¡Hola queridos!
He empezado tarde con el mes Nejiten, pero es mejor tarde que nunca. Espero que les guste cada una de las cosas que traeré y que dejen sus reviews. No participaré en todos los días, pero si en la mayoría.
Día 1: Trabajo
The boss
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Los tacones sonaban al encontrarse con la acera de la parte céntrica de la ciudad. Caminaba con fuerza y decisión, un poco confundida al respeto. Rememoraba las palabras que diría a continuación. El edificio se alzó imponente en la acera contraria.
Tenten Natto cruzó la calle y atravesó las puertas giratorias. El aire acondicionado marcó la diferencia del clima que dominaba la ciudad. El aire refrescó su rostro un tanto acalorado. Un chongo recogía su cabello y unos mechones del cabello se agitaban rebeldes en su rostro.
Se dirigió al elevador, específicamente al piso tres para obtener respuesta de su situación. Había pasado ya una semana de esa prueba y aún no la llamaban. Se suponía que estaría a prueba una semana.
Tenten necesitaba un trabajo y cuando vio en línea que una compañía reconocida de bienes raíces, Konoha Enterprise, necesitaba un ayudante con experiencia contable, no lo pensó tanto. Consultó con Temari, quien su hermano había hecho sus prácticas en esa empresa, al respecto. Temari simplemente mencionó que era una gran empresa aunque su método de reclutamiento era bastante peculiar… Esa cuestión hizo retroceder a Tenten un par de días antes de la fecha para llevar sus papeles. Sin embargo el dinero del finiquito otorgado por su antiguo empleo, le indicó que no podía seguir esperando encontrar algo que ella realmente quisiera. Sus estudios en contabilidad y finanzas fueron algo que se vio forzada a seguir, aún cuando quiso abandonarlo varias veces. No contaba con el dinero necesario para costearse otra carrera y en esta tenía una beca completa.
Por lo cual una semana atrás, se presentó con una falda negra y una blusa morada de mangas tres cuartos. Lo más formal que su guardaropa le ofreció. Su cabello recogido en unos chongos deshechos. Había varias personas esperando en la recepción que estaba en el tercer piso. Las vio entrar de una en una, durante un largo tiempo. Tal vez la entrevista era complicada. Intentó pensar en sus respuestas a las posibles y básicas preguntas que podrían hacerle. Aunque, tal vez no habia preguntas, considerando lo que Temari le había dicho de reclutamiento peculiar.
Alzó su mirada del móvil captando una figura saliendo de una de las oficinas. Un hombre alto con un traje negro, su cabello largo descendiendo por su espalda. Unos peculiares y exóticos ojos aperlados recorrieron la estancia, deteniéndose⁸ unos segundos en su presencia. Habló con la secretaria que estaba en la recepción y su atención, al esperar mientras la chica tecleaba, se fijó nuevamente en Tenten. Se removió en su asiento, curiosa y con el pensamiento de que era atractivo.
El hombre tomó unos documentos y se alejó, no sin antes volver a mirarla. Tenten con las piernas cruzadas intento bajar su falda. Tal vez se había recorrido hasta arriba o algo en su apariencia estaba mal. Se levantó para pedir informes sobre el baño. Ingresó verificando su apariencia. No había nada mal con ella, entonces ¿Qué estaban analizando ese par de ojos malva? Aun se sentía nerviosa y un poco derrotada. Tenía bastante competencia, tal vez con mejor curriculum que sus dos años en una pequeña agencia de viajes. Suspiró profundamente mientras se acomodaba el flequillo. Tenía que mantener la actitud, tal vez esas chicas eran egresadas y no contaban con experiencia. O un golpe de suerte le daría el empleo.
Salió del tocador dirigiéndose nuevamente a su asiento en la recepción. Jugueteo con su móvil, mandando un mensaje a Temari que aún no habia pasado cuando una presencia frente suya la alertó. Se asustó levemente al tener a aquel hombre de unos momentos antes mirandola con detenimiento desde arriba. Se levantó con rapidez y observó que ella era la única que quedaba de todas las mujeres que deseaban el empleo.
―¿Lleva mucho esperando? ―Su voz profunda fue un sonido bastante agradable.
Tenten se llevó un mechón del cabello tras la oreja, guardó el móvil en su bolsa que llevaba y sujetó con fuerza el folder en sus manos.
―Un poco, realmente.
―Pase por aquí. ―Simplemente dio medio vuelta encaminándose a la puerta junto a la pared de vidrio que daba un panorama de la calle.
Tenten lo siguió caminando con firmeza y sintiendo los nervios colándose en su interior. Hace mucho que no iba a entrevistas y temía decir algo incorrecto. De igual forma esa peculiaridad que rondaba el empleo.
El hombre tomó asiento en una silla tras el escritorio y centró su completa atención en ella. Evaluando cada movimiento y gesto.
―Aquí esta ―Intentó ofrecer su curriculum.
Él simplemente negó con un movimiento de manos.
―Háblame de ti.
