Disclaimer:
Los personajes no me pertenecen y no son inventandos por mí, son propiedad de Hajime Isayama.
Aclaraciones:
Esta idea surgió cuando participando en una encuesta EreRiren en Twitter, el usuario que la estaba haciendo, menciono algo sobre Rol Play y Pet Play. Yo desarrolle una leve respuesta en relación a ello que gustó y bueno, se decidió que escribiría un Fanfic en relación a ello.
Esta no va a ser una historia larga ni mucho menos, como máximo tendrá dos, quizás tres capítulos a lo mínimo para poder añadir también lo que se habló durante la encuesta en Twitter.
La idea no es enteramente mía, así que le otorgó sus respectivos derechos de autor a la cuenta de Twitter @ereriren_agenda. Por el contrario, el desarrollo del contenido es de mi completa y total pertenencia.
También quiero pedir perdón de ante mano por si hay alguna falta ortográfica. Siempre reviso lo que escribo miles de veces, pero no soy perfecta y muchas veces se me pasan por alto algunas correcciones.
Warnings:
Este Short AU contiene escenas de lemon (contenido adulto), posible vocabulario subido de tono y BL, si no te gusta este tipo de contenido o el ship no es de tu agrado, te invito cordialmente a que no lo leas. Por el contrario, si es de tu interés espero que esta pequeña historia te guste.
-Luk.
Capítulo I: ¿Y sí probamos algo nuevo?
Esa mañana Levi se había despertado algo más alterado de lo habitual y un tanto nervioso. Por supuesto su comportamiento no había pasado inadvertido para su novio, quien le había preguntado varias veces si se encontraba bien u ocurría alguna cosa. El mayor simplemente había puesto como excusa la salida al mercado de un nuevo producto de limpieza.
Eren no pareció sospechar, porque la verdad era que no le extrañaba si realmente era de esa forma. Después de todo se trataba de Levi Ackerman, ¿quién más que él se pondría nervioso por desear obtener lo que quiera que hubiera sacado alguna marca que se dedica a la venta de esa clase de productos?
O quizás fuera que conocía bien al adulto y sabía que si algo pasaba él mismo se lo diría cuando se sintiera preparado si es que no lo había hecho ya. Porque por lo general Levi no era del tipo de persona que se mordía la lengua y se quedaba callado.
Después de eso, darse una ducha matutina, vestirse y tomar el desayuno preparado por Levi, el más joven acomoda su corbata y antes de irse a trabajar, deja un beso en los labios de su pareja. Uno suave y lento, el cual les permite a ambos saborear sus cavidades bucales debidamente.
—Nos vemos más tarde, hoy seguramente llegue algo más pronto — informa Eren con una pequeña sonrisa, acomodando correctamente el moño que se había hecho hace menos de media hora.
—Lo se, me lo dijiste ayer — Levi alza una ceja divertido y luego ríe ligeramente. Con otras personas no, pero con Eren siempre sacaba sus mejores sonrisas.
Jaeger le mira con dulzura por unos segundos, guardando silencio, lo que provoca que Levi termine sonrojandose levemente antes de carraspear, y seguido a eso, golpear brevemente y sin ejercer mucha fuerza el hombro de su contrario. Ese chico provocaba muchas sensaciones dentro de él, a pesar de los años eso no cambiaba, y no podía evitar reaccionar de esa forma algunas veces.
—Se supone que tienes que irte a trabajar, ¡vamos, vamos! — exclama con cierto tono de reproche, riendo al ver como Eren se quejaba por ello.
—Bien, bien, ya me voy descuida — responde entre pequeñas risas. Antes de poner un pie fuera del apartamento, se aproxima a Levi y deposita un tierno beso en sus labios, y una vez hecho eso, se va con prisas de allí, deseándole un buen día al hombre que suspira y se lleva una mano a la frente para sobar esta ligeramente.
¿En qué momento había pensando que todo eso, lo que iba a hacer, era una buena idea?
¿Era demasiado tarde para arrepentirse?
