Ya no era una niña y nada la detenía para amar a alguien "prohibido". Todo puede pasar en la Universidad.
Todo el mundo se emociona con su primer día de escuela y ella no era la excepción. Ya habían pasado dos años de preparatoria y éste último tendría que ser especial. Pero, ¿por qué sería especial? Hacía 5 años que lo había conocido, el chico más popular de la escuela, el deportista, el guapo y aunque era un año mayor, ella había sido la "afortunada". Este año él se iba de la universidad contratado en su trabajo de ensueño y ella al último año de universidad en la Academia Orange Star. Sería la novia del nuevo integrante del equipo de los Titanes de Ciudad Satan, el famoso Lobo, Yamcha.
Se levantó tempano, se bañó y se arregló. Minifalda aglobada blanca, tenis blancos, blusa rosa pálido y un poco de maquillaje, tomó su chaqueta de mezclilla, sus lentes y su bolso y salió rápidamente de su casa.
Bulma siempre había sido la chica perfecta, a la que todo el mundo admiraba, no había más, o la amabas o la odiabas y la mayoría hacía normalmente lo primero. Todos sabían que era la novia de Yamcha y aun así tenía varios admiradores. Al llegar a la escuela buscó rápidamente a sus amistades.
-¡Bulma, por aquí!- levantaba la mano Milk, su mejor amiga desde hacía años.
-Qué bueno que nos tocó juntas, ¿Quién más está en el salón?-
-Pues en la lista aparece Lapis, los demás están el otro salón, les dije que nos reuniéramos en los lokers.- En eso entró al salón Lapis, un chico muy apuesto de ojos azules y cabello negro.
-¿interrumpo señoritas?-
-¡Lapis, hola!- le sonrieron, él acercó una banca y se sentó al lado de Bulma quien estaba detrás de Milk cerca de la ventana.
-¿Saben quién será nuestro titular?, en la lista no había nombre.- preguntó Lapis.
-Yo espero que sea el profesor Piccolo o la anciana Uranai, con ella todo es muy fácil.-
El timbre sonó y todos corrieron a sus asientos. Por la puerta entró quien sería su nuevo profesor.
-Ay no, no puede ser…- dijo Milk en voz baja.
-¿Algún problema señorita Satan?- preguntó el profesor, Milk no sabía cómo es que la había escuchado. –Si no quiere estar en mi clase no la obligaré, solo tendrá que presentar un examen final para aprobar, pero como en su expediente dice que no ha tenido buenas calificaciones, dudo que lo pueda pasar señorita Milk Satan, así que usted dirá.- todos guardaron silencio, uno que otro sonreía burlonamente.
-Perdón profesor, no fue por usted, es que no traje un par de plumas, le pido una disculpa.- decía sonrojada.
El profesor levantó la ceja. –Eso supuse…, bien, pues como pueden ver seré su profesor titular, doy varias materias así que pasaremos mucho tiempo juntos, saben mi forma de trabajar y sé que reputación tengo, como le decía a su compañera, si no quieren estar en mis clases pueden salirse pero presentaran un examen semanal final con todo lo visto durante la semana, el mes y el año. No me gusta el desorden y pido respeto, tanto para mí como para cada uno de ustedes. Eso es simple, trabajo y trabajan, descanso y descansan, si tienen dudas de cualquier tema estoy siempre en la biblioteca en el privado 3 de 3 de la tarde a las 6. ¿Alguna duda?- Todos se quedaron callados. –Bien, empecemos…- pero cuando volvió a mirarlos había una mano levantada. –Dígame señorita Briefs.-
-Profesor yo… quisiera saber si habrá proyecto al final del año…- todos sus compañeros empezaron a balbucear, algunos comentarios no eran muy gratos.