Tenten frunció el ceño. Era algo de esperar al solicitar un empleo y hasta consideró que era bastante básico. Sin embargo parloteo unos momentos, diciendo sus datos generales, sus estudios, experiencia y planes a futuro.
Mientras tanto estudió la oficina. Un letrero en la parte delantera del escritorio decía que se llamaba Neji Hyūga. Su traje de etiqueta y su reloj rolex indicaban su posición en la empresa. Jugueteó con su carpeta. Realmente su mirada era algo dominante y la hacía perder el hilo unos segundos. Él la miraba con gran intensidad, como si estuviera evaluando hasta su respiración. Tenten cruzó las piernas, acción que llamó la atención del hombre enfrente suyo y se quedó en silencio al terminar su corto currículum.
Neji rebuscó en un cajón y le enseñó dos pedazos de tela. Uno negro carbón y otro azul oscuro.
―¿Cuál prefieres?
Desconcertada Tenten vio las telas unos segundos. Eran afelpadas y parecían dos trozos de alfombra. Tal vez estaban dispuestos a cambiar la alfombra caoba del suelo.
―Uhm, la azul.
Neji observó un instante la tela y volvió a guardarlas. Ciertamente Tenten eligió esa por que era del mismo tono que el traje que ahora el tenía y le quedaba bastante bien.
―¿Soltera o casada? ―El Hyūga rebuscó entre sus papeles.
Algunas empresas solían recolectar esta información por disposición y entrega que podrías brindarle al empleo.
―Soltera. ―Soltó sin más.
―¿Algún pasatiempo? ―Tenten consideró unos momentos sobre esa pregunta.
―Leer, dibujar, jardinería ― Sonrió pensando en las plantas que estaban en el balcón de su departamento.
Él siguió haciendo preguntas sencillas y básicas. Algo que de forma normal se esperaría. Tenten respondió lo más rápido y sencillo que pudo. Sintiendo la incertidumbre de que pasaría a continuación. Neji simplemente escribió algo en una hoja enfrente suyo y la miró con intensidad unos segundos. La corbata gris iba bastante a juego con su traje y uno de los mechones de su cabello acariciaban su mejilla izquierda. En toda la entrevista, aunque se mantuvo segura, la presencia del hombre le inquietaba. Era dominante, fuerte y masculina. Pero tal vez esto fuera porque era su jefe a fin de cuentas. Aunque una parte de ella le susurraba que era bastante atractivo y la conjunción con su voz, porte y sus gestos corporales demandaban mucho su atención. Como el jugueteo de sus dedos con el bolígrafo en sus manos, inclinarse hacia adelante para prestar atención o sus manos al realizar una pregunta.
Un silencio inundó la oficina mientras Neji observaba un papel con total interés y escribía algo mientras consultaba una agenda. Tenten se quedó callada esperando alguna resolución. Doblaba la carpeta en sus manos y escondía el mechón de cabello en sus orejas.
―Mañana a las nueve, en esta dirección. ―Le pasó un pequeño papel.
Tenten sintió la emoción unos segundos en su abdomen. Se tranquilizó y tomó el papel. Tenía que calmarse, aun no tenía el trabajo. Tal vez mañana probarían sus habilidades.
Por lo cual sonrió abiertamente, se levantó y se despidió mientras indicaba que lo vería puntualmente en el sitio acordado. Una vez fuera respiró profundamente. Había salido bien.
Y todo indicaba que las cosas marcharían normalmente. O eso pensaba.
Y se equivocó.
El primer día resultó tan sencillo que adquirió una confianza que no pensó tener. La había citado en una tienda donde tenían todos los artículos, productos y pinturas para remodelación. Tenten ciertamente disfrutaba lo referente a diseño de interiores. Por lo cual cuando Neji le consultó varias cosas, colores de pintura para el interior, exterior, para diferentes estancias, que muebles iban a juego, artículos y de más, ella respondió sin titubear. En ese momento la satisfacción de su buen trabajo fue visible en el Hyūga. Él mismo tenía un buen gusto y no la necesitaba para esa tarea, solo la estaba poniendo a prueba. Una prueba sencilla. Aunque al término del día ella confusa se preguntó por tal peculiaridad por la cual Temari hablaba. Tal vez se refería a que su prueba era muy de campo, algo con lo cual no tenía problema.
Al día siguiente, cuando se detuvo fuera del sitio acordado lo dudó unos segundos. Ma come co, un restaurante italiano. Lo cual era tan curioso y extraño. Por varias raciones. Primeramente ¿Qué tipo de prueba harían en ese sitio? Entró sin titubear mucho y lo visualizó en una mesa en el rincón de madera fina y un enorme ventanal que daba a un patio interior. Neji se levantó al verla y la ayudo a sentarse. Se veía deslumbrante, como siempre. Un traje negro hecho a la medida y sus ojos malva brillando más de lo normal. La segunda cuestión que se le hizo curiosa es que un día antes, saliendo de aquella tienda para decoración de interiores, Neji hizo un comentario sobre un restaurante italiano bastante conocido en la ciudad y que pensaba invertir en él, ya que era de un conocido suyo.
