There's a day when all courage collapses

And our friends turn and leave us behind

Creatures of darkness will triumph

The sun won't rise

-I may fall by Jeff Williams ft. Casey

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Se paralizó.

Cuándo más alerta debía estar, no lo estuvo.

Cuándo debía ser más rápida para reaccionar no lo fue.

Yang la volvió a salvar otra vez.

Ni siquiera tuvo tiempo para correr hacia su hermana, ni siquiera pudo digerir de inmediato el hecho de que Yang cayó.

"No caigan".

Él se los advirtió, y sin embargo su hermana cayó.

Todo por su culpa.

Debía sacarse a Neo de encima, necesitaba idear un plan, pensar en algo, necesitaba ir por su hermana.

Su hermana no se pudo haber ido.

Su hermana que brilla tal cual sol no podía estar muerta.

No podía perderla.

El grito de Blake aún estaba en su cabeza, el nombre de su hermana salió tan desgarradoramente de los labios de la fauno que dejaban una fuerte opresión en su corazón.

Quería gritar hasta que su garganta se destroce.

Quería tirarse al suelo y llorar sin detenerse por un largo tiempo.

Solo quería derrumbarse.

Pero Neo lanza un ataque, tras otro, tras otro, y no parece dispuesta a parar hasta acabar con ella.

¿Por qué?

¿Por qué quiere acabar con ella?

¿Por qué parece tan decidida a acabar con su vida?

¿Por qué le arrebató a su hermana?

—¡¿Qué te he hecho, Neo?! —cuestiona en voz alta, y si su voz tiembla no le importa. Necesita respuestas.

La de cabello y ojos bicolor sigue su hazaña, lanzando golpe tras golpe, sin cansarse, con una determinación brillante y espeluznante en sus ojos.

—¡¿En serio no sabes la respuesta, rojita?! —le cuestionó Cinder a lo lejos con diversión después de haber quitado a Penny de encima suyo —¿Acaso has olvidado que mataste a la persona que ama? —Cinder jadeó cuando esquivó la invocación de un Nevermore, y su concentración volvió hacia Weiss, quien usaba sus glifos para mantenerse en el aire.

Ruby bloqueó un nuevo golpe de Neo, mientras sus pensamientos se ponían en orden para entender las palabras de Cinder. Ella no conocía a la chica, fueron muy pocas las veces que se encontró con ella, y en la caída de Beacon...

La comprensión finalmente empañó sus sentidos.

— Torchwick... —susurró, estaba aturdida, abrumada, ella no lo había matado. ¿Por qué entonces llegó a esa conclusión? —¡Yo no maté a Torchwick! —grita casi con desesperación y preocupación, bloqueando otro ataque con su guadaña, para finalmente crear una distancia entre ellas, empujando a la de cabello bicolor hacia la entrada de uno de los portales de Atlas —¡Un Nevermore lo atrapó justo después de que salieras volando! —explica, cambiando a su francotirador para mantener la brecha entre ellas —¡Yo no lo maté! ¡Podría haberlo hecho! —los recuerdos de Beacon vuelven, todas esas muertes, todo el daño que causaron —¡Pero no lo hice! ¡No quiero matar a nadie! ¡No quiero esa responsabilidad! ¡Aún si ustedes nos han quitado tanto! —sus disparos van reduciéndose, su fuerza está desvaneciéndose, ya no quiere pelear —. Te mintieron, Neo —sus dedos se detienen, ya no jala del gatillo, solo la observa —. Cinder te dijo que fue mi culpa, ¿no? Pero te mintió, siempre miente —siempre lo hizo. Sus mentiras, sus juegos y movimientos sucios, todo lo que hizo... Mató a Pyrrha, y también es responsable de que su hermana cayera —. Ella te mintió para que te encargues de mí, todo porque me tiene miedo —no puede evitar la rabia que se filtra en sus palabras, pero ya no puede detenerlo —, ella tiene miedo de lo que mis ojos pueden hacerle, ¿de verdad piensas que no es motivo suficiente para mentirte? —su voz se ha vuelto pequeña, simplemente ya no puede reprimir lo que siente, la comprensión está respirándole en la nuca, su hermana se perdió en el vacío, y podían no recuperarla jamás —. Yo no lo maté, no fue mi culpa —repitió con voz rota, dejando que su arma se resbalara de sus dedos, cayendo en un ruido sordo al suelo. No iba a luchar, ya no tenía fuerzas, y si convencía a Neo o no de aquella manera, entonces que así fuera —. Pero si de que ella se haya ido —susurró con las lágrimas resbalando desesperadas por sus mejillas.

