Por favor, no me pregunten acerca de este OS que no sabría qué responderles.
Sólo salió de la nada, quizás pensando un poquito en Rin y en como casi nunca la meto en mis fics de Naruto. Además de que, considerando que mi ultimate ship son estos tres juntos, ella queda como solita y bueno, me gusta el hecho de que no tenga mucho problema con ello, pero mientras no tenga que escucharlos a cada rato hahaha, idk.
Gracias por leer.
Rin intenta desviar su mente de lo que está ocurriendo en la habitación de al lado, dándose la vuelta en su cama y tapándose la cabeza con una de las almohadas. No es demasiado lo que aquello soluciona, pero al menos ahora puede intentar asfixiarse con ella.
Cierra los ojos con fuerza y se aclara la garganta, ¿por qué esa clase de cosas le tienen que suceder sólo a ella? Se pregunta. Estaba casi ciento por ciento segura de que ningún otro de los equipos ninjas contemporáneos al suyo tenía que lidiar con cosas así.
En serio, muy segura.
—¡Ah!... sensei.
Su rostro se tiñe en lo que seguramente sería un rojo carmesí intenso y chilla por lo bajo por la vergüenza que siente y que no puede manejar. Ella no estaba lista para… soportar esta clase de situación. En serio que no.
Intentó no pensar en quién pudo haber sido ese, a pesar de que era obvio que la voz de Obito era la única lo suficientemente grave como para sonar así y…
¡Basta, Rin, no pienses en eso!
Lo peor es que no era la primera vez que los escuchaba teniendo sexo.
Porque mierda, sí, estaban teniendo sexo.
Al menos deberían intentar no hacer tanto ruido…
—¡Sensei!
Ese era Kakashi, ¡oh por Kami!
¿Había algo peor que reconocer los gemidos de tus compañeros y sensei cuando estaban en pleno acto? No, no había nada peor.
Deberían darme un poco más de crédito, no merezco esto.
La peor parte era que no es como que ella fuera la única persona en la casa hotel en la que estaban, en el país del viento. Si mal no recordaba, el lugar estaba casi lleno con turistas.
¡Y mañana me verán con ellos!
Siente que quiere llorar de la vergüenza.
Eran los únicos ninjas allí (o bueno, lo más seguro es que lo fueran), así que las personas no tendrían problema en ubicarlos con facilidad. Especialmente a su sensei.
—Mierda, Obito.
¡Y para colmo tiene que escucharlo gemir!, ¡¿qué estudiante querría escuchar a su sensei haciendo esos sonidos tan obscenos?!
¡Nadie!
Bueno, Obito y Kakashi…
Pero ya, no más. Quizás alguna vez habría escuchado a Kurenai y Anko burlarse de la suerte que tenía por tener a Minato de sensei, ya que, bueno, no podría engañar a nadie si dijese que él no era para nada atractivo.
¡Pero ese no era el punto!
El punto ahí era que desde hace tiempo se tenía que aguantar sus… asquerosidades sin decir nada, evitándoles la mirada al día siguiente por la vergüenza y hacer como si hubiera dormido toda la noche sin ningún problema; como si fuera ignorante a lo que los tres hombres hacían cuando creían que ella ya estaba en su quinto sueño.
Porque ninguno se había dignado, tampoco, a tocar el tema sobre ello. Ni siquiera casualmente como: «Ey, Rin, quizás estamos saliendo.»
¡Pero nada!
Maldito insomnio… No, ¡malditos ellos! A partir de ese día, aunque les costara más, y aunque sea a ella a la que le toque pagar, los haría dormir en diferentes habitaciones.
Porque esos cada vez que les tocaba compartir una cama resultaba en una sesión muy… intensa y desenfrenada de sexo puro y duro.
Y ella odiaba saber eso.
Es más, odiaba el hecho de que a estas alturas, ya supera el fetiche de cada uno al momento de tener relaciones. Especialmente para con el otro; y no es como que fuera una lista corta.
Podría nombrarlas si quería, pero mejor no pensar en esas cosas porque ¡era su equipo! Estaba bien saber que quizás los tres estaban en una relación, pero de ahí a saber cómo les gustaba exactamente hacerlo, había un espacio muy grande.
—¡Ah… más… fuerte!
Ya, se joden, tendrán que aprender a vivir sabiendo que lo sé.
Aún avergonzada, y un poco furiosa por no poder dormir en paz cada que salen a una misión, lanza la almohada a un lado y se levanta con rapidez. No le importa que sus pasos hagan eco en el lugar y ocasionen ciertos ruidos al maltratar la vieja madera.
La intención era que se dieran cuenta que alguien iba.
Pero no, ellos seguían en lo suyo.
Y luego de otro gemido fuerte por parte de Kakashi, Rin se detiene un poco de golpe en la puerta. Había estado dispuesta a abrirla pero… pensándolo mejor…
Toca hoscamente varias veces, con el puño. Demostrando su enfado.
Todo dentro de la habitación se queda en un silencio muerto que si no hubiese sido por la situación en la que se encontraba, le hubiese provocado una carcajada.
—¡Si no pueden hacerlo en silencio, entonces no lo hagan!, ¡pondré una regla de cero sexo en misiones, ¿me escucharon?!
No quiso esperar a que le respondieran porque: 1. No quería escucharlos más. Y 2. Lo más seguro es que no fueran capaces de responderle adecuadamente sin empeorar toda la situación.
Así que sólo regresó a su habitación y, por fin, después de muchas misiones, pudo dormir tranquilamente.
Alegremente, tampoco fue la que pareció estar más avergonzada al día siguiente, a la hora del desayuno.
¡Já! Finalmente saben cómo se siente.
