Disclaimer: Boku no Hero Academia y sus personajes son propiedad de Kohei Horikoshi.
N/a: Hola y sean bienvenidos y bienvenidas, de ante mano me disculpó si notan faltas de semántica o de ortografía; puesto que no poseo computador/ordenador y escribo desde mi teléfono. En ocasiones el auto corrector se sale con la suya sin importar cuanto me esfuerce en la edición
…
Recuerdo
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No sabía durante cuanto tiempo había permanecido de pie frente a la ventana de cristal que dividía la habitación donde sus ojos insistían en mantenerse fijos y el pasillo donde estaba. Voces y pasos iban y venían. El sonido de camillas siendo transportadas y del personal de limpieza del Hospital yendo y regresando. Las enfermeras hablaban muy alto entre ellas y otras apenas alzaban la voz, había tanta variedad de ellas como colores distintivos tenían sus uniformes. El doctor con el que había entablado conversación desde que llegó junto a los paramédicos le aseguró que podía entrar a aquella habitación y acompañar a la persona dentro sin ningún problema. En ese preciso instante la policía, héroes profesionales locales y el médico a cargo del la persona ingresada estaban teniendo una acalorada charla con una persona que había tenido parte en el desenlace de aquella situación. Eraserhead no se animaba a entrar a ese cuarto, se sentía estático en su sitio. En cualquier otra situación estaría pegado a la cama donde su acompañante dormía plácidamente, estaría velando por su pronta recuperación y vigilando su sueño. Le habría donado sangre de ser necesario puesto que eran del mismo tipo y probablemente estuviera atendiendo llamadas importantes y dando un reporte sobre lo acaecido. Pero esta vez la situación era muy distinta. Su compañero de viaje estaba muy bien físicamente y estaba fuera de peligro. Pero aún así el pronóstico era desalentador.
—¿Es usted Eraserhead? — una voz profunda a sus espaldas llamo su atención, solo en ese momento apartó sus ojos del cuerpo desvanecido que supervisaba y le dedicó una mirada aburrida y letárgica a su interlocutor. El hombre frente a él usaba gabardina negra también traje formal. Tenía el cabello de un color azul bastante estrambótico y detrás suyo estaba un oficial de policía y el doctor que estaba atendiendo a su compañero.
—Ajá.. — respondió desganado y el sujeto se tomó de la nuca tratando de ver a otro lado y no enfrentarlo directamente— ¿Qué se le ofrece?
—Me presentó: Soy el agente especial Yamagawa — le tendió la mano y Aizawa le respondió cortésmente las salutaciones — Nos encontramos durante el incidente de hace unas horas. Quería hablar con usted sobre el estado en el que se encuentra su compañero..
—Ah, si el doctor ya me había comentado al respecto… — internamente: Aizawa estaba irritado, muy molesto y esperaba que le sirvieran una solución a ese incordio en bandeja de plata o iban a rodar cabezas.
—Si fuera tan amable de acompañarnos… — el sujeto de cabello azul le pidió aquello de forma muy amable y avergonzada. El oficial de policía le mostró su solidaridad haciendo un gesto con la cabeza y el doctor se veía totalmente de su parte y su sonrisa bonachona quería darle a entender que todo iba a estar bien.
Todo había pasado muy rápido. Present Mic y él habían llegado a Kyoto ese día como parte de una colaboración de la UA con otros representantes de distintas escuelas de héroes. La cuestión era ayudar con su participación en una asamblea para exponer propuestas sobre lo que vendría siendo el futuro de la enseñanza de prospectos a héroes profesionales. Cada año dos profesores de cada escuela certificada del país eran escogidos para tal fin. Ese año les tocó a ellos dos y aunque estuviera renuente tuvo que aceptar. Cuando acabo el evento ambos se dirigían al hotel donde la escuela les había reservado dos habitaciones. Ya que era un evento sumamente importante para el cual tuvieron que prepararse con un mes de anticipación para dejar a la UA lo mejor parada posible, a modo de premio también les habían hecho reservaciones para unas mini vacaciones de cinco días completamente pagadas. Su colega rubio le comentó que iba a disfrutarlas al máximo y no le manifestó ninguna queja cuando el moreno le anuncio que el se iría apenas hubieran terminado su labor en Kyoto y partiría a la mañana siguiente. Mic únicamente le sonrió como hacia usualmente lo hacía y no dijo nada más. Estaba empezando la tarde y Yamada le estaba acompañando a tomar el tren bala. Aizawa le manifestó que no era necesario que actuará como su escolta pero el rubio insistía en querer despedirlo, estaban por llegar a la estación cuando sobrevino una situación de emergencia en una calle principal. Había patrullas, gente aglomerada y el tipo de cabello azul hablando a través de un megáfono con lo que parecía ser un posible suicida parado al borde de un quinceavo piso. El supuesto mediador de esa delicada situación más bien tenía un tono muy amenazante al hablar y se veía furioso. La policía estaba preparándose para lo peor y aún no llegaban héroes locales a prestar apoyo. Aizawa y Yamada se vieron en la obligación profesional de ayudar. Se acercaron al cordón policial y mostraron sus identificaciones. Los recibieron de la mejor manera y aunque ninguno tuviera una particularidad efectiva contra algo así tenían experiencia suficiente como para ser de ayuda en algo. Al ver las ganas del tipo de acabar con su propia vida, el héroe rubio salió corriendo directo hasta el ascensor para subir hasta su posición dejando a Aizawa muy detrás de forma repentina. Cuando este se disponía a seguirlo escucho algo que lo dejó desconcertado y detuvo sus pasos. El tipo de cabello azul ni siquiera había reparado en su presencia todavía y le grito algo al suicida que se oyó como amenaza. Como la policía lo estaba respaldado y no hacían mucho más que seguir las órdenes que este daba, noto que era de alguna forma legal lo que estaba haciendo. Fue justo cuando Eraserhead lo vio formar una bola de luz de miles de colores en la palma de la mano que no sostenía el alto parlante y apuntar hacia el suicida que fijó su mirada hacia arriba. El tipo efectivamente salto al vacío justo cuando acababan de terminar de poner un colchón inflable en el pavimento. Justamente cuando se despegó del edificio vio como Mic lo había agarrado del brazo en el último segundo. Estuvo a punto de lograr subirlo haciendo gala de su fuerza, pero ya era tarde. El tipo de cabello azul había lanzado la bola de luz y le había dado de lleno al suicida y también a Present Mic. Ambos cayeron al vacío inconscientes. De no ser por el enorme equipo de rescatistas extrañamente bien equipados del área pudieron haber muerto ambos. Lo siguiente que Aizawa vio fue a ese tipo de cabello azul deformar su rostro a uno lleno de completo asombro y horror al no percatarse del héroe que se había metido entre su ataque y su objetivo.
Después de una serie de cosas habían terminado en ese hospital. Tenían que verificar el estado de ambas víctimas de ese día y al ponerse al corriente de quienes eran los héroes que se vieron involucrados era obligación del agente especial y de las personas responsables de todo lo demás esclarecer sus dudas y aportar soluciones.
