La noche caía a un paso lento y la tranquilidad se asomaba sin preocupaciones restantes ante los estudiantes de Akatsuka.

Los conocidos sextillizos tomaron pasos separados como venían haciendo desde que ingresaron por primera vez a la preparatoria así que era normal verlos solos y cada uno por su lado.

Karamatsu salió durante el cielo a pleno atardecer por su club de teatro el cual le sacó más tiempo de lo debido, corrió por los corredores buscando a su pequeño hermano con quien esta mañana se decidió partir junto a él de regreso, pensándolo bien deberá tener un gran estallido de molestia expresado en un puchero insoportable por aparentemente haberlo abandonado durante tanto tiempo.

El segundo hijo salió a la entrada del establecimiento y exhaló hondo al ver a su menor en la entrada esperando mientras observaba el cielo teñido de colores rojos y anaranjados. Al verlo frunció el ceño y se cruzó de brazos comenzando a partir afuera sin esperarle, Karamatsu lo alcanzó y ambos continuaron en un breve silencio, Todomatsu no aguantó y terminó gritándole por su tardanza mientras el mayor respondía con monosílabos y con pena sabiendo de su culpa por ofrecerse para empacar todo olvidando su responsabilidad.

_¡Ugh! ¡Te ordeno que no lo vuelvas a hacer Karamatsu-niisan! Todos se fueron y el único abandonado como perro era yo _se cruzó de brazos y miró hacia otro lado encorvando sus labios por su ceño fruncido. Estaba realmente molesto y Karamatsu no podría decir mucho.

El par de hermanos terminaron nuevamente en silencio, sus pies tomando el camino recorrido cientos de veces con el cielo oscureciendose más pronto que en otras estaciones del año. La noche llegó temprana y Todomatsu no pudo evitar acercarse más a su mayor por el temor que conllevaba en las penumbras del cielo.

Llegaron a la ciudad más iluminada y con mayor población de gente.

_¿Podríamos tomar un atajo? _Todomatsu giró con mirada suplicante a un segundo hijo quien salió de su ensimismamiento. El mayor lo observó y consideró su recorrido que tomaría algo de tiempo llegar a casa, además que Todomatsu no estaba en condiciones de manejar mucho la noche en especial por los monstruos que rondan en estas.

Sacudió la cabeza ante ese pensamiento normalmente ignorado, la ciudad de Akatsuka no los albergaba, no hubieron accidentes desde hace décadas por la gran ventaja de la ciudad de Tokyo al cerrar todas sus fronteras y por donde Ghouls vivian en gran cantidad.

Todomatsu continuaba tirando de su uniforme, deseaba llegar a casa lo más antes posible. Lo miró un tiempo y giró hacia la acumulación de personas y su ruta que tomaba un lugar alejado de la ciudadanía y volvían por un tiempo más prolongado entre giros de sus calles. De todas maneras tendrían que continuar en soledad y sus rutas pocas veces se llenaban de gente.

Además que la alternativa de seguir un atajo conllevaría la mayor parte en compañía de gente y un callejón que los dejaría a una o dos calles de casa.

_Esta bien, vamos Todomatsu _sonrio al menor quien dio un golpe a su hombro, se frotó con una mueca de dolor y pidió explicación con la mirada. El menor bufó con molestia.

_ Piensas demasiado Karamatsu-niisan. ¡Quedarte parado en medio de la calle parecías algún idiota! _se quejó con una expresión adorable sin desearlo.

Karamatsu sonrió levemente para poder continuar entre las personas, la iluminación de los comercios era suficientemente cegadora, no hubo ocasión en que atravesaron esos lugares más transcurridos de noche debido a las reglas de Matsuyo y Matsuzo, Karamatsu estaba seguro que recibiría algún castigo al llegar a casa tan tarde llevando consigo a su hermanito menor.

Sus padres eran los únicos que salían a esos lugares, según ellos relataron que vivían de niños en Tokyo, eso era suficiente para decir que vivieron en un infierno repleto de ghouls. Por suerte salieron y pudieron mudarse allí, tomando precauciones como lo hacían en esa ciudad sin ignorar en ningún momento a esos monstruos que rondan por las noches.

