Hola a todos, vengo aqui con otro Songfic, ahora del endig Long Kiss. Espero les agrade.

Los personajes no son mios, si no de Masashi Kishimoto, la historia es completamente mia, inspirada en el ending Long Kiss Goodbye de Halcali.


Eran las tan esperadas vacaciones de verano de mis 17 años, el siguiente año entraría a la Universidad, así que disfrutaría mis últimas vacaciones como estudiante elemental.

—Izumi, baja a desayunar.

—¡Voy! — Contestó abriendo la puerta de mi habitación, iba en un pantalón corto y una playera de manga corta color gris.

Hoy no quería arreglarme, quería quedarme en mi cuarto viendo series sobre doctores, esas series siempre hacían que me pusiera a investigar para descifrar si era cierto lo que decían y cómo detectar las enfermedades, ya que mi sueño es ser la mejor doctora de Tokio.

Solo vivía con mi madre, ya que mi padre se encontraba fuera del país por trabajo, por lo que le ayude a servir el arroz y nos sentamos para desayunar, era una sopa miso, arroz, huevo y algunas verduras al vapor.

La televisión se encontraba prendida, en el canal de noticias como todas las mañanas, mi madre era novelista y decía que las noticias le daban ideas, desde las noticias policiacas, noticias de los Ídolos, hasta las noticias de que colocaran como oficial de una caseta de policía a un gato.

—Hija, ¿qué harás hoy?

—No tengo nada planeado más que ver las series — dije para tomar un sorbo de mi sopa.

—Me alegro hija — dijo dejando sus palillos sobre la mesa — ayer me hablaron los vecinos Uchiha, parece que regresarán de Inglaterra para pasar las vacaciones en Tokio.

Al escuchar el apellido Uchiha mis ojos se abrieron, dejé de comer y solo escuchaba a mi madre como si estuviera lejos, en mi mente solo aparecía el chico que pensé nunca más volver a ver, Itachi Uchiha.

—Me dijeron que vendrían esta noche a cenar con nosotras — en ese momento solté mis palillos, cayendo sobre la mesa.

—¿Toda la familia? —pregunte con una cara como si hubiera visto un fantasma.

—Por lo que me dijo Mikoto, solo vendrá ella y su hijo menor.

Eso me alivio un poco, volví a tomar mis palillos y seguí comiendo mientras escuchaba a mi mamá.

—Por lo que necesito que vayas a comprar los ingredientes de la cena — mencionó mi mamá — la lista está al lado del teléfono — mi madre tomó un momento para seguir comiendo y luego continúo contándome — me dijo Mikoto que su esposo y su hijo mayor llegarían hasta mañana por algunos asuntos que tenían que terminar, por lo que esta noche puedes estar tranquila.

Mi madre me sonrió, ella sabía lo que cruzaba por mi cabeza.

Un poco más tarde, tomé mis cosas y fui al supermercado a comprar las cosas para la cena, en el camino mis pensamientos estaban en el pasado.

Desde que tengo memoria, hemos sido vecinos de los Uchiha, así que podría ser llamada como la amiga de la infancia de Itachi y Sasuke Uchiha, aunque entre ellos se llevan 4 años, yo me llevo 2 años con cada uno.

La última vez que hable con Itachi fue cuando se fueron a Inglaterra, hace 4 años. Me di cuenta de que me gustaba hace 5 años, por lo que siempre trate de darle señales de que me gustaba, pero creo que nunca las vio. Él se enfocaba mucho en sus estudios, pero yo trataba de alcanzarlo y cuando no entendía, le preguntaba, siempre pensé que nos decíamos todo, hasta el día en que se fue, me lo dijo ese mismo día antes de subirse al carro de su familia que lo llevaría al aeropuerto.

**Flashback**

Tengo la sensación de que nunca te volveré a ver — dije entre sollozos mientras él me abrazo, pero no dijo nada, solo se separó de mí, tomó mis hombros y me dio un beso en la frente como siempre lo hacía cuando lloraba, cerré los ojos cuando sentí el beso, y cuando los volví a abrir, solo vi su espalda alejarse de mí.

**Fin de Flashback**

Pensar en el pasado nunca trae cosas buenas, y menos si eso hace sentirte triste, ya había terminado mis compras, y revisaba la lista en lo que iba camino de regreso para ver si no olvidaba nada, al verificarlo, seguí mi camino directamente a mi casa.

Toda la cena transcurrió tranquilamente, Mikoto y su hijo menor fueron buena compañía en la cena, aunque Sasuke era más serio, pero revisaba su celular cada cierto tiempo. De seguro se mensajeaba con sus viejos amigos, los que dejó en Tokio y aprovecharía a visitarlos, de solo pensarlo me traía felicidad, sus amigos que conocí eran lindos, de vez en cuando los veo en la escuela para pedirme asesorías.

—¿Irás a ver a tus amigos en el tiempo que te quedes aquí? — pregunté cuando él veía su celular.

— Si, les hice una promesa.

Su respuesta hizo que me dieran ganas de molestarlo.

—Irás a ver a cierta peli rosa ¿verdad?