—Le pondré al tanto de la situación… ¿De acuerdo? — ahora estaban en una sala de espera vacía era pequeña y podrían hablar largo y tendido. Aizawa tomó asiento frente al supuesto agente especial y lo vio muy serio — Soy de una división de servicios especiales que trabaja conjuntamente con hospitales psiquiátricos, prisiones y en los tribunales. Más en concretamente mi trabajo se centra en darle seguimiento a ciertos pacientes o personas potencialmente peligrosas para ellas mismas o la comunidad y ciertos casos especiales y aislados con ayuda de mi particularidad… — este había empezado a hablar de forma fluida y profesional — Mi don me permite borrar recuerdos, desde pequeños momentos y cosas sin importancia, hasta toda la vida de la persona. Eso puede incluir el borrar el conocimiento de hacer cosas básicas como caminar, comer, hablar, leer… en ese sentido se parece un poco al alzhéimer… — alzó el rostro y trató de conectar con Aizawa viéndolo a los ojos — El hombre que intentó matarse hace varias horas era un paciente psiquiátrico que ya estaba advertido. Había tenido un buen progreso los últimos meses pero de intentar matarse de nuevo ya había sido emitía una orden en su contra, tenía la obligación de borrar su mente hasta retroceder a un punto donde fuera más tratable… mi trabajo consiste en regalar una segunda vida. Empezar de cero…
—¿Esta diciéndome que le borro la memoria a mi colega? — todas las alarmas se encendieron en la cabeza de Aizawa y estaba a punto de llamar a la UA y a quienes hicieran falta. Era algo bastante grave y que también le afectaba a niveles personales ya que conocía al implicado desde hace quince años. Formaba parte de su vida quisiera o no.
—Así es. Pero no tiene de que preocuparse. Mi don requiere que se cumplan ciertas reglas y pasos para hacer el efecto permanente, que usualmente es lo que buscó… — ahora se veía bastante seguro de lo que decía — También existe un protocolo para devolver la memoria. Aunque suele ser engorroso es efectivo. Dígame ¿Cuál es su relación con el señor Yamada?
—Somos colegas — eso fue lo que Aizawa se limitó a responder.
—¿Nada más? ¿No son conocidos entonces? — el sujeto se veía algo confuso pero también muy decidido.
—¿Eso es remotamente relevante?
—Lo es, si quiere ayudarle. Aunque sí prefiere dejarle este tema a alguien más cercano al señor Yamada o a su familia. Tal vez sería lo mejor… — le dijo y luego se cruzó de brazos— En lo que despierte este se sentirá ligado a la emoción o pensamiento más fuerte que predominase en su psique como individuo. Esto será lo único que haya sobrevivido en el impacto con mi particularidad. Sirve como una llave maestra, un seguro para devolver la memoria. Estará ahí en forma de emoción y como una idea borrosa y sin todas las piezas. Lo fundamental para recobre la memoria será complacer esa emoción en el caso contrario esto motivará a la pérdida permanente de sus recuerdos. Pondré un ejemplo: Si la persona afectada adoraba hacer deporte y se gana la vida con ello o simplemente si esto era terapéutico para esta persona y lo hacía por afición, será necesario complacer ese capricho así sea creando una carrera de obstáculos solo para él. El individuo afectado al despertar estará como viviendo en un sueño y su entera realidad y su presente subsistirán únicamente de la emoción que haya sobrevivido. Le llamó despertar cuando está recobra sus memorias. Suele tomar dos o tres días cuando mucho. Todo depende..
—Ya veo… — conociendo a Yamada, probablemente las opciones se redujeran a hacer una maratón de su programa radial y que fungiera como lo que era: Un radiodifusor. Tal vez fuese el deseo de leer, hablar o enseñar inglés. Aunque lo más probable podía ser su lado musical. Ponerle algunos de sus álbumes como DJ y dejarlo solo con una computadora y equipo para hacer mezclas sonaba bien. Pero de todas formas iba a necesitar la ayuda de sus otros colegas y del director. Entre más gente ligada a él mucho mejor — Conozco a Yamada desde que íbamos en el mismo curso de héroes. Me doy una buena idea de que cuales podrían ser esas emociones predominantes. Una vez despierte y sepa cuales son, avisare a la UA y tendré más apoyo para tratarlo — a Yamagawa le pareció bastante bien pensada esa estrategia pero no dejó de parecerle muy fría también.
—Solo déjeme darle un par de consejos y advertencias. Se que le serán de utilidad. Normalmente supervisó los resultados pero creo que será bastante capaz de manejarlo, se ve que lo conoce muy bien.. — el tipo frente a Eraserhead empezó a apuntar una serie de cosas en una libreta que llevaba consigo, escribía con un bolígrafo mientras hablaba — Primero que nada, la realidad creada para la persona no tiene que ser extraordinaria, pero no debe tener ningún defecto o aspecto negativo. Tiene que ser parecido a un sueño grato. Otro ejemplo bueno podría ser el siguiente. Si la persona trabaja en una cafetería, pueden hacerle sentir que las bebidas que prepara son populares en la zona y con eso bastaría. No sería necesario que fuese el mejor café del mundo pero sería contraproducente decirle que siempre tiene clientes difíciles y quejas mal fundamentadas ¿Me entiende?
—Entiendo — a Aizawa empezaba a parecerle muy curioso todo ese tema. Logró despertar buena parte de su interés — ¿Por qué es tan necesario el aspecto de la gratificación? ¿Es parte también de su particularidad?
—No, mi don no tiene nada que ver. Solo es el resultado de ser humano.. — le dijo muy reflexivo y también melancólico— Piénselo. Todos queremos ser felices. Las cosas gratas y las emociones positivas lo son todo para nosotros. Aun quien diga que no. Es mucho más fácil motivar a la conciencia a despertar si sabe que todo es bueno y placentero afuera. Por eso la clave de devolver la memoria es mimar caprichos… caso contrario cuando lo que se busca es que los recuerdos se desvanezcan, trato con gente que preferiría morir a seguir respirando un segundo más por miles de motivos que solo esta conoce. Vidas enteras de abusos, traumas, culpas incurables, pudieron ser víctimas de crímenes y un largó etcétera. Se les expone a emociones negativas después de ser tocados con mi don para que puedan tener una nueva vida. Ser individuos productivos, detrás de todo esto existen muchas fundaciones que los reinsertan a la sociedad.. — terminó con su relato y Aizawa parecía entender mucho mejor ahora.
—Bien, un presente sin defectos pero nada demasiado fuera de la realidad ¿Algo más?
—No forzar a recordar nada fuera del tema que se esté tratando. A menos que la persona lo pregunte directamente. Y no obligarlo a hacer nada que no quiera por pequeño que sea. Finalmente no dejar que descubra las fallas que pueda haber en la historia que ese le cuente. Esto quebrara por completo la ilusión y lo hará retroceder a un punto de no retorno. Lo bueno es que dos o tres días de mantener una farsa no es mucho y suele no requerir demasiado esfuerzo. — terminó de apuntar todo y le entregó el papel — Adjunte mi número personal por si necesita algún consejo usted o sus colegas. Le aseguró que no tiene de que preocuparse. Lo usual es que la persona pregunte por los seres más cercanos a ellos, suelen ser los padres casi siempre o incluso una mascota muy querida. Si este no lo reconoce no tema nada, dígale quien es que esta pasando y que pronto por quien llamó estará con él. Pregúntele que siente y que piensa y empiece una conversación, así sabrá fácilmente que hay que hacer. Suelen ser bastante expresivos cuando despiertan — le sonrió y se puso de pie — Si me disculpa tengo que ir a ver si mi paciente despertó. Le espera una reubicación y me aseguraré de que viva en un lugar bonito de ahora en adelante… — detrás del hombre de cabello azul se fue el policía dejando solos a Aizawa y al médico. El localizador de este empezó a pitar y vio a Aizawa con una sonrisa comprensiva.