― ¿Comida italiana? Nunca la he probado. ―Fue lo único que ella atinó a responder en esa ocasión.
Adicional mencionó que su comida favorita era la mexicana. Y la comida rápida. No solía comer cosas sofisticadas. La comida italiana le parecía pretenciosa. Neji simplemente levantó una de sus oscuras cejas y la miró unos momentos. Al separarse simplemente le pidió su número. Para brindarle la dirección donde la vería mañana.
A las nueve en punto de la noche un mensaje saltó en su teléfono. Simplemente una dirección. Comenzaba a comprender que no gastaba palabras, decía lo que tenía que decir.
Tenten Natto había optado con una falda azul pavo y una blusa roja a juego. Cuando se sentó en aquella silla enfrente suyo, se removió un poco al sentir la mirada penetrante de Neji sin descanso. Con esa expresión tan neutra y sin transmitir nada, pero pareciera que quisiera atravesarla. Tal vez debía haber usado algo mas formal, pero él no le indicó que irían a ese sitio. Por lo cual había optado por algo mas laboral.
―De haber sabido que vendríamos a un sitio como este, hubiera usado algo más sofisticado.
Vio los labios masculinos susurrar algo, aunque no alcanzó a escuchar con claridad.
― ¿Qué dijiste?
―El rojo te sienta bien. -Soltó luego de unos momentos que pareció que pensaba en su respuesta.
Tenten sintió un ligero cosquilleo en el estómago. Desvió la mirada unos segundos y jugueteo con su cabello. Abrió los labios para decir algo al respecto de su apariencia, sin embargo, mesero se acercó ofreciendo un vino tinto del 82, y el menú para elegir alguno de los platillos. Tenten veía los nombres en la carta, aunque no sabía que elegir. Y más aún los precios le impactaron un poco. No entendía el propósito de su presencia en ese lugar. Alzó la mirada observando al hombre con ojos malva llevarse el vino a los labios y dar un ligero trago sin apartar los ojos de ella.
― ¿Debo pedir algo? ―Soltó aquella pregunta, aunque no esa quería formular.
El asintió, tal pareciera que él sabía que pedir. Era bastante evidente que este era el restaurante del cual le hablaba ayer.
―Sabes más al respecto que yo en este ámbito, así que elige por mi algo que pienses que podría gustarme. ―Tenten sonrió ligeramente mientras se acomodaba el ligero escote que tenía.
Observó a Neji tragar profundamente y levantó la mano, llamando al mesero. Pidió un par de cosas.
― ¿Qué opinas de este lugar? ―Neji habló sin más.
―Es bastante prometedor,― observó la gente que degustaba en las otras mesas. -Bastante popular. Es una gran inversión al parecer.
―Pero tú no vienes a este tipo de sitios― Tente negó inmediatamente. ― ¿Y a cuáles sueles ir?
Tenten lo pensó unos momentos. No era una persona que saliera mucho. Tomó un trago del vino enfrente suyo y sintió el alcohol bajando por su garganta.
―No suelo salir demasiado. Me gusta ir a restaurantes nuevos, no como este claro, para probar cosas nuevas. Aunque… ―Se cayó unos momentos. ―Prefiero el aire libre y la naturaleza. Tengo como pasatiempo la fotografía, entonces suelo buscar los mejores sitios para eso.
Siguió hablando sobre los espacios, la iluminación y como solía tomar modelos casuales en los parques para practicar sus técnicas de fotografía. Pensó en parar, estaba saliéndose del tema. Pero la mirada llena de interés y curiosidad del Hyūga la motivó. La comida llegó y el ambiente entre ellos se formó tan cálido que la comida fue tan agradable.
Neji abrió la boca lista para decir algo, luego de un par de momentos en silencio cuando una voz y presencia los interrumpió. Un hombre grande, corpulento y con una sonrisa amable.
― ¡Neji! Es un placer verte por aquí, ¿has venido para hablar sobre nuestra sociedad, cierto? ― El hombre tenía el cabello rojizo.
El mencionado apareció un tanto sorprendido e incómodo de repente. Al final terminó asintiendo. Era el propietario de dicho restaurante. Chouji Akimichi se sentó junto a ellos en la mesa y la plática un tanto privada se convirtió en algo más animado y a futuros planes en su sociedad. Le pedían una opinión a Tenten de vez en cuando sobre números y la apariencia de lugar, además de la comida. Ella aclamó el platillo sin dudar, había sido deliciosa.
Dos sentimientos inundaron su interior en ese momento. La claridad ante su presencia y que habían ido a hacer ahí se presentó. Lo segundo fue algo parecido a la añoranza de algo perdido.
Salieron del lugar una hora más tarde y se despidieron, prometiendo encontrarse nuevamente.
El tercer día, en la tarde, se vio rodeada de varias personas en un yate en medio del mar. Se movía sintiendo el aire acariciar sus brazos descubiertos. Aún recordaba el mensaje de ese día, en la mañana.
"Hoy a las seis, en el muelle"
Unos minutos después llegó otro mensaje.
