No soy dueño de ningún personaje que aquí se muestra. La serie de manga/anime pertenece a sus respectivos creadores.

Bienvenidos sean a este primer capítulo de la serie Love for three. He de confesar que me siento algo nervioso y emocionado por esta nueva temática.

Esta historia nació como una comisión de un compañero y amigo escritor m3n4sk3r. Un excelente escritor que no tiene miedo y es maduro como para tocar temas poco comunes en el fandom y que me convenció de intentar incursionar también; aunque siendo sincero, yo ya tenía la idea de una historia de esta índole desde hace tiempo.

Si a usted lector le gusta o interesa este tipo de trama no dude en echar un vistazo a sus historias en fanfiction; son muy interesantes y están en español. Lo puedes encontrar en mi perfil en la pestaña de favoritos.

Sí está leyendo esto, le agradesco por tomarse el tiempo.

ADVERTENCIA

La siguiente historia contiene temas para adultos, situaciones sexuales fuertes, ligero engaño, un trío (Dos hombres y una mujer) no continúe leyendo si a usted no le interesa este tipo de historias o es menor de edad.

Minato x Kushina x Raikage.

Usted ha sido advertido.


[Capítulo I: Luna de miel inolvidable]

La vida le había sonreído desde muy temprana edad a Kushina Uzumaki.

Segunda hija de una familia adinerada. Con tan solo 20 años de edad, se podría definir sin temor a equivocarse como la epítome de la feminidad. Fiera y decidida, con un temperamento un tanto explosivo pero que sabía controlar y sacar el mayor provecho. Inteligente y hermosa; poseedora de un cuerpo que pondría verde de envidia a muchas supermodelos; con largas y tersas piernas que llegaban a sus anchas caderas el cual sostenían uno de los más grandes y jugosos traseros que el ser humano a tenido la dicha de apreciar. Cintura esbelta y de pechos grandes copa DD.

Si no fuera suficiente con tener un cuerpo de diosa, su rostro solo se comparaba con el de un ángel. Cada facción era simplemente perfecta en la mujer, su piel lechosa, los ojos violetas, sus labios carnosos que invitan al pecado. Pero por encima de todo, la característica más notable de la Uzumaki; fue su largo y vibrante cabello rojo, hebras de largo escarlata que descienden un poco arriba de su trasero.

La sexy pelirroja se encontraba 'disfrutando' del segundo día de su luna de miel. Acostada de espaldas sobre una silla de playa mientras se bronceaba completamente aburrida; ambos brazos por detrás de su cabeza y mirando al cielo azul a través de sus lentes de sol. Pensó que hoy podría conseguir un poco de acción con su marido, incluso decidió usar ese casi ilegal traje de baño que su amiga Mikoto le recomendó. Pero el sonido de ligeros ronquidos a su derecha fue prueba de que su esposo se encontraba más cansado que dispuesto.

Minato Namikaze, su esposo, recién llegaba de una reunión de negocios que se extendió hasta entradas horas de la madrugada. Incluso en su luna de miel, Minato se negó a dejar cabos sueltos en la compañía familiar. Kushina lo entendía y apoyaba en todo, no obstante existían cuestiones importantes que se deben atender primero, por ejemplo; su libido.

Desde muy joven, Kushina descubrió este lado oscuro de su familia. Todas las mujeres y algunos hombres de su lado Uzumaki lo sufrían. Un libido que no era natural para una persona. Era una necesidad por el sexo casi imposible de controlar, un fuego que nace de su vientre y recorre cada terminación nerviosa en su ser, una que no se quedaría satisfecha ni se iría si no era únicamente con los placeres que solo la carne puede dar.

Por esa razón se vistió como lo hizo, por tal motivo ella está usando en público este diminuto traje de baño rojo de dos piezas que apenas conseguía cubrir sus duros pezones, no se hable de la diminuta tela roja que llamaba tanga, la prenda no tuvo oportunidad contra su trasero y se perdió entre las carnosas mejillas, la tela era tan pequeña que se metía en su coño, separando ligeramente sus labios inferiores. Afortunadamente se rasuro antes de la boda, o dejaria ver el mechon de pelo de color rojo sobre su pubis. No ayudó que decidió usar un bikini una talla menor a la que debería; así la ropa terminó por resaltar sus curvas y agrandar sus ya de por sí grandes pechos.

Lamentablemente todos sus esfuerzos para que Minato la follara parecían no dar resultados. Fue verdaderamente frustrante sentir la mirada de otros hombres sobre ti y no conseguir animar al único que te interesa. No pudo culpar mucho al Namikaze, el hombre no la vio, pues ella decidió ir con bata todo el recorrido del hotel hasta la piscina exclusiva para socios. Fue cuando llegaron a su lugar junto a la piscina que ella se quitó la ropa y posó eróticamente para su esposo; únicamente para que al voltear viera al rubio dormido sobre una de las sillas plegables.

"En serio que necesito una dura polla" comentó Kushina para sí misma. Sus ojos recorriendo el lugar sin encontrar a nadie alrededor. No era de extrañar pues esta era una área privada del hotel.

Suspirando, Kushina comenzó a pensar en qué hacer. Podría acompañar a Minato en una siesta, quizás el hombre estaría más animado una vez despertará y podrían follar junto a la piscina como era su plan original. Pero la sensación de picor en su coño le hacía difícil dormir. También estaba la opción de nadar, aunque el agua fría nunca consiguió calmarla incluso en los comienzos de su vida sexualmente activa.

'15 minutos, solo le daré a Minato-kun 15 minutos para que duerma y más le vale estar listo-ttebane' pensó la cachonda pelirroja, frotando sus muslos juntos. Ni siquiera se metió a la piscina y su ropa interior ya presentaba una notable humedad, el cual no era solo del aceite bronceador.

No obstante, al momento de intentar bajar su mano para intentar calmar el calor en su región inferior, sus ojos se toparon con la llegada de alguien a la zona exclusiva. Los orbes violetas de la pelirroja se abrieron un poco detrás de sus lentes de sol al reconocer al hombre que caminaba en su dirección.

Era alto, de por lo menos 1.98 m, cabello rubio pálido con una pequeña barba de chivo en su barbilla del mismo tono. Su cuerpo musculoso similar a un fisicoculturista estaba en exposición con su piel oscura brillando por una ligera capa de aceite sobre sus músculos hinchados. La escasa vestimenta que el hombre usaba no se podría llamar siquiera ropa, pues fue un simple velocímetro el cual no conseguía disimular el semiduro miembro que trataba de salir de la tela oscura.

Kushina alzó una fina ceja al ver al hombre detenerse justo a su lado, podía sentirlo como él estaba bebiendo de su cuerpo, recorriendo cada centímetro de su persona con sus hambrientos ojos, desde sus largas y suaves piernas, deteniéndose únicamente para apreciar mejor su trasero y tetas. Casi lamiéndose los labios al ver el coño casi expuesto de Kushina.

"¿Puedo ayudarte en algo, Ay?" preguntó Kushina, levantándose ligeramente de su silla para acomodarse mejor. Aún cuando su cabeza miraba para otro lado, sus ojos ocultos por el cristal oscuro estaban pegados al prominente bulto en la ropa interior del rubio más alto.

El llamado Ay soltó una pequeña risa arrogante. Poniendo las manos en su cintura empujo su miembro cubierto a la cara de la pelirroja que no reaccionó siquiera ante la cercanía.

"¿Acaso lo de anoche no fue suficiente?" preguntó Kushina sin aparente interés, tomando una botella de aceite a su lado, la puso de cabeza y la sacudió deliberadamente fuerte sobre su mano un par de veces, liberando el aceite de coco blanco y cremoso, poniendo la botella a un lado, frotó sus manos juntas antes de untar el bronceador en sus piernas. Al terminar, esparció el poco aceite residual sobre su cuello y tetas para completo placer de Ay.

"No finjas que no lo quieres, Kushina" respondió el hombre mayor, enfatizando su punto al usar su mano derecha para mover el bulto entre sus piernas.

Kushina frunció su ceño ¿Acaso este idiota creia que era una cualquiera? ¿Creía seriamente que solo por ser su antiguo amante y el primero en reclamar su cereza anal le confería algún tipo de derecho sobre su cuerpo? ¿Que únicamente porque lo llevo a su habitación anoche para follar mientras Minato salía a su importante junta significaba que ella le iba a abrir las piernas cuando quisiera?

La Uzumaki estaba molesta por tal actitud, sin duda el hombre de piel oscura se ganó con creces su furia femenina. Y ella se encargaría personalmente de que el tonto recordara que ella no es ninguna prostituta a la que puedes follar y lanzar un par de dólares… Justo después de disfrutar su verga.