_¡Karamatsu-niisan! _Todomatsu terminó sacudiendo al mayor con mayor fuerza para que le tome atención, este reaccionó por fin.

_¿Qué pasa Todomatsu?

_¿Cómo que qué me pasa? ¡Eso debo preguntartelo a ti!

_¿Ah? ¿Porqué?

_Escucha, Karamatsu-niisan, estabas demasiado distraído desde que desayunamos. Y ahora estás peor ¿En qué piensas tanto?

_No, no es nada Todo--

_¡Cierra la boca, te pasa algo! Te conozco, y la prueba clara es que olvidaste el par de lentes que comenzaste a cargar y actuar frente al espejo _ señaló acusatoriamente donde siempre lo veía.

De inmediato Karamatsu posó su mano en su pecho sin encontrar lo cuestionado, y sonrió nervioso.

_Lo siento.

_No te disculpes, al menos en eso no. Pff, de todas formas al llegar a casa tendré que sacartelo de una manera u otra.

La piel de Karamatsu se erizó ante la amenaza.

_Tú ganas, te lo diré pero sólo si olvidamos eso luego.

_Bien _de alguna manera sonrió triunfante.

Karamatsu suspiró, Todomatsu actuaba bastante bien frente a toda la familia y el instituto, como un niño al que se debe proteger de todo. No obstante, desde hace unos meses se comportó bastante diferente con él.

Al igual que Karamatsu comenzó a presentarse como un chico cool tratando de olvidar la timidez sólo mostrándolo a Todomatsu.

Sería inconsciente o no, todavía mantenían su confianza por ser la compañía de hermanos en su niñez.

Al alzar la mirada notó el lugar recordando el atajo antes mencionado, faltarían unos cuantos metros; notó que nunca se atrevieron a pasar por ese lugar de niños debido a lo angosto de este y la profunda oscuridad que atormentaba y daba impulso a pruebas de valor cuando grandes, aunque pensaba que Ichimatsu -quien comenzaba a encontrarlo en callejones así con felinos- debió de haber pasado por este sin importarle más.

Se detuvieron a la entrada y notó el abrazó disimulado de Todomatsu quedando en silencio. De alguna manera un escalofrío recorrió el cuerpo del segundo hijo que casi lo hizo retroceder. ¿Qué sucedía? No tenía miedo a la oscuridad como el menor y no debería de sentirse así con algo tan simple.

Y menos siendo observado por Todomatsu.

Se armó de valor pero sintió un ligero tirón de su compañía.

_¿Qué sucede Todomatsu? _giro a verlo y agradeció internamente no haber delatado su temor en sus palabras.

_Ah, no, no es nada Karamatsu-niisan.

Karamatsu lo observó, podría jurar que también sintió esas malas sensaciones. Finalmente ingresaron al callejón.

Los pasos sonaban más fuertes mientras escuchaban el tumulto de las personas alejarse cual túnel, y el silencio se hizo más profundo y hasta aterrador. Un solo salto de un gato callejero hizo saltar a ambos y casi gritar para luego reír nerviosamente.

_¿Pero qué pasa en este lugar? _murmuro el menor una vez disminuyeron la velocidad para recuperarse del susto, el felino sólo se erizó y corrió entre las bolsas de basura y las escaleras del callejón perdiéndose a la vista fácilmente.

_ Deberíamos apresurarnos, estoy seguro que el castigo aumenta cada minuto perdido _desvio el tema tomando a Todo y empujándolo sin escuchar sus leves protestas por su sorpresa. No se lo dijo pero sentía que estaban siendo examinados a detalle.

Ojos escondidos entre la noche, todo el ambiente calmado, la brisa dejó de fluir y los sonidos de repente se ahuyentaron por lo que vendrá, si esta sensación era realidad entonces estarían perdidos a menos que encuentren a algún Dove, no obstante, esta ciudad carecía de ellos, apenas vería alguno pasar en tantos años. Eso calmaba un poco a la ciudad pues no habrían Ghouls cerca.

