¡Que tal!

Bueno, como es costumbre, les interrumpiré un poco su lectura para aclarar algunas cosas.

1. El fanfic no es mío, le pertenece al conocido autor "Chompas". Actualmente se desconoce que pasó con él, pues no ha mostrado actividad en Wattpad desde 2019, y aparentemente no tenía otra red "social" más que su facebook, el cuál fue eliminado ya hace tiempo.

No, no estuve buscando su facebook para molestarlo, él lo dejó en su perfil de Wattpad.

2. Como el título lo dice, ésto se trata de nada más un intento de remasterización, pues a pesar de que el fanfic es muy bueno, los primeros capítulos contaban con una muy mala ortografía; no insinúo que yo tengo una ortografía perfecta o algo por el estilo, pero de que se puede mejorar, se puede mejorar.

3. Éste es probablemente uno de los fanfics más viejos de TLH en español, pues en Wattpad encontré comentarios de Septiembre de 2016, pero dado a que es su primer y único fanfic, es probable que haya recibido dichos comentarios meses después.

Bueno, eso es todo compañeros, disfruten de los 4 capítulos que tengo remasterizados por ahora, aunque iré remasterizando unos cuantos más. De igual forma, pueden encontrar los 21 capítulos del fanfic original en Wattpad.


En sus 25 años como policía, el detective Graves jamás había visto un crimen tan horrible. A lo largo de su carrera había presenciado cosas malas y enfermas; Había sido testigo de algunos de los crímenes más atroces perpetrados por las personas más dementes que había tenido el disgusto de conocer, pero esto superaba con creces todo lo que había presenciado en el pasado.

Frente a él se encontraba una chica con el cabello castaño, de tal vez unos 14 o 15 años de edad. Llevaba puesto un conjunto que constaba de una playera de tirantes blanca, una falda amarilla a cuadros, y unas medias largas amarillas; además de que parecía tener frenillos en la dentadura.

Éste era uno de esos casos que "superaban la ficción". Una chica... No. Una niña había secuestrado y asesinado a su único hermano varón; un pequeño de tan sólo 11 años.

Fue ese momento en el que su compañero, el detective Fernández, se presentó.

-Ya está todo listo para comenzar con el interrogatorio-. Dijo el detective Fernández.

-Ok, voy para allá-. Contestó Graves.

El oficial se levantó de su silla y caminó hacia el área de los interrogatorios. Todo parecía estar tranquilo, lo cual era algo extraño; normalmente veía a los oficiales ir de acá para allá, veía a las secretarias cargar pesadas pilas de papeles, a veces incluso veía a los nuevos reclutas ser presentados en la comisaría.

Pero ese día no era el caso.

Era como si el hecho de que esa niña estuviera aquí, detuviera los crímenes que ocurrían en la ciudad.

Finalmente llegó a la sala donde la chica se encontraba. Se frotó los ojos antes de entrar, se secó el sudor, respiró profundo, y entró.

Tomó asiento y procedió a interrogar a la chica.

-Bien. ¿Cuál es tu nombre?-. Preguntó el oficial con un tono de voz serio.

-Me llamo Luan Loud-. Contestó la chica con una sonrisa en el rostro. -Y usted debe ser el policía aguafiestas-. Dijo la chica antes de comenzar a reír.

-Así es, soy el policía aguafiestas. Un gusto conocerte-. Respondió el oficial bastante calmado. -Bien Luan-. El oficial continuó. -Quisiera hacerte algunas preguntas-.

-¡Claro!-. Contestó ella aún sin perder la sonrisa en su rostro.

-Ok, comencemos; ¿Cuantos años tienes?-. Preguntó.

-Tengo 14 años-. Contestó bastante animada y al borde de la risa, como si estuviera pensando en el chiste más gracioso del mundo.

-Muy bien. Dime, ¿Cuántos integrantes son en tu familia?-.

En ese momento, el semblante de aquella niña cambió por uno más triste. O al menos eso pudo apreciar el detective.

-Éramos 13 en total. Diez chicas, un chico, y dos padres, además de 4 mascotas; pero ahora sólo somos 12-. Finalizó la chica.

-¿Doce? Sin tu hermano, ¿Cierto?-. Preguntó el detective.

-Así es-. Respondió ella.

-Ok Luan, es suficiente información. Es hora de hacer las preguntas importantes-. Dijo el detective.

-Directo al grano, ¿Eh, oficial? Jaja-. Preguntó Luan al mismo tiempo que soltaba una ligera risa, como si lo que hubiera dicho fuera gracioso.

-Así es Luan-. Respondió Graves. -Ahora tú responde ésto: ¿Porqué mataste a tu único hermano?-.

El ambiente se volvió incómodo, pues lo único que se escuchaba era la risa de aquella chica.

-Respóndeme; ¿Porqué mataste a Lincoln Loud, Luan?-.

Luan dejó de reír. Bajó la mirada y respondió.

-Porque él era feliz con alguien más, y yo no podía soportar eso. Si no era mío, no sería de nadie más-. Finalizó Luan aún con la mirada en el suelo.

El detective se levantó y salió de la sala de interrogatorios bastante consternado. No era capaz de entender como aquella niña había llegado a esa conclusión.

¿Qué descubriste? ¿Algo que nos sirva?-. Preguntó Fernández.

-Llama a su familia-. Ordenó Graves.

-¿Porqué? ¿Qué contestó?-. Preguntó Fernández-.

-Merecen saber lo que pasó con su hijo-. Dijo Graves antes de retirarse sin decir nada más.

Fernández caminó hasta su oficina, tomó el teléfono, y marcó el número que había conseguido de la agenda de la niña Loud.

Al otro lado del teléfono le respondió una chica.

-¿Bueno? ¿Luan, eres tú?-. Preguntó aquella voz con un tono bastante preocupado.

-No-. Contestó el oficial. -Soy el detective Fernández. Llamo en relación con la desaparición de Lincoln Loud-.

-¡¿Encontraron a Lincoln?!-. Preguntó ansiosa la persona que contestaba el teléfono. -¿Cómo está? ¿Dónde está? ¡Dígame!-.

Señorita, necesito que venga a la estación de policía. Creo que encontramos a quien secuestró a su hijo-.

-¡Ok, iremos para allá!-. Dijo la voz antes de colgar.

-Carajo-. Dijo Fernández después de colgar.

El oficial no se atrevió a decirle a la persona en el teléfono que Lincoln estaba muerto. Lo había hecho incontables veces con más gente, pero en ésta ocasión no tuvo el valor de hacerlo; por alguna razón, escuchar la voz de aquella chica llena de esperanza le había impedido decir la verdad.

-Ésta será una noche muy larga-. Dijo el detective antes de encender un cigarrillo y darle la primera calada.