MI MISIÓN EN LA VIDA
Hola nuevamente damas y caballeros, ¿Cómo siguen? Espero que bien ;)
Bueno, si se preguntan porque hago un fic especial tan pronto si ha pasado poco tiempo desde que hice uno (El de Maggie titulado "El Corazón de un Emo") se debe a que este es uno que he querido hacer desde bastante tiempo.
Y como lo dice el Sumary, este se enfocará en nada más y nada menos que… ¡EN LUCY, LA MÁS SOMBRÍA HERMANA DE LINCOLN! (Solo se oyen unos cuantos y débiles aplausos por parte de los espectadores) ¿Qué? si ella es una de las Loud más queridas y aclamadas de todas.
Si se preguntan porque hago un One-Shot de ella, es porque en el pasado ya hice fics centrados de las otras chicas Loud como Lynn, Lola, Lana, Lisa (Y Leni si se cuenta el reciente fic de Maggie que hice) por lo que ya era hora de seguir con las demás.
Así qué sin más palabreríos, empecemos con esto. The Loud House no es mío, es… bueno, ya saben el resto del cuento, ¿Verdad? XD
-Todos, necesito que por favor se calmen y no rompan la formación- solicité porque estaba tomada de las manos con la familia dueña de la casa en la que ahora me encontraba, pero los nervios de todos eran tal, que no me permitían ejercer bien mi labor.
-Yo-yo-yo creo que mejor… mejor me voy- uno de los hijos mayores del matrimonio temblaba de pavor puro y estuvo a punto de romper el círculo que conformábamos en medio de la sala.
-¡NO! Ni se te ocurra deshacer la formación. Si la rompes, no podremos liberar su hogar de esta alma en pena y se quedará aquí para atormentarlos por siempre, ¿Es eso lo que quieres?- tuve que alzar la voz para que me hiciera caso y eso bastó para él permaneciera en su lugar tragándose un nudo que se le formó en la garganta sudando a caudales.
-Les pido que tengan Fe y no se dejen poseer por sus miedos. Recuerden que esto no es solo para ayudarlos a ustedes, sino también a este pobre espíritu que aún sigue vagando el Mundo de los Vivos y que necesita urgentemente ser guiada a su lugar de Descanso Eterno- les recordé y respiré profundamente cerrando los ojos para volver a concentrarme.
-Oh, espíritus guardianes, necesitamos de su ayuda y guíen al alma de este infante a un lugar mejor en dónde pueda al fin descansar en paz para que ya nunca más se atormente a sí mismo y a los que todavía habitan este plano existencial- solicité el apoyo de mis amigos del Más Allá, los únicos que realmente me podrían ayudar en casos como este.
Una fuerte brisa abrió de golpes las ventanas del lugar agitando con tanta violencia las cortinas que las iba a arrancar de sus marcos y tirando de paso muchos libros cuyas hojas se agitaron de tal forma que varias fueron arrancadas y en vez de dispersarse en todas direcciones, se arremolinaron a nuestro alrededor como si estuviesen en medio de un tornado.
-¡SANTO DIOS, PROTÉGENOS!- gritó la matriarca de la familia llorando de terror puro, pero como yo la sujetaba de la mano izquierda, apreté el agarre para que tampoco intentase romper la formación mientras le seguí pidiendo ayuda a los entes benévolos.
-¡Todos por favor, mantengan la calma!- pidió su marido, al que le sujetaba la mano derecha, intentando ser fuerte y valiente para que los demás no sucumbieran ante el miedo.
Tal y como lo haría un verdadero padre de familia.
-Mantengan la calma, ya casi lo logro- yo era la única que conservaba la compostura y seguí repitiendo las palabras indicadas para finalizar mi labor.
Y tan repentina fue la intromisión de ese viento que amenazaba con acabar con el poco coraje de estas infortunadas personas, así de rápido se calmó y las hojas que antes danzaban a nuestro alrededor se detuvieron cayendo lentamente al suelo.
Todos ellos se vieron entre sí no entendiendo que acaba de pasar, pero yo pude esbozar una leve sonrisa porque pude ver algo invisible para sus ojos y para los de cualquier persona promedio y que me llena de una gran satisfacción porque cumplí con mi objetivo.
Eso fue que vi el alma de ese pequeño niño que brillaba por un aura dorada que lo rodeaba, no teniendo la apariencia demacrada y lastimara con la que se manifestó ante mí cuando interactué con él la primera vez que lo vi, sino una que, paradójicamente, re-gozaba de vida tal cual y como seguramente se veía antes de morir.
-Gracias…- solo yo pude oír estas palabras de su parte a medida que ascendía a un lugar mejor en donde pasaría toda la Eternidad junto con aquellas almas puras cuya estancia en la Tierra fueron cortadas de tajo nunca pudiendo vivir sus vidas.
-De nada- no despegué mis ojos de él hasta que se desvaneció por completo al traspasar el techo de la casa dejando tras de sí un pequeño rastro de chispas doradas que se desvanecieron poco a poco como cenizas dispersadas por el viento.
-Listo, ya todo a terminado. Pueden romper el círculo- avisé a la familia que apenas y permanecía junta porque casi todos sus integrantes mantenían la cabeza gacha temblando de puro pavor teniendo cerrados los ojos.
Claramente podía oír como sus corazones latían casi al borde del colapso.
-… ¿En serio? ¿Ya todo acabó?- la mujer de la casa fue la primera en abrir los ojos cuando se enderezó y vio despacio de un lado a otro muy dudosa.
-Sí. El alma de ese pobre niño ya no los volverá a atormentar nunca más- afirmé y poco a poco los demás se soltaron y también vieron a su alrededor.
-Puedo sentirlo… esa opresión que siempre he tenido desde que nos mudamos aquí ya no está… ¡SE HA IDO POR FIN!- exclamó eufórica la segunda hija del matrimonio y que era una de las más sufrió por los tormentos causados por ese ente infantil.
Así qué de uno en uno, todos comenzaron a abrazarse dichosos llorando de la alegría sintiendo como se les quitó de encima un castigo que no se merecían para nada a sabiendas que a partir de ahora sus vidas serán mucho más amenas y felices.
-Gracias… ¡MUCHAS GRACIAS, SEÑORA LOUD! No tenemos forma de agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros- me dijo el patriarca luego de pasarse una mano por los ojos.
-De nada, para eso estoy aquí- pude sonreír levemente feliz porque nuevamente ayudé a una familia a solucionar un problema que no puede ser resuelto por métodos convencionales.
Suspiro… una familia que sin importar las adversidades por las que pasen, sus integrantes se mantienen unidos gracias al amor que se tienen capaz de superar cualquier cosa… igual a la familia que yo alguna vez tuve… y que pude haber formado.
Eso es historia vieja. Lo que importa ahora es que ayude a estas desdichadas personas con esa alma errante y a esta misma, por lo que después de que me pagasen mis servicios y bendecir esta vivienda con una barrera espiritual para asegurarme que ningún otro ente pueda usarla como su patio de juegos, me retiré en mi elegante carroza fúnebre directo a mi hogar para reponer fuerzas.
(…)
-He vuelto, Colmillitos V- fue lo primero que dije apenas ingresé a mi hogar siendo recibida por mi fiel y pequeño compañero alado bebedor de sangre que se postró en mi mano derecha cuando la extendí y mediante unos chillidos me preguntó cómo me fue.
Siendo el único ser en este plano existencial que me da la bienvenida cada vez que regreso a mi morada luego de completar mis deberes…
-Muy bien, nada con lo que no haya lidiado antes- le respondí mientras me dirigía a la cocina a prepararme un delicioso Té -¿Y tú? ¿Algo nuevo que reportar?- quise saber cuándo saqué de la despensa los ingredientes que necesitaba.
Él asintió y fue volando al teléfono de la sala indicándome que tenía algunas llamadas pendientes. Así que una vez preparado el Té, me senté al lado de la contestadora para oír los mensajes.
