Hola ¿qué tal?
Estoy aquí de nuevo dejandoles otras historia, espero les guste
La historia y los personajes pertenecen aRiichiro Inagaki y Boichi, esta historia es solo para entretener sin fines de lucro
FIN DEL TIEMPO
Capítulo 1
El silencio era sepulcral dentro de esas cuatro paredes, por más que intentaron, no pudieron hacer nada.
Había demasiada sangre por todos lados, teniendo mayor presencia en la cama y sábanas donde yacía una rubia totalmente inmóvil.
A un costado de esta, había tres figuras que miraban la escena horrorizados.
—Esto… no puede ser—La voz de Ruri fue la primera en romper el silencio, con un profundo nudo en la garganta, sus hermosos ojos azules, que siempre habían demostrado calidez, ahora miraban atónitos a su hermana sin creer lo que había pasado.
Chrome por su parte estaba con la quijada totalmente trabada mirando a su amiga de la infancia, a la que siempre llamó "gorila" por su absurda fuerza, ahora ahí tendida. Sus ojos ardían de tristeza pero también de furia.
—¡Ya estarás contento, ¿No?!—estalló en ira el castaño tomando al científico de las ropas de su cuello –¡Esto es lo que querías!—
—¡Basta Chrome, este no es el momento ni el lugar!—trato de separar Ruri a Chrome de Senku. El castaño lejos de soltarlo, lo tomo con más fuerza, una que ni él sabía que tenía, y lo arrastró hasta la puerta.
—Tu no mereces estar cerca de ella— le susurró arrastrando las palabras con mucho odio, arrojándolo fuera del cuarto y cerrándole la puerta en la cara.
Senku por su parte, aún consternado por lo que pasó, lo último que pudo ver antes de que se cerrara la puerta, fue el cuerpo de Kohaku sobre la cama cubierta de sangre –No… yo no quería esto…Kohaku—
5 meses antes de este evento
El sol se posaba en lo alto del firmamento irradiando totalmente en un cielo de verano despejado, siendo así la situación perfecta para que el calor fuera casi asfixiante. Pese a ello, esto no representaba alguna excusa para detener el arduo trabajo que quedaba por hacer; de aquí para allá se veía a los aldeanos traer y llevar material, alimento, herramientas, telas, etc.
Y eso también incluía a cierto científico que se encontraba en su laboratorio diseñando los planos correspondientes a las mejoras que planeaba hacerle a la aldea, la cuál se había expandido más, a tal grado que el laboratorio, que un día estuvo a las afueras de la aldea, ahora estaba en medio.
Dichos planos contemplaban los sistemas eléctricos, sistemas de agua potable y cañería, así como lo correspondiente al gas.
Pero por más que tratara de concentrarse en ello no podía, sus ojos carmín iban y venían de los planos a cierta chica de cabellera rubia quien, como siempre, se encontraba ayudando en alguno de sus proyectos. Aún incluso con ese calor infernal, ella estaba fuera del laboratorio cortando unos enormes trozos de madera junto con la ayuda de Gen.
No supo desde que momento la comenzó a mirar más de lo habitual, pero lo que sí sabía era la razón de dicha actitud, después de todo sería estúpidos negarlo; pero aún así, dicha razón lo estaba fastidiaba mucho ya que no había nada más complicado e ilógico que todo aquello relacionado con los sentimientos románticos.
La chica al sentirse observada volteó, encontrándose con unos ojos carmín posados en ella; y como si todo alrededor hubiera desaparecido se sostuvieron la mirada largamente, azul contra rojo.
Kohaku al estar tan perdida en el momento dejó caer una de las tablas que sostenía en pila sobre sus brazos, sacando a ambos del trance.
Ambos apartaron la mirada y "volvieron a sus tareas".
~No te preocupes Kohaku-chan, Senku-chan algún día te dirá lo que siente por ti y tu podrás confirmar que tus sentimientos sí son correspondidos~ canturreo el mentalista con ánimos de alentar lo que para todos era evidente.
–No sé de qué hablas, él y yo no tenemos ese tipo de relación– se sonrojo fuertemente –Mejor ayúdame a llevar esto a la bodega, Senku no tarda en decirnos que es hora de irnos–
~Sí sí~ se quejó el chico cargando la madera y siguió a la chica.
Por otro lado el científico al apartar la mirada tuvo una reacción completamente diferente a la de Kohaku.
