiera ir, y aparentemente Kacchan ya no era una opción. No podía dejarla, no solo porque su empatía y personalidad no le dejaba dejar a alguien sin darle ayuda, ella evidentemente necesitaba ayuda, y solo estaba él en ese momento, alguien que había tratado de olvidarl por mucho tiempo ahora era el único que podía ayudarla.

No quería abandonarla en ese momento.

- Está bien – pasó delicadamente su mano por su cabello, sintiéndola sollozar – todo estará bien, Ochako.


Este es mi primer fanfic, lamento mucho si encuentran errores y la mala redacción, espero que aún así puedan disfrutarlo.

Advertencia de AU, OoC y un poco de smut.