Saludos queridos lectores.
En mi fic "Ser de grande" había comentado que con motivo del Día de las madres se realizó una dinámica parecida al del Día del niño. Este es el producto de esa actividad, donde la palabra que me tocó en el sorteo era "Paciencia".
Verán que estoy publicando a destiempo, pues además de la carga de trabajo que tuve, me fue difícil pensar en una historia para la palabra relacionada el evento. De verdad, me fue muy complicado, pero sin más los dejo con la historia.
Dos pequeños niños d años corrían por toda la casa gritando y el más chico además lloraba. Parecía que su objetivo era continuar con el escándalo hasta volver loca a su niñera, quién tratando de tranquilizarlos, ya había perdido la paciencia.
—¡Jamás me dio tanto gusto verte! —exclamó la niñera al joven que había llamado a su puerta y se lanzó a abrazarlo.
—¿Qué ocurre? —preguntó extrañado, pues había oído los gritos de niños desde hacía unos metros atrás y al poco de su llegada, notó al par de niños corriendo por la casa.
—¡Tío Sasuke! —exclamó el niño de cinco años al notar al recién llegado y se acercó a él.
—¡Tío Sasuke! —siguió el niño más chico que lloraba— ¡Quiero a mi mamá!
—¿Por qué están en tu casa? —preguntó Sasuke a la pelirroja que en poco tiempo explotaría en gritos o en llanto.
—Los estoy cuidando mientras Naruto y Hinata están de viaje —contestó Karin arrepentida— Pero ya no los soporto, no dejan de gritar ni llorar ni obedecen lo que les digo —decía bastante cansada— Estoy a punto de masacrarlos.
Los niños oyeron a la chica y ambos gritaron a todo pulmón corriendo a esconderse y no porque de verdad creyeran que ella les haría daño —pese a que ella lo dijo enserio—, sino más bien pensaban que ella estaba jugando.
—¿Por qué aceptaste cuidarlos? —preguntó Sasuke extrañado, de antemano sabía que a Karin no le gustaban los niños.
—Yo… Es que… ¡No importa! —exclamó titubeante— ¿No podrías usar tu sharingan para dormirlos o algo?
—Karin…
—Vamos, sólo haz que se duerman tres días. Estarán despiertos para cuando Naruto vuelva —insistió la pelirroja.
—¿Qué crees que hará Naruto si se entera? —señaló el azabache para hacer razonar a la chica, pero apenas terminó de hablar, se oyó algo romperse en la habitación de la pelirroja.
—De verdad, Sasuke. No tengo paciencia para los mocosos. Lo intenté, lo juro —decía ya vencida— Pero cinco horas con ellos es mi límite. Preferiría volver a la guarida de Orochimaru que seguir aquí.
Sasuke dio un suspiro pesado y no muy contento decidió ayudar a su novia con el par de niños. La habría dejado a su suerte de no ser que se veía realmente estresada y a punto de reventar, algo que seguramente habría sido fatal para los niños si terminaban por colmarla.
El resto del día significó para ambos dar de cenar a los niños, bañarlos y meterlos a la cama a dormir y aunque las tareas sonaban sencillas, había sido todo un reto para ambos conseguirlo. Claro, ellos eran más grandes, más fuertes y muy habilidosos en combate, pero más allá de atraparlos en la carrera, no era como que pudieran usar sus habilidades ninjas para lastimar a los niños y hacer que hicieran lo que se les ordenaba.
—¡Estoy muerta! —expresó la pelirroja acostándose en el sillón colocando la cabeza en las piernas del chico que se había sentado antes. Éste, le dirigió una mirada acusadora, porque él acababa de volver de una misión para después enfrentarse a los demonios que ya dormían, pero al final no dijo nada, porque su misión de días había resultado más sencilla que dos horas con esos niños y Karin llevaba siete cuidándolos.
—Nunca aceptas cuidarlos ¿por qué no dejaste que se los llevaran a la casa Hyuuga?
—Sólo… quise intentarlo —contestó Karin y Sasuke se veía aún más confundido— Son mis sobrinos ¿no?
—Ni siquiera los cargaste cuando eran unos bebés —señaló el azabache, no era normal esa actitud en la chica.
—Lo sé… es sólo que… quizá un día cambie de opinión sobre ser madre —contestó Karin sentándose en el sillón sin mirar a Sasuke— Quería tener una probadita de cómo es y por eso acepté —ella estaba concentrada en el chakra del chico a pesar de no mirarlo— Pero creo que no es lo mío.