–Sentir esto por ella, ahora es solo una total pérdida de tiempo—susurró con tensión en su voz para sí, tratando nuevamente de suprimir esos sentimientos.
–¿Disculpa?— cuestionó una voz bastante conocida para él, quien no pudo evitar escuchar lo que dijo Senku.
– ¡Ey grandulón!—saludo a su amigo un poco asustado pues no lo escucho entrar –¿Listo para el gran día?—cuestionó, cambiando inmediatamente su estado de ánimo a uno más relajado.
– ¡Por supuesto que sí, tú mejor que nadie sabe lo mucho que he esperado este día!—Contestó con sus muy conocidas reacciones exageradas. Sin embargo, él no podía dejar de pensar en lo que escuchó susurrar a su amigo, pero lo dejo pasar.
–Me alegro por ti grandulón, en un momento más cargaremos la carreta con todo lo que haga falta y nos vamos, sería terrible que algo entorpezca la boda de mis mejores amigos—dijo a la par que se paraba de su asiento y se dirigía a la salida para reunir a todos.
–Gracias Senku—agradeció sinceramente el castaño sin saber si este realmente lo escucho.
–¡Acérquense todos, Chrome, Tsukasa, Kaseki, Suika, Gen y Leona, dejen su trabajo por ahora y escuchen— tras escuchar un lejano "no soy una leona" tuvo que esperar un poco para que todos llegaron a dónde él –como saben mañana es la boda de Taiju y Yuzuriha, y para evitar inconvenientes llevaremos todo lo que falta hoy para no apresurarnos mañana, así que por favor comencemos a colocar en la carreta las sillas, mesas, manteles y todas las demás cosas– Pese a que ya tenían pequeños autos con motor preferían ir así pues no gastaban combustible.
Todos asintieron y comenzaron con dicha tarea.
–Listo, esta es la última silla—dijo muy entusiasmada la chica, mientras pasaba dicho objeto a Taiju, quien estaba trepado en la carreta acomodando y arreglando todo.
–Lamento mucho hacerlos trabajar en esto, considerando el trabajo que ya tienen en la ampliación de la aldea—Mencionó haciendo una reverencia.
~No tienes que agradecer, estamos gustosos de ayudar, además ya ha pasado mucho tiempo desde la última boda~ canturrio mirando discretamente a Tsukasa quien fue el primero de la era moderna en casarse con nada más y nada menos que con Minami.
–Es verdad, pero lamento que tengamos que movernos tanto – suspiro enamoradamente –Pero casarnos bajo el árbol de Alcanfor es realmente significativo para Yuzuriha y para mi–
–Y eso es lo que hace que todo esto valga la pena – declaró Kohaku, mientras veía al chico bajar para así poder dirigirse todos en conjunto a otra carreta y poder marcharse.
–Gracias chicos—
Ya con todos en su lugar dieron marcha. Kaseki se encargaba de llevar las riendas de los caballos junto con Suika; Chrome, Tsukasa y Kohaku en una hilera y Taiju, Gen y Senku en otra. Quedando Senku y Kohaku frente a frente, lo cual fue bastante incómodo para el chico quien afortunadamente decidió llevar un plano para seguir diseñando, pudiendo así desviar la mirada.
Habían pasado cerca de tres horas, cuando sorpresivamente la carreta de enfrente se tambaleó y unas cuantas sillas cayeron.
–¡Parece que se atoraron con una rama!—exclamó Taiju a la vez que bajaba a recoger las sillas siendo seguido por Chrome y Gen quienes ofrecieron su ayuda.
Los restantes se quedaron en silencio, hasta que Senku miró a su alrededor para saber por dónde estaban, reconociendo de inmediato el lugar.
No muy lejos de ahí, incluso desde su posición, se veía un árbol caído, el mismo en el que Kohaku quedó atrapada cuando la vio por primera vez, "parece que me he enamorado" recordó esas incómodas palabras de aquella vez, pese a que en ese momento parecieron totalmente fuera de lugar, pues se acababan de conocer, ahora después de mucho tiempo de estar en las buenas y en las malas, esas palabras ya no resultaría ser tan descabelladas; después de todo ya habían pasado 6 años de dicho evento.
"Algo así sería totalmente innecesario que ocurriera ahora, aún hay mucho que hacer" pensó Senku percatandose de que Kohaku miraba al mismo lugar "seguramente ella también lo recordó, espero no la haga pensar cosas ridículas" rogó el científico.