La mujer se movió lento y sensual, su cuerpo curvilíneo rebotando en los lugares correctos. Tomo asiento en el borde de la silla plegable, quedando frente a frente con la entrepierna del hombre, sus manos acariciaron los costados de las piernas de Ay y se detuvieron un segundo al tomar los lados de la tela dónde con un fuerte tiron le quito el reducido velocí instante un semi duro pene de color oscuro la golpeo en la cara, ella se quedo quieta con la verga flacida del hombre en su rostro, respirando un par de veces el almisclado aroma. Kushina no dijo palabra alguna y rápidamente apartó la mirada de la sonriente cara de Ay.

Ella se concentró en tomar el gordo pene con una mano y masturbarlo. Moviendo su mano sobre el falo de arriba abajo con maestría practicada, el pene rápidamente se extendió en largo y ancho, era lo suficientemente grueso como para que sus dedos no pudieran tocarse por un buen margen, podía sentir los latidos de la polla, como las venas marcadas le recorren el tronco en un morboso y excitante espectáculo.

Empezó con unos cuantos besos en la cabeza hinchada al mismo tiempo que agarraba el falo con fuerza y le daba una dura paja a dos manos, subiendo y bajando por el largo mástil, dejando marcas de saliva cada vez que presionaba los labios contra la carne del hombre, recorriendo con su boca ahora todo el tronco mientras que su mano izquierda tomaba el par de pesadas bolas del hombre y las acariciaba con ternura. Al notar una gota de presemen salir por la uretra, ella posó su boca sobre la cabeza de hongo. Para cualquier observador, pareceria que la mujer le estaba dando un casto beso al glande de color casi morado, pero solo Ay sabía que la lengua de Kushina no estaba osiosa y recogia la prueba de sus atenciones, la pelirroja gimiendo ante el maravilloso sabor un tanto salado y picante.

"Chupa esa verga, pequeña puta".

El comentario de Ay molesto a Kushina, ella no le contestó verbalmente, en cambio le mordió ligeramente la cabeza inferior al hombre que hizo una mueca por el placentero dolor. Ay bajo la mirada, contemplando la cara de Kushina con la cabeza de hongo de su polla aún en su boca, pero fueron sus ojos violetas lo que le decía sin palabras que se comportara. El hombre no dijo más y solo puso su mano sobre la cabeza roja de la mujer, incitando a darle una mamada.

Kushina aceptó gustosa, su boca llena de polla cuando empujó las primeras pulgadas de gruesa carne, la mujer movía la lengua cómo el reducido espacio le permitía, lamiendo las partes a las que conseguía llegar, principalmente la parte inferior, pero Ay era demasiado grueso como para mover su lengua con libertad, por lo que decidió enfocarse en otras áreas de su felación.

Los mojados sonidos de Kushina chupando su polla era música para los oídos de Ay, el hombre de piel oscura mantuvo una mano en la cadera y otra sobre la cabeza de la puta pelirroja. No pudo evitar soltar unos gruñidos de placer al sentir a Kushina golpear su polla contra el interior de su mejilla, el aire escapó de sus pulmones cuando la mujer dejó solo la bulbosa cabeza en su interior y la chupo, marcando sus polulos en un erotico vacío creado por su succión, debía admitir que la mujer que actualmente tiene la mitad de su verga en la boca, era sin duda una de las mejores zorras que ha tenido la dicha de llevar a la cama.

Ya no siendo necesario seguir sosteniendo la verga de Ay, Kushina llevó su mano derecha a su coño, abrió las piernas para que le fuera más fácil a sus dedos entrar en la diminuta tanga, frotando su feminidad en llamas, sí antes la humedad era notable, ahora parecía que un río corría entre sus piernas, a tal punto que un poco de su dulce néctar formaba un pequeño charco en la silla y que goteaba al suelo.

"¡Mmm! ¡Mmmm! ¡Mmmm!".

La mujer Uzumaki cerró los ojos, dejando al hombre tomar el control sobre su cabeza y dictar la intensidad. Su mano izquierda se fue a la parte superior de su bikini y sin mostrar duda alguna sacó al viento sus grandes tetas. Con su trabajo listo, acarició su seno izquierdo y apretó su adolorido pezón, su otra mano seguía penetrando con dos dedos su chorreante vagina la cual liberaba obscenos y lujuriosos ruidos húmedos.

Kushina sabía cómo era Ay, así que no le sorprendió en nada cuando sintió la otra mano del musculoso hombre ponerse sobre su cabeza y empujar su miembro más y más adentro de su boca con cada penetración, jalando su cabeza para que igualara sus movimientos pélvicos.

'Así se hace, bastardo colgado; follame la puta garganta'.

La pelirroja habría sonreído si no fuera por tener tanta verga en la boca, cada vez que el falo abandonaba su canal oral una buena cantidad de saliva se iba con él, manchando su barbilla y tetas con una mezcla de saliva y del copioso presemen de Ay. Sabía cómo incitar al hombre a ser más brusco, solo tuvo que regalarle la vista de ella gimiendo como una putita mientras acariciaba sus turgentes pechos y él se enamoraría de la vista.

La felación aunque empezó lenta, comenzó a ganar velocidad rápidamente con los eroticos gemidos de la mujer. Ay empujaba toda su polla por el húmedo y baboso canal oral de Kushina, metiendo su verga hasta que los labios de la mujer besaban su pelvis, manteniendo a la zorra pelirroja un tiempo tortuosamente largo para ambos con toda su polla en la garganta, solo para sacar casi todo su miembro y repetir el proceso.

"Mirate, queriendo aparentar decencia cuando tienes esa cara de puta" le dijo Ay, manteniendo su verga dentro de la garganta de la Uzumaki por un poco más de tiempo. La pelirroja tenía los ojos fijos en los suyos, mostrando nada pero lujuria y hambre, dejando ver la verdadera naturaleza de la mujer.

Casi de inmediato los ruidos de ahogamiento procedentes de la pelirroja llenaron la zona. Su cara estaba siendo follada en toda regla, la intensidad y brutalidad con la que el hombre obligaba a Kushina a bajar sobre su polla habrían asustado a cualquiera, ninguna mujer menor se habría atrevido a intentar tal locura y se habrían preguntado si no le dolía a la cachonda mujer cada vez que esa verga bajaba por su garganta, pues el recorrido del falo era evidente a través de su cuello.

Sí, cualquier otra mujer se habría rendido con solo las primeras pulgadas de la gruesa polla, pero no ella. No Kushina Uzumaki, para ella no fue problema recibir la verga del hombre, ni siquiera se perturbó al sentir las pesadas bolas de Ay golpear su barbilla con fuerza.

"Joder, tragatelo todo, maldita zorra" Ay casi gritó con sus dientes apretados mientras alzaba la cabeza al cielo.

Kushina no necesitaba prepararse, el hombre tenía tan metida la verga en su boca que al liberar su espeso semen se fue directo a su esofago para bajar todo el camino hasta su estómago. Kushina tenía los ojos vidriosos, casi en blanco y con unas pocas lágrimas resbalando por sus mejillas hinchadas que intentaban retener el mar de blanco esperma. Su coño presa de un potente orgasmo liberó una cuantiosa cantidad de néctar que manchó los pies de Ay y el suelo.

Ay disparo por lo menos cuatro sólidos tiros de semen, todos igual de copiosos como el primero, nunca sacando la verga. Tampoco podía, pues Kushina lo tenía abrazado por la cintura, la mujer estaba aún arriba en su orgasmo y no le importó tener la cara roja por la falta de aire.

Cuando la necesidad de oxígeno fue demasiada, Kushina por fin dejó ir al ensalivado miembro de su garganta. Pero no le permitió que saliera completamente de su boca, prefirió respirar pesadamente por la nariz desde dónde un poco de semen escapaba. La mujer dio un par de aspiraciones más a la hinchada cabeza que seguía liberando semen, chupando por cualquier residuo que su garganta no pudo beber. Solo entonces cuando se aseguró de que el hombre de piel oscura término, fue que lo sacó de su boca.

La pelirroja Uzumaki dio largas y pausadas respiraciones, el tono lechoso de su piel lentamente regresando a su rostro. El sudor empapaba a la mujer que con lentitud se quitó los pocos cabellos rojos que se le pegaban a la cara.

No obstante, Kushina sonrió al notar que la verga seguía completamente en pie de guerra. La magnífica polla de 12 pulgadas de largo y de gran grosor seguía lista para más, el pene oscuro tenía una curvatura natural apuntando un poco abajo con su glande completamente expuesto y soltando presemen.