"Lleva un vestido"
Por lo cual había optado por un vestido rojo carmesí, recordando qué el mismo había indicado que le sentaba bien. Tenía unas pequeñas mangas, que descendían creando un escote en v, moldeada su figura en la cintura y en la cadera bajaba en una v inversa, llegando un poco debajo de las rodillas. Neji había mencionado algo como eso, significaba que irían a algún sitio importante. Pero no sabía que tan formal debería ser, por lo cual decidió ir a la mitad. Ni muy elegante ni tan formal.
Tenten lo encontró en el muelle, junto a un puente que permitía el acceso al barco. Su porte firme, dominante y masculino le brindaba un aire bastante seductor. Tenten sonrió coquetamente al ver que él mismo tenía una corbata roja, que iba a juego con su vestido. Pareciera que de alguna forma se habían coordinado. Aunque ese no era el caso, ella fue a ese lugar por cuestión laboral. No sabía respecto a qué. Desde ayer las pruebas peculiares eran tan evidentes. El hecho de estar a prueba en un trabajo, de forma normal, evaluaban tus capacidades para el empleo. Ella al ser contadora y analista esperaba que le dieran papeles que analizar y proporcionar números. Sin embargo, hasta ahora la habían llevado a trabajos de campo donde parecía buscar relaciones públicas, algo en lo cual ella no tenía tanta experiencia. Llevó un par de cursos libres al respecto en la universidad. Fuera de eso nada. Tal vez al ser una empresa de bienes raíces buscaban capacitarla en diferentes aspectos o probar su desenvolvimiento en situaciones fuera de lo normal.
Neji dio la vuelta al sentir alguien acercarse. Sus ojos la atraparon y susurraron su interior cuando los orbes malva recorrieron su figura desde los tacones negros, hasta su cabello recogido en una cola de lado.
―Lamento la demora. ― Soltó al tenerlo enfrente.
El simplemente le ofreció el brazo y subieron al barco. La gente con copas de vino en manos, reían, charlaban y susurraban. Los ojos castaños recorrían la gente, intentando descifrar su papel en todo esto. Tomó una copa que le ofrecieron a la par que el Hyūga. Fueron avanzando entre la gente, acercándose al sitio donde no había tanta gente. Tenten vio el agua formando ondas al avanzar el barco. El sonido ligero de la música.
―Hemos venido combinado, vaya sincronización. ― Los ojos castaños recorrieron una vez más la figura masculina enfrente suya.
Se acercó por impulso a él y acomodó su corbata, apretando adecuadamente el nudo. Sus ojos subieron buscando los malvas al estar a esa corta distancia y entender que tal acción podría ser inapropiada. Tragó saliva al sentir la intensidad de aquellas dos lunas encima suya, aplastándola y generando un calor en sus mejillas.
Abrió la boca en un intento de disculparse cuando una voz irrumpió. Dos hombres corpulentos lo saludaron con propiedad y estrecharon sus manos. Los reconoció enseguida. Inversionistas. Comprendió en ese punto que habían ido a ese sitio a conseguir inversionistas para la empresa, accionistas o realizar la compra de algún terreno adecuado para seguir expandiendo el alcance de Konoha Enterprise. Escuchó un par de números por aquí y por allá sobre unos terrenos a las afuera de la ciudad y la venta de un viñedo en un pueblo cercano. Posterior a esto se excusó para ir al baño. Refrescó un poco su cuello al sentirse aún acalorada y nerviosa por ese acercamiento ¿y si aquello tiraba todo su trabajo a la basura? Neji no parecía alguien que se prestara a ese tipo de cosas. Una vez fuera se acercó a la mesa de aperitivos y comió un poco en un intento de calmar su agitado estómago.
Una mano en su brazo la hizo girar, encontrando un par de ojos perla encima suyo. Se disculpó con una sonrisa. Avanzaron nuevamente por el mar de gente. Aunque Tenten no fue consciente de eso, ni de la música que dejó de sonar ni mucho menos de un hombre gritando. Sus pensamientos se perdieron al sentir la mano masculina tocando la parte baja de su espalda. Una corriente de electricidad sacudió su cuerpo y no la abandonó, sus brazos se estremecieron. Aquel ligero, inocente y torpe toque en su espalda atravesó la tela y erizó la piel de su espalda. Muchas sensaciones despertaron en su interior y no pudo sostenerle la mirada nuevamente en toda la noche.
El cuarto día fue el más extraño de todos, por mucho. Tuvo que revisar nuevamente la dirección en tres ocasiones. Empujó la puerta del sitio y mandó un mensaje para saber si no de había equivocado. Neji le indicó que la esperaba en el segundo cuarto. Al abrir la puerta lo vio, corriendo en la caminadora.
Un gimnasio, por eso le había dicho que llevara ropa cómoda. Una de sus cejas temblaba ante tan situación tan extraña. Se subió a la caminadora de un lado de él y comenzó a trotar ligeramente. No tenía problema con las actividades físicas, tenía una buena condición, solía salir a correr con Temari o sola por las tardes. Pero evaluar su condición física en una empresa de bienes raíces, era tan extraño que pensaba que en cualquier momento le dirían que era una broma. Titubeó varios momentos antes de siquiera subirse a la caminadora, pero con una mirada entendió que era lo que Neji esperaba.