Ella precipitadamente volteó encarandolo, como si hubiera leído sus pensamientos, sin embargo en menos de dos segundos le dio una linda y genuina sonrisa que logró dejarlo sin aliento. Y como si esa sonrisa hubiera sido una brisa pasajera, Kohaku apartó la mirada, llevándola de vuelta a aquel árbol caído.
Senku al recuperarse, maldijo en su mente "cada sonrisa, mirada y leve roce de ella me ponen el pulso a mil… pero no hay tiempo para que yo caiga en ello, necesito concentrarme en lo importante" pensó tratando de tranquilizar su acelerado corazón mientras agarraba mechones de su cabello con ambas manos como si intentará así sacar cualquier ridículo pensamiento.
–¿Me perdonarías?—fueron dejadas en el aire esas palabras con un muy notorio toque de arrepentimiento.
Senku que aún trataba de pensar en cualquier cosa menos en Kohaku, dirigió su mirada a ella sorprendido por dichas palabras, sin embargo no fue ella quien las dijo, fue Tsukasa el que se estaba disculpando con la chica.
–¿A qué te refieres? – cuestionó desconcertada.
– Por lo de aquella vez, no fue correcto golpearte y dejarte bajo aquel árbol– respondió arrepentido.
–Descuida, para empezar yo te ataque primera pensando que habías matado a Senku—contesto tranquila y sin muestra de algún tipo de rencor.
–Pero aún así no estuvo bien—
–Si te consuela en algo, gracias a eso Senku y yo nos conocimos—declaró mirando al científico con una hermosa mirada llena de adoración.
Senku por su parte abrió sus ojos muy sorprendido por las palabras y por esa linda mirada que le estaba otorgando la chica, tratando de recobrar la compostura ladeo un poco su cabeza mientras rascaba su oído con desinterés como solía hacer –¿De qué hablas Leona?, ese encuentro no fue decisivo, tú y yo pudimos encontrarnos en otro momento, o tal vez pude encontrar la aldea por mi mismo—exclamó sintiendo que lo que él mismo dijo no era del todo verdad, si bien pudo haber encontrar la aldea él solo, el encontrar a Kohaku fue decisivo "ella fue la llave de entrada y el primer paso para que todo comenzará a cambiar realmente".
–Pero para mí fue especial—dijo sin correr su vista de los ojos carmín del chico, lo cual le aceleró más el corazón y hasta podría jurar que logró sonrojarlo.
–Como quieras– contesto cortante y ocultando su rostro en el plano.
–Es que yo al ser hermano mayor, detestaría que alguien lastimara así a mi pequeña hermana—
Kohaku por su parte, lo entendió pues si algo tenían en común era el aprecio que sentía cada uno por su hermana –Está bien, aceptaré la disculpa, con la condición de que para la próxima podamos entrenar, eso me serviría mucho para pulir mis habilidades—negocio Kohaku obteniendo una respuesta afirmativa del castaño.
–¡Bien, hora de irnos!—Exclamó Taiju una vez pudieron acomodar todo.
El trayecto pasó sin más y por fin llegaron al lugar donde fue el primer asentamiento de Senku después de despetrificarse, aquella cabaña suspendida en el árbol.
De a poco fueron bajando todo, con ayuda de Yuzuriha, Ryusui, Francois, Ukyo, Minami y Mirai, los cuales ya se encontraban en el lugar encargándose de lo referente a la comida y decoraciones del lugar.
–¡Vamos Senku, ayúdame a dejar estas sillas y mesas que faltan bajo el árbol de alcanfor!—y con su fuerza sobrehumana cargo 10 sillas y dos mesas, dejándole 2 más al científico.
–¿En serio se lo estás pidiendo al más debilucho de todos? – dijo señalándose así mismo incredulamente.
–¡Por supuesto! JAJAJA no tardaremos mucho, regresaremos para el atardecer—y sin más dieron camino al lugar acordado, tardando un poco pues Senku paraba a descansar a cada rato.
Una vez llegaron, acomodaron todo en el lugar asignado.
Cuando el castaño estaba terminado de alinear las sillas frente al altar recordó la razón por la que le pidió a Senku ayudarlo "Sentir esto por ella, ahora es solo una total pérdida de tiempo" fueron las palabras que escuchó a su amigo decir al inicio del día.