"¿Aún quieres más?" Kushina preguntó con voz un poco ronca, limpiándose la saliva y semen que escapó de su boca con el dorso de su mano, no necesitaba una respuesta, Ay nunca fue el tipo de hombre que se quedaría satisfecho por una felación, incluso sí fue una tan brutal.

Sonriendo, Kushina se inclinó por una botella de agua y se levantó de la silla, poniendo sus labios en la botella dejó que el frío líquido calmara su maltratada garganta, Ay la miró impaciente, sabiendo que la mujer lo hacía para limpiar su boca de cualquier residuo de semen. Manteniendo un trago de agua, Kushina movió el líquido por su cavidad oral con la lengua e hizo algunas gárgaras antes de tragarse la combinación de agua y semen. Así mismo, regó el resto de la botella sobre sus tetas para lavar la saliva y semen que escapó del vacío de su boca.

"A la silla".

Ante el simple comando, el hombre rápidamente se recostó boca arriba en el lugar que Kushina estaba ocupando antes, ni siquiera hizo alusión de preguntar por el hombre dormido a su lado. Para él era más importante conseguir follar otra vez el culo de la mujer.

La pelirroja se tomó un momento para ver el pene de Ay apuntando al cielo, deleitándose ante las venas que recorren el grueso tronco y la hinchada cabeza en forma de hongo. Mordiéndose el labio inferior, Kushina se movió al colgado hombre con un marcado bamboleo en sus fértiles caderas; se subió a la silla con las rodillas a los costados de Ay, su coño cubierto por la diminuta tanga frotándose contra el duro miembro.

Aunque estaba ansiosa por sentir está gruesa polla en su coñito, la mujer no pudo evitar querer burlarse del hombre de piel oscura, dejando ver sus pechos expuestos y frotando su condición de mujer de arriba abajo sobre su erección, manchando de néctar femenil la barra de Ay que la sostenía por sus gruesas caderas.

El hombre intentó levantarse, reclamar sus labios para su placer, pero Kushina lo detuvo con un solo dedo golpeando sus labios "Te lo dije ayer, nada de besos, solo sexo" le recrimino la mujer, aún cuando ella quería sentirla besarla, quería mantenerse 'fiel' a su marido. No obstante tomó las manos de Ay en sus caderas y las llevó a sus pechos "Si quieres usar tu boca, hazlo con estas".

Y como si fuera un hechizo, el hombre rubio llevó sus labios al seno derecho de Kushina, de inmediato yendo por el duro pezón, la mujer soltó un chillido de dicha cuando Ay le mordió con fuerza mientras su otra mano acariciaba su pecho izquierdo.

Kushina se recostó sobre Ay, sus ojos miraron por un momento a su dormido marido antes de centrarse en la vista del hombre de piel oscura deleitándose con sus niñas. Sonriendo diabólicamente, la pelirroja se alejó para total molestia de su amante, únicamente para que Ay se callara al sentir una suave mano tomar su carne de hombre.

"Es hora de que me rompas el coño" con su sucia declaración, Kushina se levantó lo suficiente como para que el pene apuntara a su cubierta vagina. Con la otra mano la mujer movio fuera la restriccion de tela entre su coño y Ay, mostrando al mundo su mojada vagina de color rosa y cuyo clitoris se encontraba fuera de su capucha. La condición de mujer dejando caer aún más néctar sobre la verga de Ay.

"¡Mierda!" gritó Kushina una vez se dejó caer, 12 pulgadas de gruesa carne empujando en su ansioso coño, la pelirroja tuvo casi un orgasmo por sentir como sus paredes íntimas eran divididas por la dura verga, expandiendo completamente su coño para su doloroso placer.

Pero eso no la desmotivó, ella casi de inmediato comenzó a moverse a un ritmo controlado, gracias a la follada de anoche, se había aflojado lo suficiente como para que el dolor de recibir toda esta carne fuera pasajero. Moviéndose lentamente de arriba abajo, girando sus caderas en círculos, su cabello se le pegaba a la cara, así que lo acomodo con sus manos detrás de la cabeza y lo sostuvo en su lugar, regalandole al hombre una vista perfecta de sus grandes pechos rebotando.

"¿Te gusta mi coñito, Ay?" le preguntó Kushina, moviendo sus caderas al ritmo de su pareja, era fácilmente uno de los hombres más dotados con los que ha follado, no era una puta pero tenía su experiencia.

Ay no reaccionó, pues Kushina le estaba exprimiendo como ninguna otra; su follada de anoche parecía no haber conseguido aflojar su vagina, todo su canal lo apretaba como un guante demasiado pequeño.

"No está mal" gruñó el hombre, sonriendo cuando su comentario hizo a la mujer redoblar esfuerzos sobre su polla "Pero prefiero tu culo".

Aunque un poco decepcionado de no probar primero el lugar más estrecho de la mujer, él no se quejó. Su polla estaba casi en un horno dentro de las paredes vaginales de la mujer, la carne suave le estrujaba la verga con hambre, su polla suficientemente larga como para golpear el fondo con su glande. Sus grandes manos fueron a tomar el jugoso trasero de la pelirroja, amasando la nalga izquierda y azotando su palma derecha un par de veces en la otra, marcando en rojo el contorno de su mano en la piel de alabastro. Cada azote recompensado por un gemido de ella, que se movía más rápido para su completo placer.

"Muerde mis tetas, maldito semental" la voz de Kushina dejaba escuchar el placer que le hombre le estaba regalando, moviendo las caderas mejor que cualquier actriz porno, coordinada a la perfecion con los vigorosos empujes de su amante, su coño devorando cada centimetro del duro y grueso pene negro que la llenaba por completo mientras que Ay atendia sus grandes pechos con rudeza y hambre.

¡Plaff! ¡Plaff! ¡Plaff! ¡Plaff!

Cualquier persona habría calificado de obsceno los sonido que el coño de Kushina hacía cada vez que la polla de Ay entraba, de cómo con cada fuerte estocada de parte del hombre la mujer salpicaba su néctar sobre la pelvis de su amante y por todos lados, sin mencionar la sensual voz de la mujer pelirroja que entre gemidos desesperados le pedía más y más a su amante.

Y fueron esa misma combinación de sonidos y gruñidos los que despertaron a Minato Namikaze, el constante y duro abofeteó de la carne golpeando carne, la dulce voz de su esposa usando ese mismo tono que solo emplea con él, los ruidos de humedad junto a un embriagante pero sutil aroma femenil fue lo que lo despertó.

Lo primero que vio fue la zona de la piscina del club aún vacía, nada parecía haber cambiado desde que tomó esa pequeña siesta. Estiró los brazos con una pequeña sonrisa en su cara, ahora totalmente recuperado de su pequeña 'reunión de negocios' de ayer. Sentía que era el momento de 'consumir' su matrimonio. Más como el primer sexo luego de ser oficialmente marido y mujer.

"¡Así! ¡así! ¡Rompe mi coñito, cabron!".

La repentina declaración de Kushina terminó por espantar todo rastro de sueño en el rubio. Minato giró su cabeza a la izquierda, sus ojos azules como platos ante la vista de una sensual pelirroja rebotando sus caderas como una puta sobre una polla negra que entraba y salía con extrema facilidad, el miembro masculino del otro hombre resplandeciente por la el desbordante néctar que el coño de la zorra liberaba. La mujer pelirroja miraba al cielo, empujando la cabeza de su amante entre el valle de sus tetas, mientras el hombre de color perforaba su coño con manos posesivas asotando el redondo trasero.

"¡¿Qué carajos crees que haces, Kushina?!".

Para total crédito de la pelirroja, ella no reaccionó como lo haría cualquier otra mujer que fue descubierta por su marido siendo infiel, mucho menos una que es pillada en el acto. Kushina ni siquiera dejó de rebotar sobre la polla.

No obstante, se giró a mirar a su marido, al ver sus ojos azules llenos de sorpresa ella comprendió que tenía que explicarse, por tal motivo dejó de mover sus caderas. No lo hizo Ay, quien aún quería seguir perforando el coño de la pelirroja sin importarle la posibilidad de público, pero nuevamente Kushina lo controlo al empujarlo con su mano y alejarlo de chupar sus tetas, dejando al hombre de piel oscura completamente recostado en la silla de madera.

"Buenos días, Minato-kun", respondió amorosamente Kushina, sonriendo sin algún remordimiento.

El hombre rubio frunció el ceño aún más cuando la pelirroja no tuvo siquiera la decencia de parecer mortificada por esta violacion a sus votos matrimoniales. La mujer seguía girando suavemente sus caderas sobre la pelvis del hombre con el que lo engañaba. Minato vio al desgraciado y no pudo sino fruncir el ceño al reconocerlo.

