Suika Ishigami era una niña de apenas 3 años cuando fue adoptada, su padre Byakuya Ishigami era un astronauta y profesor de física en una de las universidades más prestigiosas de Tokio, mientras que su madre era una famosa cantante Estadounidense Lillian Weinberg. Eran las personas que Suika más adoraba en el mundo, pero no eran las únicas personas de su familia.
Ishigami Senku, su hermano mayor era un chico extraordinariamente inteligente; al principio pensó que tendría problemas para congeniar con él, pero estaba equivoca.
Su hermano mayor era por mucho la persona que más admiraba en el mundo, siempre le explicaba las cosas que no entendía y la ayudaba en sus tareas cuando tenía tiempo, la verdad sea dicha siempre se hacía un poco de rogar, pero al momento en que Suika lo veía con esos ojitos cafés los cuales había descubierto tenía debilidad este caía rendido en cualquiera de sus peticiones.
Y porque ella adoraba a su hermano sabía que se merecía la mejor mujer del mundo y ella ya tenía una idea de quien sería su cuñada.
Kohaku, su vecina, vivía a unas cuantas casas de ellos y desde que Suika llegó a la vida de los Ishigami está se había auto declarado su niñera. Suika sabía que Kohaku la amaba como una hermana y ella también amaba a Kohaku como una hermana, pero ella quería que fuera parte de su familia, y lo quería ahora.
Ahora con sus 7 años ya era toda una señorita decía su padre, el cual también soltaba algunas lágrimas al pensar que llegaría alguien a arrebatarle a su pequeña, mientras que su madre y su hermano lo trataban de exagerado.
Se encontraba esperando a que vinieran a la escuela, hoy le tocaba a su hermano ir por ella y la verdad estaba feliz con eso, siempre que venía su hermano le compraba algún dulce de camino a casa y le hablaba de ciencia, ella no entendía mucho pero su hermano trataba de explicarle lo mejor posible. Había veces en se les unía Kohaku y hoy era uno de esos días, seguramente porque no tenía entrenamiento en alguno de sus tantos clubes deportivos
—¡Senku! .-corrió hacia su hermano para abrazar sus piernas, el de pelos blancos con puntas verdes era bastante más alto que ella y no solo por el ridículo cabello; soltando a su hermano rápidamente abrazó a la rubia de coletas y ojos azules al lado de él, quien ya la esperaba con los brazos abiertos-. ¡Kohaku-nee! ¿Irás a casa a jugar conmigo?
-—No puedo creer que a ella le des el honorífico y yo solo soy Senku.-respondió mientras metía su meñique en su oreja-. Kohaku irá a estudiar Suika, no hay tiempo de jugar, tengo demasiadas cosas que hacer.
—¡Suika! .-apretujo a la niña entre sus brazos controlando su fuerza, la verdad es que se moría de ternura cada que veía a la niña. Tomó una de sus pequeñas manitos para comenzar a caminar en dirección a la casa Ishigami-. Lo siento, pero hoy le pedí al gruñón de tu hermano que me ayudara a estudiar para un examen de física para la otra semana, pero te prometo que iré a jugar contigo el sábado ¿Sí?
Suika inflo un poco las mejillas haciendo un puchero, pero no reclamó, ella entendía que ellos debían estudiar mucho ya estaban próximos a graduarse de la preparatoria para ir a la universidad... Bueno, más la rubia. Sabía que su hermano había recibido desde el año pasado varias ofertas de becas en prestigiosas universidades a nivel mundial, lo cual la hacía entrar en pánico puesto que sus planes para que Kohaku fuera oficialmente su cuñada peligraba si no los completaba antes de acabar el año.
Pasaron por el mercado para llevar algunas cosas para la cena, no era ninguna sorpresa que seguramente la rubia dormiría en su casa.
Al llegar los recibió su madre quien estaba en pausa de una de sus tantas giras mundiales.
—Chicos, que bueno que llegaron, acabo de sacar unas galletas del horno .-una rubia de cabello largo con algunas ondas y ojos verdes ligeramente azulados los recibía con una sonrisa-. Oh ¡Kohaku! hace tiempo no te teníamos por aquí, Byakuya se pondrá muy contento de que nuestra querida nue... erg... nuestra querida vecina este aquí .-sonrío levemente nerviosa, ella estaba segura de que algún día su hijo adoptivo se haría hombre y confesaría sus sentimientos por la adolescente. Sacudiendo la harina del delantal se acercó a besar la mejilla de cada uno de sus hijos, siendo Senku hacer una cara de asco y Suika sonreír radiantemente, adoraba a sus niños-. Pasen, en un segundo les hago té
—Gracias Lillian-san .-la rubia hizo una reverencia mientras se quitaba los zapatos y entraba a la casa-. Es un gusto volver a verla, sinceramente me tuvo muy ocupada el club de kendo, tengo una competencia el próximo jueves, justo el día del examen de física .-dijo esto más en un susurro que solo escucho su amigo quien se río recibiendo un codazo de parte de la rubia.
—Lillian, iremos a estudiar a mi habitación, yo vendré a buscar el té y unas galletas al rato.-comentó el peliblanco comenzando a caminar a su habitación.- ¡Deprisa Leona! Tengo cosas que hacer para el lanzamiento del cohete
—Tan amable como siempre Senku.-Kohaku suspiro mientras hacía una sonrisa nerviosa comenzando a caminar a la habitación de esto
—¡La puerta abierta! .-Lilian gritó sonriendo, la verdad solo era para molestarlo, viendo cómo provocaba un sonrojo en ambos adolescentes, oh si, ellos eran los únicos ciegos en esa casa que no sabían de sus propios sentimientos.
—¿Por qué siempre que viene Kohaku-nee deben dejar abierta la puerta, mamá?.-preguntó Suika inocentemente, no entendía, siempre que venía ella tenían que dejar la puerta abierta, eso sí estaba alguno de sus padres, porque cuando estaban solos y ella, Senku cerraba su puerta tranquilamente mientras Kohaku jugaba con ella
—Erg, cosas de adultos mi amor.-se acercó a ayudar a la pequeña a quitarse la mochila-. ¿Cómo estuvo tu día cariño? ¿Tuviste problemas?
Suika procedió a contarle su día su madre, desde que le dolía la cabeza cada vez que tenía que mirar al pizarrón y que le picaban lo ojitos cuando tenía que ver de lejos. Se dispuso a comer unas de las deliciosas galletas de su madre mientras hacía su tarea de matemáticas y esperaban a que sea hora de la cena en lo que llegaba su padre.
Al terminar su tarea se dirigió a su cuarto y fijó su vista en el de su hermano, efectivamente la puerta abierta le dejaba ver un poco del interior de este. Vio a Senku explicarle algo que se escapaba de su entendimiento a Kohaku, ambos sentados frente al escritorio, el cual no era tan grande así que tenían que estar demasiado cerca, Kohaku prácticamente estaba casi sobre su hermano y ella estaba segura de que la rubia tenía la vista fija más en la cara de Senku que en el libro de Física puesto que tenía un leve sonrojo en sus mejillas.
Oh si, Suika lograría que Kohaku se quedará en la familia, aunque tuviera que ayudar a su hermano indirectamente o directamente.
Continuará...
Este fue mi primer fic en realidadxD, también se encuentra en Wattpad mucho más avanzado. Si gustan buscarlo también me encuentran como CGadel
Todavía pido piedad por no saber usar bien esto.