—Su colega acaba de despertar. Tengo que ir a revisarlo ¿Vamos? — le invitó y Aizawa accedió sin más.
Cuando llegaron de nuevo donde Yamada este se veía normal. Aizawa observaba todo desde el otro lado de la ventana donde opto por quedarse desde el inicio. Veía como le hacían exámenes básicos y de rutina al rubio y como este ponia distintas caras a las explicaciones que le estaba dando el doctor. Yamada reía y sonreía como era usual, todavía cargaba su atuendo civil. Unos jeans claros y una camisa blanca de mangas largas, lo que ataba su cabello se destruyó en la caída junto a sus lentes así que estaba con el cabello suelto y con sus enormes ojos verdes expuestos, no sólo se veía diferente sin su traje de héroe sino que le rodeaba un aura totalmente distinta a la de siempre. Aizawa lo veía de cierta forma enternecido y también preocupado por como iba a llevar esa situación. Era un tema delicado y temía cometer fallas que podían ser fatales, sin mencionar que actualmente era el único apoyo que tenía su amigo. Le intimidaba cargar con esa responsabilidad y el pecho se le estrujaba al pensar que existían posibilidades de nunca recuperar al de ojos verdes. No podía escuchar nada desde su posición pero noto perfectamente como este le hacía señas al doctor para que se acercara, le dijo algo y luego lo señalo a él. Aizawa parpadeo confundido ¿Era posible que Yamada lo hubiera reconocido? Tal vez, quizá vagamente o quizá tenía dudas de quien era ese extraño parado fuera de su habitación viéndolo como un oficial de custodia. El doctor salió y se encontró con él y le veía tan tranquilo como desde un inicio.
—¿Qué le ha dicho?
—El señor Yamada pregunta por usted. Me pregunto porque no había entrado a la habitación, le dije que estaba esperando a que yo le diera permiso.. — lo último era falso pero el doctor había decidido cooperar en esa situación tan tensa y complicada, después de todo escucho toda la explicación del señor Yamagawa.
—Bien, será mejor que entre entonces.. — Aizawa trago grueso y respiro profundamente. No sabía muy bien que hacer pero intentaría actuar profesionalmente. Abrió la puerta y camino lento y con seguridad al interior del cuarto, cuándo estuvo al lado del rubio se sentó en una silla y se acercó lo más que pudo. Este le había sonreído de una forma magnífica desde que lo vio entrar y hasta parecía sonrojado y ansioso. Tenía una emoción extraña en los ojos y eso puso bastante nervioso a Aizawa — ¿Cómo te sientes…? — fue lo primero que se le ocurrió preguntar y quizá fuera lo idóneo.
—E-Estoy bien…— el rubio se tomó del cuello y volteó un poco a otro lado, seguía sonriendo nervioso — ¿Por qué no habías entrado? — ahora lo veía de nuevo, se veía inusualmente tímido y Aizawa confirmó que efectivamente estaba ruborizado. La gran pregunta que surgió fue porque razón estaría tan apenado el rubio.
—El doctor ya te lo dijo, tenía que darme el permiso… — hablo firme y se cruzó de brazos — ¿Sabes como te llamas?
—Eh, el doctor me comentó que tenía amnesia temporal producto de un accidente. Aunque sí que lo note al despertar… — vio a todos lados y se veía bastante perdido aunque extrañamente feliz, como si no le importara no saber absolutamente nada de si mismo o de donde estaba, había algo lo suficientemente poderoso manteniéndolo calmado — De hecho, mi nombre es de lo poco que recuerdo…
—¿Podrías confirmarlo por favor..?
—Yamada Hizashi… — ahora veía al suelo algo decaído. Aizawa no entendía el porque ¿Era acaso por su tono de voz para dirigirse a él? Quizá si tenía que suavizar un poco el tono, así sea como una consideración. En fin tenía que empezar a indagar — ¿Qué más recuerdas? ¿Sientes algo en particular? — esa nueva pregunta pareció encender de nuevo el ánimo del rubio, este lo vio llenó de energía y con esa sonrisa melosa que lo estaba haciendo sonrojar a él también.
—Te recuerdo a ti, bueno no totalmente pero creo que lo suficiente. Tú nombre… ¿Empezaba con S verdad?
—Eh, si… — parpadeo varias veces y trató de ser amable, estaba impactado de ser la primera persona que recordará — Shōta. Me llamó Aizawa Shōta.
—Shōta… — Mic había hecho el amagó de pedirle permiso para tomar su mano. Aizawa dudo pero finalmente se la ofreció, tuvo que acercarse incluso más hasta él para que le fuera más cómodo a ambos. Yamada se aproximo después de sostenerla con cariño un rato y luego la soltó para pasar a poner ambas manos en su rostro y verlo lleno de anhelo. Aizawa estaba totalmente descolocado y no sabía cómo reaccionar. — Te vi mientras estaba dormido, había muchas escenas contigo y todas eran tan cálidas… nunca me sentí más feliz y tan enamorado… dime ¿Acaso…? ¿Tú y yo somos pareja? — Aizawa se había quedado helado en su sitio y sintió ganas inmensas y atroces de ponerse a llorar — Sentía que necesitaba despertar y estar contigo… ¿Estabas preocupado por mi no es así? — Yamada le sonrió llenó de vitalidad, se veía tan inocente. Aizawa estaba en una encrucijada. Se veía forzado a seguir el guion que le diera Mic al despertar o lo perdería para siempre, la UA perdería a un grandioso profesor. La sociedad a un magnífico héroe, su familia y amigos quedarían devastados. Tenía la vida entera de Present Mic en las palmas de sus manos. El más mínimo error borraría todo, lo cual era irónico ya que su particularidad radicaba en borrar cosas. Pero lo que más desgarraba su corazón era el haberse enterado de esa manera del aparente amor que le tenía el rubio en secreto. En ese momento hubieron miles de preguntas en su cabeza. Desde hace cuanto Yamada sentía aquello, el cómo y también el porque. Sin mencionar que cualquier plan que pudo pensar precariamente para que vinieran a ayudarlo quedaba inutilizado. No eran pareja, ante los ojos de los demás apenas se soportaban. Solo eran amigos de forma muy forzada pero resultaba que lo único que quedaba del Present Mic que conocía era un sentimiento y este parecía ser amor. Amor por el concretamente— ¿Shōta…? — la voz de Mic lo trajo de nuevo a la realidad. Se veía increíblemente preocupado y fue ahí donde el moreno tuvo que actuar. Si volvía la ilusión traumática lo iba a perder. Así que pensando que era lo mejor para la farsa que iba a tener que llevar a cabo dejo que las lágrimas le quemaran las mejillas dejándolas salir sin ninguna restricción. Mic se sorprendió bastante con eso y Aizawa se sentó en la cama junto a él.