Casi todas eran llamadas de mis amigos de los clubs de lectura hablándome sobre una reunión que se hará dentro de poco en dónde yo sería una de las invitadas de honor porque muchas personas dicen "morirse" por conocerme en persona.
Si… unas de las pocas veces con las que puedo convivir con otro ser humano y que no sea para ayudarle superar una adversidad que no puede ser sorteada por métodos convencionales.
Otras llamadas eran de personas que me preguntaban si podía ayudarles con sus propios problemas paranormales; esto no me sorprende para nada.
Al terminar el Té, tomé una agenda para organizar estos casos poniendo como prioridad los que parecen ser de mayor urgencia. Algunos suenan tan nefastos que de ser verídicos requeriré de todo mi repertorio para solucionarlos y ayudar a esas almas en pena, tanto las que aun habitan el plano terrenal junto con los demás que seguimos vivos, como a las que aún no han hallado el Descanso Eterno después de fallecer.
Finalizada la organización, me dispuse a tratar de escribir en la sala algún poema o cuento inspirado en el caso que acabo de atender. Así que… ¿Qué título le doy?
-¿Qué tal "El Grito del Inocente"?- pedí la opinión de mi murciélago mascota postrado en mi hombro izquierdo y que volvió a hacer chillidos, esta vez de aprobación.
-Perfecto. Todo inicio con otra ilusa familia que compró lo que creyó era la casa de sus sueños sin saber que ya era ocupada por un huésped que desde hace mucho tiempo su existencia se vio cortada debido a…- dejé que las palabras fluyeran desde mis dedos hasta el papel como el agua de un diluvio a una pradera que fue asolada una ardua sequía.
Habiendo terminado mi relato, fui a meditar a mi biblioteca repleta de toda clase de libros, siendo los de poesía y contactos son seres del Más Allá los que predominaban, y tomé asiento junto a un par de velas encendidas dispersando la penumbra en la que había estado sumergida.
-Oh, espíritus guía, necesito que de nuevo me den su fuerza para los desafíos que me esperan más adelante- respiré profundamente el humo de las velas una vez que me crucé de piernas y junté los índices y pulgares de mis manos.
Cuando las llamas de las velas casi se apagaron por una fuerte brisa que salió de la nada, pude sentir como las energías de mis amigos del Mundo de los Muertos recorrían mi interior igual que un caudal que se divide en varias direcciones como si de raíces se tratasen hasta llenarme por completo haciendo que un tenue brillo azul claro se escapara de mi boca cuando la entreabrí.
Presiento que más adelante voy a requerir de cada gramo de esta fuerza que se me otorga si es que quiero evitar unirme a ellos de forma prematura.
Finalizada esta labor que duró unas pocas horas, llegó el momento de entregarme a los brazos de Morfeo y acostarme en mi cama-ataúd, no sin antes despedirme de mis acompañantes.
-Hasta mañana, Colmillitos V- le dije a mi murciélago que ya colgaba cabeza abajo en su pedestal -duerme bien, Edwin- fue el turno del busto de vampiro que he tenido desde que poseo memoria y con el que ilusamente creía que me podía juntar cuando mi estancia en este mundo termine.
Y por último me despedí de las fotos de los que ya partieron a mejor vida como el abuelo Albert, mamá y papá, y los que todavía seguían viviendo sus vidas a su modo, como mi único hermano varón Lincoln, y mis múltiples hermanas y sus respectivas familias.
Las familias que han podido formar con los años y contra viento y marea experimentando la dicha de ser padres y madres de familia forjando su propia prole, sentir como esta se forma dentro de uno, criar y cuidar cuando nazca y transmitirle todos sus conocimientos a medida que crecen.
Igual que la familia que hoy tuve que ayudar y muchas otras más a lo largo de mi vida que no saben atesorar lo que tienen hasta que estén a punto de perderlo…
Soplé la vela que alumbraba mi habitación y crucé mis brazos sobre mi pecho para postrarme en el cómodo fondo del ataúd y soltar un suspiro final para cerrar los ojos y dormir.
(…)
-Desperdicias tu vida… desperdicias tu vida… desperdicias tu vida…
No sé cuánto tiempo pasó desde que junté los párpados, pero los abrí de golpe al oír estas voces que resonaban como un eco en la más profunda, oscura y fría de las cavernas, porque justamente me encontraba en una de estas rodeada de un manto puramente negro.
-Tenías la oportunidad de ser feliz y la desperdiciaste… la desperdiciaste…
No esto de nuevo…
-Déjenme en paz, malditos demonios. Yo estoy bien como estoy. No hay nada por lo que deba lamentarme- contradije cortante porque no estaba de humor para lidiar con sus tonterías.
-A quién engañas… a quién engañas… odias tu vida… odias tu vida… eres miserable y por siempre estarás sola… estarás sola… jamás experimentando la dicha de ser madre, siempre sola en tu pozo de sufrimiento eterno… sufrimiento eterno… y que tú misma creaste… que tú misma creaste…
-Cierren ya sus bocas, seres del mal. No crean que con sus banalidades harán que decida ponerle un abrupto final a mi existencia si es lo que desean.
-Algún día abrirás los ojos y verás que tuvimos razón… siempre la tuvimos, siempre la tuvimos y aquí te estaremos esperando… esperando… esperando… ja… ja… ja… ja…
Con esta leve risa de ultratumba que helaría el alma y acabaría con los nervios de cualquier persona que la oyese me desperté e incorporé aun teniendo los brazos pegados al pecho para soltar un gemido de frustración porque vi mi reloj que solo marcaba las 5 de la mañana.
-Pero que fastidio…- refunfuñé y me volví a acostar para intentar dormir y no hacerle mayor caso a las voces de esos malos espíritus contra los que he combatido varias veces en el pasado.
Creo que solo pude dormir otra hora más antes de decidir levantarme e iniciar un nuevo día. Puse a calentar la comida para el desayuno mientras me bañaba dejando que la tibia agua recorriese mi pálida piel y se llevase consigo cualquier influencia negativa que esas voces demoniacas pudieran haber dejado en mí y no me generaran ningún…
-"¡RING, RING!"- sonó de repente el teléfono.
¿Alguien me llama tan temprano? ¿Quién podrá ser?
-¡Un momento, no cuelgue!- tuve que salir apurada del baño solo cubierta por una toalla mojando mis preciadas y viejas alfombras -¿Diga? ¿Hola?
-"¿Eres tú, Lucy? ¡Soy yo, Lincoln!"- muy sorprendida me quedé al oír la voz de mi hermano.
-¿Lincoln? ¿Y ese milagro que me llamas tan temprano?- era bastante inusual que me llamara a estas horas cuando usualmente lo hace pasadas las 12 de la tarde.
-"Es porque justo acaba de ocurrir un milagro, ¡Ronnie ya dio a luz a nuestro nuevo hijo! A la niña más linda del mundo"- escuchar tales palabras saliendo de su boca bastaron para que enarcara una ceja.
-Ah… pues muchas felicidades a ti y a tu mujer por esa nueva bendición para su camada. Espero que ella les traiga mucha felicidad en el mañana.
-"Muchas gracias por tus palabras, hermanita. Ahora mismo voy a llamar a las demás para que vengan y conozcan a su nueva sobrinita, ¡Aquí te estaremos esperando en el hospital, que tengas un buen día!"- sin darme tiempo para decirle algo más, y debido a la gran emoción, colgó.
-Suspiro… entonces… todas irán allá- Colmillitos V se posó en mi hombro derecho preguntándome mediante sus chillidos si me pasaba algo -descuida, descuida… no me pasa nada- acaricié su cabeza luego de colgar el teléfono.
Bueno, entonces no me queda más opción que terminar de asearme, desayunar y arreglarme para ir lo más rápido posible a ver a esa nueva bendición para Lincoln… junto con las otras 10 que él ya gestó con su pareja y las bendiciones que varias de mis demás hermanas también han gestado con los años estando yo totalmente fuera de lugar y causándole un seguro susto a muchos de mis sobrinos y sobrinas apenas me vean.
