Resumen: A los 25 años de edad, Marinette por fin obtuvo todo lo que soñó y Adrien perdió todo lo que tenía. Inspirado en un fanart
Notas:
1) Los Personajes no me pertenecen, son propiedad de ZAG Heroes, y los créditos son de Thomas Astruc y su equipo.
2) Este fic está realizado sin fines de lucro, solo por diversión.
3) Puede contener Spoilers de lo que ha aparecido en la tercera temporada
NUEVO COMIENZO
CAPÍTULO 1
Prisión a las afueras de París
Cinco años después de la derrota de Papillon
Adrien estacionó su auto, apagó la marcha y apoyó su cabeza en el respaldo de su asiento antes de dejar escapar un largo suspiro. Como todos los sábados por la mañana durante los últimos cinco años, el joven había tenido que hacer el largo viaje a la prisión donde estaba su padre. Donde él mismo lo había puesto.
Seis años después de la primera aparición de los héroes, por fin Ladybug y Chat Noir habían logrado vencer a Papillon y Mayura, y desenmascarar sus identidades. Aquello le rompió el corazón al muchacho, descubrir que su padre había sido un terrorista durante todo ese tiempo. Si bien cuando sucedió no había tenido pensado perdonarlo, poco a poco fue sintiéndose un poco más comprensivo con él.
Sí, sus métodos habían estado equivocados, pero él mismo había hecho todo lo posible por recuperar a su esposa, la madre de Adrien. Si era sincero, ¿él no habría sido capaz de cualquier cosa por su lady? ¿Sería capaz de destruir la ciudad por ella?
Sacudió su cabeza. Esperaba que no tuviera que llegar a eso. Además, desde que habían apresado a su padre, Adrien se había resignado a que Ladybug no lo amara jamás. Por que ¿cómo podría ella amar al hijo de Papillon? No, de hecho no lo perdonaría por no haberse dado cuenta antes, por no haber prestado atención. ¡Todo el sufrimiento que pudo haber evitado si lo hubiera hecho!
Volvió a suspirar mientras despegaba las llaves, aún sin atreverse a salir del auto.
-Vamos, chico- escuchó decir a Plagg- esto no puede seguir así y lo sabes muy bien. Tienes que ponerle un alto-
El rubio asintió sin mirar a su kwami. Por supuesto que sabía que Plagg tenía razón, esto no podía seguir adelante. Desde el momento en que su padre estuvo en prisión, éste lo presionó para que usara su fortuna para contratar a los mejores abogados de Francia para apelar su sentencia o al menos conmutarla.
Cinco largos años habían pasado, con Adrien gastando toda la fortuna de Gabriel y la mayor parte de sus ahorros en esas batallas legales inútiles. Seguramente su padre creía que el dinero podría comprar su libertad, pero su caso era tan sonado que no había manera de que saliera de esa.
Aún así, Adrien había tratado de ayudar a su padre.
-Lo sé, Plagg. Hoy es el día de ponerle fin- dijo el rubio finalmente, quitándose el cinturón de seguridad y abriendo la puerta del auto para entrar al área de visitantes de la prisión.
El guardia del área de visitas ya lo conocía. Era un hombre mayor con cara de pocos amigos, pero siempre que veía a Adrien suavizaba su mirada y le dirigía una expresión llena de simpatía.
-Bonjour, Adrien- dijo el guardia.
-Bonjour, monsieur- dijo el joven con una leve sonrisa mientras se quitaba el cinturón y su celular para ponerlo en una canastilla y cruzar el detector de metal.
-Muy bien, puedes pasar- dijo el guardia abriendo la puerta hacia el área de visitas.
Tras agradecerle, Adrien entró al área de visitas, en una enorme sala con ventanas a prueba de balas que lo separaban del área de la prisión donde se encontraban los reos. Tomó asiento frente a una ventana y esperó pacientemente hasta que su padre llegara.
La puerta del otro lado del cristal se abrió, y Gabriel Agreste entró a la sala de visitas. Sus fríos ojos azules se posaron en su hijo y, cuando el guardia los dejó solos, suavizó su mirada y tomó asiento frente a él.
-Adrien-
-Père- dijo Adrien seriamente.
-Me alegra que estés aquí- dijo el hombre mayor- escucha, tengo una idea para una nueva estrategia de…-
-No- lo interrumpió Adrien secamente.
