Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la realización de esta historia.
Song-fic: Ashes - Claire Guerreso
ASHES
My mind is spun
I've had enough
Feels like I'm burning down the flames rise up
And I can't tell what's coming next
Feels life is like a game of roulette
—No puedo dejarte solo, Padre. —Draco insiste por milésima vez, pero en esta ocasión sólo lo hace por costumbre... por no dejar...
Lucius suspira y no contesta inmediatamente, así lo ha hecho cada día de esta última semana. Se limita a mirar por el gran ventanal de su estudio hacia donde se puede atisbar un poco de las hortensias azules que Narcissa solía cuidar con tanto celo.
Una sonrisa melancólica tira de los delgados labios de Lucius, antes de que esa conocida opresión en su pecho regrese y amenace con hacerle dar un espectáculo ante su hijo Draco.
Intentando recomponerse, Lucius da media vuelta y posa su mirada en la expectante de su heredero. Esos mismos ojos grises con pequeñas vetas azules que hacen honor a las perlas que había poseído Narcissa en vida.
—Es hora de que dejes de preocuparte por mí y regreses a Bulgaria para terminar tus estudios, Draco —Lucius habla con voz firme, obligándose a no apartar la mirada de su hijo—. Puedo asegurarte que estaré bien.
—Pero-
—Es en serio, Draco. Lo último que necesito es que estés por ahí mirándome como si fuera un pulgoso malherido y hambriento.
Draco abre un poco su boca y sus ojos dejan traslucir lo mal que le han hecho sentir las palabras de su padre. Lucius suspira nuevamente y camina hacia el menor, intentado mantener su acostumbrada postura erguida y confiada.
—No hagas caso a las palabras de un anciano como yo, Dragón —habla con un tono de voz suave, poniendo sus manos en los delgados hombros de Draco—. Es sólo que serías de más provecho en Durmstrang que aquí.
— ¡Pero es que estarás solo! —la voz de Draco sale entrecortada, y Lucius ya sabe que no será capaz de manejar la situación si Draco llora de nuevo. Si Draco toma el pequeño retrato de su madre entre sus manos y le mira por largo tiempo mientras las lágrimas corren silenciosamente por sus mejillas.
Lucius se aleja porque no puede soportarlo. Porque esa presión está convirtiéndose en una bola que sube rápidamente por su garganta y le deja sin respiración.
— ¿Padre? —la voz de Draco está más ahogada ahora— ¿Qué pasa?
Lucius niega con la cabeza y sale de su despacho con la actitud más natural posible. Necesita alejarse de allí. Necesita quitarse la túnica porque le está matando. Necesita aire...
— ¡Papá!
The one that I need
Help me see beyond the surface, my purpose
Narcissa sabría qué hacer... Narcissa sabría cómo cuidar de él cuando sintiera que todo se estaba desmoronando a su alrededor...
Lo había hecho en esas largas noches después de que el Lord se hubiera entretenido de lo lindo con el patriarca de los Malfoy. Lo había hecho cuando ambos habían temido por la vida y seguridad de su hijo.
You were my North Star
You were my always
You were my compass
Now I've turned sideways.
Baby you turn to ashes, ashes
When it all comes down
When it all comes down...
Lucius mira al cielo, decepcionándose al instante porque aún es de día y le es imposible ver las estrellas del firmamento que siempre había relacionado con sus seres queridos.
El brillo ominoso del sol le recuerda de manera inconexa a los últimos rastros de las cenizas de su amada esposa. Allí en la villa de Francia, padre e hijo habían llevado consigo el cofre que se había encargado de transportar lo último que quedaba de humanidad de los miembros de la legendaria familia Malfoy. Pero esa vez en especial, Draco se había encargado de adornar con encantamientos florales el pequeño cofre, dándole un toque especial y personal.
Draco había mirado a Lucius con una sonrisa débil e insegura. Lucius sólo había hecho un asentimiento forzado, desviando luego la mirada y esperando a que su hijo se decidiera a abrir el cofre.
A cold wind sets upon my back
The sky is getting full and turning black
I lost my way when I lost you
I need a moment more, this can't be true
Lucius sale a la terraza del lado este de la Mansión y convoca uno de los sillones más cómodos de su Biblioteca.
Han pasado quince días desde la partida de Draco, y Lucius se queda corto al agradecer diariamente que su hijo no esté presente para presenciar el desastre en el que se ha convertido uno de los magos que en años anteriores fue el más admirado por su apariencia.
Aunque el vello facial es uno de los pocos problemas por los que un Malfoy debe preocuparse, Lucius atribuye su ahora corta barba a algún cambio influido por la magia debido a su estado emocional.
Levanta su cabeza y mira al cielo. Ya es hora, suspira.
Las estrellas empiezan a salir, casi con timidez, mientras van formando pequeñas pecas resplandecientes en el oscuro firmamento.
Lucius busca con avidez esa estrella que hace que sus noches sean más livianas y soportables.