Hace unas semanas había escuchado a su novio, por error, hablando con un compañero de su trabajo por teléfono. Ni siquiera sabía como es que toda esa conversación había surgido entre ellos, pero se sorprendió enormemente cuando escucho que, el hombre en la otra línea telefónica le estaba expresando a Eren lo mucho que adoraba tener relaciones sexuales que invlucraran un Rol Play de por medio.
"Hace las cosas mil veces mejores, simplemente es una experiencia maravillosa, algún día tendrías que probarlo", había dicho el sujeto en cuestión.
¿Realmente era de esa forma?
A Levi le había picado la curiosidad, la cual incremento rápidamente al igual que nuevamente su sorpresa, al oír como Eren comentaba que él siempre había sentido cierto interés por un Pet Play.
Definitivamente no se había esperado algo así, principalmente porque el chico nunca le había dicho nada al respecto y porque tampoco se había mostrado particularmente partidario de ese tipo de actividades. De cualquier manera, desde ese día Ackerman no pudo sacarse esa idea de la cabeza.
¿Podría complacer a Eren más de lo habitual si se compraba un traje de gatito sexy para sorprenderle y terminaban haciendo el amor?
Solo había una forma de descubrirlo, y por supuesto buscó la forma de poder hacerse con todo lo que fuera a necesitar, porque las ganas de descubrir si eso funcionaria con ellos era más grande que su vergüenza, aunque de esa tuviera poca para algunas cosas.
Algo de lo que se arrepentiría enormemente con relación a toda esa situación, sería haberle tenido que pedir ayuda a Hange.
Había estado pensando y había llegado a la conclusión de que no quería arriesgarse a esconder el traje, cuando lo tuviera, en su hogar. Podía darse el caso de que Eren lo terminara encontrando y eso lo arruinaria todo, así que, sabiendo que Hange sería la única que se tomaría todo eso enserio, aparte de ser quien le quedaba más cerca de su apartamento, decidió recurrir a ella. Su mejor amiga, aunque por supuesto él nunca le había reconocido tal cosa en alto solo para molestarla.
Como era de esperarse la mujer mostró unos niveles desorbitados de alegría al deducir el propósito de todo lo que estaba aconteciendo. Levi solo se limitó a propinar un pequeño golpe en su nuca para hacerla callar y con su característico ceño fruncido acompañado de su mirada asesina, le pidió que le guardará el secreto y que le ayudará con toda esa operación.
Obviamente recibió un rotundo sí. Hange siempre estaba dispuesta a colaborar con ese tipo de cosas, Levi aún no era del todo capaz de entender porqué, solo suponía que las cosas raras o diferentes siempre habían tenido una extraña relación con su amiga y esa era una de las razones.
Fuera como fuese, al final acabaron yendo juntos a una Sex Shop, donde se hicieron con el traje. Levi no tenía ninguna intención en comprar algo más, pero la mujer adulta insistió fervientemente en que debía llevarse algo más de esa tienda, había que aprovechar ya que estaban allí.
Terminaron agregando a la compra un dildo, lubricante y un vibrador que funcionaba con mando a distancia.
¿Cómo pasó eso?
Posiblemente Levi solo hubiera cedido por no terminar dando de golpes a Hange en un lugar público donde más personas podían verles. No quería acabar con una denuncia o pasando la noche en la comisaría, pero ciertamente se quedaba con las ganas de darle una buena patada, porque en verdad que se había puesto extremadamente pesada con todo ese tema, y no había puesto fin a su verborrea hasta que no había aceptado. Todo ello a pesar de las miradas asesinas que le había lanzado.
Todas esas situaciones le habían llevado a su actual estado de nervios porque, había decidido que ese podía ser un buen momento para sorprender a Eren, después de haberlo meditado por unos días, luego de haber dejado todo en casa de Hange cuando lo compraron. Teniendo en cuenta que él tenía ese día y el siguiente libres y no debía trabajar, y sabiendo que a la mañana siguiente Jaeger también descansaria, en definitiva ese era el mejor día para probar esa malditamente loca idea.