Ay, uno de los mejores jugadores de la NFL, apodado como la sombra del rayo o Raikage. El joven hombre de piel oscura era una estrella en ascenso con un futuro prometedor en el deporte del football americano. No obstante, Minato lo conocía desde antes de ser famoso, cuando ambos asistían a la universidad.

"¿Acaso tienes alguna idea de lo que estás haciendo?" preguntó Minato, su tono frío ante la cara inocente de la pelirroja.

"Si" contestó Kushina, poniendo una de sus manos en el pecho cincelado de Ay cuando este intentó reanudar sus embestidas "Quedando ¡Ah! mano" ella le dio una mirada a su amante por ese empujón pero el hombre simplemente le sonrió.

"¿De qué estás hablando?" preguntó ahora más impaciente el hombre.

Kushina se cruzó de brazos, sin intentar, haciendo que sus grandes pechos resalten aún más de lo normal "¿En serio creíste que Mikoto-chan no me confesaría sobre tu pequeña "Despedida de soltero" con ella?" preguntó Kushina haciendo comillas en el aire con sus dedos.

La ira de Minato se calmó un poco, similar a como si un balde de agua fría le cayera encima, su rostro incluso se volvió menos severo y adoptó un tono ligeramente pálido "Eso es diferente, Kushina. Pasó antes de casarnos" se trató de justificar, lo cual era difícil considerando que la Uchiha le abrió las piernas una hora antes de la boda.

"Quizás, pero ya estábamos casados cuando te follaste a esa mucama ayer" dijo ahora con sus ojos entrecerrados. Empujando otra vez a Ay quien quería seguir chupando sus senos. Para calmar al hombre, comenzó a mover sus caderas con mayor ímpetu, lo suficiente para estimular el miembro alojado en su coño, pero no tanto como para que ella pierda el foco de su conversación.

'Mierda' pensó Minato, sabía que era mala idea hablarle bonito a esa mucama del hotel. Pero quería sentir en su ego que aún tenía el toque para seducir a las damas. No ayudaba que Kushina estaba tardando demasiado en cambiarse para su recorrido por la ciudad costera. Él simplemente vio a una linda joven que le sonreía coqueta. En ese instante le parecía una buena idea, simplemente descubrir hasta dónde su galantería natural lo podía llevar.

Quizás hacer que le mostrara las tetas y culo o que lo dejara acariciarla. Pensó que podía parar cuando quisiera, demasiado tarde se dio cuenta que no, debió sospechar que era una mala idea cuando se dio cuenta de que tenía los pantalones en los tobillos y el vestido de la empleada arriba mientras le estaba follando el culo en la habitación contigua a donde su esposa se encontraba.

Viendo a Minato completamente en silencio y su furia marchitándose entre sentimientos de culpa y miedo; fue cuando supo que era el momento de hacerlo "Como yo lo veo, Minato-kun. Tienes dos opciones".

Saliendo de sus pensamientos de culpa gracias a la dulce voz de Kushina, este le puso toda su atención a su esposa, el hombre de piel color melocotón adoptando una postura seria y profesional, una cara que solo mostraba en los negocios.

"¿Dos opciones?".

Asintiendo, Kushina miro entre Ay y Minato, el Raikage parecía impaciente por follar y no quería nada que dejar a este rubio idiota fuera para seguir disfrutando del coño de Kushina.

"Número 1: Puedes irte al hotel y esperar hasta que termine. Pero no te prometo que lo haré pronto" Para enfatizar su punto, Kushina levantó sus caderas al punto en que el grueso miembro de Ay era fácilmente visible. Dejando ver a Minato la polla hinchada que follaba el coño de su esposa y como la estaba expandiendo.

"¿Y dos?" preguntó Minato, frunciendo el ceño cuando Kushina dejó caer sin ceremonias su trasero de burbuja contra la pelvis del hombre de color, escuchando el humedo sonido de la carne al chocar.

Kushina tomó una sencilla liga negra que tenía en su muñeca y con un rápido movimiento pasó sus manos por su cabello para atar sus hebras rojas en una sencilla cola de caballo "O número 2..." con una sensual y hambrienta sonrisa, Kushina acarició sus pechos, lamiéndose los labios carnosos en un erotico espectáculo.

"Puedes sacarte esa dura verga tuya y unirte a nosotros" dijo Kushina con la voz más suave y sexy que podía, mirando al bulto que los pantalones cortos de su esposo no podían disimular. Sin importarle las protestas del hombre bajo ella, estaba centrada en el rostro estoico de Minato y su reacción.

El hombre rubio la miró por un minuto completo, sus ojos casi juzgando su osada propuesta. Sin decir palabra, tomó sus cosas y le dio la espalda al par, Kushina lo vio y parte de ella se sentía decepcionada por su respuesta. Suspirando, no quiso ver la espalda de su esposo en retirada. Así que centró toda su atención en Ay quien le dedicaba una arrogante sonrisa.

"Mejor así, deja que ese cornudo se vaya. Te enseñarte como un hombre de verdad folla un culo como este" Ay le dio un par de azotes a su trasero, amasando el par de mejillas y separando sus nalgas que mostraban su rosado ano. Su tanga roja hace mucho que se fue, los pequeños nudos en sus caderas incapaces de mantenerse ante los brutales golpes de Ay.

Kushina se encontró molesta por el comentario. Puede ser que su marido se fuera, pero eso no le daba derecho de intentar humillarlo. Ella estuvo a punto de mostrarle una violenta respuesta hasta que sintió alguien empujándola contra el Raikage.

"No te preocupes, ella sabe cómo un hombre de verdad folla".

Los ojos de Kushina se ampliaron al sentir un húmedo y duro miembro frotándose contra su puerta trasera, sus pechos aplastados contra los pectorales de Ay que no pudo mover sus manos, básicamente siendo el responsable de abrirle las puerta al culo de Kushina.

"¡Minato~!" Kushina gimió el nombre de su esposo, gritó una maldición cuando la dura polla del hombre le abrió su zona más estrecha, empujando con facilidad su longitud dentro del culito de Kushina gracias al aceite bronceador con el que el Namikaze bañó su polla, entrando todo el camino hasta que la pelvis del hombre impactó con un sonido húmedo contra el jugoso trasero de su esposa.

Kushina no pudo hablar, soltando un silencioso grito al cielo. Demasiada abrumada por sentir dos duras pollas dándole su primera doble penetracion, sus ojos casi girando a la parte posterior de su cabeza. Podía sentir las dos vergas encajar perfecto en su interior, únicamente separadas por una membrana que era empujada por los dos falos contra el otro.

Minato jalo a Kushina, golpeando la espalda de la mujer contra su cincelado y atlético torso. Una sonrisa al ver el rostro de la pelirroja llena de sorpresa y goze "Tu culo está más apretado, Kushina" le susurro el Namikaze antes de morder la oreja de la mujer y comenzar a jugar con sus pechos.

"Y...yo..." Kushina trató de hablar, pero Minato la silenció al aplicar un poco de fuerza sobre el cuello de la pelirroja con una mano. Cortando a Kushina y privandola de aire.

"Sí puedes hablar, entonces puedes mover tus cadera, puta infiel" Minato saco su verga, solo para volver a penetrar el dulce ano de su mujer, su posición permitiéndole sostener a Kushina e inmovilizar al furioso Ay con el peso de los dos, el hombre de piel oscura dedicándole una mirada de muerte al hombre que probó el culo de la Uzumaki primero.

Kushina asintió pues Minato le seguía cortando el aire con su mano para su completo placer. Ella se movió lentamente en un intento por acostumbrarse a la nueva y placentera sensación de ser penetrada al mismo tiempo. Minato quitó la mano de la garganta de su mujer, permitiendo que la pelirroja soltara los dulces gemidos al ritmo de sus caderas fértiles.

Ay no estaba feliz por el hecho de compartir a sus putas, muy rara vez lo permitía. Pero de nuevo, no pudo decir mucho, debido a la intrusión de Minato, el coño de Kushina lo estaba apretando como nunca. Haciendo difícil mantener su molestia y no dejarse llevar.

La mujer pelirroja puso ambas palmas de sus manos sobre el esculpido y musculoso torso de Ay en un intento por ganar equilibrio, sus caderas levantándose y bajando sobre la polla del MVP, el hombre de piel oscura empujando su verga lento pero con bestial brutalidad, jugando con su trasero y azotandolo de vez en vez hasta dejarlo marcado en rojo con sus palmas. Minato por otro lado, manoseaba las tetas de la mujer con sus hábiles manos, hundiendo los dedos en su carne mamaria con ternura. El hombre rubio le follaba el culo con tranquilidad pero no por eso menos fuerza en sus embestidas.

