Descargo de responsabilidad: Inuyasha es obra maestra de Rumiko Takahashi.

I

Sentía pesado sus pies al caminar, no estaba segura si era por los incomodos tacones de aguja blancos o si era el pesado vestido blanco que traía puesto, solo sabia que estaba incomoda en el pasillo hasta el salón de espejos de la boutique al cual su madre la había traído ese día.

—¡Santo cielo! Futura novia, se ve realmente hermosa— Comenta excitada la asesora de imagen mientras arregla las partes arrugadas del suelo del vestido— Su novio en cuanto la vea, no le quitara los ojos de encima.

Voltea a ver a su madre, solamente para comprobar que la reacción de ella sea la misma que la de la molesta vendedora. Sin embargo, ella permanecía callada y con la mirada gacha ocupada en el teléfono, luego dio un pequeño vistazo y con simpleza mencionó.

—Arrastras el vestido, Kagome.

Sin un cumplido o una sonrisa de su vieja madre.

Cuanto había cambiado los últimos 10 años…

Antes de irse del lugar decidió verse una última vez al espejo, solo para recordar porque lo estaba haciendo.

El Vestido blanco hecho con las más finas telas, echo a mano casi de una sola pieza; estilo princesa, en corte de busto de corazón cubierto por una tela bordada desde sus brazos hasta sus clavículas, Las flores blancas eran flores silvestres, bordados punto a punto en la tela blanca traslucida del vestido estampado en casi todo el vestido pomposo. Digno de una dama de sociedad. Su maquillaje era más cargado para resaltar su belleza frente a las cámaras y su cabello recogido en una no muy elaborada trenza recogida el cual deja caer uno que otro bucle rebelde.

Se veía bonita… no…

… Distinta…

Era como ver a una completa extraña al espejo, nada de lo que tenía puesto era de su estilo. Quizás… si hubiese sido con otra persona, sería feliz sin importar el vestido o como la hayan arreglado. De solo pensarlo su corazón se oprimía…

Todavía no podía entenderlo, ya había pasado mucho tiempo desde la última vez a Inuyasha y solo puede pensar en estos momentos en él. Estaba completamente seguro que había logrado olvidarlo después del incidente en el pozo.

Cuando cumplió los 18 años, su madre se volvió a casar con un asambleísta del clan Matsudaira, por supuesto se tuvieron que mudar y con ella toda su vida volvió a cambiar: Cenas con empresarios, clases de modales, etiqueta y comportamiento social los martes y jueves después de la universidad de Tokio, se volvió médico por órdenes de su padrastro cuando ella quería estudiar historia y heredar el templo de su abuelo, paso a trabajar en el hospital del grupo de su Familia y dedicó los fines de a labor social como proyecto de caridad. Allí conoció a Fujitaka Kouji, su prometido, tal como lo había previsto Matsudaira-sama, su padre en ley, tuvieron una o dos cenas previas al compromiso y ya en una semana más se casarán.

Las palabras de su mamá fueron "el joven Fujitaka es un buen muchacho, y al ser el heredero de la Fundación Koi, hará mejores relaciones con tu padre en el Futuro… Por favor, es lo mejor para todos". La azabache solo asiente ante las ordenes de su sabia madre. Además, este era su mundo y debía continuar con su vida, no tenía tiempo para pensar en tonterías de adolescentes.

Salió sin despedirse de su mamá en su propio carro, miró el reloj y casi alarmada salió a toda velocidad saltándose todos los semáforos que había en el camino hasta su destino.

El carro se detuvo frente a una gran escalera, con premura se vistió como pudo hasta quedar en traje de Miko y salió corriendo mientras se intentaba atar sus largos cabellos en una cinta tradicional. Al Final De la Puerta Tori se encontró un anciano de baja estatura y encorvado en vestidos celestes con bordados antiguos, Furioso, muy furioso.

- ¡Kagome! ¡Llegas tarde! Apresúrate, ya los novios no pueden esperar— Reclama en una voz casi disfónica por los gritos su abuelo.

—¡Lo siento abuelo! ¡Ya voy para allá!

Ambos entraron en la pagoda para buscar los implementos para la ceremonia de matrimonio Shinto.

Con la gracia de una garza, la Sacerdotisa detrás de los novios en la procesión hasta la capilla donde se quedan solo los novios, su abuelo y ella para presenciar la unión.

Le entrega los votos a cada novio y con devoción lo recitan mientras ella con los ojos cerrados escucha cada palabra. Acto siguiente, sirve el sake ceremonial en la copa tres veces a cada novio…

Dada las 7 de la noche, por fin lograron terminar la ceremonia y al llegar a la casa Kagome se dispuso a hacer la cena.

No tienes que hacer esto sino quieres, Hija— dice el abuelo mientras toma una taza de Té— si tu mamá se entera de esto, ten por seguro que ni tu marido te dejará volver a este templo.