Recordándome sin querer lo sola que estoy… lo solitario que es el estilo de vida que elegí… y que me priva de eso y de muchas otras cosas más… solo por un supuesto "bien mayor" que nada más es beneficioso para otros mientras que yo solo debo limitarme con un simple gracias y sensación de leve satisfacción que al día siguiente desaparecerá dejándome con un enorme vacío en el interior que no podré llenar con nada.
Justamente como pasa ahora… suspiro…
En muchas ocasiones me he preguntado qué sería de mi vida ahora mismo si hubiera oído la voz de mi corazón y no a las voces de mi cabeza. No las que intentan atormentarme como las de ayer mientras dormía, sino las de aquellos que siempre me alentaron para usar mi "Don" para ayudar a los inocentes y no sufran un destino que no se merecen.
La habilidad de poder hacer contacto con seres del Más Allá es algo que pocas personas pueden hacer en verdad (No como esos charlatanes que son un mero y vulgar fraude) y si tengo algo que pueda presumir si yo fuese algún ególatra, sería eso mismo.
Cuando en realidad eso no me causa ningún tipo de orgullo…
Este Don, mejor dicho, esta maldición de la que nunca me podré librar ni siquiera cuando llegue mi hora de partir y que me perseguirá por siempre es la que me pone en esta posición tan lamentable porque el cruel destino de todos aquellos que podemos contactar con Fuerzas Sobrenaturales es el de estar solos jamás pudiendo gozar de las cosas que los mortales promedio tienen y dan por sentado sin saber que muchos en mi posición matarían por tener lo que ellos poseen.
Y debo admitir que también he considerado en literalmente venderle el alma al Diablo para nunca más pasar por el martirio de la soledad y tener una vida normal, tranquila, lejos de cualquier elemento Sobrenatural y tener un marido e hijos, una propia familia que siempre esté ahí para mí tanto en las buenas como en las malas llenos de amor y cariño.
Vaya… ¿En serio me estoy desesperando tanto para pensar así luego de la noticia que acaba darme mi hermano? Mucha pena puedo dar sin darme cuenta.
Colmillitos V al percatarse de mi bajo estado de ánimo frotó su cara contra mi mejilla como lo haría un perro ante el desánimo de su amo al pasar por un muy difícil momento.
-Bueno, al menos contigo a mi lado ese agrio sentimiento de soledad no me golpea tan fuerte- palmeé su cabeza ya sonriendo un poco menos melancólica.
Al estar totalmente arreglada, dejo el cuidado de mi hogar a mi amigo alado y me subo a mi peculiar modo de transporte para dirigirme al hospital.
Quien sabe, puede que la influencia de mi hermano, hermanas y sus descendientes me levante los ánimos y me recuerden que aunque no haya formado mi propia camada en realidad no estoy sola en este mundo al seguir contando con una gran y diversa bastedad de familiares.
¿O puede que no? Porque al detenerme ante un semáforo en rojo vi a un hombre junto a su mujer y lo que supongo son sus hijos jugando de lo más alegres en un parque soltando risas de dicha y júbilo que solo sueltan aquellas personas que comparten un momento especial con aquellos que aman.
Risas y gestos que no he expresado en mucho, mucho tiempo… y que seguramente jamás volveré a expresar.
-Es porque así tú lo quisiste… es porque así tú lo quisiste… cada día ves como otros gozan de una felicidad que tú nunca tendrás… nunca tendrás… es tu trágico destino… tu trágico destino.
De nuevo estos infelices tratan de fastidiarme…
-Silencio- me limité a decirles y me puse en marcha una vez que el semáforo cambió a verde intentando nuevamente no hacerles caso porque no podré ir a ver a mis familiares si tengo el humor de una bruja de cuentos infantiles.
Pero, ¿En verdad ese sería mi incambiable destino? ¿Sola por siempre tal y como esas voces malditas me lo afirman cada vez que pueden?
Si le doy un rápido vistazo a lo que ha sido de mi vida hasta este momento, todas las cartas indican que así será y que no hay nada que yo pueda hacer para revertirlo.
Porque como esos susurros dicen, yo misma me forjé este desino desechando totalmente la oportunidad de ser una persona normal y gozar de los privilegios que muchos otros tienen.
Aún lo recuerdo muy bien… cuando me había autoimpuesto una meta, un objetivo, que debía cumplir en esta vida. Una misión que siempre creí que se me confirió a mí por ser una de las pocas personas en el plano terrenal en poder lograrlo.
Jamás pensando en las consecuencias que traerían a largo plazo hasta el día de hoy…
Pero para redactar eso, primero debería explicar algunas cosas sobre mi pasado.
Desde que era muy chica siempre supe que era bastante diferente, tanto de mis familiares, como del resto de personas en general. No solo por mi inusual piel pálida como la de un cadáver o pelo negro como el ébano con el que siempre cubría mis ojos y mi particular preferencia a temas oscuros y sombríos, sino porque yo podía ver y oír cosas que nadie más podía percibir por métodos convencionales.
Hablar con fantasmas, espectros, seres angelicales, seres demoniacos y todo tipo de entes sobrenaturales era algo que me salía con toda naturalidad y mis familiares jamás tuvieron problemas con ese tipo de gustos nunca negándome alguna interacción con ellos (Siempre y cuando tuviese cuidado de no permitir que una fuerza maligna se manifestara en nuestro hogar para atormentarnos de todas las formas inimaginables)
Esta cualidad peculiar de mi parte tenía como consecuencia que fuese muy solitaria, al menos, solitaria en comparación con mis hermanas porque las demás personas me tachaban de loca al interactuar con "seres que no existen" o de bruja al usar cosas como cartas de Tarot o la Ouija u otros elementos que normalmente son vistos como cosas demoniacas.
Eso por lo general no me molestaba, porque pese a todo si tenía amigos en el Mundo de los Vivos que compartían varios de mis gustos con quienes podía juntarme cuando los del Mundo de los Muertos no estuvieran disponibles.
Pero había algunas veces en las que sí podía sentirme muy sola y despechada, como en esa ocasión en la que quería que tomasen en cuenta mi opinión y de un viejo libro que le perteneció a la Bisabuela Harriet (Señora con la que tengo un enorme parecido) saqué un "hechizo" que usé con mis hermanas y Lincoln para que se quedasen mudos y fuese mi voz la única que se escuchara y que resultó ser que ellos se quedaron mudos por haber gritado mucho el día anterior.
Ese problema se solucionó y pudimos, como siempre, permanecer juntos como familia al final del día por lo que devolví ese viejo libro a dónde lo encontré dándole las gracias a la abuela de mi padre porque en verdad obtuve un resultado mágico de todo eso y a valorar aún más a mis consanguíneos.
Sin embargo, otro de los aspectos en los que la soledad me ha dado con fuerza ha sido en… me da tanta decirlo, pero era en el ámbito del amor. Son tan pocas veces en las que me he logrado enamorar genuinamente de alguien, que las podría contar con los dedos de una sola mano.
Seré apática y fría para los ojos de muchas personas, pero también soy un ser humano y como tal en algún momento he sido tocada por ese sentimiento, esa necesidad de ser amada y apreciada por otra persona.
Y si dije que he logrado enamorarme pocas veces es porque en serio son casi nulas y las puedo recordar a la perfección.
Sin contar a Edwin, el busto de vampiro que mencione antes y que tontamente creía que podía juntarme con él en el Más Allá al considerarlo un genuino ser sobrenatural, esas veces fueron cuando un profesor vino a darle lecciones particulares a Lincoln que debido a lo guapo que era hizo que mis hermanas y yo cayéramos perdidamente enamoradas de él (Algo sumamente trillado y cliché ahora que lo analizo como mujer adulta)
La segunda vez fue un chico… del que sinceramente ya ni recuerdo su nombre pero que compartía mí mismo interés por los ataúdes y al que le dejé una carta anónima en la que le decía que suspiraba por él pero que en realidad no llegamos a ningún lado.
Y por último estaría Rocky Spokes, un chico que conocí a la tierna edad de 8 años, que me flechó a primera vista y que contra todo pronóstico yo también le resulté de lo más interesante por ser eso mismo que dije antes, diferente a otras personas.