Es por eso que cuando termina de lavar y dejar secando todo lo que habían usado para el desayuno, va hasta su habitación para cambiarse el pijama por ropa para salir a la calle. En el proceso se asegura de que no tuviera que darse una ducha antes de eso, ya lo había hecho el día anterior por la noche, pero aún así nunca estaba demás comprobar que todo estuviera en orden. De cualquier manera, se daría un baño de sales aromáticas antes de que Eren llegara a casa, porque aunque más tarde le tocaría volver a darse un agua para quitarse el sudor y los fluidos que quedarán en su cuerpo, prefería estar completamente limpio para su pareja.
Se asegura de que su pantalón negro y su delgado jersey gris de cuello levemente alto estaban bien acomodados, antes de echarse una última pasada de su colonia de miel y canela. Los olores excesivamente masculinos no solían ser de su agrado, él era más de esencias suaves y Eren nunca había puesto pegas, más bien le gustaba, así que lo que otros pudiera opinar sobre todo ello verdaderamente le importaba muy poco.
Satisfecho con el resultado, se coloca unos playeros blancos, completamente pulcros se mirara por donde se mirara, y sale de allí mientras se iba acomodando una fina chaqueta negra. Estaban cambiando de estación, la primavera estaba cerca y se notaba por el agradable clima que ya se iba notando por las calles, así que no necesitaba abrigarse excesivamente.
Aún era pronto, ciertamente tenía mucho margen hasta que Eren estuviera de vuelta, pero prefería hacer las cosas bien y con tiempo suficiente. Así que dicho y hecho, sale de su apartamento y pone rumbo al de Hange, quien por supuesto le entretendria por un rato aconsejandole con lo que podía o no hacer y cosas similares.
Suspira al pensarlo y se prepara mentalmente para ello.
Esperaba que todo saliera bien, porque sino sus niveles de vergüenza y su mal humor iban a aparecer con fuerza y sin piedad, al ver que todo su esfuerzo realmente había sido un fracaso.
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El día se había tornado algo pesado y sobre todo parecía que nunca terminaría, pero después de lo que le parecieron años, Eren pudo ver como el reloj que tenía en la mesita de su despacho marcaba la hora en la que su turno llegaba, por fin, a su final.
Un ruidito de completa satisfacción escapó de sus labios y mientras estiraba los músculos, sonríe victorioso. Podía irse a su casa y estar con Levi para, simplemente no hacer nada en espeficico. Solo serían ellos dos, como usualmente. Se sentarían en el sofá después de haber cenado algo ligero y verían alguna película o serie juntos mientras se daban mimos y comentaban las escenas que iban pasando.
Un plan sencillo y quizás algo tonto para algunos, pero ciertamente él era feliz con tan solo poder estar junto a Levi. No importaba qué hicieran, cómo, dónde, cuándo o cómo fuese, el punto era que invertir su tiempo con quien amaba le merecía la pena y era lo mejor de su día a día.
Recoge sus cosas y retira su bata de médico, dejándola en su perchero antes de salir del despacho. Le informa a Petra, la secretaria de su padre y en ocasiones la suya también, que ya se iba y después ambos se despiden con una pequeña sonrisa en los labios.
La luz solar aún brillaba cuando puso un pie en la calle, no con la misma intensidad que desde por la mañana, pero las calles aún contaban con cierta claridad. Se notaba que estaba anocheciendo, pero que aún no era demasiado tarde. Salir y no encontrarse con la oscuridad de la noche, solo siendo llenada por la iluminación de las farolas, era algo que no solía apreciar con frecuencia puesto que su turno solía demorarse hasta, más o menos las diez o las once de la noche. Aunque esas cosas no solían importarle, en verdad disfrutaba de poder salir antes en algunas ocasiones.
Eso significaba pasar más tiempo con Levi.
Mientras camina hasta su vehículo, contempla el ambiente a su alrededor. Era viernes por la tarde y había gente a montones por la calle, algo completamente normal a decir verdad. El buen tiempo y el día que daba inicio al fin de semana siempre invitaban a las personas a montar planes con amigos o familiares para pasar un rato agradable.
