Nota: soy de Buenos Aires y escribo en español rioplatense, así que van a encontrar algunos verbos acentuados como los pronunciaría alguien de esta región. No uso modismos porque se saldría del registro que quería para el texto. De todas formas, si no les gusta esta variante del idioma pueden no leer.
-*-*-Haru yo, koi-*-*-
El color de tus ojos, o el perfume y la textura de tu piel son cosas que no recuerdo. El timbre de tu voz se le escapa a mi memoria. Hoy llueve otra vez, como todos los días, como siempre. Quizás pare pronto. Espero el sol hace mucho. Las gotas me mojan la cara y no sé si lloro. Ojalá el sol las seque.
No traigo paraguas. La lluvia en esta época del año es fresca, me gusta; estoy vivo. Desde que bajé de aquel avión hace... ¿cuánto? No me acuerdo. Pero desde aquel día no me siento conectado con el mundo. Duermo, me levanto, camino, río y a veces me enojo. Sin embargo, nada me atrapa. Ningún pasatiempo dura más de unas semanas. Las caras de la gente no me llaman la atención.
Levanto la vista al cielo; es el mismo que crucé para conocerte sin quererlo. Ya no es igual, tal vez por las nubes que siempre esconden su color, incluso en los días de sol. Las nubes no van a conseguir que me olvide de él; suficiente es con que borren tu recuerdo. Por más que lo intente no logro acertar al color de tus ojos, ni al perfume y textura de tu piel.
Meto el pie en un charco. Es raro que a pesar de estar empapado el agua del piso marque una diferencia. Aunque lo conozco: en este lugar preciso, frente a estas rejas negras, el camino se hunde y solo se nota cuando llueve. Para mí siempre llueve, por eso lo conozco. Además, desde este ángulo se alcanza a ver una Daphne de invierno en el jardín de la casa. Está rodeada de rosas, camelias y narcisos, pero sola, alejada del resto de las flores y plantas. Me gusta cuando llueve porque su perfume alcanza la calle, se eleva en el aire. Ojalá cruzara los cielos y te llegara.
Impulsado por la imagen de la Daphne solitaria vuelvo a caminar. Me pregunto si tendrás a alguien con vos donde estás. No lo dudo: amigos o enemigos, los conseguías con facilidad; no debe haber cambiado. El poco tiempo que viví a tu lado fui bendecido por tu presencia, y los encuentros y despedidas fueron un montón. Los nombres de todas las personas que conocí por vos no se van a borrar de mi alma, aunque solo permanezcan como ideas, sin rostro, ni sonrisas o voces. Ellos son acciones, gestos; alegría, preocupación y también alivio. Algo similar le pasa a tu recuerdo.
Este camino se inunda de pétalos de sakura en primavera. Creo que te hablé de eso en algún momento. Pudo haber sido un sueño, igual que la mayoría de las cosas que viví a tu lado; esa es la sensación que tengo desde la primera vez que nos vimos. Estoy atrapado en un sueño. Pero sé que todas las mañanas despierto, por eso hoy vi el pronóstico de la floración de los cerezos en las noticias. En dos semanas este camino se va a llenar de pétalos de sakura. Me pregunto si te gustaría verlos. En Nueva York también hay, pero es una de esas cosas de Japón que tenés que experimentar. Los árboles cubiertos de flores pálidas, los pétalos que caen danzando y se mezclan con tus mechones rubios.
La lluvia me dice que falta mucho para la primavera. No quiero escucharla. Por eso cierro los ojos y lo único que me alcanza es tu voz. No la recuerdo, pero sé que es tuya: nostálgica y cariñosa. No entiendo qué intentás decir. Es una sensación desagradable. ¿Y si necesitás ayuda o si te sentís solo? ¿Qué hago si querés decirme cómo llegar a vos? Tal vez sea efecto de la lluvia o de la primavera lejana. Seguro es eso. Sé que no intentarías preocuparme. Dondequiera que estés es el lugar adecuado.
En dos semanas los cerezos florecen. Quisiera verlos con vos, pero no tengo idea de cómo decírtelo. Nadie quiso ni supo darme una pista de cómo alcanzarte. Debés estar ocupado. Ya no andás en nada peligroso, sos un chico normal, o normal para tus estándares. Subiste de peso; si hubieras adoptado los hábitos alimenticios que traté de enseñarte no habría pasado. Ahora vas al gimnasio tres veces por semana y practicás kickboxing. Te divertís y es divertido verte tirar golpes sin la intención de lastimar al otro. Los días después de entrenar siempre te levantás con una sonrisa, desayunás -no tan sano como me gustaría- y salís a trabajar. No sé a qué te dedicás, nadie me lo dijo. Pero vivís bien.
Todo eso lo sé porque algo de mí quedó con vos. Cada tanto vuelve para contarme cómo estás. Hace mucho que no pasa. La última vez te hice una invitación. Lo recuerdo porque tenía que ver con la primavera. Todavía espero tu respuesta. Los días vienen y se van, pero no importa porque voy a esperar siempre, por siempre. Seguramente va a llegar. Tenemos tiempo, el invierno no terminó, no hay por qué apurarse. Mientras tanto voy a caminar solo, con tu recuerdo que no recuerdo. Lo único que me queda es imaginar que las gotas que pegan contra mi piel es tu mirada que no se aparta de mí, con todo su peso sobre mis hombros, como un abrazo. Hoy se siente frío y me obliga a detenerme.
Atrás quedó el camino de cerezos y más allá la Daphne solitaria entre rosas, camelias y narcisos. Se parece a vos: rodeada de flores pero sola, resalta entre todas durante los días grises. Sí, definitivamente sos así. Ya no recuerdo el color de tus ojos, ni el perfume o la textura de tu piel. El timbre de tu voz se escapó de mi memoria. Te quedaste atrás, muy lejos, pero la lluvia antes de la primavera te trae hacia mí. Aunque siempre llueve.
Primavera, primavera que todavía está por verse. El paraguas lo dejé al lado de la puerta. Me río de mí mismo. El primer paso; en cinco minutos llego.
-Notas finales-
Hola a quien lea esto.
Soy Mayu; también pueden decirme Lu.
Muchas gracias por leer este oneshot. Sé que es muy corto, pero es la primera vez que escribo algo de Banana Fish. Por alguna razón me da cosa tocar esta obra. Tal vez sea porque me gusta mucho cómo es y no quiero "arruinarla" XD
De todas formas, hace mucho que quería intentarlo y esta no fue la primera idea que tuve. Espero algún día sentarme a escribir la otra.
Como dije más arriba me inspiré en la canción Haru yo, koi de Yumi Matsutoya, pero lo que realmente me llevó a decidirme fue el cover hecho por Ayumi Hamasaki, mi cantante favorita.
Por alguna razón, apenas se estrenó el video hace semanas, pensé en Eiji soñando con el día en que volvería a ver a Ash o cómo se imagina que sería su vida... Así que fue una mezcla. No sabe lo que pasó con él, aunque de cierta forma lo presiente ;A;
Como tengo otros fanfics publicándose no había tenido tiempo de escribir esto antes. Por fin lo hice y estoy conforme.
Esto está pensado como un oneshot, así que no voy a seguirlo... aparte porque no tengo idea de cómo podría ser XD
Espero algún día escribir aunque sea un fanfic corto de Banana Fish :D
El dibujo de la portada también lo hice yo. Subo lo que hago (la mayoría fanarts de Saint Seiya XD) a Instagram, Facebook y Twitter. Por si quieren seguirme me encuentran como mayulu_
En fin, ojalá les haya gustado.
Cuídense.