-¿Disculpa?-
-Ya no puedo seguir haciendo esto, père- dijo el joven seriamente. Había esperado dejarlo hablar, pero era mejor decirle la verdad de inmediato en vez de que se hiciera ilusiones-
-¿De qué estás hablando?¿Ya no me vas a ayudar?¿Me vas a abandonar?-
-No comiences con tus manipulaciones- dijo Adrien- cinco años he pasado apoyándote en todo lo que has querido, a mi costa y en vano. Ya no hay dinero, père. Toda tu fortuna y mis ahorros se acabaron en tus intentos de apelar la decisión del juez-
Gabriel se quedó mirándolo con preocupación.
-¿La compañía?-
-Vendida hace cuatro años. De hecho, solo el edificio, porque la compañía nadie la quiso y perdió todo su valor-
-¿La mansión?-
-Vendida hace dos años- dijo Adrien bajando la mirada, recordando cuando tuvo que sacar sus cosas de la mansión en la que había vivido desde que nació- se terminó el dinero. No hay nada más que hacer…-
-¿Dónde has estado viviendo entonces?- dijo Gabriel interrumpiéndolo de pronto.
-En una casa de huéspedes- dijo el joven- la renta no es muy cara-
Gabriel frunció el entrecejo, como si estuviera hundido en sus pensamientos. Adrien por un momento pensó que estaba pensando en otra manera de encontrar dinero para seguir pagando sus intentos de salir de prisión, pero se sorprendió cuando suspiró.
-Adrien, ¿no has utilizado el viejo apartamento de soltera de Emilie?-
-No, père, no voy a vender el apartamento de maman y…-
-No me entendiste- dijo Gabriel seriamente- bien. Ya no seguiremos con esto, pero quiero que dejes esa casa y te mudes al apartamento de tu madre-
-Pero…-
-Emilie te dejó un fondo para emergencias- dijo Gabriel- no es mucho, pero te ayudará a comenzar mientras que consigues un trabajo. Porque te acabas de graduar, ¿verdad?-
-Sí…- dijo Adrien inseguro. ¿Era es un truco?
-Bien- dijo su padre- tendrás suficiente tiempo para encontrar un trabajo gracias a eso. Y no quiero que vengas a verme-
-Père…-
-No quiero causarte más problemas de los que ya te provoqué- dijo Gabriel seriamente- pronto verás que tendrás consecuencias solamente por ser mi hijo. Entre menos te asocien conmigo, mejor-
Adrien tragó saliva. Sabía que su padre tenía razón, las cosas no podían seguir así porque se arriesgaría a tener problemas, sobre todo porque a pesar de que habían pasado cinco años, todo el mundo odiaba a Papillon.
-Gracias, père- solo alcanzó a decir.
La conversación no duró mucho más. Un par de minutos después Gabriel se puso de pie y caminó hacia la puerta después de despedirse brevemente. Adrien respiró hondo antes de salir del área de visitas y agradecer a los guardias para dirigirse a su auto.
Una vez que entró y cerró la puerta, Adrien respiró hondo aliviado. Plagg salió de su bolsillo y se dejó caer sobre el asiento del copiloto, mirando a su portador con sus enormes ojos verdes sin decir nada. Al kwami nunca le gustó mucho el padre de su cachorro, y había estado furioso con él cuando descubrió que era Papillon y que había estado intencionalmente ignorando a su hijo para aterrorizar la ciudad. Estuvo a punto de cataclismarlo, si no fuera porque sabía que Adrien no se lo perdonaría nunca porque aún le tenía cariño al desgraciado.
"Gabriel no merece tener un hijo tan bueno como mi cachorro", siempre había pensado el kwami, incluso antes de saber que el sujeto era un supervillano.
-Vaya…- dijo finalmente Adrien- eso salió bien-
-Lo sé- dijo el kwami- honestamente creí que el anciano no te soltaría-
-Sí, yo también- dijo el joven poniéndose el cinturón de seguridad y poniendo la llave en el encendido, pero sin girarla para iniciar el motor- bueno, ahora sigue la parte más difícil-
-¿Qué es difícil?- dijo Plagg bostezando extrañado- lo único que tienes que hacer es comprarme Camembert y conseguir un trabajo. Fácil-
-No, no es-
-¿Qué?¿No me vas a comprar Camembert?-
-No dije eso, dije que no es fácil-
-Sí lo es, puedes pedirlo con este aparato del mal- dijo Plagg señalando el celular de Adrien- llega a tu casa sin que tengas que hacer más que oprimir unos…-
-Me refiero a encontrar trabajo-
-Pfff… mejor- dijo el kwami- te puedes quedar en casa todo el día comiendo Camembert. El tuyo, no el mío-
-Plagg, necesito trabajar para ganar dinero- dijo el joven alzando las cejas. Vaya que Plagg parecía estar platicador ese día- recuerda que perdí todos mis ahorros-
-¿Para qué necesitarías dinero?- dijo Plagg. A pesar de su seriedad, Adrien finalmente sonrió.