Al fin había encontrado a mi "media naranja" a aquella persona que con mis defectos y virtudes me aceptada tal y como era porque pudimos permanecer juntos por muchos años más, aún incluso cuando llegaba a exponerlo a situaciones de alto riesgo…
Flash back:
-¿Se-segura que quieres se-seguir con esto, Lucy?- preguntó un muy nervioso Rocky casi apegado a mi espalda mirando en todas direcciones mientras caminábamos por los oscuros pasillos de la escuela en una noche de Luna Llena.
Teníamos 16 años en ese momento. Extraños sucesos habían estado ocurriendo en la secundaria y mediante unas investigaciones descubrí que eran obra de un peligroso espectro bromista que le gustaba hacerle tretas a los mortales que con el pasar del tiempo empeoraban.
-Totalmente segura. Si no lo detengo ahora, quien sabe que más será capaz de hacer- muy a diferencia suya, yo caminaba con firmeza y seguridad teniendo en manos un libro y otros elementos que requeriré para deshacerme de ese maligno ser.
-Pero… no intentaría… ya sabes, ¿Maldecirnos o poseernos de algún modo?- en otro escenario hubiese reído por esta pregunta, pero ahora no había espacio para reír.
-Descuida, Rocky. No es de esa clase de espíritu maligno- mi respuesta no lo calmó para nada -Suspiro… escucha, sé que te pido mucho y que esto es muy riesgoso, pero para que funcione, requiero de la ayuda de alguien a quién aprecie mucho ¿Y quién mejor que mi Duque de la Noche para apoyarme e incluso salvarme tal cual como caballero con brillante armadura al rescate de su princesa?- quise calmarlo al girarme y sobarle una mejilla llamándolo con ese lindo apodo que le puse.
-¿Puedo contar con mi Duque para esta difícil labor?- él al principio gruñó cerrando los ojos, pero al abrirlos me sonrió y tomó mi mano con ternura.
-Lo que sea por mi Princesa de la Oscuridad- también usó el sobrenombre que me otorgó.
Con sus nervios repuestos, llegamos hasta la biblioteca en dónde se han presentado las peores artimañas de ese espíritu maligno. Este silencio sepulcral que nos invadió no presagiaba nada bueno y debía actuar rápido antes de sufrir un contraataque.
-La Luna ya está en posición- por una de las ventanas vi al astro nocturno en todo su esplendor no teniendo nube alguna que lo cubriese -es hora de iniciar con esto- terminé de dibujar en el suelo los símbolos adecuados para deshacerme de la entidad -¿Listo, Rocky?
-Li-listo- afirmó sosteniendo un recipiente de cerámica y teniendo los ojos tapados por una venda.
-Recuerda que por nada del mundo debes quitarse el vendaje, porque si ves a ese ser, podrías sucumbir a la locura absoluta- le recordé y asintió tragándose un nudo que se formó en su garganta.
Mi flequillo de por sí ya me tapaba los ojos por lo que no requería venda alguna, así que de mi libro recité el conjuro requerido para iniciar la labor.
No parecía que nada fuera a pasar y el silencio sepulcral solamente era interrumpido por mi voz, pero yo sabía muy bien que algo iba a ocurrir dentro de poco.
-Je… je… je… ¡WAJAJAJAJA!- arrastrada por el viento, una atronadora carcajada llegó a nuestros oídos.
-¡¿LUCY?!- llamó Rocky mucho más aterrado de lo que estaba en un inicio.
-¡Que no te domine el miedo, Rocky! Yo me encargaré de este ser del mal, tú sigue sujetando el recipiente- ordené rápidamente para que no hiciera un movimiento en falso.
Miles de risas de diversos tonos venían de todas direcciones con el propósito de acabar con nuestra fuerza de voluntad y huyéramos dejando atrás nuestras pobres almas fragmentadas con las que ese ser pueda nutrirse para continuar con su reino de terror sin restricción alguna.
Muy equivocado estuvo al creer que yo saldría corriendo ante la primera señal de peligro.
-¡Benévolos espíritus guía encargados de proteger al inocente de toda fuerza del mal, por favor desvuelvan a este engendro devuelta a las profundidades de la Tierra para que nunca más dañe los que vagan sobre la superficie de esta!
Al finalizar el conjuro, los símbolos que dibuje en el piso brillaron como antorchas y todas esas risas se volvieron un solo grito de ira y horror puro mil veces peores que los generados por aquellos que han caído en las artimañas de este individuo, por lo que me atreví a levantarme el flequillo y apreciar a quién acabo de derrotar.
Si tuviese que hacer un punto de comparación, sería una especie de manta gris, desgarrada, intangible y medio traslucida que permite mirar a través de sí y con la cara más fea que alguna vez haya visto y que por siempre tendré gravada en mi memoria en especial al verme directamente a los ojos.
Pero no bastó para hacerme titubear o que se me olvidase lo que debía hacer a continuación.
-¡Ahora, Rocky, cierra el recipiente!- le ordené porque la entidad comenzó a arremolinarse al ser succionada por la vasija que él sostenía hasta estar totalmente adentro.
-¡¿YA?!- por poco solté un grito cuando casi se le cayó de las manos, pero por fortuna pudo tomarla con firmeza y taparla conteniendo por completo al engendro -¿Te-terminó todo?
-Sí, mi valiente Duque de la Noche. Ya todo terminó- pude darme el lujo de reír luego de soltar un suspiro y tomé el recipiente que era recubierto por un tenue brillo gris debido a que su ocupante usaba todas sus fuerzas para intentar huir.
-¿Y ahora qué hacemos?- quiso saber luego de quitarse la venda.
-Enterrar el contenedor en un lugar secreto para que nadie lo encuentre y así jamás este espectro pueda lastimar a las personas- expliqué sintiéndome como la reina del mundo por mi victoria.
-"Bien hecho, Lucy Loud, lo lograste. Jamás dudé de ti"- mi momento de euforia fue interrumpida por esta voz perteneciente a una mujer que me susurró en mi oído derecho.
Giré hacia atrás pero no había nadie, ¿Quién habrá sido? No sonaba como otro ente maligno o algo parecido y tampoco es la voz de uno de los espíritus con los que he contactado en el pasado, aunque extrañamente, me resultaba de lo más familiar como si la conociera desde antes, ¿Dónde la habré oído antes?
-¿Podemos irnos ya, Lucy?- volví a la realidad cuando Rocky me habló.
-Sí… sí. Andando- no teniendo nada más que hacer ahí, nos fuimos y no le di mayor importancia a esa voz.
Fin del flash back.
Puede decirse que ese fue mi inicio de mi carrera como Cazadora de Fantasmas, la persona a quién recurrir cada vez que entes malignos o almas en pena intenten perjudicar a los que aún respiran.
Ya había interactuado varias veces antes con seres de ese otro plano existencias, pero lo que logré esa noche fue un indicio, una señal, algo que me hizo dar cuenta de cuál era mi misión en este mundo y el por qué tenía la habilidad de hablar con aquellos que no pueden ser vistos y oídos por los mortales promedio.
De hecho, en una ocasión me topé en el ático casualmente con algunas notas y consejos escritos por la Bisabuela Harriet descubriendo que ella también en su momento fue una Investigadora de lo Paranormal, por lo que también creí que si yo era tan parecida a ella era porque fui algún tipo de reencarnación suya y que si tengo ese "Don" era para continuar con su labor.
Aclarado ya el motivo por el cuál elegí esta profesión de lo más peculiar, es hora de explicar lo que me llevó a mi solitaria existencia carente de muchas de las cosas que hacen que valga vivir la vida.
Me guste o no admitirlo, es justo como esos susurros afirman y yo me forjé este destino porque…
Flash Back:
Varios años habían pasado desde lo ocurrido en la biblioteca de la secundaria y ya me había forjado la reputación de Cazadora de Fantasmas o médium que sirve como puente para contactar con los moradores del Más Allá.