Vio de reojo al Hyūga corriendo a un buen ritmo y con el sudor bajando de su frente. Era la primera vez que lo veía sin un traje y no estaba para nada defraudada. Un pantalón negro y una playera sin mangas gris oscuro. En su frente una banda negra. Su móvil descansaba en la repisa de la caminadora y atinó a suponer que se quitó los audífonos a su llegada. Reprimió una sonrisa al pensar que a pesar de estar tan casual y desalineado, se veía arrolladoramente bien. Pronto alcanzó su paso y controló su aliento para no agitarse de más.
Una camiseta rosada y unos pans grises es lo que había elegido para el vestuario: cómodo que el había indicado. Su cabello trenzado.
― ¿Haces ejercicio? ― Indicó Neji luego de unos quince minutos corriendo en silencio y escuchando simplemente el sonido de las maquinas a su alrededor.
―Suelo correr en las tardes un par de kilómetros.
Neji la observó unos momentos y regresó la mirada a su móvil. Tal vez comprobando sus pendientes. Era una persona bastante ocupada, a fin de cuentas. Socio mayoritario y fundador de Konoha Enterprise y su agenda debía e estar apretadísima. Por lo cual le sorprendía que el se dedicará específicamente a ponerla a prueba en todas estas situaciones. No lo veía todo el día. Simplemente espera indicaciones para encontrarlo, hacer lo que tengan que hacer y despedirse con la promesa de verse mañana. Por lo cual Tenten solía ser puntual en tiempo y forma con sus indicaciones para no comprometer su decisión sobre integrarse o no a la empresa. Tal vez era de las personas que les gustaba hacer las cosas por si mismo para asegurar la efectividad de sus empleos y ver que le siguieran el paso a su forma de trabajar. Lo cual tenía todo el sentido. Un equipo de trabajo en la misma sintonía era lo que necesitaba toda empresa.
―¿Muy ocupado? ― Intentó aligerar el ambiente.
Los ojos malva se despegaron de la pantalla y la observó.
―Agenda apretada. Por eso te he citado aquí. ― Pareció arrepentido de esas últimas palabras, aunque no comprendió el porqué.
Tenten abrió la boca cuando un grito victorioso resonó en toda la habitación. Observó a un hombre con ropa verde colocarse en la caminadora que estaba del otro lado de Neji.
― ¡Que placer encontrarte tan temprano, Neji, explotando tu llama de la juventud!-Soltó una carcajada y encendió la maquina a una velocidad media.
Neji frunció los labios y cerró los ojos en un gesto fastidiado. Tenten descubrió ese gesto por primera vez en el rostro masculino y le gustó a pesar de lo que significaba. El hombre de traje verde parloteó sin parar. Tal parece que era de recursos humanos y era uno de los socios de la empresa. Aunque sus grandes ojos reconocieron la mirada curiosa y confusa de Tenten.
―Soy Rock Lee, y tú eres…―El entendimiento cubrió su rostro de golpe, desvió la vista de la fémina y observó a Neji, que corría con los ojos cerrados. ― Ella es… ¿no?
Neji lo fulminó con la mirada y Rock Lee solamente alcanzó a soltar una sonora carcajada. La curiosa dinámica entre ellos siguió en toda aquella mañana hasta que los compromisos de ambos hombres los hicieron despedirse.
Tenten realmente no entendía nada.
El último día Tenten llegó corriendo a la estación de trenes. Neji le había escrito en la noche que viajarían al viñedo que estaba en venta, en el condado vecino. Viajarían un par de horas en tren y regresarían ese mismo día. Solo buscarían cerrar el trato con los números indicados.
Apoyó las manos intentando recuperar el aliento y al levantarse lo vio llegando. Una camisa blancq arremangada en los codos y un pantalón oscuro. Tan propio de él mismo. Ella misma decidió usar algo casual considerando a donde iban. Unos jeans, camisa blanca y un saco rojo encima. Su cabello suelto cayendo por sus hombros. Subieron al tren y tomaron sus asientos. Tenten se sentó junto a la ventana. Vio los árboles pasar a su lado y la naturaleza abriéndose a su paso. Sonreía emocionada de tal espectáculo que la madre tierra le brindaba.
― Te gusta mucho, ¿no? ― Una voz resonó en su oreja.
El aliento masculino encima suyo la hizo brincar y pese a que su interior estaba inquieto se volteo encontrándolo cerca y atento a ella, con esa mirada profunda.
―Si, demasiado. ―Aunque no sabía si se refería al paisaje, sus ojos o a él mismo.
Sonrojada bajó la mirada y rebuscó en su móvil. Entró a su galería y le acercó el móvil y su mismo cuerpo se posicionó cerca de Neji, sin notarlo.
―Aunque he solicitado en contabilidad, realmente mi pasión es la ilustración. ― Apretó los labios mientras iba pasando las imágenes para que el fuera viendo sus trabajo.