Pasaron unos minutos antes de que Kushina consiguiera encontrar un ritmo adecuado para poder mover sus caderas de manera que ambos penes entraran y salieran con naturalidad. No obstante era obvio que ambos hombres empujaban a su propia intensidad, golpeando su coño y culo con diferente fuerza; ya sea para demostrar su superioridad o ganar puntos sobre el otro, no lo sabía Kushina y honestamente fue lo último en su mente.

Minato tomó suavemente la barbilla de su mujer mientras miraba con una sonrisa arrogante al Raikage por un segundo. Guió a su esposa con ternura a sus labios, casi en automático las manos de ella se movieron y agarraron a Minato por la cabeza en un intento de profundizar su beso; sus lenguas se encontraron en el camino, luchando por el dominio, fue una pelea perdida para la cachonda Uzumaki desde el principio que solo pudo mirar con sus ojos llenos de lujuria el vacío mientras su esposo reclamara su boca con hambre.

Ay lo vio, y no pudo evitar sentir una combinación de envidia y reto. Mirando al coño de la mujer la vio moverse con intensidad entre los dos, una sonrisa llegó a Ay al ver el aflorado botón sobre la vulva de Kushina. Quitando su mano del culo de la mujer usó su pulgar para estimular el clítoris con rápidos y toscos movimientos.

"¡MHHMM~! ¡AhHHH~!".

La boca de Minato no pudo contener los eróticos lamentos de Kushia, dejando de besar a su marido, Kushina vio al otro hombre, usualmente Ay no era tan dedicado, no lo necesitaba pues su polla siempre la llevaba al orgasmo. Pero sentir que el afamado Raikage le frotaba el clítoris llevó a Kushina a nuevas alturas de placer. Minato no queriéndose quedar atrás, puso más atención en los pechos de la Uzumaki, pellizcando los rosados pezones al mismo tiempo que besaba el cuello de su esposa y dejando atrás una serie de chupetones en su piel lechosa.

La respiración de Kushina se tornó pesada. Sus ojos al cielo, una mano sosteniendo la cabeza de Minato en su cuello, la otra trataba de mantener el equilibrio al posarse sobre los abdominales de Ay. Ambos hombres reclamando sus agujeros con la misma intensidad y pasión.

Durante los primeros diez minutos en los que los tres se acostumbraban, no se dieron cuenta de que lentamente Ay y Minato se coordinaban. Minato sacaba su polla y el Raikage empujaba hasta golpear la entrade del útero de la mujer, cuando Ay se retiraba, era el turno de Minato de dar una poderosa estocada en el canal anal de su esposa. Cada cierto tiempo los dos se encontraban empujando al mismo tiempo y fue cuando el coño de Kushina escupía más de su dulce néctar.

Minato apretó los dientes, maldiciendo al ser incapaz de contener su próxima liberación, pero el culo de Kushina estaba exprimiendo su polla como nunca, casi exigiendo su semen. Sonriendo y sabiendo lo que hacía, Minato empujó con mayor ímpetu; empujando abajo a su esposa sobre Ay quien por instinto la abrazo. Minato agarro de las caderas a la pelirroja antes de plantar sus pies en los lados de la silla de playa y embestir contra su esposa con más fuerza y velocidad.

"Minato, ¡Me vas a romper el culo!" la mujer Uzumaki gritó en el oído de Ay, su boca dejando escapar los gemidos de una verdadera puta.

"Aquí está, Kushina" Minato sostenía a su mujer de las caderas, sus dientes apretados y ojos entrecerrados por el sudor rodando por su frente "Tu favorito" imposiblemente el hombre aumentó la velocidad.

¡CRACK!

Un segundo antes de que Minato se corriera, la endeble silla de playa se quebró, enviando a los tres al suelo, las patas de madera incapaces de mantenerse por el peso combinado. Ay no se molestó ante el peso de ambos y ni siquiera parpadeo por el repentino choque de su espalda contra el suelo, simplemente se concentró en cómo su polla era estrangulada por las suaves paredes de carne del coño de la Uzumaki ante su poderoso orgasmo.

"¡FUUUUCK!".

Kushina apretó los dientes con saliva escapando de su boca, la caída le permitió a ambos amantes penetrarla más profundo de lo que pensó capaz, Minato consiguió mantener los pies en el suelo y desató el infierno en el culo de su esposa, la polla del hombre rubio se expandió y sus bolas se tensaron,

La mujer no pudo hacer más que gritar su orgasmo, sintiendo cada potente y abundante eyaculación de su marido, pintando de blanco con su caliente y espeso esperma el interior de su ano.

Minato suspiró satisfecho, sacando su polla semidura hasta que solo su glande quedo dentro del hermético culo de su mujer. Masturbandose sin sacarla en un intento por dejar toda su corrida en el interior.

Cuando se levantó, dio un paso atrás para contemplar la imagen de su esposa sobre el Raikage, la polla del hombre seguía muy metida en el espasmódico coño de Kushina, pero fue el culo boquiabierto lo que trajo una sonrisa a Minato, como el semen comenzaba a filtrarse lentamente, arruinando los planes de Ay de follar a su esposa por el culo o por lo menos dificultando el camino.

'Así que quieres jugar' Ay podía sentir como el esperma de su rival comenzaba a rodar por el coño de su esposa y caer sobre sus bolas. Un golpe para el orgullo de cualquiera pero para Ay lo vio como un desafío, uno que él no dejaría pasar.

"¿Eh?" la mujer que seguía con su orgasmo por todo lo alto, sintió a Ay rodar en el suelo mientras la abrazaba, poniéndola boca arriba con su polla aún metida en su coño.

"No puedo dejar embarazada a una cualquiera, sería malo para mi carrera" Kushina no le importo como la llamó, más interesada en cómo el hombre se ponía de rodillas y sacaba su gruesa polla de su interior, la sensación de vacío en su coño irrito a la pelirroja. Pero no pudo quejarse cuando el hombre puso su pene en la entrada babosa de su ano.

"¡Espera! Ay. Aún estoy sensi...¡UFF!" cualquier cosa que Kushina pudo haber dicho murió en su garganta, El hombre empujó su verga todo el camino, sosteniendo las piernas de Kushina por los tobillos, Ay hizo una mueca ante la sensación del semen de otro hombre manchando su polla, pero esto no lo detendría de reclamar el culo de la mujer como suyo.

Ay embistió sin cuidado, su pelvis chocando contra el perfecto culo de Kushina y llenando de húmedos ruidos de carne golpeando carne la zona privada. Removiendo con su verga el semen de Minato alojado en el culo de Kushina, su plan era que su polla más grande sacará el esperma del otro hombre y lo reemplazará con el suyo. Pero subestimó la presión del esfínter de Kushina y de cómo se cerraba alrededor de su gruesa carne de hombre, evitando que sacara el semen de su esposo.

La pelirroja tenía los ojos en blanco, no había terminado de bajar del orgasmo que le dio Minato y ahora Ay le estaba perforando su puerta trasera como si intentara sacar petróleo, su recto alojaba sin problemas al hombre más alto mientras las pesadas bolas golpeaban su trasero con cada poderosa penetración. Ay no pudo soportar mucho esta posición y se encorvó, poniendo sus manos a los costados de la cabeza de Kushina, la mujer estaba desesperada, tratando de encontrar algo con lo que sostenerse. Sus piernas al ser libres se envolvieron casi por reflejo en la espalda de su amante con sus tobillos cruzados, sus brazos lo abrazaban con necesidad, y en esta ocasión no impidió que el Raikage reclamara sus labios; besándola con la misma intensidad y pasión con la que Minato antes.

El hombre de piel oscura dio sólo otras cinco estocadas antes de no soportarlo más y venirse, soltando su espeso e igualmente caliente semen dentro del ya lleno culo de Kushina. La mujer lo abrazó mientras gritaba con sus labios aún pegados a los del hombre, sus ojos perdidos en una bruma de lujuria, la polla de Ay se extendió más en su interior y mezcló su semen con el de su marido, su coño liberó un poderoso orgasmo en forma de una cristalina lluvia que empapó el estómago del Raikage.

Dando su propio suspiro de satisfacción, Ay sacó su polla hasta que solo su glande quedo dentro del culo de Kushina, estaba a punto de repetir sin saber la misma acción de Minato de sacudirse la polla, pero al ver la viscosa combinación de semen y jugo de coño empapando su carne decidió no hacerlo y simplemente se levantó.

