N/A: Hola de nuevo! Aquí estoy con otra historia de KND para ustedes!
¡Espero que la disfruten!
Descargo de responsabilidad: KND, Los Chicos del Barrio no me pertenece, es propiedad de Mr. Warburton y CN. Solo tengo esta historia.
Cargando una misión para KND, Los Chicos del Barrio.
Operación: STEVE
Sorpresas TRASCIENDEN Eventos Verdaderamente Espantosos
Capítulo 1
Un archivo sospechoso
Si Miguel Uno, líder del Sector V, hijo único del legendario Número 0, lo hubiera sabido antes, estaba seguro que las cosas serían diferentes.
Número 1 se frotó la sien derecha, reajustándose sus gafas por la que sería la millonésima vez ese día.
Miró el reloj de la computadora. Las 07:50 PM.
¿Qué hora era cuando se sentó a rellenar la carpeta de las misiones y copiar la información para su envío al Comando Global esa tarde? ¿Las tres y media?
Se suponía que sería una tarde tranquila, una más tras el regreso de otra misión exitosa. Tarde de papeleo y revisión de posibles misiones futuras, etc, etc.
-Ya te mandé ese archivo, Número 1. Solo espero que 86 no se entere de que estuve husmeando en su computadora, me mataría en más de un sentido –dijo un 65.3 evidentemente nervioso, antes de finalizar la transmisión.
Recordó el diálogo palabra por palabra. Serían las cuatro de la tarde cuando consiguió que 65.3 le respondiera y acabara cediendo a su extraña petición, deseándole suerte en silencio.
-Debería haberlo sabido. Uh, en estos momentos es cuando quisiera ser otro operativo más relajado, como 3 o 4, o quizá 5... No tendría que estar sentado aquí, metido en esta cosa.
Número 5 le había enseñado lo necesario acerca de pirateo de contraseñas. Número 2, lo suficiente de programas y documentos, lenguajes y datos, para profundizar justo en esta clase de cosas. Ahora mismo, agradecía haberles hecho caso cuando le ofrecieron su ayuda.
Y también agradecía, para sus adentros, no ser ninguno de ellos.
¿Cómo se lo hubiera tomado Número 2? Puede que acabara dejándolo en un segundo plano, como una curiosidad extraña en el sistema. Después de todo, el piloto amaba cualquier cosa relacionada con la ciencia, mas no con las conspiraciones, destino habitual de las cavilaciones de su líder. Bueno, a veces creía (y quería) ser un detective; ¿se hubiera tomado el tiempo de considerar esto uno de sus misterios sin resolver?
¿Y Número 5? Suspiró. Ella sería la que, probablemente, tomaría uno de dos caminos extremos: dejarlo pasar sin preocuparse en lo absoluto; o tomar el asunto en sus manos, e ir a contárselo derecha a él, hasta que, una vez en aguas menos peligrosas, los demás fueran vencidos por la curiosidad, y todos terminaran enfrascándose en una nueva misión intrépida.
Como la reciente batalla con el Abuelo.
O como cuando, por error (es decir, por culpa del traidor de 30C), fueron tras el Profesor XXXL, y acabaron en un desastre.
O como cuando, hacía ya mucho tiempo, eran el único sector en pie, y Chad era el objetivo de la Súper-Mamá, que acabó siendo su propia madre, y fue el propio Chad, todavía 274, quien detuvo a sus padres.
O como cuando los de la otra cuadra (alias Sector Z, claro que aún no lo sabía) lo convirtieron en un estúpido adulto amargado.
Si, las misiones intrépidas eran geniales. Y eran las que lo llevaban al límite.
También eran las más peligrosas, aquellas en las que ponía todo y a todos en riesgo.
-para otro día, amigo, después de todo hoy tienen el día libre. Mejor será que resuelva esta tontería yo solo.
Mientras menos se involucraran en algo que no podrían alcanzar a entender, mejor.
2 terminó felizmente su más reciente trabajo. Que consistía en arreglar los comunicadores del equipo, averiados durante su última misión hacía un par de horas.
Bueno, Número 1 les había dado el día libre después de eso, pero él, amante de su trabajo como era, no podía dejar esto a un lado, en un segundo plano.