Dibujos, bocetos, logotipos, fotografías o mismas pinturas. Cosas que solo Temari había visto y aseguraba tenía talento. Pero sin una carrera que acredite como tal eso, tenía que conformarse con los números y su poca experiencia.
―Eres artista. ―No fue una pregunta, sino una declaración de hechos.
―Nada de eso, solo se me da la ilustración. ― Había comprado una plumilla y una tablet para realizar sus dibujos. – Oh, aunque los números igual me gustan, soy bastante buena en ellos. – Aclaró, no quería que sus palabras se entendieran como que no quería el empleo.
Tenten habló un poco de sí misma e interrogó al que posiblemente sería su jefe. Ese día particularmente se veía abierto a responder sus preguntas. Era unos años mayor que ella y había empezado siendo un agente inmobiliario hasta que fundó su propia empresa, junto con otras dos personas. Sus voces y la risa de Tenten fue un gran acompañante para el viaje que pareció realmente más corto de lo que era.
Bajaron del tren y recorrieron la distancia hasta visualizar los grandes terrenos de los viñedos. Varias personas buscaban adquirir la propiedad, por lo cual las negociaciones con el dueño, fue bastante complicada. Se lanzaron varias ofertas. Neji con la facilidad de habla endulzó sus palabras, dejando ver una oportunidad que ninguno de los otros compradores le ofrecía.
Tenten utilizó su móvil para sacar las mejores fotos que su cámara le permitía. El recorrido en el sitio fue enriquecedor y el trato que el mismo Neji ofrecía al dueño era bastante jugoso. Cifras fueron mencionadas y ofertas. Todo acabó cuando el dueño, Azuma, indicó que en unos días comunicaría su decisión.
El sol ocultándose entre los cultivos fue una excelente luz que Tenten aprovechó. Fotografió a una mariposa volando entre los rosales y el sol filtrándose entre las piedras de un arco era bastante tentador. Una mano en su zona baja de su cadera la alertó y vio al Hyūga enfrente suyo. Era hora de irse, pero esos toques la descolocaban con completo.
Arribaron nuevamente en el tren, mientras el sol se puso entre las montañas. Había disfrutado bastante el viaje de negocios y aunque fue cansado por el transporte, el recorrido prolongado y deducir algunos números, se la había pasado bastante bien.
De repente se sobresaltó al sentir la mano masculina sobre la suya. Volteó el rostro y sintió una corriente electrizante recorrer todo su cuerpo al ver a Neji tomar sus dedos.
―¿Tienes tatuajes? ― Que observador era.
Tenten tenía un pequeño y minúsculo tatuaje en su dedo anular de la mano izquierda. Una pata de gato. Era tan pequeña que cuando le hacían preguntas en sus antiguos trabajos solía olvidarlo.
― Oh sí. ― Intentó ordenar las ideas en su cabeza, pero la calidez de su mano sobre la suya y como jugueteaba con sus dedos estaba haciendo estragos en su interior.
Sintió la piel suave sobre su mano y levantó la mirada encontrando la malva destellando. Tenten huyó de esa mirada penetrante.
―Solo ese, es algo sin importancia. Hace un par de años perdí un gato que me acompañó en toda mi … ―Cayó de repente al sentir el dedo acariciar la palma de su mano.
Había sido un accidente, fue algo tan ligero que parecía no haber pasado. Pero su interior gritaba desesperado.
Regresó su mirada a encontrar aquella exótica y la sostuvo. Neji seguía sosteniendo su mano y Tenten sentía su pecho siendo arrugado por ese gesto tan sencillo. Era algo tan común y sin ninguna implicación, algo bastante mundano. Entonces ¿Por qué pensaba que iba a derretirse en cualquier momento?
Neji le soltó la mano y tecleó algo en su móvil. No debía malentender nada. Había trabajos que no permitían tatuajes y era válida su pregunta. Sin embargo, el Hyūga había perdurado en su agarre. No, estaba exagerando las cosas.
Su cabeza hecha un desastre no le dio tregua.
Aunque todo se fue al demonio en el sexto día. Mientras revisaba el portal de empleos, le apareció nuevamente el anuncio de la auxiliar contable en Konoha Enterprise. Sin embargo, abajo decía una simple frase.
"Puesto ocupado"
Saltó de su asiento en ese momento y se vistió como pudo para dirigirse a la empresa. No le habían informado nada al respecto.
Por lo cual justo ahora, salía del elevador, encontrando a la recepcionista de aquella vez. Preguntó por Neji Hyūga, pero le informaron estaba en una reunión. Apretó sus labios y tomó asiento dispuesta a esperar. Un rato transcurrió cuando vio a aquel hombre, Rock Lee, salir de su oficina y hablar con la recepcionista. Saltó de su asiento e interceptó al hombre antes que de fuera por el elevador.
―Hola, disculpe.
― Oh, Tenten. ― Los ojos negros y redondos brillaron en sentido de reconocimiento.