—Perdona, pensé que…no ibas a acordarte de mi al despertar, es todo…. — le dedicó aquellas palabras y vio como el rubor en el rostro del rubio crecía, fue su turno de tomarlo del rostro y cerró los ojos. Mic lo imitó con sus mejillas demasiado calientes y el corazón palpitando con fuerza. Aizawa conecto sus labios en un beso pausado, profundo y llenó de ternura. Yamada se le colgó del cuello y profundizo el contacto llenó de ansiedad. Aizawa tuvo que apagar la mente y seguirlo besando, si Mic creía que eran pareja tendría que fingir serlo. En un punto el contacto se le antojo bastante delicioso y fue entonces que algo explotó dentro de su pecho y en el interior de su mente. De repente sentía que había descubierto algo que el mismo ocultaba. Hubo una explosión química que nació entre sus labios y llegó hasta su cerebro. Sentía que estaba besando al ser que más le importaba en el mundo. Lo aferró a él con demasiada fuerza y le transmitió muchas emociones, era el primer beso que se daban y obviamente este jamás fue planeado por ninguno para que existiera jamás. Pero ahí estaban. Se besaron por largo rato, el moreno sintió que despegó los pies de la tierra y que entraba en el mismo sueño que el rubio tenía. Este mismo fue quien lo apartó con suavidad, tenían la respiración acelerada y los labios algo hinchados.
—Perdona por preocuparte tanto… — le veía llenó de emoción y notablemente estremecido — Me queda claro que efectivamente eres mi pareja… — lo abrazo buscando refugio y consuelo en él y Aizawa no decía nada, su semblante estaba oculto entre su cabello, no hacia más que correspondería el abrazo y reconfortarlo. Besaba ligeramente su cuello mientras se perdía en su aroma — ¿Dónde estamos Shōta? ¿Cómo termine en el hospital?
—Estamos de vacaciones.. — las primeras partes de su farsa sentía que tenía que tramarlas sin verlo a los ojos, así que permaneció abrazándolo, ocultado su nariz entre su cuello y dejándole sentir lo cómodo que estaba en esa postura. Yamada se sintió increíblemente seguro y amado por lo cual no rompió el abrazo en ningún momento. Solo se limitó a sonreír, cerrar los ojos y asentir a todo lo que le dijera su amado. Aizawa era cálido y le llenaba de sensaciones muy gratas. — Vinimos por un par de días a Kyoto. Estábamos paseando y hubo un accidente de tránsito, volaron escombros, caímos al suelo y tú te golpeaste la cabeza contra el pavimento...— de hecho Mic se había golpeado un poco la cabeza en la caída del edificio, no fue nada grave y de hecho tenía vendas en su frente las cuales tocó con las puntas de sus dedos.
—¿Estamos de vacaciones por alguna fecha especial? — el entusiasmo del rubio por saber detalles le estaba empezando a aterrar bastante. Sonaba tan ilusionado y feliz. Se preguntaba cuanto iba a poder controlar esa situación sin enredarse con su propia lengua —¿Es nuestro aniversario o algo así? — la idea le ocasionó tanto dolor en el corazón a Aizawa como mucha emoción. Aunque decirle que si sería demasiado idealizar. Quizá lo mejor era ser real. Aunque se le ocurrió algo que sería sencillo de recordar.
—No, es que había tenido mucho trabajo y casi no habíamos podido compartir tiempo juntos, reserve un par de días para nosotros dos… — le acarició la espalda y sintió al rubio removerse de gusto, pensó detenidamente antes de seguir hablando y se tomó el tiempo de grabarse la sensación del tacto de la espalda del rubio, se sentía muy tranquilo en esa postura. — Tengo planeado algo mucho mejor para nuestro aniversario… — trago duro después de esa declaración. Todo aquello era una locura.
—¿Podrías recordarme que día es? C-Creo que voy a necesitar que me recuerdes muchas cosas… — se escuchó como si quisiera reírse de si mismo y luego titubeó. Los hombros empezaron a convulsionarle y luego rompió en llanto, eso luego bastante al moreno pero supo guardar la calma— E-Estoy bastante asustado babe, gracias al cielo todavía te tengo a ti… aunque no sea mucho lo que recuerdo, agradezco que la sensación sigue intacta… — Yamada estaba muerto del miedo y la incertidumbre se apoderaba de él. Se aferró más a Aizawa y se desahogo todo lo que necesito — Estoy tan desconcertado…
—Tranquilo. No dejaré que te pase nada.. — le juro mientras se apartaba un poco para volver a besarlo. Lo único real ahí eran los besos que ahora compartía con él. Estaba preocupado, lo quería y necesitaba expresárselo, se había dado cuenta de que empezaba a gustarle mucho besarle. Nunca se había sentido así. Como si fuera lo correcto, como si fuera algo que ambos necesitaban como desesperación — N-Nuestro aniversario es el 5 de agosto… — un cinco de agosto había sido cuando se unió al personal docente de la UA hace ya cinco años. Era una fecha que no olvidaría y la usaría para fingir que era aún más especial. Después de todo si tenía algo que ver con el rubio.
—¿C-Cuánto tiempo tenemos…? — Mic se sentía y sonaba como si fuera un adolescente otra vez. Eso hizo sonreír genuinamente a Aizawa.
—Trece años.
—¿E-Enserio? — se veía bastante extasiado con esa noticia.
—Así es, lo formalizamos al graduarnos. El día de la ceremonia de hecho — algo muy dentro de él le decía que decir y que hacer. Aunque no estaba seguro de absolutamente nada. Quizá fuera su instinto de auto preservación.
—¿E-Estudiamos juntos? ¿Tenemos la misma profesión? — el rubor en sus mejillas y su nariz había llenado de una tibieza muy plácida el pecho del moreno, incluso se sentía entusiasmado de repente.
—Si y si: Somos héroes profesionales…
—¡¿Enserio?! ¡Eso es genial! — lo abrazo bastante feliz y fue ahí cuando algo conecto en la mente del rubio, alzó la mano izquierda y noto que su dedo anular estaba desnudo — ¿Trece años y …no estamos casados? — ahora le veía molesto. O más bien se veía repentinamente decepcionado.
—N-No me mires a mi. Tú no has querido, dices que no hace falta..— Aizawa no sabía donde meter la cara. Aquello le estaba poniendo muy incómodo.
—Mmm… — frunció un poco el ceño y luego lo vio directo a los ojos. Aizawa se dio cuenta de qué era la primera vez que se veían de esa forma y estando tan cerca. Sentía que no podía sostenerle la mirada y al mismo tiempo podía despegarla. Fue como ahogarse en un estanque de color esmeralda, perdido en un vórtice gigante de ese bello tono de verde que le hacía sentir magnetizado. Había enormes emociones fijándose en él. En cambio Yamada sentía que se quemaba vivo entero, se sentía aterrado por toda la fuerza de las brazas en ese par de ojos negros. Sentía que estaban hurgando en su alma, despedazándolo y armándolo de nuevo. Veía mucho en los ojos de Aizawa. No sentía que tuviera que preguntarle nunca si lo quería estaba escrito en su mirada. Se sintió débil y lo encontró magnífico. Volvió a abrazarlo casi rogando por fundirse en ese abrazo con él y la forma en la que este le respondía lo hacía sentir en las nubes — Tienes razón… no creo que sea necesario… esta bastante claro.. — Aizawa sintió bastante miedo arañar su espalda. No sabía que había querido decirle el rubio con eso y quizá era porque no quería ser consciente de su propia situación — Quiero irme… — había sonado como un niño antojadizo y hastiado de permanecer un solo sitio. El Mic que conocía nunca habría usado ese tono con él. Estaba conociendo nuevas facetas de su colega eso estaba claro como el cristal.