Tras quitarse la máscara protectora, Se secó el sudor de la frente. El comunicador de 5 era el último, y ya estaba listo para volver a la acción. Caminó hacia su habitación, y ella lo aceptó despreocupadamente.
-¿Dónde están 3 y 4? Quiero decir, tenemos el resto de la tarde libre, podríamos hacer algo en equipo.
-Suenas como Número 1, ¿sabes?
-Quiero decir ver una película o jugar a algo. Aunque bueno, probablemente el líder dirá que no, que está súper-ocupado, y tengamos que hacer eso sin él. ¿Qué hay de ti?
-Hmm, la música y yo somos una y la misma cosa. ¿Qué piensas?
-nah, cuando encuentre a esos dos, a menos que se pongan de acuerdo en algo, retar otro partido de Ultimate Combat.
-Sí... Eso es seguro.
El chico regordete se marchó, regresando a su habitación para cerrar el taller por el día. Dios, a veces no sabía si el trabajo era demasiado, extenuante incluso; o simplemente le daba igual, porque hacía todo para él mismo y para sus amigos. ¿Qué más podría pedir? A veces, sin embargo, desearía tener la casa del árbol para sí mismo, y hacer algo nuevo.
Llámalo egoísta, pero tenía sus momentos.
Como cuando diseñó la casa del árbol.
O como cuando construyó el COOLBUS.
Sin embargo...
Espera. ¿Qué?
Llámalo loco, pero de repente, sintió que algo no era correcto. No, pensó, me estoy sobrecargando.
Entonces lo recordó.
Metió la mano en un cajón especial de su cómoda, y el alivio lo recibió, por quinta vez esa semana.
Los planos de su último invento para el equipo seguían allí, intactos, una obra maestra en progreso.
-Bueno, bebé, muy pronto tú y yo estaremos juntos...
Sonriendo, cerró el cajón cuidadosamente, antes de abandonar su habitación por el día.
-¡Esto es tu culpa, Número 4!
-¿mi culpa? ¡la próxima vez, no dejes tus estúpidos animales de peluche en mi camino!
Kuki sostenía uno de sus amados Simios Arco iris en sus brazos, con una mirada llorosa y furiosa a la vez dirigida al rubio. El pobre animalito yacía desinflado en sus brazos, casi completamente sin relleno en su pancita de felpa.
-Oye, no te ofendas, tenía que descargar mi ira con algo, y tu tonto simio fue lo que se cruzó en mi camino de destrucción. Puedes comprarte otro, uh.
-¿Cómo pudiste, 4? ¡eres malo! ¿Te gustaría que yo tomara uno de tus cómics y lo hiciera pedazos?
-No te atreverías.
-pruébame.
-¡no mi colección de cómics! ¡Batman no podría sobrevivir con la mitad de su cara en el suelo! ¡Nooooooo!
-¡Chicos, chicos! –Nemo llegó en el preciso momento que escuchó los gritos, corriendo a la escena lo más rápido que pudo.
En efecto, se hallaba en la desordenada habitación del rubio. 3 y 4 acababan de enfrascarse en una batalla mortal, cada uno con un fragmento de un cómic de Batman en sus manos, recientemente rasgado, al parecer, por una pelea de tira y afloja.
-¡kuki! ¡Ese cómic era una edición limitada! ¡No puedo comprarlo en la tienda de cómics porque solo hicieron dos ediciones de esa historia!
-¡Por mí está bien! ¡mi Simio Arco iris Sonrisa Brillante también era único en su clase!
-Hmm, ¿puedo preguntar qué está sucediendo aquí?
Usualmente, sería Número 1 quien se encargara de escuchar sus tonterías, pero bueno, su líder se había encerrado en la sala de mando, gritando a todo pulmón que no debía ser interrumpido por nada del mundo, a menos que una amenaza mortal los estuviese atacando.
-¡El malo de Número 4 destrozó mi último Simio Arco iris!
-¡Y la tonta de Número 3 se vengó de mí agarrándoselas con Batman! ¿Cómo puede una niñita vencer a un superhéroe como él?
-Sabes que es un personaje ficticio en un cómic, ¿verdad, Número 4?
-¿Quién será el próximo? ¿Robin?