También me había hecho de cierto reconocimiento en el mundo de la literatura gracias a los escritos que he plasmado en base a los casos paranormales que he tratado, aunque ya tenía esa costumbre desde mucho antes siendo uno de mis primeros relatos basado en la muerte de mi abuelo Pop-Pop cuando aún era una niña y uno de mis más recientes hasta ese momento era sobre mamá y papá cuando murieron en un accidente aéreo.
Aunque no sabía si iba a tener otra oportunidad de hacer nuevas historias debido a que el caso Paranormal que debía atender era el más difícil y peligroso de todos y no habría garantía de que pudiera salir con vida porque debía expulsar de una mansión a unos peligrosos demonios que en el pasado causaron los peores horrores en este lugar y habían sido invocados accidentalmente por unos niños que jugaron con una Ouija casi condenando a sus padres y demás familiares a una eternidad de sufrimiento indescriptible.
-Lucy, te digo que lo mejor es irnos y volver con más ayuda. Estos diablos son demasiado para ti sola- insistió nuevamente Rocky luego de ayudarme a poner los preparativos para exorcizar la mansión.
Ya teníamos 27 años en ese entonces. Él a pesar de todos los riesgos a los que se ha expuesto al ayudarme en mi labor, nunca se negó en echarme una mano en lo que necesitara dispuesto a permanecer a mi lado y salvarme en caso de que ocurriese el peor de los casos demostrando lo mucho que me amaba.
Sin darme cuenta de que lo estaba llevando hasta sus límites…
-No hay tiempo para eso, Rocky. Si atraso más esto, nada ni nadie podrá desterrar a estos demonios que se apodaran para siempre no solo de la mansión, sino de las almas de aquellos que alguna vez se han hospedado en ella.
No me podía dar el lujo de titubear en ese momento, porque para deshacerme exitosamente de esos diablos requería que las estrellas en el firmamento estuvieran en la posición correcta y solo en esa noche estarían disponibles, de lo contrario, no habría más que se pudiera hacer.
-Las estrellas ya están alineadas, hora de iniciar con esto- muy apurada, tomé uno de mis libros para comenzar a leer su contenido delante un muy elaborado heptagrama que pinté en el suelo dentro de un círculo y rodeada de muchas velas que ya llevaban un buen rato encendidas.
Solo pasaron unos minutos para que esos seres demoniacos expresaran su descontento al hacer que muchos muebles y los adornos de la mansión se estremecieran como si estuvieran en medio de un terremoto hasta que les hicieron levitar y se movieran a distintas velocidades en el aire casi dándonos a ambos en más de una ocasión y siendo acompañadas de diversos rugidos que de forma literal provenían de los niveles más bajos del Infierno.
-Lucy…- me habló Rocky parado en el otro extremo del heptagrama sujetando unas cuerdas que serán cruciales para completar con éxito esta labor.
-Tranquilo, Rocky, tranquilo. No le debes mostrar miedo a estos infelices o irán por ti. Debes mantenerte firme hasta que te diga lo que debes hacer.
-Es que yo no… ¡AAARRGG!- me alarmé cuando le oí gritar y con horror vi como en su pecho se le formó una herida causada por un rasguño de cuatro garras hechas por una bestia invisible.
-¡MALDICIÓN!- vociferó cuando a su espalda se le formó otra sangrante herida igual a esa ahora en la espalda y casi se cayó al piso por una lesión en su pierna derecha, como si le hubiesen clavado un puñal en el muslo -¡NO VOY A RESISTIR POR MÁS TIEMPO!- admirablemente pudo mantenerse de pie pese a las lágrimas de dolor y terror que salían de sus ojos.
-¡Solo debes resistir un poco más, Rocky!- solicité apenas conteniendo el impulso de dejar mi posición e ir a socorrerlo sabiendo muy bien que de hacerlo los condenaría a los dos y tuve que agacharme para evitar que una silla diese contra mi cabeza.
-¡AHORA, JALA LAS CUERDAS!- ordené y con mucha dificultad así lo hizo.
Las cuerdas estaban conectadas a un sistema de poleas que adosé al techo de la mansión y cuya finalidad era retirar unas mantas que cubrían unos espejos especiales que estratégicamente coloqué a nuestro alrededor.
El truco era hacer que los diablos viesen su propio reflejo luego de que recitase el conjuro mientras estuviesen cerca del perímetro de la estrella de siete puntas para generarles un pavor tan grande, que se fueran con el rabo entre las patas de regreso a dónde vinieron y nunca más vuelvan a ver la luz del Sol.
Apenas los espejos fuesen expuestos, todas las cosas que flotaban en el aire se pegaron contra las paredes y el techo a la vez que las llamas de las velas se volvieron columnas de fuego de por lo menos tres metros de altura.
-¡MALDITA SEAS!- no pude evitar asustarme por este grito colectivo y por lo que vi.
Porque justamente en frente de mí se materializaron los responsables de este acto demencial, tres demonios de lo más grotescos y terroríficos, de color negro como el carbón y ojos, garras y cuernos rojos como la sangre que hacían el ademan de tirárseme, pero eran detenidos por una barrera invisible que les impedía ponerme sus letales manos encima mientras me rugían como las bestias infernales que eran y expulsando aliento de fuego.
-¡SANTO DIOS!- eso bastó para acabar con el poco coraje que a Rocky le quedaba y se acurrucó en un rincón cubriéndose la cara con ambos brazos, lo que era una invitación para ese trío infernal para que le despedazaran el alma.
-¡ROCKY!- pero yo fui más rápida y llegué hasta él para abrazarlo protectoramente.
Esa barrera invisible parecía seguirme a dónde quiera que fuera porque esos demonios de nuevo no fueron capaces de avanzar, incluso, comenzaron a retroceder porque la estrella que pinté se volvió un remolino que comenzó a absorberlos y nada podían hacer para evitarlo.
Pero, si hubo una última cosa que pudieron hacer.
-¡TÚ POR SIEMPRE MALDITA ESTARÁS, POR SIEMPREEEE!- gritaron justo antes de desaparecer por completo, como si jamás hubieran existido, las llamas de las velas se calmaron y las cosas que se habían pegado al techo y paredes se desplomaron generando un último alboroto.
-Cielos… al fin esto acabó- gemí alzándome el flequillo al pasarme una mano por la cara -Rocky… ¿Estás bien?- acaricié su naranjada cabellera.
-No… no lo estoy- habló respirando con mucha dificultad.
-Entonces volvamos a casa para que te repongas- lo ayudé a ponerse de pie.
-Vaya… hasta que al fin dices algo sensato…- pude percatarme de un gran resentimiento en estas palabras, pero no podía reclamarle nada después de lo que le hice pasar.
(…)
Una vez que les dijimos a los dueños de la mansión que estaban a salvo de todo mal y peligro y que mañana yo volvería para cobrarles y bendecir el lugar para que ningún otro ente maligno los volviera a molestar, regresé a la casa que compartía con Rocky desde hace algún tiempo.
-Bien, esta es la última- terminé por atender los rasguños que tenía en su espalda -¿Mejor?
-Sí, sí. Un poco mejor- con un tono para nada agradecido se incorporó y fue a ponerse una camiseta para después apoyarse en el marco de la ventana y apreciar el cielo nocturno, como si estuviera meditando algo.
Muy mal me sentí porque otra vez se vio bastante perjudicado por culpa de los "gajes" del oficio.
-Rocky… yo… lamento lo que te pasó- no me dijo nada y permaneció en la misma posición -subestimé el poder de esos demonios, pero descuida, para la próxima vez crearé una barrera espiritual alrededor más fuerte para que ese tipo de ataques no nos vuelvan a afectar y así…
-¿La próxima vez? ¿Nosotros?- interrumpió girándose para verme y no pude evitar retroceder por la mirada que me dedicó -no habrá ninguna "próxima vez" y ningún "nosotros". Esto termina ya.
-¿Qué? ¿A qué te refieres?- resopló ante mi interrogante y se frotó los ojos con la mano derecha.
-A lo que me refiero, Lucy, es que… ya no puedo seguir con esto.