—Le preguntaré a tú médico si ya te pueden dar de alta.. — viendo su oportunidad para esfumarse un momento uso eso para salir de la habitación y caminar lejos. Tenía varios detalles que pulir antes de sacar a Hizashi de ese lugar. Primero tendría que quedarse durante todas las vacaciones pagadas por la escuela. Segundo tendría que inventarse un plan que se viera creíble, pensar en cosas que haría una pareja que estaba disfrutando un tiempo de ocio por ejemplo y tercero pero no menos importante. Tenía que llamar al hotel y arreglar unos cambios. Ya no podían tener habitaciones separadas así que tuvo que llamar y gestionar un cambio de dos habitaciones individuales por una habitación matrimonial y pedir que las cosas de ambos fueran trasladadas a esta. Por suerte no le dijo a Mic que ya tenían un día ahí, así que podría fingir que apenas estaban por hospedarse. Por suerte la mujer que lo atendió fue bastante amable y comprensiva. Le dijo que podía pasar por la llave de su nueva habitación cuando quisiera. Se dio a la tarea de buscar al doctor cuando acabo todo lo anterior y este le dio el visto bueno para irse en compañía del rubio. Sin más volvió a la habitación.
—¿Nos podemos ir? — de verdad se veía harto de estar ahí.
—Por supuesto… — le sonrió y tomando bastante valor le tendió la mano para ayudarlo a levantar. Cuando lo tuvo cerca de él otra vez volvió a sentir ese vértigo que lo atacó cuando se le acercó por primera vez desde que este despertó. El corazón volvió bombearle de forma frenética y se recriminaba a si mismo lo que estaba sintiendo. Quizá todo fuera una sugestión producto de conocer los verdaderos sentimientos del rubio para con él. Pero en el fondo sabía que no era eso.
—Y dime ¿Qué tipo de héroes somos? — el rubio estuvo preguntando cosas puntuales a cada tanto. Pero parecía gustoso de escucharlo a él hablar. Cuando llegaron al hotel este se vio increíblemente alegre aunque no se le despegaba. No sabía que hacer, jamás pensó en ir agarrado del brazo de Yamada. Nunca pensó que cada dos por tres le estaría dando un beso en la boca con tal de encender de nuevo su sonrisa. Y tampoco pensó que tendría la paciencia y el cariño de actuar como su pareja cuando ni siquiera sabía que podía aceptar una relación de esa naturaleza y menos con quien debía fingirla. Al llegar a la habitación todo fue más sencillo. Estaban solos y al parecer el rubio se entretenía con cosas pequeñas. Aunque si iba a llevar una relación temporal con el de ojos verdes iba a manejarla a su antojo y esperaba no tener que llegar muy lejos. Si Yamada no recordaba nada, aunque este estuviera enamorado de él, si llegaba a cruzar ciertas líneas podría interpretarse como algún tipo de abuso. Seria como aprovecharse de su estado de alguna manera. O eso quería pensar para salvaguardar la integridad de su amigo y la suya propia.
Le fue extraordinariamente difícil saber que hacer y también tenía un incentivo extra y bastante problemático ahí. Yamada no tenía ninguna pena con él, se le colgaba del cuello, lo besaba y le hacia cosquillas. Había procesado bastante rápido el hecho de que supuestamente eran pareja y actuaba como si de verdad sintiera trece años de romance con él sobre su piel. Le había propuesto bañarse juntos y luego alistarse y salir a pasear y Aizawa tuvo que decirle que si a todo y actuar lo más natural posible. Lo peor de eso era que, en efecto le salió muy natural responder a sus caricias, le fue muy normal seguirle él juego y aportar también sin sobre esforzarse ni pensar demasiado que movimientos ejecutar. Le fue terroríficamente placentero y divertido ayudar a sacarle la ropa para entrar en la bañera, habían estado riéndose de chistes y de anécdotas inventadas y reales que Aizawa le contaba. Después de todo tenían media vida conociéndose y eso le facilitaba las cosas al moreno, realmente a veces olvidaba lo bien que se podía llevar con el rubio, este se veía nervioso en su presencia y eso le estaba agradando demasiado para el bien de su salud mental. Lo encontraba hermoso con el cabello suelto y los ojos sin tapar por cristales de colores. Siempre pensó en secreto que Yamada era muy atractivo y podía confirmarlo mejor que nunca. Estaban desnudos solo de la cintura para arriba y a punto de entrar entre juegos y artimañas a bañarse y fue entonces que este dejó de verlo, se tomó del cuello y titubeó mientras el rubor calentaba su rostro.
—M-Me pregunto si así debió sentirse la primera vez que salimos… — le confesó apenado y luego le regaló una enorme sonrisa como era tan propio en él — Siento como si fuese la primera vez que te veo sin camisa y bajo estos términos… y de cierta forma lo es…o bueno lo vuelve a ser …— de hecho si era la primera vez en todo y Aizawa agradecía no ser el único que se sentía así. De hecho le daba pavor. Pero no podía dejar de hacer nada de lo que estaba haciendo. Y gracias a que estaba más pendiente de no romper la ilusión para que su compañero no perdiera la memoria indefinidamente no podía darse el lujo de detenerse a pensar nada que tuviera que ver con un posible debate mental sobre si era ético o no lo que estaba haciendo. O si de verdad no tenía problema al hacerlo.
—Volverás a acostumbrarte… — le tomó de ambas manos y luego le dio un beso en la mejilla. Algo dentro de él le gritaba que fuera el mejor novio posible para Yamada. Lo veía tan feliz que le era inútil tratar de luchar contra sus prejuicios. No supo de donde salió todo ese amor y delicadeza a la hora de ayudar a desvestirlo pero él mismo se sorprendió. Había hecho trabajo encubierto en varias oportunidades en su vida profesional. Tenía experiencia actuando para salvar su pellejo y el de sus compañeros en situaciones de vida o muerte. Pero aquel papel que estaba tratando desesperadamente de encarnar era más grande que él y por mucho. No dejaba de verle el vientre al rubio de forma embelesada, le temblaron los dedos a la hora de desabotonarle el pantalón y también se había acercado mucho. Quería que el de ojos verdes pensara que existía mucha libertad e intimidad entre ellos y no sólo lo logró sino que le genero al otro una fuerte sensación de sobrecogimiento que después se transformó en atracción. Yamada lo ayudó casi al mismo tiempo con la misma empresa y no podía dejar de verlo hipnotizado. Aizawa no disimulo la risa cómplice le daba mucha ternura que de verdad Hizashi lo estuviera viendo así. Se sentía en la piel de un encantador de serpientes. Elevó un poco la vista y le sonrió de forma galante y el rubio le estampo un beso muy pasional en respuesta a su provocación, fue bastante brusco y también muy pasional. Había estado notando que Hizashi gustaba de ser rudo con él. Tal vez pensaba que debido a su aspecto podía serlo y no lo iba a poder lastimar, en eso puede que estuviera en lo correcto realmente era la primera vez que besaba a otro tipo y por ende ninguna mujer había tenido la fuerza bruta que este tenía a la hora de besarlo y aun así no era algo que no pudiera soportar. De hecho combinaba muy bien con él y lo encontraba delicioso. Algo que odiaba era ser delicado en cualquier aspecto de su vida. Lo tomó de la cintura y lo pego a él. No iba ganar nada mintiéndose y menos aún en esa situación. Le gustaba como lo besaba su mejor amigo de años y ya no podía negarlo. Y puede que fuera esa misma confianza que le tenía la que le daba fuerzas para hacerlo.