—¡¿Eh?! — dijo levantando la vista hacia mí, y sonrojándose un poco — no, iré a ver al Usuratoshi — regreso su vista al celular.

—Sé que cierta chica ha esperado a su amigo.

—¿Lo dices por ti?

Se desquito el pequeño Uchiha en mí, lo sé, pero mi cara no mostró más que un sonrojo, me había tomado con la guardia baja.

—N-no, obviamente no he esperado a nadie, pff, quien esperaría de regreso a alguien que ni siquiera se comunica ni responde.

—mmm — me contestó y siguió en su celular.

Mientras yo trataba de regresar mis sentimientos en su lugar, no quería que mis sentimientos y pensamientos vacilaran, mucho daño hacía en ignorarme, y hace un año decidí dejar eso en el pasado olvidado y ver solamente el presente, mi futuro como la mejor doctora en Tokio, no, la mejor doctora de Japón.


10 días habían pasado, sabía que Sasuke fue a ver a la peli rosa porque ella me mando mensaje reclamándome que no le dije sobre la llegada de su amigo, me excusé diciéndole que eran mejores las sorpresas. Yo había estado enfocada en estudiar, ver series y 2 días salí con mis amigos de la escuela para divertirnos.

En el 11vo día, tocaron la puerta, mi mamá había salido a su editorial, por lo que tuve que salir yo a abrir.

Pero en el momento que abrí la puerta, lo único que pude hacer es quedarme como una piedra, mientras veía a mi amigo parado frente a mí.

—Izumi — dijo un poco sorprendido, cambiándolo por una dulce sonrisa — ¿cómo estás?

—I-I-Itachi, ¿qué haces aquí?

—Mi padre trajo estos vinos de Inglaterra para ustedes — alzo su brazo para enseñarme una bolsa de papel.

Sin saber cómo sali de mi sorpresa, tome la bolsa agradeciendo por los vinos.

—¿Quieres pasar? —dije sin pensar, y me di cuenta cuando lo vi sentado en mi sala y yo enfrente de él con una taza de té verde que yo había hecho.

—Tu casa sigue igual.

—Si, no ha habido muchos cambios en mi vida desde que te fuiste — dije pensando que solo mis sentimientos habían cambiado, o eso era lo que creía en ese momento — pero muchas cosas han pasado.

—¿Cómo cuáles? — pregunto curioso.

—Como que ahora yo doy asesoría a los de grados menores, o que ya sé que carrera estudiar y cosas así — pensaba que no tenía sentido decirlo, todo eso se lo había escrito en los correos que le había mandado.

—Veo que has crecido, me alegro mucho — sonrió, esa sonrisa que derrite un corazón de piedra había aparecido, quería lanzarme a él, abrazarlo, preguntarle muchas cosas, pero no lo hice.

—y tú, ¿cómo te va en Inglaterra?

—Lo normal, escuela, un poco de trabajo, no me quejo.

Así seguimos hablando de cosas triviales durante 2 horas, hasta que él se retiró, esperaba volverlo a ver en los siguientes días, pero no lo hizo hasta el 5to día, me invito a salir a divertirnos, así que fuimos a un parque de diversiones. 3 días después fuimos a la playa con su familia, todo ese tiempo, me di cuenta de que mis sentimientos por él no se habían esfumado, solamente quería estar más tiempo con él, ver sus caras que hacía cuando sonreía, reía o se ponía serio, pero no le diría mis sentimientos, sabía que él regresaría a Inglaterra de un momento a otro, y otra vez se olvidaría de mí.


Era viernes pasadas las 5 de la tarde y me había encontrado a Itachi en la estación de tren, la cual quedaba a algunas cuadras de nuestras casas, al vernos, él decidió acompañarme hasta mi casa.

"¡Achu!"

—¿Estas enfermo? — pregunté al ver estornudar a Itachi. Su extraño ruido que hacía al estornudar era lindo para mí, tenía tiempo que no lo escuchaba.

—No, tal vez es el polvo que me entró a la nariz — me contestó mientras que con su mano derecha se tocaba la nariz.

—Me alegra que no estés enfermo.

—Si lo estuviera, de seguro iría hacia ti para que me cuidaras.

Mi cara se puso roja de lo nerviosa al escuchar sus palabras.

—Todavía no soy médico, apenas iniciaré, así que solo se los cuidados básicos, ni sabría que darte de medicamento o como cuidarte y… — su risa hizo que parara de hablar.

—Tranquila, con que estés a mi lado es más que suficiente.

Volví a escuchar a mi corazón, no dejaba de latir por las palabras que dijo Itachi, pero trataba de controlarme, así que empecé a pensar en otras cosas.

— Oh, mañana se estrena la película que había esperado.

—¿Quieres ir a verla el sábado?

—Si — dije sin dudarlo, aunque era jueves, el sábado no tenía nada que hacer y podía esperar un día más para ver esa película con Itachi.

—Está bien.

Seguimos caminando mientras platicábamos de varias cosas, mi nerviosismo estaba en cada paso que daba.