Ah... Allí está. El hombre sonríe y se acomoda mejor en su sillón, rememorando viejos y felices tiempos.
A pesar de que la vida haya perdido gran parte de su encanto desde la partida de su alma gemela, Lucius ahora puede encontrar un poco de regocijo al estar en compañía de las estrellas y la noche. Ha comprendido que le es insoportable pensar Narcissa como lo último que vio: cenizas.
Narcissa había sido una mujer llena de energía y vitalidad, incluso en esos días oscuros y siniestros de la guerra. Ella había llegado a la vida de Lucius como sólo una mujer Black podría haberlo hecho, y con el pasar de los años, había logrado que un hombre criado entre las reglas más estrictas, se abriera ante ella y luego, ante el fruto del amor de ambos.
¡Salazar! ¡Narcissa Malfoy Black merecía mucho más que ser recordada como polvo negro! Lucius levanta un puño al cielo y entrecierra los ojos ante esa estrella.
—Eres mucho más que eso, Cissa —susurra—. De tener el poder para hacerlo, haría todo lo posible para que todo el Mundo Mágico lo supiera, cariño. Pero... —Lucius carraspea, parpadeando rápidamente para evitar las lágrimas— lo único que te pido... Oh Cissa... Sólo deseo que las noches nunca terminen.
Se rompe.
Teme a lo que pueda traer el día. Teme a la ausencia que presenciará cuando amanezca.
The one that I need
Help me see beyond the surface, my purpose
Él está seguro de que en el día ella no estará. De que su soledad hará que su pecho nuevamente y que el solo estar en su propio cuerpo sea insoportable.
Sin importar las llamadas de Draco, ni las ocupaciones de los pocos negocios que le quedan como empresario, Lucius siempre llegará a ese punto crítico de inestabilidad física y emocional.
You were my North Star
You were my always
You were my compass
Now I've turned sideways
—Cissa... —Lucius no quiere llorar. No ahora que es de noche— Haz lo posible porque nuestra noche no termine, por favor. Quédate conmigo.
Who do you turn to
What can you say
Ashes, ashes
—Quiero estrellas, Cissa —Lucius gime—. No quiero cenizas...
When it all comes down
It all comes down
It all comes down
—Sé que debo ser fuerte... Sé que tengo que luchar por seguir vivo por Draco —las lágrimas ya están corriendo por las enrojecidas mejillas del hombre—. Pero no puedes imaginarte la falta que me haces, amada.
Ashes, ashes
Ashes, ashes
—Acompáñame un poco más, por favor —Lucius se cubre el rostro con sus manos—. O si puedes hacerlo, por favor... regresa...
Obviamente, no hay respuesta. Pasa siempre así.
Who do you turn to
When it all comes down...
Lucius no sabe cuánto tiempo ha pasado. Sus hombros empiezan a caer por el cansancio y el frío es mucho más intenso que antes.
Apartando sus manos, Lucius levanta nuevamente la mirada al cielo. El velo oscuro que lo cubre, junto con las estrellas, hacen que esa estrella se destaque aún más.
Sonriendo con pérdida y con nostalgia, Lucius Malfoy respira lenta y concienzudamente. Si su castigo ha de ser el torturarse con sus emociones en los días y descansar en las noches, lo aceptará.
«Tienes que comprender que alguno de los dos morirá primero, Lucius. Draco no puede quedarse solo, no cuando está tan joven. Te prometeré que, en tu ausencia, daré lo mejor de mí para que nuestro hijo siga adelante y se sienta apoyado por mí. Has de prometerme lo mismo.»
Las palabras de su esposa regresan a él como un golpe seco y contundente.
Ciertamente, sus días seguirán siendo un castigo despiadado, pero Draco sigue allí, a cinco paradas de Flú de distancia. Draco, quien ha perdido una madre y que necesita urgentemente de un padre.
—Intentaré cumplir mi promesa, Cissa. Sólo dame un poco de tiempo, déjame extrañarte como mi otra mitad.
Lucius observa cómo la estrella titila lentamente, y una carcajada sale de forma dolorosa de su garganta.
—Sé que te extrañaré de esa forma hasta mi último momento. Tal vez me convierta en cenizas, a diferencia de ti, pero espero al menos poder estar junto a ti en la siguiente vida, si es que la hay.
Lucius se levanta y observa por un momento más al cielo estrellado. Cierra los ojos y deja que el aire fresco desajuste la floja coleta de su cabello.
Luego, se encamina hacia sus habitaciones, pensando en darse un descanso y visitar a su hijo. Tal vez, con él, sus peores momentos a la luz del día sean más tolerables.
fin
¡Hola! Espero les haya gustado este pequeño intento de song-fic.
Por favor, todos un lumos maxima por Helen McCrory, nuestra eterna Narcissa Malfoy, quien en el día de ayer nos ha dejado atrás. Personalmente, aún me encuentro un poco triste por ello, ya que no se puede evitar el lamentar la partida de alguien que fue parte de la mayoría de tus días a través de una pantalla.
¡Gracias por leer!