El reto real fue cuando Hizashi reparo en su cabello. Al parecer una ducha juntos resultaba ser algo bastante rutinario. Actuaban como si estuvieran preparándose para un baño termal. El ambiente estaba de todo menos cargado, o tenso. Aizawa agradeció infinitamente aquello y que Hizashi no estaba de humor para llenar la tina y le hubiera pedido solo compartir la ducha, pero fue entonces cuando le hicieron la pregunta del millón.
—¿Tengo alguna rutina para lavar todo esto…? — Yamada se había echado toda la rubia melena hacia adelante y la había detallado y parecía tan sorprendido que hasta tenía pánico marcado en el rostro — Míralo… — le ofreció con algo de duda tomar un mechón y Aizawa tuvo que sostenerlo, le recorrió un escalofrío desde la punta de los dedos que se tomó la osadía de pasear por todo su cuerpo. Y eso había sido solo por tocarle el cabello, quizá algo estuviera muy mal con él. No sabía que le tenía tanta fascinación al rubio. Pero dejando eso de lado. No tenía ni una sola puta orquetilla, estaba recién despuntado y se veía bastante brillante. En otras palabras tenía el cabello mejor cuidado e hidratado que cualquier mujer que hubiera conocido — Me intimida un poco pensar cuantas horas invierto en mi aseo personal… — el muy desgraciado tenía una sonrisa bastante egocéntrica en la cara y parecía querer burlarse de él mismo — Por lo que veo tengo una rutina de depilación de cuerpo completo, creo que acabo de ir a la barbería y… ¡Mira nada más! Ni mi madre debe tener el cabello así… — se vio las uñas y descubrió otra cosa — No están pintadas pero creo que me hacen manicura…
—Te equivocas. Tu mismo te haces todo eso… — Aizawa estaba realmente apenado y con ganas horribles de echarse a reír como un enfermo. Yamada era el hombre más cuidadoso con su aspecto que jamás hubiera conocido, eso sin mencionar todo el equipo de embellecimiento masculino que tenía. Todo tipo de espumas de afeitar y lociones para después de la misma. Marcas de champú para caballeros bastante caras, y acondicionadores, cremas, geles y spray para el cabello, desodorantes que se le impregnaban en la piel y no se iba así pasara todo el día en el campo de batalla, carísimos también cabe agregar y debía admitir que su casi infinita colección de colonias era envidiable y una que otra vez le había robado algún frasco de emergencia que tuviera en su escritorio en la escuela. Y sería mejor no mencionarle que si tenía pintura de uñas. Tenía más que todo tonos negros, y de colores fluorescentes. Cuando le daba la gana de salir con un estilo gótico-punk o un estilo metalero solía pintarse las uñas. En cambio el se enorgullecía de decir que era un hombre común. Usaba una buena marca de todo para cada aspecto de su vida pero no exageraba como si tuviera un negocio como Yamada.
—¿De verdad? — le sonrió y se le colgó del cuello de nuevo, parecía querer comérselo de una mordida — Debo estar perdidamente enamorado de ti entonces. Creo que todas esas molestias son para complacerte la vista.. — había puesto se Aizawa increíblemente nervioso con eso. Sabía que no lo hacía por eso sino por su enorme ego y amor propio, aunque ahora que sabía lo que el rubio sentía por él, se preguntaba si eso sería verdad en algún punto. Es verdad que le prestaba bastante más atención de la debida gracias a que esté se acicalaba más que un gato. Pero eso era inverosímil y hasta ese momento sin fundamento. Iba a responderle cuando sintió dudas y algo de culpa, ya que este había sacado el tema de estar atractivo para el otro temió que el rubio pensara que el no se esforzaba. Y ahí estaba de nuevo esa sensación tan impropia. Obviamente no tenía argumentación que dar porque lo suyo entre infinitas comillas no existía y hablando figurativamente de existir solo tenían un par de horas en esos términos. Perdió toda la concentración cuando empezaron a besarle el cuello y no pudo resistirse a tomarle el rostro y besarlo. Ya le parecía una especie de simbiosis, cuando lo tenía tan cerca era como si pudiera leer sus intenciones. Yamada fue el primero en apartarse y lo recorrió enteró con la vista. Lucía tan maravillado que Aizawa podría jurar que parecía de cierta forma drogado. Tal parecía que al de ojos verdes le importaba un rábano si el tenía una rutina parecida a la suya o no. En realidad no necesitaba ninguna pista de que provocaba mucho en él, después de todo estaban compartiendo el baño y le bastó con leer su lenguaje corporal y echar un vistazo hacia abajo. Como hombre debía decir que se sentía halagado de causar aquello y de forma tan potente además, conocía todas las señales del cuerpo de un homólogo enamorado hasta las narices y Yamada era el caso más grave que hubiera visto nunca. Tenía las pupilas dilatadas todo el tiempo a su lado, le tomaba de la mano, buscaba besarlo y sobre todo provocarle. Y todo eso era menos que la punta del iceberg, el resto de cosas era más que todo psicológicas y físicas. Y había que estar muy cerca para notarlas.
Al terminar los que fueron a hacer ahí, el moreno se tomó un tiempo para acariciarlo y besarlo bajo el agua caliente. Lo sentía temblar bajo su tacto, estaba increíblemente rojo y sabía que no era gracias a la ducha caliente. Fue especialmente dulce y tierno al besarlo, tanto que no se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo haciendo aquello. No podía evitarlo algo lo poseía para hacer aquello, se sentía completo y en paz. Sabía que había empezado a tomarse esas libertades por voluntad propia y por interés personal y ya no por obligación por el bienestar de su mejor amigo. En verdad lo estaba disfrutando y quiso hacer sentir amado a Yamada, si se suponía que aquello era fantasía que el rubio tenía hacia él por lo menos la haría llevadera. Este tenía un buen rato enredando sus dedos en su cabello y rehuyéndole un poco. Quería mantener la distancia de forma torpe pero al mismo tiempo quería estar pegado a su calor, Aizawa noto que el de ojos verdes estaba nervioso y no lo culpaba. Si no fuera por el subidón de testosterona que tenía estaría temblando como una hoja seguramente. Tuvo que hacer gala de su sentido común y salvaguardar el bienestar mental de su compañero. Le puso una mano en la mejilla y le sonrió tratando de transmitirle seguridad. En ningún momento hizo de sus caricias gestos muy dominantes o lascivos, eran muy considerados porque no quería hacerlo sentir lo obligado a nada.
—¿Te encuentras bien? — hizo que Yamada lo viera y pareció calmarse con eso.
—S-Si, es solo que yo… — parecía querer disculparse con él y no encontraba las palabras correctas.
—Se que es muy pronto. No pienso forzarte a nada.. — Aizawa siempre se jactó de saber leer su mente para bien o para mal y en ese momento casi juraba que había desarrollado telepatía como segunda particularidad.
—¿Siempre eres tan atento? — Hizashi lo abrazo y procuró hacerlo con mucha fuerza.
—Bueno, diría que lo intentó… es más bien algo lógico. Tienes amnesia, debes sentirte intimidado… como si estuvieras con un desconocido..