—Jamás has cuidado niños, ni siquiera tienes hermanos pequeños —contestó el Uchiha— ¿Creíste que cuidar a los hijos del hombre más hiperactivo que conoces era para principiantes?
—De acuerdo, me equivoqué —admitió Karin descontenta a la falta de un indicador en el chakra del chico sobre ese cambio de opinión de ella— Pero pensé que al ser mis sobrinos, sería más sencillo que se despertara ese instinto maternal.
—No sé del instinto maternal —contestó Sasuke notando que había algo extraño en ella— Pero para cuidar niños se necesita paciencia.
—Algo de lo que carezco —bufó la pelirroja decepcionada.
—¿Por qué esas ideas tan de repente?
—¿Qué? No, por nada… yo… supongo que estaba aburrida en tu ausencia —contestó lanzándose hacia Sasuke para besarlo y él correspondió el gesto. Los besos fueron subiendo de tono y las caricias fogosas no se hicieron esperar, sin embargo, cuando el chico la puso bajo de él sobre el sillón, Karin lo detuvo— ¡Espera! Sabes que si quiero… pero… Estoy agotada —lo empujó y se levantó del sillón— Además esos mocosos… digo, niños, están durmiendo y podrían despertarse.
—¿Pasa algo? —preguntó el azabache muy serio pues ya había notado su comportamiento extraño desde el principio, pero el que lo rechazara después de aquellos besos, no era muy propio de ella.
—Nada, sólo estoy agotada ¿tú no? —quiso disimular— Quisiera irme a dormir de una vez ¿te quedas?
—Si —contestó el joven, no quería escuchar que la condeneran por infanticidio y tampoco era que él estuviera contento con cuidar de esos diablillos, pero era más fácil un dos contra dos— Aún puedes llevar a los niños con los Hyuuga.
—Lo sé —contestó Karin triste— No sirvo para esto.
Ambos se dirigieron a la habitación de ella a descansar y no hablaron más del tema, obviamente ella no quería tocarlo y él ya encontraría la forma de averiguar esa actitud suya, pero de momento si, ambos necesitaban descansar.
Llegado el siguiente día las cosas parecían ir mejor con ayuda de Sasuke y no porque los niños se hubiesen calmado, sino que en efecto, era más sencillo un dos contra dos a pesar que ni el Uchiha ni la Uzumaki tenían experiencia cuidando niños. les sirvieron el desayuno y los vistieron para llevarlos con sus parientes maternos, pero ambos ninjas fueron llamados con urgencia por Kakashi, que había retomado el puesto de Hokage en ausencia de Naruto y se vieron obligados de llevar a los niños. Además, si los enviaban a misión, quizá el propio Hatake enviaría a los niños con los Hyuuga.
—Vaya cuadro familiar —comentó Kakashi cuando vio llegar a los ninjas. Sasuke llevaba de la ropa a Yumiko, el mayor de los hermanos, quien pataleaba y gritaba en el aire y Karin cargaba a Jomei, el menor, teniéndolo atado con su suéter para que dejara de intentar escapar. Los dos jóvenes se veían cansados y apenas era medio día.
—¿Nos llamó? —preguntó Karin no queriendo hablar del tema.
—Si, pero no sabía que estaban de niñeros, quizá sea mejor llamar a…
—¡No! —exclamaron ambos jóvenes.
—Íbamos a dejar a los niños con los Hyuuga, pero nos habló con urgencia así que los trajimos —habló Karin rápidamente— ¿Qué necesita? Lo haremos en cuanto nos deshagamos… digo, nos despidamos de los niños.
—No creo que haya alguien que los cuide. La mayoría de los Hyuuga están fuera de la aldea de misión y necesitaba que ustedes, junto a Kiba y Shino exploraran los alrededores —contestó Hatake aturdido por los gritos de los niños que exigían ser liberados.
—¿Qué ocurre? —preguntó Sasuke muy serio.
—Sabemos de un grupo que apunta a Konoha. No tenemos confirmación de quiénes son o por qué somos su blanco, pero en ausencia de Naruto, creemos que pueden querer aprovechar la oportunidad de atacarnos.
—¿Nos van a atacar porque papá se fue de vacaciones? —preguntó el mayor de los Uzumaki.
—¡Vamos a morir! —gritó Jomei llorando.
—Cierto, esos niños no debieron escuchar esto —comentó Kakashi como si nada, pero tanto Sasuke y Karin debían calmar a los niños.
—Hay muchos ninjas fuertes en Konoha, serían estúpidos si nos atacan —comentó Karin tratando de consolar a los niños que lloraban— Sasuke les dará una paliza a todos.
