No eres un monstruo.


Advertencia: Este Fanfic se ubica justo después del Final de Shingeki No Kyojin, si no estás al día con el Manga abstenerse de leer.


Annie Leonhart miraba desde el balcón hacia la oscuridad de la noche en la ciudad, melancólica como era ella, siempre acostumbraba a estar en silencio, al menos que fuera algo estrictamente necesario o estuviera entre personas de confianza, nunca jamás la escucharías hablando.

Eran bien entrada la madrugada, pero la rubia no podía dormir a no ser que estuviera muy cansada, por lo que incluso había días en los que amanecía despierta, lo que preocupaba en sobremanera a Armin, quien vivía con ella.

3 años habían pasado desde que todo había terminado, que Eren había sido asesinado y el mundo liberado del terror que suponían los titanes, fuera de las murallas lo único que quedaba era un mundo totalmente plano producto de lo que el retumbar había destruido a su paso.

Todos habían tomado caminos separados después de eso, aunque solían mantener el contacto, la única excepción era Mikasa, quien solo se comunicaba con Armin y Jean muy de vez en cuando, Annie no mantenía una relación especialmente amistosa con ella, pero esperaba que pudiera superar la muerte de Eren y seguir adelante.

Y al igual que la Ackerman, la rubia tenía sus propios demonios internos que la acosaban siempre, después de todo, no era fácil seguir adelante cuando en tu consciencia recordabas constantemente todas las vidas que habías arrebatado.

Todo lo que ella había hecho por su ahora desaparecida patria natal había sido en vano, lo que hacía que todo se sintiera aun peor. Muchas buenas personas habían parecido por sus propias manos, miles en el Distrito Stohess por ejemplo.

Incluso Marco, quien era uno de los reclutas más sociables y amables del escuadrón °104, muerto por sus actos.

Para ella se sentía horrible, muchas vidas arrancadas antes de que pudiera florecer, mientras ella misma disfrutaba de una vida tranquila y prospera como si lo anterior nunca jamás hubiese pasado.

Había intentado olvidar, pero no todo era tan fácil, sin importar cuanto lo hiciera, los pensamientos siempre saldrían a la luz de nuevo. Mikasa siempre lo repetía en sus tiempos de reclutas, y Annie estaba muy de acuerdo con sus palabras;

—Este es un mundo cruel. —Repitió con tristeza mientras miraba a las pocas personas en las calles de la ciudad a altas horas de la noche, con el frio viento moviendo sus rubios cabellos de forma relajante.

Annie escuchó el sonido de una puerta abriéndose, mirando hacia atrás para darse cuenta de que la puerta que conectaba el balcón con la habitación había sido abierta y que alguien se acercaba.

Armin Arlet, su actual pareja caminaba hacia ella con una pequeña sonrisa, se veía ligeramente cansado y traía consigo dos tazas en cada una de sus manos.

— ¿Café, Annie?—Ofreció con voz tranquila, Armin no importaba la situación, el siempre mantendría la calma, pasara lo que pasara.

La rubia no respondió, sino que se limitó a tomar la taza que había sido extendida por él, bebiendo un poco con tranquilidad.

— ¿El mismo sueño que las otras veces?—Preguntó Armin mientras se acomodaba al lado de ella, apoyando sus dos codos en el respaldo del balcón. Él había descubierto por su cuenta los recuerdos que perseguían a Annie, aunque ella siempre se negaba a hablar con el sobre eso.

—No quiero hablar de eso. —Dijo Annie tajantemente, haciendo que el rubio suspirara.

—Por favor, Annie. Quiero ayudarte, deberías saberlo. —Insistió el, verdaderamente preocupado por ella. —No podré ayudarte si no me cuentas lo que te sucede.

—No me sucede nada, Armin. —Repitió.

—Claro que sí, que pases días en vela no es normal en lo absoluto. —Dijo el rubio, Annie siempre se negaba a darle detalles concretos y el insistiría, a pesar de provocar su ira él quería ayudarla y no se detendría.

— ¡Armin, te digo que no pasa nada, deja de molestarme!—Gritó Annie con enojo, ella era tranquila y serena pero solía enojarse por varias cosas, entre ellas que alguien le insistiera sobre algo de lo que no quería hablar.