-¿Para comprar tu Camembert?- dijo él.
-Oooh… chico, ¡más vale que consigas un trabajo pronto!- dijo el kwami borrando su sonrisa y mostrando una expresión claramente alarmada- ¡no quiero morir de hambre!-
-Eso es lo que estoy intentando hacer- dijo Adrien finalmente encendiendo el auto para comenzar a conducir de regreso a París- pero eso tendrá que ser mañana, por que hoy tenemos algo importante que hacer-
-¿Qué cosa sería más importante que conseguir un trabajo para comprarme queso?-
-Tengo que llegar a casa a cambiarme porque iremos a una fiesta esta noche, ¿lo recuerdas?- dijo el rubio sonriendo levemente al recordar la invitación que había recibido unos días antes- sabes que me matarán si no voy-
-Eso no me importa, solo espero que haya de comer- dijo Plagg ovillándose en el asiento del copiloto y bostezando mientras que Adrien salía del estacionamiento de la prisión y comenzaba a conducir de regreso a la ciudad. No lo admitiría jamás, pero se sentía aliviado de ser libre de sus esfuerzos de liberar a su padre.
"Creo que a partir de ahora las cosas serán mucho más sencillas", pensó el joven pensando en que no tardaría en tener un trabajo y todo se arreglaría.
x-x-x
Edificio MDC
Al mismo tiempo
Sentada frente al escritorio y oculta tras una enorme montaña de papeles, Marinette bostezó largamente y se desperezó. ¡Vaya que las últimas semanas habían estado bastante locas! Por supuesto que no había podido concentrarse en sus decisiones habituales porque hacía dos semanas se había llevado a cabo la semana de la moda en París. Como Marinette participó con sus diseños nuevos, tuvo que trabajar a marchas forzadas para terminarlos a tiempo y como consecuencia se retrasó en todo el trabajo administrativo que implicaba dirigir la compañía.
Se recargó en el respaldo y gruñó en voz alta. Necesitaba un café y hacer desaparecer la montaña de papeles que tenía enfrente, y sabía que eso no iba a suceder pronto.
-Vamos, Marinette, tienes que terminar al menos los asuntos urgentes- le dijo Tikki desde su bolso, aún masticando una galleta.
-Ugh, ¡lo sé!- dijo la chica rodando los ojos y gruñendo al ver la montaña de papeles- esta es la parte menos divertida de ser diseñadora-
-En ese caso, quizá deberías considerar conseguir una asistente- le sugirió la kwami- te podría ayudar a quitarte de encima todo el peso de la parte administrativa…-
-¿Para ser como Gabriel Agreste? No, gracias- dijo ella haciendo una mueca de disgusto- no quiero ser como él-
-No estaba diciendo que fueras como él- respondió la kwami señalando la montaña de papeles- pero deberías considerar contratar a alguien que pueda ayudarte, porque si no vas a pasar la mayor parte del tiempo arreglando problemas administrativos en lugar de pasarlo haciendo lo que te gusta-
Marinette se mordió el labio. La verdad era que Tikki tenía razón. Iba a decirlo en voz alta cuando la puerta sonó un par de veces y Juleka se asomó por la misma, llevando consigo un portatrajes.
TOC TOC
-Hey, ¿te interrumpo?-
La verdad era que sí la interrumpía, pero cualquier cosa que la sacara del aburrimiento insoportable de los papeles era bienvenido.
-Salut Juleka- dijo Marinette sonriendo, olvidando por un momento su predicamento- ¿qué necesitas?-
-Dos cosas- dijo la recién llegada- primero y más importante, vine a recordarte de la premiación de esta noche-
-¿Por qué es importante?- dijo Marinette alzando las cejas.
-Por que Alya me amenazó de muerte si no venía a recordártelo, ya sabes como es- dijo Juleka, haciéndola reír. Sí, se imaginaba que esa era la razón por la que su amiga estaba tan preocupada.
-No lo he olvidado. De hecho, Alya me ha estado recordando todos los días y amenazándome de muerte también- dijo Marinette con una expresión pensativa- aunque sí tengo la impresión de que olvidé otra cosa-
Juleka asintió mirando las montañas de trabajo que Marinette tenía pendiente hacer.
-Pues con todo lo que tienes que hacer, no me sorprendería- dijo la chica antes de borrar su sonrisa y continuar- la segunda cosa que me preocupa es que mi vestuario para la sesión de fotos de mañana perdió un botón-
-¿Qué?- dijo ella levantándose y mirando. La prenda era una hermosa gabardina y efectivamente, había perdido un botón. Marinette hizo una mueca mirando alternadamente su trabajo y la prenda.