Pero ahora comenzaba a entrar en pánico, la sensación no se iba, tanto detalle al recordar a los Ghoul justamente ese día lo llevaba a la mira de uno.

_¡Espera! ¡Kara, ay! ¡Que me caigo!

No era posible, ¿Verdad? Hace tantos años que estaban siendo exterminados y lo que se conocía no deberían haber en Akatsuka. Hace dos décadas que no hubieron señales en esta ciudad o en muchas otras en Japón, sólo quedaban algunos en Tokyo quienes por sus medidas de frontera era imposible que salgan.

_¡Karamatsu-niisan!

Todas las noticias lo dijeron, ¿No? ¿Por qué mentirian? Si en verdad hay Ghouls en Akatsuka esto deberá ser informado a la ciudadanía para evitar salir de noche. ¡No estaba claro!

A menos…

¿El gobierno era parte de esto?

Se detuvo y giró a Todomatsu, el menor apenas alcanzandolo recibió el golpe de su frente contra su hermano, estaba listo para gritarle pero calló.

Karamatsu vió detrás al sentirlo, y el terror se dibujó en su rostro.

A unos metros donde pasaron, un par de ojos rojos oscuros los observaba, recién cayó de la azotea donde los seguía tan frágil como un felino al no escuchar nada. Habían cicatrices en su rostro y la oscuridad tomaba gran parte de su cuerpo completo, alrededor de sus ojos estaban los largos y característicos quiebres delatando sacar su Kagune, uno azul con sus matices impresionantes en forma de cola de zorro bailando ligeramente a su lado. Al parecer, a punto de asesinarlos.

El Ghoul se detuvo al verse descubierto, por un momento le pareció ver su sorpresa hasta que cambió a una sonrisa.

Sintió los puños cerrados en sus brazos y se dio cuenta que Todomatsu siguió su mirada, de inmediato lo abrazó con fuerza sintiendo el miedo delatado por su temblor.

_Vaya vaya, me descubriste demasiado pronto _alzo los ojos al Ghoul divertido de sus expresiones_. No es común encontrarme con humanos así, normalmente son un dolor de cabeza si se convierten en Doves.

Karamatsu llevó a su menor detrás de su espalda, y se fijó en la profundidad faltante para salir del callejón, estaban demasiado lejos de las personas pero del otro lado a unos cuatro metros.

Demasiado cerca y al mismo tiempo demasiado lejos.

Cualquiera al ver un Ghoul y en esa situación debería aceptar su destino.

No hay Doves ni por asomo, una ciudad desprotegida y servida a la disposición de cualquier Ghoul. Son tan veloces que escapar sería inútil.

Todo apuntaba a su muerte.

Una mirada de resignación en su rostro sacó una sonrisa al Ghoul quien podría identificar como una mujer con cabello recogido y negro, una piel algo bronceada, con ese gesto de burla, mostrando sus dientes preparados para destrozar su carne.

_Parece que eres más consciente que otros idiotas _ella dijo sin importar recibir respuesta cuando comenzó a acercarse sin prisa, de repente otra cola salió ampliando su sonrisa y viendo con gozo cómo los insignificantes humanos no se movían por ese miedo inútil_. Sin embargo, eso sólo reta tu naturaleza de escapar.

Karamatsu por fin reaccionó, retrocediendo empujando al menor.

_Todomatsu, corre.

_K-Karamat…

_Corre, por favor, lo distraere pero corre _murmuro, sin quitar la mirada al Ghoul que avanzaba. Atento a sus movimientos.

Inquieto, sabiendo que la velocidad de estos seres era por mucha superior y aunque desee darle tiempo al menor sería inútil, con una zarpa de su cola asesinaría a ambos.

Negó con la cabeza, debía intentarlo, no le importaba ser devorado si podía salvar al menor.

_S-solo necesitas un cuerpo para que te alimente por un mes, ¿No? _se atrevió a hablar, fuerte y claro. El temblor en su voz se debilitó.

_¿Ah?, ¿A qué viene eso? _El Ghoul se detuvo.

El menor notó aquel desliz del tema.