Eren deja que un largo y suave suspiro escape de sus labios, y seguido a eso, visualiza su coche a unos metros de su posición. Tenía demasiadas ganas de llegar a casa y estar con Levi, ciertamente lo de salir a la calle como el resto de personas no era lo que más le llamaba la atención, daba igual el buen o mal tiempo, tampoco importaba el lugar, mientras pudiera estar junto a su pareja cualquier plan sonaba perfecto. Y la verdad era que, Ackerman compartía ese pensamiento.
Una vez llega al coche, se apresura en ponerse el cinto de seguridad y meter la llave en su respectivo lugar para arrancar e irse de allí.
El camino de ida hasta su apartamento le toma unos minutos que se tornaron cada vez más largos con cada parada cuando un semáforo estaba en rojo. La misma historia de todos los días, una que le irritaba por momentos, más aún cuando su necesidad de correr a los brazos de Levi se presentaba con fuerza.
A pesar de eso, por fin logra llegar y aparcar en su plaza de garaje. Ni siquiera le pone atención a la forma en la que había dejado el coche, podía estar mejor o peor, de cualquier manera, pagaba por usar ese lugar así que estaba en su derecho de aparcar tal y como le apeteciera.
No se para a esperar a que el ascensor decidiera llegar hasta el piso subterráneo, si lo hacía sus ansias por llegar al apartamento serian aun mayores y prefería evitar eso. Es por esa razón que decide subir corriendo por las escaleras, lo que hace que se tropiece varias veces. Sorprendetemente logró recuperar el equilibrio en todas ellas y no se estrelló contra los peldaños de hormigón.
Su agitada y errática respiración llena los pasillos vacíos de los pisos que va subiendo, y cuando llega al sexto, en el cual debía parar, jadea sonoramente mientras intenta recomponerse. Sus mejillas se habían encendido de un ligero tono rojo por el esfuerzo e incluso había empezado a sudar un poco por el calor que tenía. A veces le sorprendía lo bien que funcionaba la calefacción central en ese edificio.
¿Hacía falta tenerla encendida casi en plena primavera?
Cuando Eren logra controlar su respiración y se asegura de que todo estaba en orden, da una profunda y lenta bocanada de aire antes de rebuscar en sus bolsillos para dar con sus llaves. Una vez las tiene de la mano, abre la puerta de su hogar y no puede evitar sentir una calida y reconfortante sensación recorrer su cuerpo. El olor a frutos silvestres combinados con canela y menta llena sus fosas nasales y hace que sonría ampliamente.
Adoraba llegar a su hogar después del trabajo, quedada o cualquier otro acontecimiento.
Aun así, la paz dura poco en cuanto se da cuenta de que Levi no había ido a recibirle. Eso provoca que la confusión y la duda crezcan en su cabeza, que él recordará, su novio no le había dicho que fuera a salir o algo por el estilo, tampoco tenía que trabajar, la puerta no estaba cerrada con varias vueltas de llave cuando había abierto y había pequeñas velas encendidas por toda la casa.
—Quizás está en el baño... — murmura pensando en alto mientras se retiraba su chaqueta de entre tiempo y la colgaba en un perchero a la entrada. Deja su maletín encima de la modesta isla que tenían en su cocina abierta y mientras abre su americana con una mano, desafloja su corbata con la otra — ¿Levi? ¿Cariño dónde estás? — cuestiona aún sin entender del todo lo que pasaba.
Eren se altera un poco y pone sus sentidos alerta en cuando escucha un pequeño ruido al final del pasillo donde estaban las habitaciones. No lo había distinguido bien, pero podía ser su pareja, así que con el ceño brevemente fruncido se encamina hacia su habitación. Se extraña al observar la puerta entre cerrada, por lo general nunca solían cerrarla, las ocasiones en las que eso pasaba eran muy raras, solo solían hacerlo cuando alguien más se quedaba a dormir en el apartamento.
Toma el pomo con una de sus manos y sin pensarlo demasiado decide empujar la puerta para terminar de abrir esta y entrar de esa forma al cuarto.
—¿Amor est...? — inquiere antes de trabarse con su propia lengua y quedarse atónito por la imagen que tenía ante sus ojos.