-Lo arreglaré- dijo abriendo el cajón y sacando un pequeño kit de costura.
-Puedo llevarlo a…-
-No te preocupes, tomará solo un minuto- dijo ella.
Con hábiles manos, Marinette reparó la gabardina cosiendo el botón en su sitio. Cuando terminó, le mostró el resultado a Juleka y ésta lo guardó en el portatrajes.
-Muchas gracias- dijo ella recogiendo el portatrajes y sonriendo aliviada- nos veremos esta noche en el Palais Garnier-
-Sí, nos vemos- dijo Marinette despidiéndose de ella.
Una vez que se quedó sola, la joven volvió a gruñir al ver la montaña de pendientes. Quizá Tikki tenía razón, no haría daño tener un poco de ayuda. Pero justo ahora tenía que terminar pronto sus pendientes: esa noche que ver a sus amigos porque Nino había…
TOC TOC
Molesta por la interrupción, Marinette levantó la mirada y sonrió levemente al ver de quien se trataba.
-Salut. Lamento interrumpirte- dijo el hombre desde la puerta.
-No te preocupes. Pasa por favor- dijo Marinette volviendo a dejar su pluma en el escritorio. Conforme lo veía entrar, la joven escuchó un gruñido proveniente de su bolso y se esforzó por no rodar los ojos. Ya hablaría con Tikki más tarde.
El hombre rodeó el escritorio de Marinette, tomó su mano y la acercó a los labios.
-Siempre es un placer verte, ma belle- dijo el hombre con un tono seductor.
-Ya te he dicho muchas veces que no me llames así, Armand- dijo ella sin dejar de sonreír y pasándose un mechón de cabello detrás de su oreja mientras el hombre se acercaba- ¿cuántas veces tengo que repetirlo?-
-Una vez más, al menos- dijo el hombre llamado Armand antes de ver el trabajo pendiente de la chica- ma cher, mira todo esto, necesitas…-
-Una asistente, lo sé- dijo Marinette asintiendo- estoy en eso-
Armand sonrió levemente antes de volver a rodear el escritorio y tomar asiento frente a ella. Marinette mentiría si dijera que nunca había pensado que era un hombre muy bien parecido. En cuanto a apariencias, si Adrien era un modelo, Armand era una estrella de cine: era mucho más alto que ella, tenía profundos ojos color azules y cabellos castaños oscuros, su piel siempre estaba ligeramente bronceada.
¿Era material para una pareja? No. Sabía de buena fuente que tres de las directivas y varias de las modelos de la compañía estaban enamoradas de él y, si creía en los chismes que a veces le llevaba Juleka, varias ya habían pasado por su cama. No, no era el tipo de hombre que ella quisiera para ella, pero eso no hacía que su aspecto fuera menos atractivo.
Armand era un acomodado heredero, el socio de Marinette y dueño de la mitad de MDC. Lo había conocido en un desfile en Milán cuando ella llevó una pequeña y modesta colección que había diseñado y cosido ella misma, la cual lo dejó impresionado. Antes de que cualquier otro diseñador la contratara, Armand le había ofrecido la inversión inicial que necesitaba para crear su propia casa de diseño. Tras meditarlo un largo tiempo y asesorarse con sus padres, lo había aceptado y hasta el momento no había tenido ninguna causa para arrepentirse. Juntos habían creado la casa MDC y tras algunos años se había convertido en la principal compañía de diseño de París.
-Bueno, ¿estás lista para esta noche?- dijo Armand.
Marinette alzó las cejas. Ella no le había dicho nada a Armand sobre el evento y no creía que Alya o Nino lo hubieran invitado, pero después de unos minutos Marinette entendió que era de lo que estaba hablando.
-Ah…- dijo ella apenada- es cierto, íbamos a cenar los dos…-
-¿Lo olvidaste?- dijo Armand. No estaba molesto, al contrario, parecía divertirse con lo olvidadiza que era la diseñadora- ¿sabes? Aposté con mi asistente que se te olvidaría, pero aún así tenía que intentarlo-
-Lo siento mucho, Armand- dijo ella en un tono mortificado- la verdad es que olvidé decírtelo, pero esta noche iré al Palais Garnier. Mi amigo Nino está nominado a un premio César por su última película y le aseguré a Alya que iría. Además, Nino estará usando un traje de la línea de caballeros-
-Oh, en ese caso no deberías faltar, ma belle. Espero que tomes buenas fotos- dijo su socio guillándole el ojo sin ningún rastro de molestia- no te preocupes, vamos a reprogramar esa cena para otro momento…-
-Gracias por entender- dijo ella aliviada- en mi defensa, la única razón por la que no me he olvidado de lo de Alya es porque me ha llamado todos los días y porque amenazó de muerte a Juleka para que me recordara también-
-No te preocupes, tenemos mucho tiempo- dijo él guiñándole el ojo- y hablando de eso, será mejor que te deje para que termines esto y no llegues tarde-
Marinette asintió mientras se despedía del hombre y éste salía por la ventana. Volvió a tomar la pluma cuando Tikki salió de su escondite con cara de pocos amigos.