_N-no necesitas a mi hermano para que te alimentes. ¡N-no e-escapare n-ni lucharé! _alzo las manos cubriendo al menor y ofreciéndose al Ghoul extrañado_. Así que, p-por favor… Deja que mi hermano se vaya.

_Ahora que lo noto se parecen bastante _reflexiono a la deriva la mujer. Antes de tener una mínima esperanza para que corra volvió a hablar_. Pero con uno no basta _Sonrio ante sus expresiones y atacó.

El kagune en forma de cola fácilmente acortó la distancia, Karamatsu observó en movimientos lentos escuchando el palpitar de su corazón ante su muerte.

La sangre se esparció por el callejón, las paredes desagradables llenos de suciedad y su contaminación se bañaron con el líquido y los intestinos se vaciaron por el corte.

Un cuerpo se partió en dos limpiamente y el otro hermano gritó de dolor y terror bañandolo con el mismo líquido ante sus ojos.

La cola cual zorro regresó a su portadora y ella relamio la sangre que goteaba de su extremidad de caza y combate.

El que quedó cayó de rodillas abrazando un poco el corte de su estómago, sin quitar sus ojos azules con su rostro deformado en pánico y horror viendo a su pequeño hermanito.

Lo que quedó de él.

Su temblorosa mano libre tocó el uniforme ensangrentado recibiendo el último aliento de su pequeño hermano.

_¡¡NO NO NO, POR FAVOR NO!! ¡TODOMATSU! ¡QUÉDATE CONMIGO! ¡POR FAVOR NO ME HAGAS ESTO!

Sus gritos no fueron escuchados por nadie.

Por nadie a quien le interese.

Se desgarró la garganta llamando a un cuerpo sin vida, no vio el momento en que el menor se interpuso en el ataque, él supo que ésta sería su muerte, lo supo por esa sensación de desapego a la realidad, por ofrecerse a esas horas de la tarde para continuar y no volver nunca más a casa. Su familia estaba lo suficientemente partida como para que alguien lo llore.

Pero ese no debería ser el destino de su hermanito también. No debía morir por alguien tan cobarde. Él tenía que protegerlo y falló miserablemente.

Era un hermano mayor de mierda.

Entre sus sollozos, no notó la cercanía del Ghoul, la mujer llegó a su lado a paso tranquilo, alzando el kagune encima del cuello del humano. Pensó divertirse un rato pero no podría permitirse hacerlas esperar más, el recuerdo de tener a sus hermanas se reflejó en este par de humanos insignificantes.

Pero antes de clavarle al restante se quedó quieta.

Una idea, así como vio en algunos programas que una de las menores veía en televisión.

_ Por fin aprenderá a cazar _sentencio.

Karamatsu calló su llanto y giró recuperando su miedo al verla a un metro de distancia, con las dos colas en alto. Pero eso no importaba, ya nada importaba.

_Hermanos… perdónenme.

Nueva explosión de sangre expandiéndose alrededor.


.

Casa de los Matsuno se encontraba en silencio.

Ni un movimiento, ni una voz. A esas horas los hermanos restantes se quedaban en casa mientras esperaban el regreso de sus padres cuando fueron a buscar a los dos faltantes sabiendo muy bien que sus castigos serían horribles por lo que decidieron esperar su regreso.

No obstante, una punzada de dolor los incomodó al principio pero decidieron ignorarlo a compartirlo con los demás, cada uno por su lado sin tomar importancia al hoyo de preocupación que comenzaba a ser bastante profundo.

Terminaron en un solo cuarto, reunidos pero sin más palabras compartieron el silencio.

Osomatsu comenzaría con alguna palabra al respecto pero de pronto, el dolor de la pérdida incrementó al grado de derribarlos.

Respiraron agitadamente, algunos soltando unos libros o platos.

Todos se miraron entre sí, apenas importándoles el frío de afuera corrieron a la salida deteniéndose solo para tener sus zapatos y correr en distintas direcciones.

Buscando.

No podrían desear peor emoción de quiebre cuando sintieron el hoyo en sus corazones por la pérdida de dos hermanos.