–Sabes Senku—se detuvo para mirar en dirección al científico que se encontraba recargado en el gran árbol, al captar su atención prosiguió – hay algo que aprendí después de haber escapado de la petrificación—hizo una breve pausa siendo atentamente escuchado por su amigos – el tiempo no perdona a nadie Senku… después de haber pospuesto, por miedo, mi confesión a Yuzuriha por 5 años más los más de 3700 años petrificado, sin olvidar los 6 años siguientes que ocupamos para comenzar a traer de vuelta el mundo moderno; me di cuenta con ello de todo el tiempo que perdí, si bien los últimos 6 fueron por que yo no podía asegurarle nada a Yuzuriha en este nuevo mundo tan impreciso, no quise que la espera se extendiera… con todo esto me refiero a que la vida sigue avanzando y nada te asegura que las cosas no cambiarán abruptamente, por eso yo quiero estar con la persona que amo—concluyó sin despegar la mirada de su amigo.
–Me alegro por ti grandulón, ambos lo merecen después de tanta espera—confesó sinceramente pues él era testigo de todo ese tiempo en el que su amigo tardó en confesar lo que sentía y… "ay no, ya sé por dónde va esto".
–Gracias Senku, pero tú sabes perfectamente por qué he dicho todo esto— aclaro viendo una cara de descontento por parte del científico.
–Taiju me conoces mejor que nadie en este mundo…– dijo con fastidio rascándose su oído con su dedo meñique.
–Precisamente por eso Senku, te conozco mejor que nadie y por eso sé que te gusta Kohaku, puede que no sea tan listo, pero hasta alguien como yo lo ha notado—aseguró el castaño muy serio, más de lo que jamás Senku lo vio en su vida.
–No tengo tiempo para esas cosas Taiju, pese a que derrotamos al hombre del why hace un año, aún queda mucho por hacer, empezando por despetrificar a todos lo cual ya es complicado pues aunque tengamos el líquido despetrificador y a los mejores artesanos que reconstruyan las estatuas aún es imposible traer a todos de vuelta ya que muchos quedaron bajo escombros de enormes edificios, perdidos en el mar por viajar en barco o en avión, sin olvidar a aquellos que estuvieron cerca de una catástrofe natural como la erupción de un volcán, terremoto, tornado o tsunami; aun tengo que crear algo para asegurar que mi promesa de traer a todos de vuelta realmente se cumpla —paro un poco mientras llenaba de nuevo sus pulmones – Me entiendes grandulón, aunque no lo parezca todo involucra ciencia y por ello no me puedo dar el lujo de perder el tiempo.
–Y no crees que todo eso sería menos pesado si tuvieras a alguien que te ayudará a cargarlo, después de todo ella ha estado contigo desde el instante en que la conociste… además estás muy equivocado en que es una pérdida de tiempo, aunque no lo veas ser una pareja es lo mismo que hacer equipo, uno que se apoya mutuamente y cuyo trabajo en conjunto optimiza el tiempo en que se realizan determinadas tareas… entre otras cosas mucho más íntimas claro—terminó su explicación un tanto avergonzado.
–No, prefiero mantener las cosas así, pues una relación al ser algo que no se puede predecir traería problemas con ello, e involucrarme sentimentalmente con ella y después tener un mal entendido traería situaciones incómodas que entorpecerían los proyectos y eso en pleno resurgimiento de la era moderna sería totalmente ilógico—concluyó ya bastante irritado respecto al tema, cosa que noto el castaño.
–Bien, si esa es tu decisión está bien—resopló derrotado Taiju, sabiendo que si continuaba insistiendo, poco iba a poder lograr – solo espero que no te arrepientas...—suspiro resignado—bien es hora de volver.
Al retomar su camino, Taiju repasaba mentalmente esa reciente conversación, sonriendo al darse cuenta de algo
–¿Qué es tan divertido?—
–Ahora que lo pienso, en ningún momento negaste mi afirmación de que Kohaku te gustase—canturrio alegremente, haciendo que su amigo se sonrojara un poco ante ello.
–Tu no me dejaras en paz tan fácil, ¿verdad?—cuestionó irritado.
–JAJAJA vamos no te enojes, al menos admite eso para ti—
–Eres todo un fastidio—
Llegaron justo al atardecer, arreglaron algunas cosas más antes de que llegara la noche. Kohaku con ayuda Gen prendió una fogata y de poco todo se reunieron para cenar juntos.