Su novio, el mismísimo Levi Ackerman, estaba tendido sobre la cama, con un unas orejas negras de gato sobre su cabeza, una pomposa colita atada a una pequeña y corta faldita transparente que no dejaba nada a la imaginación, junto a un choquer en el cuello, del cual colgaba un pequeño cascabel, todo ello también de color negro.
El adulto estaba completamente sonrojado mientras emitía pequeños gemidos por los movimientos que realizaba al mover el dildo que tenía en su trasero, llenándole en toda su longitud. Una botella de lubricante, el cual escurria, brillante, por la entrada de Levi, yacía a su lado.
Eren podía jurar que le había faltado poco para atragantarse con su propia saliva ante tan erotica y deliciosa escena. No entendía el porqué de todo eso, pero joder no podía negar que le estaba volviendo loco. Nunca se habría esperado encontrar de esa forma a su pareja, era por ello que tanto su excitacion como su polla no habían dudado en hacer acto de presencia de forma notable.
Tanto era así que no tiene reparo en quitarse de forma un tanto atropellada, más aún luego de oír a Levi gemir su nombre, su americana, corbata y camiseta, tirando estas al suelo. Sus zapatos son los siguientes en ser retirados junto a sus calcetines, y mientras camina hasta la cama, mordiendo sus labios y viendo con hambre al mayor, desabrocha el cinto de su pantalón y baja este, dejando que cayera al suelo para dejarle allí.
Al estar más cerca, Levi por fin parece reparar en su presencia y le devuelve la mirada con intensidad, como si le retara a lanzarse sobre él para que le hiciera el amor de todas las formas posibles y por supuesto, Eren no iba a poner pegas.
—¿Te lo estabas pasando bien sin mi? ¿Te gusta jugar cuando estás solo, es eso? — gruñe en un tono autoritario, subiendo a la cama mientras soltaba su moño para que su largo cabello castaño cayera sobre sus hombros.
Levi no responde, pero si hace que el dildo se adentre un poco más en su cavidad anal, es por ello que termina gimiendo al sentir como su próstata era acariciada. Las lágrimas de placer se amontonan en sus ojos azules.
El más joven da una pequeña risa antes de agarrar las muñecas de Levi, que se queja y lloriquea con fastidio, aunque no tarda en gemir, más alto, cuando nota como Eren empezaba a mover el pene de plástico de una forma un tanto acelerada y brusca, golpeando su punto dulce sin piedad.
—E-Eren... — susurra en un hilo de voz, completamente perdido en la lujuria que envolvía su cuerpo, y en la cual se estaba deshaciendo por completo — P-Para... Voy a... — Levi emite un lascivo grito de placer cuando el dildo golpea de forma brusca y mantiene su boca abierta, sacando su lengua ligeramente mientras finos hilos de saliva escurrian por su menton y mejillas, mezclándose con sus lágrimas — Voy a correrme... — balbucea en un hilo de voz.
—Hazlo cariño, se un gatito bueno y déjame ver como eyaculas — ronronea malicioso, inclinándose para atrapar entre sus labios la palpitante, caliente y necesitada ereccion del mayor, que da un grito agudo por toda la estimulación que estaba recibiendo. Él mismo había empezado a prepararse antes de que Jaeger llegara, asi que estaba bastante sensible.
Levi había llegado a un punto en el que no podía controlar su voz. Su cabeza era un lío de emociones ligadas a la ardiente pasión que le recorría el cuerpo y no le dejaban ordenar las ideas para decir palabras coherentes, asi que se limitaba a chillar sin pudor o pena, perdiéndose en las acciones que su pareja realizaba sobre su anatomía. Ciertamente, Eren siempre había sabido donde debía tocar exactamente para hacer que quedara cegado y completamente sumiso a la oleada del deseoso calor que le hacia experimentar.