-¿Cómo dices?- debido a que yo tenía mi flequillo levantado, podía verme directamente a los ojos al momento de hablar.
-¿Qué no me oíste? ¡Yo ya no puedo seguir así, maldita sea, yo ya no puedo!- sorpresivamente alzó la voz casi gritando y me dio la espalda para golpearse los costados de la cabeza.
-Rocky… sé-sé que hoy saliste muy perjudicado. Pero ya debes saber bien que cada vez que ayudamos a otras personas a li-lidiar con entes malignos o a almas en pena a encontrar su lugar en el Más Allá, siempre habrá riesgos y no hay garantía de que…- quise razonar con él temiendo que ya no me quisiera volver ayudar en casos futuros.
-¡YA CÁLLATE, MALDITA SEA, CÁLLATE!- pero casi caí del susto por el grito que me dedicó, por unos segundos pareció haber sido poseído por el peor de los demonios -¡¿Es que sigues sin entenderlo, Lucy?! En muchas ocasiones te he dicho que debemos tener mucho cuidado y que si un caso es demasiado peligroso para nosotros dos solos pidamos ayuda extra.
-¡PERO NO! ¡Todo lo que te digo te entra por un oído y te sale por el otro creyendo ilusamente que solo con mi ayuda podrás enfrentarte a todo fantasma o diablo que se te cruce en el camino! ¡Y YA HE HARTE DE SIEMPRE TENER QUE PASAR POR LO MISMO UNA Y OTRA VEZ! De tener que siempre arriesgar mi vida… mi pobre alma inmortal al peor de los tormentos solo por tu incapacidad de medir el riesgo a lo que tan ciegamente te enfrentas cada vez que aceptas encargarte de resolver los problemas de tus amiguitos fantasmas.
-¿Qué no mido los riesgos? ¡¿Qué no mido los riesgos?!- esta fue mi turno de alzar la voz al sentirme muy ofendida -¡¿Acaso crees que esto es un juego para mí?! ¡¿Qué yo me arrojo de cabeza al momento de lidiar con seres del Más Allá sin tomar las medidas necesarias?! Me asombra que pienses eso de mí después de estarme ayudando por tantos años.
-Yo jamás atiendo un caso sin tener los elementos o recursos necesarios para solucionarlo con éxito y cada vez que no sepa cómo lidiar con algún problema, siempre consulto la opinión de los espíritus guía que nos han estado cuidado en todo este tiempo para saber qué hacer y qué no. Así que no vuelvas a decir que yo nunca tomos las medidas necesarias para que nosotros podamos vivir y ver un nuevo amanecer- lo señalé acusadoramente.
-¡Y ESTE ES EL RESULTADO DE TUS MEDIDAS DE SEGURIDAD!- alzó su camiseta para que pudiera apreciar las vendas y gazas que puse sobre los puntos que le tomé a sus heridas y que estaban manchadas levemente de sangre -hace un par de meses casi fui empalado por un asta que me lanzó el alma de "un pobre niño que murió accidentalmente y no sabía a dónde ir" ¡Y ahora parece que fui atacado por un par de leones!
-¿Hasta cuándo, Lucy? ¡¿HASTA CUÁNDO VAS A ABRIR LOS OJOS?! ¿Hasta cuándo vas a dejar de anteponer a seres que ya nada tienen que hacer en el mundo de los vivos por encima de nuestro bienestar? ¡¿Por encima de mí, el hombre que te ha aceptado y amado tal y como eres sin pedirte que cambies tu forma de ser y que te ha ayudado en miles de ocasiones a lidiar con ellos aún a costa de mi propia?!- amargas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
-Yo… no… es que…- intenté pensar en que más poder decirle, pero no se me ocurría nada sensato -es que esta es mi misión en la vida, Rocky. Es por eso que yo puedo interactuar con los habitantes del Otro Mundo y hacer cosas que ningún otro mortal es capaz de hacer, para que así ayudar tanto a los que no han encontrado su lugar en el Más Allá como a los que seguimos aquí.
-¡Y DALE OTRA VEZ CON LO MISMO!- su ira incrementó a tal punto que golpeó una pared para desquitarse -¡¿Es que tampoco comprendes que como sigas así te vas a reunir con ellos más pronto de lo que te imaginas?! ¡¿ESO ES LO QUE TÚ TANTO DESEAS?! ¡¿Juntarte con todos esos malditos muertos es tu mayor anhelo?! ¿Tan poco valoras la vida y todo lo que esta te puede ofrecer?- volví a indignarme ante tal afirmación.
-Pero antes de que digas otra de tus estupideces, hay algo que necesitas saber- busco algo en su bolsillo izquierdo y al mostrármelo perdí el aliento.
Era una argolla… un… un anillo de bodas.
-Rocky… tú… ¿Tú acaso…?- otra vez la lengua se me enredó.
-Así es. Antes de que aceptaras este caso, tomé la decisión de pedirte casarte conmigo y así desarrollaras algo de sensatez y sentido común cuando en algún mañana te volvieses madre, ¡Pero con lo ocurrido hoy me di cuenta de que eso nunca va a pasar y que tú jamás vas a cambiar!- con gran dolor, furia y desprecio tiró a mis pies la preciosa joya.
-Hasta aquí llego yo, Lucy. Espero que seas feliz con el estilo de vida que elegiste, uno que te condenará a estar sola por siempre… ¡Oh, es cierto! Tú jamás estás sola porque siempre cuentas con la "divina compañía" de tus amiguitos traslucidos, ¿O me equivoco?
-Así que hasta nunca, mi Princesa de la Oscuridad. Ojalá que alguien en esta vida te haga abrir los ojos antes de que pases a la otra- aprovechó el estado de shock en el que quedé para retirarse.
-… no… ¡NO! ¡Rocky, espera!- tomé el anillo al regresar en mí y fui tras él.
-¡Espera, espera por favor, Rocky! ¡NO ME DEJES! ¡Podemos hablar sobre esto! Si quieres dejo por completo mis contactos con el Más Allá, nunca atenderé casos Paranormales e incluso uso esas prendas de red que tanto te gustan, pero por favor, ¡NO TE VAYAS DE MI LADO!- imploré de mil formas cuando lo sujeté de un brazo justo cuando se dispuso a entrar a su auto, pero él solo se limitó a cerrar los ojos y soltar un gemido ronco.
-No hagas promesas que nunca puedas cumplir- dijo fríamente antes de soltarse con brusquedad, abrir la puerta de su coche e irse perdiéndose para siempre en la inmutable oscuridad de la noche.
-Rocky…- las piernas dejaron de responderme y caís de rodillas luego de haber extendido la mano derecha en dirección por donde se fue -¡REGRESA, POR FAVOR, REGRESA!- lo llamé una y otra vez llorando desconsoladamente pero ya no podía hacer nada más aparte de lamentarme al perder a quién fue durante casi toda mi existencia, el amor de mi vida.
Fin del flash back.
-Suspiro…- imposible me resulta no contener una lágrima que salió de mi ojo derecho, porque aunque ahora tengo 35 años, esa sigue siendo una herida muy fresca en mi corazón.
¿Y cómo no serlo? Jamás encontré, ni encontraré, a otro hombre que pueda amarme y aceptarme tal y como lo soy y mucho menos por mi oficio y prácticas que son de los más perturbadoras para las personas normales.
Cumpliendo exactamente con lo que esos demonios me dijeron, estando maldita… condenada por siempre a la maldita soledad porque no pude ver con anticipación lo que estaba perdiendo hasta que fue demasiado tarde y nada podrá salvarme de ese trágico destino.
-Por siempre… por siempre… sola y miserable… por siempre maldita y condenada…
Malditos demonios del Averno, a pesar de que los desterré hace mucho tiempo, de algún modo ellos y los demás entes malignos a los que he vencido en el pasado, pueden colarse en lo más profundo de mi subconsciente para recordarme cada vez que pueden mi condena eterna.