—El problema es que no sabemos qué quieren de Konoha, podrían querer atacar para conseguir algo o querer destruirla por capricho —contestó Kakashi y ambos jóvenes lo miraron amenazadoramente porque había alterado más a los niños— Lo que quiero decir, es que si, tenemos muchos ninjas fuertes en la aldea y podemos hacerles frente —los niños parecieron tranquilizarse con esas palabras, pero Hatake siguió hablando— Pero como no conocemos cuántos son ni sus objetivos, entonces…
—¡No importa!
—¿Conmigo? Pero yo seré uno de los blancos para evitar que proteja la aldea —contestó Kakashi— Mejor llévenlos con Anko¡Tenemos trabajo que hacer! —interrumpió Karin— Sólo necesitamos dejar a los niños con alguien.
—¿Por qué no se los dejan a Anko? No tiene asignaciones hoy —propuso Kakashi y el par de ninjas así lo hizo, no sin antes lanzarle una maldición al albino, que bien pudo llamar a la kunoichi a su oficina y cuidarlos él mientras llegaba, pero no lo hizo.
Anko no tuvo objeciones en cuidar a los niños Uzumaki, pero fue un gran alboroto el lograr que estos aceptarán quedarse. Ambos niños seguían asustados con lo dicho por Kakashi y se aferraron a Sasuke cuando Karin les dijo que no tenían de qué preocuparse porque el Uchiha era muy fuerte y podría proteger la aldea.
Mitarashi usó el henge no jutsu para tomar la forma de Sasuke y distraer a los niños, a los que tuvieron que engañar para que soltaran al verdadero y cayeran en la trampa.
Cuando finalmente Sasuke y Karin pudieron huir… separarse de los niños, salieron de la aldea para su asignación y pese al trabajo asignado, se sintieron bastante relajados cuando ya no hubo gritos ni llantos.
—Compadezco a Hinata, encargarse sola de esos dos monstruos y con Naruto gritoneando cuando está feliz, debe pasarse todo el tiempo con dolor de cabeza —comentó Karin agradeciendo el silencio.
—No vuelvas a aceptar cuidarlos —sugirió el azabache igual de irritado que ella.
Unos minutos después, ambos ninjas ya se encontraban a las afueras de la aldea y guardando distancia de está, la rodearon mientras Karin usaba su habilidad para rastrear gente en las cercanías. Todo parecía estar en orden, pero estando del lado este de la aldea, la pelirroja notó la proximidad de un grupo.
—Es un grupo pequeño para pensar que quieran atacar la aldea —le describía al Uchiha— Sus crakras son fuertes, pero no lo suficiente como para una invasión.
—Quizá intenten robar algo.
—Tal vez, pero es un grupo grande para un robo y muy pequeño para una invasión.
—Vamos a observarlos, los capturaremos si hay algo sospechoso.
Los dos jóvenes no tardaron mucho en llegar hasta aquellos ninjas y al poco de localizarlos, los oyeron hablar de querer realizar un secuestro en Konoha. No supieron a quién se referían, pero los atacaron para atraparlos y llevarlos a prisión.
Apenas habían llevado a los hombres capturados frente a Kakashi, Anko llegó apresurada. La kunoichi estaba herida y muy agitada, llamando la atención hacia sí no sólo por su apariencia, sino también por sus gritos.
—¡Se llevaron a los niños! —exclamó Anko alarmada y de entre los hombres capturados, aquél que parecía ser el líder, esbozó una sonrisa que no pasó desapercibida para Karin.
—¡Fueron ustedes! —exclamó tomando al hombre por el cuello de la ropa— ¿Dónde están?
—¿Cómo pudimos ser nosotros si fuimos atrapados por ustedes? —se burló el hombre.
—Ustedes hablaron sobre un secuestro —señaló Karin antes de lanzarle una patada a la cara al hombre. Enseguida, hizo uso de su habilidad para intentar detectar a sus sobrinos, a los cuales apenas alcanzó a sentir antes de que desaparecieran del radio de su radar— ¡Se fueron por el Este!
—No te precipites —Sasuke la detuvo cuando ella quiso correr a buscar a sus sobrinos— Ellos nos dirán a dónde se los llevaron.
—¿Qué relación podríamos tener? —insistió el líder del grupo pero su cara burlona lo delataba.
