Hola de nuevo.
Esta vez público un tipo de fic aparte el cual está basado en un capítulo de la serie de one-shots de mi amigo Redentor 777, en el cual solo me basaré en una de las parejas.
El fin no será tan largo, por lo que lo publicaré de vez en cuando, pero esta trata de uno de mis OC favoritos, Ramón Maldonado y de la beisbolista Ryo Shinonome, con la inclusión de algunas otras parejas que hemos creado en nuestro pequeño universo de Hachinai.
Por cierto, ¿Qué opinan de la imagen de portada? La hice yo mismo, aunque no sé qué opinen ustedes. Ramón y Shinonome como pareja principal, abajo, de izquierda Joan, Tsukumo, Yukio y Kurashiki.
Cabe decir que Ramón está inspirado en Tenma de Pegaso, pero con el cabello negro y de ahí, me tuve que inspirar para hacer como eran Joan y Yukio, así que ustedes díganme como me salieron ambos.
Sin más, comencemos…
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Japón.
Ubicándonos en la Academia Satogahama, una academia la cual no parecía tener algo en especial, realmente poseía varias cualidades la cual había llamado la atención de muchos estudiantes, siendo la más llamativa que hace apenas unos años atrás era femenina, para atraer más público y evitar un posible cierre, se hizo mixta, cosa que le gustó a la mayoría de las personas, aunque solo un puñado se negó a esto, pero al final, se logró hacerla mixta.
A pesar de que la academia poseía más chicas que chicos en sus instalaciones, esto mejoraba al pasar unos años, aunque siempre la población femenina era más grande que la masculina, contando en un 70% de niñas contra el 30% de varones.
Con esto, nos ubicamos en esta academia en el que las clases recién habían comenzado, pero varios chicos ya tenían su propio círculo de amigos, al igual que las chicas con las cuales se formó un gran grupo de amigas, aunque la mayoría estaba en segundo año y unas cuantas en tercero, lo mismo que los chicos.
Aunque había una chica la cual, era bastante llamativa por su actitud fría y su belleza, lo cual resultaba bastante, siendo, aunque no lo admitiera, una de las chicas más populares en toda la Academia.
De cabello azul profundo y ojos morados, la chica de nombre Shinonome Ryo, era alguien la cual venía de una familia de buena posición económica, por lo que había tenido varios pretendientes, pero esta los había rechazado debido a que, según ella, "no estaba interesada en ello" aunque también se podía ver que no había nadie que le atrajera de ese modo.
Todo cambiaría una vez que se encontrara con cierto chico.
Entre los chicos, se encontraban 3 jóvenes los cuales no eran como los demás japoneses. Estos eran Joan Fábregas Díaz, oriundo de México, de cabello castaño, ojos del mismo color y piel blanca, aparte de tener una complexión bastante llamativa.
Junto a él, dos chicos que provenían de Honduras, un joven de cabello azul y ojos del mismo color, aparte de poseer una complexión normal, de nombre Yukio Murakami. Y el otro, de piel morena, ojos cafés y cabello negro, su nombre era Ramón Maldonado, el cual con su mejor amiga Yukio y su ahora gran amigo, Joan, habían sido la sensación cuando llegaron a la Academia.
Yukio, aunque su aspecto fuera de japonés, él se miraba más como hondureño luego de haber vivido casi toda su vida allí junto con su familia y también con su mejor amigo Ramón y su familia, los cuales tenía una relación de amistad bastante fuerte. Joan poseía un aspecto bastante llamativo, por lo que atrajo bastante atención de las chicas, en especial de cierta chica que llamaría mucho su atención.
En cambio, con el hondureño, fue otra historia ya que, desde el primer momento, no se interesó por las chicas, cosa igual que su amigo peli azul, sin embargo, este finalmente cedió cuando conoció a cierta peli roja con la cual tenían varias cosas en común y aunque nadie lo supiera, salvo el pequeño círculo de amigos, ambos salían.
Aunque Ramón fue algo intimidado por su estatura, la cual era de 1.58 metros comparado a varios de los japoneses y varios amigos los cuales eran más altos superando algunos los 1.70 metros.
