Disclaimer: Sonic the Hedgehog no me pertenece, es propiedad de SEGA.
Personajes mayores de edad.
Más notas al final.
"Ladrón de interior"
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[4:08 p.m.]
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Un gato azabache de pechito blanco se asomó por una de las ventanas abiertas de aquel departamento, saltó hacia el interior y caminó hasta donde su amo, quien se encontraba viendo televisión; el felino subió al sofá y comenzó a ronronear mientras se restregaba contra él; aquel sujeto se frotó la cara con fastidio al ver que su mascota había vuelto a ir de "cacería".
—Vamos Shadow... ¿Por qué no eres cómo los otros gatos? —espetó Sonic cuando el animal soltó entré sus piernas aquello que llevaba en el hocico —deberías jugar con estambres, dormir todo el día, inclusive estaría bien que regresaras a destruir las plantas de la señora Vanilla, pero robar ropa interior… ¿enserio?
El minino, ajeno a lo que sus acciones implicaban, se dedicó a lamer una de sus patas delanteras; el cobalto rodó los ojos y observó con curiosidad las medias negras color negro con patrón de corazones y seguro estaba de haber visto a su linda y enérgica vecina con esa prenda y ello lo hizo sonreír: ahora estaba seguro de que las prendas que su gato había traído en días pasados eran de aquella chica.
—Sin temor a equivocarme, puedo decir a quién pertenece esto y juro por Chaos que, si tus tonterías me arruinan las cosas con ella, lo vas a pagar.
En repuesta, el gato se acurrucó para dormir.
—Eres un sinvergüenza...
Sonic se levantó y caminó a la cocina para terminar de hacer la cena, no sin antes, ocultar aquella prenda.
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[10:46 p.m.]
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Si bien, el vecino demostró ser alguien digno de confianza, simpático y amistoso, eso no ocultaba el hecho de que también era casquivano y algo cabrón.
Aquello último hizo que Amy considerara seriamente aceptar o declinar la invitación que este le hizo a su departamento, pero estaba tan endiosada con él, que no pudo dejarlo pasar… y así, después del recibimiento con flores, la agradable cena y una plática interesante, la eriza sucumbió ante sus encantos y lo que inició con tímidos besos que apenas y rozaban los labios de ambos, se convirtió rápidamente en algo pasional, donde ambas lenguas jugaban entre sí, incitándolos al deseo; el cosquilleo acumulado en el cuerpo de la rosada aumentó cuando el erizo cobalto se alejó y sonrió pícaramente, al mismo tiempo que comenzó a desabotonar su camisa.
—Me gustas mucho, enserio —confesó tímidamente Amy, al mismo tiempo que acarició con la punta de los dedos el óvalo melocotón de su torso desnudo —últimamente he estado tratando de ordenar y entender mis emociones, pero a pesar del caos, tengo clara una cosa: te quiero… más de lo que puedes imaginar.
Sonic cerró los ojos ante su toque, este lo hizo enloquecer, especialmente dentro de sus pantalones.
—Me siento igual —respondió él, recorriendo con las manos desnudas aquel par de piernas.
Amy mordió su labio inferior y detuvo los movimientos del erizo. No era tonta... quizá ingenua, pero eso era otra cosa.
—Mis sentimientos por ti son reales —soltó ella con seriedad.
—Lo sé —Sonic se elevó un poco e hizo que sus miradas se cruzaran —de verdad me gustas Amy... tu imagen siempre está rondado mi cabeza; confía en mí, déjame adorarte como mereces...
La rosada finalmente soltó unas lágrimas, debido a la emoción de ser correspondida, pero la sensación fue reemplazada por excitación cuando él volvió a saltar los límites de su vestido y dejó expuesta su ropa interior de encaje: se ruborizó cuando Sonic deslizó las bragas por sus costados y se avergonzó más al ver como las analizaba; sin duda era el momento más erótico de su vida, pero lo que pasó enseguida cambio por completo el ambiente
De la nada, un gato negro se abalanzó sobre el erizo, quien rápidamente se puso de pie e intentó quitárselo de encima.
Nerviosa y sin saber que hacer, Amy lo imitó, tomó las copas de vino a medio llenar y les lanzó el contenido de estas a ambos; al sentir aquel líquido, el felino soltó un alarido y se alejó de ellos, una vez en el piso se encorvó y bufó en dirección a la rosada.
—Lo siento mucho —comentó ella apenada. Su mirada se posó en el gato que la observaba con recelo; el animal volvió a bufar, mostrándole los colmillos y después, tomó con el hocico las bragas empapadas de vino.
—¡Devuélveme eso! —Amy corrió tras él, en un intento por detenerlo sin éxito pues el animal terminó saliendo por el pequeño espacio abierto de la ventana —¡Vuelve aquí! —gritó al mismo tiempo que ella la abría completamente y se asomaba al exterior.
—No te preocupes, en un momento u otro las devolverá; deberías verlo, en la tarde llegó con unas medias negras y...
La mirada que ella le dirigió lo hizo cerrar la boca y darse cuenta de su error.
—Entonces... ¿Tu estúpido gato es el que me ha estado robado los calzones?
—¿Qué? ¡Nooo! ¡Qué cosas dices! —respondió el cobalto haciéndose el ofendido y haciendo miles de ademanes; Amy se cruzó de brazos y lo miró con los ojos entrecerrados cuando el ronroneo del felino llamó la atención de ambos
El animal reapareció frente a ambos con una nueva prenda.
—¡Hey! ¡Esas son mis medias favoritas!
Shadow llevaba en el hocico las medias de corazones que Sonic escondió en la tarde; de nuevo, Amy intentó atraparlo, pero el minino la esquivó ágilmente y se dirigió a su amo; soltó su vieja adquisición y comenzó a maullar y frotarse contra sus pies de este. La cara roja de ella le indicó lo molesta y avergonzada que estaba.
—Escucha Amy, puedo explicarte todo y...
La sensación caliente en su rostro por aquella pequeña mano estrellándose con fuerza contra su mejilla lo hizo callar.
—No vuelvas a dirigirme la palabra... ¡Tú y tu gato son unos degenerados!
—Vamos linda, no es lo que crees…
Sonic intentó tomarla por los hombros, pero la rosada tomó el ramo de gerberas que el cobalto le obsequio al llegar y se lo estrelló en el pecho, después tomó sus cosas —incluidas las medias— y caminó a la puerta, al abrirla le dirigió una última mirada cargada de resentimiento a su vecino.
—No puedo creer que me haya enamorado de un pervertido que hurta ropa interior —espetó bastante molesta.
—Entonces ¿Te llamo mañana? —cuestionó el erizo haciendo un ademán cerca de su oreja.
Amy rodó los ojos y salió dando un fuerte portazo. Aparentemente su ira era tal que olvidó que llevaba la retaguardia expuesta bajo el vestido. Afortunadamente su departamento estaba en el piso.
—Vaya forma de matar el momento— espetó el erizo viendo a su gato mover la cola de un lado a otro —puedes olvidar que vives aquí.
Shadow maulló con algo que Sonic podía jurar era burla.
Vaya forma de terminar una cita.
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Bien, esto lo hice para una dinámica de San Valentín y como no he hecho nada nuevo, he decidido ponerlo por acá también; dada la fecha en que lo hice le cambié unas cositas. Disculpa si llega a haber errores.
A ti que lees esto, espero que estés muy bien, cuídate mucho.
Adiós.