— ¡Te digo que me estas mintiendo!—Exclamó Armin, tomándola por los hombros, habiendo dejado antes su taza de café en el suelo. — ¡Quiero ayudarte, Annie! ¡Me preocupo por ti! ¿Es tan difícil pedir que confíes en mí después de todo lo que hemos pasado?

Silencio.

Annie miró los ojos decididos de Armin, la rubia sabía desde el primer momento que él no le mentía, que en realidad quería ayudarla, el a pesar de que ella no lo demostrara, la hacía muy feliz y no quería incordiarlo haciendo que el cargara con sus problemas.

Esto no era una cuestión de confianza, era una cuestión de sentimientos, y Annie nunca quiso preocuparlo, aunque como todo lo que ella había hecho antes, fue un esfuerzo en vano ya que solo logró empeorar la situación.

Ella cerró los ojos mientras bajaba la cabeza con tristeza sin decir nada, y Armin por su parte la atrajo a un abrazo para animarla, abrazo que la rubia correspondió con gusto.

Annie amaba eso de Armin, que él siempre estaba allí como apoyo si ella sentía que no podía más, era una presencia muy reconfortante y se sentía muy afortunada de tenerlo a él siempre que quisiera.

Cuando finalmente se separaron de su abrazo, Annie caminó para sentarse en el suelo, apoyando su espalda en las bases del balcón como un apoyo para acomodarse, mientras Armin hacia lo mismo a su lado.

—Armin, ¿Puedo preguntarte algo?—Comenzó Annie con tono bajo.

—Claro, lo que quieras.

—Yo… He matado muchas personas antes. Marco, todo el escuadrón Levi, miles de personas en el Distrito Stohess y cuando era niña junto con los demás guerreros incluso arrasamos un país en una sola noche. —Expresó Annie con tono sereno, mientras el rubio escuchaba atentamente. —… Creo que soy un monstruo.

—No lo eres. —Contradijo rápidamente Armin con decisión, haciendo que Annie negara con la cabeza.

—Tantas vidas que quité, no puedo olvidarlas. Antes cuando era la Titan Hembra sabía que cuando se acabará mi tiempo, estos recuerdos se irían conmigo, pero ahora tengo que vivir mi vida y no me siento bien sabiendo todos los sueños que arrebaté en el camino. —Se lamentó ella, apretando los dientes con fuerza y con una mueca afligida.

—Es normal hacerlo, sé que no es fácil, Annie.

—Siento que es injusto que yo viva tranquila en este distrito con todo lo que ocasione en el pasado. —Dijo la rubia alzando la cabeza para mirar a las estrellas con desolación.

—No digas eso. —Dijo Armin en tono bajo. —Tú al igual que yo y todos los demás luchamos para detener el retumbar, nosotros salvamos a los Eldianos que quedaban, tienes…

— ¡No entiendes, Armin!—Estalló Annie con lágrimas en los ojos, levantándose y sorprendiendo al rubio. — ¡No entiendes, salvar a unos cuantos Eldianos no compensa las miles de personas que asesine por nada! Dime, ¿de qué sirve todas las muertes que causé? ¡Tú siempre has sido alguien correcto, Armin, por eso no quería comentarlo, porque no me entenderías!

— ¡Te equivocas! —Exclamó Armin, sin levantarse y mirando a sus manos temblorosas con una expresión vacía y carente de alma.

— ¿Eh?—Fue todo lo que alcanzó a decir Annie, quien se limpió torpemente las lágrimas que habían caído de sus ojos.

Armin le hizo un ademan para que se sentara de nuevo, lo que ella hizo con lentitud.

—Te entiendo, entiendo todo lo que dices, pero no eres un monstruo, Annie… —Dijo Armin, quien llevó ambas manos a su cabello, rememorando viejos y dolorosos recuerdos. —El único monstruo en este lugar… Soy yo.

— ¿Qué?—Preguntó Annie con la cabeza inclinada, sin entender lo que él estaba diciendo.