Sin embargo, se llevaron una sorpresa cuando miraban su condición atlética y más cuando quisieron irse a los golpes con él, todos terminaron mal ya que no podía verse imponente, pero sus brazos tenían una fuerza bastante grande por lo que muchos terminaron temiéndole o respetándolo, por lo que se ganó miradas de muchas chicas las cuales parecieron interesarse en el chico, aunque este no le daba gana conocer chicas.
Retomando, un día, todo cambiaria.
Ramón y Joan estaban en el mismo salón de segundo año, el salón 2-6, donde compartían salón con Shinonome, la cual no sabía sobre los dos extranjeros ya que no le gustaba saber mucho sobre chicos.
Ese día, la chica venía desde la Academia a su hogar iniciando las clases de ese día. La peli azul podía venir en auto particular, pero ella no era de lucirse y exhibir lo rica que era, por lo que le gustaba venía a pie, además, le gustaba bastante el deporte, siendo el béisbol su favorito, por lo que le gustaba estar en condición.
La chica iba pasando por una cancha de futbol en la que se estaba llevando un partido de futbol entre algunos chicos de la academia y otros de algunas zonas aledañas.
- ¡Última jugada! ¡Adelante muchachos! – exclamó Joan el cual era capitán de uno de los equipos.
- Ramón, vente – exclamó Yukio a su amigo el cual estaba de portero y sin más, llegó a donde estaban los demás listos para un tiro de esquina.
- Aquí voy – el jugador que lanzó la pelota esperó que alguien la cabeceara, pero nadie lo hizo y la pelota terminó en pies del moreno el cual le pegó de remate, pero la pelota fue con tanta fuerza que se fue hacia afuera.
Esta tuvo la mala suerte de ir directo a Shinonome la cual era distraída escuchando algo de música con sus audífonos inalámbricos.
- ¡Cuidado! – gritaron varios chicos a la peli azul, pero esta no prestó atención hasta que finalmente el esférico le dio de lleno en la cabeza haciendo que cayera al suelo un poco aturdida por el impacto.
- Que golpe se llevó esa chica.
- Ramón, hoy si te madreaste a alguien – río el mexicano.
- Voy por la pelota.
- ¿Estás bien Shinonome-san? – una chica un poco más alta que la peli azul y dotada de buena delantera y de cabello rubio, de nombre Nozaki Yuuki.
- ¿Q-Que me pasó? Estaba escuchando música y de repente sentí un golpe duro en la cabeza – la peli azul se tocó la cabeza – de suerte mis audífonos no están rotos.
- Oye, al menos fíjate por donde caminas, por algo tienes ojos, tonta – dijo el hondureño llegando a recoger la pelota que había caído cerca. Shinonome al escuchar esto solo se molestó y solo se levantó.
- Y tú al menos fíjate a donde pateas – la peli azul fue ignorada por Ramón el cual solo tomó el balón y volvió a donde estaban sus amigos esperando – que chico tan maleducado, ni siquiera se disculpó conmigo.
- Si quieres te acompaño a tu casa Shinonome-san.
- Está bien, gracias – con eso, las dos chicas se fueron del sitio, aunque eso no le importó al hondureño el cual solo volvió con los demás.
- ¿Seguimos con el partido?
- ¿La chica estaba bien?
- Que me importa ella, eso le pasa por ir distraída.
- Vamos amigo, no seas así, al menos pudiste ayudarla a levantarse.
- Ella tiene piernas, no es como si fuera minusválida – respondió el chico – mejor sigamos jugando.
- Bien – con eso, los chicos volvieron a sus posiciones y el juego se reanudó sin problemas.
Nozaki y Shinonome llegaron a la residencia de esta última la cual era algo lujosa, una gran casa de dos pisos la cual resaltaba bastante. La rubia solo dejó a su amiga y se fue, no sin antes agradecerle por la ayuda.
La peli azul ingresó a su casa y sin más, se dirigió a su habitación. El cuarto de la chica estaba con algunos trofeos de béisbol y varios certificados tanto de deporte como de honores de escuela, demostrando que era una joven, no solo atléticamente buena, sino intelectualmente también buena.
Shinonome solo se puso una almohada en la cabeza mientras suspiraba un poco por lo vivido hace menos de 1 hora.
- ¿Cómo puede haber alguien así de mal educado? – exclamó algo molesta – ni siquiera se disculpó conmigo a pesar de que me pudo haber lastimado.
