Hola mis amigos, soy Yuzu-chan

¿Saben? Cuando me ví aquella escena donde Homura termina llorando al no poder contra Walpurgis y luego Madoka le limpia la herida de una manera tan tierna y está dispuesta a cumplir su deseo fue ahí donde se me vino el drama. Esta vez será una especie de monologo para Homura en dichos últimos momentos.

Espero que tengan preparados sus clorox porque será algo tristín tristón

Yuzu y fuera

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-Eres todo lo que necesito, Madoka…

Homura no lo dijo en voz alta, lo respiró, una bocanada de aire salió de sus pulmones y las palabras se deslizaron con ella. No sabía si Madoka realmente la escuchó, pero eso no importaba.

Nunca le había importado.

La pelinegra se atragantó con las palabras que quería decir, más fuerte, para que la pelirrosa pudiera escucharla. Podía extender la mano y rozar con los dedos la piel cremosa de Madoka, tomar su mano, acariciar su cabello rosado. Podía contarle todo, cuánto la amaba, cuánto se había sacrificado por ella, pero no lo hizo.

Ella se quedó callada.

Homura siempre había sido tan fuerte, siempre había estado sola. Los días que había pasado en el hospital la habían ayudado y había salido más fuerte de lo que había entrado. Cuando se transfirió a esta escuela, no esperaba a Madoka. No había esperado la sorpresa inevitable de las Puella Magi, y nunca había pensado que estaría aquí.

Y, sin embargo, allí estaba ella, con una de sus piernas atrapada bajo una roca, dejándola inmóvil. Podía sentir la sangre caliente gotear de su frente y gotas sobre su piel sudorosa. La chica de sus sueños y la dueña de su corazón la miraba con ojos dulces y tristes. Ojos carmines que llevaban la carga que la viajera del tiempo había soportado durante tanto tiempo.

Los ojos de la chica de cabello negro parpadearon y se cerraron por un minuto y recordó aquellas líneas y aquellos eventos… A Madoka rogándole que apretara el gatillo y la matara, y cómo terminaba gritando y llorando antes de retroceder en el tiempo y hacerlo de nuevo, terminando en lo mismo y repetir.

Quería gritar ahora. Quería decirle a esa chica que se detuviera, quería decirle que lo pensara bien, lógicamente pero…

Las palabras… Aquellas palabras…

No se dejarían salir de su garganta…

Se sentaron allí, obstinadamente, todo lo que ella no podía decir la llenó hasta que estuvo segura de que explotaría. Abrió la boca para intentar forzar las palabras, pero una mano fría le rozó la frente…

Madoka… Su amada Madoka…

-Todo estará bien, Homura-chan…

"No, no lo hará"

-Ya no tienes que preocuparte…

"Sí, lo hago, siempre me preocuparé por ti".

-Me haré cargo de ello…

"No, Madoka, déjame cuidarte"

-Está bien. Gracias…

"Te amo"

Y luego se volvió y - Homura simplemente no podía decirle que se detuviera - la espalda de Madoka estaba hacia ella y pidió su deseo. La pelinegra podía oír su voz, tan dulce como cualquier melodía, sonar en sus oídos, pero no podía oír las palabras exactas del deseo. Se sintió como si el tiempo realmente se hubiera detenido por un breve momento cuando fragmentos rosas explotaron en el cielo.

La viajera del tiempo inclinó la cabeza hacia atrás contra la piedra oscura detrás de ella. Todo había terminado ahora. Todo por lo que había trabajado, se había ido.

Pero estuvo bien…

Se sintió en paz, extrañamente, como si finalmente pudiera relajarse y dejar de luchar tan duro por unos momentos. Trató de mantener los ojos abiertos, todavía tenía que decírselo a Madoka, pero simplemente…

No podía hacerlo…

Su lengua se sentía torpe y lenta, sus labios no se abrían. Todo brilló de un blanco brillante y Homura dejó caer sus hombros. Sintió el sonido metálico del metal cuando el disco pegado a su brazo golpeó la roca.

-Todo estará bien, Homura-chan…- Había dicho Madoka.

La que había pasado por tanto dolor, se había sacrificado tanto, sintió que se le caían los párpados y esta vez no luchó contra eso.

Decidió confiar en Madoka, esta vez.

Porque más que nada… Ella la amaba.