El ambiente era muy animado, todos reían, comían y bebían, salvo Kohaku quien a duras penas comía por estar mirando más de lo necesario a Senku, quién sin saberlo ella, él se sentó lo más lejos de ella para evitar ser motivo de la burla de Taiju al verlo junto a ella y sobre todo para evitar que su cuerpo se acelerará al tenerla cerca.
Él al percatarse de su mirada, comió lo más rápido que pudo y se marchó. Para lo cual la chica soltó un sonoro suspiro.
~Animo Kohaku-chan se que algún día él te corresponderá, por ahora él está confundido~ trato de consolar a la chica pues era más que evidente lo que pasaba.
–No sé de qué hablas Gen—giro su cara al lado contrario para que esté no notara el sonrojo.
~Lo que yo no entiendo es por qué crees que puedes engañar a un mentalista como yo~
Suspiro sonoramente rendida pues él tenía razón.
–De qué sirve que yo lo admita si nunca tendré una oportunidad con él, admitámoslo entre la ciencia y yo, seré yo la perdedora. Él siempre ha sido sincero con ello, él considera absurdo lo que tiene que ver con los sentimientos—confesó escondiendo su rostro en sus palmas.
~Yo no creo eso, después de todo sigue siendo humano, ya verás que todo cambiará~ prometió sin estar muy seguro pues él conocía bien a Senku y si que era un hueso duro de roer.
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El día siguiente llegó y con él la tan esperada boda, la cual resultó ser una muy hermosa.
Todos llevaban atuendos muy elegantes, pero Yuzuriha fue el centro de atención pues lucía muy hermosa en ese vestido blanco que ella misma diseñó. Robó la mirada de todos al caminar directo al altar bajo ese enorme árbol, tomada del brazo de su padre, quien fue despetrificado junto a su madre.
Al concluir la emotiva ceremonia que unía a esas dos personas que se profesaban un amor eterno, dio inicio la fiesta. Taiju motivado a decir unas palabras antes de que todo se descontrolara, llamó la atención de todo golpeando una copa con un tenedor.
–Les agradecemos a todos por venir y ser testigos de el día más importante de nuestras vidas—y acto seguido ambos esposos hicieron una reverencia en agradecimiento—Y Yuzuriha te agradezco sobretodo a ti por hacerme el hombre más feliz de este nuevo mundo – y con mucha delicadeza tomó la mano de su ahora esposa—tu no te habrás dado cuenta de ello, pero tú fuiste la persona que me salvó de una larga oscuridad cuando estuve petrificado, sin ti hubiera estado perdido, por ello ahora tomaré tu mano y seré yo tu guía en este nuevo mundo—concluyó dándole una muy sincera sonrisa, conmoviendo a Yuzuriha quien solo asintió agradecida por dichas palabras.
Los invitados quedaron totalmente conmovidos, susurrando cosas como que ellos eran tal para cual o que ellos merecían una larga vida juntos llena de felicidad.
Por otra parte estaba Senku, quien miraba a Kohaku que estaba un par de pasos frente él, ella tenía puesto un vestido muy similar al que solía usar pero en vez de tener la terminación en picos era recto, dándole un aire formal dada la situación; además llevaba su cabellera suelta, la cual en el transcurso del tiempo había crecido y ahora le llegaba por debajo del pecho.
Pese a que estaba tras ella pudo saber que ella se había conmovido igual que todos por las palabras del grandulón. Sin poder apartar la mirada de ella unas recién dichas palabras resonaron en su mente "sin ti yo hubiera estado perdido" eso le recordó totalmente a ella, "¿Qué habría pasado si no la hubiera encontrado aquel día? Sin duda todo hubiera sido más complicado, tenía mucho que agradecerle".
La fiesta continúo hasta adentrarse a la madrugada y Senku se vio envuelto en conversaciones triviales pero relajantes con sus amigos; sin embargo, una melena rubia que conocía perfectamente se alejaba de la fiesta a paso lento.
–Me disculpan, enseguida vuelvo— y a paso decidido la siguió.
"~parece que alguien ya tomó las riendas del asunto~" pensó satisfactoriamente el mentalista.
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Ya un poco cansada por el largo día, Kohaku decidió retirarse a unas carpas provisionales puestas para que los invitados descanzaran por esa noche.
Ya era de madrugada y los novios hacía tiempo que se habían retirado, seguramente por el viaje de "luna de miel" que le habían dicho que era común tener después de la boda.