- ¿Estás bien hija? – se miró a una señora la cual era similar a Ryo, solo que esta tenía el cabello corto.
- Sí madre, nada importante – la chica decidió quitarle importancia al asunto del balonazo - ¿Qué pasa?
- Nada, tu hermano va venir temprano de sus entrenamientos.
- Bien, iré a verlo después – con eso, la señora Shinonome se retiró. La familia Shinonome venía de deportistas, por lo que el hermano de Ryo, de nombre Shinonome Ryuusei, estaba entrenando para un club profesional, siendo una de las promesas vivientes, cosa que la chica había admirado desde pequeña, aunque sus padres le decían que mejor se dedicara a otra cosa, pero ella siguió practicando el béisbol hasta que se hizo parte de ella.
La chica solo se cambió y sin más, bajó hacia la cocina donde ya estarían sirviendo la cena. Ahí estaba su padre, su hermano y su madre y solo se sentó junto a ellos a degustar.
Mientras se hablaba más sobre el entrenamiento que había tenido el hermano de la peli azul, aunque en una de esas, como el chico era bastante juguetón con su hermana, este se dirigió a ella.
- ¿Y el novio Ryo? ¿O aún no tienes pareja?
- No tengo, la verdad es que no me interesa tener pareja por el momento – decía la chica tomando un trozo de filete.
- O es eso o es que no te tiran el rollo.
- Ahí te equivocas hijo, Ryo no deja que nadie le coquetee, tal parece que no quiere una pareja – suspiró el señor – tal parece que no tendré yerno de parte de Ryo.
- P-Papá – la chica se sonrojó por eso.
- Yo igual quería conocer un día a mi cuñado, pero siento que alguien se morirá sola.
- ¿Pueden dejar de hablar de eso por favor? – decía la chica ya un poco irritada con la conversación.
- Solo decimos eso hija porque nos extraña que aún no presentes a algún chico, ya miramos a tus amigas, pero pensamos que podríamos tener algún heredero.
- Lo pensaré, pero es que no quiero estar con alguien a quien no quiero, además, quiero enfocarme más en mi carrera deportista.
- Ryo – los 3 solo miraron a la chica suspirando, eso les indicaba que la chica no les presentaría a alguien.
Luego de la cena, Ryo solo se dirigió hacia su habitación para realizar sus deberes académicos y luego de eso, se dormiría esperando a que el día siguiente iniciara.
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Un nuevo día escolar comenzaba.
Aunque apenas iban iniciando el año escolar, ya se mostraban varias cosas sobre los estudiantes. Shinonome no se dio cuenta de la presencia de Ramón ni de Joan en el aula a pesar de que eran compañeros.
Luego de comenzadas las clases, llegaban algunas materias en las cuales algunos alumnos tenían problemas, aunque otros veían esto bastante bien, tal es el caso de Joan el cual le dio una bailada al maestro de historia explicando lo equivocado que estaba cuando habló de la colonización de los españoles a América.
Para ese entonces, la peli azul solo se enfocó en sus cosas sin prestar atención a su alrededor. Todo esto hasta que llegó el receso, aunque sería bastante llamativo ya que habría un partido entre los alumnos de segundo año y los de tercer año, cabe decir que algunos eran amigos, por lo que el encuentro sería bastante amigable.
Aunque no sería lo mejor de esto, ya que varias chicas irían a ver el juego a pesar de estar las gradas llenas con varios de los alumnos de segundo y tercer año, estas eran igual de populares, famosas y muy queridas de la Academia.
Kurashiki Maiko, Nozaki Yuuki, Kawakita Tomoe, Arihara Tsubasa, Ukita Akane, Iwaki Yoshimi, Asada Aoi, Tsukumo Kana, Shinonome Ryo, Nakano Ayaka, Honjou Chikage, la amiga de infancia de Joan, Esperanza Cortés del Río y la Presidenta del Consejo Estudiantil Nomi Shiho.
- ¿Listos para ganar? – Joan miró a los demás del equipo.
- Apuesta que ganaremos – dijo Miyamoto Kudo asintiendo y además con el brazalete de capitán en su brazo izquierdo.
- Además, debemos impresionar a las nenas tan chulas que nos miran – dijo Yasmina Daisuke riendo un poco.
- Realmente no cambias pervertido – dijo Jinguji Shinji solo rodando los ojos.