—¡E-Estoy ansioso es verdad! Pero se que no estoy con un desconocido… — se carcajeo bastante en su cuello y luego lo vio muy suspicaz cuando volvió a encararlo y vio el rostro rosado y de Aizawa y su expresión de sorpresa mal disimulada— Siento que puedo tener fe ciega en ti. Todo en mi ser me lo esta gritando…Mm.. — Yamada nunca se sintió más feliz y pleno en toda su vida como en ese instante. Aizawa lo abrazo y casi sintió que la gravedad se apagó, lo apretaba como si temiera perderlo y era tan tierno que le estaba enloqueciendo. Sentía la vista nublada y como si estuviera bajo un hechizo — ¿Salimos ya?— le parecía muy adorable tener que recordarle que no podían quedarse así para siempre puesto que el moreno se veía bastante cómodo y apacible, hasta se quejó un poco cuando lo tuvo que soltar.
—Claro..
…
—Vaya.. — el de ojos verdes tenía bastante rato admirando el contenido de su maleta. Todo el estilo de vestir que encontró dentro le asombró por uno: La calidad de cada prenda que aparentemente era suya. Dos: los colores tan enceguecedores y de aire rimbombante y tres: Que aunque no reconocía nada como de su propiedad le estaba fascinando. Algo así como un lejano dejavú. Aizawa tenía un rato ya vestido para salir y no hacia más que verlo desde un sofá negro muy entretenido con la escena que tenía delante suyo.
—¿No puedes decirte por algo? — le comentó poniendo media sonrisa y cruzándose de brazos.
—Más bien… creo que perdí mi sentido de la moda por completo… no se que pantalón podría ir con que camisa y mucho menos el resto de accesorios… ¿Seguro que yo suelo vestirme así? — esperaba una respuesta negativa. Y tuvieron que desilusionarlo.
—Me temo que si… — se levantó de su asiento y se sentó en la cama junto a él. A duras penas pudo ayudarlo a lavarse el cabello para que este siguiera en el perfecto estado en el que estaba, si Yamada recuperaba la memoria y encontraba su amado cabello en malas condiciones probablemente intentaría cometer un crimen de odio en su contra viéndolo como único culpable, sabía que Mic se arreglaba el solo pero no sabía que tanto menjurje raro se untaba en el cabello, así que utilizó lo que el rubio había traído consigo de la forma más sabía que pudo pensar y por suerte todo salió bien. Ahora el tema de la ropa se le estaba haciendo tan complicado al de ojos verdes que apenas se había podido decidir por un color de bóxer. Terminó poniéndose unos de color rojo intenso y sólo eso cargaba puesto— Puedo echarte una mano. Solo si gustas claro…
—¡Por supuesto! — le hizo un inclinación con la cabeza a modo de súplica. Aizawa trataba de seguir la pantomima pero ahora si se había metido en un terreno difícil. Mic veía atentamente como examinaba su ropa y creía inocentemente que su pareja conocía bien su estilo y sería más sencillo estar listo si Aizawa le ayudaba.
—Mm… — el moreno trataba de pensar en algún atuendo para el rubio. Gracias a su meticulosidad y buena memoria terminó dando con una combinación parecida a lo que Yamada podría ponerse. Le pasó unos pantalones negros a juego con unas botas del mismo color y una camisa de mangas largas y cuello en V color rojo, le pasó unos anteojos de cristales transparentes, una cadena de oro y varias pulseras con un aire rockero. Le paso una gabardina negra con correas distribuidas en la tela y por último le dijo que se hiciera una cola alta en el cabello. Estaba haciendo algo de frío y aunque Aizawa solo andaba con unos jeans y una camisa negra de mangas largas también tenía una gabardina, esta era mucho más sencilla obviamente, la del rubio parecía de diseñador. Cuando Mic estuvo listo se sorprendió al ver su propio reflejo.
—¡Increíble! ¿Cómo no lo vi antes? — de verdad había olvidado su propio sentido de la moda y eso le sorprendía de forma graciosa al moreno. — ¿Cómo luzco?— nuevamente había un problema. El rubio quería que lo halagara y tendría que pensar en algo bueno. Después de todo tenían fulanos trece años juntos. Yamada debía intuir que quizá hubiera un repertorio de elocuencias y palabras bonitas que compartían en su rutina diaria. Aizawa se acercó y le acaricio el rostro haciéndolo ruborizar bastante, le sonrió de medio lado al ver eso iba a tratar de decir algo pero el de ojos verdes lo detuvo tal parecía que eso había sido suficiente respuesta — Gracias.. — Aizawa estaba algo confundido. No le había dicho nada, solamente acabo actuando por instinto. Y hablando de instinto, le tomo del rostro y lo examinó detalladamente había algo que no le cuadraba.
—Algo falta… — dijo y se aproximo a la maleta de Hizashi. Hecho un vistazo y encontró lo que estaba buscando. Dos pequeños zarcillos de diamantes. Eran pequeños pero muy brillantes — Ven… — le regaló una sonrisa floja pero muy cautivadora como solo el podía ponerlas. Yamada abrió los ojos conmocionado ante lo que le ofrecía — Te aseguró que sueles usarlos.. — le hizo caso y al no sentir ningún dolor cuando la punta de metal perforó sus lóbulos entendió que de verdad tenía las orejas horadadas. — Perfecto.. — ahora el ruborizado era el moreno. Tenía un monumento de belleza masculina en frente y lo que esté ignoraba era que el rubio pensaba exactamente lo mismo de él.
...
Fueron a ver una película y luego a cenar. Todo se dio de manera muy orgánica puesto que Aizawa había salido muchas veces en su vida con Yamada, claro había más personas en esos momentos pero igual sabía lo suficiente sobre los gustos de su mejor amigo como para proponerle cualquier cosa y no defraudarlo así este no recordará muchas cosas. Cuando regresaron de su paseo estaban riendo de cualquier tontería que surgía en la conversación. Apenas se cerró la puerta del cuarto Aizawa tuvo al rubio encima suyo de nuevo como muchas otras veces aquel día, buscando besarlo y arrimársele. Empezaba a ser frustrante porque se le olvidaba rápidamente que Yamada no recordaba nada. Esas muestras de afecto eran demasiado repentinas y rogaba a los gritos no echar todo su perder. Cuando sintió la pared de atrás suyo fue tarde cuando se dio cuenta que había agarrado de forma brusca y con más fuerza de la necesaria a su compañero y lo había puesto a él contra la pared. Este en un principio lo vio confundido, puede que incluso un poco asustado. Vio algo en los ojos de su pareja que lo dejó helado y eso parecía ser desprecio.
—¿Babe…? — Hizashi sintió bastante miedo en ese momento. No sabía si acercarse, había estado sintiéndose protegido en compañía de Aizawa y ahora era todo lo contrario. El moreno recapacito lo suficientemente rápido. Había dejado ver su molestia por medio segundo pero ahora Hizashi se veía destrozado. Lo abrazo con bastante fuerza antes de que algo peor pasará. No entendía como pudo haber perdido la concentración de esa forma y lo peor es que no podía poner ninguna excusa. Se sentía culpable.
—Lo siento yo no..
—Tranquilo, entiendo — Aizawa sintió que le volvió el alma al cuerpo cuando Hizashi se colgó de su cuello, su voz sonaba muy dulce y comprensiva — Debes sentirte fatal porque aún no recuerdo todo..
—¿C-Como llegaste a esa conclusión?