"Toda esa ceremonia sí que fue hermosa y emotiva" suspiro nostálgica "no hay duda que Taiju y Yuzuriha son el amor personificado". Si bien Kohaku nunca ha sido alguien que exprese abiertamente sus centímetros como el resto, eso no significaba que no le pareciera algo lindo, de hecho alentaba a qué cosas como estas pasarán, como era el caso de Chrome y su hermana.
Si bien en el pasado ese tipo de cosas le eran indiferentes, ahora su percepción había cambiado y eso no se debió a cuestiones de tiempo sino a la simple razón de que conoció a alguien que le hizo sentir cosas que jamás se hubiera imaginado sentir, y sin planearlo su mente comenzaba a bombardearla de todos los posibles escenarios que resultarían si tan solo Senku la mirara como algo más "¿Será posible que algún día me pasé algo así de lindo?, digo no es que me desagrade la idea, después de todo se ven muy felices estando al lado de su par" Pensó al visualizar en su mente a Taiju y a Yuzuriha así como a Tsukasa y Minami.
"¿Qué se sentirá una calidez así?"
Después de caminar una muy larga distancia llegó a aquel árbol en el que estaba sostenido el primer refugio de Senku, solo a unos metros más estaban las carpas provisionales, pero como si algo la llamara desde dentro de ese refugio se decidió a subir; siendo observada por unos ojos carmín a la distancia.
–Maravilloso– Expresó su fascinación al porfin estar arriba y asomar su cabeza por la ventana, no es que resultara ser el lugar más alto en el que pudiera haber estado, después de todo ella ya había subido a un globo aerostático, pero le encantaba estar sobre lo que resultó del esfuerzo arduo de una sola persona por sus propios medios.
–Gracias— Se sobresaltó al escuchar una voz tras ella –No fue el más funcional y más equipado pero me sirvió por un tiempo– Comentó la voz modestamente.
–Senku, no te oí entrar– confesó sintiendo su corazón latir a mil por dos razones, la primera por el susto que le metió y el otro por tener al científico cerca de ella sin más nadie alrededor, suspiro fuertemente y se animó a seguir la conversación –No lo decía por eso, sin duda has hecho muchas cosas maravillosas con tus manos, pero esta representa ser algo muy valioso al ser tu primer proyecto, el cual terminaste tu solo paso a paso siguiendo tus convicciones, eso es lo verdaderamente admirable–
–Basta, me harás sonrojar– comentó burlonamente para molestarla, mientras se colocaba a su lado para observar por la ventana, recargando sus brazos en la cornisa de la ventana.
–Ja, no seas modesto, acepta un cumplico por lo menos una vez– recriminó, dandole un suave golpe en su brazo, una acción muy tierna ante los ojos del chico –Sabes, jamás en toda mi vida hubiera llegado a imaginar todo lo que ha pasado en 6 años, desde salvar a mi hermana, crear artefactos que facilitan la vida de los aldeanos, una guerra sin bajas, un viaje alrededor de todo el mundo, enfrentar al hombre del why...–suspiro un poco– en fin un montón de cosas que nunca imaginé que fueran posibles–
–Todo es posible con la ciencia Leona, bueno también hace falta mucha mano de obra pero entiendes el punto–
–Puede que sí, pero si todo ha funcionado es gracias a ti Senku...– su mirada que hasta entonces se encontraba posada en el cielo ahora reposaba en los ojos carmín de él –Gracias por llegar a mi vida… digo, gracias por llegar a la vida de todos– se sonrojo ella solita por sus propias palabras.
–No, gracias a ti– contestó en respuesta. Lo cierto es que si bien lograron muchas cosas siendo dirigidas por él, estas no se habrían cumplido si no hubiera tenido la ayuda de Kohaku, podría agradecerle mil veces por la confianza y ayuda que le mostró desde el primer momento en que se conocieron y, aún así, no sería suficiente su agradecimiento para demostrar lo aliviado que estaba de haber podido contar con ella durante todo este tiempo.
–¿A qué te refieres...– Senku no supo si fue el apoyo incondicional que siempre le había dado, su amabilidad, la confianza que tenía de que ella los sostendría si caía, el interés que siempre mostraba en todo lo que él hacía, todas esas sonrisas y miradas llenas de cariño que hacían que su corazón golpeteara intensamente su pecho, su dulce aroma a lavanda o lo increíblemente hermosa que lucía esa noche; lo que hizo que la interrumpiera juntando sus labios con los de ella en un cálido roce. "yo quiero estar con la persona que amo" recordó las palabras que su amigo de la infancia mencionó "¿realmente sería tan grave estar con la persona que amo aun en esta situación donde la humanidad merece más mi atención? ¿me lo puedo permitir?… ¿aunque sea un poco?"