Kushina tembló en su lugar, intentó levantarse y sus piernas le fallaron ante su arrogante arrebato. Cayendo de rodillas con su culo chocando contra el suelo, su ano aún boquiabierto liberó todo el semen contenido, escupiendo lo que solo se podría medir como galones de espeso y viril esperma que formaron un charco. Sosteniéndose en sus rodillas, Kushina respiró pesadamente, tratando de recuperar el sentido de lo que acababa de ocurrir, aún podía sentir su ano abriendose y cerrandose con un rastro persistente de leche moviéndose en su interior, sus piernas le temblaban y su corazón latía incontrolable.

Al levantar la vista, lo primero que vio fue un par de pollas semiduras, una bronceada y otra negra, las dos completamente impregnadas en esperma y en caso de Ay, con sus jugos vaginales. Con singular alegría, Kushina no perdió el tiempo en erguirse y tomar a los dos con sus manos.

Su boca fue primero al semi endurecido miembro manchado de blanco de Ay, pues el Raikage era el más sucio a su parecer. Comenzó sus atenciones con una mamada, chupando la polla con hambrienta ternura, luego pasó su lengua por el miembro de arriba abajo sin olvidarse de lamer las pesadas bolas del hombre que también presentaban un rastro de blanco, consiguiendo que la verga nuevamente se endureciera.

No obstante, Kushina no quería desatender a su marido, así que rápidamente cambio su atención a la verga de Minato mientras seguía masturbaba el pene oscuro para que no perdiera dureza, dio un húmedo y casto beso a la polla del hombre con el que se casó antes de meter el falo en su boca, moviendo su lengua en un intento por saborear cualquier rastro de esperma, sus acciones revivieron casi de inmediato el miembro hasta dejarlo nuevamente duro como roca.

Al separarse, Kushina pudo tener una vista privilegiada de los dos hombres. A su derecha, la polla del Raikage, negra y apuntando abajo, su mano incapaz de rodear todo el grosor.

A su izquierda, se alzaba Minato, su polla de 10 pulgadas era sin duda magnífica, recta como una flecha y dura como acero, no era tan gruesa como la de Ay, no obstante no significaba que fuera menos impresionante con su grosor muy superior al promedio, ella aún no podía tocar sus dedos alrededor de la polla de su marido, lo más llamativo fue que el glande era especialmente prominente, hinchado y de un color rojo.

Con casi devoción, Kushina siguió atendiendo a los dos, chupando a uno y masturbando al otro y viceversa. Nunca mostrando algún tipo de favoritismo por una, fue solo una mujer satisfecha agradeciendo el mejor sexo de su vida hasta ahora.

Kushina sopló una corriente de aire frío sobre las pollas ensalivadas, masturbando con la misma intensidad y fuerza a los dos gordos miembros, ella hinchó su pecho y frotó los glandes contra sus duros y rosados pezones. Gimiendo como una verdadera puta cuando los dos le mancharon las tetas con su excitación.

"Sus vergas son tan perfectas" les dijo Kushina, moviendo rítmicamente ambos penes con sus suaves manos frente su rostro "Simplemente no puedo tener suficiente-ttebane".

Al no escuchar a ninguno intentar sobreponerse al otro, creyó que el antagonismo entre los dos había terminado. Sonriendo, la mujer llevó ambas pollas a su boca, casi tocando junto las vergas, su lengua lamiendo la cabeza hinchada de ambos mientras posaba sus ojos en el par de hombres en una erótica y sensual vista para cualquier afortunado.

"¿Quieren seguir?¿Eh?" les preguntó tan eróticamente como pudo. Solo para fruncir el ceño al ser ignorada, pues ambos hombres estaban más entretenidos en mirarse entre ellos.

Minato miraba a los ojos de Ay y este le devolvía la mirada, fuego y rayo en explocion. Pero a diferencia de lo que cualquier otro pensaría, no había odio en los orbes azules del Namikaze o furia en los de Ay. Fue solo la vista de un par de hombres retandose con la mirada, una postura desafiante ante el otro con ambas manos en sus caderas y una sonrisa arrogante.

El físico de Minato no era voluminoso como el del Raikage, este era más compacto y a la vez marcado con la hinchazón adecuada sobre sus músculos, Ay que contaba con un paquete de seis en el abdomen, Minato lo llevo a otro nivel y definió sus abdominales en un sensual paquete de 8, su altura de 1.80 m le daba al Namikaze un aura de calma e intelecto.

Pero su concurso de miradas terminó abruptamente cuando ambos hicieron una mueca al sentir sus pelotas ser presionadas por un par de suaves manos. Ambos pusieron su atención en Kushina, la mujer los miraba con su ceño fruncido y un pequeño puchero por ser ignorada.

"¿Terminaron? Por que yo no" dijo la pelirroja antes de soltar las bolas de los dos, besando la dura verga de su esposo antes de repetir la acción con la de Ay, frotando con amor las dos pollas de diferente color contra sus mejillas "Aún quiero sentirlos dentro de mi".

La sonrisa de Kushina era casi angelical, pero perdió todo su factor tierno al tener su cara manchada de saliva y semen. La mujer nunca dejó de besar y acariciar las pollas que le dieron tanto placer. Aspiró con intenso goce el fuerte y penetrante olor de sus sudorosas y sucios miembros viriles. El olor combinado sirviendo como un afrodisíaco que mareo la mente de la caliente Uzumaki.

"Tienes razón, Kushina. Pero ¿Por qué no vamos a la habitación?" preguntó Minato con su tono de voz galante, una sonrisa relajada al sentir la boca de su esposa besar su glande "Ya te divertiste lo suficiente y yo aún quiero probar tu coño".

"Corre si quieres, Namikaze" Ay se cruzó de brazos, empujando su pelvis y llamando la atención de Kushina, ella de inmediato cubrió la cabeza de Ay con su boca y la chupo, "Esta zorra solo le interesa sentir mi verga más grande" para rematar su punto, alejo su polla de Kushina y le dio un par de suaves pero poderosos golpes con su miembro en la cara.

"¿De qué sirve tenerlo un poco más grande si no sabes complacer a una mujer?" preguntó el rubio, imitando al Raikage, pero en su caso golpeó con su propia polla los grandes pechos de la excitada pelirroja que bajo las manos para dejar a los hombres marcar su cuerpo.

"Preguntale, a ella le encanta que le rompa el culo ¿Verdad?" Ay empujo su polla contra los pechos de Kushina, la Uzumaki solo pudo aprobar su declaración con un gemido al sentir la dura verga de Ay entre sus pechos, sus tetas resbaladizas por el bloqueador de sol y su saliva.

"No tanto como sentir mi polla en su coño, ¿verdad, Kushi-chan?" La pelirroja no pudo sino asentir también ante la declaración de su esposo, chupandole la polla cuando la acercó a su cara, sus carnosos labios separándose para dejar pasar la mitad de la verga de su marido, nunca alejando a Ay o descuidando a Minato.

Pero al escuchar como las voces de ambos parecían escalar en intensidad, la mujer regresó al presente, poniéndose de pie se interpuso entre los dos hombres, separándolos antes de que la discusión escalara un punto violento.

"Muy bien, paren ustedes dos" la mujer usó sus manos en los hombres, enfriando un poco a los dos al sentir a la mujer pegar su espalda contra ambos, sus manos se movieron y tomaron un firme pero tierno agarre sobre ambos, masturbandolos mientras sus ojos miraban a Minato y luego a Ay.

Dando un suspiro fingido, Kushina se puso seria "Parece que esto solo se puede decidir con una competencia".

"¿De qué hablas, Kushina?" preguntó Minato, quien dejó escapar un gruñido al sentir la aprobación de su esposa a su pregunta a través de su polla.

"Fácil, será como uno de los juegos de fútbol de Ay" dejando ambos penes, la mujer Uzumaki se dio la vuelta, su rostro era el de un ángel y sus curvas de pecado, la piel lechosa brillando por la loción que la cubría.

"Minato-kun defiende su territorio como mi hombre…" abofeteando su culo, Kushina les dio una mirada sensual "Mientras que Ay-kun intentará demostrar que es mejor amante. Quien me convierta en su puta gana y me tiene para el resto de la semana" ofreció la mujer, no sabía mucho del deporte del que Ay era estrella, pero conocía lo suficiente para saber las reglas básicas. Se quito completamente la parte superior de su traje de baño; no sabía como la tela seguía atada a su espalda despues de su anterior sexo.

"Solo una regla...los dos me tienen que follar juntos o no podré decidir quien es mejor".