—Tu mirada dice muchas cosas.. — le aseguró y sonrió ampliamente cuando sintió al moreno relajarse entre sus brazos — Me dicen que eres una persona complicada… compleja… muy emocional… que tienes miedo y estas muriendo de la preocupación… es casi como si me estuvieras llamando a los gritos de forma silenciosa, creo que existe mucho que quieres decirme y mi yo actual no reconoce esas cuestiones.. ¡Pero no te preocupes! Estoy seguro de que pronto me tendrás de vuelta.. — Aizawa respiro profundo y cerró los ojos. Le encantaba poder ser así de abierto y sincero con Yamada.
—Siempre tienes que tener la razón… ¿Verdad? Incluso en tú estado ¿Eres odioso lo sabias?
—¡Jajajajajajajaja! — la risa de Yamada partió el ambiente tenso en miles de pedazos. Fue una risa sincera y fresca bastante jovial y que le aceleraba el corazón a Aizawa.
Más tarde esa noche el moreno vio el panorama frente suyo y se le hizo de fantasía. Estaba totalmente eximido de la realidad por completo. Se había visto forzado a vivir en una burbuja rosada donde todo era amor y cariño de la mano de su mejor amigo y aunque le sabia a locura, también lo encontraba casi mágico. La verdad era que no eran nada. No tenían una historia juntos más allá de ser dos ex compañeros de instituto, amigos que habían tenido más altibajos que otra cosa y algunos años donde ni siquiera se habían dirigido la palabra de forma frecuente. Solo eran colegas que daban clase en la misma escuela y que socialmente se les entendía como heterosexuales. Nunca le conoció un novio a Present Mic y ahora de la nada se enteraba que él era objeto de su deseo. Y de una forma tan poderosa que al ser víctima de una particularidad borra memorias, el afecto que sentía por él era lo único que había salido con vida del siniestro. Le enternecía hasta el alma ser testigo de cuánto lo quería su amigo y lo feliz que se veía a su lado creyendo que estaban juntos. Yamada le propuso ir a dormir ya que se encontraba cansado y era de esperarse que durmieran juntos. Le sorprendió bastante ver salir al rubio del baño luciendo un pijama holgado de pantalón gris y camisa blanca casi como queriendo advertirle que no quería tener ninguna intimidad con él y que no se le acercara y también noto unas bolsas bajo sus ojos que no tenía previamente. Se acercó hasta él sinceramente reocupado y no se iba a quedar callado.
—¿Estas bien Hizashi? — este únicamente asintió de forma floja, de repente se veía desganado y sin ese brillo que le caracterizaba.
—Uhumm… — le dijo y le apartó con suavidad — Estoy cansado.. — había regresado de su salida juntos muy feliz y de repente estaba de esa forma. Aizawa no pudo pensar en hacer otra cosa más que escribirle a Yamagawa cuando se excusó para ir al baño. Por fortuna este le contestó casi inmediatamente. Le preguntó qué ocurría y Aizawa detalló el estado del rubio. Aunque quería omitir por completo cual era la emoción que resultó predominante de la que tanto hablaron. El moreno permaneció atento a la pantalla y lo que sus ojos captaron lo dejó afásico en su lugar.
— Pérdida de ánimo y bolsas en los ojos ¿Eh? No se que este haciendo pero dejé de hacerlo. Algo tuvo un efecto bastante negativo. Tiene síntomas claros de estar retrocediendo. Ya que quiere omitir el tema le propongo que se esfuerce el doble o triple en lo que le haya tocado hacer y deje de pensar solamente en usted.
—No me está resultando sencillo..
—Sencillo o no. No querrá perderlo de esa manera se sentirá igual que un homicidio y le hablo por experiencia propia. Corríjalo señor Aizawa. Evite a toda costa que el señor Yamada se acueste a dormir si aún lo ve mal.
En ese instante Aizawa le cortó y salió corriendo del baño muerto del pánico y con cara de haber visto un espanto. No esperaba una declaración como esa y mucho menos eso. Al salir iba a gritar el nombre de su compañero y despertarlo pero para sorpresa suya lo encontró llorando silenciosamente sentado en una esquina de la cama matrimonial. Mic se sobresalto mucho al verlo salir de forma intempestiva del cuarto de baño. Tenía los ojos rojos de tanto sollozar y Aizawa sintió un frío asqueroso y horrible recorrerlo entero. Se acercó lentamente a él y se sentó a su lado. No pasó mucho tiempo para que este buscaré consuelo abrazándolo con fuerza. Eso estaba mal, pero muy mal. Le habían advertido en un principio que el rubio debía vivir un lindo sueño sin aspectos negativos y no sólo lo había hecho sentir mal al llegar sino que tenía una cantidad de tiempo significativa llorando de forma amarga sin que él se diera cuenta y solo Dios sabia que le pasaba por la cabeza y cuanto lo lastimaba eso.
—¿Mic que tienes?
—No lo se… — le dijo con voz entrecortada y herida — Me sentí bastante mal de repente… me siento muy triste…— le abrazo con fuerza y no tardó en mojar la camisa de Aizawa — No se explicarlo…
—No dejaré que nada te pase...tranquilo.
—Hablas como si fuera a ocurrirme algo peor… ya tengo amnesia y me siento lo suficientemente impotente. Nada podría ser peor… — sonaba enojado, dolido y frustrado. La rabia se lo estaba comiendo vivo ahí mismo — ¿Shōta…?
—¿Si?
—… — Mic pensó en preguntar si de verdad lo quería, necesitaba escuchar un te amo con urgencia pero se mordió el interior de la mejilla y se detuvo. No encontró el valor de preguntar — ¿Tenemos alguna rutina para dormir?
—¿Mm? — eso había logrado desconcertarlo. Obviamente debía referirse a si hacían algo o se decían algo. El rubio quería detalles de su intimidad y hasta el momento no le había dado casi ningún dato. Eso debía tenerlo mal — Claro… para empezar no dormimos vestidos… — le encaro y le regaló una sonrisa. Eso logró encender un poco la mirada de Yamada. —Ven, sácate eso.. — le ayudó a quitarse la ropa y luego el se sacó la suya propia quedando ambos en ropa interior — Sueles dormir abrazado a mi…y yo no puedo dormir si no estás conmigo..— y como si se tratará de un bálsamo curativo el de ojos verdes se lanzó a abrazarlo. La sonrisa volvía poco a poco a su rostro y eso le bastó al moreno.
Esa noche se vio en una cama enorme y muy elegante en el ambiente más comprometedor posible con Yamada entre sus brazos, había sentido la necesidad de abrazarlo por detrás y llenarle el cuello y la espalda de besos cargados de ternura y preocupación. Este sonreía hermosamente y sostenía sus manos que estaban alrededor de su abdomen. Hizashi se quedó dormido mucho antes que él y Aizawa pensaba en como debía empezar a ser honesto consigo mismo. Se sentía muy feliz en esa posición, se sentía lleno de algo que jamás había experimentado. Se permitió soltar un par de lágrimas jurándose que haría hasta lo imposible por no perder a Yamada. Lo haría sentir amado hasta que recobrara la memoria, pero no sabía si eso sería bueno del todo para él. Justo en ese momento quería quedarse así para siempre junto a un Hizashi que podía morir pensando que eran una feliz pareja porque en el fondo estaba empezando a lamentar que no fuera real.