-Ugh…-
-¿Qué sucede, Tikki?- dijo ella frunciendo el entrecejo- podía escuchar tus gruñidos, y estoy segura de que Armand también-
-No me gusta…- dijo la kwami simplemente.
-¿Otra vez con eso?- dijo Marinette rodando los ojos- ya te explique que no es lo que piensas. Ya sé que tipo de chico es Armand, no me voy a enamorar de él ni mucho menos. Además, sabes que le debo todo mi éxito…-
-Te debes tu éxito a ti misma, no a él- la interrumpió Tikki- si no te hubiera ayudado, hubieras encontrado el dinero de una u otra manera. Y no me refiero a eso, me refiero a que él está enamorado de ti. Deberías dejarle las cosas claras-
Marinette gruñó. Había tenido varias veces esa conversación. Ella estaba segura de que a Armand solo le gustaba coquetear, nada más, y que no podía estar interesado en ella cuando tenía a todas esas bellas mujeres que se morían por él.
-Te equivocas, Tikki- dijo ella sacudiendo la cabeza mientras seguía firmando los documentos que necesitaba.
La kwami no dijo nada mas. Ya se había imaginado que Marinette se resistiría a hablar de ese tema. A pesar de lo mucho que ese hombre había ayudado a su portadora, había algo que a Tikki no le gustaba aunque no podía decidir qué era. Parecía un buen hombre, era honesto y excepto por sus aventuras con las modelos, no parecía haber nada malo con él.
RING
El celular de Marinette sonó dos veces, y la chica sonrió al ver el par de mensajes que acababa de recibir. Sabía que Alec Cataldi anunciaría ese día una batalla entre los músicos franceses y americanos, y por eso los mensajes.
Kagami T: hey! Luka dice que necesita un vestuario para el concurso. ¿Cuándo podemos ir a verte?
La chica sonrió al ver el mensaje. Desde hacía unos años, alrededor del momento en el que vencieron a Papillon, Kagami comenzó a salir con Luka al ver que Adrien se retrajo en su propio mundo y en sus esfuerzos de liberar a su padre de prisión. Esos dos ahora eran una famosa pareja: la estrella de rock, hijo de Jagged Stone y la heredera del imperio automotriz Tsurugi y campeona mundial de esgrima.
Marinette: Claro que sí. ¿Qué tal suena el próximo martes?
Tras responderle, pasó al siguiente mensaje.
Jess K: Little croissant! Necesito un vestuario para el concurso de Kids+TV. ¿Puedo ir a verte? Pretty please! Aeon también quiere saludar.
A diferencia de ella, Jess era una heroína bien conocida en Nueva York y tratada como una celebridad junto con su hermana. También era una talentosa cantante y compositora, así que la competencia que tenía Luka era bastante fuerte.
Marinette: por supuesto, ¿cuándo quieres venir?
-¡Marinette!- exclamó Tikki cuando terminó de teclear.
-¿Qué pasa?- dijo ella dando un respingo.
-Tienes que ir a cambiarte. ¡El evento de Nino!-
-Oh no- dijo Marinette poniéndose de pie de golpe y abriendo su bolso para que Tikki entrara- ¡tenemos que correr a casa!-
La kwami rió mientras se escondía en el bolso y su portadora lo cerraba antes de salir corriendo de su oficina, saludando al guardia Jean-Pierre. Había cosas que jamás cambiarían.
x-x-x
CONTINUARÁ…
¡Hola a todos! Por fin logré escribir todo lo que perdí y bueno, aquí está. Espero que les guste esta historia en la que Marinette es una exitosa diseñadora y Adrien ya perdió toda su fortuna tratando de ayudar a su padre a salir de la prisión. Ya verán cómo va a continuar esto. Muchas gracias por seguir leyendo y por sus reviews. Nos leemos pronto.
Abby L.
PD: Misao-CG escribió un spin-off de mi historia "Destino" que se llama "Entre dos siglos". Vayan a leerla, ¡está padrísima!
