Nota: Un escrito de desamor. Me supo amargo.
Se supone, debería estar feliz. En serio, debería estar feliz; estar alegre por ambos.
Sin embargo, su corazón sólo se agria al recordar la realidad y la felicidad no le sale (genuinamente).
Es decir, su mejor amigo Satoru y su mejor amiga, Utahime, se están casando. Después de un largo camino de altibajos en su relación, finalmente Gojō decidió sentar cabeza con Utahime.
Y ella debería estar feliz por ambos, porque ellos trabajaron tan duro por su felicidad. Por mejorar y… Y esas cursilerías de amor que sinceramente, no le parecían tan llamativas.
Shouko quiere compartir esa felicidad de que, ellos finalmente lograron estar juntos. De verdad quiere estarlo.
Pero, no puede.
Porque para su desgracia, se dio cuenta de que Gojō era quien le gustaba. Era la persona que le gustaba.
Pero estaba prohibido codiciar al hombre que era pareja, y ahora, esposo de tu mejor amiga. Eso era alta traición, y sinceramente, apreciaba mucho a Utahime y no quería romper su amistad por eso.
¿Pero no hay de otra verdad?
Es lo que se pregunta Shouko, tomándose la copa de vino que le fue servida hace rato para brindar por los novios.
Y…
Aunque Shouko quiera sonreír por ellos, no puede. Porque no es genuino y porque no tiene ganas de fingir algo que no siente; tal vez sonreír en las fotos, pero nada más.
Por ello y para su resignación, se dice a sí misma –. Sean felices.
(Y beber alcohol para ahogar tus penas, es repulsivo.
Y sinsabor).