—Abuelo, siempre me dices lo mismo cada vez que te ayudo— dice sonriente la azabache y continua— estaré bien, me casaré en una semana y seguiré ayudándote. Que el apellido de mi mamá ya no sea Higurashi no quiere decir que el mío no lo sea. Además, Souta no es como yo, aunque te sea de ayuda, no tiene poderes espirituales como yo. Me necesitas… —Por cierto— dice Kagome - Abuelo, ¿Y Souta?

—Estaba haciendo su tesis en la Universidad, debe volver mañana en la mañana. Recuerden que mañana toca limpiar la pagoda y el templo del pozo

—Sí, ya Souta y yo nos pusimos de acuerdo. El limpiará el templo y yo la pagoda ¡Confía en nosotros! Hasta mañana abuelo.

Kagome se levanta de su asiento y se dirige a las escaleras, pero en cuanto toma el pomo de su puerta siente unos pasos tras ella.

—Hija… ¿estás totalmente segura?

—Claro abuelo, ya tengo todo organizado-

Su abuelo niega con la cabeza.

- No lo digo por la limpieza, ¿Estás seguro que lo haces por eso? Quiero decir tu matrimonio

Kagome calló por unos segundos— por supuesto, abuelo. Es lo mejor para todos— los ojos de Kagome se llenan de melancolía y continua - además… Kouji no es un mal chico, es muy atento conmigo, seré muy feliz y ya hablamos de cuidar juntos el templo.

—Kagome ¿Y qué me dices de Inuyasha, Hija?

La chica permanece en silencio.

—¿Estás segura que lo olvidaste por completo? ¿No estás aquí con esperanzas de volver allá?

Después de que casi muere en el pozo, decidió que ella nunca más sería el motivo de tristeza de su familia, y eso incluye si tenía que arrancarse a Inuyasha de la cabeza. Estaba seguro que en alguna parte del Sengoku el entendería su decisión.

—Si, estoy segura abuelo.

Ya casi a las 12 de la noche, mientras el abuelo estuviese durmiendo ella salió con sigilo de la casa en sus pijamas. Cuando llegó al templo abrió con cuidado las viejas y pesadas puertas de madera, hasta toparse con el pozo devorador de huesos, provocando que su corazón se detuviese.

Tocó la áspera madera y sin poder evitarlo una gota de agua cayó en la fría superficie seguida de otras más.

—Hola Inuyasha ¿Cuánto tiempo no? - su voz comienza a romper el silencio de la noche— Sabes… me estoy por casar. Seguramente me dirás "¡Feh! ¿Para que quiero saber eso yo? Tonta" y tal vez es así… - su voz empieza a cortar, cada vez le es más difícil poder desahogarse. Todos sus sueños, sus ilusiones se vieron frustrados en menos de lo que pudo imaginar— En fin…. Solo quería despedirme de ti… Perdóname por no poder esperarte más…

Se fue directo a su antigua recamara y divisó como todo estaba intacto, como si nunca se había ido de esa casa. Ese lugar le trae tantos recuerdos con Inuyasha, mus manos callosas y grandes junto a las suyas, el estar en sus brazos mientras la cuidaba y profesaba protegerla a como dé lugar, su espalda ancha donde podía refugiarse o trasladarse a cualquier parte, sus escenas de celos y su estado posesivo cuando algún hombre la acosaba o la pretendía. Era increíble como aún podía seguir viviendo esos recuerdos en su memoria aún después de tantos años…

Recuerda los orbes dorados envueltas en pánico de su Hanyou antes de su forzada despedida. Estaba aterrado de no volverse a ver, y de ser que había vivido 500 años más ¿Por qué no volvió por ella? ¿Por qué no la buscó? Tal vez por la misma razón que ella, no lo iba esperar toda la vida, cuando intentó volver casi muere y su familia preocupada le hizo prometer no volver a arriesgar su vida de esa manera.

En la ventana de su habitación se queda viendo las luces espirituales en el cielo, rememorando con melancolía esos días.

Dicen que uno no se muere de amor, que el tiempo borra toda herida.

Entonces...

¿Por qué se siente tan vacía y rota por dentro?

El canto de las alondras y los rayos solares que iluminaban la ventana de su habitación, miró el reloj de su teléfono, eran las 6 de la mañana, suelta un pesado suspiro, otro día más de trabajo pesado. Se cambia nuevamente con el Chihaya y el Hakama Rojo.

En el comedor se veía a su abuelo comiendo apacible ya su hermano menor limpiando los trastes.

—Veo que la bella durmiente se ha despertado — Comenta divertido Souta mientras se sirve un vaso de leche.

—Jaja, muy gracioso Souta. Deberías apuntarte a Japan Got Talent, serías famoso —responde con sarcasmo la azabache sentándose en la mesa, Souta podía ser un dolor de Cabeza cuando se lo proponía.

—Es un talento natural. Si voy para allá se acaba la temporada, gano inmediato.