—Reiner lo dijo, ustedes todo lo que hicieron fue intentar salvar el mundo, pensaban que hacían lo correcto, que serían Eldianos buenos y liberarían a los suyos de los infames demonios de la Isla. —Dijo el rubio con el ceño fruncido, bajando sus manos y cerrándolas con fuerza. —Yo… En cambio, masacre a miles de personas sabiendo aun que eran inocentes, no dude ni un instante.

—Pero… ¿A quién mataste?

—Nunca lo mencioné, porque no es algo que me guste recordar, pero yo maté a toda la flota de Marley en Liberio, junto a ello destruí los muelles y todas las áreas circundantes… Ancianos, Adultos, Niños, todos fueron asesinados… Por mí.

—Tú… ¿Destruiste Liberio?—Preguntó Annie con los ojos bien abiertos por la sorpresa, ella no sabía nada de eso, y en su momento nunca se enteró porque se encontraba cristalizada.

—Gran parte de su flota y su gente, sí. Pero a pesar de que me arrepiento de todo aquello, lo volvería a hacer de nuevo. En ese momento sacrifiqué mi humanidad para luchar por mi libertad. —Comentó Armin con el ceño fuertemente fruncido. —Eso es lo que me hace un monstruo, y eso es lo que hace que tú no seas uno.

—Yo… No sabía nada. No sabía que habías atacado Liberio, Armin. —Dijo la rubia con suma sorpresa.

—No es algo que diga todo el tiempo, pero te diré, es normal arrepentirse de ello, yo lo hice cuando asesiné a alguien por primera vez. Arrepentirse es lo que te hace humana, y el siguiente paso es superarlo. Dejar el pasado atrás no es fácil, pero no se trata de olvidarlo, se trata de aceptarlo y vivir con ello. —Expresó el con un asentimiento, que fue secundado por Annie.

—Entonces… No tengo que repudiar lo que hice en el pasado ni por ello sentirme mal por lo que hago en el presente, solo aceptar lo que hice y vivir de esa forma…

—Exacto, todos tienen arrepentimientos en la vida, pero eso es lo que nos hace humanos. Y solo con que tú sientas eso, prueba que no eres un monstruo.

Silencio.

—Gracias, Armin. —Dijo Annie con una pequeña sonrisa, mientras inclinaba la cabeza para descansarla en su hombro. —Me siento afortunada de poder contar siempre contigo.

—Lo mismo digo, Annie. Siempre estaré aquí para decírtelo las veces que sea necesario; Tú no eres monstruo.

—Y tú tampoco lo eres.

Armin pasó una mano por el hombro de Annie y la atrajo hacia ella, mientras besaba su cabello con cariño, la rubia no superaría sus problemas inmediatamente, pero el había hecho lo más importante…

Ser un soporte para ella, escucharla y comprenderla, Annie a pesar de lo que pudiera haber hecho en el pasado, era una gran persona y de eso Armin podía dar fe.

Su abuelo lo había dicho, el mundo siempre necesitaba derramar sangre para que la que fue derramada anteriormente no quedara en nada. Ellos ya habían hecho su parte y ahora les correspondía vivir en paz y tranquilidad.

Ambos disfrutarían del mundo en paz por el que ambos pelearon, no dejarían su pasado atrás, vivirían con el….

Pero Armin podía afirmar algo de forma rotunda; Annie no era un monstruo, y nunca lo seria.


Fin.


Buenas, aquí vengo yo con otro Oneshot de Attack On Titan. A diferencia de mi otro Oneshot que era como una especie de "Epilogo" basado en Mikasa, este se centra exclusivamente en Armin y Annie.

Aquí ahondamos un poquito en los sentimientos de Annie, ya que recordemos que ella siempre se sintió culpable de lo que hizo, quise desarrollar eso un poco y añadir la perspectiva de Armin también desde un punto de vista lógico ya que el también asesino a mucha gente.

No tengo mucho que decir más allá de que espero que este les haya gustado este Oneshot y que posiblemente hare más, centrados en otros personajes después del final de la manga… Además de un pequeño Fanfic de mediana longitud sobre esta serie, pero eso ya será después.

Como siempre, cualquier crítica o comentario es bien recibido.

Un saludo.