- Déjalo, solo vamos a ganar esto – dijo Inoue Hibiki suspirando un poco.
- Quiero ganarle a mi hermano para mostrarle quien manda aquí – habló con emoción Haraguchi Souta.
- Bueno, él manda ya que no estás a su altura.
- ¡Te escuché y sé a lo que te refieres!
- No peleemos, vamos a jugar como podamos – exclamó Ramón mirando a los demás para posteriormente mirar a su amigo mexicano y al japonés peli negro – Kudo, Joan, guíennos a la victoria.
- Sí – sin más, el equipo solo fue al campo a tratar de ganar este juego, con sus compañeros apoyándolos, aunque las chicas no eran la excepción. De lado de los de tercer año, comandados por Yukio, había algunos chicos como Kushida Akira y Haraguchi Shinzuke los cuales eran fuertes contrincantes.
- ¡Akira, gánales bebé! – exclamó Yoshimi apoyando al peli negro.
- ¿Por qué le hablas de ese modo?
- Es porque me gusta, él lo sabe y también es consciente de mis sentimientos – decía la peli mostaza sin vergüenza en su voz.
- ¿Por qué vinieron las demás? – preguntó Shinonome mirando a las otras chicas.
- Bueno, primero que nada, vinimos a ver a nuestros chicos – dijo Iwaki respondiendo – aunque antes que eso, veníamos más porque Maiko quería ver a su novio.
- Iwaki-san, te dije que no lo dijeras en voz alto, no quiero que las demás chicas se enteren que estamos saliendo – exclamó en voz baja la peli roja algo sonrojada.
- Guarden el secreto – dijo Aoi a las demás y estas solo rieron.
- ¡Carlos, juega con todo! ¡Aquí tu hermosa amiga de la infancia apoyándote con todo! – exclamaba Esperanza animando a su amigo y también interés amoroso. Esperanza, de origen español, le confesó sus sentimientos a Joan, pero esta se enteró que el chico estaba quedando con alguien más, aun así, no se daría por vencida.
- Cortés-san, Joan y yo estamos saliendo – dijo Tsukumo la cual era la chica la cual Joan había escogido como su pareja tiempo antes de encontrarse de nuevo con Esperanza, aunque estaban en periodo de prueba, el cariño que se tenían ambos era fuerte.
- No Kana, él y tu aun no son novios, solo están en periodo de prueba, por lo que aún puedo ganarme el corazón de Carlos.
- Aun así, lo apoyaré – la peli negra solo miró hacia la cancha y en el momento en que Joan volteó hacia donde estaba Tsukumo, esta le lanzó un beso el cual el castaño aceptó y se lo devolvió - ¿ves?
- ¡No es justo!
- ¿Se pelean por un chico? – se preguntó Shinonome mientras trataba de ubicar al mencionado Joan el cual, a pesar de ser compañeros de aula, no sabía quién era. Aunque no tuvo más tiempo para pensar ya que los altavoces de la cancha se escucharon y todos los estudiantes miraron.
- El juego entre Águilas Reales de segundo año y Samuráis azules de tercer año comenzará, así que alístense – el entrenador y árbitro del juego era el padre de Joan, Alfonso Fábregas, el cual era maestro en la academia, más específico, de deportes.
- ¡Ganaremos a como dé lugar! – exclamó Yukio y Kurashiki solo lo observó de forma alegre, aunque disimulada.
- Derrotemos a nuestros Kouhais – ahora fue Shinzuke el cual sería observado por Akane la cual se sonrojó al ver al peli turquesa.
Con eso, el juego inició, aunque Shinonome se le vino de un solo el momento del incidente el día anterior y por alguna razón, miró de reojo a todos los jugadores fijando su mirada en uno de ellos y solo frunció el ceño porque lo había reconocido.
Kudo siendo el capitán de los de segundo año era delantero, Joan iba de volante izquierdo y Shinji de volante derecho, Hibiki y Yasmina de defensas, Souta al mediocampo y Ramón en la portería. Del otro lado, de los de tercer año estaba Shinzuke de mediocampista, junto con Akira y finalmente Yukio estaba de delantero.
Shinonome no despegó la mirada durante todo el partido del guardameta de los de segundo año, pero manteniendo una mirada de molestia, cosa que el hondureño ni siquiera notó ya que se concentraba más en el partido.