Sasuke tomó al hombre por la ropa y usando su doujutsu en poco tiempo le sacó la información necesaria. Aquellos hombres habían sido un grupo de bandidos muy temidos que en secreto, atacaban a las aldeas para conseguir riquezas. Por mucho tiempo fueron buscados, pero nadie tenía pistas de su escondite ni de sus miembros. La razón principal de su éxito, no sólo era su habilidad de esconderse, sino que infundían miedo por donde pasaran, sin embargo, desde la Cuarta Guerra ninja, mucha gente hizo a un lado sus miedos inspirados por los héroes del mundo ninja y comenzaron a confrontar a los bandidos. Estos hombres eran fuertes, pero no sabían lidiar con las aldeas cuando trabajaban en conjunto.
El estilo de vida lujoso que llevaban se había agotado y planearon secuestrar a los hijos del Séptimo Hokage, el más admirado de los héroes de la guerra. Si lograban doblegar al más fuerte, su estrategia de terror funcionaría de nuevo. Empero, ellos sabían que, aunque fuesen fuertes, no tenían el poder para derribar a alguien como Naruto y fue cuando decidieron que secuestrarían a sus hijos.
Por mucho tiempo planearon la fechoría y sacaron a los ninjas de Konoha con misiones falsas que pedían con nombres falsos para disminuir las posibilidades de ser atrapados. También se habían infiltrado como comerciantes para entrar y salir de la aldea sin levantar sospechas y sabiendo del radar de Karin, habían logrado hacerla alejarse lo suficiente para sacar a los niños de su percepción.
No contaron con la presencia de Sasuke en ese momento, pues la misión de la que recientemente él había vuelto, se suponía que debía durar más, pero él había sido enviado junto a la pelirroja fuera de la aldea mientras se llevaban a los niños, así que su plan fue realizado con éxito. Además, los bandidos que habían sido capturados eran el anzuelo y como tal, desconocían el paradero de los niños para evitar que les sacaran la información de la forma en que el Uchiha lo había hecho.
La única pista que pudieron obtener para rastrear a los bandidos, fue que su último escondite se localizaba a las afueras del país de las Olas, lo que coincidía con la dirección en que Karin había perdido el rastro de sus sobrinos.
Tanto Karin como Sasuke estaban decididos a encontrar a los pequeños Uzumaki a pesar del dolor de cabeza que les habían provocado, eran unos diablillos, pero eran unos niños y eran hijos de alguien que apreciaban mucho. Sin embargo, pese a la decisión de la pelirroja de irlos a buscar al principio, el Uchiha notó cierta inseguridad en la mirada de su novia.
—Los encontraremos —la consoló mientras andaban en la dirección establecida.
—Si… —titubeó ella, pero no dijo nada de lo que realmente le preocupaba.
Sasuke quedó pensativo unos instantes, si no era eso lo que le preocupaba, entonces debía haber algo más. De lo que estaba seguro, era que no podía estar preocupada por la seguridad de los niños, pues debían tenerlos a salvo para poder amenazar a al rubio.
—Si crees que Naruto te...
—¡Los encontré! —exclamó Karin parando y cambiando la dirección siendo seguida por el Uchiha— ¡Se desviaron al Norte!
—¿Cuántos están con ellos? —No puedo asegurarlo, pero creo que escaparon. Los sentí correr y se detuvieron en un solo sitio —decía Karin yendo tan rápido como podía— Atrás de ellos percibí tres chakras adultos, son fuertes y están al rededor de donde los niños pararon.
—Lleguemos allí antes de que los encuentren —comentó Sasuke— Será más difícil salvarlos si los tienen de rehenes.
Ambos jóvenes se apresuraron pero Sasuke notó que Karin intentaba disimular que estaba cansada. Era extraño, ella no se cansaba tan rápido y menos cuando era evidente que le preocuban los niños, pero recordó que ella había estado cuidando del par de diablillos varias horas más que él y el Uchiha no podía negar que también necesitaría un descanso cuando salvaran a los niños.
—¡Viene uno! —anunció Karin cuando ya estaban cerca de los bandidos y señaló hacia una dirección.
—Lo tengo —murmuró Sasuke atacando a un ninja que ni siquiera lo vio llegar.
—No están muy lejos —señaló la joven en dirección a donde percibía a los niños yendo en esa dirección, pero al poco, atacó a otro ninja que se apresuraba hasta ella.
—Queda uno —anunció el joven y su compañera señaló rápidamente en otra dirección, a la cual él corrió a atacar al criminal.
—¡Yumiko! ¡Jomei! —llamó Karin ahora que no había amenazas y Sasuke se ocupaba del último ninja— ¡Vengan!
