N/A: Situado en algún lugar después en el volumen 8 donde nuestro team principal esta "junto" de nuevo (advertencia de spoilers(? ya que su servidora está al corriente de la serie hasta el capítulo 9). Pd. Conformaré esto de dos partes, idk xd
Bueno, este capítulo esta dedicado a la personita que me hizo un pedido que llevó a la realización de este OS, espero te guste :3
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Es tranquilo. El silencio es cómodo, y combinado con el cansancio es simplemente reconfortante. Solo hay oscuridad rodeándola, pero no la asusta, está demasiado cansada como para importarle.—¡Vamos, Ruby!—escucha su nombre a la lejanía, distingue la voz enseguida. Es su hermana, Yang —¡No te puedes rendir! ¡¿Me escuchas?!—su voz ha temblado, Ruby no lo entiende, ¿su hermana esta llorando?
—¡Te juro que si te rindes no te perdonaré jamás, Ruby!—Weiss llora y siente escalofríos en su cuerpo, ¿qué está pasando?
—Por favor, Ruby, sigue luchando—la voz de Blake, siempre tan calmada ahora tiembla, ¿por qué están tan tristes?
—¡Tienes que tranquilizarte, Yang!—es la voz de Qrow, esta frustrado... y asustado, eso empieza a preocuparla y las paredes oscuras comienzan a rasgarse, dejando ver líneas de luz muy brillante. Debe despertar.
—¡Lo siento!—grita Jaune y Ruby puede jurar que está llorando—¡No puedo! ¡Gasté bastante de mi aura dentro!—ahora teme recordar, salir del cómodo manto de oscuridad y volver a la realidad, pero no tiene opción, debe luchar. Las grietas en la oscuridad se ensanchan más y la luz está comenzando a entrar. Debe despertar.
Al abrir sus ojos un dolor mortal se instala en su cabeza, su abdomen se siente tan tibio y no puede lograr sentir fuerza alguna en sus piernas o su cuerpo en general. Todo duele. Su visión comienza a aclararse y finalmente su mirada se cruza con la de su hermana.
—¡Oh Dios! ¡Ruby!—exclama la rubia con sus ojos lilaceos llenos de lágrimas, mientras su mano acaricia su cabeza, pero eso solo hace que el dolor esté lejos de apaciguarse—. Tranquila, resolveremos esto—asegura aun cuando la duda es clara en sus ojos. Es muy malo.
Intenta hablar, preguntar que sucede debido que aun se siente ajena a la situación. Pero las palabras no salen de sus labios, lo intenta y de pronto, esta luchando por respirar, siente como si un líquido se aferrara a sus pulmones, ahogándola, dejándola hiperventilando.
—Tenemos que llevarla a un hospital—es Winter quien ha hablado, y pronto entró a su campo de visión. Su rostro lucía mucho más demacrado y la chispa de la preocupación podía reflejarse en su mirada cuando la miraba a los ojos, aun si mantenía su temple de soldado. Dirigió sus ojos plateados hacia arriba, encontrándose con los ojos acuosos de Weiss, ni siquiera se había percatado de que su cabeza descansaba en el regazo de su pareja, todo por concentrarse en respirar.
—¡¿Quieres que te recuerde que su estúpido general aun mantiene la orden de arresto?!—Nora a gritado con furia, ha perdido todo su temple y Ruby puede escuchar como un sollozo es emitido por ella. Reconoce cuando Nora llora. Miró por el rabillo del ojo para mirar a la pelirroja, notando como Ren la abrazaba para tranquilizar su arrebato.
—¡Somos cazadores buscados! ¡Enemigos de Atlas! ¡¿No crees que será sencillo que nos reporten y un puñado de la gente de Ironwood nos arreste?!—Jaune se escuchaba molesto, tenía un buen punto, pero ni siquiera podía pensar en eso debido a que sus pensamientos la llevaban a cuestionar que tan mal está como para tener que ser llevada a un hospital—¡Ni siquiera le importara que logramos mantener a raya a Salem en Mantle! ¡Le disparó a Oscar! ¡Y lo de Penny--!—sus palabras se detienen y un silencio vino otra vez. Ruby cerró sus ojos unos instantes, solo para volver a abrirlos y volver a encontrarse con la mirada de su hermana, quien parece estar a punto de gritar por el estrés y la angustia al verla. Ironwood permitió que hackearan a Penny.