"¿Pero qué está pasando?" su corazón latía muy rápido, ni siquiera en sus entrenamientos lo había sentido golpear así de fuerte su pecho. Como si tratara de entender la situación miró fijamente al científico, quien tenía sus ojos suavemente cerrados, tras unos breves segundos decidió corresponder "sus labios son tan suaves y cálidos" y con ese breve pensamiento se fue entregando a la sensación que le provocaba, tratando de guardar ese momento en su memoria.
Senku al sentirse correspondido, lentamente entrelazo sus brazos por detrás de la espalda de la chica acercándola más a él, abriendo un poco sus ojos en el proceso solo para encontrar como la valiente guerrera ahora tenía un profundo sonrojo que la hacía ver vulnerable.
Suavemente la chica puso sus palmas en las mejillas de él, brindándole una calidez que jamás pensó que era posible tener, y ese sentimiento se complementa con ese dulce beso que seguían compartiendo, el cual seguía siendo muy ligero pero cargado con muchas emocione; suavemente Kohaku se separo algunos milímetros para susurrar en la comisura de sus labios algo que llevaba tiempo guardando y que parecía ser el momento para decirlo –Senku, qué pensarías si te dijera que… parece que me he enamorado de ti perdidamente– ahí estaba por fin lo había logrado decir, con ese atrevimiento acababa de apostar el todo por el todo, o le correspondía o la rechazaba, cualquiera que fuera la respuesta la liberaría de la continua incertidumbre de si era o no correspondida.
Totalmente sumergido en ese lado irracional decidió responder a esa confesión volviendo a unir sus labios con los de la chica, dejándose llevar ante esa nueva sensación, quería probar más, sentir más, acercarse más, conocer todo lo que ese contacto implicaba; así que ese beso sutil se transformó en uno más profundo, y en cierta medida algo desesperado. Lo único que lo podía detener es que ella se echara para atrás pero no fue así, ella correspondió el beso tratando de ser igual de apasionada que él.
Todo iba demasiado rápido, ella entrelazo sus brazos en el cuello de él acercándolo más a ella, y con ello intensificando más el beso; él por su parte la tomó sus muslos e hizo que sus piernas se enroscaron en su cintura, pegandola más a él, sintiendo su cuerpo encajar perfectamente con el de él como si se tratara de dos piezas que embonan perfectamente. Las caricias subieron de intensidad y una cosa llevó a otra, ambos eran primerizos en todo eso, pero como si supieran que hacer, continuaron con esas apasionadas pero sutiles caricias.
Senku, que nunca se caracterizó por tener buena condición física, curiosamente no le estaba resultando difícil cargarla, tal vez por la ayuda de la adrenalina que estaba sintiendo. Como si tuviera todo el tiempo del mundo deslizó lenta pero decididamente sus manos desde sus muslos hasta su bien formado trasero, sintiéndola estremecerse un poco bajo su tacto; aún con toda la emoción del momento, pese a que los besos eran exigentes, el tacto por alguna razón no era algo desenfrenado como si quisieran terminar pronto para satisfacer sus necesidades carnales, más bien era como si trataran de conservar en la memoria corporal todas esas sensaciones.
Con esa misma calma, Senku dejó su tarea y deslizó sus manos por la espalda de Kohaku hasta llegar al cierre del vestido, el cual fue bajando un poco apurado. La chica por su lado al querer ayudar, desenredo sus piernas del chico y una vez las puso en el piso comenzó a bajar el vestido hasta que este quedó en el suelo; queriendo tomar un poco más la iniciativa lo dirigió hasta una pequeña colcha de piel de algún animal que Senku había dejado ahí hace muchos años, pero que aún se conservaba.
Sin romper el beso, le hizo dar pasos hacía atrás, guiando hasta dicha colcha a la par en que le iba desabotonando el chaleco y después la camisa; su vestimenta era realmente sencilla pues al ser verano, lo menos que se quería es tener capas y capas de ropa.