Llego el sábado, habíamos quedado que él pasaría por mí a medio día, pero no llego a esa hora, para perder el tiempo, prendí la tele mientras veía mi celular, pero por más que lo revisaba, no había nuevas llamadas, ni mensajes, cerré mi celular y me tape los ojos con mi brazo mientras me recostaba, no era normal que hiciera eso, tal vez le había pasado algo, si, de seguro era eso.

Muchos pensamientos quedaron en mi mente mientras trataba de alentarme para no estar triste, para no desilusionarme, y me quedé dormida cuando menos me di cuenta.

Desperté a las 6 de la tarde, el televisor estaba apagado y solo escuchaba el tic tac del reloj de la pared. Mire mi celular y había un mensaje que recién había llegado.

"Lo siento por no cumplir mi promesa, surgió algo, luego me comunico. Itachi"

Cerré mi celular otra vez, y volví a mi posición, no quería saber nada, así que me levanté de mi lugar y salí de casa, no iba a esperarlo y estaba más enojada que decepcionada, así que me fui a ver la película yo sola.

Llegue al cine, compre mi entrada y mis palomitas y una bebida, y espere a que mi función iniciara, ya que faltaban 15 minutos para poder entrar a la sala, por lo que me fui a sentar en unos asientos con una mesa que estaban cerca.

Un chico se me acercó preguntándome cosas, pero por más que lo ignoraba no se iba, así que me levante, tome mis cosas y al darme la vuelta para entrar a la sala del cine, vi salir a Itachi mientras hablaba con otra chica, me quede estática viendo la escena, como pude desvié la mirada y entre a la sala del cine.

No recuerdo la película muy bien, lo siguiente que supe es que estaba en mi habitación llorando y maldiciéndome por haberme enamorado de ese idiota.


La siguiente semana Itachi me estuvo enviando mensajes, pero no le contestaba, me quedé en casa estudiando y terminando las series que se habían acumulado, hasta el viernes que se me acabaron algunos ingredientes para la comida, así que tuve que salir de mi casa.

Regresando del super, revisaba que no se me olvidará nada de lo que había comprado, en una mano llevaba mis bolsas con lo que había comprado, mientras que en otra veía la lista, revisando que nada me faltará, hacía calor y no quería regresar más tarde, llegué a un paso peatonal, donde los carros estaban pasando, por lo que me detuve y miré el semáforo, esperando a que pudiera pasar. Mis pensamientos solo se enfocaban en el cambio de luz, hasta que sentí algo frío cerca de mi cara, mi mirada volteo a ver quién era quien ponía algo frío cerca de mi cara, y ahí estaba él, sosteniendo una paleta sabor fresa, la cual acercaba a mi cara mientras me miraba.

—Itachi — parecía que había corrido, tenía sudor en su cara, y una gota de sudor entró a su cara, y con la otra mano, la cual no sostenía la paleta helada, la uso para tallarse el ojo y limpiárselo, esa costumbre era un poco rara, pero aun así era hermosa para mi vista.

—Hola Izumi, veo que estás bien.

—¿Por qué no lo estaría? — Rayos, mi corazón estaba en conflicto, no sabía qué hacer.

—Será porque no me has contestado en la última semana.

El semáforo cambió a verde y pude cruzar la calle, Itachi me seguía de cerca sosteniendo todavía la paleta helada.

—He estado ocupada — dije lo primero que se me ocurrió.

— Estudias mucho, vamos a relajarnos mañana.

—No puedo,

—Y qué tal el domingo.

—Lo pensaré.

—Vamos Izumi, todavía te debo la película de la otra vez.

Me paré en seco después de recordar ese día, lo triste que me sentí al verlo salir del cine con otra persona.

Suspire solamente, si no terminaba con esto, mi corazón iba a volver a caer por él, siendo que ya tenía a alguien especial, y no era yo.

—Está bien — pare mi camino y lo mire — nos reuniremos el domingo — le quite la paleta helada que todavía sostenía en su mano y la destape como pude — te mando mensaje para decirte dónde y a qué hora reunirnos.

Me metí la paleta a mi boca y vi a Itachi sonreír, no podía con su sonrisa que rara vez ponía, esa sonrisa que pensé que era solo para mí, así que lo dejé de mirar y seguí mi camino.

Más tarde le envíe un mensaje a Itachi, para vernos en el acuario a las 2:00 p.m. el domingo, y él aceptó.


Llegó el domingo, había salido temprano de mi casa sin darme cuenta, pensé que ya era demasiado tarde porque me quede dormida, y cuando llegue era medio día, 2 horas muy adelantadas, no iba a esperar afuera del acuario 2 horas, así que busqué en mi celular una cafetería cerca, y encontré una donde podía leer un poco.

La lectura de un viejo libro que hablaba sobre la medicina china era fascinante, que me quedé picada, hasta que vi la hora, faltaban 5 minutos para encontrarnos y todavía tenía que salir de la cafetería y caminar 10 minutos, había llegado temprano y aún así llegué a mi encuentro tarde.