-Silencio, silencio todos.- levantó la voz el profesor. –Señorita Briefs, sé muy bien quién y qué tipo de persona es usted y la admiro por eso, pero no se adelante. Por supuesto habrá un proyecto final pero espero que este año entienda que todo lleva su tiempo, si quiere adelantar las cosas no saldrán como debe y se arrepentirá.- la miró fijamente. –y lo digo para que lo aplique en todo.-
Bulma frunció el ceño algo confundida pero al final se quedó con la idea principal que era esperar y ser paciente. –Bien, empecemos…- pasaron horas y de una clase se iban a otra y luego otra y así hasta las 3 de la tarde, la hora de la salida.
-¡Uff!, qué día tan pesado.- dijo Milk.
-Ni lo menciones, si así estuvo hoy, no quiero saber del resto del año- respondió Lapis.
-Chicos, adelántense, necesito ir a la biblioteca por un libro.-
-¿Tan rápido Bulma?, nos vas a hacer quedar mal, la tarea es para el próximo lunes.- se quejaba Lapis.
-Es que quiero leerlo para poder… darles un resumen.- sonrió nerviosa. –Mañana nos vemos ¿de acuerdo?-
-Ok Bulma, solo recuerda lo que dijo el profesor en la mañana, "todo lleva su tiempo".- repitió Milk mientras Bulma se alejaba. –Sí, lo que sea…- Milk y Lapis siguieron su camino.
En la biblioteca Bulma buscaba unos libros, tomó algunos y se sentó en una de las mesas. Comenzó a hojearlos cuando su teléfono sonó.
-Hola- contestaba.- ¿cómo estás?, ¿qué tal tu primer día?..., ¿En serio?..., No te preocupes, seguramente te quedarás en el equipo…, yo tuve un día…, ah, qué bien Yamcha, me da gusto por ti… si, yo… eh…, si, no te preocupes… claro, después hablamos...- terminó la llamada.
-Señorita Briefs.- la sorprendió el profesor. –Sabe que no puede utilizar su teléfono en la biblioteca.-
-Lo sé, lo siento Vegeta.- Bulma contestó triste.
-PROFESOR Vegeta.- dijo recalcando la primer palabra. -Un día en "el trabajo" no es más importante que un día en la universidad señorita Briefs.- ella lo miró extrañada. –Aquí tiene.- le acercó un libro, ella lo agarró.- supongo que buscaba esto.
-Sí, gracias.- le sonrió y él se sonrojó. Vegeta dio vuelta y Bulma salió de ahí.
Los siguientes días pasaron sin pena ni gloria, llegó el sábado y Bulma se había quedado de ver con Milk y Lazuli en el centro comercial para pasar una típica tarde de chicas.
-Recapitulando Bulma, Yamcha te llamó el lunes, ¿no te preguntó si quiera cómo te había ido y no te ha vuelto a llamar?... discúlpame Bulma pero tu novio es un patán.-
-Es lo mismo que todos le hemos dicho Lazuli, ¿recuerdas la vez que la dejó plantada en la feria?- respingaba Milk.
-O la vez que la hizo llorar en la fiesta de Krillin, Bulma te hizo sentir culpable por bailar con Tien Shin Han solo porque él no quiso bailar.-
-También la vez que hubo un partido de béisbol y la dejó sentada mientras se iba a celebrar con unas "amigas".-
-O la vez que…-
-Ya está bien chicas, basta.-dijo cansada Bulma. -¿saben qué? Estar ya en el equipo es diferente, tienen muchos entrenamientos y viajes y seguramente entrevistas, Yamcha debe estar muy ocupado, por eso no me ha llamado.-
-Pues que estúpido pretexto Bulma. No trates de justificarlo.-
-Mejor vamos a comprar helados, yo no quiero hablar de hombres hoy.- contestó Lazuli.
Las semanas pasaban y los trabajos eran cada vez más pesados, Bulma se quedaba hasta tarde en la universidad, trataba siempre de adelantar sus tareas y casi no salía con sus amigos.
-Señorita Bulma.- la llamó el profesor. Ella se levantó y fue hasta su escritorio. -¿Quiere decirme qué es esto?- le dijo enseñándole un cuadernillo.