Separándose un poco de ese contacto tan cálido que tenían en sus labios, y como si el pudor no existiera, también le quitó los pantalones logrando así quedar ambos en paños menores. Justo cuando la rubia lo iba a tumbar en la colcha, el sorprendentemente cambió los papeles y muy delicadamente, poniendo sus brazos en su cintura, la fue recostando en esa colcha mullida, posicionándose él encima de ella.
Ante ello, la chica no pudo hacer más que sonreír, pues para alguien que negaba rotundamente este tipo de cosas, lo estaba haciendo como si fuera lo más natural para él. Por un momento Senku se detuvo, tenerla ahí recostada con un profundo sonrojo en sus mejillas y los ojos dilatados siendo iluminada de pies a cabeza con la luz que reflejaba la luna a través de la ventana le robo un sonoro suspiro "sin duda es hermosa" paso esa afirmación por su mente, y era cierto durante todo el tiempo que llevaba de conocerla, incluso antes de enamorarse de ella, él nunca negó que ella era totalmente hermosa, pero lo que le hizo comprender que era alguien irremplazable e irrepetible fue toda esa destreza, pasión, voluntad y confianza que siempre le admiró y que poco después le cautivo.
–Senku, ¿sucede algo?– cuestionó tras ver que no se movía.
–No es nada Leona– le sonrió con dulzura y rápidamente se inclinó recargando su peso en sus codos y antebrazos y la beso evitando el típico reclamo de "no soy una leona", la chica por su parte decidió dejarse llevar, dejando pasar ese apodo por ahora y concentrándose en memorizar esa maravillosa sensación de sentir esos dulces labios sobre los de ella y aún más la suave piel desnuda del abdomen de él con el suyo propio.
Totalmente sumergida en esas sensaciones, recorrió lentamente la espalda del joven científico, desde la cintura hasta los hombros, degustando la sensación de cada parte de su espalda, si bien no era un chico fornido, sí que tenía su atractivo.
Después de repasar una y otra vez el mismo camino con sus manos se dispuso a acariciar ese enigmático cabello que tenía, dando pequeños masajes relajantes en el cuero cabelludo para después deslizar sus dedos por toda la longitud del cabello como si los peinaba hacia atrás. Una vez llegó a la punta volvió a masajear el nacimiento del cabello, logrando así que el chico soltara un pequeño suspiro en sus labios. Algo que le pareció divertido a Kohaku y no pudo evitar sonreír.
–¿Qué es tan divertido Leona?– se despegó milímetros de sus labios.
–Alguna vez te dije que luces muy atractivo con el cabello peinado hacia abajo– le dijo casi en un susurro, ampliando su sonrisas. Esto provocó que el chico abriera de sobre manera sus ojos, no solo por lo dicho, sino también por lo linda que lucía al decirlo; sin duda alguna esta chica lo tenía a sus pies sin saberlo.
–No, nunca me lo dijiste– sonrió de lado y volvió a besarla con más intensidad. Con mucha delicadeza, dirigió sus manos a las últimas prendas que le quedaban, mirándola de reojo sintió la aprobación de ella y acto seguido prosiguió con su labor. Una vez hecho se incorporó un poco para disponerse a sacarse lo último que le quedaba, teniendo la vista de la figura de la chica ante sus ojos.
Y eso que estaba destinado a no ser de otra manera, prosiguió con los dos entregándose totalmente al otro; Kohaku enredo sus piernas a la cintura nuevamente y lo atrajo a ella para por fin terminar totalmente unidos, ahogados en la pasión que el momento ameritaba; fueron su primer beso, caricia, mirada, cercanía… en fin su primera todo.
Todo ello culminó con ambos totalmente agitados y cansados, Senku se retiró de encima de ella y se recostó de costado mirándola fijamente, Kohaku lo imitó quedando de frente a él, ambos perdidos en la mirada del otro sin poder creer lo que habían hecho. Con total delicadeza Senku retiró uno de los mechones de la rubia que se le habían pegado en la cara por el sudor, para así poder guardar en su memoria esa linda expresión que tenía en su rostro.
Sin ya nada más que expresar fueron cerrando los ojos de a poco. Kohaku por su parte no pudo evitar sonreír pues con esto era más que evidente que sus sentimientos eran correspondidos...
o eso pensaba ella ya que a partir del día siguiente las cosas iban a cambiar para mal.
Continuara...
Espero les haya gustado
Ya saben que me gustaria leer algún lindo comentario sobre qué les pareció la historia
Chaooo