—¡Tía! —exclamaron los niños en coro saliendo de su escondite, pero antes de llegar hasta la pelirroja, un cuarto bandido apareció queriéndo atrapar al menos a uno de los niños, pero Karin se interpuso.
El bandido de complexión fornida, no dudó en atacarla para quitarla del camino y poder lograr su objetivo, clavándole un kunai en el hombro. Sin embargo, antes de que el ninja pudiera alcanzar a alguno de los niños, Sasuke mató al hombre con su espada.
—¿Qué ocurrió? —se preguntaba la pelirroja, pues no percibió el chakra de ese hombre en ningún momento. Mientras intentaba dar respuesta a esa incógnita, ella se mordió a sí misma tratando de curar su herida, pero no hubo efecto.
—¡Tía! —gritaban los niños llorando.
—¿Por qué tu herida no sana? —preguntó Sasuke, quien inicialmente no se había preocupado por la chica al pensar que la herida era algo con lo que ella podía lidiar, pero cuando la vio seguir sangrando, se preocupó.
—¡Idiota! ¡Los niños no dormirán después de lo que vieron! —exclamó Karin sintiendo como desde la herida, se extendía un gran dolor por todo su cuerpo, haciendo que el Uchiha insistiera por saber lo que ocurría— Ese kunai estaba envenenado —ella se tocó el vientre llorando— No servimos para ser padres.
La pelirroja se desmayó con la última frase.
Karin abrió los ojos. Estaba muy desorientada cuando despertó, pero al ser su lugar de trabajo regular, reconoció el hospital de Konoha rápidamente. Tardó un poco más en recordar lo que había pasado y su primer impulso fue tocarse el vientre.
—Los dos están bien —oyó una voz a lado de su cama y vio a Sasuke sentado a un lado de ella.
—¿Y los niños? —preguntó aliviada pero no queriendo tocar el tema del que obviamente el Uchiha ya se había enterado.
—Kakashi envió a buscar a Naruto y Hinata cuando nos fuimos a buscar a los niños, llegaron por ellos a media noche —contestó muy serio y la habitación quedó en silencio unos instantes— ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? Te pusiste en riesgo yendo a…
—¿Podemos tener esta charla después? —pidió ella sintiéndose culpable.
—¡Estuviste a punto de morir! —gritó Sasuke enfadado— No puedo dejar eso a un lado.
—Acabo de despertar de un envenenamiento ¿no crees que debería poder relajarme antes de tener esta charla?
—¿Y no crees que tenía derecho a saber que estabas esperando un bebé antes de que fuéramos de misión? —replicó el Uchiha muy enojado.
—¡Bien! ¿Quieres saberlo? ¡Te lo diré de una vez! —exclamó Karin muy enojada por la falta de consideración— Lejos de lo que te he dicho, de niña soñaba con ser una gran kunoichi que eventualmente se casaría y tendría hijos a los que entrenaría junto a su padre para que fueran igual o mejores ninjas pero… —apretó las sábanas— Desde que me fui con Orochimaru desprecié la idea porque era una criminal, no podría tener una vida pacífica con una cándida familia en un lugar como ese y aunque la tuviera, yo era testigo de lo cruel del mundo.
—Eso no me explica por qué me lo ocultaste.
—¡Desde que me uní a Orochimaru, no pensé que sería madre hasta que la maldita prueba de embarazo marcó positivo! —Sasuke frunció el ceño— Tu si lo querías y yo tenía dudas, así que no quería tomar la decisión de ser madre sólo por ti.
—Debiste decírmelo —el Uchiha siguió reprochando— Al menos para no ponerte en riesgo en la misión.
—Lo oculté porque necesitaba saber si quería tomar esa responsabilidad antes de decírtelo. Una parte de mi estaba feliz con la noticia y eso me asustó, porque no sabía si era porque tú te pondrías feliz o si era porque a mi me hacía feliz —lo miró a los ojos— No podía discernir mis emociones y decidí que lo tendría si tenía las capacidades para criar un hijo, por eso acepté cuidar de mis sobrinos, para ponerme a prueba, pero no sirvo para esto.
—Karin…
—¡No lo digo sólo porque los secuestraron cuando se suponía que debía cuidarlos! ¡Lo digo porque no me imagino viviendo todos los días con ruido, desastre y peleas absurdas! —decía Karin desesperada por su mala experiencia— Sé que vas a decirme que no es lo mismo porque son los hijos hiperactivos de Naruto, pero él es mi pariente. ¡Este niño podría ser un demonio igual o peor que mis sobrinos!