El conocido como Raikage se burló, negando con la cabeza a Kushina "No lo creo, eso fue cosa de una vez, además.." mirando a Minato el hombre le dio una mirada sobre el hombro "...Yo no comparto a mis zorras".

Kushina sonrió ante el Raikage que le daba la espalda, encogiéndose de hombros con falsa indiferencia,"Bien, supongo que pierdes".

De inmediato el hombre de piel oscura paró el intento por recoger su traje de baño al escuchar a la pelirroja. Mirando al dúo, vio a Kushina caminar a su marido, el hombre no perdió el tiempo en manosear su cuerpo, ganando dulces gemidos de la pelirroja.

"No te culpo por rendirte, Minato-kun es un amante de primera" cada sílaba que salió de la boca de Kushina fue dicha con un dulce tono de reto. "Después de todo, no solo tiene una verga grande, también ¡Ah~! sabe cómo usarla" Kushina se volteo y comenzó a besar a su marido con una pasión casi animal, este dejó de acariciar sus tetas y ahora se centro en amasar el par de mejillas carnosas y pintadas en rojo por los azotes que era el trasero de la mujer.

Separándose con un fino hilo de saliva aún uniendo sus bocas, Kushina miró a su espalda al notar la fija mirada de Ay, a lo que ella alzó una fina ceja "¿Sigues aquí? No te preocupes, Ay-kun. No le diré a nadie que perdiste en una competencia de pollas" aún con los brazos alrededor del cuello de su esposo, Kushina le dedicó una mirada de lastima, gimiendo deliberadamente fuerte cuando Minato beso su cuello.

"¿Qué tienes, acaso quieres ver a mi esposo hacerme su zorra?" la mujer sonrió diabólicamente al molesto hombre antes de regresar a besar a su marido.

La sonrisa de Kushina se amplió aún más al sentir el cuerpo de Ay golpear contra su espalda con su polla endurecida entrando entre las mejillas de su regordete trasero. Las manos del Raikage fueron de inmediato a tomar sus pechos, estrujando al par de grandes tetas con fuerza. Kushina miro a su espalda, llevando una sola mano a la cabeza de Ay "Que comience el juego" le susurro antes de acercar su rostro para besarlo.

Por unos minutos se encontró entre los dos hombres, su 1.75 m de altura eclipsado ante los fuertes marcos de ambos, ella vio por el rabillo del ojo como Minato frunció el ceño ante su secion de besos con el hombre más alto.

"Esto es una competencia, Minato-kun" dijo dándole un tierno beso a su marido quien rápidamente le correspondió, Kushina gimiendo en la boca de su esposo mientras Ay le mordía el cuello, dejando sus propias marcas en su piel "Nada de celos" le dijo, sintiendo como ambos hombres frotaban sus pollas contra ella.

Por un tiempo, no quería nada más que quedarse entre los dos, sintiendo dos pares de manos recorrer su cuerpo; acariciando de manera muy diferente cada parte de su ser, ambos querían cubrir la mayor parte de su piel lechosa con sus ásperas manos en un intento por globalizar su cuerpo. La palma de Minato acaricio su cintura al mismo tiempo que besaba su cuello, Ay por otro lado tenía sus manos en sus pechos, dejando uno de sus senos para abofetear la mejilla que Minato dejó de atender, el rubio al ver libre un pecho de su esposa llevó sus labios al pezón izquierdo de la mujer y chupo con delicadeza; Kusina gimió, ayudando a Minato al levantar su pierna cuando esté quería un mejor ángulo para frotar su erección contra su coño, sin saberlo ayudando a Ay para frotar su polla contra el rosado ano de su esposa,

"Mmm, chupa más fuerte, Minato" gimió Kushina "¡Ah! No tan fuerte, Ay" gritó la mujer a su amante de piel oscura.

Sentir ese par de duras pollas contra su coño y culo le dio a Kushina una serie de miniorgasmo, el néctar de su feminidad rodaba por su única pierna en el suelo y manchaba la polla de su esposo. Su voz se volvió más y más fuerte al punto que necesito ser silenciada por los labios de su esposo que reclamaban hambriento su boca.

¡SLAP! ¡SLAP!

"¡AHHH!"

La pelirroja no pudo sino alzar su cabeza en goce cuando ambos hombres le dieron una fuerte bofetada a su redondo culo, un par de nuevas marcas de color rojo manchaba su cada mejilla de su perfecto culo con la forma de las palmas de los dos hombres. Kushina empujo la cabeza de su esposo a sus pechos nuevamente y él se deleito con el par, Ay quito de inmediato su mano del camino y decidio usarla para abrir mejor el trasero de la mujer, empujando su polla contra el abusado canal anal, no penetrandola pero frotando su glande, ella giro su cabeza y atrajo con su mano libre al hombre de color, rodeando su brazo por detras del cuello para profundisar en una nueva sesion de besos.

Mientras besaba al Raikage, Kushina puso sentir las pollas de ambos intentaban entrar en su interior, pero en esta ocasión Minato quería meter su verga dentro de su coño y Ay en su trasero.

"¡Mhm! Eshperen, ¡Ah! Esperen" dijo Kushina entre besos con Ay, consiguiendo contener apenas a los excitados hombres que no querían nada más que reclamar su cuerpo.

"Lo siento, pero realmente no puedo mantenerme de pie" dijo Kushina, no solo por la doble penetración que había sufrido antes, los toques rudos de Ay, en combinación de los suaves cuidados de Minato estaban convirtiendo rápidamente en gelatina sus piernas, apenas sosteniéndose en pie al usar al par de dotados hombres como apoyo.

Dando un tiempo tan necesario para que sus piernas ya no se sintieran desfallecer, la mujer Uzumaki beso a los dos hombres en una de sus mejillas al mismo tiempo que sus dedos rozaban sus erecciones con un toque suave. Kushina se alejó del par, los hombres vieron con creciente excitación cómo la mujer bamboleaba hipnóticamente su grueso trasero con cada sensual paso. Al llegar a la destruida silla de su primer sexo; la pelirroja saco de los restos una toalla blanca y la extendio en el suelo, los penes de ambos contrayendose pues la raja y ano de la pelirroja estaba expuesta mientras se ponia en sus rodillas y manos para acomodar la tela, tentandolos mientras movía ritmicamente de lado a lado ese trasero de primera.

Ambos tenían la intención de ser el que se follara a la pelirroja como una perra, tomarla de las caderas y empujar su polla hasta que la mujer gimiera su nombre, condenando al otro a que se conformará con una descuidada mamada pues la mujer estaria muy concentrada en el placer que su hombre le daría a su coño/culo, dependiendo quien fuera más rápido en llegar.

Pero su plan murió cuando Kushina se acostó boca arriba antes de que siquiera dieran el primer paso. La cachonda Uzumaki levantó sus largas y sensuales piernas antes de abrirlas en V, exponiendo su chorreante coño, las manos de la mujer acariciaron sus pechos en pequeños y lentos círculos. Los ojos de ella se encontraban pegados a las duras pollas.

"¿Qué pasa? ¿Acaso nunca han visto a una puta ansiosa de pollas?" les preguntó Kushina, lamiéndose los labios, su mano derecha dejando su seno para meter un par de dedos en su ansiosa vagina, su coño escupiendo más y más de su jugo de amor "Vamos, vengan y follen a esta zorra Uzumaki hasta que grite el nombre del mejor".

Minato fue el primero en llegar, Ay demasiado distraído al ver la erótica escena, El Namikaze ya tenía su prominente glande frotando contra el caliente coño de su esposa, empapando aún más su verga en sus jugos antes de empujarla toda su longitud, Kushina alzó la cabeza en un fuerte gritó.

"¡Carajo!" gritó Kushina, su esposo no le mostró piedad y la penetro de golpe, podía ser que había recibido una polla más grande antes, pero Minato no la tenía para nada pequeña, era grande, duro, su glande era mayor y frotaba puntos en su coño que Ay no sabia alcanzar. Su coño se ajustaba con la misma firmeza como lo haría con el Raikage.

Cuando bajó de su pequeño orgasmo, Kushina vio a Ay caminar a su encuentro "Muy mal, Minato, no es justo para Ay-kun" dijo la Uzumaki, usando su pierna izquierda para empujar abajo a su marido, los dos quedando acostados de lado con la polla de Minato aún en su coño "Ven, Ay..." Kushina usó su mano izquierda para separar su trasero, exponiendo al Raikage su rosada puerta trasera "...Hasta que diga quien gana, este culito es todo tuyo".

Kushina no se lo tenía que decir dos veces, Ay se acostó de lado junto a Kushina, la Uzumaki ayudando al hombre a penetrarla mientras mantenía su culo separado. La polla negra frotó un poco la entrada antes de imitar a Minato y penetrarla con todas sus fuerza.