Sin recibir alguna palabra reconfortante de las almas benevolentes a las que he ayudado a trascender al siguiente plano existencial y por las que tanto he sacrificado…
No me queda más alternativa que seguir con el estilo de vida que elegí e intentar acoplarme lo mejor que pueda a esta y ayudar a cuanta persona y alma en pena pueda recordándome que pese a que nunca tendré la dicha de ser madre, todavía cuento con el amor de una familia que me sigue aceptando tal y como soy.
(…)
¿O puede que no? Porque cuando al fin llegué al hospital y caminé por los pasillos llamando la atención de aquellos que me veían extrañados por mis prendas dignas de Morticia Addams, sucedió lo que sabía que iba a pasar.
-¿Quiénes han dicho que podían venir hoy, Lincoln?- vi a Lori y Leni charlando con nuestro hermano siendo acompañados de sus respectivos descendientes y parejas.
-Lana dijo que llega en menos de lo que canta un gallo, Lily que está casi a la vuelta de la esquina y aún no recibo respuesta ni de Luna, Luan, Lynn y Lucy. Espero que puedan venir hoy y vean a su nueva sobrinita.
-¿Me llamaban?- me manifesté ante ellos tomándolos por sorpresa tal y como solía hacerlo de niña.
Algunos hábitos no cambian… me es inevitable.
-¡AAAHHH!- y como lo predije, los hijos e hijas más pequeños de ellos soltaron un grito de terror como si yo fuese uno de los espectros contra los que he combatido.
-¡TÍA LUCY! ¡Tanto tiempo sin verte!- pero el tercer hijo más grande de Lincoln, Lewis de 15 años, lejos de asustarse vino hasta mí y darme… un aplastante abrazo de oso que me puso más pálida de lo que soy por la falta de aire.
-Sí… sí… yo también estoy feliz de verte, sobrinito- hablé en susurro hasta que me soltó y pude respirar libremente sintiendo como en verdad mi alma casi abandona mi cuerpo.
-¡Lucy!- Lincoln también se me acercó dándome un abrazo mucho más moderado y un beso en la mejilla -me alegra mucho verte, ¿Cómo has estado?
-Muy bien, gracias por preguntar- aunque casi morí asfixiada, pude sonreír sinceramente al estar junto a uno de los pocos seres que me salvan de asedio de la soledad absoluta -chicas, ¿Cómo están?- saludé a Lori y Leni que rieron por la muestra de afecto por parte de Lewis.
-Literalmente felices a no más poder porque nuestra familia sigue creciendo día a día- contestó Lori tampoco dejando su hábito de usar la palabra "literalmente" en muchas de sus oraciones.
-Como que es algo que nunca dejará de alegrarnos- a su vez, Leni también recurría a su manía de usar la expresión "como que" en sus conversaciones.
-Lo mismo digo. Bueno, no te quedes ahí y saluda a mi nueva hija, a Ronnie Segunda- nuestro hermano me pidió que entrara a la sala en dónde reposaba su esposa y más reciente retoño.
-Ah… Lucy, me alegra verte- saludó Ronnie Anne tan feliz como su marido y cargando un bulto envuelto en una cobija que obviamente era su hijita.
-Igualmente- le sonreí del mismo modo, pero dudé un poco en si acercarme o no a la criaturita en sus manos porque no quería que cualquier energía negativa residual que llevase dentro de mí se pasara a ella.
Pero esa linda nena apenas me vio, soltó una tierna sonrisa que tampoco he escuchado en bastante tiempo (Por parte de un infante vivo aclaro) y cuando sujetó con sus manitas mi índice derecho con el que acaricié una de sus mejillas sentí como pudo mitigar mis tormentos internos.
Solo la pureza de un alma joven como la de ella podría despejar los miedos e inseguridades que sufre alguien que está en mi posición sintiendo como ahora es mi espíritu el que recibe un poco de aire fresco.
(…)
Al menos, hasta que llegó la hora de regresar a la soledad de mi hogar siendo recibida de nuevo por Colmillitos V que me reclamó por llegar tan tarde en la noche y no prepararle la cena. Luego de servirle una bandeja llena de sangre de cerdo, su favorita, le dije que no tenía ganas de hacer nada más y directamente fui a prepararme para dormir.
Creía que ver de nuevo a mis hermanas (Incluyendo a Lola que regresó a la ciudad y vivía con Lana para la sorpresa de todos siendo Lisa la única que faltaba porque hace varios años desapareció en un experimento suyo) a toda su prole y a la de Lincoln y su nueva hija, bastaría para alzarme los ánimos lo suficiente para quitarme la amargura que he sentido desde el inicio del día, pero apenas me aparte de todos ellos y recorrí las ya solitarias calles de Royal Woods recordando nuevamente que nunca tendré lo que lo que él y ella poseen, esa sensación se apoderó de mi alma dejándome tal y como lo estuve desde el inicio.
Incluso peor porque ni ganas tuve de volver a pedir la protección de los espíritus guardianes y guías y prácticamente me arrojé al ataúd repasando una y otra vez ese trágico suceso con Rocky maldiciéndome a mí misma por mi monumental estupidez y falta de perspicacia, como si mi flequillo no tapase solamente mis ojos, sino mi sentido común también.
-Morirás sola… morirás sola… algún día tú misma acabarás con tu propia existencia por no soportar la miseria en la que estás hundida y aquí te esperaremos con los brazos abiertos… con los brazos abiertos…
-Arg… váyanse al diablo, oh esperen, pero si ya están con él, imbéciles- giré sobre mi costado derecho y me tapé la cara con la almohada para no oírlos ni darles el gusto de ver mis lágrimas.
Si tan solo… si tan solo tuviese la compañía de otro ser humano vivo a mi lado… alguien con quién contar durante estos momentos de insufrible soledad y que sea palpable y no un ser que me recuerda el por qué estoy como estoy… tal vez así no sería el alma miserable y maldita que soy y que para siempre seré…
Eso fue lo último pensé antes de cerrar despacio los párpados.
-Pero sí tú nunca estás sola, mi estimada Lucy.
Volví a abrir los ojos de par en par al oír esta voz, pero ahora no me hallaba rodeada de oscuridad amenazante y siniestra, sino… ¿Un lugar que emana un brillo claro que me genera una sensación de paz y calma? ¿Dónde estaba ahora?
Esa voz… me es bastante familiar y la he escuchado antes, pero… ¿En dónde?
-¿Has olvidado mi melodiosa voz luego de tantos años? No sabes lo triste que eso me pone- inesperadamente se materializó ante mí una mujer.
No… no puede ser… ese cabello negro y esa piel pálida como la mía y prendas oscuras con un estilo parecidas a las que yo suelo usar… ¡ERA IMPOSIBLE!
-¿Bi… Bisabuela Harriet?- dudé en hablarle, ¿Ahora en qué tipo de pesadilla estoy metida?
-La misma que viste y calza, mi estimada bisnietecita- la leve sonrisa que me dedicó pareció iluminar el lugar en dónde ahora me encontraba -¿Qué pasa contigo? Es como si nunca hubieras visto un fantasma antes- hizo una pequeña broma.
-Es que yo… no…- muy estúpida me sentí porque luego de tantos años hablándole a toda clase de almas, no sabía que decirle a la que alguna vez consideré ser su reencarnación o heredera.
Hasta que tomé en cuenta un detalle de lo más aterrador.
-Espera. Si tú estás aquí ante mí, ¿Eso no significa que…?
-Descuida, no tengas miedo. Aún no te ha llegado tu hora si es lo que te preocupa- pude dejar escapar un suspiro de alivio.
Tal vez mis ganas de vivir no sean las más grandes, pero no implica que tenga mucha prisa por pasar al siguiente Plano Existencial, y mucho menos si mi maldición me seguirá por siempre.
-¿Entonces en dónde estoy? ¿Por qué estás ante mí?
-Porque oí tus suplicas y gritos de ayuda- con un movimiento de mano, creó una banca en dónde se sentó y me pidió que la acompañase -Lucy… entiendo mejor que nadie por lo que has estado pasando, porque justamente yo pasé por lo mismo que tú en mi momento.