Jaeger estaba disfrutando de cada obsceno ruidito que escapaba de la boca de su amante y sobre todo del espléndido espectáculo visual. Lo que no le gustaba tanto era su expectante, doloroso y erecto pene, pero dentro de poco se encargaría de ese problema. Con eso en mente, se centra en realizar la mamada que le estaba realizando a Levi, moviendo su boca con maestría en un vaivén acelerado, mientras subcionaba y estimulaba la punta, al ser la zona más sensible de la virilidad ajena. Para complementar la situación, continúa moviendo también el pene de juguete con el propósito de que el mayor acabará alcanzando el orgasmo por la atención recibida.
Pequeños espasmos y contracciones no tardan en llegar, indicando que Ackerman estaba por terminar. Eso hace que Eren procure aplicarse al máximo hasta que siente como finos y espesos hilos calientes de semen llenaban su boca. Detiene, tanto el movimiento de su boca como el de su mano, y suspira gustoso, tragando todo lo que su novio le ofrecía. Una vez toma todos los fluidos, saca el ahora flacido pene de su boca, y lentamente saca el dildo del húmedo trasero, viendo con una sonrisa a Levi, que se estremecía un poco y jadeaba buscando recuperar el aire.
Eren no lo piensa mucho cuando trepa por la mullida superficie, quedando entre las piernas del hombre de mayor edad, hasta alcanzar sus labios y devorar estos en un beso lento y demandante, a la par que candente. El ruido de sus labios chocando en esa acompasada danza llena el silencio de la habitación.
—Bienvenido a casa... — murmura después Levi con la voz temblorosa, puesto que aún estaba algo afectado después de lo que había pasado. Forma una leve sonrisa en sus labios y esta es correspondida por Eren.
—Debo reconocer que no me quejo si esto pasa más veces — murmura riendo, haciendo que Ackerman igual diera un ruidito divertido.
—Sí bueno, podemos hablar de eso más tarde, ahora deberíamos terminar con esto... — murmura Levi alzando una ceja, antes de bajar una mano para agarrar el enorme glande de su contrario, amasando este lentamente, haciendo que un gemido escapara de sus labios por lo cual sonríe victorioso.
—Me gusta como suena eso — se apresura a contestar Jaeger, antes de erguirse un poco para poder quitarse su pantalón y sus boxers. A continuación vuelve a inclinarse sobre Levi y une sus bocas una vez más, iniciando un beso atropellado e intenso, en el cual añaden sus lenguas dando de esa manera inicio a un juego entre ellas.
De esa forma vuelven a entrar en materia y poco a poco el calor en sus cuerpos sube nuevamente, volviendo a generar también el anterior ambiente de excitacion y pasión que les había embriagado.
Levi no tarda en tener una nueva ereccion y todo ello se ve acompañado de varios sucesos que complementan el acto sexual. Eren, como ya era normal, se dedica a besar, morder levemente y dejar marcas por cada trama de piel expuesta a su paso, bajo los pequeños gemidos de su amante.
Las onomatopeyas, sensuales y cargadas de lascivia, se apropian del cuarto y no tardan en ser acompañadas por los golpes de las pieles de ambos hombres chocando. El sudor escurre por sus cuerpos junto a las lágrimas y la saliva, más difíciles de controlar con cada segundo que pasaba.
Sentir el miembro de Eren en su interior hace que Levi delire extasiado y abrumado, mientras se dedica a chillar y a reclamar por más rudeza y velocidad para que llegara más profundo, para que torturara su próstata y le hiciera desmayarse del placer, porque con el paso de los años habían aprendido que no les gustaba hacer el amor suave, preferían que fuera rápido y tosco, provocando más sensibilidad y más sensaciones.
Las embestidas, los gemidos que se tornaban a gritos desmesurados, mucho mejor que cualquier película porno, no se detienen hasta que los dos adultos terminan soltando gruesas y abundantes tiras de semen.
Después, acaban tumbados el uno al lado del otro, viéndose fijamente, perdiéndose en los orbes ajenos mientras se sonreían con cariño. Se acercan en busca de calor corporal y se besan con ternura varias veces hasta que el sueño les vence.
Ya se encargarían de hablar de lo que había pasado al día siguiente, y verían como transcurrían las cosas en relación al tema sexual después de eso.