"¡AAAAHHHH~!" un alarido de puro placer escapó de la boca de Kushina.

El trío se quedo quieto por un momento, el culo y coño de la Uzumaki adaptándose al par de grandes pollas que le penetraba a la vez. El brazo musculoso de Ay tomo la pierna izquierda de Kushina y la sostuvo en el aire, dándole a los hombres un mejor ángulo de penetración. La mujer Uzumaki respiraba con fuerza mientras Minato empujaba su polla al mismo ritmo lento que Ay lo hacía.

Moviendo sus brazos, Kushina puso una mano en la nuca de sus dos amantes, empujando suavemente a los dos a sus pechos expuestos "Chupen mis tetas" les orden y ambos obedecieron, Minato prensando su boca en el seno derecho de su esposa y Ay mordiendo el pezón izquierdo.

"¡Ah! ¡Mmm! ¡Ahh!" los gemidos de Kushina solo subian y subian de tono, de pequeños maullidos a exclamaciones de placer, los dos hombres seguían empujando sus pollas a una velocidad moderada mientras continuaban atendiendo los pechos de Kushina. Lo único que podía hacer la mujer era derretirse entre los dos, acariciando los rubios cabellos de sus dos hombres.

"Minato~" a la sensual voz de su esposa, el rubio alzó la cabeza, solo para que ella lo besara con desenfreno, el pecho desocupado rápidamente fue atendido por la mano del Namikaze. Minato aumentó su velocidad y Ay lo imito aún manteniendo su boca en la teta de la pelirroja.

Ay intento hacer un comentario cuando soltó el pecho de la mujer, únicamente para ser silenciado por la Uzumaki que guió su cabeza al encuentro con sus labios. El hombre excitado no le importó seguir dónde el rubio lo dejo, aumentando el encuentro de sus lenguas en una hambrienta competencia por explorar la boca del perdedor; que en este caso fue gustosamente Kushina.

El hombre de tez bronceada no se quedo quieto, aprovechando el cuello expuesto de Kushina, Minato dejo una nueva serie de marcas en la piel lechosa de su esposa, sus atenciones se vieron recompensadas por el movimiento de las caderas de Kushina quien ya se había acostumbrado totalmente al tamaño de ambos.

"¡Mmmm~! ¡Ah! ¿Te gusta mi culito Ay?" le preguntó Kushina, el hombre asintió antes de regresar a besar a la mujer con fuerza, ella cerró los ojos disfrutando las atenciones.

¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas!

El empuje de ambos lentamente se coordinó mejor, ambos penetrando el coño y culo de Kushina a una velocidad similar que aumentaba con cada minuto, los sonidos de la carne abofeteando carne subiendo de tono.

"¿Quién te folla mejor, Kushi-chan?" preguntó Minato, empujando su polla de forma tal que su glande rozaba al salir ese punto en específico dónde el coño de su esposa se contrae de placer.

"Te gusta más por el culo, ¿Verdad, puta?" le gruño Ay, levantando aún más la pierna de la mujer y perforando con mayor fuerza.

Kushina no podía hablar, ambos la estaban llevando a nuevas alturas de excitación que no creía posible, el cómo sus pollas machacaban cada vez más rápido sus agujeros, sus paredes internas tanto de su culo y coño apretando ambos falos, liberando miniorgasmos que la dejaban en un lío baboso e incoherente.

"¡Los dos!" respondió Kushina, "¡Mi culo y coño! ¡Ah! ¡Los dos me están partiendo! ¡AAAAHHHHHHH!" la mujer no pudo resistir más, su vagina explotó en un baño de néctar femenil, su dulce miel bañando al par de pollas que seguían machacando su interior.

La combinación de gruñidos y gemidos del trío continuó durante un buen tiempo, ambos hombres no pararon, sus pollas estaban siendo aplastadas por el interior espasmódico de la Uzumaki que no paraba de gritar su orgasmo; el rostro de la mujer fue uno de puro placer y lujuria, la saliva se le escapaba de su boca abierta, sus ojos casi en blanco, el cabello se soltó de su sencilla cola de caballo a desastre de escarlata, la piel de los tres se cubrió con una fina capa de sudor.

Kushina lo sentía, ambos estaban ya en su limite, sus pollas se estaban hinchando y sus embestidas se convirtieron en erráticas perforaciones conde solo buscaban su propia liberación.

"¡Ahhh! Quien ¡Ah! se venga en ¡Oh! mi cara gana" dijo como pudo la cachonda Uzumaki.

Ay y Minato apretaron los dientes, realmente querían llenar los orificios de la mujer con su esperma, pero aún mantenían en ellos la idea de superar al otro. Con una maldición, ambos hombres salieron de los cálidos hoyos de Kushina, se alzaron en toda su altura antes de sacudir sus miembros en una furiosa paja.

La pelirroja se puso de rodillas frente al dúo, abriendo la boca y cerrando los ojos. Sus manos fueron a sus pechos, acariciando al par en un intento por estimular visualmente a los hombres, funcionó pues ni un segundo después un par de gruñidos llegaron a sus oídos.

Ninguno de los tres supo quién fue el primero en correrse, sí Minato o Ay, ambos hombres se vinieron y cerraron los ojos mientras apretaba los dientes; Kushina recibió con dicha el semen de sus dos amantes. El primer disparo fue directo a su boca abierta y con su lengua colgando, por un segundo creyó poder distinguir el sabor dulce de su marido pero no pudo confirmarlo pues el picante esperma de Ay también llenó su boca.

Dos, cuatro, seis y ocho gruesas y fértiles cuerdas de blanco esperma llovieron sobre la feliz mujer, sus pechos, cara y parte de su rojo cabello fueron cubiertos por una cuantiosa capa de rica crema reproductora; ambos consiguiendo cubrir casi toda la parte superior en una combinación de semen.

Minato miró al cielo, su mano continuaba sacudiendo su polla pero los restos de su esperma no alcanzaron a llegar a su esposa, de igual modo Ay masturbo su grueso miembro, consiguiendo sacar un poco más de su semen que cayó de igual modo al suelo.

Los tres se quedaron en silencio, solo la respiración de los hombres y jadeos de aire de Kushina interrumpiendo la calma. Minato y Ay mantenían sus ojos pegados a la erótica vista.

Kushina, la sensual pelirroja; una diosa entre mortales estaba cubierta por el semen de ambos, sus manos frotaban sus pechos. Llevo una de sus manos a su cara, usando un solo dedo recogió un pegote de esperma y se lo llevó a la boca, gimió al instante pues la combinación de la leche de ambos fue simplemente perfecta; durante un minuto o dos, la mujer solo se quedo bebiendo todo lo que sus manos podían recoger, sin saberlo, exitando a los dos hombres cuyos miembros comenzaban a endurecerse.

"Entonces..." Minato sacó a Kushina de su ensueño, la mujer miró a los dos luego de quitarse de los párpados el rastro blanco que la cegaba "..¿Quien gana?".

La esposa del Namikaze miró a su esposo, luego a Ay y terminó su inspección en las aún duras, gordas y grandes pollas. Llevando una sola mano a su rostro, la mujer golpeteo su dedo índice contra su mejilla manchada "Mmm, parece que es un empate-ttebane".

"Por favor" se burló Ay "Es obvio que yo gano".

Kushina se levantó, usando sus manos pasó su cabello un poco pegajoso detrás de su oreja, manteniendo sus manos en la nuca "Quizás, quizás no. Pero sin duda podía sentir a Minato follarme más rápido el coño" el comentario ganó una sonrisa del rubio.

"Pero tú polla me golpeaba más fuerte mi culito" ahora fue el turno de Ay de sonreír y Minato fruncir el ceño.

"Supongo que..." dando un par de pasos, Kushina envolvió sus suaves manos alrededor de las ahora duras pollas de sus amantes, unos ojos llenos de lujuria miraron a los hombre con hambre y pasión "... esto se decide en tiempo extra".

Las manos de Ay y Minato sin esperar agarraron una de las mejillas traseras de Kushina, la mujer sonrió al tiempo que sacudía rítmicamente las manos sobre las pollas de los dos, ella gimió en voz alta cuando tanto Minato como Ay estrujaron con fuerza su trasero y agarraron uno de sus senos dándole el mismo rudo tratamiento.

'Será una luna de miel muy divertida-dattebane'.


Fin del capítulo 1.

Primer capítulo hecho, si te gusto, te invito a seguirme pues esta no será la única historia con esta temática.

Palabras: 11,480.