-¿También tuviste que renunciar a tu felicidad y la posibilidad de formar tu propia familia por un dichoso "bien mayor"?- no me retrasé en intuir lo que iba decirme.
-Sí, exactamente así fue- soltó un suspiro de lamento tan parecido al mío -por eso, en esa ocasión cuando tú y tu novio fueron a expulsar a ese ente de la biblioteca, quise intervenir para que no tuvieses mí mismo destino, pero al ver el gran valor y determinación que demostraste al hacerle frente no dudando en ningún momento, me di cuenta de que tu destino era seguir mis pasos y continuar luchando contra las fuerzas del mal que provengan de las entrañas de la Tierra.
¿Por qué no me sorprendió esto que acaba de decirme?
-Ah… entonces fuiste tú la que me habló esa vez. Creo que también me hubieras dicho como sería el resto de mi vida al continuar con tu labor- no podía evitar mostrar mi gran descontento porque ella sabía bien lo que me esperaba y aun así no me dijo nada o dio algún indicio.
-Puedes enojarte, tienes todo el derecho de hacerlo. Yo también me enojé bastante al dar por hecho que mi vida sería miserable por nunca tener lo que otros tenían y condenada a la maldición de la soledad eterna sin importar a cuantos he auxiliado… hasta que recordé un importante detalle
-¿Y cuál detalle sería ese? ¿Qué en realidad no estás sola por contar con la compañía de los espíritus?- ahora quise intuir con ironía.
-Exactamente, pero… no solo con las almas de aquellos con los que logré contacto de forma casual.
-Sino con la compañía de aquellos que fueron importantes para ti en vida- volví a queda atónita al oír esta voz a mi espalda, porque la reconocería en dónde fuera.
-Albert… ¿Abuelo Pop-Pop?- al pararme de la banca y girar a la izquierda vi al padre de mi madre acercándosenos luciendo exactamente igual a como lucía la última vez que lo vi con vida.
-Porque aquellos que realmente amamos, nunca nos dejan.
-Y viven por siempre en nuestros corazones.
También reconocí estas voces y al voltearme a la derecha vi a mamá y papá también luciendo como lo hacían antes de partir.
-Mamá… papá… ¿En serio son ustedes?- resultó imposible contener las lágrimas de dicha al verlos.
¿Realmente esto pasaba y no era un sueño o treta montada por los entes malignos?
Sentí como algo se alojó sobre mis hombros, ¡Eran los predecesores de Colmillitos V! Colmillitos I que tuve de niña, luego II, III y IV.
-¿Ustedes siempre están conmigo?- asintieron al mismo tiempo.
-Claro que sí, ¿Quién crees que son esos espíritus guías y guardianes a los que siempre les pides su protección antes de atender un caso Paranormal? ¿En verdad creíste que te dejaríamos lidiar sola y por tu cuenta con los seres del mal sin el apoyo de los que fueron y siguen siendo importantes para ti?- reprochó la abuela de mi papá.
-Junto también con aquellos que has ayudado en todo este tiempo, y qué sin darte cuenta, se han vuelto una familia para ti que siempre te cuida y acompaña dándote la fuerza para seguir adelante con tu labor incluso en los peores momentos.
Al mirar a mi espalda noté a ese mismo niño al que ayudé ayer a encontrar su lugar de Descanso Eterno, y no estaba solo, sino que era acompañado por cada una de las almas en pena que a lo largo de mi vida que he ayudado a trascender y que compartían la misma sonrisa reconfortante.
-No… no puedo creerlo. Todos ustedes… ¿Están a mi lado todo el tiempo?
-Por supuesto. Es lo mínimo que podemos hacer por la persona que nos ha ayudado a superar nuestros propios tormentos.
-¿Lo ves, Lucy? No estás sola y jamás lo estarás. Tal vez en el mundo de los vivos nunca formes una familia terrenal como la de tu hermano y hermanas, pero no olvides qué, sin darte cuenta, ya has formado una que jamás te abandonará y estará para ti tanto en las buenas como en las malas- la Bisabuela Harriet me tomó una mano volviendo a sonreírme radiantemente.
-Y cuando extrañes la compañía de alguien de carne y hueso, recuerda que aún tienes a Lincoln, tus demás hermanas y los muchos sobrinos que han gestado con el tiempo y que también estarán para ti cuando los necesites, justo como pasó en el hospital- siguió hablando ahora mamá.
-Gra… gracias por… nunca abandonarme y siempre estar a mi… a mi lado- levanté mi flequillo para limpiarme las lágrimas de desbordante felicidad que expulsaban mis ojos.
-No, gracias a ti por todo lo que has hecho. Ahora es hora de que vuelvas al Mundo de los Vivos y continúes con tu labor y no vuelvas a dejar que las voces de los que has vencido te atormenten, ¿Entendido?
-Entendido, bisabuela. Gracias de nuevo por todo. Mamá… papá… abuelo… todos, no saben la alegría que me da volver a verlos.
-A nosotros también nos alegra mucho volver a verte. Echamos mucho de menos esos sustos que solo tú sabías dar cuando te aparecías de repente- bromeó mamá.
-Y recuerda, que aquí te esperaremos cuando ya sea tu hora de partir y goces de todo lo que lograste en vida. Nunca lo olvides- me recordó papá.
-Nunca lo olvidaré, ni a ustedes, nunca… nunca...
-Nunca…- repetí al abrir los ojos percatándome que estoy en mi cuarto y me levanté para ver como el Sol a la lejanía salía para iniciar un nuevo amanecer.
Colmillitos V se paró en mi hombro derecho preguntándome de nuevo si estoy bien.
-Lo estoy, Colmillitos V, ahora sí que lo estoy- quedó bastante confundió por mi gran sonrisa -pero no perdamos más tiempo y alistémonos. Esos nuevos casos Paranormales no se van a solucionar solos.
Sintiendo como literalmente volví a nacer, terminé de desayunar y vestirme para que ahora, sabiendo que realmente jamás estoy ni estaré sola, continuar ejerciendo ahora con mayor ímpetu y por lo que me resta de mi existencia, con…
MI MISIÓN EN LA VIDA…
Primer y único capítulo de esta historia completado el 12/04/2021.
Y listo, esto ha sido todo por el día de hoy. Como siempre digo luego de hacer un enorme One-Shot, no saben lo increíblemente difícil que me resultó hacer esta historia tanto por ser la primera vez que hago una desde la perspectiva de Lucy, como los temas que aquí toco.
Que desdichada debió sentirse ella perder al amor de su vida al anteponer su "razón por la que existe" sintiendo que está maldita y dejándose consumir poco a poco por una terrible soledad creyendo que por siempre estará así jamás sintiendo la dicha de ser una madre y formar su propia familia como lo han hecho Lincoln y varias de sus hermanas, todo por culpa de su Don que ve como una terrible maldición.
Nada que un poco de "intervención divina" no pueda arreglar y que le recuerde que aquellos que alguna vez amó siempre la acompañan junto a los que ha ayudado con el correr del tiempo. No es la familia más ortodoxa o tradicional, pero es mejor que estar realmente sola por siempre, ¿No? XD
Espero que les gustase todo por lo que ella pasó y la resolución final de sus problemas y quiere seguir adelante (me seco las lágrimas al ver la escena que escribí de ella reencontrándose con su familia) linda reflexión la que tuvo, ¿No?
Como lo dije en las notas de autor de arriba al decir que en el pasado he hecho fics de las otras hermanas de Lincoln, debo aclarar que esta historia se ubica en el mismo universo de mi primer fic de TLH titulado "La Siguiente Generación" que muestra la vida del peliblanco casado con Ronnie Anne y sus muy peculiares once hijos (En dónde aquí hacen una leve mención y cameo en especial por parte de Lewis XD)
Incluyendo este fic de Lucy, ya llevo cuatro enfocados en las chicas Loud (Lola y Lana comparten uno y el de Leni con Maggie se trata mayormente de esta última) así que me faltan otros cinco para cubrir al resto de la familia de locos XD
Así que hasta la próxima y siempre recuerden que les avisaré cuando haga otra de mis locas historias ;)