― Disculpe que lo interrumpa. Solamente tenía una duda en cuando al trabajo de auxiliar contable.
Lee sujetó unas carpetas en su mano y sonrió con inocencia.
―Oh, ¿Qué sucede con eso?
― Quisiera saber la disponibilidad. ― Soltó esperando algo como que era suyo el empleo.
― Hemos contratado a alguien hace unos días. Hubo varías aspirantes.
Tenten Natto quedó de piedra ante esa respuesta. La duda, frustración y confusión se alzaron imponentes. ¿Cómo, cuando, donde? ¿Por qué? Se suponía que ella estaba aprueba y estaban evaluándola. ¿Acaso había hecho algo mal? Si ese fuera el caso, hace días le hubieran dicho esto. Entonces ¿Qué había sucedido?
― Espera, no entiendo. Hace días vine a solicitar el empleo y me dijeron que habría unas pruebas peculiares y toda esta semana he estado a prueba. Pero realmente hace días ya tenían a alguien.
Lee la miró con total confusión.
― ¿Tú estabas a prueba? ¿Quién te ha dicho eso? No te he visto en las entrevistas.
― ¡Neji! ¡He estado yendo a estos lugares con él, porque estaba a prueba para este empleo!
Un silencio invadió la atmosfera entre ellos. Involuntariamente una risa escapó de los labios de Rock Lee, quien casi tiraba los papeles que lleva cargando.
― Neji es demasiado correcto y ético para darle el trabajo a alguien por estar saliendo con ella.
Otro silencio incómodo entre ellos y Tenten con el rostro estupefacto.
― ¿Quién está saliendo con Neji?
Rock Lee abrió la boca y la cerró nuevamente. Confuso se rascó la cabeza.
―Tú, por supuesto.
―No, no estoy saliendo con él. ―Tenten tenía la mente en blanco y el enojo se había esfumado. ¿Cómo había llegado a esa conclusión?
Otra nueva carcajada llenó el pasillo en el cual estaban hablando. Lee apretó el botón del elevador. Volteó a ver a una Tenten consternada.
― Sabía que esto sucedería. ― El sonido del elevador llegando los alertó. Rock Lee entró y giró en su lugar, dándole la cara a la castaña. ― Deberías hablar con él.
La puerta se cerró y Tenten se quedó unos minutos de pie, mirando la puerta de metal y los números avanzar indicando el piso a donde llegaba.
¿Ella saliendo con Neji? ¡Por Dios! ¿Cómo habían llegado a tal conclusión tan retorcida? Jamás, nunca, hubo alguna insinuación de… apretó los labios. Él siempre había sido respetuoso con ella, jamás le había faltado al respeto o había intentado algo más. Sin embargo, aquella comida en el restaurante italiano levantó cierta espina…posiblemente había algo más ahí. Aunque la llegada de Choūji indicaba que lo había estado esperando. O esa noche en el barco cuando le acomodó la corbata. Ella había sido la que invadió su espacio personal, pero en los ojos perla resplandecía algo más fuerte y profundo que hubiera brotado si no fuera por aquellos inversionistas. Ellos habían ido ahí para eso ¿no? Lee era el que estaba malentendiendo el asunto.
El elevador sonó nuevamente y Tenten regresó a la realidad para contemplar a las personas bajar de la caja de metal. Al fondo una persona tecleaba en su móvil. Tenten lo vio alzar el rostro y sus miradas se cruzaron. Tenten escuchó su corazón retumbar con fuerza. No debía hacerse ideas. Aunque la mirada malva se mostró confusa y brillante al mismo tiempo.
― ¿Puedo hablar con usted, un momento? ― Levantó las cejas ante ese usted y lo supo al instante.
Neji asintió y un poco de incertidumbre y pesar lo invadió. Se dirigieron a su oficina. Le indicó a la secretaria que no lo interrumpieran.
Sin titubear tomó asiento en su silla, tras el escritorio y acomodó los papeles que tenía en las manos. Tenten tomó asiento removiéndose incómoda en su asiento.
― ¿Qué necesitas? ― Ella se quedó en silencio y Neji se levantó hasta un archivero que estaba en sus espaldas, buscando entre los cajones.
― Es sobre el empleo que solicité hace un mes-Dejo salir mientras pensaba en que se sentía confusa, enojada e indignada. Había estado jugando de alguna forma con ella ¿no? O que clase de situación era esta.
Se levantó y caminó acercándose a donde el hombre le daba la espalda. Dispuesta a mostrar su indignación sobre su poca seriedad con lo del trabajo. Eso era lo que le importaba, a fin de cuentas. De verdad se había esforzado en las pruebas. Buscando lo correcto para decir, encajar y no cometer ningún error. Necesitaba el trabajo y a Neji parecía darle igual. Por lo cual iba a reclamar y demostrar toda su indignación.
― Neji… ¿estamos saliendo? ― Las palabras incorrectas salieron de su boca.
Apretó los labios, lo más importante era saber a qué estaba jugando, no la relación que tenían o no tenían. Esperó unos segundos y no obtuvo respuesta. Por lo cual se acercó y lo encaró con el enojo aun alzándose como lengüetazos en su interior. Los movimientos del Hyūga se detuvieron y Tenten pudo apreciar su rostro.
