*Todos los personajes de Ranma 1/2 son propiedad de Rumiko Takahashi, esta historia fue escrita con fines de entretenimiento***
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"El sexo sin amor es una experiencia vacía.,
Pero como experiencia vacía es de las mejores"
Woody Allen
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Despierto entre sábanas de algodón y el calor del sol de mañana. Miro su espalda desnuda y noto las marcas rojas de mi pasión, el sólo recordar lo que hicimos en la alcoba me provoca una descarga eléctrica entre las piernas. Nunca pensé que aquel chico despistado y temperamental resultara ser tan buen amante.
Cierro los ojos y recuerdo su boca deslizándose desde mi cuello, surcando mis senos hasta llegar a mi feminidad. ¿En qué momento dejé que el dolor y la rabia se convirtieran en lujuria? Tal vez sólo quería sentirme amada, aunque fuese una fantasía de una noche.
¿Qué hay de malo en dejar de lado al corazón para que gobierne el instinto a la razón?
Sé que él siente el mismo dolor que yo, quizá por eso es que somos tan compatibles. Perder a la persona que amas y vivir en desamor es algo que buscamos olvidar. Nuestros encuentros son fortuitos; siempre decimos que será la última vez, el problema es que nuestros cuerpos parecen no entenderlo, porque entre más se conocen entre sí, menos quieren estar lejos el uno del otro.
Bajó mi mano por mi vientre y rememoro sus caricias de la noche anterior, mis dedos encontraron mi centro y lo acaricio lentamente disfrutando del contacto. Me muevo lentamente para no despertar a mi compañero pero es inútil, siento su mano fuerte abrirse paso entre mis piernas y me susurra al oído: —Eres una tramposa.
— ¿Por qué lo dices? —preguntó sorprendida.
—Quieres comenzar la fiesta sin mí, Ukyo —responde al tiempo que sus dedos se encuentran con mi centro del placer.
—Sabes que no lo haría —musité con una sonrisa ladina.
—Mentirosa —Ryoga incrementó la intensidad de sus caricias.
—No te mentiría con algo así — respondí reprimiendo un gemido.
—Tendré que darte una lección.
Ryoga retiró sus dedos y hundió su rostro entre mis piernas. Comenzó a poseerme con su lengua experta mientras yo me aferraba a las sábanas, gustosa. No hay nada como una taza de café y un buen orgasmo para comenzar el día. Mi cuerpo se tensa y él se percata de ello, por lo que se coloca entre mis muslos y se hunde en mí de una sola estocada, arrancándome un gemido. Me encanta que sea tan impulsivo, comienza a moverse y yo me dejo llevar por la sensación de estar unida a él. Con cada movimiento, penetraba más, llegando a mi corazón, convirtiéndose en parte de mí.
Son embestidas lentas que me roban el aliento. Yo beso su cuello, él juega con mis pechos. Me gusta cuando toma mis labios en un beso hambriento, yo correspondo con la misma intensidad, ambos sabemos que es sólo lujuria lo que nos une y que ese beso no significa nada.
Me arqueo para recibirlo mejor, él me toma por las caderas y aumenta su ritmo al igual que su intensidad. Somos un solo cuerpo moviéndonos de forma salvaje, me aferro a sus brazos al tiempo que mi cuerpo se convulsiona, Ryoga hunde su rostro en mi cuello dejando su simiente en mi interior.
Ryoga cambia su peso para quedar tumbado a mi lado. Los dos nos quedamos en silencio mientras intentamos recuperar el aliento. Sabemos que esto es una locura y que algún día tendremos que parar, tal vez cuando él logre olvidar a Akane o yo encuentre a otro hombre de quien enamorarme.
— ¿Quieres quedarte a desayunar? —le pregunté sin quitar la mirada del techo.
—Tengo que partir a Shirakawa —respondió, pensativo.
— ¿Vas a entrenar en las montañas?
—Hay una nueva técnica que quiero aprender —dice él, entusiasmado.
— ¿Cuánto tiempo te irás esta vez? —inquiero intentando ocultar mi decepción.
—No lo sé —responde un poco afligido.
— ¿Es necesario que te vayas tan lejos? —pregunté sin esconder mi tristeza.
— ¿Tú quieres que me quede? —me cuestionó, sorprendido.
No sé qué responder.
—Tú pusiste las reglas, Ukyo—me recuerda con una media sonrisa —. Dijiste que sólo sería algo ocasional, nada de despedidas ni sentimentalismo.
—Lo sé, es sólo que te he tomado cariño es todo —le doy un leve puñetazo en el brazo —. Además no eres mi tipo. Tu sentido de la orientación te resta puntos como prospecto de pareja.
Ryoga suelta una carcajada y me abraza contra su pecho. Sonrió y me deleito con la calidez de su cuerpo, su piel huele a sándalo con un toque de sal. La chica que logre ocupar el lugar de Akane en su corazón será muy afortunada, puede que sea temperamental, sin embargo; es un chico muy dulce que se preocupa mucho por los demás.
—Eres graciosa, Ukyo —me besa en la frente y no puedo evitar sonreír como una chiquilla.
—Y tú un idiota —le respondo mostrando mi lengua en señal de burla.
—Podría quedarme si quieres —me sugiere. Me siento confundida ya que una parte de mi quiere que se quede pero una corazonada me dice que no es una buena idea.
—Sabes, no quiero ser la causante de que no aprendas esa nueva técnica.
— ¿Estás segura? —me pregunta sorprendido.
—Por supuesto, además no somos pareja ni nada de eso.
—Es verdad —susurra con una nota de amargura en su voz.
Me siento en la orilla de la cama y mirando la ventana le digo: —Somos amigos, Ryoga, no debemos confundir las cosas.
—Lo sé, no has podido olvidar a Ranma —me dice, irritado.
— ¿Y qué hay de ti?, acaso ya sacaste a Akane de tus pensamientos? —le espetó, molesta.
—Lo intento —me confiesa—. Es por eso que he tratado de estar el menor tiempo posible en Nerima.
— ¿Y por qué vuelves?, no tienes a nadie en esta ciudad.
—No lo entenderías —Ryoga esboza una sonrisa burlona.
—Inténtalo, soy toda oídos —lo reto, furiosa. Odio que piense que soy una tonta.
—Esta conversación no nos va a llevar a ningún lado —Ryoga se pone de pie y camina hacia la ducha.
Escucho el correr del agua por la regadera. El vapor se cuela a través del quicio de la puerta. Mis sentimientos por Ryoga no son del todo claros. No sé si lo amo o sólo deseo lo que siento, de lo único que estoy segura es que no puedo estar lejos de él… y creo que también a él le sucede lo mismo.
Holi!
Aquí les traigo este pequeño shot de un pairing que me llamó mucho la atención. Además de participar en al actividad del reto, es un pequeño regalo para mi beta KorivNuri quien me anima siempre a seguir escribiendo a pesar de que hay días en que solo quiero renunciar.
Agradezco que se hayan tomado la molestia de leer esta pequeña historia.
Los quiero!
Alina :)