Llegué corriendo a la entrada del acuario, y ahí se encontraba él, vestido de lo más casual, con un pantalón de mezclilla negro entubado, una playera blanca con un suéter lijero abierto color negro, su cabello recogido en una coleta baja y lentes negros, como no podía estar enamorada de ese chico.

—Llegas tarde.

—Me entretuve leyendo — dije tratando de recuperar el aliento. — vamos a entrar.

—Claro, ya compré las entradas — me enseñó las dos entradas que tenía en su mano.

—Muchas gracias, invito las bebidas más al rato.

—No tienes por qué hacerlo — me acarició el cabello y empezó a caminar, yo lo seguí hasta colocarme al lado de él.

Entramos y vimos una gran variedad de animales marinos, nos divertimos mucho, sacamos algunas fotos, y otras que posamos los dos con fondo de los estanques de peces. Terminamos en la zona de recuerdos después de caminar 3 horas, vi una orca en forma de peluche y me lo compre, Itachi decía que podíamos comer en la zona de restaurantes, pero le dije que mejor fuéramos a una cafetería, había visto un café de gatos cerca en la mañana, pero sabía que a Itachi le gustaría ir, así que lo convencí para ir.


Estando en el café, nos sentamos en una de las mesas y una de las meseras fue a tomar nuestra orden, los ojos de la mesera solo veían a Itachi y a mí nunca me miró, traté de no ponerme celosa de ella, pero me había quedado con el disgusto de la poca atención que me había puesto; al final yo pedí un smoothie de frutos rojos y un pastel de chocolate, Itachi solo pidió un café frío y un emparedado de pollo.

—Parece que no te quitaba la vista de encima — le dije a Itachi para hacer platica.

—Es lo normal para un chico como yo.

—Claro, aunque tu novia podría ponerse celosa de cómo las chicas te miran.

—Por eso me buscaré una novia que no sea celosa conmigo — Eso me dio una pista, con la chica que salió del cine no era su novia, todavía había esperanzas

—¿Tienes a alguien ya que te gusté? — tenía que preguntarlo, no quería preguntarle, pero cuando me di cuenta mis palabras ya habían salido de mi boca.

—No.

Me sentí feliz y al mismo tiempo un poco triste, aunque no tenía competencia, él tampoco me veía a mi como posible novia.

Trajeron nuestra comida y bebidas, la plática se tornó al día que tuvimos, platicamos de los animales marinos y cómo sería vivir en el mar.

—Izumi, tengo que decirte algo.

Salí de mis pensamientos para verlo, tenía una expresión seria, así que solo lo mire, esperando a que él dijera algo.

—La siguiente semana…

No termino de hablar ya que su celular estaba sonando, lo miró y salió para contestar, me quede viendo mi bebida casi vacía hasta que mi teléfono también sonó, era un mensaje de mi madre diciendo que llegara temprano ese día, ya que posiblemente habría una fuerte tormenta en la noche, le respondí que regresaría enseguida, por lo que pedí la cuenta en lo que regresaba Itachi.

—Lo siento — dijo Itachi en cuanto se volvió a sentar en el asiento en el que estaba — era mi madre, me dijo que regresará enseguida.

—No te preocupes — dije con una sonrisa — mi mamá me avisó que también regresará ya a casa, dado a que avisaron sobre una fuerte tormenta.

—Está bien.

Pagamos nuestros alimentos y salimos de la cafetería, caminamos hasta la estación de tren más cercana para poder regresar a casa, y él me llevó hasta mi casa. Cuando me disponía a entrar, Itachi me sostuvo de mi brazo y me dijo.

—Izumi, continuando con la plática de hace rato.

—Oh, es cierto — dije un poco sorprendida, ya que lo había olvidado — ¿Qué pasará la siguiente semana?

Itachi suspiró y me vio a los ojos y luego dijo.

—Regresaré a Inglaterra.

Quedé en silencio, no encontraba las palabras para decirle que no se fuera, que no se olvidará de mí, que regresará, que siguiera en contacto conmigo, que tenía miedo de que me olvidara, que no se consiguiera novia, que lo amaba. Pero al final nada salió de mi boca.

—Sé que es repentino, pero no quería irme sin despedirme, espero regresar pronto, tal vez las siguientes vacaciones.

—Está bien — dije mostrando una sonrisa — ¿cuándo te vas?

—El miércoles.

—Lo tendré en cuenta, para ir a despedirte — trataba de contener mi sonrisa para él, no quería que se diera cuenta de la tristeza que tenía al saber que otra vez estaría lejos de mi — ve a casa, gracias por acompañarme hoy, ve antes de que inicie a llover.

—Claro — frotó su mano en mi cabeza y dio la media vuelta.

Quería detenerlo, tomar su mano, pero lo vi entrar a su casa y mis acciones ya eran cosa del pasado, ya no podía realizarlas.

Entre a mi casa, al patio que estaba en la entrada y me quedé afuera viendo mi puerta, mis pensamientos estaban en la partida de Itachi, no sé cuánto tiempo estuve así, solo sentí la lluvia caer sobre mi cuerpo y mis lágrimas se empezaban a unir con las gotas de agua que caía de mi cabello, poco después, entre a mi casa y me metí a bañar por órdenes de mi mamá por lo mojada que me encontraba.