Siente esa extraña sensación húmeda de nuevo, distrayéndola del momento. Con todas las fuerzas que puede juntar, lleva su mano muy lentamente hacia su abdomen, descansándola por un segundo en el lugar. Después lo siente, sus guantes no están, así que una sustancia es percibida por su tacto, a lo que reúne suficiente fuerza una vez más para mirar sus dedos. Sangre.
—¡Entonces les romperé las malditas piernas a quién intente interponerse!—bramó Yang con decisión mientras se giraba a mirar a los demás —¡Necesita llegar a un hospital!—su hermana estaba alterada al ver como había mirado la sangre en su mano. Yang haría lo que fuera, la conocía, y eso le preocupaba. Lo último que necesitaban era que los detuvieran, habían avanzado por fin.
—Estamos en Vacuo, cualquier jurisdicción del general Ironwood no alcanza estos límites—dijo Winter con firmeza. Al menos alguien de todos ellos estaba siendo racional.
—¿No crees que debiste darnos esa información antes?—cuestionó Qrow con irritación, acercándose a su sobrina más joven, solo para ponerse de cuclillas a su lado—. Escucha, niño, tienes que resistir un poco más, ¿entiendes?—ella asiente lo mejor que puede, aun no recupera el aliento y está concentrada en no perderse en la oscuridad por más que la pesadez de su cuerpo se lo grita. Si cierra los ojos no despertará. Mira fijamente los ojos de su tío, y lo nota en su mirada, rojos atormentados por el miedo y la culpa. Pero no es su culpa. No tiene nada que ver con su semblanza, ella lo sabe, esta recordando como terminó de esa manera, ni siquiera estaban juntos cuando pasó. Salvó a su hermana, a Weiss y Blake en la emboscada. Acudieron a un llamado de ayuda, se separaron de JNOR, Qrow, Winter y Marrow, era el equipo RWBY contra una brecha de Grimm. Calcularon mal. Cinder estaba ahí, fue pan comido para ella con los poderes de la doncella del otoño e invierno en su dominio. Estaba por lastimar a Weiss. Se encargó de proteger a su pareja, quien había perdido de sus manos a Myrtenaster, recibiendo una herida en los brazos cuando maniobro a Crescent Rose y las dagas de hielo rozaron su piel. Atacó a Blake. Sin problema alguno había arrojado a su amiga contra los árboles, rompiendo su aura, lo que la llevó a activar su semblanza y bloquear el paso de la doncella, disparándole con su francotirador, mientras Weiss mantenía a raya a Grimm, pero los signos de agotamiento se notaban rápidamente. Yang fue la siguiente. Su hermana trató de cubrirlas, lanzándose contra Cinder, pero ésta se divertía con ella y con un solo movimiento de mano, la arrojó a donde Blake estaba. La apartó. Cinder la arrojó lejos, separándola del grupo solo para ser atrapada por unas enredaderas negras que emergieron del suelo. Weiss intentó ir por ella. Su pareja fue lanzada con facilidad, Blake se puso de pie nuevamente, sosteniendo a Gambol Shroud con toda la firmeza que podía, poniéndose frente a Yang que ayudaba a Weiss y pronto ambas se pusieron al lado de la fauno. A Cinder no le importa la vida de otros. Podría jurar que la miró de reojo, con una sonrisa maliciosa, y su corazón comenzó a latir desenfrenado. Pyrrha y Penny. Los recuerdos llegaron en fracción de segundos, conocía su intención y los pétalos de rosa comenzaron a danzar a su alrededor. Cinder lanzó una estocada con su espada a la dirección de ellas. Una oleada llameante fue lo único que vio y a lo demás no le prestó atención. Su semblanza la llevó a arrojarse hasta ellas, empujando a Blake y logrando una reacción en cadena que arrastró a Weiss y Yang en una sola línea en el proceso. Debido al impulso y su frenar tan abrupto para lograr el efecto obtenido, terminó expuesta, recibiendo el golpe que la arrojó contra los árboles. El dolor en el vientre era agonizante. Fue como si le hubieran proporcionado un corte con metal caliente, su aura débil ni siquiera pudo protegerla. Perdió el aliento. Gritó debido al dolor, sintiendo como la sangre comenzaba aparecer. Sus ojos comenzaron a emitir su poder. No tenía control sobre sus emociones, el agonizante dolor la estaba matando y cuando sus ojos llenos de lágrimas se abrieron ante las voces angustiadas del resto, el blanco arrasó con todo, eliminando al Grimm y haciendo retroceder a Cinder, quien no tuvo otra opción que retirarse. No podía respirar. Estaba intentando controlarse, pero el dolor estaba nublando todo su juicio, hasta que finalmente perdió el conocimiento.