—¿Y por eso te arriesgaste? ¿Querías ir a salvarlos para perder a ese niño? —cuestionó Sasuke muy serio.
—¡No! Yo… Realmente estaba preocupada por los niños. Me sentía responsable de que fueran secuestrados. —contestó Karin con sinceridad. No entendía cómo en la casa los odiaba y aun así no se imaginaba abandonando a sus sobrinos en una situación de peligro como esa— Yo debía cuidarlos, eran mi responsabilidad y lo menos que podía hacer era traerlos de regreso a salvo.
—¡Pero no poniéndote a ti y a nuestro hijo en peligro! —reprochó Sasuke.
"Nuestro hijo" hizo eco en Karin, porque entre sus temores había estado que el Uchiha, aunque quisiera hijos, no los quisiera con ella. Ese miedo también la llevó a tomar el reto de cuidar de sus sobrinos sola, saber qué era ser una madre soltera, pero al final Sasuke la había ayudado cuando ella no pudo más y ahora todo indicaba que él no la dejaría sola.
—Si no podía proteger a mis sobrinos —se tocó el vientre— ¿Cómo podría esperar proteger a este bebé? —¡No estás sola! —exclamó Sasuke enojado— ¡Debiste hablar conmigo primero!
—Entonces hablemos ahora —bajó la mirada— No estoy lista para ser mamá y no sé si lo estaré algún día.
—¿Es por lo que pasó ayer y hoy?
—¡No! Yo...
—Me refiero a que si lo dices sólo por la recién experiencia con tus sobrinos. No puedes tomar la decisión por una única mala experiencia.
—No sólo es una mala experiencia, sino que no he tenido ninguna otra —decía decaída— Y tampoco creo que sea buena idea tenerlas mientras estoy embarazada, pondría en peligro al bebé o a los mocosos con mis hormonas.
—Si no te sientes lista, entonces ¿qué quieres hacer con el bebé?
—Yo… no sé.
—Puedes tenerlo y darlo en adopción o no tenerlo.
—¡No quiero darlo en adopción! Si no encontrara una familia… se sentiría solo —contestó Karin recordando aquellos momentos cuando quedó huérfana.
—Entonces la opción es no tenerlo.
—Lo sé pero… —ella tenía miedo de equivocarse y notó que él no decía nada— ¡¿Por qué tú no opinas?!
—Dijiste que no querías tomar una decisión sólo por lo que yo quiero —contestó Sasuke— Cuando lo hagas, te diré lo que quiero y si no coincidimos, debemos llegar a un acuerdo.
—Eres un idiota —refunfuñó Karin, pues se sentía contrariada, por un lado le gustaba que él la apoyara en tomar una decisión independiente de él, pero al mismo tiempo le enojaba que no la confortara.
—Hay aspectos que no has tomado en cuenta. Primero, no todos los niños son como los Uzumaki; segundo, ellos fueron criados de una forma, los hijos que tengas serán diferentes así los eduques sola, conmigo o alguien más; tercero, vas a tener un hijo, no dos; cuarto, no puedes comparar el empezar a cuidar a dos niños d años con un no nato que ya estás cuidando en tu cuerpo; quinto, tu y yo…
—¡De acuerdo! ¡Ya entendí a qué te referías con no dejarme guiar por una única experiencia! —interrumpió Karin— Pero ya te dije que ni siquiera puedo experimentar con otros.
—No pienses en todo lo demás ¿quieres ser madre? —Debo pensar en todo lo que conlleva ser madre, no puedo serlo sólo porque quiero.
—¿Quieres ser madre? —repitió Sasuke muy serio y él repitió la pregunta una y otra vez cada que Karin ponía peros hasta el punto de irritarla.
—¡Si, si quiero! ¡Pero no ahora! —exclamó Karin sintiéndose presionada por la mirada azabache, pero dando una respuesta honesta.
—¿Por qué no? ¿Es por vanidad? ¿Por economía?
—¡No! ¡Se supone que debamos ser padres porque lo planeamos, no porque el anticonceptivo falló! —exclamó ella— Tengo miedo de que ambos sólo aceptemos ser padres porque no tengamos de otra y que cuando llegue el bebé nos arrepintamos —decía ella con sinceridad— Estamos bien ahora y un bebé no planeado podría arruinar nuestra relación y de paso lastimar al niño.
—Ya estás embarazada, debes decidir si quieres tenerlo o no —señaló Sasuke apenas ella terminó de hablar.