Ese día no pude dormir, lo único que sentía era de que nunca lo volvería a ver.

Llegó el miércoles, me había alistado temprano y fui al aeropuerto acompañada de Naruto y Sakura, los cuales iban a despedir a Sasuke.

No vi a Itachi desde ese día, solo nos mandábamos algunos mensajes sobre cosas triviales, el clima, mis estudios, cosas de ese estilo, pero no mencionamos su regreso a Inglaterra.

Al llegar al aeropuerto, empezamos a buscar a la familia de Itachi y Sasuke, y 5 minutos después, logramos reunirnos con ellos. Solamente estaban Sasuke y su madre. Sasuke se empezó a despedir a su manera de sus mejores amigos, Sakura abrazándolo y Naruto queriéndolo abrazar, pero Sasuke no se dejaba, le decía que era una molestia, era divertido verlos.

—Lo siento Izumi — dijo la madre de los hermanos Uchiha — Itachi y su padre tuvieron que viajar desde ayer por cuestiones de trabajo, pero me pidió Itachi darte esto.

La señora Uchiha me entregó una pequeña caja de regalo con un moño morado.

—Gracias — fue lo único que pude decir antes de escuchar su llamado de su vuelo.

Se despidieron de nosotros y tomaron rumbo al acceso para poder subir al avión que los llevaría a Inglaterra.

"Tonto Itachi, te volviste a ir sin despedirte" era lo que pensaba al ver la caja de regalo en mis manos. Quería llorar, pero al escuchar a Sakura y Naruto, creo que ellos lloraban por mí, por lo que limpie un poco mis ojos antes de que las lágrimas cayeran y los abrace para después regresar a la ciudad.


"Doctora Izumi, la necesitan en maternidad"

Sonó por los parlantes del hospital, recién acababa de sentarme en la sala de descanso, pero tenía que seguir.

Ya habían pasado 8 años desde la última vez que lo vi, después de entrar a la universidad me mudé a Nagoya para no perder tiempo en transporte y estudie como loca para graduarme pronto y hacer una especialidad, la cual es ginecología, en poco tiempo tendré mi título de especialidad, pero por ahora, estoy en el hospital trabajando y obteniendo experiencia.

Nunca le mande mensaje a Itachi y él tampoco se comunicó conmigo. Todos los días me preguntaba "¿Cuándo lo volveré a ver?" pero, aunque tenía la respuesta, quería seguir pensando que pronto lo volvería a ver, sabía que era un amor no correspondido, que éramos muy diferentes, aunque me divertía al verlo, siempre trataba de hacerme notar, pero él nunca lo vio, siempre lo escuchaba hasta altas horas de la noche cuando hablaba mucho.

Mentiría si dijera que no lo extraño, el ruido que hacía cuando estornudaba, su cara que hacía cuando sonreía, su costumbre de tallarse los ojos cuando sudaba, su personalidad simple y callada de vez en cuando, su mal gusto en música o su sonrisa cuando mentía. Pero esas son cosas que quedarán grabadas en lo profundo de mi corazón.

Llegue a mi casa después de 48 horas que estuve en el hospital, tome un baño y cuando regresaba a mi cuarto, sonó mi celular indicando un mensaje, al abrirlo me di cuenta de que era Sakura.

"Izumi-san, hoy por fin veré a Sasuke, regresará para hacer su especialidad en Tokio, estoy tan feliz que quise compartirlo contigo, espero y pronto tengas noticias de Itachi, así como yo de Sasuke."

Su mensaje era simple, ella era quien me mantenía al tanto de la familia Uchiha, tal vez por eso no podía olvidar a Itachi.

Y recordé la pequeña caja de regalo que nunca abrí que me dio la señora Uchiha, por lo que me dediqué a buscarla en mi cuarto. La encontré y la coloqué sobre mi cama, estaba indecisa si abrirla o no, siempre que me acordaba de esa caja de regalo, hacía lo mismo, la colocaba en mi cama y la veía debatiendo si la abría o la volvía a guardar. Pero como siempre, ese día decidí volverla a dejar en su lugar.

La tomé y al momento de levantarme, tropecé con mis pies y la caja salió volando de mis manos, lo cual provocó que se abriera.

De esta pequeña caja salió una hoja doblada y un reloj color negro pequeño, la correa estaba formada por dos lazos de cada lado que se unían por medio de un broche. Los recogí del suelo y los coloqué sobre mi cama y me senté también en la cama para ver detalladamente cada cosa.

Lo primero que observé fue el reloj, sencillo y lindo, y al ver la tapa del fondo, vi dos letras "II" parecía un 2 romano, lo cual no entendía, así que coloque el reloj dentro de la caja y después tome la carta, la cual empecé a leer:

"Hola Izumi, perdona por no despedirme directamente, pero las cosas se complicaron en el trabajo de mi padre, por lo que tuve que regresar con él, me iré mañana, espero verte pronto y regresar cada año por estas fechas, por eso te dejo el reloj, para que me recuerdes y sepas que después de que el reloj de 730 vueltas regresare para verte.