—Ruby, ya casi estamos ahí—la voz suave de Blake logró sacarla de su letargo y miró a la fauno que estaba sentada detrás de su hermana que sostenía su mano manchada en sangre. Ni siquiera se dio cuenta cuando Yang le había tomado la mano. Y repentinamente comenzó a ahogarse de nuevo, buscando aire—¡Ruby!—gritó con angustia mientras ella luchaba por recomponerse, pero los puntos negros aparecieron en su visión. Si caía en la inconsciencia se arriesgaba a no despertar de nuevo. Intentó, pero al final sus ojos se cerraron en su lucha por respirar.
El silencio era un fiel amigo.
Sus ojos se abrieron con mucho esfuerzo y sus ojos captaron el cielo oscuro y estrellado. Una respiración jadeante y movimiento. Sus plateados cambiaron de dirección, descansando su mirada en Qrow. La llevaba en brazos y corriendo, mientras el sudor se aperlaba en su frente.
—Tío Qrow—logró hablar finalmente, aunque aun debía forzarse un poco.
—Te tengo, Ruby, resiste un poco más—respondió él con su voz agitada.
—No es su culpa...—susurró tan fuerte como pudo, esperando a que la escuchara. Estaba por caer en la oscuridad de nuevo. Sus ojos rojos y acuosos fueron de ella al camino frente a él, nada dispuesto a parar—. Ni de Blake... Ni Weiss... Ni Yang... Ni tú —sentía un nudo en su garganta, estaba asustada de que la oscuridad la tragara, pero ya no podía luchar contra ella, así que esperaría a que la atrapara mientras miraba el rostro de su tío.
—Por favor, Ruby, no me hagas esto—gruñó con la voz entrecortada, mientras sus manos la aferraban a él. Ella podía verlo en la mirada agonizante de su tío. Está viendo a su madre en ella. Sentía culpa, pero ya no puede más... Y la oscuridad volvió a ser su fiel compañera.
...
Yang se adentró a la sala de espera corriendo muy por delante de sus amigos, buscando desesperada a su tío, hasta que lo encontró sentado y con sus manos sosteniendo la capa de su hermana, que irónicamente no tenía casi rastros de sangre. O la sangre se ocultaba bien por el rojo carmesí de la capa.
—¡¿Dónde está?!—preguntó sin permitirse siquiera recuperar el aliento. No le importaba de hecho. Qrow levantó su mirada hacia ella y notó las bolsas negras bajo ellos y su corazón se encogió debido a la tristeza.
—Se la han llevado, no dirán más hasta que se encarguen —la mirada escarlata se deslizó hacia el grupo que finalmente la había alcanzado, respirando muy agitados. Seguramente Ruby se habría burlado, diciendo que hasta parecía que su hermana ahora tenía su semblanza. La rubia sintió la mano de Blake en su hombro, tratando de apoyarla —. La herida que tiene es muy profunda, hay riesgo de infección, y perdió bastante sangre, Yang—odiaba ese tono. Detestaba con toda su alma ese tono, lo conocía mejor que nadie. Ese es el tono de voz de su tío diciéndole que mamá murió.
—¡No me vengas con eso!—gritó sin poder evitarlo y estaba segura que sus ojos habían cambiado de color—¡No me vengas con esa mierda!—repitió mientras las lágrimas ardían en sus ojos. No iba a perder a su hermana. La rabia crecía junto a la culpa y el odio hacia si misma, cubrió con sus manos su rostro sintiendo como las lágrimas ya corrían por sus mejillas. Se supone que ella es quien la protegería siempre—. Por favor, no lo digas...—susurró mientras sentía unos brazos rodearla. Weiss y Blake. Dejó de ocultar su rostro y abrazó a ambas de vuelta. Ellas también se sentirían responsables. Sentía que la respiración le fallaba, no podía con tanto, perderla significaría perderlo todo, cada estación del año, cada sonrisa, cada risa, cada puchero, cada abrazo. Perderlo todo. Y rogaba, pedía que su hermana luchara, que no se rindiera y volviera a mostrarles esa sonrisa tan optimista y esperanzadora.
Quería borrar ese rojo carmesí de su mente, su hermana no debió salir lastimada... Y ahora agonizaba.
[...]