-Es el trabajo de ecuaciones lineales profesor Ouji.-
-Quiero decir, ésta mancha…- señaló en una de las hojas.
Bulma abrió la boca sorprendida. –Ah, lo siento, era… café.-
-Café.- Vegeta suspiró. –Creo que está excediéndose en trabajo, no sé qué quiere demostrar alumna Bulma. Los últimos trabajos han tenido varios errores, parece que no entendiera las explicaciones, ahora manchas de café…-
-Lo siento mucho de verdad profesor, es que he tenido…-
-Todo el mundo tiene problemas Bulma, solo no deje que le afecte personalmente, "si algo te hace daño déjalo ir".- Bulma se quedó callada. -Y si necesita ayuda sabe dónde encontrarme, aunque dudo que lo vaya a pedir, así que desde hoy la espero a las 3 en la biblioteca. Trabajaré con usted en los problemas que le cuestan más trabajo.- Bulma asintió y se fue a sentar.
-¿Qué te dijo?- preguntó en voz baja Lapis.
-Que quiere trabajar conmigo en la biblioteca.-
-Pues no es para menos Bulma, tiene días que te ves muy mal, ¿estás enferma?- preguntó Milk obviamente preocupada por su mejor amiga.
-No, no me siento mal, solo estoy cansada.-
-Trabajas demasiado querida, deberías bajar tu ritmo y distraerte un poco más.- le decía Lapis.
-¿Es por Yamcha, verdad? No te ha llamado…-
-…no.- contestó con la mirada hacia la ventana. Milk y Lapis se miraron uno a otro y decidieron dar por terminado el interrogatorio.
Llegada la tarde, tal cual había quedado con el profesor, se vieron en la biblioteca, Vegeta muy profesional comenzó a ponerle algunos ejercicios de matemáticas pero Bulma parecía distraída.
-¿Pusiste atención?- la interrumpió.
-Sí, el valor de x es 524.-
-No.- Vegeta se llevó una mano a su frente y suspiró cansado. –señorita Briefs, por favor…-
-Basta, dime solo Bulma, nos conocemos hace años, ¿recuerdas que me jalabas el cabello en la fiesta de tus padres?...-
-Sí, lo recuerdo pero ese no es el problema ahora Bulma, no sé qué te está pasando pero estás muy distraída, puedes decirme que mi clase es aburrida, que no entiendes cómo explico, incluso que no te gusta mi manera de ser pero no me digas que es por un estúpido chico.-
-Entonces no sé qué quieres que te diga.- Vegeta se volteó molesto.
-¿Es en serio? Creo que debes poner en orden tus prioridades. Toma tus cosas Bulma, terminamos.-
-No Vegeta, por favor. Discúlpame.-
-Te disculpo Bulma pero aun así ya no quiero trabajar contigo de esta manera.- Vegeta cogió sus cosas y salió de ahí dejando a Bulma con la palabra en la boca. Ella rápidamente corrió detrás de él.
-¡Vegeta!- le gritó pero él no volteó y ella no lo alcanzó. Al día siguiente Bulma no podía ni mirar al profesor, Vegeta, por su parte iba y venía en el aula como si nada hubiera pasado y así pasaron unos meses más.
-… y para finalizar, saben que mañana no habrá clases ya que habrá junta directiva, espero que todos hayan entregado sus proyectos del mes para la clase de química con el profesor Slump y la profesora Baba de idiomas me encargó que les dijera que faltaban también algunas personas de entregar los libros ya contestados, los va a esperar en el aula 6, por favor entréguenle antes de la salida o quedarán reprobados en esa materia.- la campana sonó. –Nos vemos la próxima semana. Recuerden que mañana no hay clases.-
Todos tomaron sus cosas y salieron del aula, Vegeta miró a Bulma pero ella estaba aún sentada en su pupitre, de pronto vio que ella tomó el teléfono y contestó una llamada. Su semblante había cambiado por completo, Vegeta ya no quiso mirar más y salió rápidamente del aula.