Gracias por estas vacaciones, me di cuenta de todo esto, hace tiempo que no tenía una buena compañía como la tuya y solo quería pasar tiempo contigo, lamentablemente no puedo pasar todo el tiempo que quiero contigo por las cosas que tengo que terminar en Inglaterra. Espero volver a los tiempos que éramos vecinos y volver a vernos.

Hasta el siguiente año.

Atte.: Itachi Uchiha."

¿Que era esto que acabo de leer?, ¿una confesión?, no, no, no creo que haya sido esto, sentía un poco el corazón que me apretaba, tal vez cometí el error de no abrir esto antes, tal vez lo único que cambiaría es que seguiríamos en contacto o estaría igual de haberle confesado mis sentimientos, no lo sé, nunca encontré las palabras adecuadas para decirle lo que siento, y con esta carta sentía que podía haberlo hecho en ese tiempo.

El celular me sacó de mis pensamientos ya que mi madre me estaba llamando

—Mochi, mochi*

—Izumi, ¿cómo te encuentras?

—Bien.

—¿El trabajo no es agotador?

—No para nada.

—¿Cuándo regresarás a casa?

Mi madre siempre que me llamaba eran las mismas preguntas y siempre le contestaba lo mismo, ya que no había mucho que contarle. Aunque ella nunca me preguntaba cuándo regresaría, dejó de hacerlo desde que inicie a ser residente de hospital, ya que el tiempo en el hospital era interminable.

—Tal vez este fin de semana, ¿por qué la pregunta?

—Verás, una amiga ganó un viaje a las aguas termales en Okinawa y me invitó a ir con ella, ya que su esposo tiene viaje de negocios y no la puede acompañar, pero me preocupa que Susuki se quede solo.

—¿Quién es Susuki?

—Oh, adopte un gato hace poco porque me sentía sola en esta casa, pero no lo puedo llevar, solo serán 3 días y 2 noches, con que llegues temprano el sábado estará bien.


Nunca imaginé que mi madre adoptaría a un gato, pero acepté. De todos modos, tenía libre esos días.

El sábado llegué temprano a casa, mi madre ya se había ido y Susuki fue a recibirme, deje mis zapatos y entre, encima de la mesa del comedor se encontraba una nota, en la cual venían escritas las indicaciones de cómo cuidar a Susuki, fui a dejar mi mochila en mi cuarto y salí a hacer todo lo de la lista, fue sencillo.

Después me preparé un café y regresé a mi cuarto a desempacar, saque la caja que me dejó Itachi y la coloque sobre mi escritorio, lo abrí, tome el reloj y lo volví a observar, me inquietaba el II, ¿qué quería decir él con el 2 romano? Me inquietaba al no saber la respuesta, así que me lo puse sin pensarlo, pero al verlo sobre mi muñeca, me encantó como se veía, por lo que me lo deje puesto y empecé a sacar mi ropa que había llevado, acomodandola en su lugar. Terminando me acosté un rato en mi cama, y sin darme cuenta, me quedé dormida.

El sonido de mi teléfono me despertó, lo tome y vi que eran varios mensajes de mi mamá, preguntándome sobre Susuki y sobre mi viaje, por lo que me senté en mi cama y empecé a escribirle, terminando deje el celular sobre mi cama y me levanté para ir a preparar algo de comer, era tarde y solo había tomado el café de la mañana.

Me estire un poco para luego tomar mi celular y bajar a la cocina para preparar algo para comer, busqué pero lo más rápido que encontré era un ramen instantáneo. Tome la tetera eléctrica, la llene de agua, y en lo que se calentaba el agua, preparé un vaso para hacerme también un té de hierbas.

Poco después, empezó a sonar mi teléfono, vi la pantalla y era Sakura.

—Mochi Mochi.

—I-zu-mi — dijo su voz muy cantarina — ¿adivina donde estoy?

—¿Podría ser que en una pastelería?

—Estás equivocada — dijo con un tono sonriente — Estoy en Nagoya. ¿Tú dónde estás?

—Oh, eso no me lo esperaba —dije un poco sorprendida — Pero yo estoy en Tokio.

—¡¿Qué?! — escuché un grito de ella saliendo de mi teléfono tanto que tuve que alejarlo.

—¿Qué pasó Sakura-chan?— Escuché la voz de Naruto.

—Izumi no está en casa — la escuché un poco triste.

—Te dije que primero tenías que preguntarle — escuche otra voz de un chico que se me hacía conocida.

—Pero ella casi nunca sale de la ciudad.

Me sentía fuera de la plática, pero solo escuchaba a Sakura discutir con sus amigos, hasta que los interrumpi.

—Sakura, ¿por qué es triste que esté en Tokio?

—Es que pensábamos quedarnos aquí en Nagoya, contigo, pero no estas.

—¿No pensaban regresar hoy?

—No, ya que iremos a un concierto en la noche y pensábamos quedarnos en tu casa.

—Y no reservamos ningún hotel — dijo Naruto, o bueno, gritó un poco melancólico.