—¡Que humilde el Señor!

—Por cierto, Hermana. Me dijo mamá que ya hiciste la prueba del vestido. Qué raro que Fujitaka-san no te haya acompañado.

—Estaba ocupado, me dijo que tuvo unos problemas legales en la empresa.

—Si, si no lo defiendas tanto, Kagome. De todas formas, eres para él un mero trofeo— sisea un poco molesto— No confío en ese tipo

La sonrisa de la azabache se borró en cuanto pronunció la palabra "trofeo", se levantó con fuerza y después de levantar sus platos, los lavó y tajante dijo.

—Te espero en la pagoda, cuando llegues limpiaras el templo de pies a cabeza— Dicho esto se marchó azotando la puerta corrediza tras de sí

—¡Uy! Que carácter tiene— réplica del joven de 19 años.

—El corazón de las mujeres puede ser muy frío, más si se trata de esto— recita su sabio abuelo señalándose con el dedo pulgar.

- ¿El dedo pulgar? - señala sin comprender aún.

—¡Tonto! ¡Un hombre!

"Cierto, ya tuvo tenido una conversación parecida en el pasado, pero en ese entonces era muy pequeño, fue en el tiempo que Kagome conoció a Inuyasha. Souta veía su hermana mayor partir a zancadas hasta la bodega para buscar las cosas de limpieza y se preocupaba más por ella.

Cuando pasó aquel incidente, Kagome no volvió a nombrar al amigo con orejas de perro. Era como si nunca existió. Volvió a sus actividades, salió con sus amigas, aceptó incluso el matrimonio de su mamá sin rechistar. Pero el veía los ojos de su hermana, Kagome no era feliz, siempre había tristeza y trabajaba casi autómata.

Ella podrá decir que había olvidado a Inuyasha, pero parecía como si su tiempo y corazón rondaran alrededor de él. El era el Sol y ella solo podía girar en su órbita.

Su cabeza de pronto comenzó a dolerle un poco, como una punzada y empezaron a zumbar sus oídos, se frotas los ojos y mejora un poco ¡ Otra vez no! Decía Souta en sus adentros.

Comenzó hace tres meses desde que fue una excursión con su novia Moe a un Templo que se encontraron en Hokkaido, al principio eran como pequeñas punzadas, de la preocupación fue al médico, pero no encontró nada, ahora eran cada vez era más frecuentes y con mayor intensidad. Y no solo era eso. Desde ese día ha estado viendo un resplandor extraño en el cielo y sufre de extraños presentimientos. Como si alguien estuviese llamándolo.

En vez de aminorar el dolor, este mermó, pero al mismo tiempo su pecho comenzó a sentir un hormigueo extraño, como una gran pena y este aumentaba a medida que se acercaba al templo del pozo estebe comenzaba a pesar más y más. Quería huir y rápido, seguro su hermana lo entendería, pero sus piernas no le respondían, era casi como un robot caminaba sin escalas justo hacia el templo del pozo.

Tenía un mal presentimiento, necesitaba a su hermana, el no tenía poderes espirituales, pero ella sí. Antes de entrar al Templo con lo ultimo que quedaba de su fuerza de voluntad. Solo pudo enviar un grito suplicante.

Kagome al escuchar a su hermano gritando su nombre, salió lo más rápido que le dieron los pies. Busco en la pagoda el arco del monte azusa que quedó y unas flechas pasó algo que nunca esperó.

Su hermano estaba en el pozo devorador de huesos.

Y no estaba solo.

Estaba rodeado de muchas serpientes cazadoras de almas, su hermano temblaba del miedo mirando con horror a su hermana, rogándole ayuda con los ojos.

Kagome se puso en posición y tensando la flecha esta es arrojada a las Shinidamachu, unas son destruidas, pero antes de poder siquiera tocar a su hermano otra emerge del pozo extrayéndole el alma frente a sus propios ojos.

—¡Souta!

¿Por qué?

Esto no podía estar pasando…

Continuará….

Holas chicos y chicas ¿Cómo están? La verdad no se si tengo lectores varones, pero si es así bienvenidos.

Tenía años que no publicaba y la razón era simple. Me estanqué, pero he vuelto porque tengo muchas cosas que decir y una cabeza desordenada que necesita organizarse poco a poco.

Con respecto a mis otros proyectos, si los voy a continuar, pero ténganme paciencia porque, aunque tengo la idea de que lo haré necesito un empujón.

¡Allí entran ustedes! Les invito a escribir en mi inbox y darme sugerencias para continuar mis historias estancadas. Ustedes son mi empujón.

Bueno, sin más que agregarme despido.

Por cierto, nunca les mencioné, pero una vez escribí fanfics en una página muy ilustrativa de MSN groups llamados Inuyasha Fanfics, mi seudónimo en esa época era Miko_Kago_Kik.

Ahora si me voy

Adiós