-Ya, ya, cálmense ustedes dos. Dios, no estoy hecho para lidiar con estas cosas. –El piloto del equipo suspiró, antes de volver a hablar-. Miren, Kuki, creo que alguien te regaló un cupón especial para gastar en la juguetería en tu cumpleaños. Mañana, después de la escuela, podemos ir contigo y puedes comprarte un nuevo Simio Arco iris. Walli, tengo la única otra copia existente de ese cómic en mi habitación, acabo de leerla ayer, así que puedes tomar prestada mi revista si quieres.
-¡Gracias! –ambos dijeron al unísono, olvidándose de su pelea.
-Ahora, ¿por qué no vamos a la sala de estar y tratamos de disfrutar el resto de la tarde que nos dejaron libre?
Cuando los tres niños se dirigían a su destino, el genio del equipo aprovechó para preguntarle algo a su amigo.
-Por curiosidad, 4, ¿por qué usaste su simio de peluche como tu saco de boxeo?
-Hmm, oh, eso. –la mirada despreocupada del rubio se había puesto seria por un momento, mientras le susurraba-: ¿Recuerdas esa tarea de literatura que nos dieron en la escuela? Número 5 me prestó su libro de texto ayer, y uh, por algún extraño motivo, quizás una abducción alienígena, o algún asqueroso adulto intrometido, resulta que, bueno...
-No me digas. Perdiste el libro de Número 5.
-shh, no deseo que ella se entere. Después de todo, no creo que le importe, me dijo que había hecho su tarea antes de dármelo.
-Ya sabes, no quiero sonar mandón, pero, hmm, si mis cálculos son correctos, tenemos que entregar esa tarea en dos días.
-Ya la terminé, en serio. Simplemente haré como que no sé de qué me está hablando, y no volverá a tocar el tema.
-Amigo, la señorita Thomson siempre nos obliga a hacer la tarea. Y a llevar los libros de texto para confirmar cualquier cosa, ya sabes. En cuanto vea que no lo tienes, lo menos que hará será pensar que le copiaste tu ensayo a Abby, y todos se burlarán de ti.
-¿No tienes ese libro?
-Lo lamento, ya pasé esa clase el año pasado. Tomy podría tener una copia, pero lo dudo. Mi amá tiró todos nuestros libros viejos a la basura el año pasado, y mi hermanito está usando uno diferente para su clase, que además es muy diferente al de cuarto grado.
-¡Oh, cielos! ¿Qué voy a hacer? ¡Había hecho mi tarea esta vez!
-Ya lo encontrarás, estoy seguro. Tienes hasta pasado mañana, tiempo suficiente para encontrar ese tonto libro.
-Uh, qué fastidio.
En lugar de seguir quejándose, los amigos siguieron a la japonesa, que hubiera puesto el canal de los Simios Arco iris si no fuera porque 2 lo atrapó primero, buscando la opción para Vds..
-Bien, ¿qué estamos viendo hoy?
-¡Amor Arco iris 5!
-¡Olvídalo! ¡Quiero ver El ninja legendario 11!
-Uh, ¿por qué no algo que nos guste a los tres?
5 bajó en ese momento, sentándose al lado del chico regordete, observando la escena con una pequeña sonrisa.
-Oh, tengo una idea. ¡Qué tal Los exploradores intrépidos 2? Número 5 lleva queriendo verla desde hace un mes. Y contiene amor –dijo en dirección a la japonesa-, acción –dijo mirando al australiano-, intriga –agregó en dirección a su compañero con anteojos y gorra de aviador- y, lo más importante, una aventura que no podemos perdernos.
El cuarteto asintió, mientras Número 2 buscaba el DVD en la caja al lado de la televisión, recientemente alquilado esa misma semana, antes de programar todo para ver la película.
-Un momento, ¿y Número 1? ¿Él no viene? –Kuki llamó su atención, mientras 2 iba reacomodándose en su sitio.
-Dijo que no lo molestáramos por nada del mundo –recordó el piloto.
A pesar de que era una buena película, la segundo al mando del equipo prestaba atención a la mitad. Su mente se hallaba en otra parte.
"no, Número 5, no es elll momento de pensar en estas cosas. Ahora, es el momento de concentrarte en la película en la pantalla."
Transmisión interrumpida...