—Y todos están llenos — dijo la otra voz masculina.

—Tiene razón Sasuke, yo también revise — ya veo, Sasuke es quién está con ellos.

—Está bien — intervine después de escucharlos — los dejaré quedarse en mi casa — escuche a Naruto y Sakura felices — pero al momento de llegar, busquen a la casera y regresame la llamada, para hablar con ella.

—Claro Izumi.

—Te mando mi dirección por mensaje.

—Gracias — escuché a los 3 decirme esas palabras, son tan enérgicos.

Colgué la llamada y le pase mi dirección a Sakura, poco después deje mi celular sobre la mesa y empecé a prepararme mi delicioso ramen.

Termine de comer y lavar lo que había ensuciado, me senté en el sillón y en eso sonó mi celular, vi que era otra vez la pelirosa.

—Hola Sakura, ¿qué pasó?

—Hola Izumi, ya llegamos a tu casa, y estamos con la casera.

—¿Podrías pasarle el celular para hablar con ella?

—Claro.

—¿Izumi?

—Hola Momo, perdona la molestia pero ando fuera de la ciudad.

—Hola Izumi, no te preocupes, veo que conoces a chicos muy jóvenes.

—Si, ellos se quedarán en mi casa, ¿les podrías prestar mi llave de repuesto?

En ese momento, había sonado el timbre de la casa de mi mamá, no me había dicho que alguien vendría, así que en lo que estaba en la llamada, fuí hacia la puerta para abrir.

—Oh, claro, creo que está dentro de la casa de la abuela.

—Muchas graci...

No terminé de hablar, ya que cuando abrí la puerta, se encontraba Itachi frente a mi.

A lo lejos, en el teléfono escuche la voz de la abuela de Momo.

—Nieta, por cierto, el chico de pelo negro que vino hoy a la casa de Izumi se parece al chico que siempre viene a dejarle proviciones a Izumi, me pregunto si será su familiar.

—Momo — dije sin dejar de mirar a Itachi, quien anteriormente, después de estar sorprendido al verme abrir la puerta, levantó su mano derecha como signo de saludo —¿de qué está hablando tu abuela?

Itachi solo se quedó viéndome, mientras yo no le quitaba la mirada de encima y seguía en la llamada.

—Ahh, verás, desde hace tiempo, viene un chico de pelo largo y negro, piel blanca y un poco alto, es quien siempre te trae provisiones, pero él nos decia que te dijeramos que era de parte de tu madre, y verás, siempre llegabas tarde, así que nunca lo viste, yo lo conoci hace poco, así que la abuela es quien siempre lo recibia, por lo que yo tampoco sabía de él.

—Gracias Momo — un suspiro cansado salió de mi boca, cerrando un poco los ojos, y para terminar la conversación con ella, añadí — te encargo a los chicos, y de nuevo, muchas gracias.

—De nada Izumi, regresa con cuidado que aquí yo cuido tu casa y a los chicos.

Termine la llamada y mi mirada fue inmediatamente al chico frente a mi, al que alguna vez consideré mi primer amor, y mi primer amigo.

—¿Qué haces aquí Itachi?

—Venia a ver a tu madre, pero veo que estás aquí —dijo seriamente, creo que se quería alejar lo más pronto posible — entonces me voy.

—Espera — lo sostuve de su mano — mi mamá no esta, y quiero preguntarte muchas cosas — dije soltando su mano lentamente — ¿quieres pasar?

—Umh.

Entramos a la casa, por suerte todavía tenía agua caliente para hacer té. le di indicaciones de que fuera a sentarse a la mesa, en lo que preparaba unas bebidas. Hice café americano para él, y para mi, me preparé un té Oolong.

—Espero que te siga gustando el americano — dije colocando la taza de café frente a él.

—Si, gracias.

Dejé también mi taza de té sobre la mesa y tome asiento enfrente de él, le di un sorbo a mi bebida.

—Itachi — él me miró después de escuchar su nombre — tengo muchas preguntas para ti, pero no se por donde comenzar.

Di otro sorbo a mi té, no pensé volverlo a ver. pero tenía muchas dudas, y él no ayudaba ya que no decía nada.

—Veo que te gusto mi regalo.

Al ver que no entendía lo que me decía, señalo mi muñeca hacia el reloj que había olvidado que me había puesto.

—Oh, empecemos por esto, ¿qué significa el 2 romano que se encuentra en el reloj?

Una media risa se mostró en su rostro, tomó un poco de café antes de responder.

—Son nuestras iniciales.

—¿Qué? — dije un poco confundida

—I-zumi — me señaló — I-tachi — se señaló — los dos inician con I, y si lo colocas con el abecedario latino, parece un 2 romano.

No puedo creer que no me haya dado cuenta, creo que al estar metida en mi trabajo y mis practicas, nunca vi lo obvio.

—¿Y por qué lo pusiste así?

—¿No es obvio Izumi? — dijo tranquilamente — me gustas.