—¡Lo sé! Pero… Aún si este niño fuera más tranquilo que mis sobrinos, no creo tener la paciencia que se necesita para criarlo. Con mi temperamento tal vez exagere cuando lo regañe y no me llevo bien con los niños. Al final va a odiarme.
Karin derramó algunas lágrimas, se sentía enojada y frustrada porque ella sí quería ser madre, pero todo indicaba que no tenía las aptitudes para serlo y no iba a tomar un papel tan importante como lo era la crianza de un niño si no estaba completamente segura de que podía hacerlo.
—No quieres darlo en adopción, así que asumo que no quieres tenerlo.
—No dije eso, yo… —ella se dio cuenta enseguida de su propia contradicción y no tuvo que pensar demasiado para saber que, objetivamente, la mejor opción era no tenerlo— Sería lo mejor.
—Si esa es tu decisión, es mi turno de hablar —comentó Sasuke y Karin ni siquiera lo volteó a ver, ella estaba casi segura que le reclamaría— Quiero tenerlo.
—Lo imaginé —murmuró ella.
—Como tu no quieres tenerlo, te propongo que lo tengas para mi —ella lo miró sorprendida— No estarías dándolo en adopción porque yo soy el padre y me haré cargo de él solo.
—¿Estás loco? Ni siquiera está planeado, apenas nos establecimos por nuestra cuenta tras el castigo de Konoha y necesitarás dejarlo a cargo de alguien para poder trabajar y mantenerlo.
—Arreglaré todo eso en estos meses.
—¡No estamos hablando de un plan para luchar con un enemigo o un entrenamiento, estamos hablando de un bebé!
—Una vez que nazca y me lo des, será mi problema —contestó Sasuke bastante serio.
—¡También es mi bebé! —exclamó Karin para darse cuenta enseguida que se contradecía a sí misma.
—Podemos tenerlo juntos y si sientes que la maternidad no es lo tuyo, yo me lo quedaré.
—Pero…
—Dudas por la falta de experiencia con los niños, pero podemos aprender.
—¿Y si hago las cosas mal?
—Somos dos, no podemos hacer todo mal.
Karin bajó la mirada pensativa. Aún se sentía confundida, pero si Sasuke estaba hablando seriamente, entonces su propuesta era muy buena. Ella podría probar y alejarse si no se sentía apta, lo único que lamentaba es que ello seguramente afectaría su relación, de hecho, estaba segura que la noticia ya la había afectado.
—¿Y si al final ninguno de los dos lo quiere?
—Ya decidí asumir la responsabilidad sin ti, no voy a retractarme.
Aquellas palabras le dieron cierto alivio a la pelirroja y aunque aún tenía dudas sobre ser madre, aceptó la propuesta del Uchiha.
—Te mataré si no cumples —murmuró Karin y él esbozó una imperceptible sonrisa.
Pasaron los meses y ambos hicieron lo mejor que pudieron para preparar la llegada de ese hijo que no habían planeado. Trabajaron y ahorraron —dentro de lo que Karin podía hacer—; estudiaron los folletos y libros de paternidad; procuraron la salud de ambos con prioridad a ella y el bebé y en los primeros meses de vez en cuando cuidaron de otros niños.
Cuando el día del nacimiento llegó, hubo mucho alboroto, desde el festejo de Naruto convirtiéndose en tío hasta Sasuke y Karin que se sentían contrariados, porque a veces la espera se tornó larga y otras veces se sintió corta.
Desde el día en que hicieron su acuerdo, ninguno de los dos tocó el tema sobre la decisión de Karin, aunque no por ello, la Uzumaki no llegó a pasar largas horas pensando en lo que haría. Sin embargo, poco después de que llegaran del hospital con su bebé y lo dejaran descansando, el Uchiha sacó el tema.
—¿Ya sabes qué harás?
—Es muy pronto para saberlo —contestó ella desviando la mirada— Apenas llevo poco cuidándola.
—Entonces yo elegiré el nombre.
—¡No puedes decidirlo tú solo! —replicó Karin y él sonrió— También es mi hija.
—Mientras no tengas una decisión…
—¡Se llamará Mika! —interrumpió la pelirroja— ¡Y me quede o no, no puedes cambiarlo, yo sufrí el parto!
Karin quería irse para demostrar que no estaba dispuesta a negociar el nombre, pero su grito había despertado a la pequeña bebé y se dirigió a tranquilizarla. Sasuke la miró sonriendo, pues recordaba que hasta hacía unos meses ella no había sabido cargar un bebé, y ahora, después de mucha práctica, lo hacía con naturalidad a pesar de que la primera vez que la cargó se vio muy nerviosa.