Su enojo se esfumó de pronto, como si no hubiera existido. Su rostro se relajó y un golpe fuerte, certero sacudió su pecho. Vio el rostro masculino levemente sonrojado y sus ojos inquietos huyendo de los castaños. La ternura invadió su interior. Quién fuera a pensar que el correcto, serio, reservado y imperturbable Neji Hyūga podría ponerse nervioso.
Esperó una respuesta y él, un poco más calmado, se apoyó en el escritorio, encarando a la mujer enfrente suyo.
―Tal vez debí ser más claro al respecto. ― Tragó saliva y buscó la mirada castaña. ― Cuando me acerqué a ti no sabía que habías venido por el empleo de auxiliar contable. Me enteré ayer que lo mencionaste en el tren.
Tenten regresó a su viaje anterior y se sonrojó a comprender que ese toque de manos no había sido por nada laboral. Y ese golpeteo en su pecho le confirmó que ella misma se sentía fuertemente atraída hacía él y que comprendía que ese torpe jugueteo de manos fue Neji, sin poder controlarse para tocarla.
Recordó ese toqueteo en su espalda baja en el barco y como eso significaba ahora mucho más. La comida en el restaurante ¿era una cita? Apretó los labios intentando reprimir una sonrisa. Neji era bastante sutil, pero atento. Ella misma le dijo que no había probado esa comida y el organizó esa comida por ella. La intensidad de la mirada malva cobró otro significado y se agitó su pecho.
― No podía darte el empleo, aunque hubiera podido. No cuando había tantas aspirantes…hubiera sido algo personal. ― Desvió la mirada.
Tenten se sonrojó nuevamente al recordar el primer día que se habían visto y como el Hyūga no le había quitado la vista de encima. Ahora comprendía que no fue por cuestión de que habría algo malo con su apariencia. Sino todo lo contrario, ese día había algo verdaderamente bien con ella.
― Sin embargo, no te gusta la contabilidad. ― Tenten recordó sus palabras en el tren. ― por lo cual tengo otro puesto para ti. Algo más acorde a lo que tú aspiras.
La fémina lo vio confundida al respecto. No había más empleos ofertados en la empresa. Y si los hubiera, no encajarían.
― El encargado de la imagen de la empresa ha dejado el puesto por que abrirá su propio negocio. El puesto es tuyo, si lo quieres. ― Habló tan seriamente que parecía que su rostro sonrojado momentos antes no existió.
Tenten, enfrente de Neji quien se apoyaba en su escritorio lo observó con detenimiento intentando entender esas palabras.
―Yo no sé nada de eso.
― Por supuesto que sí. Queremos rediseñar la imagen de la empresa. Necesitamos un logo, catálogos, la imagen de la revista de la empresa. Todo eso, tú puedes hacerlo.
Esperó para que Neji indicara que era una especie de broma, sin embargo, él no era ese tipo de hombres. No jugaba con ese tipo de cosas y sus intenciones eran puras. Además de tener una personalidad fría, aunque su sola presencia parecía ponerlo nervioso. Dio un paso hacía el y sujetó su corbata, jalándola y ella misma acercándose aún más.
― ¿No sería un problema que estuviera saliendo con el jefe? – Una mirada coqueta salió de su rostro.
Neji abrió los ojos, conmocionado un momento. Era evidente que daba por perdido todo ese asunto de que "salían" y no se esperaba para nada tenerla tan cerca. Ya que el mismo desde el inicio no había sido lo suficientemente claro al respecto. Se acercó aún más, pegando su boca a su oreja.
― Debo ser bastante afortunada ¿cierto? ― Lo sintió estremecer bajo ella.
Neji regresando un poco de su estado en parálisis total y sujetó la cintura femenina, acercándola hasta que sus cuerpos chocaron, desatando un choque electrizante en ambos. Moldeándose el uno con el otro. Tenten tocó el rostro de Neji, quien simplemente hundió más los dedos en la cintura de la mujer. La tensión elevándose con ímpetu, la conexión visual sin romperse y generando estática. Sus alientos chocando entre ellos y la ansiedad por tocarse iba en incremento. Tenten sonrió con un deje coqueto y sin poder contener aquello que deseaba desde el primer momento que la tuvo en su oficina, Neji se inclinó ligeramente y poseyó aquellos labios carnosos.
Sus pechos latiendo a la par y su músculo cardíaco a punto de salirse en su lugar. Neji deleitándose con ese sabor embriagante que destilaba la Natto. Tan cálida, dulce y hechizante. El mejor elixir que hubiera probado, algo adictivo. Su cuerpo mismo pidiendo y respirando para ella, porque su sola presencia lo significaba todo.
Unos segundos pasaron cuando Tenten se separó lo suficiente para coger aire, aunque los labios masculinos volvieron a demandar los suyos en un vaivén pasional e intenso.
Neji no iba a detenerse y ella no quería que lo hiciera.
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