No se si era verdad o no, o solamente se estaba burlando de mí, si esto lo hubiera escuchado en ese tiempo, hubiera sido la chica más feliz de Tokio, pero ahora…

—¿Estás jugando conmigo?

—Claro que no.

—Entonces ¿por qué hasta ahora me dices esto? — dije tratando de estar calmada — ¿por qué no antes?

—Izumi, el día que regresamos del acuario, me dijeron que tenía que regresar con mi padre al día siguiente a primera hora a Inglaterra, no podía negarme, y tenía preparado ese regalo para tu cumpleaños, aunque me iba antes, quería dártelo personalmente, pero no pude. Lo único que pude hacer es pedirle a mi madre que te lo diera, pero ella tampoco sabía que contenía.

Ahora entendía un poco la situación, no sabía qué responder.

—De hecho, regresaba cada verano a verte, como indique en la carta, pero tu mamá me dijo que te habías ido a Nagoya por la escuela, casi no regresabas a casa, no podía ir a verte por qué tenía poco tiempo, y algunas cosas que terminar de mi escuela, hasta hace 3 años que por fin pude conseguir un puesto en la empresa de la familia en Tokio.

Al escucharlo, recordé a mi mamá llamándome algunos veranos preguntándome cuándo podría regresar a casa, ¿mi madre tendría algo que ver?

—Dime una cosa — dije recordando lo que me dijo Momo hace un rato — ¿Tú me llevabas provisiones a mi casa en Nagoya?

—Si — contestó tomando un poco de café —tu madre lo sugirió cuando supo que me mude a Tokio, y aparte queria verte, saber si mis sentimientos habían sido rechazados o correspondidos, pero nunca te logre ver, no quería soltar esa ilusión de que me habías correspondido, pero también tenía miedo de que solo fueran ilusiones mías y me rechazaras, por ese motivo nunca me espere a que llegaras a casa.

Nunca esperé esas respuestas, estaba sorprendida, pero mi corazón se sentía cálido, tenía que hacerle caso a mi corazón, en el pasado nunca lo hice, y ahora veo que le hice daño a esa persona que tanto amaba y sigue estando en mi corazón.

—Itachi — dije levantando mi mirada y al verlo fijamente a los ojos — ¿sigues sintiendo lo mismo por mi? — mi voz no vaciló al momento que las palabras salieron de mi boca.

Él me miró y respondió.

—Si, pero no te obligare a tener los mismos sentimientos.

—No sería una obligación, dado a que me doy cuenta que mis sentimientos no han cambiado por ti.

Itachi bajó la mirada para ver su café, pero creo que piensa algo que no es, tengo que decirlo.

— Itachi, en ese tiempo, no, desde antes que te mudaras a Inglaterra me gustabas — en ese momento Itachi empezó a verme, como si confirmara lo que estaba diciendo — pero no pude decirte "no te vayas" no era egoísta en ese entonces, y mucho menos cuando regresaste ese verano, tenía la esperanza que dijeras que no regresarías, pero te fuiste sin decir ninguna palabra, me sentí abandonada, tanto por mi mejor amigo como por el chico que me gustaba.

La mirada de Itachi no mentía, se veía sorprendido, feliz, triste, y esperando a que terminara de hablar.

—No te mentiré, en ese tiempo estaba tan triste que no abrí la caja hasta hace unos días, ahí fue que entendí un poco de lo que pasó ese tiempo, me sentí tan mal por no abrirla antes, y lo siento por dejarte esperando tanto tiempo.

No me dejo terminar cuando sentí sus labios sobre los míos, no me di cuenta cuando Itachi se levantó de su lugar y se acercó tanto, pero el beso era cálido que hizo que mis ojos se cerraran, sentía que todo el dolor del pasado había desaparecido, mi corazón se sentía tranquilo y cálido, hasta que nos separamos, abrí mis ojos y lo vi a él tan cerca que sentí mi cara como empezó a sentirse caliente.

—No tienes que pedirme perdón — dijo él sin separarse — me prometí esperar todo el tiempo del mundo hasta conocer tus propios sentimientos.

—Gracias por ser paciente, realmente todavía me sigues gustando.

—Entonces — él se arrodillo frente a mi — ¿quiéres ser mi novia?

Se veía tan lindo que una sonrisa se reflejó en mi cara.

—Si — dije al mismo momento que me puse al mismo nivel que él y lo abrace.

Desde ese día empezamos a salir, y nuestras familias se dieron cuenta al día siguiente que mi mamá regresó y él le pidió a mi mamá permiso para salir conmigo, era un poco anticuado, pero se me hizo tierno al momento.

He sido una persona feliz a su lado, nos entendemos bien y pronto seremos una familia de 3 personas, todo este tiempo no he soltado su mano, ni él la mía.

FIN.


Hasta aqui llega el fanfic, lo hice por el cumpleaños de GC, espero le guste, ya que lo hice con mucho amor y cariño y a ustedes también.

Gracias a quienes me apoyaron y me ayudaron a hacer esta historia llegará a su fin, y me dijeron que podia cambiar para que este regalo fuera exitoso, muchas gracias a MG, y a Y-san.

Hasta la próxima...