Pasaron tres meses, tiempo en que incluso Karin había vuelto al trabajo y por decisión propia lo hizo a medio tiempo. Sasuke, por su parte, trabajaba con normalidad pero cuidaba de la pequeña Mika cuando estaba en casa. Fue en ese momento en que, mientras él tomaba a su hija de los brazos de la pelirroja, que retomó la pregunta.
—¿Has tomado una decisión? —preguntó acomodando a la niña que dormía entre sus brazos.
—¡No! Lo haré cuando deje de amamantarla —contestó Karin desviando la mirada.
—Se le puede dar fórmula, no…
—¡Es muy pequeña! ¡La leche materna siempre es la mejor! —A los seis meses podemos destetarla cuando empiece a consumir sólidos.
—¡No se desteta por completo! Sólo se empiezan a introducir los sólidos —caminó hacia el pasillo para que él no viera su rostro— ¡Me voy a bañar antes de que tenga que amamantarla de nuevo!
Sasuke la vio irse y sonrió.
Llegó el cumpleaños número uno de Mika, ella ya caminaba e incluso comenzaba a hablar siendo "mamá" su primera palabra, y aunque ninguno de los dos quería una fiesta repleta de niños gritando, Naruto terminó haciendo un gran festejo por su sobrina. Fue un día muy agotador para Sasuke y Karin, pues además de la fiesta, habían tenido que recoger todo cuando los invitados se fueron. No fue sino hasta al siguiente día en que el Uchiha sacó el tema.
—Has visto correr a esos niños por toda la casa, Mika ya camina, pronto empezará a correr también —decía mientras alimentaba a la pequeña de mechones rojos— ¿Quieres lidiar con ello?
—¿Quién crees que le enseñó a caminar? Yo debo enseñarle a correr —replicó Karin mientras comía de un bote de helado— Yo no dejo las cosas a medias.
—Mami, quero —le empujó la cuchara a Sasuke que intentaba hacerla comer y estiró la manita hacia la Uzumaki.
—Pero no le enseñes malas costumbres —señaló el Uchiha frunciendo el ceño pero por dentro sonrió. No sólo por la respuesta de ella, sino que le había gustado la imagen de ella lamiendo la cuchara como una niña.
—Ya no hay helado, cariño —le mostró el bote vacío a la niña ignorando a Sasuke por completo.
—¿No era el bote nuevo?
—N… No —se fue tirando el bote vacío en la basura y Sasuke resopló, pues ahora tendría que lidiar con la pequeña niña que, de por sí era más reacia a comer su alimento cuando era él quien la alimentaba, y ahora tenía el capricho del helado.
De alguna forma, Karin había aceptado ser madre cuando dijo que ella no dejaba las cosas a medias y confirmó su respuesta cuando una semana después, una nueva prueba de embarazo dio positivo.
—Aún no decides si seguirás siendo la madre de Mika, lo mejor será que no tengas este —sugirió Sasuke.
—¿No quieres tenerlo? —preguntó sorprendida.
—No sin una respuesta concreta de tu parte.
—Estoy lista para ser mamá —contestó Karin queriéndose ir porque le costaba admitir en voz alta que se avergonzaba por haber dudado. Ser mamá no era lo único que había tenido que aprender a hacer en su vida, pero si había sido lo primero en mucho tiempo, en lo que había temido en errar.
—Siempre has sido el tipo de persona que logra lo que quiere hacer —comentó Sasuke y Karin paró pero no lo miró— Jamás lo habrías hecho sin voluntad.
—Somos un equipo —contestó la pelirroja antes de irse.
La sorpresa del segundo embarazo es que habían sido gemelos, pero a pesar de la carga, jamás fue igual que con los niños Uzumaki. Sus hijos eran más tranquilos, pero seguían siendo traviesos y aunque a veces para ambos era pesado, parecían tener más paciencia con sus pequeños que con cualquier otro niños.
Ser madre no era fácil para Karin, había tenido que aprender muchas cosas al respecto, pero sabía que la experiencia era mejor con Sasuke como compañero, pues habían tenido que aprender juntos.
Ahora que han terminado de leer la historia, admitiré que no quedé satisfecha con la historia, sé que en algún punto perdí el objetivo inicial de la idea pero decidí subirlo así para cumplir antes de que el mes acabara. Si el tiempo me da, haré la correción pertinente pero aún con los fallos, espero les haya agradado, al menos algunas escenas.
De antemano, agradezco su atención y comentario n.n