- ¿A quién miras tanto Ryo? – Yoshimi miró a la peli azul la cual seguía con la mirada molesta – no me digas que por fin te decidiste por un chico. Yo pensaba que eras lesbiana.
- ¿Q-Que? – la peli azul solo sacudió la cabeza con un pequeño sonrojo, aunque luego se le quitó – no es así.
- ¿Por qué miras tanto a los chicos entonces? - ahora fue la inglesa.
- Porque me acordé que un idiota me dio un balonazo ayer en la tarde.
- Oh sí, recuerdo eso – dijo Nozaki ya que ella había ayudado a la peli azul cuando recibió el golpe.
- ¿Quién fue? ¿Acaso fue Joan?
- ¿Qué tanto hablan de ese tal Joan? ¿Quién es él?
- El de piel blanca y cabello castaño que lleva la pelota – Tsukumo señaló a su pareja el cual justamente destacaba moviéndose por la banda izquierda.
- ¿Ese es ese tal Joan? – Shinonome estaba extrañada ya que pensaba que los latinos normalmente eran de piel morena, pero le extrañó que fuera de piel clara – n-no, no es él.
- Era demasiado falso para ser verdad – suspiró Esperanza.
- Eso es lo que pensamos cuando dices que te ganarás el corazón de Fábregas-kun cuando la batalla la tienes más perdida que los argentinos con las Malvinas – decía Honjou.
- ¡Te escuché estúpida pechos de silicona!
- ¡¿Qué me dijiste estúpida?!
- ¡Mejor cállate greedy!
- Bueno, al menos él tiene una chica que lo quiere – la peli vino tinto miró a la peli negra de rostro monótono – Tsukumo-chan, tienes todo mi apoyo.
- Gracias – ambas sonrieron, pero eso solo molestó más a la española ya que sentía que la estaban jodiendo en su cara.
- Dejando eso a un lado, ¿Quién fue el del golpe Shinonome-san? – preguntó Waka.
- El que está en la portería – señaló al moreno mientras contenía una pelota lanzada por el equipo de tercer año.
- Oh, te refieres a Maldonado-kun – dijo Tsubasa.
- ¿Maldonado?
- Sí, al igual que Fábregas-san, él es extranjero.
- ¿Es de México?
- No, es de Honduras – explicó Nakano – al igual que Murakami-Senpai, ambos vinieron de allá. Además, no puedo creer que no los conocieras a Fábregas-san ni a Ramón-san si van al mismo salón que tu Shinonome-san.
- B-Bueno, no me fijo en mis alrededores.
- Por eso te dieron santo hostiaso entonces – río Esperanza – déjame adivinar, no sé disculpó contigo ¿verdad?
- No lo hizo.
- Así es él, aunque eso es algo malo, en lo general Ramón es buena onda.
- Es cierto – dijo la periodista.
- ¿Han hablado Nakano-san? – preguntó Tomoe.
- Sí, hemos hablado varias veces, nunca hemos tenido algún problema – con eso, el partido siguió en lo suyo. Las dos escuadras se dieron con todo, aunque los de segundo año poseían buenos delanteros y Joan se llevaba muchas pelotas por la banda izquierda, aparte de que Ramón, a pesar de su baja estatura, no dejó pasar ninguna pelota, y Kudo terminó marcando el gol de la victoria para los de segundo año.
Cuando el partido terminó, se organizó una salida entre las chicas y varios de los jugadores de futbol, bueno, aunque como era de esperarse, el encuentro de dos personas no sería nada bonita.
- ¡Oye tú! – exclamó Shinonome mirando a Ramón – no me ignores.
- No estoy sordo para que me grites, además, ¿Qué demonios quieres?
- ¡Quiero que te disculpes!
- Tú te buscaste eso, deja de quejarte.
- ¡No me lo busqué!
- Ay si tu como no – con eso, ambos chicos solo se miraron como si de una competencia por ver quien se miraba más feo al otro se tratase.
- Dios, sabía que sería una mala idea – dijo Hibiki mirando como Shinonome y Ramón se observaban con algo de molestia y odio.
Este era el inicio de esta pareja algo dispareja, aunque no se sabía si esto crecería más adelante.
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Continuará…