Su hermana se había ido por su culpa.

Su hermana la protegió y había caído al vacío.

Era su culpa.

Neo tenía su entrecejo fruncido, la punta filosa de su paraguas aún le apuntaba, pero Ruby pudo notar que había una pequeña vacilación en sus ojos, sin embargo, la chica dio un paso al frente. Ruby ya no tenía fuerzas, así que, si Neo quería llegar hasta ella y terminar esto, debería hacerlo.

La figura de Blake de pronto está frente a ella, la pelinegra está apuntando la pistola de Gambol Shroud hacia Neo con una mano de manera amenazante, y la otra se extiende de forma en que indica que no dejara que Neo se acerque a ella.

Ruby solloza.

—Trata de acercarte a ella y te mataré —las palabras de Blake reflejan toda la ira y tristeza que siente —. No tengo nada que perder, ¿te arrebataron a la persona que amabas? Tú me la arrebataste a mí —Ruby siente como el nudo en su garganta la deja sin aire, y su mano temblorosa se recarga en la espalda de Blake, quien no se mueve de su posición a la defensiva —. Él tomó su decisión. Él y todos ustedes nos obligaron a actuar, a luchar, a sobrevivir, así que, si quieres culpar a alguien, entonces cúlpalo a él, cúlpate a ti, ¡ustedes tomaron sus propias decisiones, así que aprendan a vivir con ello! —grita con todo el dolor que puede filtrar por su voz. Ruby lo sabe, lo entiende. Comprende la postura de Blake.

Perdieron a la persona que más amaban.

Y ahora Blake está siendo un escudo, ocupando el lugar de su hermana para protegerla, y Ruby siente como el aire no logra llegar a sus pulmones. Blake es la hermana que escogió, la hermana que el destino le dio y con la que no compartía ningún lazo de sangre, y ahora, estaba haciendo el trabajo que siempre había sido de Yang.

Un sollozo escapó de su garganta nuevamente.

Neo entrecierra los ojos, mirando cuidadosamente a Blake para luego clavar sus ojos bicolor devuelta a ella, como si buscara cualquier señal de mentira, pero Ruby no dice nada, solo continua sosteniendo su mirada con la de ella. La chica baja el paraguas completamente, tocando la punta en el suelo, con un movimiento cauteloso, Neo se desengancha la reliquia de su cinturón, depositándola en el suelo.

Y después, al ver como Neo se adentraba a uno de los portales de Atlas a paso lento, sin darles la espalda, solo para terminar de desaparecer de su campo de visión, es cuando finalmente Ruby se tira de rodillas al suelo.

Sus ojos se desenfocan, mirando fijamente aquel arco brillante.

Las lágrimas no han dejado de fluir, y en este punto no se forzará a detenerlas.

"El sol volverá, Rubes. Dejará de llover y el sol saldrá, así que no tengas miedo".

Ese día era el primer recuerdo que venía a su mente en esos momentos, casi no tenía recuerdos de cuando su madre se marchó, pero sabe que, en aquella primera tormenta, sin mamá cerca, fue Yang quien estuvo a su lado. Yang, aun siendo solo dos años mayor estaba cuidando de ella con mucha dedicación, como si tuviera muchos años más de los que realmente tenía, y ella iluminaba los días más oscuros, siendo el rayo de sol que su padre y su tío decían que era.

Su rostro se arrugó, sus manos se enlazaron en un puño, presionándolas contra su pecho.

El sol no saldrá... Por qué su sol había sido devorado por un oscuro vacío.

Y entonces, Ruby gritó.

Gritó sacando todo el aire de sus pulmones. Gritó para despotricar el dolor tan agonizante en su corazón. Gritó porque era lo único que su mente le pedía que hiciera.

Ni siquiera se dio cuenta de los brazos de Blake que la envolvieron con tanta desesperación.

Ni siquiera prestaba atención a las palabras angustiadas de Weiss quien de repente estaba al lado de ellas.

Ni siquiera escuchó las preguntas llenas de pánico de Jaune y Nora mientras llegaban corriendo a donde estaban.

Ni siquiera sabía cuándo fue que Penny se encargó de Cinder.

Ni siquiera sabía exactamente si las personas habían acabado de cruzar a salvo.

Solo quería ahogarse.

Quería caer igual.

Quería que la oscuridad la tragara igual.

Estaba tan cansada de perder.

Estaba tan cansada de luchar.

Estaba tan furiosa consigo misma.

Su hermana se fue.

Era su culpa.

El sol no saldrá para sonreírles con calidez, si no hay forma de recuperar a su hermana, ¿por qué el sol debería salir otra vez?

[...]